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Las ideologías lingüísticas en los

estudios andinos

El tema de las ideologías tiene su


lugar natural en la investigación
A partir de la colonización sociolingüística. El lingüista
europea, las lenguas
andinas entraron en
peruano Alberto Escobar abrió el
concurrencia con el camino, sobra la base de
castellano y sufrieron proyectos de lingüística aplicada
consecuencias drásticas:
perdieron prestigio,
en colaboración con
retrocedieron sus funciones Inés Pozzi Escot y Wolfgang
sociales, se disminuyeron
Fueron hombres de iglesia quienes se Wölck, que se plasmaron en
sus números de hablantes,
y, si es que sobrevivieron, encargaron de la documentación de las su obra sobre
su evolución interna fue lenguas indígenas andinas en la época la relación entre lengua y discrimi
arrestada. colonial temprana, y sus labores nos brindan nación social en América Latina
una fuente indispensable para la historia (Escobar, Alberto 1972a). 
lingüística:
El compromiso de los
lingüistas
Los estudios antropológicos que El compromiso de
enfocan los problemas de identidad Escobar durante ese
en las sociedades andinas no
período se vio además
suelen colocar el tema de la lengua
en el primer plano. La etnografía demostrado con la
del bilingüismo en el sur del Perú publicación de una
realizada por Penelope Harvey compilación de ensayos
(1987, 2002) y el estudio dedicados al
etnográfico de una escuela normal multilingüismo en el Perú
aimara en Bolivia de Aurolyn Luyxk (Escobar, Alberto 1972b).
(1999) constituyen excepciones
De similar importancia es
importantes. También lo es el
análisis etnográfico de la la edición especial de la
implementación de la Reforma revista Allpanchis dedicad
Educativa Boliviana de Arnold y a al tema “Lengua, nación
Yapita (Arnold y Yapita 2000). y mundo andino.
El panorama sociolingüístico en cifras: el caso del Perú

Para el Perú me refiero a los datos del último


censo de 1993, pues ofrecen información muy
precisa sobre el número de hablantes de
castellano, quechua y aimara en los distritos y
provincias donde llevé a cabo la investigación.
Esta información incluye algunos porcentajes de
interés para apreciar la composición cultural-
lingüística de los grupos estudiados.
EL PANORAMA SOCIOLINGÜÍSTICO ANDINO EN CIFRAS
Si bien a lo largo de la historia colonial y poscolonial, las
lenguas andinas han vivido una situación diaglosa conflictiva
con relación al castellano, Esto significa que el quechua ha
estado socialmente relegado a esferas de actividad informales y
el español ha sido de jure y de facto la lengua oficial en cada
uno de los países quechua hablantes. Sin embargo, esta
situación ha venido cambiando desde comienzos de los años
noventa. El quechua ya tiene presencia en la esfera educativa y
está ganando espacios públicos en la política y los medios.
Cuando se trata de estimar el número de
hablantes del quechua en el Ecuador y del En el cuadro 1.1 doy una estimación del número total
quechua en el Perú y Bolivia,7 es evidente la de hablantes del quechua basada en los censos
dificultad de dar cifras que no sean simples nacionales accesibles más recientes:
aproximaciones; las razones tienen que ver,
por un lado, con el hecho de que las actitudes
sociales influyen en las respuestas a las
preguntas de los censos sobre los usos
idiomáticos.
Por otro lado, las estadísticas no toman
siempre en cuenta el grado de bilingüismo de
los encuestados, lo que distorsiona las cifras
así obtenidas.
EL PANORAMA SOCIOLINGÜÍSTICO EN CIFRAS: EL CASO DEL ECUADOR
En el Ecuador, los censos estatales aplicados
antes del año 1990 no incluían preguntas
sobre las lenguas habladas por la población.
En 1988 la CONAIE llevó a cabo su propio
censo, motivado por la fundación de la
DINEIIB en el mismo año y la necesidad de
cifras que apoyaran sus demandas de un
sistema de Educación Intercultural Bilingüe.

Este censo “étnico” encontró que un 30% de la


población nacional se reconocía como indígena, y
registró en la sierra a dos millones de
quichuahablantes (Haboud 1998: 41). Sin embargo,
es preciso apreciar estas cifras en relación con la
coyuntura y reconocer que el censo en cuestión tuvo
una motivación política. El censo de 2001 arroja un
total de 499.392 quichuahablantes en el país, cifra
que bien puede ser conservadora.

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