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de intervención Psicológica.
Intervención
Humanistas
Primaria.
• Son las medidas orientadas a evitar la aparición de una
enfermedad o problema de salud, mediante el control de
factores causales y los factores predisponentes o
condicionantes OMS
• En este nivel se encontrarían también las necesidades de
promover estilos de vida saludable, como suscitar programas.
Secundaria.
• Medidas orientadas a detener o retardar el progreso de una enfermedad o
problema de salud ya presenté en un individuo en cualquier punto de su
aparición. Este nivel pretende eliminar la enfermedad cuando se encuentra en
sus primeras fases, es decir, la detección precoz de los problemas de salud.
Es por esto, que se le conoce como la lucha contra la prevalencia de la
enfermedad.
Terciaria-
En otras palabras, se busca pausar el avance y progresión de la
enfermedad para evitar la aparición de complicaciones o
efectos que podrían perjudicar a la persona de por vida. Por
ejemplo, realizar algún tipo de terapia física a un paciente con
secuelas de un accidente, enseñarle a una persona
diagnosticada con diabetes a mantener una alimentación
saludable, etc.
PRIMORDIAL.
busca incidir en formas de vida y patrones de consumo social que
aumentan el riesgo de que la población pueda adquirir una enfermedad. Es
decir, trata de generar un cambio a nivel más cultural, por lo cual necesitan
del apoyo de políticas públicas y del gobierno.
Mapa conceptual
PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN
Cuando nos referimos a ella, es inevitable hacer énfasis en la
aplicación requerida para poder generar un cambio. En ese
sentido, nos referimos a la intervención en la prevención.
Cuando nos referimos a la intervención hacemos referencia a un
proceso por el cual intentamos genera algún cambio en el estado
actual de la persona y la enfermedad, pues supone la existencia
de un trastorno ya desarrollado que requiere ciertas acciones para
evitar que siga desarrollándose o que las consecuencias en el
futuro sean mayores.
Objetivos.
a) Aplicar estrategias y técnicas Humanistas para fortalecer y
promover la salud, así como prevenir la aparición de
enfermedades (prevención primaria).
b) Aplicar estrategias y técnicas orientadas a controlar situaciones
de riesgo antes que se agrave el problema o enfermedad
(prevención secundaria).
c) Aplicar estrategias y técnicas para prevenir la recaída o
reaparición de los sín-tomas y evitar consecuencias negativas.
Objetivos del proceso de
información para un programa
Anexo 001
Objetivos
Luego de haber determinado cuales son las necesidades de la
población y escoger con cuáles se trabajará o se realizará el
programa de intervención, es importante definir qué queremos
lograr. Para esto, debemos preguntarnos ¿qué queremos obtener del
programa? ¿Qué espero conseguir al finalizar el programa? Es
decir, establecer las metas que queremos lograr a través de la
intervención. Tendremos dos tipos de objetivos, el general y los
específicos. El primero debe expresar los propósitos más
amplios del programa y debe responde a las siguientes preguntas.
• ¿Qué se pretende?
• ¿Para qué?
• ¿A quién va dirigido?
• ¿Dónde se aplicará?
• ¿Qué elementos se utilizarán?
Un objetivo general podría ser: “Generar cambios en las relaciones
interpersonales de las familias de la comunidad de la red del valle
del Mantaro Chilca
Planteamiento
de objetivos
DISEÑOS DE PROGRAMAS DE
INTERVENCIÓNPSICOLÓGIC
A
Metodología
Alcance a nivel individual
Suele ser el más utilizado, se refiere a aquellas situaciones en las cuales el
psicólogo realiza intervenciones en una pareja de modo exclusivo, para
ayudarle a manejar o reducir diferentes características personales como
un trastorno mental, comportamientos de riesgo, sentimientos
desagradables, problemas de conducta, etc. Suele realizarse a través de
una terapia clínica o con técnicas específicas para regular la conducta.
Alcance a nivel de parejas o familias
En este caso, se intenta trabajar con más de una persona, que se
relacionan por vínculos familiares, donde están todos de acuerdo y
dispuestos con participar de esta intervención. Los principales objetivos
son que cada miembro reconozca cómo contribuyen al problema e
intenten mejorar su comunicación para reducirlos. Estas se pueden lograr
con terapia clínica o con consejería familiar, sin embargo, en la mayoría de
los casos, la intervención a este nivel es desde el ámbito clínico.
Alcance a nivel de grupos
Cuando se trabaja de manera grupal, hay que tener en consideración otras
variables además de las ya mencionadas (problemas de relación y
problemas individuales), como el comprender las formas de comunicación
que tienen, qué aspectos tiene en común, si todos perciben de igual
manera la problemática, cuáles son las expectativas de la intervención,
cuántas personas van a participar y si son las que requieren mayor
atención o no.
metodologia
En general, buscaremos que quienes optan por una 001
intervención grupal, tengan necesidades similares, por ejemplo,
aprender a manejar problemas de conducta en sus hijos,
regular la expresión de la agresión, aprender a comunicarse de
manera asertiva, etc. Normalmente, se recomienda realizar
este tipo de intervenciones puesto que tiene muchas ventajas a
la hora de obtener resultados.
Ventajas de trabajar en grupos
• Normalizar o restar sentimientos de culpa o de frustración por
los problemas, puesto que al darse cuenta que existen más
personas con el mismo problema, suele generar que los
involucrados se sientan más tranquilos.
• Existen mayores expectativas de que pueden mejorar, al ver
que otras personas comienzan a demostrar avances, los demás
se ven más optimistas respecto a los resultados.
• El grupo suele funcionar como factor motivacional, cuando
uno del equipo se muestra desmotivado o poco optimista del
proceso, otro suele ayudarlo a mantener las expectativas y
seguir intentando mejorar.
• El sentimiento de pertenencia a un grupo, suele funcionar
como factor terapéutico o incluso aliviador de algunos
síntomas.
Sin embargo, también podemos mencionar ciertas dificultades
en este nivel de intervención.
Inconvenientes de trabajar en grupos
• En ocasiones, el grupo puede tener una posición en común que no
necesariamente vaya con la del psicólogo o terapeuta, lo cual podría
generar que a este último se le dificulte mantener el control de la
situación. Por ejemplo, cuando un grupo de padres se ponen de
acuerdo en que educar de manera agresiva a sus hijos puede ser algo
beneficioso y hasta normal.
• Los seres humanos, como seres sociales, tendemos a repetir pautas
de comportamiento, en ocasiones, sin identificar si son adecuados o
no. Es decir, en algunos momentos, los miembros del grupo podrían
repetir o copiar reacciones poco favorables para el programa.
• En algunos casos, el avance de otra persona, puede provocar
sentimientos de rechazo, ansiedad o envidia, lo cual afectaría el
desarrollo de las sesiones.
• Pueden caer en una cierta dependencia y necesidad de contar
siempre con otro para resolver sus problemas y no explotar sus
recursos personales.
Matriz.
Desarrollo y ejecución
Desarrollo y ejecución
Al momento de la ejecución es muy importante que el
encargado de realizar el programa conozca las actividades a
realizar, aclare previamente las dudas y coordine con el equipo
encargado de la metodología para que los materiales estén
dispuestos como son necesarios.
La persona que dirige el programa, necesita tener ciertas
características y responsabilidades (Bados, 2008):
No ejercer un papel de líder autoritario, sino democrático.
Demostrar empatía y capacidad para comprender las
necesidades de los participantes.
Debe ser capaz de establecer normas, velar por el
funcionamiento del grupo y que se logren las metas
propuestas.
Dar retroalimentación o consejos en caso de ser necesario.
Evaluacion.
Evaluación
El último paso, es la evaluación de los alcances del programa,
es decir revisar si se cumplieron los objetivos planteados o no.
Alonso y colaboradores (2004, citado en Sánchez, 2005),
definen la evaluación como:
Procedimiento o conjunto de procedimientos que permiten
estimar el valor de un programa, intervención, acción o
política. Proceso que intenta determinar de forma sistemática y
objetiva la relevancia, eficacia, efectividad o impacto de
determinadas actividades a la luz de sus objetivos. (p. 9)
Podemos hacer diferentes tipos de evaluación que en este
capítulo se definirán de manera superficial y resumida puesto
que en el siguiente apartado se verá a mayor detalle. Alvira
(1991) y Sánchez (1994), citados en Sánchez (2005) distinguen
los siguientes tipos de evaluación:
• Evaluación del diseño del programa
Pretende analizar lógicamente si los problemas conceptuales
identificados como necesidades en la población tienen relación
con el programa planteado.
• Evaluación de la implementación o proceso
Consiste en analizar si actividades diseñadas han funcionado en la
práctica tal como habían sido previstas o si, por el contrario, se
han producido divergencias entre el diseño y lo realizado.
• Evaluación de la cobertura
Analiza si el programa está logrando llegar a la población que ha
sido objeto de análisis es decir la población diana o si por el
contrario se producen sesgos en la cobertura.
• Evaluación de resultados
La evaluación de resultados se orienta a verificar si los resultados
obtenidos se encuentran relacionados
directamente con las actividades propuestas o el programa
realizado y no por otras variables extrañas
que pudiesen haber intervenido. En ese sentido nos hacemos dos
preguntas: ¿se han conseguido los
resultados deseados? Y ¿estos resultados pueden ser atribuidos a
las actividades realizadas?
• Evaluación del impacto
Establece los efectos producidos por la intervención a largo plazo,
a diferencia de la evaluación de resultados que mide el impacto a
corto plazo. Es decir, qué efectos tiene para posteriores
consecuencias que podría generar la presencia de alguna práctica
poco saludable de las personas o patrones de conducta o
emociones.
Evaluación en programas
clínicos MINSA
Frecuencia en la recolección.
1.4 Modelo Humanista
Oblitas (2008, pp. 144-151) señala que el modelo humanista, también conocido como enfoque
centrado en la persona, tiene como objetivo buscar e identificar los factores que facilitan y
promueven el cambio positivo y favorable para el ser humano. En ese sentido, se opone a los
modelos tradicionales que se enfocan en los aspectos inadecuados, disfuncionales y patológicos
del ser humano, sin darle la posibilidad de buscar la alternativa para mejorar de manera
positiva.
Es por esto que los pilares de la terapia humanista buscan que el terapeuta logre las siguientes
características:
a. Empatía
Esta característica o actitud del terapeuta se manifiesta en su interés por buscar e indagar a
fondo la experiencia de vida de la persona, con el fin de comprender su situación. Esta se logra
a través de una búsqueda y comprensión de las vivencias del consultante. En ese sentido,
refiere que es necesario que el terapeuta adopte esta actitud para establecer una adecuada
relación con el cliente, de modo que pueda ayudarlo. Menciona “fueron individuos autoritarios
que “sabían más” o que “podían más” quienes generaron la desintegración de la experiencia y
de la conducta de las personas que buscan ayuda” (Oblitas, 2008, p.148). De modo que solo
aquellos que no se consideran superiores o que tienen más conocimientos sobre la “vida”
quienes podrían lograr facilitar el proceso de reintegración de la persona.
b. Actitud Positiva Incondicional
El mismo autor señala que muchas teorías intentan promover la
permisividad como capacidad para que el
cliente pueda expresarse sin ser juzgado o analizado bajo juicios
de valor. En el caso del enfoque humanista, además de esta
permisividad, se intenta estar abierto a recibir todo tipo de
información y recibirla con un genuino interés y aprecio por la
persona, sin hacer signos de aprobación o desaprobación.
Pues, según el autor, si nos centramos en conductas que son
“inadecuadas” y tratamos de analizarlas, juzgarlas y cambiarlas,
dejaremos de lado la capacidad que tiene el consultante de
realizar acciones adecuadas y valiosas para él y su proceso
terapéutico, es decir, nos estaríamos interponiendo en su proceso
de restructuración.
c. Autenticidad
Se relaciona con la capacidad de una persona para ser ella misma
sin controlar sus aspectos personales. En otros modelos, como los
conductistas y psicoanalistas, se busca cuidar y proteger la
autenticidad, es decir, se busca que el terapeuta no exponga sus
contenidos personales ni se dé a conocer a él mismo, pues él no
es el objeto de atención en la terapia.
Sin embargo, en el modelo humanista, se busca que el terapeuta
sea él mismo, evidenciando sus experiencias de vida, sus valores
personales, su autoestima y recursos que posee, puesto que se
considera que el terapeuta es una persona igual de importante e
influyente en el paciente, que sus padres, amigos, pareja, etc.
Elementos o actitudes
Acc
3 actitudes terapéuticas (por parte del terapeuta) necesarias y
suficientes para que se produzca el cambio terapéutico:
Consideración positiva incondicional. Engloba:
Compromiso.
Esfuerzo por entender.
Conducta no valorativa.
Protección y cercanía.
Empatía. Supone el que te pongas en el lugar de otra persona
pero sin perder nuestra individualidad, no podemos olvidarnos
de que somos otra persona. Voluntad de coparticipar en las
percepciones de las experiencias de otra persona. Engloba:
Deseo de comprender.
Reflejo de los mensajes implícitos del cliente. (la no verbal)
Ritmo de la experiencia del cliente.
Congruencia o autenticidad. Tiene que ver con un acuerdo
entre lo que pensamos, decimos, hacemos y sentimos. Engloba:
Espontaneidad. (Lleva a ser sincero)
Autorrevelación. (Contar cosas de nosotros)
Rol de conducta adecuado.
Conducta no verbales.
Técnicas a considerar en una
intervención humanista