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DE VÍAS URINARIAS
La obstrucción al flujo de orina, con la estasis consecuente y el aumento
de la presión en las vías urinarias, afecta las funciones de los conductos
renales y urinarios, lo cual es causa frecuente de enfermedad renal aguda
y crónica (nefropatía obstructiva)
• Cuando la obstrucción se alivia pronto, las anomalías de la
función renal casi siempre desaparecen por completo.
• Sin embargo, la obstrucción crónica puede originar pérdida
permanente de la masa renal (atrofia renal) y de la capacidad
excretora, además de aumento en la sensibilidad a la
infección local y aparición de cálculos.
• Por tanto, el diagnóstico y el tratamiento tempranos son
esenciales para minimizar los efectos de la obstrucción que
de otra manera serían devastadores para la estructura y la
función renales.
ETIOLOGÍA
• El dolor, el síntoma que con más frecuencia lleva al paciente a buscar atención médica, es
resultado de la distensión del sistema colector o de la cápsula renal.
• La obstrucción supravesical aguda, como la causada por un cálculo alojado en el uréter,
produce un dolor intensísimo conocido como cólico renal.
• El dolor a menudo se irradia a la parte inferior del abdomen, los testículos o los labios.
• En contraste, las causas de la obstrucción más insidiosa, como el estrechamiento crónico
de la unión ureteropélvica, pueden causar poco o ningún dolor y, aun así, generar
destrucción total del riñón afectado.
• El dolor en el flanco que ocurre sólo con la micción, es patognomónico del reflujo
vesicoureteral.
• La vacilación y el pujo para iniciar el chorro de orina, el goteo posterior a la micción, la
polaquiuria y la incontinencia son frecuentes en caso de obstrucción en la vejiga o distal a
ésta.
DIAGNÓSTICO
• A veces, la radiografía abdominal muestra nefrocalcinosis o un cálculo
radioopaco.
• Si se sospecha obstrucción urinaria, debe insertarse un catéter vesical.
• Se emplea la ecografía abdominal para valorar el tamaño de los riñones
y la vejiga, así como el contorno pielocaliceal. La ecografía tiene
especificidad y sensibilidad cercanas a 90% para la detección de
hidronefrosis.
• Es posible que no haya hidronefrosis en la ecografía cuando la
obstrucción tiene <48 h de evolución o se acompaña de reducción del
volumen, cálculos en “astas de ciervo”, fibrosis retroperitoneal o
enfermedad renal infiltrativa.
• Los avances recientes en la tecnología han creado alternativas al urograma
intravenoso que alguna vez fue el estudio estándar para valorar la obstrucción
urinaria.
• Las CT sin contraste mejoran la visualización de las vías urinarias en el paciente con
daño renal y son más seguras para personas con riesgo de nefropatía por el medio de
contraste.
• La urografía por resonancia magnética es una técnica prometedora, pero por ahora
no es mejor que la CT y conlleva el riesgo de ciertas sustancias con gadolinio en
pacientes con insuficiencia renal, es decir, fibrosis sistémica nefrógena.
• El urograma intravenoso permite definir el sitio de obstrucción y demostrar la
dilatación de los cálices, la pelvis renal y el uréter distal a la oclusión. Es probable
que el uréter se vea tortuoso en la obstrucción crónica.
TRATAMIENTO