El sodio es el principal catión del líquido extracelular y el
principal soluto osmóticamente activo, responsable del mantenimiento de los volúmenes intravasculares e intersticiales. La distribución del sodio corporal total muestra que el 11 % se encuentra en el plasma, el 29 % en el líquido linfático intersticial y el 2,5 en el líquido intracelular. El 43 % del sodio corporal total se encuentra en el hueso pero solo su tercera parte es intercambiable. El tejido conectivo y el cartílago contienen el 12 % del sodio corporal, del cual las dos terceras partes son intercambiables. Más del 30 % del total del sodio corporal no es intercambiable. El contenido de sodio del feto tiene un promedio de 85 mmol/L comparado con el del adulto que es la mitad, V egulación del sodio: La cantidad de sodio del organismo está regulada por el balance entre los ingresos y la excreción. Los mecanismos de regulación de la ingestión de sodio están poco desarrollados, pero pueden responder a grandes cambios Un adulto consume alrededor de 170 mmol/día, lo que equivale aproximadamente a 10 g de sal diario. La excreción de sodio solo se sucede a través de la orina, el sudor y las heces. Los riñones son los órganos principales que regulan la salida del sodio. La concentración fecal de sodio resulta baja en ausencia de diarreas. V Excreción renal de sodio: La regulación renal de la excreción de sodio está en relación con el balance entre la filtración glomerular y la reabsorción tubular. Es normal que la cantidad de sodio filtrada por los riñones diariamente sea 100 veces mayor que la ingerida y más de 5 veces que el sodio corporal. De la cantidad de sodio total filtrada por los riñones (25- 200 mmol/L) menos del 1 % (50 mmol/L) es excretado por la orina, el 99 % restante se reabsorbe a lo largo del túbulo renal, lo cual resulta un proceso regulatorio altamente eficiente. V La hiponatremia se define como un trastorno electrolítico caracterizado por una concentración de sodio menor que 130 mmol/L; ocurre en el 1,5 % de los niños hospitalizados después del período neonatal. V El sodio corporal total y el agua corporal total determinan la concentración sérica de sodio. V Äaloracion de las hiponatremias Hiponatremia real. P seudohiponatremia Hiponatremia ficticia o hipertónica. V La hiponatremia produce un descenso de la osmolalidad del espacio extracelular. Como el espacio intracelular tiene entonces una mayor osmolalidad, el agua se mueve inevitablemente del espacio extracelular al intracelular para mantener el equilibrio osmótico. V En el caso de las hiponatremias agudas, habitualmente debutan con síntomas gastrointestinales (náuseas y vómitos), aunque se suelen acompañar posteriormente de calambres musculares y de alteraciones visuales. V A medida que descienden las cifras de sodio, aumenta la gravedad de la sintomatología, hasta que se produce un edema cerebral que se caracteriza por la presencia de cefalea, náuseas, letargia, convulsiones y coma. V En el caso de hiponatremias crónicas, el cuadro clínico es mucho más leve para las mismas cifras de natremia, que en las agudas. Su mayor expresión también es el edema cerebral, que se produce por la agregación entre pequeños osmolitos (idiosmoles) en el interior de las neuronas, que favorece el aumento de la osmolaridad intracelular y la entrada de agua en el interior neuronal. V En las formas crónicas no suelen presentarse síntomas de estupor, convulsiones o coma, excepto en aquellos casos que presentan cifras de natremia inferiores a 120 mmol/l. V En general, cuando la hiponatremia está entre 120 y 130 mmol/L el paciente está alerta. Cuando el sodio está en niveles entre 110 y 120 mmol/L hay confusión, estupor o coma. Por debajo de 110 mmol/L se presentan convulsiones. V Las recomendaciones para la corrección de la hiponatremia son las siguientes: En la hiponatremia asintomática se debe corregir la causa si es posible, y restringir el aporte de agua si hay evidencia de exceso de agua. La hiponatremia aguda sintomática, sea aguda o crónica, es una auténtica urgencia, y debe elevarse el sodio plasmático con la administración de sodio a un ritmo de 1 a 2 mEq/L/h. Si se administra sodio, en cualquier tipo de hiponatremia, el sodio plasmático no debe subir más de 12 a 15 mEq/día, ni más de 25 mEq/L en las primeras 48 h de tratamiento, y no debe pasar de 120 mEq/L en las primeras 24 h. En ningún caso se debe sobrepasar las cifras normales de sodio plasmático, es decir, 135 mEq/L. Si el enfermo no presenta síntomas durante la administración de sodio, esta debe interrumpirse sea cual sea la natremia. V Generalidades: El potasio es el catión intracelular más importante del organismo. Las necesidades de potasio en el organismo varían con la edad de 1 a 5 mEq/kg; como promedio, las necesidades de K+ son de 2,5 a 3 mEq/kg/día. El 97 % del potasio se encuentra intracelularmente y el resto extracelular. Distribución del potasio corporal. La cantidad de potasio corporal es aproximadamente de 50 a 55 mEq/kg del peso corporal, del cual el 95 % es intercambiable. El 98 % se localiza dentro de las células, principalmente las musculares y en menor proporción en las hepáticas, eritrocitos y en los huesos. El potasio y el sodio están muy vinculados porque ambos participan en la regulación del agua corporal. Es necesario junto con las proteínas en la formación de tejidos. ÿnterviene en la síntesis del glucógeno hepático y muscular mediante una acción catalizadora sobre las enzimas del grupo de las fosforilasas, formando parte de la molécula de hexosa-6-fosfato de potasio. Por esta razón, situaciones que favorecen la glucogenogénesis, como la presencia de la glucosa y la insulina, disminuyen el potasio sérico. En las alteraciones del equilibrio ácido-básico, tanto en la alcalosis como en la acidosis metabólica se pierde potasio intracelular que es reemplazado por iones N a+ e H+. V enales V Extrarrenales V Se define como hipokalemia a la concentración de K sérico inferior a 3,5 mEq/L, aunque la concentración normal de potasio varía ligeramente en las diferentes etapas de la vida. La hipokalemia se presenta generalmente en niños desnutridos por ingestión pobre en este elemento. La enfermedad diarreica aguda de repetición es frecuente en esta población, dando lugar a un círculo vicioso: desnutrición-diarrea- desnutrición. V En casos de hipokalemia prolongada puede desarrollarse defecto en la capacidad de concentración urinaria resistente a la vasopresina, porque la depleción de K+ causa lesiones vacuolares en los túbulos proximal y distal del nefrón. En estos casos, además del hallazgo de que la orina tenga baja densidad, la prueba de su concentración muestra con frecuencia incapacidad para alcanzar valores de 1 020 mOsm/kg de densidad u 800 mOsm/kg de osmolaridad. V Origina mayor reabsorción tubular proximal renal de bicarbonato. V Las alteraciones electrocardiográficas en el paciente hipokalémico varían con respecto a la concentración del K + sérico en el suero. V C uando se encuentra entre 2,5 y 3,0 mEq/ L se puede observar aplanamiento de la onda T, depresión del segmento ST y aparición de ondas U. V Con niveles de K sérico inferiores a 2,5 mEq /L se puede encontrar una onda P prominente, depresión de la onda T, prominencia de la onda U, prolongación de intervalos P y ensanchamiento del complejo Q S. V El tratamiento se basa en la administración de potasio. Al ser el potasio un catión intracelular, los niveles séricos sólo son orientativos del déficit de potasio corporal. Se considera que cada mEq/L de disminución en el potasio sérico indica un déficit de 200-400 mEq de potasio hasta kalemias de 2 mEq/L. Una pérdida mayor que 400 mEq, difícilmente modificará las cifras de K + sérico, ya que el K + intracelular se encarga de mantener esa concentración al liberar K + de las células. V En el tratamiento hay varios conceptos a tener en cuenta: La reposición de potasio debe hacerse con cautela. P ara tratar los déficits de K +, se prefiere como sal al K C l. Se pueden emplear sales orgánicas como citrato o gluconato La reposición debe iniciarse preferentemente por vía oral, donde su objetivo fundamental es sacar del peligro al enfermo y no necesariamente corregir en forma total el déficit del ion. Sin embargo, debe considerarse como prioritaria la vía iv en los siguientes casos: intolerancia a la vía oral, sospecha de íleo paralítico, hipokalemia severa ([ K +] <2.5 mEq/l), existencia de arritmia, infarto agudo de miocardio o digitalización. V Administración de potasio por vía oral. Una causa frecuente de la utilización de la vía oral en caso de hipokalemia es en los pacientes con enfermedad diarreica aguda. En pacientes que requieren administración prolongada de potasio por vía oral pueden indicarse preparados que contengan cloruro o gluconato de potasio en forma líquida, los cuales se emplean en niños. V El cloruro de potasio deberá ser utilizado preferentemente en pacientes hipokalémicos que además presenten alcalosis metabólica y tendencia a la depleción de volumen. V La dosis de reposición de volumen debe calcularse en proporción de 3 a 4 mEq/kg/24 h más las necesidades de sostén que pueden ser administradas en los alimentos. V En los niños con acidosis tubular renal es preferible el uso de soluciones con bicarbonato de potasio. V En hipokalemias graves ( K < 2,5 mEq/L) la reposición se efectúa con cloruro potásico intravenoso V En hipokalemias moderadas ( K > 2,5 mEq/L) sin clínica se usan las sales orales, que son de tres tipos: cloruro potásico, fosfato potásico y bicarbonato potásico