Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
RESTAURACIÓN
ESTUDIO 2
CONOCIENDO A DIOS COMO NUESTRO
PADRE
El Señor Jesús introdujo uno de los puntos doctrinales más revolucionarios de la época
al enseñar a la gente que deberían orar diciendo: “Padre Nuestro”.
Hasta entonces ningún judío se había atrevido a llamar a Dios, Padre; el padre de todos
los israelitas era Abraham, decían ellos: “Nuestro padre es Abraham” (Juan 8:39). Que
un judío pudiera decir que Abraham era su padre representaba algo dignificante; pero
que alguien fuera a decir que Dios era su Padre, esto lo consideraban como una
blasfemia, puesto que sería colocarse al mismo nivel de Dios.
Ustedes y yo, tenemos un privilegio, con toda libertad podemos llamar a Dios diciendo
“Padre Nuestro”.
PARA TENER EN CUENTA
1. JESÚS HIJO DE DIOS
“¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque
dije: Hijo de Dios soy? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis. Más si las
hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el
Padre está en mí, y yo en el Padre”. (Juan 10:36-38)
Jesús podía llamar a Dios Padre, porque El tenia su misma naturaleza: “Divina”. Para
que nosotros podamos llamar a Dios Padre debemos de ser adoptados como hijos suyos,
lo cual se logra por la fe en Jesucristo.
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de
ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, no de voluntad de
carne, ni de voluntad de varón sino de Dios” (Juan 1:12, 13).
2. HIJOS DE DIOS
Cuando no conocíamos a Jesús como nuestro Salvador, nosotros teníamos como padre
al diablo, y hacíamos los deseos de él (Juan 8:44).
Pablo dijo:
“ Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo,
conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos
de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en
los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y
éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en
misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en
pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)”. (Efesios 2:1-5)
TOCANDO EL CORAZÓN DEL PADRE | CÉLULAS
2015
MINISTERIO 2
RESTAURACIÓN
Ahora nosotros los que creemos en Jesús podemos llamar a Dios Padre, porque:
Nos dio vida cuando estabamos muertos. (Efesios 2:1).
Abrió nuestros ojos, para que nos convirtiéramos de las tinieblas a la luz, y de la
potestad de Satanás a Dios; porque recibimos por la fe en Cristo perdón de
pecados y herencia entre los santificados. (Hechos 26:18).
Al creer que Jesús es el Cristo; EL nos dio la potestad de ser hechos hijos de
Dios. (Juan 1:12).
Porque el Espíritu de Dios nos guía. (Romanos 8:14).
Porque estamos crucificados juntamente con Cristo, y ya no vivimos mas
nosotros, mas ahora Cristo vive en nosotros. (Gálatas 2:20).
Porque El nos hizo participes de la naturaleza divina. (2 Pedro 1:4).
4. EL PODER DE LA CRUZ
Jesús dijo: “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y
saldrá, y hallará pastos”. (Juan 10:9). Jesús no cometió ningún pecado, pero al
Padre le plació que todos los pecados nuestros cayeran sobre su Único Hijo.
Usted debe entender que la muerte de Jesús no fue el sacrificio de una mártir, fue
también nuestra propia muerte, usted y yo merecíamos morir, pero Dios impuso sobre
Jesús nuestro pecado, El los asumió todos. Por un solo pecado Adán fue expulsado del
paraíso, ¿Cuántos pecados usted ha cometido?
Pablo entendió tan claro este concepto que pudo decir:
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí;
y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y
se entregó a sí mismo por mí”. (Gálatas 2:20).
“Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor
Jesucristo, que cada día muero”. (1Corintios 15:31).
Usted tiene que morir juntamente con Cristo, al morir con Cristo, algo tremendo
sucederá en su vida, usted va a ver que de la Cruz van a emanar toda una fuente de
bendición, que la reciben aquellos que atraviesan por la Cruz de Cristo. El creyente
primero crucifica su carne, pasiones, deseos y sentimientos, toma la Sangre de Cristo y
se lava con ella, de acuerdo a lo que dice 1 juan 1:7:
“pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con
otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”.
(1Juan 1:7).
APRÓPIESE DE LA SALVACIÓN
La salvación no es algo que se obtenga por una buena conducta, ni por haber hecho
obras de misericordia, ni por ser una persona religiosa, etc. Para que usted pueda
disfrutarlo tenga en cuenta:
Llene su mente de pensamientos de fe, optimismo y esperanza.
A diario sature su mente de la Palabra de Dios.
¡DECÍDASE YA!
Comience cada día creyendo, pensando y comportándose como un verdadero
hijo de Dios.
En su tiempo de oración recuerde siempre, que solo a través de Jesús usted
puede llamar a Dios, “Padre”.
Pida la Señor , que usted pueda experimentar la revelación de la Cruz para que
pueda obtener:
o Limpieza de pecados.
o Apropiarse de la salvación.
o Recibir la sanidad.
o Derrotar la adversidad a través de la Sangre y la confesión de la Palabra.