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#20 – La paz de Dios


Filipenses 4:6-7
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Un bosquejo bíblico y gratuito, todos los viernes.
Ore, lea, estudie, quite, agregue, ilustre, viva, predique.

Idea central:
En medio de las pruebas, la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, le es dada a todo aquel que,
en lugar de inquietarse, ora y ruega al Padre, descansando en él.

Objetivo:
Que todos entendamos que por nada debemos inquietarnos, sino al contrario debemos orar y rogar al
Padre, presentando nuestras peticiones delante de él y darle gracias. Y su paz, venga lo que venga,
cuidará nuestros corazones y pensamientos en Cristo Jesús. Además, que el que está inquieto,
encuentre paz al orar y rogar al Padre por su situación.

Introducción:
Recordemos que cuando Pablo, escribió el libro de Filipenses, estaba preso
Recuerde que el libro de Filipenses que venimos estudiando, fue escrito mientras el apóstol Pablo,
estaba preso. No sabía con certeza qué le esperaba en el futuro, pero aun así la semana pasada
estudiamos Filipenses 4:4 y 5 en donde a pesar de estar preso dijo: “Alégrense siempre en el Señor.
Insisto: ¡Alégrense! 5 Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca”

A pesar de la prueba que Pablo enfrentaba, siempre se alegraba en el Señor. Lo que Jesucristo había
hecho en la cruz del Calvario y la promesa de sus segunda venida, era su motivo de la alegría a pesar de
cualquier circunstancia. Un nuevo cielo y una nueva tierra le esperaban, un cielo y una tierra nueva
donde la justicia sería el cetro del reino eterno.

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Los cristianos no estamos exentos de enfrentar las duras pruebas de la vida
En Juan 15 leemos como Jesús les habla a sus discípulos que él es la vida verdadera y que separados de
él nada pueden hacer. Además, les dice que serán aborrecidos por el mundo. En Juan 16:1 Jesús agrega:
“»Todo esto les he dicho para que no flaquee su fe. 2 Los expulsarán de las sinagogas; y hasta viene el
día en que cualquiera que los mate pensará que le está prestando un servicio a Dios. 3 Actuarán de este
modo porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí. 4 Y les digo esto para que cuando llegue ese día
se acuerden de que ya se lo había advertido. Sin embargo, no les dije esto al principio porque yo estaba
con ustedes.”

Y al final del capítulo en Juan 16:32 “Miren que la hora viene, y ya está aquí, en que ustedes serán
dispersados, y cada uno se irá a su propia casa y a mí me dejarán solo. Sin embargo, solo no estoy,
porque el Padre está conmigo. 33 Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo
afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.”

Las pruebas vienen y van, pero la fe siempre debe permanecer


¿Qué prueba sería desastrosa para su vida?, Si esta prueba pasara ¿Lo alejaría de Dios?
Job, perdió a todos sus hijos y todos sus bienes en un solo día. Y luego perdió la salud. ¿Cómo respondió
él?

Job 1:18 “No había terminado de hablar este mensajero todavía cuando otro llegó y dijo: «Los hijos y las
hijas de usted estaban celebrando un banquete en casa del mayor de todos ellos 19 cuando, de pronto,
un fuerte viento del desierto dio contra la casa y derribó sus cuatro esquinas. ¡Y la casa cayó sobre los
jóvenes, y todos murieron! ¡Solo yo pude escapar, y ahora vengo a contárselo!» 20 Al llegar a este
punto, Job se levantó, se rasgó las vestiduras, se rasuró la cabeza, y luego se dejó caer al suelo en actitud
de adoración. 21 Entonces dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor
ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!» 22 A pesar de todo esto, Job no pecó
ni le echó la culpa a Dios.”

Es una verdad que las pruebas de la vida llegan, Pero ¿cómo debemos enfrentarlas?
¿Conoce a alguien que enfrentó una prueba y ese día termino su fe en Dios? Esto se debe a que muchos
cristianos erróneamente se les ha enseñado que cuando vienen a Cristo, el mundo en la tierra es
perfecto. Jesús no dijo eso, pero sí dijo que en el mundo tendríamos aflicciones y que en él hallaríamos
la paz. Sobre ¿Cómo enfrentar las duras pruebas de la vida? Es precisamente lo que toca el apóstol
Pablo en el pasaje que vamos a estudiar hoy.

Filipenses 4:6 “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus
peticiones a Dios y denle gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus
corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.”

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1. La orden es: No se inquieten por nada
a. Estar quieto e inquieto, son mundos que se viven tan distintamente

b. Como el hijo confía en su Padre, nosotros debemos estar tranquilos al saber que el Padre
celestial, amoroso y perfecto es en el que confiamos y quien está de nuestra parte
Romanos 8:28 “Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de
quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. 29 Porque a los
que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen
de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 A los que predestinó,
también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los
glorificó. 31 ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar
en contra nuestra? 32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? 33
¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién condenará?
Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por
nosotros. 35 ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la
persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? 36 Así está escrito: «Por tu
causa siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como a ovejas para el matadero!» 37 Sin
embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38
Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo
presente ni lo por venir, ni los poderes, 39 ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la
creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro
Señor.”

2. En lugar de inquietarse el apóstol Pablo les dice que siempre deben orar y rogar
Filipenses 4:6 “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten
sus peticiones a Dios y denle gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará
sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.”

a. Al orar y rogar deben presentar sus peticiones a Dios


Cuando oramos hablamos con Dios, cuando rogamos es cuando oramos presentando una
necesidad. En lugar de inquietarnos, Pablo nos recuerda que no estamos solos, debemos
orar y rogar y presentar nuestras peticiones.

b. Al orar y rogar deben darle gracias a Dios


Muchas veces cuando pedimos, olvidamos dar gracias por todo lo que Dios ya ha hecho por
nosotros. Como hijos no sólo pidamos con toda confianza, seamos agradecidos por todo lo
que el Padre ya nos ha dado.

c. El resultado de la oración es la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento


Nadie pudiera pensarlo mejor que Dios. Sus pensamientos son más altos que los nuestros.
Su paz, de la misma manera que con sus pensamientos, sobrepasa todo entendimiento.

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Isaías 55:8 “«Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos
—afirma el Señor—. 9 Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes;
¡más altos que los cielos sobre la tierra!”

d. Esta paz cuidará sus corazones y pensamientos


La batalla del cristiano está en su mente y en sus emociones. Esta paz que sobrepasa todo
entendimiento, protege, como si fuera un guardaespaldas, nuestra mente y emociones. De
tal manera, que nuestra fe, en medio de cualquier situación, se mantiene intacta.

3. ¿Qué hacer en medio de la prueba?


a. No se inquiete por nada sino ore a Dios su petición específica. Recuerde que la oración a
Dios, echa fuera la aflicción y da la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento.
Orar es reconocer nuestra impotencia. Que ni nuestra vida depende de nosotros. Nuestra
dependencia para todo está en Dios. Orar y rogar nos lleva a dejar de pensar en los
escenarios más catastróficos y a pedir al Señor lo que anhelamos. Orar a Dios es descansar
en él.

b. Ore como oró Jesucristo, que no sea lo que yo quiero, sino lo quieres tú (que se haga tu
voluntad y no la mía).
Mateo 26:38 “«Es tal la angustia que me invade, que me siento morir —les dijo—.
Quédense aquí y manténganse despiertos conmigo». 39 Yendo un poco más allá, se postró
sobre su rostro y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero
no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú». 40 Luego volvió adonde estaban sus
discípulos y los encontró dormidos. «¿No pudieron mantenerse despiertos conmigo ni una
hora? —le dijo a Pedro—.”

c. Recuerde que la paz con Dios viene antes que la paz de Dios. La paz con Dios viene cuando
creemos en el evangelio de Jesús, por quién somos reconciliados con el Padre.
Arrepiéntase de sus pecados y busque conocerle y amarle
Romanos 5:1 “En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz
con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. 2 También por medio de él, y mediante la
fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes. Así que nos regocijamos
en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios.”

d. Ore y también accione. Descansar en Dios no lo exime de la responsabilidad de poner


manos a la obra.
Somos limitados, por eso oramos. Oramos porque topamos humanamente con tanto.
Descanse en Dios para su mañana y esfuércese hoy en lo que puede. Pero la paz viene de
saber que él tiene nuestras vidas en sus manos. Nuestros pensamientos están en el
Todopoderoso y no en la angustia. Descansamos en él. Incluso con lágrimas en los ojos,

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obtenemos su consuelo. Pero no nos sentamos, accionamos sobre lo que humanamente
podemos hacer pero descansando en él.

e. Si una dura prueba lo amargó y se alejó de Dios, hoy es tiempo de volver a él en


arrepentimiento

Conclusión:
Es inevitable que las pruebas vengan, incluso a la vida del cristiano. Pero no debemos inquietarnos por
nada, sino más bien presentar en oración y ruego nuestras peticiones a Dios y la paz de Dios que
sobrepasa todo entendimiento cuidará nuestro corazón y pensamientos en Cristo Jesús. Cristo Jesús es
el único medio para la paz con Dios y para obtener la paz de Dios. En Juan 14:27 Jesús dijo a sus
discípulos: “La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se
angustien ni se acobarden.” Reciba hoy en medio de cualquier prueba, la paz de Dios. Venga en
arrepentimiento de pecados a Cristo, crea en él y conozca la verdad que lo hará libre…

Escrito por: Lic. Alex López Puede escribirme a: encontacto@elbosquejopastoral.com


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