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John Locke

ENSAYO SOBRE EL GOBIERNO


CIVIL
CAPÍTULO I:

 * Quien no se proponga dar justa ocasión a que


se piense que todo gobierno en el mundo es
producto exclusivo de la fuerza y la violencia,
deberá hallar otro origen del gobierno, otro
prototipo del poder político y otro estilo de
conocer a las personas.
 El poder político consiste en el derecho de hacer
leyes, con pena de muerte, y por ende todas las
penas menores, para la regulación y
preservación de la propiedad y de emplear la
fuerza del común en la ejecución de tales leyes.
CAPÍTULO II. DEL ESTADO DE
NATURALEZA
 Para entender rectamente el poder, político,
debemos considerar en qué estado se hallan
naturalmente los hombres todos, Hooker, que
es para él fundamento de esa obligación al amor
mutuo entre los hombres en que sustenta los
deberes recíprocos y de donde deduce las
grandes máximas de la justicia y caridad. no es
libre de destruirse a sí mismo, que siendo todos
iguales e independientes, nadie, deberá dañar a
otro en su vida, hechura todos los hombres de un
Creador todopoderoso e infinitamente sabio.
CAPÍTULO II. DEL ESTADO DE
NATURALEZA
 Cada uno está obligado a preservarse a sí mismo y, deberá
por todos los medios preservar el resto de la humanidad, y
jamás, arrebatar o menoscabar la vida ajena, o lo tendente a
la preservación de ella, libertad, salud, integridad y bienes. Y
para que, frenados todos los hombres, se guarden de invadir
los derechos ajenos y de hacerse daño unos a otros, y sea
observada la ley de naturaleza, que quiere la paz y
preservación de la humanidad toda Porque tales son las dos
únicas razones por las cuales podrá un hombre legalmente
causar daño a otro, que es lo que llamamos castigo. Al
transgredir la ley de la naturaleza, el delincuente pregona
vivir según una norma distinta de aquella razón y equidad
común, que es la medida que Dios puso en las acciones de
los hombres.
CAPÍTULO II. DEL ESTADO DE
NATURALEZA
 Además del crimen que consiste en violar las leyes y
desviarse de la recta norma de la razón, por lo cual el
hombre en la medida de su fechoría se convierte en
degenerado, y manifiesta abandonar los principios de
la naturaleza humana. porque quien el daño sufriera
tendrá derecho a demandar en su propio nombre, y él
solo puede perdonar.
la persona damnificada tiene el poder de apropiarse
los bienes o servicio del delincuente por derecho de
propia conservación, como todo hombre tiene el de
castigar el crimen en evitación de que sea cometido
de nuevo, por el derecho que tiene de preservar a toda
la humanidad, y hacer cuanto razonablemente pudiere
en orden a tal fin.
CAPÍTULO II. DEL ESTADO DE
NATURALEZA
 Obligan a los hombres absolutamente, en cuanto a
hombres, aunque jamás hubieren establecido
asociación ni otro solemne acuerdo entre ellos sobre
lo que debieren hacer o evitar; pero por cuanto no nos
bastamos, por nosotros mismos, a suministrarnos la
oportuna copia de lo necesario para una vida tal cual
nuestra naturaleza la desea, esto es, adecuada a la
dignidad del hombre, por ello, para obviar a esos
defectos e imperfecciones en que incurrimos al vivir
solos y exclusivamente para nosotros mismos, nos
sentimos naturalmente inducidos a buscar la
comunión y asociación con otros.
CAPITULO VII: DE LA SOCIEDAD
POLÍTICA O CIVIL
 El hombre fue creado con una fuerte
necesidad de vivir en comunidad

 Hombre y mujer forman la primer sociedad.


La sociedad conyugal supone un mutuo
apoyo y asistencia.

 Los hijos que de ellos nacen tienen el derecho


de ser mantenidos y protegidos hasta que
puedan valerse por sí mismos
CAPITULO VII: DE LA SOCIEDAD
POLÍTICA O CIVIL
Aunque se esté llamado a formar una pequeña
sociedad en cada una de las familias no por
ello es necesario que sea para toda la vida.
El hombre esta en igualdad de derecho que la
mujer por lo que ella también puede decidir
separarse del hombre.
Al magistrado civil no le compete inmiscuirse en
lo referente al mutuo apoyo y la procreación
sino sólo resolver cualquier controversia que
se suscite entre ellos y no de regular.
CAPITULO VII: DE LA SOCIEDAD
POLÍTICA O CIVIL
Estado natural Sociedad civil
 Son quienes toman la  Sucede cuando seden
ley de modo personal, su poder para unirse a
pues a falta de juez un cuerpo, donde
ellos se vuelven jueces tendrán una ley común
y ejecutores y jueces establecidos a
quienes apelar, con
autoridad para decidir
en las contiendas entre
ellos y castigar a los
ofensores.
CAPITULO VII: DE LA SOCIEDAD
POLÍTICA O CIVIL
 La monarquía absoluta, teniendo a una
persona que todo tendrá bajo su dominio,
es evidentemente incompatible con la
sociedad civil que coloca a una autoridad al
alcance de todo ciudadano al que no sólo
podrá solicitar ayuda ante un agravio
recibido o contienda sino a quien también
deberá obedecer.
CAPITULO VII: DE LA SOCIEDAD
POLÍTICA O CIVIL
 Al que creyere que el poder absoluto purifica la sangre de los hombres
y corrige la bajeza de la naturaleza humana, le bastará leer la historia de
esta edad o de otra cualquiera para convencerse de lo contrario.

 Cierto que en las monarquías absolutas, como en los demás gobiernos


del mundo, pueden los, súbditos apelar a la ley, y los jueces decidir
cualquier controversia y refrenar cualquier violencia acaecedera entre
los súbditos mismos, uno contra otro.

 Entre súbdito y súbdito, os concederán, deben existir reglas, leyes y


jueces para su mutua paz y seguridad. Pero el gobernante debe ser
absoluto y estar por encima de tales circunstancias; y pues tiene poder
para causar mayor daño y perjuicio, cuando él lo hace justo es.

 Nadie en la sociedad civil puede quedar


exceptuado de sus leyes.
CAPÍTULO IX: DE LOS FINES DE
LA SOCIEDAD Y GOBIERNOS
POLÍTICOS
 Si el hombre en su estado de naturaleza tan libre es como se dijo,
si señor es absoluto de su persona y posesiones, igual a os
mayores y por nadie subyugado, ¿por qué irá a abandonar
su libertad y ese imperio, y se someterá al dominio y dirección
de cualquier otro poder?

 Ello le hace desear el abandono de una condición que,


aunque libre, llena está de temores y continuados peligros; y no
sin razón busca y se une en sociedad con otros ya reunidos, o
afanosos de hacerlo para esa mutua preservación de sus vidas,
libertades y haciendas, a que doy el nombre general de
propiedad.

 El fin, pues, mayor y principal de los


hombres es: , es la preservación de su
propiedad.
CAPÍTULO IX: DE LOS FINES DE
LA SOCIEDAD Y GOBIERNOS

POLÍTICOS
En primer lugar, falta una ley conocida, fija, promulgada, recibida y autorizada por
común consentimiento como patrón de bien y mal.
 Con todo, los hombres, tan desviados por su interés como ignorantes por su abandono del
estudio de ella, no aciertan a admitirla como norma que les obligue para su aplicación a
sus casos particulares.

 En segundo lugar, falta en el estado de naturaleza un juez conocido e imparcial, con


autoridad para determinar todas las diferencias según la ley establecida. Porque en tal
estado, siendo cada uno juez y ejecutor de la ley natural, con lo parciales que son los
hombres en lo que les toca, pueden dejarse llevar a sobrados extremos por ira y
venganza.

 En tercer lugar, en el estado de naturaleza falta a menudo el poder que sostenga y


asista la sentencia. Los ofendidos por alguna injusticia pocas veces cederán cuando por la
fuerza pudieren resarcirse de la injusticia sufrida.

 Los inconvenientes a que en él se hallan expuestos por el incierto, los hombres, les
hace cobrar refugio bajo las leyes consolidadas de un gobierno, y buscar allí la
preservación de su propiedad.
CAPÍTULO IX: DE LOS FINES DE
LA SOCIEDAD Y GOBIERNOS
POLÍTICOS
 Aunque los hombres al entrar en sociedad abandonen en
manos de ella la igualdad, libertad y poder ejecutivo , el
poder social o legislativo por ellos constituido jamás podrá
ser imaginado como espaciándose más allá del bien común.

 Y así, sea quien sea aquel a quien correspondiere el poder


supremo o legislativo de cualquier nación, estará obligado a
gobernar por fijas leyes establecidas, promulgadas y
conocidas de las gentes, y no mediante decretos
extemporáneos.

 Todo ello, además, sin otra mira que


la paz, seguridad y bien público de
los habitantes.
CAPÍTULO X. DE LAS FORMAS DE UNA
REPÚBLICA
 Democracia
 Todo el poder de hacer leyes en manos de la
comunidad
 puede hacer leyes para la republica
 Funcionarios ejecutan las leyes
 Oligarquía
 el poder de hacer leyes a unos pocos varones
escogidos (heredado o sucedido)
 Monarquía
 Un solo hombre pone las leyes
 Monarquía hereditaria
 Monarquía selectiva: vitalicia y nombra sucesor
CAPÍTULO X. DE LAS FORMAS DE UNA
REPÚBLICA
 se pueden hacer formas combinadas del
poder legislativo
 la forma de gobierno está dada por el poder
legislativo (es el poder supremo)
 república
 no democracia, o cualquier forma de gobierno
 cualquier comunidad independiente formada por
latinos (civitas)
CAPÍTULO XI. DE LA EXTENSIÓN DEL
PODER LEGISLATIVO
 fin sumo de los hombres en sociedad
 el goce de sus propiedades en seguridad y paz
 el sumo instrumento y medio para ello son las
leyes en la sociedad
 poder legislativo debe gobernar
 la primera y fundamental entre las leyes positivas
de todas las comunidades políticas es el
establecimiento del poder legislativo
CAPÍTULO XI. DE LA EXTENSIÓN DEL
PODER LEGISLATIVO
 Autoridad legislativa
1. Ni es ni puede ser en modo alguno, absolutamente arbitrario
sobre las vidas y fortunas de las gentes
 El fin del poder es la preservación , no destruir, esclavizar o
empobrecer a súbditos
 la ley de naturaleza permanece como norma eterna ante todos
los hombres, legisladores o legislados
2. no sabrá asumir por sí misma el poder de gobernar por
decretos arbitrarios improvisados
 Dispensar justicia y decidir derechos mediante leyes fijas y
promulgadas y jueces autorizados y conocidos
3. no puede quitar a hombre alguno parte alguna de su
propiedad sin su consentimiento
 el fin del gobierno es la preservación de la propiedad
 El poder absoluto, cuando fuere necesario, no es arbitrario por
ser absoluto
 gobiernos necesitan dinero para mantenimiento, necesidad de
pago de la hacienda por popular consentimiento
4. no puede transferir la facultad de hacer leyes a otras manos
 Sólo el pueblo puede escoger la forma de la república la
designación de aquel en cuyas manos quedará
CAPÍTULO XII: LOS PODERES
LEGISLATIVO, EJECUTIVO Y
FEDERATIVO DE LA REPUBLICA
 Al poder legislativo incumbe dirigir el empleo
de la fuerza de la república para la
preservación de ella y de sus miembros.
 Se halla en manos de diversas personas, las
cuales debidamente reunidas, gozan de por
si, ó conjuntamente con otras el poder de
hacer las leyes.
 Los poderes ejecutivo y federativo requieren
la fuerza de la sociedad para su ejercicio.

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