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Francisco Ramos
Es un tratado
muy meditado,
escrito lentamente,
antes de ir Pablo
a Roma,
en camino hacia
el otro extremo del
Imperio, España,
para presentarles
cómo entendía él
la fe en Jesucristo
y evitar así
malos entendidos.
El tema central de la carta es la acción de Dios
por medio de Jesús para salvar a la humanidad,
destrozada por el pecado…
La fe es el camino,
porque da lugar a
la gracia de Dios. 4,16
Después de restablecernos
en la amistad de Dios,
nos llevará a la vida eterna 5,21
En Cristo Jesús
la ley
del Espíritu
de vida
te ha liberado
de la ley
del pecado
y de la muerte.
8,2
son hijos
de Dios 8,14
El Espíritu asegura a nuestro espíritu
que somos hijos de Dios
Siendo
hijos, somos
también La herencia
herederos. de Dios
será nuestra
y la
compartiremos
con Cristo.
8,16s
Ustedes recibieron
el espíritu propio
de los hijos
legítimos,
que nos permite
exclamar a Dios:
8,15
¡Abbá!,
La humanidad espera impaciente
aguardando a que se revele lo que es
ser hijos de Dios 8,19
Pues abriga la esperanza
de ser liberada
de la esclavitud
a la decadencia,
para alcanzar
la libertad y la gloria
de los hijos de Dios 8,19.21
Sabemos bien que hasta el presente
la humanidad entera sigue lanzando
un gemido universal
con los dolores de su parto 8,22
Aun nosotros gemimos en lo íntimo
a la espera de la plena condición de hijos
8,23
Cierto,
Él
somos
intercede
débiles,
por
pero el
nosotros
Espíritu con
viene en gemidos
nuestra que no se
ayuda. pueden
expresar
8,26
Sabemos que
Dios dispone
todas
las cosas
para bien
de los que lo
aman
8,28
Dios nos
destinó
a ser
como su Hijo,
semejantes a él,
de modo que
él sea
el mayor
de una
multitud de
hermanos.
8,29
Si Dios está con nosotros,
¿quién estará contra nosotros? 8,30
¿Quién podrá separarnos
de ese amor de Cristo?
¿Dificultades,
angustias,
persecuciones,
hambre,
la falta de todo,
peligros
espada? 8,35
NO. En todo eso saldremos triunfadores
gracias al que nos amó. 8,37
Estoy convencido que ni muerte ni vida,
ni ángeles
ni las fuerzas del universo,
ni lo presente ni lo futuro,
ni poderes,
ni alturas, ni abismos,
ni ninguna otra criatura
podrán privarnos
de ese amor de Dios,
presente en Cristo Jesús,
Señor nuestro. 8,38s
Por consiguiente,
no sigan la corriente del mundo…
Vayan transformándose con la
nueva mentalidad,
para hacerse capaces de
distinguir lo que
es voluntad de Dios,
lo bueno,
lo que le agrada,
lo que es perfecto. 12,2
Cada cual sea consciente
del lugar que Dios
le ha
señalado 12,4
Formamos un
solo cuerpo en Cristo…
Sirvamos cada cual
con nuestros
diferentes dones…,
con la mano abierta…,
12,5s.8 con dedicación y alegría.
Que el amor sea sincero…
Busquen todo lo bueno.
Demuéstrense cariño unos a otros,
adelántense al otro en el respeto mutuo.
Sean diligentes, y no flojos.
Sean fervorosos en el Espíritu
y sirvan al Señor.
Tengan esperanza y sean alegres.
Sean pacientes en las pruebas
y oren sin cesar.
Compartan con los hermanos necesitados,
y sepan acoger a los que estén de paso. 12,9-13
Alégrense con los que están alegres,
lloren con los que lloran.
Vivan en armonía ...
No busquen grandezas…
No se tengan por sabios.
No devuelvan a nadie mal por mal.
Procuren ganarse el aprecio de todos.
Esfuércense en vivir en paz con todos…
Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer;
si tiene sed, dale de beber:
así le sacarás los colores a la cara.
No te dejes vencer por el mal;
vence al mal a fuerza de bien. 12,15-21
¿Por qué criticas a tu hermano?
O ¿por qué lo desprecias?
Todos hemos de comparecer
ante el tribunal de Dios
mediante
la constancia
y el consuelo
que infunden las Escrituras
15,4
Que Dios,
de quien procede
toda perseverancia
y consuelo,
les conceda también a todos
vivir en buen acuerdo,
según los sentimientos
del propio Cristo Jesús. 15,5
¡Gloria a Dios!
Él tiene poder
para fortalecernos,
de acuerdo con
la Buena Nueva
de Cristo.
Amén
16,25