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Modernidad líquida

Ziygmunt Bauman, premio Príncipe de Asturias


de Comunicación y Humanidades 2010, nació en
1925 en Poznan, Polonia y muere en Leeds,
Inglaterra, 2017. La obra de Bauman comprende
cincuenta y siete libros y más de cien ensayos.
Sociólogo, filósofo y ensayista, su investigación,
entre otras cosas enfocada en la modernidad, le
ha llevado a definir la forma habitual de vivir en
nuestras sociedades modernas contemporáneas
como “la vida líquida”.

Una vida caracterizada por no mantener un rumbo determinado, pues al ser


líquida no mantiene mucho tiempo la misma forma. Y ello hace que nuestras
vidas se definan por la precariedad y la incertidumbre. Así, nuestra principal
preocupación es no perder el tren de la actualización ante los rápidos cambios
que se producen en nuestro alrededor y no quedar aparcados por obsoletos.
Zygmunt Bauman define la sociedad moderna líquida como aquella
sociedad donde las condiciones de actuación de sus miembros
cambian antes de que las formas puedan consolidarse en unos hábitos
y en una rutina determinada. Esto, evidentemente, tiene sus
consecuencias sobre los individuos porque los logros individuales no
pueden solidificarse en algo duradero, los activos se convierten en
pasivos, las capacidades en discapacidades en un abrir y cerrar de
ojos.

Por tanto, los triunfadores en esta sociedad son las personas ágiles,
ligeras y volátiles como el comercio y las finanzas. Personas
hedonistas y egoístas, que ven la novedad como una buena noticia, la
precariedad como un valor, la inestabilidad como un ímpetu y lo
híbrido como una riqueza.
La vida líquida asigna al mundo y a las cosas, animales y personas la
categoría de objetos de consumo, objetos que pierden su utilidad en el
mismo momento de ser usados. Los objetos de consumo tienen una
esperanza limitada y, cuando sobrepasan este límite, dejan de ser aptos para
el consumo, se convierten en objetos inútiles. Las personas, también somos
objetos de consumo: pensemos en el trato que nuestra sociedad da a
nuestros mayores o en las industrias del sexo. En una sociedad así la lealtad
y el compromiso son motivo de vergüenza más que de orgullo porque son
valores duraderos.

En un mundo de carácter empresarial y práctico como el que vivimos (un


mundo que busca el beneficio inmediato), todo aquello que no pueda
demostrar su valor con cifras es muy arriesgado. Porque el ser humano ha
dejado de tener valor “humano” para pasar a ser un simple objeto de
producción o consumo.
Los líquidos:

_”sus moléculas son preservadas en una disposición ordenada en


unos pocos diámetros moleculares” (p.7)

Los sólidos:

_“la amplia variedad de conductas manifestada por los sólidos es


resultado directo del tipo de enlace que reúne los átomos de los sólidos
y de la disposición de los átomos”. “Enlace”, a su vez, es el término que
expresa la estabilidad de los sólidos –la resistencia que ofrecen “a la
separación de los átomos” (p.7)
En función del tiempo y espacio:

Los líquidos Los sólidos

 No se fijan al espacio, ni se atan  No se fijan al espacio, ni se atan


al tiempo. al tiempo.
No conservan una forma durante No conservan una forma durante
mucho tiempo.; lo que cuenta es el mucho tiempo.; lo que cuenta es el
flujo del tiempo más que el espacio flujo del tiempo más que el espacio
que puedan ocupar. que puedan ocupar.

Estas razones justifican que consideremos que la “fluidez” o la “liquidez” son


metáforas adecuadas para aprehender la naturaleza de la fase actual –en muchos
sentidos nueva – de la historia de la modernidad.
Dos ejes de análisis:

El espacio y tiempo en la
La disolución de los sólidos.
modernidad líquida

La disolución de los sólidos condujo a


una progresiva emancipación de la Durante la modernidad, la velocidad
economía de sus tradicionales ataduras de movimiento y el acceso a medios
políticas, éticas y culturales. Sedimentó de movilidad más rápidos hasta llegar
un nuevo orden, definido primariamente a ser el principal instrumento de
en términos económicos. Ese nuevo poder y dominación.
orden debía ser más “sólido” que los
órdenes que reemplazaba, porque –a
diferencia de ellos– era inmune a los
embates de cualquier acción que no fuera El panóptico.
económica.
En el panóptico, los internos estaban inmovilizados e impedidos de
cualquier movimiento, confinados dentro de gruesos muros y murallas
custodiados, y atados a sus camas, celdas o bancos de trabajo. No podían
moverse porque estaban vigilados; debían permanecer en todo momento
en sus sitios asignados porque no sabían, ni tenían manera de saber, dónde
se encontraban sus vigilantes, que tenían libertad de movimiento. La
facilidad y la disponibilidad de movimiento de los guardias eran garantía
de dominación; la “inmovilidad” de los internos era muy segura, la más
difícil de romper entre todas las ataduras que condicionaban su
subordinación. El dominio del tiempo era el secreto del poder de los
jefes… y tanto la inmovilización de sus subordinados en el espacio
mediante la negación del derecho a moverse como la rutinización del
ritmo temporal impuesto eran las principales estrategias del ejercicio del
poder. La pirámide de poder estaba construida sobre la base de la
velocidad, el acceso a los medios de transporte y la subsiguiente libertad
de movimientos.
Examinar cinco conceptos básicos en torno a la naturaleza
ortodoxa de la condición humana:

 Emancipación.

 Individualidad.

 Espacio/tiempo.

 Trabajo.

Comunidad.

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