pueden clasificarse en cerrados y abiertos dependiendo exista o no solución de continuidad en los tegumentos cutáneos. Traumatismos cerrados
Contusiones: La contusión simple es el resultado de la
actuación de una fuerza externa contra el pene, estando éste generalmente en estado de flacidez. No es en absoluto frecuente debido a que su situación y motilidad protege a este órgano frente a la mayoría de los traumatismos. Rotura o fractura del pene: Nos referimos en este apartado a las lesiones del pene inmediatas a la ruptura de la albugínea de los cuerpos cavernosos. Este incidente puede ser consecuente a un traumatismo contuso sobre el pene o bien a una sobreangulación del mismo. Traumatismos abiertos
Heridas penetrantes: Consisten principalmente en
erosiones y pinchazos, generalmente en la población infantil. Otras heridas de mayor entidad como las producidas por arma blanca y armas de fuego, son muy típicas de épocas de guerra. Heridas por arrancamiento: Pueden ser con o sin pérdida de sustancia, pero en todos los casos hay avulsión de la piel y exposición en mayor o menor grado de la cubiertas peneanas. Amputaciones: Pueden ser parciales o totales y afortunadamente son muy poco frecuentes. En muchos casos consecuencia de intentos más o menos conseguidos de automutilación, apreciándose un corte de apariencia casi quirúrgica. Traumatismos por agentes externos
Quemaduras. Pueden ser eléctricas, térmicas y
químicas.
Radiaciones. Este tipo de lesiones actínicas se
observan en pacientes que han recibido radioterapia por neoformaciones de la zona pelviana. CLÍNICA
Traumatismos cerrados
La intensidad del traumatismo será determinante
en las diversas presentaciones clínicas pero en todos los casos podremos hallar dolor agudo en mayor o menor grado. En las contusiones simples puede que éste sea el único dato que nos aporte el paciente apreciándose tan sólo una discreta flogosis referida a la zona de lesión. Cuando existe hematoma éste queda generalmente limitado a la fascia del pene.
En las lesiones por estrangulamiento podremos
apreciar a la exploración física desde un simple edema de mayor o menor grado, hasta necrosis de la piel e incluso del cuerpo cavernoso, dependiendo de la severidad de la contractura efectuada y del tiempo transcurrido desde su instauración. En contados casos de muy larga evolución se ha observado gangrena de la uretra y fístula urinaria tras la descompresión.
En los procesos más severos de fractura peneana
el paciente refiere haber notado un chasquido con dolor súbito en la zona de la lesión. DIAGNÓSTICO
La exploración genital, asociada a las
manifestaciones clínicas de estos pacientes son la base para establecer un diagnóstico de traumatismo cerrado de pene. Se ha señalado que en los casos de fractura peneana existe una incurvación característica del miembro hacia el lado contrario de la lesión de la fascia de Buck, por efecto del hematoma resultante.
En las lesiones por estrangulamiento del miembro
el diagnóstico suele ser evidente tras la exploración física, por la presencia del cuerpo extraño rodeando el pene y edema prepucial distal. Dado que muy frecuentemente el paciente oculta a la anamnesis, la auténtica causa de sus molestias,en algún caso el médico puede confundir estas lesiones con una parafimosis, cuando el edema distal rebasa proximalmente el anillo y llega a ocultar el cuerpo extraño casi en su totalidad. Las lesiones abiertas del pene son identificables a la simple exploración física. En los casos de heridas por arma de fuego puede apreciarse un tatuaje característico cuando ha existido inmediata proximidad del arma. Siempre hay que tener presente la posibilidad de una lesión uretral concomitante, y efectuar en caso de duda razonable una uretrografía retrógrada para diagnosticar su posible existencia.
Ante una sospecha de fractura peneana, puede
ser de cierta utilidad la realización de una cavernosografía. Para ello podemos utilizar una palomilla y puntacionar la porción dorsolateral del cuerpo cavernosoque consideremos indemne. Sin embargo hay quesaber que existen suficientes falsos resultados positivos como para desaconsejar su uso rutinario. La ecografía, pese a que no detecta fácilmente las pequeñas lesiones, se utiliza de manera asidua, como método accesible y no invasivo de exploración. La resonancia nuclear magnética considerada como un procedimiento altamente fiable para constatación de heridas de cuerpo cavernoso, si bien por razones obvias no es habitualmente utilizado. TRATAMIENTO Traumatismos cerrados