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Homeotermos (animales):

características y ejemplos
Por
Alberto Cajal

Los animales homeotermos son aquellos que tienen la capacidad de


mantener su temperatura corporal interna relativamente constante. La
temperatura de estos animales se mantiene sin importar las variaciones
de temperatura del medio ambiente que los rodea. También se les
conoce como animales de sangre caliente o termorreguladores.

Dicha capacidad está dada por un proceso conocido como


termorregulación. El cual les permite mantener su temperatura corporal
en un rango comprendido entre 36° y 42°, dependiendo de la especie a
la que pertenezca el animal.

Las aves y los mamíferos son los dos grandes grupos que conforman
esta clasificación. En dichos animales, esta capacidad es fundamental
para el desarrollo de una gran variedad de reacciones bioquímicas y
procesos fisiológicos que se relacionan con el funcionamiento normal de
su metabolismo y con su supervivencia.

De igual forma, esta habilidad también les permite a los animales


homeotermos adaptarse para sobrevivir en zonas geográficas con climas
extremos como los polos y los desiertos.

El pingüino emperador, por ejemplo, habita en la Antártida, donde la


temperatura puede descender hasta los -60°c y el fénec (zorro del
desierto) vive en los desiertos del Sáhara y de Arabia, donde la
temperatura alcanza los 59°C.

Índice [Ocultar]
 1 Proceso de termorregulación en animales homeotermos
 2 Mecanismos de respuesta en la termorregulación
o 2.1 Interacción del cuerpo con el medio ambiente
o 2.2 Transpiración
o 2.3 Otros mecanismos de termorregulación
 3 Ejemplos de animales homeotermos
o 3.1 El elefante
o 3.2 El oso polar
o 3.3 El camello
 4 Referencias

Proceso de termorregulación en animales


homeotermos
La termorregulación es el fenómeno mediante el cual los homeotermos
pueden mantener constante su temperatura corporal a pesar de las
fluctuaciones térmicas del medio ambiente en el que habitan.

Ésta se produce mediante el balance entre la producción y pérdida de


calor frente a los estímulos térmicos del medio ambiente. Es decir, es la
respuesta natural del organismo del animal a las exigencias climáticas
de su hábitat para mantener la temperatura corporal interna adecuada
para su supervivencia.

Para lograr este balance se requiere un alto grado de consumo


energético que resulta posible gracias a la activación de diferentes
mecanismos de regulación y de un sistema de control central. Los
mecanismos de regulación son de dos tipos: mecanismos de detección y
mecanismos de respuesta.

Los mecanismos de detección son los que reciben y envían la


información sobre los cambios de temperatura al sistema de control
central. Están conformados por las terminaciones nerviosas periféricas y
puntos nerviosos de detección en la médula y el hipotálamo.
El sistema de control central, por su parte, es el encargado de procesar
la información y generar las respuestas que permitirán mantener la
temperatura corporal vital del animal. En los animales homeotermos
esta función la cumple el hipotálamo.

Los mecanismos de respuesta son los encargados de mantener


constante la temperatura corporal interna del animal. Incluyen los
procesos de termogénesis (producción de calor) y termólisis (pérdida de
calor).Estos mecanismos pueden ser de dos tipos: fisiológicos y
conductuales.

Dependiendo de la especie, los homeotermos presentan un grado de


temperatura corporal considerada como normal (por ejemplo, para el
oso polar 38°C, para el elefante 36°C, para la mayoría de las aves 40°C,
etc).

Dicha temperatura se mantiene en estos niveles gracias a los procesos


metabólicos normales del organismo. Es lo que se conoce como rango de
temperatura termoneutral.

Sin embargo, cuando los niveles térmicos corporales en estos animales


ascienden o descienden a niveles críticos, se activan mecanismos de
respuesta especiales que implican el aumento del cociente de gasto
metabólico para generar calor o evitar la pérdida de éste.

Mecanismos de respuesta en la
termorregulación
Existen mecanismos de respuesta en la termorregulación que son
comunes a todos los animales homeotermos, pero algunos son
específicos para cada especie.

Muchos de ellos se manifiestan en la fisiología o el comportamiento del


animal (pelaje de invierno, hibernación, etc.). En términos generales,
dichas respuestas ocurren dentro de dos procesos: la radiación térmica y
la evaporación.

Interacción del cuerpo con el medio ambiente

La primera respuesta consiste en la interacción del cuerpo con el medio


ambiente o del organismo con otro objeto o cuerpo y permite tanto la
producción como la pérdida de calor.

Un ejemplo de esto puede observarse en el agrupamiento de los


pingüinos emperador durante las estaciones más frías. El hecho de
juntarse unos con otros les permite generar el calor suficiente para
mantener la temperatura corporal interna en el nivel neutral,
independientemente del frío extremo del ambiente.

Otro ejemplo, es el manto de pelo o plumaje que algunos animales


desarrollan durante las épocas invernales y que les permite soportar las
bajas temperaturas (la perdiz nival, los lobos, etc).

Transpiración

La segunda respuesta se relaciona con la pérdida de calor mediante la


evaporación de agua a través de los poros de la piel (transpiración) o de
algún otro mecanismo que permita enfriar el cuerpo.

Por ejemplo, los perros transpiran a través de las almohadillas de sus


patas y utilizan su lengua al jadear para liberar calor. En el caso de los
cerdos, ellos se revuelcan en lodo para refrescarse, debido a que poseen
pocas glándulas sudoríparas.

Otros mecanismos de termorregulación

 La piloerección o ptiloerección. Es la erección de los pelos o


las plumas y ocurre en situaciones de frío con la finalidad de
mantener el aire entre la piel y el ambiente para generar una
barrera aislante que evite la pérdida de calor.
 La hibernación. Consiste en un estado de sueño profundo en
el cual las funciones vitales (respiración, latido del corazón,
temperatura) del animal se reducen drásticamente. El animal
sobrevive consumiendo las reservas calóricas almacenadas
durante los períodos de actividad.
 Cambios fisiológicos. Variaciones del peso y cambio de pelaje
o plumaje durante las diferentes estaciones del año para
adecuarse a la temperatura ambiental.

Ejemplos de animales homeotermos

El elefante

Debido a su gran tamaño, el elefante genera grandes cantidades de


calor. Para poder mantener su temperatura corporal estable y liberar
calor, el elefante utiliza sus orejas.

Los elefantes no pueden sudar, así que para refrescarse mueven sus
orejas. Al moverlas, los vasos sanguíneos se dilatan o contraen a su
voluntad propiciando el enfriamiento de la sangre en esta zona, para
luego ser dispersada por todo el cuerpo y así refrescarlo.
La estructura de su piel también les permite regular el calor. Las
profundas grietas y canales de la piel que atrapan la humedad y las
pequeñas cerdas que generan diminutas corrientes de aire contribuyen a
mantener la temperatura corporal del animal.

El oso polar

Este animal cuyo hábitat presenta temperaturas que pueden llegar a los
-30°C, mantiene su temperatura corporal interna constante gracias a
que posee extensas capas de piel, grasa y pelaje.

El camello

El camello posee mecanismos de termorregulación relacionados con su


fisonomía. Sus largas patas y largo cuello le confieren la altura necesaria
para aumentar sus posibilidades de refrigeración.

Además su pelaje, que es una especie de lanilla, le ayuda a aislar su piel


del calor ambiental. De igual forma, el hecho de que la mayor parte de
su grasa corporal se encuentre almacenada en sus jorobas y no entre su
piel y músculos, le permite aprovechar mejor el aire ambiental para
refrescarse.

Referencias
1. Guarnera, E. (2013). Aspectos esenciales de la interfase de las
Zoonosis parasitarias. Editorial Dunken:Buenos Aires.
Recuperado en:books.google.co.ve.
2. Pandey y Shukla (2005). Regulatory Mechanism in Vertebrates.
Rastogi Publications:India.Recuperado en:books.google.es.
3. González J. (s/f). El estrés calórico en los bovinos. Bienestar
Bovino. Recuperado en: produccionbovina.com.
4. Physiological, Behavioral and Genetic Responses to the Thermal
Environment. Chapter 14 en Responses to the Thermal
Environment. Recuperado en: d.umn.edu.
5. Alfaro et al. (2005). Fisiología animal. Edicions de la Universitat
de Barcelona:España. Recuperado en: books.google.es.
6. Scanes, C. (2010). Fundamentals of Animal Science. Delmar
Cengage Learning. Recuperado en:books.google.co.ve.
7. González M (s/f). Dumbo está que arde, o sobre la
transferencia térmica en elefante. Física II Cátedra Sigman –
UBA. Recuperado en: users.df.uba.ar.

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