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Cristo derramó su sangre para perdonar los pecados pero se debe dar un paso
adicional para quitar la transgresión heredada, ese es el “rito de rompimiento” de
renuncia.
Dios dice entonces que su juicio vendrá sobre el que peca y la vida vendrá sobre
el que es justo;
En cuanto a la salvación podemos entender de la misma manera, los HIJOS de
padres Cristianos no HEREDAN la SALVACIÓN.
Si nosotros nacimos en un hogar Cristiano, igual sin embargo, un día todo
tuvimos que hacer una DECISIÓN personal de fe por JESUCRISTO y recibirle.
Ahora bien, en un hogar Cristiano, las puertas de la SALVACIÓN se han abierto
para los hijos, ya que en ese hogar se sigue al Señor.
En un hogar NO Cristiano, las puertas de la salvación están cerradas, pero
cuando uno de los que están allí llega a conocer al SEÑOR JESUCRISTO,
entonces las puertas de oportunidad se abren para todos, porque ahora el
EVANGELIO ha llegado a esa casa.
Las Condiciones para la SALVACIÓN son igual para todos. Dios no salvara, ni
condenara a nadie, por causa de otro. La salvación es un acto personal, la vida
rendida de fe también lo es, padres inconversos, tuvieron hijos rendidos al Señor,
muy usados por él, pastores rendidos tuvieron hijos que no se rindieron, Dios da
la oportunidad a todos, pero en cada caso la decisión es individual.
Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser
levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el
que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. El que
cree en él no es condenado, pero el que no cree ya está condenado por no haber
creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios. Juan 3:14-18.
Muchas personas por esta doctrina culpan a sus padres y abuelos de todas sus
desgracias y defectos. Ellos no asumen la responsabilidad de sus errores y
pecados. Dios puede cambiar cualquier situación, pero debemos reconocer que
Dios permite para que podamos conocerle y amarle, el propósito divino incluso
va más allá de nuestros fracasos o defectos, no debemos temerle.
Pero esta falsa enseñanza hace del creyente un ser sin libertad. Si estoy
determinado por mis antepasados no soy responsable. Si no soy responsable, no
veo la necesidad de que Dios transforme mi vida. Pero Dios nos creó con la
libertad de elegir nuestro comportamiento, la cruz de Cristo es el lugar de nuestra
victoria sobre la carne.
Somos responsables de nuestros propios actos ya sean de fe o de incredulidad
ya que conocemos y estamos conociendo más y más todo el concejo de Dios.
Cuando la vida nueva se fortalece, Dios produce el querer como el hacer en
nosotros. Busquemos al Señor, conozcámosle, rindámonos a toda su voluntad
por más dura que parezca, tomemos las circunstancias o disciplinas de su
amorosa mano, las manos de un padre que nos ama, no nos desanimemos, él
tiene pensamiento de paz hacia nosotros, el Señor está formándose en nosotros
por medio de esos tratos, de los cuales todos sus hijos somos participantes, su
venida está cerca, pronto le veremos cara a cara, que podamos estar más cerca
de él, a su lado en ese día glorioso, dejemos la ley y sus maldiciones ,
afirmémonos en este mensaje de gracia, solo ella es poderosa para
sobreedificarnos y darnos herencia en el reino de Jesucristo con los santos en
luz.
Amen.