Está en la página 1de 4

FILOSOFOS ROMANOS

Históricamente, gran parte de la filosofía romana hereda sus preceptos, instrucciones,


exhortaciones y observaciones de su predecesora, la antigua filosofía griega, que es la cuna de
la propia filosofía.
Las teorías de la existencia y la ética han sido avanzadas y argumentadas por eruditos, incluso
martirizados por su amor al conocimiento a lo largo del antiguo periodo griego. Filósofos como
Sócrates, Aristóteles y Platón son algunos de los Padres de la Filosofía.

1. Cicerón (AC 3- 43)


Marco Tulio Cicerón fue un ciudadano entregado a la República Romana. Cuando llegó a su
más alto cargo, el de cónsul en el año 63 a.C., ésta era una institución que había durado más
de 500 años. Cicerón fue uno de sus últimos defensores.
Escribió su libro más influyente, De Officiis o Sobre los deberes, en pleno conflicto sobre el
futuro de la República. Cicerón se había negado a unirse a la alianza entre Julio César, Craso y
Pompeyo, e incluso había rogado a César que la preservara.
En su libro, ataca directamente a quienes, como César y Marco Antonio, estaban
corrompiendo lo que él consideraba los principios fundacionales de la República romana;
principalmente el sentido del deber cívico que estaba en su base.
Para Cicerón, debemos fijar nuestra mirada en beneficio de la República, no de nosotros
mismos. Estamos obligados al compañerismo humano por encima de los demás. Además, y
esto es importante para los pensadores posteriores, Cicerón sugirió que, al elaborar nuestro
trabajo, debemos asumir siempre que la acción noble y honorable es la misma que la útil o
provechosa; ninguna deshonestidad puede conducir al bien de la República.
Por desgracia, un año después de escribir La Officiis, Cicerón es capturado por las tropas de
Octavio y asesinado.
La República romana pudo morir poco después de Cicerón, pero sus ideas perduraron mucho
tiempo después. El redescubrimiento de sus textos en el Renacimiento se convirtió en la base
de un nuevo movimiento, el humanismo. Estableciendo así un legado póstumo que sigue
siendo ampliamente difundido en el mundo.

2. Séneca el Joven (c. A.C. – 65 d.C.)


Lucio Anneo Séneca el Joven fue un político y filósofo romano. Nació alrededor del año 4 a.C.
Estuvo enfermo gran parte de su vida y en tres ocasiones los emperadores o el Senado
intentaron matarlo. Cuando finalmente se suicidó, le costó tres intentos. Irónicamente, fue
una enfermedad la que le mantuvo con vida.
Durante su vida, Séneca fue un defensor de la escuela de filosofía conocida como estoicismo.
Aunque se originó en Grecia, fue bastante popular en Roma. A diferencia de muchos de los
filósofos, Séneca no hizo caso de lo que defendía. A pesar de sostener, como los estoicos, que
la pobreza no era mala ni algo que debiera evitarse, fue uno de los hombres más ricos del
mundo. Séneca defendía el bien de la vida privada en lugar de la pública, pero estaba muy
implicado en la esfera pública. Afirmaba que debíamos vivir virtuosamente y, sin embargo, a
menudo era el centro de un escándalo en Roma.
Dicho esto, Séneca ofreció argumentos persuasivos a favor del estoicismo. Mientras que los
estoicos originales se ocupaban también de la lógica, la metafísica y la epistemología para
sustentar un marco filosófico completo, su obra se centró principalmente en su ética. Sus
argumentos parecen más bien consejos para la vida que afirmaciones sobre la naturaleza de la
realidad.
Argumentaba apasionadamente contra los peligros de la ira y otras emociones, al tiempo que
afirmaba que la virtud y la sencillez eran el camino hacia una vida buena. Aunque sus
argumentos no siempre eran válidos, su estilo persuasivo era convincente y poderoso. Por ello,
se le consideró maestro del emperador y defensor del estoicismo romano.
3. Marco Aurelio (121-180)
Marco Aurelio Antonino fue un emperador romano y el autor de las Meditaciones, una obra de
filosofía estoica. Nacido en el seno de una familia rica y políticamente activa, ascendió al trono
y demostró ser un emperador capaz y muy respetable. Se le conoce sobre todo por hacer uso
de su ingenio en todas las crisis y por sus represalias tácticas en la guerra. Pero, sobre todo, es
conocido por ser el autor de las Meditaciones y por consolidar posteriormente el estoicismo.
Su libro consiste en sus cavilaciones, anécdotas y reflexiones en medio de una ferviente
campaña y guerra contra los bárbaros. Es una elucidación del estoicismo, la filosofía de
controlar las cosas de nuestro ámbito y dejar de lado todo lo que dependa de cuerpos
extraños. Su narración pinta una clara imagen de un emperador obediente, despreocupado
por la fama transitoria o duradera.
En su totalidad, refleja lo que constituye un emperador romano y el zeitgeist. El hecho de que
escribiera originalmente en griego es un testimonio de la fusión de la cultura grecorromana.
Su libro es relevante para todas las edades y todas las épocas. Sin embargo, es más probable
que la gente caiga en él durante los tiempos modernos. Es una elucidación del estoicismo, la
filosofía de controlar las cosas de nuestro ámbito y dejar de lado todo lo que dependa de
cuerpos extraños. Su narración pinta una clara imagen de un emperador obediente,
despreocupado por la fama transitoria o duradera.
Así, se le atribuye haber simplificado el estoicismo, mientras que el libro es propiedad de la
mayoría de las personas de hoy en día (incluyéndome a mí), lo que mejor nos aplaca durante la
agonía que producen las complejidades modernas.

4. San Agustín (354-430)


San Agustín de Hipona fue un filósofo, un pensador cristiano y, sobre todo, un teólogo. Intentó
con éxito engranar las doctrinas clásicas y cristianas, dando lugar a un género de teología más
poderoso. No sólo eso, a través de sus libros como Las Confesiones y Ciudad de Dios, también
introdujo la exégesis de los textos religiosos, al tiempo que consolidó la arquitectura del
cristianismo tanto en la Edad Media como en la Moderna.
El resurgimiento de Las Confesiones después del siglo XII tuvo un impacto duradero en los
lectores. Retrata las pruebas y tribulaciones del hombre en la búsqueda del autoconocimiento
en presencia de un Dios omnipresente. Clasifica claramente las confesiones como todos los
actos aprobados por la religión, como apreciar a Dios y afirmar abiertamente la fe en Él. Las
Confesiones son más bien una oración, una exhortación a volverse hacia el interior y disfrutar
del amor de Dios.
Sus narraciones giran principalmente en torno al pecado, la salvación, Dios y el alma. Opina
que la religión no es una mera cuestión del intelecto, sino una renuncia disciplinada a todo lo
carnal. Por ello, renunció a su vida luchando por una cruzada religiosa contra todos los
placeres de la carne e inspirando a vivir una vida casta.

5. Plotino (205-270)
Plotino fue un antiguo filósofo y el padre del neoplatonismo. Las fuentes de su biografía se
limitan a un puñado de libros publicados por su discípulo. Libros como La vida de Plotino y Las
Enéadas son algunos de ellos. Por desgracia para nosotros, no se dispone de ninguna
información sobre su vida, mientras que las fuentes existentes relatan un conocimiento de seis
años entre Plotino y Porfirio. Por tanto, la mayor parte de su vida es ajena a la historia.
Plotino fue un maestro devoto y, más adelante en su vida, se refugió muchas veces en la
escritura. Su congregación no se diferenciaba de la escuela tradicional que prevalecía en
aquella época. Actividades como citar opiniones personales sobre las ideas existentes de los
filósofos que le precedían era un fenómeno común. De igual modo, se entretenía en hacer
preguntas y discursos sobre diversos temas y los proseguía hasta proponer una respuesta
definitiva.
Como la mayoría de los filósofos de la antigüedad tardía, creía en la magia y en las profecías de
las constelaciones. Su mensaje final corrobora su interés por lo oculto, que consistía en
esforzarse por llegar a ser inherentemente divino.

6. Porfirio (233- 305 d.C.)


Porfirio de Tiro fue discípulo de Plotino, el filósofo neoplatónico. De todas sus aportaciones, la
más significativa es la publicación póstuma del manuscrito de su maestro, Plotino, llamado
Enéadas. Nacido en el Líbano (antigua Fenicia) hacia el 233-234 d.C., se llamaba Malco. Más
tarde visitó Roma y se relacionó con su maestro.
En cuanto a sus obras originales, escribió sobre temas cosmopolitas. La Isagoge o Introducción
fue traducida al latín y al árabe, y fue un libro básico entre los maestros durante la Edad
Media.
Además, Filosofía de los Oráculos y Contra los cristianos irritaron a los seguidores del
cristianismo y suscitaron una polémica.
Además de éstos, su libro más famoso es Introducción a las Categorías, donde expuso
brevemente las ideas de Aristóteles.
Se opuso al cristianismo y defendió el paganismo, alegando que el cristianismo estaba,
innecesariamente, colocado en un alto pedestal. Odiaba el tema mismo del cristianismo y del
Dios impersonal. Creía que sólo imbuyendo la confluencia de la sabiduría y la razón se podía
estar unido a Dios.
Defendió el vegetarianismo y discutió el efecto de comer carne animal en su libro Sobre la
Improcedencia de Matar Seres Vivos para Comer. También fue autor de un libro sobre
Pitágoras (Vida de Pitágoras), además del de Plotino. Ha trabajado para preservar la vida, las
luchas y los logros de varios filósofos y matemáticos que, de otro modo, la historia podría
haber perdido.

7. Plinio el Viejo (23-79 d.C.)


Plinio nació en el seno de una familia de élite en Como, Italia, pero más tarde descendió a
Roma y completó su educación. Aunque se conservan retazos de sus discusiones anteriores,
sólo la Historia Natural existe como un sólido libro compilado. El libro profundiza en
numerosos estados de las cosas naturales.
El libro consta de 37 partes, cada una de las cuales narra sus observaciones sobre temas
cosmopolitas, empezando por la cosmología y la astronomía (Libro II), los seres humanos
(Libro VII) hasta los reptiles Y los mamíferos (VIII), los peces y otros animales marinos (IX), las
AVES (X) y los insectos (XI). Aunque algunas partes del libro informan de extractos de la lógica
de Aristóteles, hubo muchas incidencias de examen independiente por parte de Plinio. Así,
reuniendo sus observaciones y estudios sobre diversas ramas de la botánica, preparó un libro
completo que era accesible tanto en Roma como en Italia.

8. Lucrecio (88- 55 a.C.)


Lucrecio o Tito Lucrecio Caro es uno de los poetas y filósofos romanos más infravalorados.
Celoso seguidor de Epicuro, no se sabe mucho de él.
Su única obra que se conserva en nuestra memoria es el poema filosófico dactílico De Rerum
Natura (Sobre la naturaleza de las cosas), sobre las ideas principales y la filosofía central del
epicureísmo. El único dato conocido que atestigua su existencia es que fue compañero o
cliente de Cayo Mario, a quien iba dirigido y dedicado su poema.
Sus poemas abordan todos los fenómenos tangibles e intangibles, como la mente y el alma, las
sensaciones, el tacto, los pensamientos, el hombre, la mujer, la reproducción y también la
evolución del mundo. También exploró el fenómeno celestial, trascendiendo de las tierras
terrestres. El libro se abre rindiendo homenaje a Venus y dirigiéndose a ella como la Madre de
la Naturaleza. Además, culmina su epopeya aventurándose copiosamente sobre los días, las
noches, las estaciones, los truenos, los relámpagos, mientras que termina abruptamente en la
plaga de la manta de Atenas en seis libros.
En cualquier caso, Lucrecio fue una influencia significativa en los esfuerzos de varias figuras de
la época de la Ilustración por construir el humanismo.
También es el progenitor del concepto de un sistema de tres edades, que fue formalizado a
partir de 1834 por CJ Thompson.

9. Anicio Manlio Severino Boecio (470/75-524)


Boecio fue un erudito romano, un filósofo cristiano y un estadista. Su obra exclusiva sobre el
neoplatonismo, De Consolatione Philosophiae (Consolación de la Filosofía) lo catapultó a las
alturas de la autoría. En su libro, opina que la verdadera felicidad es la unión sagrada de la
sabiduría y el amor divino. Su objetivo erudito era traducir al latín la lógica de Aristóteles en
griego y las obras completas de Platón con comentarios, notas y glosas adicionales.
Condenado por defender abiertamente al senador Albino, otros cargos fueron la práctica de la
magia y el sacrilegio. Fue durante su tiempo de encarcelamiento cuando escribió su obra más
distinguida y personal, Consolación de la Filosofía. Los argumentos filosóficos que presentó son
platónicos con un toque de arte literario. Así, siguió a su ejecución en el año 524, siendo su
única esperanza la espera de una recompensa virtuosa al otro lado de la muerte.

10. Hipatia (370-415)


Hipatia, filósofa neoplatónica, fue también una pionera y una importante contribuyente a las
matemáticas. Hija de Teón, que también era un talentoso matemático y filósofo, Hipatia se
dedicó a enseñar las filosofías del neoplatonismo expuestas por Plotino e Iámblico. El primero
fue el padre de la ideología neoplatónica y el segundo, de origen árabe, lideró el movimiento
en Siria. Cuando las prácticas de Occidente estaban plagadas de paganos y paganismo, ella
introdujo el concepto de conocimiento y ciencia.
Su filosofía era más erudita y científica en su interés y menos mística y pagana que la del
neoplatonismo de otras escuelas. Más tarde, sucumbió a la muerte en medio de un violento
conflicto entre los cristianos y los paganos. Bertrand Russell ha afirmado con razón que ningún
filósofo romano es original, sino que ha tomado prestado de los griegos, pues es filosofía
griega vestida de romana. Todo lo que los romanos defendieron es una mera exposición de los
modelos griegos. En conclusión, los filósofos romanos expusieron la plantilla griega y llevaron
la batuta de la epistemología, la ética y la lógica una era adelante, comprendiendo en conjunto
la Filosofía Occidental.

También podría gustarte