El aparato fonador es el conjunto de órganos del cuerpo humano encargado de
generar y ampliar el sonido que se produce al momento de hablar y articular un sonido determinado. Lo componen tres grupos de órganos que, a su vez, pertenecen a otros sistemas del cuerpo: Órganos de respiración (cavidades infraglóticas: pulmones, bronquios y tráquea). Órganos de fonación (cavidades glóticas: laringe, cuerdas vocales y resonadores (nasal, bucal y faríngeo)). Órganos de articulación (cavidades supraglóticas: paladar, lengua, dientes, labios y glotis). Además, el correcto funcionamiento del aparato fonador lo controla el sistema nervioso central, puesto que más allá de la mera fonología está el significado. Específicamente, se sabe que el control del habla se realiza en el área de Broca, situada en el hemisferio izquierdo de la corteza cerebral. Para convertirse en sonido, el aire procedente de los pulmones debe provocar una vibración, y la laringe es el primer lugar en que se produce. La laringe está formada por un conjunto de cartílagos y una serie de ligamentos y membranas que sostienen unas bandas de tejido muscular llamadas cuerdas vocales. La tensión, elasticidad, altura, anchura, longitud y grosor de las cuerdas vocales pueden variar, lo que da lugar a diferentes efectos sonoros. El efecto más importante de las cuerdas vocales es la producción de una vibración audible en los llamados sonidos sonoros, en contraste con los sonidos sordos, en cuya producción no vibran las cuerdas vocales. En español, todas las vocales y muchas consonantes (m, b, d,...) son sonoras. MOVIMIENTO Y ESPACIO TEATRAL El espacio y el movimiento escénico se pueden considerar como dos elementos fundamentales en la construcción del texto dramático, ya que la realización de éste como hecho teatral tendrá lugar precisamente en el espacio escénico. Esta consideración es válida independientemente de que se lleve a cabo o no la puesta en escena, pues es el propio dramaturgo, desde el momento en que decide escribir teatro, el que tiene presentes dichos elementos durante la génesis del texto. Cervantes, como dramaturgo, desarrolló en su madurez o segunda época, a partir de principios teatrales de la tragedia española, de la cual fue autor destacado, y de elementos tomados de la comedia nueva lopesca, una poética dramática personal que plasmó en las Ocho comedias famosas. Esta poética puede comprenderse mejor si se analiza a través del uso del espacio y del movimiento, esto implica estudiar las comedias desde la óptica de la representación y no desde la de un lector, tal como se ha hecho en muchas ocasiones. Cervantes utiliza en su obra distintas formas de creación del espacio dramático, todas ellas tomando en cuenta el espacio escénico del corral de finales del siglo XVI y principios del XVII. Hay que recordar que Cervantes, muy dentro de la poética teatral barroca general, organiza varias de sus obras (Los tratos de Argel, La casa de los celos, La gran sultana o El gallardo español) en torno a una doble trama (aunque también lo hace con una trama única: El rufián dichoso o triple: El laberinto de amor o La entretenida). Lógicamente el empleo de una trama única o doble incide en el planteamiento escénico, pues si bien en algunos casos puede considerarse el espacio como el ámbito unificador de la doble trama, también el espacio puede duplicarse en concordancia con esa doble trama, en cuyo caso el espacio igualmente tendrá un valor estructurante del texto. Ya hace varios años, Wardropper señalaba el interés y la necesidad de estudiar «la compleja estética de las duplicaciones interiores, tanto en la novela como en el teatro.» LENGUAJE VISUAL El lenguaje visual es aquel que utiliza formas, figuras y elementos visuales diferentes a la palabra escrita con el propósito de comunicar un mensaje. Al igual que todos los lenguajes, está compuesto por signos y símbolos, pero estos son de tipo no verbal, es decir, consisten en imágenes y emblemas que deben ser interpretados visualmente. Al igual que otros tipos de lenguaje, el visual se fundamenta en signos, que están compuestos por dos aspectos fundamentales: Un significante que se corresponde con los elementos visuales (como forma, color, etcétera). Un significado que se corresponde con el mensaje que se desea transmitir mediante dichos elementos. En ese sentido, el lenguaje visual no es muy distinto del verbal. De hecho, para el ser humano los lenguajes visuales son tan importantes como el lenguaje verbal, ya que le permiten comunicar un mensaje específico incluso en situaciones en que es imposible el entendimiento verbal, ya sea por ausencia del interlocutor o discrepancia de idiomas. Un claro ejemplo de esto son los íconos que identifican los baños de damas y caballeros, los cuales resultan claramente identificables incluso para un extranjero. Esto permite al lenguaje visual formar parte importante de distintas actividades comunicativas, desde las bellas artes hasta la publicidad y el marketing. Es estudiado formalmente por diversas disciplinas académicas, como el diseño gráfico, la comunicación social y la psicología. IMAGEN GRAFICO IMAGEN PLASTICA