Está en la página 1de 8

UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

CENTRO UNIVERSITARIO DE OCCIDENTE


DIVISIÓN DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
CARRERA DE PSICOLOGÍA
NEUROQUÍMICA Y PSICOFÁRMACOS

PROPUESTAS PARA UN TRATAMIENTO INTEGRADO


QUE FORTALECERÁN EL TRABAJO DEL TERAPEUTA
DEL PRESENTE Y DEL FUTURO

Integrantes Registro Académico Porcentaje de


participación.
1 García Sancoy Débora Marleny 202031065 100%
2 Martínez Mendóza Fatima Andrea 202030105 100%
3 Ortiz Ordóñez Flor Mariana 202031376 100%
4 Quinillo Tamup Vilma Rosseneth 201830654 100%
5 Soto Rabanales Alma Florencia 202030016 100%

Quetzaltenango 30/04/2024
PRÓLOGO
El tratamiento integrado es un enfoque que combina diferentes intervenciones terapéuticas
o modalidades de tratamiento para abordar de manera holística las necesidades de una
persona. En lugar de aplicar una sola técnica o método, el tratamiento integrado reconoce
que las personas son complejas y pueden beneficiarse de una combinación de enfoques, que
pueden incluir intervenciones médicas, psicológicas, sociales y/o complementarias. Este
enfoque busca proporcionar una atención integral y coordinada que aborde todos los
aspectos del bienestar del individuo.

¿Cuáles son las propuestas para un tratamiento integrado que fortalecerán el trabajo
del terapeuta del presente y del futuro?
PROPUESTAS

Realizar una evaluación completa del paciente


Que abarque aspectos médicos, sociales y emocionales para comprender completamente las
necesidades de la persona asi mismo al establecer equipos multidisciplinarios que incluyan
médicos, psicólogos, trabajadores sociales, neurólogos entre otros, para el cual fomentar
una comunicación efectiva y continua entre los diferentes profesionales involucrados en el
tratamiento del paciente para garantizar una coordinación adecuada y una atención
coherente.
Con lo dicho anteriormente se realiza el plan de tratamiento único para cada paciente que
integre diferentes modalidades terapéuticas según lo requiera, se puede incluir terapias
complementarias como yoga o meditación, proporcionar educación al paciente y a sus
familiares sobre su condición, así como ofrecer apoyo emocional y recursos para ayudarles
a enfrentar los desafíos.
Al implementar un enfoque integrado como este, se puede fortalecer el trabajo terapéutico
al abordar de manera integral las diversas dimensiones del bienestar del paciente y
proporcionar una atención más efectiva y personalizada.
Creación de una alianza psicoterapéutica

Esto quiere decir, saber recoger las expectativas del paciente, sus impresiones y creencias
subjetivas sobre la medicación y establecer con él una alianza. Alianza que permita fijar los
objetivos y los límites de la propia terapia. Todo trabajador en salud mental debe, por tanto,
tener las habilidades suficientes en la entrevista clínica como para saber dar una respuesta
empática y establecer dicha alianza.
Integrar no es solo combinar

En la práctica habitual, el psiquiatra deriva en ocasiones un paciente al psicólogo clínico


para que realice un trabajo psicoterapéutico o el psicólogo clínico lo deriva al psiquiatra
para que administre medicación, pero sin establecer una estrategia terapéutica consensuada.
Lo que aquí planteamos es la necesidad que entre el psicólogo y el psiquiatra o cualquier
otro profesional de la salud mental involucrado en el caso, se reúnan para establecer un plan
integrado con unos objetivos específicos que se revisen periódicamente.
El antidogmatismo

Uno de los principales problemas con los que se enfrenta el psicólogo clínico y el psiquiatra
en formación, es ceder a la tentación del espíritu dogmático de las llamadas “escuelas
doctrinales”. En lo que se refiere a las técnicas psicoterapéuticas es imposible, y si fuera
posible, muy poco recomendable, que un psicólogo clínico o un psiquiatra, sea experto en
la aplicación de las 500 diferentes técnicas de psicoterapia que hay en el mercado. El
psicólogo o psiquiatra, debe elegir en qué técnicas va a realizar un entrenamiento
específico. El buen terapeuta debe ser el primer crítico y el mejor conocedor de las
limitaciones de su terapia y también de las aportaciones de otras técnicas terapéuticas,
aunque no sean de su dominio.

Este planteamiento que hacemos coincide, en parte, con lo defendido por la llamada
“psiquiatría crítica”. La psiquiatría crítica defiende un cuestionamiento no solo del
reduccionismo biológico sino también del psicoterapéutico y el psico-social. Coincidimos
con la psiquiatría crítica en no aceptar ninguna verdad o modelo como absoluto.
Búsqueda de la mejor ayuda para cada paciente

Partiendo de este esquema crítico, para decidir cuál es la mejor terapia para un paciente
concreto, el terapeuta debe preocuparse de conocer, en primer lugar, los datos que aporta la
terapia basada en pruebas. Dicho marco debe siempre combinarse con los aspectos
subjetivos y las necesidades individuales de cada paciente y su contexto.
Un marco teórico integrador
Pensamos, que es importante buscar un marco teórico integrador. Reconocemos que desde
luego no es el único marco posible, ni tampoco el que tiene en la actualidad más
seguidores, pero creemos que es el que resulta menos excluyente y más integrador de todos
los propuestos hasta la fecha.
Un compromiso ético

Por último, pero no en el último lugar en importancia, todo terapeuta tiene que tener un
claro compromiso ético. El compromiso ético que proponemos va mucho más allá de los
clásicos temas del "primun non nocere" o de la confidencialidad, que plantea el juramento
hipocrático.
Obligación del terapeuta de estar al día sobre los avances en procedimientos
terapéuticos

Como hemos defendido a lo largo del libro, todo terapeuta está moralmente comprometido
a explicar al paciente las diferentes alternativas terapéuticas y a consensuar con él los
objetivos y las estrategias de tratamiento específicas. Para conseguir este propósito,
cualquier terapeuta tiene la obligación de revisar y estar al día de los nuevos avances tanto
en estrategias psicoterapéuticas como psicofarmacológicas. No nos estamos refiriendo
desde luego, a estar al día de todos los estudios de investigación, lo cual es absolutamente
imposible, sino de mantenerse informado sobre los avances que tienen implicaciones en su
práctica clínica diaria.
Prioridad a los derechos humanos del paciente

La declaración de derechos humanos es uno de los mayores logros de la humanidad en los


últimos siglos. El campo de la salud mental ha sido, tradicionalmente, un terreno donde
dichos derechos se han vulnerado con más facilidad. Antes de iniciar una terapia el paciente
tiene derecho a tener una información completa respecto al plan terapéutico y la terapia y/o
fármacos que se va a emplear.
Participación de los pacientes en la toma de decisiones sobre su tratamiento

El modelo paternalista clásico donde el médico era el conocedor y el paciente tomaba un


papel sumiso-infantil de receptor de cuidados, está hoy en vías de extinción. Ya vimos
cómo hay una corriente de pensamiento, cada vez más importante, que señala la necesidad
del «empoderamiento» de los pacientes. Esto guarda relación con otro concepto que ya
hemos comentado de recuperación, que no coincide con el clásico concepto de mejoría
clínica. Todas estas propuestas se enmarcan en un mundo que está sufriendo una de las
mayores revoluciones sociales del Homo Sapiens desde la aparición de la agricultura.

Al estar inmersos en la misma, quizás no somos conscientes de los profundos cambios que
las nuevas tecnologías están produciendo en nuestra forma de comunicación. Deberá,
quiera o no, sumergirse en este nuevo mar de redes y relaciones virtuales, y bucear en él
hasta encontrar las fórmulas que mejor puedan ayudar a sus pacientes. Hace ya bastantes
años expuse lo que consideraba cuatro propuestas esenciales para una aproximación
integradora. “Cuatro propuestas para la reconciliación doctrinal”, en BACA, E. Lo que aquí
se expone se basa en parte en esas propuestas, maduradas en el tiempo y orientadas hacia la
terapia.

Hay buenos manuales teóricos sobre las técnicas de habilidades en la entrevista clínica.
Habilidades de entrevista para psicoterapeutas, 4 ed. Un buen manual para técnicas de
comunicación en medicina es TALE, P. Pero las habilidades de comunicación se aprenden
sobre todo con la práctica. Este es el principal objetivo de un seminario que imparto a los
residentes de psicología y psiquiatría desde hace años.

En este seminario los psicólogos y psiquiatras en formación, deben grabarse en vídeo ellos
mismos en primeras entrevistas con pacientes reales. Estas grabaciones son luego
analizadas en grupo como forma de entrenamiento para mejorar la comunicación.
El campo de la terapia está experimentando una evolución constante, y hay varias propuestas
para un tratamiento integrado que pueden fortalecer el trabajo del terapeuta tanto en el
presente como en el futuro, como lo son:
El enfoque centrado en el cliente se centra en la experiencia subjetiva del cliente y en su
capacidad para encontrar soluciones, los terapeutas que adoptan este enfoque valoran la
empatía, la autenticidad y la aceptación incondicional como componentes esenciales para el
cambio terapéutico.

La terapia cognitivo-conductual es una forma de tratamiento que se enfoca en identificar y


cambiar patrones de pensamiento y comportamiento negativos, integra técnicas cognitivas
(cambiar pensamientos disfuncionales) y conductuales (cambiar comportamientos
problemáticos), y ha demostrado ser efectiva para una amplia gama de trastornos mentales.

Sesiones de Supervisión
Reuniones Periódicas de Supervisión:
• Terapeutas y psiquiatras se reúnen de manera regular (por ejemplo, cada 3-4
semanas) para discutir los casos de pacientes en tratamiento.
• Estas sesiones de supervisión permiten a los profesionales compartir
información, analizar el progreso y abordar cualquier desafío o inquietud que
haya surgido.
Revisión de Casos:
• Durante las reuniones de supervisión, se revisan en detalle los casos de los
pacientes, analizando los siguientes aspectos:
• Evolución de los síntomas y el estado general del paciente.
• Efectividad del tratamiento farmacológico y psicológico.
• Adherencia del paciente a la medicación y a la terapia.
• Posibles efectos secundarios tanto de los fármacos como de la terapia.
• Ajustes necesarios en el plan de tratamiento.
Estrategias Efectivas:
• Los profesionales comparten las estrategias y técnicas que han demostrado ser
efectivas en el manejo de los casos.
• Se discuten los enfoques de tratamiento que han funcionado mejor y se
identifican oportunidades de mejora.
• Esto permite a los terapeutas y psiquiatras aprender de las experiencias de sus
colegas y mejorar continuamente sus prácticas.

Evaluación de Resultados
Análisis de Resultados:
Al finalizar el tratamiento, se realiza una evaluación exhaustiva de los
resultados obtenidos.
• Se analizan indicadores clave, como la mejoría de los síntomas, la calidad de
vida del paciente y el grado de satisfacción con el tratamiento.
• Estos datos se comparten para que todos los profesionales involucrados
puedan acceder a ellos.
Determinación de Ajustes Necesarios:
• Con base en los resultados obtenidos, se determina si es necesario ajustar el
plan de tratamiento o continuar con el mismo.
• Se discuten las posibles modificaciones en la medicación, la frecuencia de las
sesiones de terapia u otros aspectos del tratamiento.
• Estas decisiones se toman de manera conjunta entre el terapeuta y el
psiquiatra, priorizando siempre el bienestar y la recuperación del paciente.

Retroalimentación y Mejora Continua


Solicitud de Retroalimentación:
• Se solicita retroalimentación a los pacientes sobre su experiencia con el
tratamiento integrado.
• Se recaba información sobre la satisfacción con la atención recibida, la
claridad de la comunicación y la percepción de los resultados obtenidos.
Incorporación de Mejoras:
• La información recopilada a través de la retroalimentación de pacientes y
profesionales se analiza cuidadosamente.
• Se identifican oportunidades de mejora en los procesos, la comunicación, la
coordinación y la efectividad del tratamiento.
• Estas mejoras se implementan de manera continua para optimizar la calidad y
la eficacia del tratamiento integrado.
La supervisión y retroalimentación constante son elementos clave para garantizar la
efectividad y la mejora continua del tratamiento integrado. Estas prácticas permiten a los
terapeutas y psiquiatras trabajar de manera colaborativa, compartir conocimientos, analizar
resultados y realizar ajustes necesarios para brindar a los pacientes un tratamiento integral y
de alta calidad.
Un compromiso ético
El compromiso en el tratamiento integrado que fortalecerá el trabajo actual y futuro del
terapeuta es esencial al poseer los siguientes puntos:
Obligación del terapeuta de estar al día sobre los avances en procedimientos
terapéuticos
Este punto tiene base en la formación y actualización de las técnicas que sean utilizadas por
el terapeuta, sobre todo, debe estar al tanto de los avances y de aquellas estrategias
psicoterapéuticas como psicofarmacológicas, lo cual, genera que la atención clínica pueda
buscar nuevos métodos para que el terapeuta nunca utilice una sola terapia o técnica, sino
que tenga conocimiento sobre diversidad de técnicas que, con base a las características de su
paciente pueda implementarlas para que le proporcione un beneficio a este.
Prioridad a los derechos humanos del paciente
En la práctica clínica se ha observado vulnerabilidad a estos derechos, los cuales, deben ser
respetados y al ser una división de humanidades deben siempre estar presentes al llevar a
cabo un proceso diagnóstico, no precipitarse al imponer etiquetas en los pacientes, tampoco
ingresar al paciente en un tratamiento que no sea consensuado o que solamente tenga
beneficio en el terapeuta porque es la única herramienta que posee, además que, en lo
farmacológico no se debe recetar ningún medicamento que produzca efectos adversos en la
persona sin antes consultarlo con este.
Información al paciente sobre el plan terapéutico
Antes de iniciar la psicoterapia la persona tiene el derecho a poseer una información completa
respecto a lo que se realizará en el plan terapéutico, la terapia seleccionada a desarrollar y la
implementación de fármacos o no que pueden emplearse. Por lo cual, el terapeuta se muestre
dispuesto a responder a preguntas o dudas que surgen del paciente antes de comenzar el
tratamiento, por ejemplo: las estrategias del plan, la duración total, frecuencia y duración de
sesiones, las estadísticas de mejoramiento al utilizar el tratamiento, los efectos secundarios
de la medicación y de la psicoterapia, que otros tipos de tratamiento existen y como se
registrara la documentación y asegurar la confidencialidad.
Participación de los pacientes en la toma de decisiones sobre su tratamiento
Es importante recordar que el paciente posee derechos al comenzar un tratamiento y que
puede tomar decisiones sobre su terapia y psicofármacos, ya que, es un sujeto activo y
participativo en el tratamiento, por lo cual, el paciente puede realizar cambios o negociar con
el terapeuta para el camino a trazar.

EPÍLOGO
Lo que aquí se expone se basa en parte en esas propuestas, maduradas en el tiempo y
orientadas hacia la terapia como por ejemplo que la Alianza debe permitir fijar los objetivos
y los límites de la propia terapia. La creación de una alianza psicoterapéutica, según el
autor, no se debe integrar porque sí, el terapeuta consciente, debe buscar minuciosamente el
tipo de ayuda exclusivo para su paciente. Por lo tanto, el terapeuta necesariamente debe
vivir actualizado y gustar de preparación profesional siempre, conociendo los
procedimientos que van surgiendo para brindar la mejor ayuda al cliente.
El tratamiento integrado consiste en evaluar la posibilidad de hacer uso de un tratamiento
terapéutico y farmacológico en el paciente, esto se centra en analizar el caso y las
características individuales para conocer la frecuencia y gravedad de los síntomas y signos
del paciente, con información detallada se puede analizar el tipo de terapia a utilizar, además
de, si el caso requiere un tratamiento psicofarmacológico. Su objetivo es el bienestar del
paciente, por lo cual, es necesario el estudio de las consecuencias o efectos adversos que
pueden surgir al emplear algún tipo de terapia, por ello, se centra en la recuperación física,
biológica, psicológica y social del paciente.

Bibliografía
Eunip Escuela Universitario de Psicoterápia Integradora . (2024). Obtenido de
Formación para psicólogos: https://eunip.es/psicoterapia-integrativa/
Sanjuán, J. (2016). ¿ Tratar la mente o tratar el cerebro? Hacia una integración
entre psicoterapia y psicofarmacos. EDITORIAL DESCLÉE DE BROUWER,
S.A., 2016 Henao, 6; 48009 Bilbao.

También podría gustarte