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MEDIEVAL
CRISTIANA
Parte I. Patrística
Cristianismo y filosofía
Elhistoria
Cristianismo no es una filosofía, pero al ser el hecho central de la
del hombre, ha tenido y tiene una inmensa influencia en el
desarrollo de la investigación filosófica.
La fe se convierte en un límite.
a) La Patrística
b) La Escolástica
a) El platonismo agustiniano
b) El aristotelismo tomista.
Filosofía cristiana
San Justino y
Patrística (s. I a IV) Apologetas
Tertuliano
Escoto Eriúgena
Escolástica (s. IX a Inicio: La cuestión de los
Universales y San Anselmo
XI)
San Justino Mártir presenta a la filosofía clásica como antesala y preparación para la fe.
Tertuliano, por el contrario, nos dice que la antigua filosofía es, ante Dios, pura
insensatez; Jerusalén es la antítesis de Atenas; la Iglesia es la antítesis de la Academia.
Juventud y estudios: Agustín se educó como retórico en las ciudades norafricanas de Tagaste, Madaura y
Cartago. Entre los 15 y los 30 años vivió con una mujer cartaginesa, con quien tuvo un hijo en el año 372, llamado
Adeodatus, que en latín significa regalo de Dios.
Inspirado por el tratado “Hortensius” de Cicerón, Agustín se convirtió en un ardiente buscador de la verdad, que le
llevó a estudiar varias corrientes filosóficas. Durante nueve años, del 373 al 382, se adhirió al maniqueísmo,
filosofía dualista persa, muy extendida en aquella época por el imperio romano. Su principio fundamental es el
conflicto entre el bien y el mal, y a Agustín el maniqueísmo le pareció una doctrina que parecía explicar la
experiencia y daba respuestas adecuadas sobre las cuales construir un sistema filosófico y ético. Además, su
código moral no era muy estricto; Agustín recordaría posteriormente en sus Confesiones: "Concédeme castidad y
continencia, pero no ahora mismo". Desilusionado por la imposibilidad de reconciliar ciertos principios
maniqueístas contradictorios, Agustín, abandona la doctrina y decide por el escepticismo. En el año 383 se traslada
de Cartago a Roma, y un año más tarde se va a Milán como profesor de retórica. Allí se mueve en círculos
neoplatónicos. Allí también conoce al obispo de la ciudad, al gran Ambrosio, la figura eclesial de mayor renombre
por santidad y conocimiento de aquel momento en Italia. Ambrosio le recibió con bondad y le ilustró en las
ciencias divinas. Y así renace en Agustín un nuevo interés por el cristianismo. A los 33 años de edad recibe el
bautismo en la Pascua del año 387. Su madre Santa Mónica, que se había trasladado a Italia para estar cerca de él,
se llenó de gran gozo. Agustín, ya convertido, se dispuso volver con su madre a su tierra en África, y juntos se
fueron al puerto de Ostia a esperar el barco. Pero Mónica muere en el puerto a los 55 años de edad.
Obispo y teólogo:Agustín regresó al norte de África y fue ordenado sacerdote el año 391, y
consagrado obispo de Hipona (ahora Annaba, Argelia) en el 395, a los 41 años, cargo que
ocuparía hasta su muerte. Fue un periodo de gran agitación política y teológica; los bárbaros
amenazaban el imperio romano llegando incluso a saquear a Roma en el 410, y el cisma y la
herejía amenazaban internamente la unidad de la Iglesia. Agustín emprendió con entusiasmo
la batalla teológica y refutó brillantemente los argumentos paganos que culpaban al
cristianismo por los males que afectaban a Roma. Combatió la herejía maniqueísta y participó
en dos grandes conflictos religiosos, el uno contra los donatistas, secta que sostenía que eran
inválidos los sacramentos administrados por eclesiásticos en pecado. El otro, contra las
creencias pelagianas, seguidores de un monje británico de la época que negaba la doctrina del
pecado original. Durante este conflicto, que duró por mucho tiempo, Agustín desarrolla sus
doctrinas sobre el pecado original y la gracia divina, soberanía divina y predestinación. Sus
argumentos sobre la gracia divina, le ganaron el título por el cual también se le conoce,
Doctor de la Gracia. La doctrina agustiniana se situaba entre los extremos del pelagianismo y
el maniqueísmo. Contra la doctrina de Pelagio mantenía que la desobediencia espiritual del
hombre se había producido en un estado de pecado que la naturaleza humana era incapaz de
cambiar. En su teología, los hombres y las mujeres son salvos por el Don de la Gracia Divina.
Contra el maniqueísmo defendió con energía el papel del libre albedrío en unión con la
gracia. Agustín murió en Hipona el 28 de agosto del año 430.
Síntesis:
San Agustín es uno de los más grandes pensadores del cristianismo.
Vivió una juventud despreocupada y escéptica, alegre e inconsciente.
Su sinceridad le lleva a plantearse profundos problemas filosóficos sobre la verdad y el
sentido de la vida.
En un principio profesó la filosofía gnóstica del persa Mani (maniqueísmo) que defendía
la existencia de dos principios, uno del bien y otro del mal que luchan entre sí.
Luego se vuelve escéptico pero luego lo abandona por considerarlo antinatural e ilógico.
La filosofía platónica abrió la mente de San Agustín a las verdades eternas.
En esta búsqueda de la verdad, se convierte gracias a su sinceridad y a las oraciones de su
madre, Santa Mónica.
En sus Confesiones narra su peregrinar.
Con espíritu apasionado, siendo obispo de Hipona, lucha contra el paganismo y las
herejías.
Dios es la “sustancia o sujeto” de las ideas platónicas; el UNO de Plotino; el mundo ideal
es el mismo SER de Dios; las ideas divinas se confunden en la simplicidad de su ser.
El mundo exterior sirve para descubrir el rastro de Dios.
Dios es quien tiene el ser por esencia.
Su esencia es su misma existencia (las cosas tienen una esencia pero hubo un tiempo que no
existieron y dejarán de existir).
Dios es un ser por sí, no por otro.
Es pura actividad, cognoscitiva y amorosa; actividad personal y providente.
Dios es activo en el sentido de las tres facultades anímicas capitales: memoria,
entendimiento y voluntad.
El Padre es la memoria (la continuidad e identidad de Dios consigo mismo).
El Hijo es el conocimiento que Dios tiene de sí mismo.
El amor que Dios se profesa a sí es el Espíritu Santo.
El alma no preexistió en un mundo anterior; fue creada por Dios de la nada e infundida a un
cuerpo. Solo descansará cuando retorne a Dios…
El alma conoce las cosas concretas y, también las esencias o ideas universales.
En su Ciudad de Dios afirma que la historia se forma de la trama de las acciones libres de los
hombres, ordenada por la Divina Providencia.
San Agustín crea la primera gran síntesis filosófica del Cristianismo.
Después de San Agustín se precipita la ruina del Imperio Romano Occidental.
Filosofia de San Agustín
Sintió preferencia por los neoplatónicos que ejercieron una gran influencia en él,
pero a los que corrigió. Esta predilección se basó en considerarles los filósofos
clásicos más cercanos al cristianismo y por haber dado vida a una enseñanza común
de la verdadera filosofía.
Con el primero hace una invitación al sujeto para que se vuelva a sí mismo, pero no
para pararse en el sujeto, sino para que se dé cuenta de que en él hay algo más que lo
trasciende. La mente humana está en relación con las realidades inteligibles e
inmutables. Con este principio demuestra la existencia de Dios, prueba la
espiritualidad del alma y su inmortalidad y además da una explicación psicológica
de la Trinidad.
El segundo principio podemos enunciarlo así: todo bien o es bien por su misma
naturaleza y esencia, o es bien por participación; en el primer caso es el Bien sumo,
en el segundo caso es un bien limitado. Esta participación puede ser: la participación
del ser, de la verdad y del amor. En cuanto a la inmutabilidad, el ser verdadero,
genuino y auténtico es sólo el ser inmutable. No existe de alguna forma o en cierta
medida, sino que es el Ser. Este principio vale para distinguir al ser por esencia del
ser por participación.
Razón y Fe
San Agustín comienza la búsqueda de la verdad de una manera casi
desesperada. Ya a los diecinueve años se pasó al racionalismo y rechazó
la fe en nombre de la razón. Sin embargo, poco a poco va descubriendo
que la razón y la fe no se oponen, sino que su relación es de colaboración.
La fe es un modo de pensar asistiendo, si no existiese el pensamiento, no
existiría la fe. Por eso la inteligencia es la recompensa de la fe. La fe y la
razón son dos campos que necesitan ser equilibrados y complementados
Sus otros escritos incluyen las Epístolas, de las que 270 se encuentran en la
edición benedictina, fechadas entre el año 386 y el 429; sus tratados De libero
arbitrio (389-395), De doctrina Christiana (397-428), De Baptismo, Contra
Donatistas (400-401), De Trinitate (400-416), De natura et gratia (415),
Retracciones (428) y homilías sobre diversos libros de la Biblia.
Epoca de Transición:
En el Imperio de Oriente o Bizantino permanecerá el ambiente filosófico
alejandrino.
En su seno, el neoplatonismo degenerará en el “Bizantinismo”, que se ocupó de
minúsculas cuestiones inoperantes.
El final de este proceso llega con la clausura de la Academia Platónica de Atenas
por orden del emperador Justiniano (529), por considerar que sus enseñanzas
eran perjudiciales para el Estado.
Muchos pensadores emigran a Oriente próximo, donde son acogidos en Siria por
la corte de Cosroes rey de Persia.
Allí prolongarán su débil tradición cultural, mientras en el Occidente europeo
irrumpen sangrientamente los bárbaros.
Del siglo V al IX mucho de la cultura grecolatina fue guardada en los
monasterios.
Durante estos siglos cabe señalar la actividad aislada de sabios como Casiodoro,
Boecio y San Isidoro de Sevilla.
Luego renace la cultura en una época en la alta edad media, de la que emergerá
la Escolástica.
Boecio:
Anicius Manlius Severinus Boëthius, en latín (Roma, 480 – Pavía, 524/525)
provenía de una antigua familia romana, los Anicia, cristianizada hacía más de
un siglo, y que engendró dos emperadores y un Papa.
Boecio empezó estudios de retórica y filosofía, conocimientos que amplió en
Atenas. Se casó con Rusticiana, hija del senador Símaco (senador y cónsul en
el año 485).
En 510 fue consul ordinarius (el cónsul que da nombre al año) en solitario. En
522 ó 523 él mismo fue nombrado magister officiorum, cargo equivalente a lo
que podría llamarse un primer ministro, del rey ostrogodo Teodorico el Grande.
En 522 nombró cónsules a sus dos hijos, Flavio Símaco y Flavio Boecio.
La acumulación de tanto poder despertó los celos del partido filogótico, por lo
que fue acusado de conspirar a favor del Imperio Bizantino por el referendarius
Cipriano, miembro de ese partido. Fue encarcelado, torturado y decapitado en
Ager Calventienus, al norte de Pavía, «injustamente», según él mismo, por
haber intentado proteger al Senado.
La ciudad de Pavía le reconoce y celebra en la liturgia como mártir en la fe.
Obras de Boecio:
Con el propósito de unificar ambas escuelas filosóficas, se propuso traducir al latín las
obras de Aristóteles y de Platón, pero no concluyó su proyecto: sólo se conservan su
traducción de las Categorías y del Peri hermeneias de Aristóteles y de la Isagoge de
Porfirio. Étienne Gilson afirma que Boecio fue, para la escolástica medieval, por sus
traducciones, comentarios y escritos, la principal autoridad en lógica de la Edad Media
hasta que en el siglo XIII fue traducido al latín y comentado directamente el Organon
completo de Aristóteles. En su obra principal realiza la distinción, que luego sería
central para la Escolástica, entre id quod est (todo el ente) y quo est o esse (aquello
que hace que el ente sea).
También escribió sobre aritmética (De arithmetica), música (De música), geometría,
astronomía, antropología y de teología ( Opuscula theologiae, cinco libros). Todo con la
intención de transmitir a las nuevas generaciones, a los nuevos tiempos, la gran cultura
grecorromana. Precisamente por este motivo, Boecio ha sido calificado como el último
representante de la cultura romana antigua y el primero de los intelectuales medievales.
Epoca Monástica:
• Si Boecio es el “Ultimo Romano”, Casiodoro, su compañero y discípulo es “el primer
medieval”, pues su mentalidad es ya de otro mundo en formación, el de la
cristiandad medieval. Durantre la época monástica no se crea demasiada filosofía
original ya quedados los tiempos, su función fue mas bienresguardar la cultura
antigua de la época violenta e inestable que se vivió tras las invasiones bárbaras al
imperio, y las segundas invasiones de los puelos como los Magiares y los Vikingos.
Los monasterios tenía una escuela interior destinada a los monjes y otra exterior
para los seglares.
Casiodoro tiene una obra muy abundante, pero de carácter enciclopédico con poco
material original, sin embargo, su cartas y documentos de su vida política fueron
modelo de literatura epsitolar hasta el Renacimiento.
Epoca Monástica:
San Isidro de Sevilla: No se le puede considerar un filósofo o
teólogo original pero si un educador y gran organizador. Es uno de
los grandes transmisores del saber antiguo y al mimso tiempo gran
maestro de la cultura medieval. Su influjo en la alta Edad Media fué
considerable. Entre sus escritos destaca De Natura rerum., y
Etymologiae, presentado como enciclopedia de veinte tomos.
El Monacato Británico:
Este renacimiento está alentado en la admiración por la grandeza de Grecia y Roma como forma
superior de cultura, pero inspirada en un profundo sentimiento religioso, en el que se deploraban
los errores paganos. Carlomagno creó en Aquisgrán (Aix-la-Chapelle o Aachen, hoy en Alemania)
una academia literaria, y fundó una escuela palatina. El gran inspirador y organizador de la escuela
fue el monje anglosajón Alcuino de York (730-804), a quien se toma como verdadero eje de este
Renacimiento Carolingio. Nuevamente nos encontramos con un pensador poco original pero con
una relevancia inmensa en su labor pedagógica y organizativa. Alcuino identifica a la Filosofía
como Amor a la sabiduría, y las identifica con las siete columnas de la sabiduría:
Etapa Palatina:
El Trivium y el Cuadrivium: En los estudios fundamentales que estuvieron vigentes en las
universidades durante siglos se distinguía un grupo de enseñanzas agrupadas en los nombres
clásicos de trivium y cuadrivium.
El primero estaba constituido por la formación en:
Gramática,
Retórica
Dialéctica;
El segundo, por:
Aritmética
Geometría
Astronomía
Música
Quien los superaba recibía la titulación de bachiller en artes y quedaba capacitado para, si lo
deseaba o podía permitírselo, acceder a una licenciatura en alguna de las carreras impartidas
por los diversos centros universitarios. El trivium, tan ausente en la enseñanza actual, formaba
al alumno en tres habilidades de la máxima importancia para el ejercicio de cualquier
profesión, pero sobre todo para la de impartir docencia: construir bien el lenguaje que traduce
el pensamiento, exponerlo correcta y convincentemente y utilizarlo para defender una idea o
para enriquecerse con las del contrario.
Para completar la información sobre filosofía medieval, se cuenta con las presentaciones:
FILOSOFÍA CRISTIANA II ESCOLASTICA
http://www.slideshare.net/GerardoViau/filosofia-medieval-cristiana-2-escolastica
FILOSOFIA MEDIEVAL SEMÍTICA
http://www.slideshare.net/GerardoViau/filosofia-medieval-semitica
Bibliografía:
Historia sencilla de la filosofía
Rafael Gambra
Ediciones Rialp, 1992
11. ed. Ampliada, Madrid