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En nuestro Código Penal, el delito de estafa se encuentra regulado bajo la rúbrica de delito de “estafa
y otras defraudaciones”. En ese sentido, el acto de estafa tipificado en el artículo 196, donde refiere:
“El que procura para sí o para otro un provecho ilícito en perjuicio de tercero, induciendo o
manteniendo en error al agraviado mediante engaño, astucia, ardid u otra forma fraudulenta, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de seis años”.
Hay que tener en cuenta, como bien manifiesta Prado, esta figura, a diferencia del hurto y el robo he
aquí la diferenciación con la estafa, que se ejecutan y materializan con la sustracción y el
apoderamiento de bienes muebles total o parcial, mediante el empleo de la destreza o medios
violentos, en el delito de estafa tiene una estructura y una forma totalmente diferente (2017: 94)
UNA APROXIMACIÓN AL DELITO DE ESTAFA
Desde sus orígenes, la estafa ha estado determinado por la palabra defraudación, la cual viene del latín
defraudatio, en razón que significa perjudicar el derecho patrimonial de otro (Madera 2011: 4).
Las ideas de falsedad y fraude no aparecen claramente diferenciadas como figuras delictivas autónomas, sino
en los Códigos Decimonónicos. Pues hasta ese momento no se constata una separación de la estafa como
delito contra la propiedad de las falsedades atentatorias a la fe pública.
El Código Penal Español de 1822, estableció una detallada regulación penal de la estafa con la sistemática
empleada por el Código Napoleónico de 1810 (Flores 2018: 28).
En los tiempos modernos la estafa ha logrado un lugar cada vez más importante en combinación con el
desarrollo del Estado Moderno y de la moderna vida económica (Flores 2018: 28).
El delito de estafa puede describirse como el hecho por medio del cual una persona toma, a raíz de un error
provocado por la acción del estafador, una disposición patrimonial lo cual pretende convertir en beneficio
propio o de un tercero (Flores 2018: 26).
DELITO DE ESTAFA EN EL CÓDIGO PENAL PERUANO
Tipificado en el código penal, en su artículo 196, donde refiere: “El que procura para sí o para otro un
provecho ilícito en perjuicio de tercero, induciendo o manteniendo en error al agraviado mediante engaño,
astucia, ardid u otra forma fraudulenta, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni
mayor de seis años”
La tentativa también será sancionada según la escala punitiva referida en el artículo 16, donde señala: en la
tentativa el agente comienza la ejecución de un delito, que decidió cometer, sin consumarlo. En estos casos el
Juez reprimirá la tentativa disminuyendo prudencialmente la pena.
Sin embargo, este hecho punible es alcanzado por la excusa absolutoria de que regula el artículo 208 donde
refiere: No son reprimibles, sin perjuicio de la reparación civil, los hurtos, apropiaciones, defraudaciones o
daños que se causen autor y víctima siempre que miden los vínculos, la cual precisa:
Como se mencionado, la estafa esta en relación al fraude. La estafa es una especie sofisticada de
defraudación (Prado 2017: 96). En ese camino, también se describen y sancionan otras conductas
fraudulentas en el artículo 197 del código penal, donde refiere: La defraudación será reprimida con pena
privativa de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años y con sesenta a ciento veinte días-multa.
Se trata de delitos dolosos y la ley asegura cuatro casos.
El código penal establece los elementos exigidos por el tipo penal de estafa. Dentro de los
diferentes tipos penales están los llamados elementos objetivos y subjetivos.
Los subjetivos son aquellos que se refieren al contenido de la voluntad que rige la
acción.
ELEMENTOS OBJETIVOS DEL TIPO BÁSICO DEL DELITO DE
ESTAFA
El engaño
Según el Diccionario de la Real Academia Española, el cual engañar es hacer creer a alguien que algo falso
es verdadero, y engaño es la falta de verdad en lo que se dice, hace, cree, piensa o discurre (Fernández 2019:
2).
El engaño referido es del tipo de estafa no del tipo de mentira, es decir, se refiere más bien a expresar con
palabras o con hechos lo contrario a la realidad, y para que exista dolo, el autor del engaño debe conocer la
incongruencia entre lo que dice y la realidad.
Se puede decir que el engaño es la falta de la verdad en lo que se dice o hace para producir error e inducir el
acto de disposición patrimonial.
el engaño como elemento objetivo, es el requisito fundamental del delito de estafa, siendo su elemento más
significativo, esencial y definitorio. Pues este engaño provocado por el sujeto activo del delito y proyectado
sobre el sujeto pasivo, vicia la voluntad de este, induciéndolo al error. En ese sentido, ello provoca el
asentimiento a un desplazamiento patrimonial que el sujeto realiza, sufriendo asi la disminución de sus
bienes, perjuicio o lesión de sus intereses económicos (Madera 2011: 9).
ENGAÑO POR OMISIÓN
Según manifiesta Fernández, en el engaño omisivo el sujeto activo no engaña a la víctima con palabras o
hechos para darle una apariencia de realidad y conducirle a error, sino que no le comunica al sujeto pasivo
determinadas circunstancias o hechos sobre los que está obligado a informar y que conducen a error al sujeto
pasivo, o que, de haberlos conocido, le hubieran hecho modificar su conducta (2019: 4).
Para considerarse estafa, tiene que estar en suficiente relación para que produzca el efecto inductor de la ajena
voluntad para disponer de bienes patrimoniales
No hay engaño suficiente como para considerar que existe delito de estafa en aquellos casos de tarotistas,
curanderos, etc.
ELEMENTOS DEL ENGAÑO
Según Fernández (2019), para que se presente el engaño debe concurrir determinados requisitos para que
puedan ser considerados penalmente relevante, y manifiesta:
Engaño precedente. […] Se desprende la idea de que el engaño debe preceder al acto de disposición
patrimonial que realiza el sujeto pasivo. La acción del engaño y del dolo deben coincidir temporalmente,
[…] El engaño debe ser la causa directa del error del sujeto pasivo, lo que provoque que este realice una
disposición patrimonial.
El engaño debe ser causante del acto de disposición patrimonial; esto quiere decir que debe existir un nexo
causal entre el engaño y el acto de disposición, el cual se debe haber llevado a cabo como consecuencia del
error en el que incurre la víctima al haber sido engañada por el sujeto activo.
El engaño ha de ser bastante, es decir, tiene que tener la suficiente entidad e idoneidad para causar error en la
víctima y que, como consecuencia de este error, realice un acto de disposición patrimonial. A la hora de
valorar el engaño para inducir a error, tanto doctrina como jurisprudencia han establecido una doble medida,
una objetiva y otra subjetiva.
EL ERROR
El error como elemento típico del delito de estafa juega un doble papel:
1. Debe ser consecuencia del engaño, dependiendo su relevancia típica si es que este es
suficiente para alterar los elementos del juicio que dispone la víctima para comprender
la intención dolosa del agente.
2. Debe motivar la disposición patrimonial, lo que permitirá verificar la relación de
causalidad entre la acción y el resultado.
Es una situación intelectual, provocada por el engaño, que supone una discordancia entre la
representación de la realidad por parte del sujeto pasivo y la realidad misma (Arroyo de las Heras
2005)
EL ERROR
El error es un vicio del consentimiento del agente pasivo, en tal sentido, para que sea válido, se
requiere que el sujeto tenga esa capacidad de consentir, es decir, una capacidad mínima jurídicamente
reconocida de disposición de las cosas.
Valorar si existe o no delito de estafa, lo esencialmente relevante será determinar si la situación del
sujeto pasivo, así como su patrimonio, empeoraron debido a la actuación del sujeto activo; si no fue
así, no habrá delito de estafa (Fernández 2019: 14).
ACTO DE DISPOSICIÓN PATRIMONIAL
Como requisito del delito de estafa, será necesario que el acto de disposición patrimonial tenga un valor
económicamente evaluable, es decir, que pueda cuantificarse en dinero.
La disposición patrimonial es el acto por el cual el agraviado se desprende o saca de la esfera de su dominio
parte o el total de su patrimonio y lo desplaza y entrega voluntariamente al agente activo (Peña 2013).
El acto de disposición patrimonial es una consecuencia directa del estado de error en el que se encuentra la
víctima del delito de estafa; dicho estado de error ha sido producido por un engaño del sujeto activo, quien a
través de dicho elemento ha conseguido el fin propuesto (Fernández 2019).
El acto de disposición patrimonial penalmente relevante debe ser entendido, como aquel comportamiento,
activo u omisivo, del sujeto inducido a error, que conllevará de manera directa la producción de un daño
patrimonial (Flores 2018: 50).
PERJUICIO
el perjuicio, como manifiesta Fernández, es la consecuencia final del estado de engaño en el que se
encuentra el sujeto pasivo, por el cual realiza un acto de disposición patrimonial (2019: 17).
Balmaceda Hoyos (2011), el perjuicio patrimonial consiste en la disminución del patrimonio, siempre
valorable económicamente del engañado o de un tercero 17).
Guevara Vásquez (2017), señala que el elemento típico del perjuicio es un elemento que depende de
la disposición patrimonial esto es que no puede generarse un perjuicio siempre y cuando antes no se
haya hecho una disposición patrimonial.
Se puede decir entonces que existe perjuicio patrimonial del sujeto pasivo de dos formas:
Arroyo de las Heras (2005), el ánimo de lucro, debe entenderse como propósito por parte del infractor de
obtener una ventaja patrimonial correlativa, aunque no necesariamente equivalente.
Dopico Gómez (2002), nos dice que el ánimo de lucro es sinónimo de beneficio o enriquecimiento, el cual
no tiene por qué ser equivalente al perjuicio causado a la víctima.
El ánimo de lucro se refiere a la cosa como valor económicamente evaluable; es decir, como consecuencia
del acto de disposición patrimonial, el sujeto pasivo entrega una cosa al sujeto activo, con la que este último
pretende obtener un beneficio económico (Fernández 2019: 3).
Para valorar si existe el elemento subjetivo del ánimo de lucro, se tiene que tener en cuenta como prueba
indiciaria tanto los hechos llevados a cabo por el autor como los beneficios que este ha obtenido debido a la
entrega de la cosa (Fernández 2019: 4).
DOLO
El dolo consiste en la conciencia de la criminalidad del acto u omisión previsto y sancionado por la ley
como delito (Flores 2018).
Dopico Gómez (2002), el dolo se refiere a la intención y a la conciencia del sujeto activo de engañar al
sujeto pasivo para que este realice un acto de disposición patrimonial que conlleve la producción de un
perjuicio tanto para él como para un tercero.
Para que se configure delito de estafa requiere necesariamente dolo y una finalidad lucrativa. Pues a
diferencia del robo o del hurto donde interesa el valor económico, en la estafa el monto de dinero o el costo
equivalente en bienes muebles o inmuebles; lo que cobra relevancia es la conducta fraudulenta desplegada
por el autor para obtener el bien, en tal sentido, siempre será punible.
El delito de estafa en nuestro código penal, solo contempla penas privativas de libertad enmarcado en el
artículo 196. Pero también sanciona la tentativa, según la escala punitiva referida en el artículo 16. Sin
embargo, este hecho punible es alcanzado por la excusa absolutoria que regula el artículo 208 para los
casos que refiere el artículo mencionado.
REFERENCIA
Código Penal peruano (1991).
Fernández, M. A (2019). Aspectos esenciales del delito de estafa en el Código Penal español. Tesis para optar el grado de Máster
Universitario en Acceso a la Profesión de Abogado. Universidad de Alcalá, España.
Flores, A. S. (2018). El delito de estafa en los márgenes del incumplimiento contractual. Gallo. Tesis para optar el grado de
Maestro en Derecho con mención en ciencias penales. Universidad Nacional Pedro Ruíz, Perú.
Madera, J. G. (2011). Diferencias entre el delito de estafa y apropiación indebida como aporte a la legislación penal ecuatoriana.
Tesis para optar el título de Abogado Universidad de las Américas, Ecuador.
Prado, S. V. (2017). Derecho penal: parte especial. Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo editorial.
Villar, A. G. (2018). El delito de estafa y el principio de proporcionalidad de la pena en el distrito judicial de lima sur, año 2017.
Tesis para optar el título de Abogado. Universidad Autónoma del Perú, Perú.
Yanac, A. J. (2017). El delito de estafa y el principio de proporcionalidad de la pena en el código penal peruano vigente. Tesis
para optar el grado de maestro en derecho penal. Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Perú.