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Orla estaba emocionada. ¡Era la mañana de Navidad!

Bajo el Mientras Orla estaba entretenida escogiendo un regalo, Joe puso


árbol había unos cuantos regalos. la película navideña favorita de la familia. ¡Cantaron a voz en
grito con la energía propia de la Navidad!
—De momento solo uno.
Abrirás el resto después de
cenar —dijo mamá.
Tras abrir cada uno un regalo, era el momento de preparar la cena De repente, la música se paró y la pantalla de la televisión se
de Navidad. fundió a negro. ¡Las luces del árbol dejaron de parpadear!

Cada Navidad, la tarea de Orla consistía en pelar las verduras —Creo que se ha ido la luz —dijo Joe.
mientras Joe picaba un montón de frutos secos y mamá cocinaba —¡Madre mía! ¿Y ahora cómo vamos a preparar la cena de
el pavo. Navidad? —preguntó Orla.
Mamá miró por la ventana. —¡Feliz Navidad! —dijo Orla enseñando la caja de galletas.
—Deberíamos ir a ver si la familia Souza está bien.

Orla se puso el abrigo y acompañó a mamá llevando una lata de


galletas navideñas.

—¡Menos mal que habéis venido! Justo iba a cocinar pollo para
la cena y el horno ha dejado de funcionar — dijo la señora
Souza.
—¿Huele a galletas? —preguntó el señor Souza. —Menos mal que he preparado bebinca. ¡Me ha
llevado nueve horas! —dijo la señora Souza.
Orla sonrió y le dio una galleta.

—¡Gracias! Esto debería


entretener a mi estómago —
dijo el señor Souza. —¡Menuda pinta más rica! —dijo Orla.
Cuando se marchaban, mamá y
—Puse el pavo en el horno antes de irnos. ¡Tendría que haber
Orla vieron que Julia y Daniel
estado listo ya! —dijo Daniel.
habían vuelto de la iglesia.
¡Tampoco tenían luz!
—Al menos tenemos tartaletas de fruta —dijo Julia ofreciendo
—¡Feliz Navidad! —dijo Orla
una bandeja a Orla y a mamá.
ofreciéndoles una galleta.
—¿Puedo llevarle una a mi amiga Emma?

—¡Eres muy amable! ¡Pasa! —


exclamó Daniel.
. —¿Sobras? Pero si son las 11 de la mañana —dijo Orla
sorprendida.

Emma se rio.
Después, Orla y mamá fueron al —Es que nos gusta preparar la cena de Navidad con mucha
número 65. antelación.
—Me preocupaba que no pudieran
preparar la cena de Navidad, por lo
que les traigo unas tartaletas de
fruta —dijo Orla.
—¡Muchas gracias, no tenías que
preocuparte! ¡Tenemos muchas
sobras! —dijo Emma.
La cara de Orla se iluminó y de repente le vino una idea. —¡Es una idea magnífica! —dijo Emma.
«Tenemos sobras, tenemos galletas, tenemos las tartaletas de —Estoy segura de que Joe nos dejará utilizar el centro
fruta de Julia y Daniel y la deliciosa tarta de los señores Souza. comunitario para hacer la cena —dijo mamá.
¿Por qué no compartimos todo lo que tenemos?»

Mamá fue a buscar a Joe para empezar a preparar la cena de


Navidad.
Mientras tanto, Orla y Emma recorrieron el barrio para El profe de Orla, que era de Alemania, llevó un delicioso pan
propagar la noticia e invitar a todos los vecinos. de fruta. Elena, que era de Rumanía, llevó unos rollos de
No pasó mucho tiempo hasta que los vecinos emprendieron el repollo y Xiomara, que era de Venezuela, llevó hallacas y pan
camino hacia el centro comunitario llevando comida. de jamón.
Y no solo se compartió la comida, también…

coronas de
velas… Navidad…

¡Y hasta un
árbol de
Navidad!
guirnaldas…
Cuando Orla y Emma se unieron a la fiesta, quedaron Joe empezó a tocar canciones de Navidad con su guitarra y el profe
impresionadas con la cantidad de comida que había procedente de de Orla le acompañó al piano. ¡Abel, el hermano de Emma empezó
todas las partes del mundo. ¡Era emocionante probar algo nuevo a tocar la flauta!
de cada país!
Y, para sorpresa de Orla, la luz regresó. ¡Todo el mundo estalló
De repente, el sonido de unas en risa y alegría!
campanas hizo que todos dejaran —Tal vez sea Papá Noel —dijo Joe guiñando un ojo.
de cantar y se quedaran callados.
La fiesta se prolongó hasta la noche. Orla apoyó la cabeza en el —Creo que los guardaré para mañana —dijo Orla con una sonrisa
hombro de mamá mientras miraban como todos comían, charlaban —. Me lo estoy pasando demasiado bien aquí. Que estemos todos
y reían juntos. juntos ha hecho que la Navidad todavía sea más especial.
¡Deberíamos repetirlo cada año!
—Se está hacienda tarde —dijo mamá—. ¿Quieres que vayamos
a casa y abramos el resto de regalos?

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