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MARRONI, CÉSAR
HEXACLOROBENCENO 4-759-1596
PABLO, CAMPOELÍAS
1-741-1224
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
• La intoxicación por HCB produce un cuadro denominado “Porfiria Cutánea Tarda”, que cursa con:
• Lesiones Cutáneas
• Hipertricosis E Hiperpigmentación
• Eritema
• Úlceras
• Ampollas
• Cicatrices
• Aumento del tamaño del hígado, de las glándulas adrenales y de los linfonodos.
• En la mitad de los casos (sobre todo niños) se observó que también desarrollaban osteoporosis o artritis.
• Los bebés alimentados con leche de mujeres expuestas pueden desarrollar:
• “Pembe Yara”: Picor y lesiones rosadas características en la piel. En algunos casos muerte
al año.
• Disminución del crecimiento.
• Síntomas de artritis.
• El 37% un aumento de la glándula tiroides.
EFECTOS Y DAÑOS AL MEDIO AMBIENTE
EFECTOS Y DAÑOS AL SER HUMANO
• La exposición breve a niveles de hexaclorobenceno muy altos puede causar efectos sobre el
sistema nervioso tales como debilidad, temblores y convulsiones; úlceras en la piel; y efectos del
hígado y la tiroides.
• Estudios en animales sugieren que la ingestión prolongada de alimentos con hexaclorobenceno
puede producir cáncer del hígado, el riñón y la tiroides. La exposición prolongada puede causar
daño del hígado y del sistema reproductivo; también puede causar efectos sobre el desarrollo.
• Debido a que el hexaclorobenceno se acumula en la grasa del cuerpo (incluso en tejido de los
senos) donde puede permanecer durante largo tiempo, la exposición prolongada puede resultar
en acumulación de hexaclorobenceno en el cuerpo.
MECANISMOS DE DEGRADACIÓN
• Degradación del HCB en especies vegetales: El HCB existente en los suelos, puede pasar a las plantas a
través de las raíces y moverse hacia las parte nuevas de las mismas donde los fenómenos de eliminación tales
como transpiración y fotodegradación tienen lugar, pudiéndose considerar como un proceso de eliminación.
• Degradación de HCB presente en suelos: La vida media en el suelo es de aproximadamente 2 años; hay una
degradación del 14% (absorbido) después de haber estado expuesto por 24 horas a intensa luz solar simulada.
Tiene una descomposición térmica: de 510-527°C; mineralización a 950°C. Metabolitos: 2,3, 5-Triclorofenol,
tetraclorobenceno y pentaclorobenceno con una vida media en suelos que sobrepasa 2 años.
• Degradación en el Agua: El HCB contenido en los clorofenoles puede quedar adherido a la superficie del
agua, o absorbido o en suspensión en partículas o sedimentos, más que en solución. El HCB se evapora
rápidamente en el agua; la vida media es de 8 horas en el laboratorio.
NOTICIA DE INTERÉS
• El episodio más llamativo en relación con los efectos del HCB en el ser humano se refiere a la ingestión de semillas
tratadas con este producto en la región oriental de Turquía entre 1954 y 1959.
• Las personas que consumieron semillas tratadas experimentaron una serie de síntomas, por ejemplo, lesiones cutáneas
fotosensibles, hiperpigmentación, hirsutismo, cólicos, debilidad grave, porfirinuria y debilitamiento. Entre 3 000 y 4 000
personas contrajeron porfiria túrcica, trastorno de la biosíntesis de hemo. La mortalidad llegó al 14%.
• Las madres que ingirieron las semillas transmitieron el HCB a sus hijos a través de la placenta o de la leche. Los niños
nacidos de estas mujeres contrajeron "pembe yara" o úlceras rosadas, con un índice de mortalidad notificado de
alrededor del 95%. En un estudio con 32 personas realizado 20 años después del brote se puso de manifiesto que la
porfiria podía persistir durante años después de la ingestión de HCB.
• En un pequeño estudio transversal de trabajadores expuestos al HCB no se encontraron pruebas de porfiria cutánea ni de
ningún otro efecto adverso relacionado con la exposición durante un período de uno a cuatro años.
CASO CLÍNICO
• Durante ese internamiento –ocho meses antes de la consulta dermatológica–, desarrolló vesículas
en la frente que se rompieron dejando exulceraciones, costras, manchas y cicatrices que se
resolvieron de manera espontánea. Tras el alta hospitalaria y reanudar la exposición solar, presentó
nuevas lesiones en antebrazos y dorso de las manos, de manera que acudió al hospital donde se
observó una dermatosis en áreas fotoexpuestas, caracterizada por múltiples exulceraciones,
algunas con costras sanguíneas en la superficie, cicatrices lineales, áreas de hiperpigmentación e
hipopigmentación y 2 vesículas de contenido seroso en el antebrazo izquierdo.
• La biopsia reveló una ampolla subepidérmica con plasma y escaso infiltrado inflamatorio, fibras
de colágeno engrosadas y paralelas a la epidermis, y elastosis solar. La tinción PAS mostró
reforzamiento de la pared de algunos vasos dérmicos. La inmunofluorescencia directa informó
positividad en las paredes de los vasos de pequeño y mediano calibre.
CASO CLÍNICO
• Los valores de porfirinas en orina de 24 horas fueron: uroporfirinas 4889.7 µg/ml (3.3-29.5 µg/ml);
heptacarboxiporfirina 1536.9 µg/ml (0-6.8 µg/ml); hexacarboxiporfirina 10.7 µg/ml (0-0.9 µg/ml);
pentacarboxiporfirina 31.3 µg/ml (0-4.7 µg/ml); coproporfirina 52.7 µg/ml (0-155 µg/ml); y porfirinas
totales 6521 µg/ml (12-190 µg/ml).
• Entre los exámenes complementarios, llamaron la atención los siguientes resultados: ferritina sérica 2000
ng/ml (20-250 ng/ml); hierro sérico total 193.6 µg/dl (250-450 µg/dl); saturación de hierro 95% (< 45%);
AST 96.9 U/L (15-46 U/L); creatinina 2.8 mg/dl (0.8-1.5 mg/dl); con VIH y VHC negativos. Expuesta a
luz de Wood, la orina mostró fluorescencia roja.
• Con todos estos hallazgos, se integra el diagnóstico de porfiria cutánea tarda. Se indica manejo
conservador, con fotoprotección y vigilancia conjunta con los servicios de cardiología y nefrología.
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GRACIAS
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