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Cataleya y sus amigos del

bosque
• Érase una vez una niña llamada Cataleya que vivía en una preciosa cabaña el bosque,
rodeada de animales: la pequeña mariquita, el gracioso gusanito, la sabia tortuga y el
delicado pollito junto a vegetación exótica. Cataleya adoraba a los animales y a ellos había
consagrado su vida. Sin embargo, en el colegio la niña recibía las burlas de sus compañeros
pues ellos consideraban que tener animales a su alrededor era propio de clases sociales no
adineradas. Al principio, Cataleya se sentía dolida por estos comentarios pues no
comprendía como ciertas personas no amaran a los animales sino que tan sólo se sirvieran
de ellos para su propio beneficio o bien fueran crueles con ellos. Sin embargo, Cataleya le
gustaba conversar con sus amigos del bosque, la sabia tortuga le decía a Cataleya que no
haga caso de lo que le decían los otros niños.
- El pollito preocupado le decía a Cataleya - ¿Qué serian los humanos sin nosotros?
-El gusano le respondió al pollito ¿De que manera podríamos beneficiar a las personas?
- Cataleya les dijo que todos los animales son útiles para los humanos porque nos
brindan muchas cosas.
- La mariquita respondió: muy cierto no solo los animales domésticos sino toda clase
de animales ayudamos al planeta.
- Cataleya sonriente les dijo que es muy triste que algunas personas no comprendan
que todos los seres vivos son importantes.
- La tortuga sabiamente respondió: Que Dios creo todo lo que vemos por una razón
y que las personas perdieron la fe en todo lo que les rodea.
- El pollito preocupado pregunto ¿Si no nos cuidan y respetan quien lo va a hacer?
- La mariquita a su ves pregunto ¿Qué solo esperáramos un poco mas?
- Cataleya reacciona y les dice que no se preocuparan porque todos son importante y
ella sabe que todos son buenos. Y pronto viviríamos de manera armoniosa sin lastimar
a nadie.
• Cataleya pertenece a una familia de granjeros con una fuerte vinculación con la
madre naturaleza, principio que su familia transmitía generación tras generación.

• -Es una bendición ser hijo de la Madre Tierra -siempre le decía su papá.
• De esta manera Cataleya estaba segura que sus amigos habían entendido que
todas las personas los quieren y los cuidarían porque son parte de nuestra
naturaleza.
Y así siguió viviendo feliz al lado de sus queridos animales.

Fin

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