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Módulo 5

Factores Limitantes
Factores Limitativos
Todos los organismos están expuestos a factores físicos y químicos del ambiente  que
influyen en su crecimiento o expansión. Estos factores son definidos como factores
limitativos, puesto que limitan el lugar donde pueden vivir determinados organismos,
esto se ve más apreciablemente en la vegetación pues esta esta ligada íntimamente a
las condiciones limitantes ambientales, para su crecimiento y supervivencia.

Esos factores pueden ser limitativos individualmente, por ello un ser vivo podría disponer
de un conjunto de nutrientes que precisa para subsistir excepto uno, y de esta forma
quedar limitado su crecimiento; a esa carencia se le denomina factor limitante.
Se puede definir un factor ambiental abiótico (no biológico) como "cualquier
característica ambiental que se encuentra en cantidad inferior a la mínima que
necesita un organismo para la vida". Liebig descubrió este hecho cuando estudiaba
los nutrientes que necesitaban las plantas, observando que uno de ellos inhibía su
crecimiento cuando lo recibía en cantidad menor a sus necesidades; se conoce por
ley de mínimo.
A la capacidad que tiene un organismo para adaptarse a las variaciones ambientales
(por exceso o por defecto), o para colonizar medios distintos, se le
denomina valencia ecológica. Cuando los organismos tienen que soportar unos
factores ambientales cuyos límites son muy estrechos reciben el nombre de
estenoicos (baja valencia); si por el contrario son capaces de soportar una
incidencia de factores de amplio espectro se les llama eurioicos (alta valencia).
Durante el desarrollo del individuo la valencia es variable (menor valencia la
mayoría de los organismos más jóvenes).
Los factores reciben nombres que se asocian al prefijo euri y esteno,
para definir que factor influye y si lo soporta o no;
ejemplo: termo para variaciones de temperatura, halino para la
concentración de sales del medio, higro para humedad del entorno;
así, prefijo y sufijo construyen los
términos euritermo o estenotermo, eurihalinos
o estenohalino y eurihigro o estenohigro. La capacidad de
adaptación de un organismo a las variaciones ambientales no se
mide en valores extremos, sino que sigue una curva de tolerancia
biológica en el que existe un punto óptimo de máxima vitalidad.
Los factores ambientales abióticos se dividen en factores climáticos o
dependientes del clima, factores hidrográficos o dependientes del
agua, y factores edáficos o dependientes del suelo.
Parámetros y factores climáticos
Los condicionantes climáticos de un organismo para desarrollar su actividad.
Los de acción más clara son la temperatura, luz, agua, viento y altitud, relativos al clima
de una región (macroclima), localidad (mesoclima) o una zona muy definida
(microclima o ecoclima).

El agua afecta de varias maneras:


· Su cantidad utilizable en el suelo (reserva útil).
· Su reparto durante el ciclo anual de vegetación.
Estos dos parámetros se traducen, respectivamente, en carácter higrófilo a xerófilo del
espacio, y en balance de evapotranspiración de las especies.
La luz es otro factor que afecta a la flora y fauna
Para las plantas, la luz es la fuente de su energía para producir sus alimentos;
por tanto:
· La cantidad de luz recibida durante un ciclo completo de estaciones.
· La intensidad de la radiación luminosa recibida en cada estadio del
desarrollo de la planta.
Estos dos parámetros se traducen, respectivamente, en términos de duración
del ciclo anual de vegetación y de carácter más o menos heliófila de cada
especie.
Algunos animales vertebrados y artrópodos son capaces de distinguir la
longitud de onda, y por tanto diferenciar colores, influyendo en su
comportamiento social, alimenticio y de reproducción. En general
los animales no han desarrollado la visión de los colores (el espectro
solo abarca al blanco y negro), únicamente los primates parecen
tener esa facultad. Las abejas y algunas aves migratorias son
capaces de percibir el plano de polarización de la luz, lo que les
permite orientarse aunque el sol permanezca oculto tras las nubes.
La temperatura es de los factores más determinantes para la vida de un organismo, y de
los más estudiados. Actúa por si mismo o influyendo en la acción que desarrollan
otros factores. Cada especie tiene un punto óptimo y un límite de temperatura máxima
y mínima, que se convierten en letales si son superadas.
Cada especie tiene un Cuando un organismo percibe temperaturas
punto óptimo y un
límite de temperatura
cercanas a los límites suspende la actividad y
máxima y mínima, se aletarga, manteniendo una vida latente.
que Cuando las variaciones se mantienen a lo
no deben superar para
conservar la vida
largo del tiempo se producen también
acciones ecológicas de importancia.

En ciertos hábitats los fuertes cambios de temperatura obligan a los organismos a muy diversas
adaptaciones; la morfología que presentan los vegetales por la acción de este factor ambiental es más
llamativo que en la fauna, pero también son destacables en está; de hecho se han enunciado varias
reglas ecológicas que explican la limitación de la vida animal a causa de la temperatura, entre ellas la
regla de Bergman, regla de Allen y regla de la piel.
Regla de Bergman
Establece que dentro de una especie o especies muy afines dentro de un género, las
regiones más frías presentan las tallas más grandes. Se justifica en que el calor que se
disipa mediante la piel es proporcional a su superficie (más perdida de calor cuanto
más pequeño sea el animal). En anfibios y reptiles se da la regla inversa, es decir,
formas más pequeñas en climas más fríos.

Animales típicos
de zonas frías

Animales típicos de
zonas calientes
Regla de Allen
Tiene relación con la regla de Bergman, y se refiere a extremidades y apéndices como la
cola, patas y orejas; establece que en climas fríos son más pequeñas y el cuerpo más
compacto. Ejemplo: las orejas, patas y hocico cortas y chatas en el zorro ártico; de
tamaños medios en el zorro europeo; y largas y prolongadas en el feneco.

Zorro ártico Zorro europeo Zorro feneco


Regla de la piel
Establece que la piel es más espesa o tupida en los mamíferos de climas fríos que en los
cálidos. Ejemplo: el tigre de Siberia comparado con el de Bengala.
Puede ocurrir que la fauna no pueda aclimatarse a temperaturas extremas, en ese caso
recurre a otros métodos: hibernación, internación, estivación, diapausa o migración.
Generalmente se recurre al alejamiento temporal desde una zona de clima extremo a
otra de clima más óptimo. Las migraciones, aunque típicas de las aves, también la
realizan algunos mamíferos (rebecos, cabras, lobos o pumas), que se desplazan
verticalmente a regiones de temperaturas más suaves (desde las cumbres a los valles).

Los animales han


desarrollado
técnicas como la
hibernación o la
migración para
poder adaptarse a
situaciones cuando
el clima que es
apto para ellos
El tigre siberiano dispone de una piel y varia.
un pelaje más grueso que las otras
especies de tigre, adaptada para
protegerlo de las altas temperaturas en
las cuales vive
Hibernación, Invernación, Estivación y Diapausa
La hibernación es una adaptación de los animales homeotermos, consistente en un letargo
producto de reducir su metabolismo hasta niveles casi de poiquilotermos, ejemplo del
lirón y la marmota. La temperatura corporal puede descender próximo a los 0 grados
Cº, ejemplo de los murciélagos.
La invernación es una hibernación en la cual se produce una interrupción del letargo
durante cortos periodos de tiempo, ejemplo del oso.
La estivación es un comportamiento parecido a la hibernación inducida por calor o
sequedad, por ejemplo muchos peces se entierran en el barro en la época fría o cálida;
también muchos caracoles estivan en las estaciones calurosas o muy secas, por
ausencia de humedad o escasez de alimento.
La diapausa es un letargo total durante el invierno. La realizan los insectos de climas
templados y también muchos peces y anfibios.
Insectos de
Sapos se entierran climas
cuando el clima se templados
vuelve muy realizan la
caliente para ellos diapausa
hasta el
verano
El oso inverna para superar
periodos
de temperaturas extremas
Migración
Se trata de un desplazamiento de los animales de carácter periódico o estacional. Durante
la migración los animales experimentan cambios fisiológicos y anatómicos, y son
objeto de las variaciones estacionales del medio. La causa más frecuente de
migración es la dificultad de aclimatación a temperaturas extremas.
Toda migración implica un movimiento activo de parte del individuo migrante, a menudo
durante muchos días. Los animales más pequeños, como los del plancton, los anfibios
y las langostas, aprovechan las corrientes de agua o aire, mientras que las aves
aprovechan los vientos alisios y las corrientes de aire ascendentes.
Son muchos los animales que realizan migraciones. El tipo de migración que efectúan es
distinto en aves, peces como el salmón, anguilas, langostas y mamíferos. En el caso
de los movimientos masivos de algunos animales, que se producen con intervalos de
pocos años, suelen llamarse emigración o invasión

Varias especies animales realizan migraciones para poder


trasladarse a un sitio con clima apto para ellos.
El viento y la latitud son otros factores limitantes para los organismos. Los efectos del
viento son básicamente indirectos. La acción mecánica del viento impide por
ejemplo, que las vegetaciones arbóreas se instalen en las cimas, costas e islas bajas;
otra acción es la de producir desecación del sustrato por enfriamiento y evaporación.
La latitud por otro lado actúa sobre todo provocando el descenso de las temperaturas
medias. Conforme se asciende, la temperatura media anual decrece a razón de 0,5 º C.
cada 100 metros. Influye también sobre la pluviosidad, la cual aumenta hasta cierto
nivel.

El factor altura actúa sobre todo en


el
descenso de las temperaturas medias
Factores hidrográficos
Son los condicionantes de un organismo que tienen su origen en las características
fisicoquímicas del agua. El medio acuático es muy estable en relación a los cambios
que se producen en las tierras emergidas; debido a su alto calor específico los lagos y
mares son excelentes reguladores de la temperatura. Muchos organismos diminutos
pueden suspenderse en el agua gracias a su viscosidad. Los crustáceos copépodos,
moluscos, equinodermos y seres planctónicos en general, presentan expansiones que
permiten un mayor rozamiento y facilidad para flotar.
El oxígeno puede ser un factor limitante en el medio líquido, ya que es soluble en
proporción inversa a la temperatura; no así el CO2, que asegura la fotosíntesis del
fitoplancton y las plantas acuáticas. En cuanto al calcio (Ca2+), es una de las
concentraciones más importantes, principalmente para aquellos organismos que
precisan elaborar conchas y caparazones, como los moluscos y crustáceo. Se
distinguen dos tipos de aguas según la cantidad de calcio: duras, cuando tienen más
de 25 mg. por litro, y blandas o suaves, si concentran menos de 9 mg. por litro.

Debido a su alto calor


específico, los lagos y
mares
son excelentes
reguladores de la
temperatura
Factores edáficos (referidos al suelo)
Son los condicionantes de un organismo que tienen su origen en las características
fisicoquímicas del sustrato, como la estructura física (profundidad, inclinación y
granulometría) y la composición química (agua, gases, sustancias orgánicas y sales
minerales).
La roca madre, el suelo, resultado de su descomposición, o llegado por migración, y el humus
resultado de los procesos de descomposición de la hojarasca, son de los factores que hacen
variar el suelo.
· La profundidad de aparición de la roca madre.
· La composición del suelo, es decir su proporción de arcilla, de limo y de arenas, y de su
pH.
· La velocidad de descomposición de las cubiertas muertas.
La composición del suelo determina las condiciones de retención del agua y la riqueza del
complejo arcilla-humus. La velocidad de descomposición de las cubiertas muertas influye
sobre la germinación de las semillas y el pH en superficie, induciendo un cortejo de especies
que puede ir desde las más neutrófilas hasta las más acidífilas.
Factores de variación edáfica
Inclinación
Tiene acción indirecta porque el agua de escorrentía fluye más rápida en laderas y taludes, repercutiendo en la
erosión.
Profundidad
Es factor limitante para los vegetales de raíces profundas. En suelos poco profundos aflora en superficie con
facilidad el nivel freático (conjunto de aguas acumulado bajo el subsuelo) favoreciéndose una vegetación
higrófila en zonas más secas,
Granulometría
Es un factor de gran importancia tanto para vegetales como para animales excavadores. Se refiere al grosor de
las partículas que resultan de la meteorización de la roca madre.
Sales minerales
Se refiere a los iones que circulan disueltos en el suelos. La existencia de sales minerales puede resultar un
factor imprescindible o limitante; por ejemplo, el calcio condiciona el suelos únicamente a las especies
calícolas como el espliego, en detrimento de las calcífugas como el alcornoque o el castaño. La fauna
también tiene una respuesta condicionada a la composición química del sustrato, como los gasterópodos
terrestres, que no existen o son muy escasos y pequeños en los suelos pobres en calcio.
Humus
Este da consistencia a los suelos ligeros y a los compactos; en suelos arenosos compacta mientras que en
suelos arcillosos tiene un efecto de dispersión. Además de esto regula la nutrición vegetal y
aporta microrganismos útiles al suelo.
Factores biológicos
Estos factores están íntimamente relacionados con la vegetación, porque esta a parte de
ser un organismo mas en el ecosistema, es además una característica propia del
mismo, influyendo en la limitación que este le pueda poner a las especies que se
alimentan de la vegetación de un área o incluso de la presencia de otras especies
vegetales.
Estos se pueden resumir rápidamente en:
· Longevidad de las especies.
· Prolificidad, que comprende dos términos: el número de especies que pueden estar
en un espacio y su facultad de dispersión.
· Las capacidades de repeler a otras especies.
Estos tres factores condicionan la competencia intra e interespecífica.
Un ecosistema siempre involucra a más de una especie vegetal que interactúan con
factores abióticos. Invariablemente la comunidad vegetal está compuesta por un
número de especies que pueden competir unas con otras, pero que también pueden ser
de ayuda mutua.
Un ecosistema siempre involucra a más de una especie vegetal que interactúan con
factores abióticos. Invariablemente la comunidad vegetal está compuesta por un
número de especies que pueden competir unas con otras, pero que también pueden ser
de ayuda mutua.
Pero también existen otros organismos en la comunidad vegetal:
animales, hongos, bacterias y otros microrganismos. Así que cada especie no
solamente interactúa con los factores abióticos sino que está constantemente
interactuando igualmente con otras especies para conseguir alimento, cobijo u otros
beneficios mientras que compite con otras (e incluso pueden ser comidas). Todas las
interacciones con otras especies son los clasificados como factores bióticos; algunos
factores bióticos son positivos, otros son negativos y algunos son neutros.

Los hongos y bacterias también afectan la


vegetación y están sumamente ligadas a esta.
Los accidentes de origen natural o antrópico
No son, propiamente, parámetros o factores limitantes, sino más bien elementos de
ruptura en el continuum temporal del ecosistema. No obstante, algunos de ellos, como
los incendios, pueden jugar un papel activo en los procesos de renovación de las
poblaciones, y de alguna manera permitir a la dinámica forestal reactivarse.
Los factores antrópicos
Tanto como los fenómenos accidentales, estos factores pueden tener una influencia brutal,
incluso destructiva, sobre el ecosistema forestal. La agricultura, la urbanización y la
implantación de vías de comunicación son, evidentemente, los casos en los que la
desaparición del ecosistema forestal suele ser irreversible. Incluso cuando las tierras
agrícolas retornan a la condición de bosque, la influencia de los factores culturales
sigue percibiéndose duraderamente.
El hombre está dotado de una capacidad intelectual muy superior al resto de seres vivos
que pueblan la Tierra. Ese intelecto le permite obtener recursos que mejoran su
calidad de vida empleando un mínimo esfuerzo, tales como la construcción de
máquinas e instrumentos que rinden y optimizan el trabajo.
La renovación de las poblaciones forestales puede constituir un segundo dominio donde
la influencia del hombre es determinante. Una mala elección de especies objetivo, o
la práctica de una silvicultura monoespecífica puede, en efecto, resultar catastróficas
para el futuro del ecosistema.
La Tierra tiene una capacidad de regeneramiento limitada. El equilibrio energético (y por
tanto biológico) entre los seres vivos de cada ecosistema, se mantiene gracias a la
existencia de las redes tróficas; aunque un ecosistema concreto pierda energía otro
experimentará una ganancia, permitiendo finalmente que se mantenga el equilibrio
global del mayor ecosistema, el del planeta Tierra. Cuando el factor hombre entra en
juego, esa capacidad reactiva equilibradora de las redes tróficas puede verse alterada,
e incluso limitada, para realizar sus funciones dentro de parámetros aceptables.
La interferencia humana
Cuando el hombre se industrializa, elimina procesos ecológicos que
necesitan un espacio-tiempo de elaboración, lucha contra el propio
tiempo e incrementa su discutida calidad de vida, a base de
sustraer a la tierra elementos que elabora y devuelve convertidos
en residuos no biodegradables, provocando alteraciones que la
tierra necesita depurar.
En ese entorno industrializado, cuando se extraen grandes cantidades
de productos que quedan excluidos de las redes tróficas, algún
eslabón de la red puede quedar modificado para tratar de
compensar la pérdida; el resultado puede ser la desaparición o
transformación en algo completamente distinto.
La superpoblación humana
Los asentamientos indiscriminados y la superpoblación humana constituyen graves
problemas medioambientales de difícil solución. Las corrientes actuales de la
demografía atribuyen una importancia creciente a la investigación de las causas y
consecuencias económicas y políticas de estos fenómenos.
Frente a la ya clásica doctrina de Malthus, resucitada a fines de la década de 1920, y a la
teoría marxista que atribuye la superpoblación al régimen de propiedad privada de los
medios de producción (que frena el desarrollo económico), han surgido teóricos que,
como Alfred Sauvy, defienden la idea de población óptima de clara inspiración
económica. Cuestiones como el control de la natalidad, por su carácter polémico y
por sus implicaciones ideológicas, encubren los verdaderos problemas del
desequilibrio entre la población y los recursos económicos necesarios para su
subsistencia.
La superpoblación exige mayor cantidad de alimentos y materiales de consumo, más aún
en las sociedades avanzadas, donde no se renuncia a modernas tecnologías que
reclaman en la misma proporción el aporte de energías, muchas de ellas procedentes
de la combustión de hidrocarburos, es decir, fuentes de energía no renovables.
Las aglomeraciones urbanas, industrias y construcción de viviendas, son la primera fase
de la agresión al medio; con objeto de ganar el espacio que requieren se elimina
cualquier vestigio vegetal y animal, y por añadidura se generan cantidades de
residuos que se reincorporan al sustrato, alterando el proceso de las redes tróficas y
provocando la reacción de alguno de sus elementos.
La conciencia ecológica actual
Actualmente la sociedad parece haber tomado conciencia del impacto que supone
devolver al medio los residuos sin depurar. En las últimas décadas del pasado siglo
XX comenzó un verdadero debate sobre temas ambientales que pareció tomar el cariz
de una nueva revolución social. Hoy día el hombre, aunque tímidamente, ha
comenzado a tratar los desechos, transformándolos en otros productos menos
agresivos para el medio o incluso permitiendo que sean reaprovechados, como los
materiales reciclables.
La actual tendencia podría desembocar en un compromiso a nivel global que detenga la
previsible destrucción de nuestro propio hábitat.

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