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INTRODUCCIÓN
A todos nos toca vivir situaciones que muchas veces traen temor e inseguridad del porvenir,
de las decisiones que se deben tomar o de la forma correcta de enfrentarlas. Entre esas
cosas que constantemente nos rodean y mencionamos están: las enfermedades, las cuales
nos afligen tanto, que nos sentimos impotentes, deseamos hasta un milagro inmediato de
parte de Dios.
Leamos 2ª. Corintios 10:3-5 versión NVI “3 pues aunque vivimos en el mundo, no
libramos batallas como lo hace el mundo. 4 Las armas con que luchamos no son del mundo,
sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. 5 Destruimos argumentos y toda
altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento
para que se someta a Cristo.”
Vemos que en estos versículos el Apóstol Pablo nos muestra la mejor forma para librar las
batallas.
Jesús mismo nos lo dijo: en Juan 16:33 versión NVI “33 Yo les he dicho estas cosas para
que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido
al mundo.”
“33 Les
En la versión “Dios habla hoy” (DHH) dice: digo todo esto para que encuentren paz
en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he
vencido al mundo.”
Aun cuando estas palabras suenan algo contradictorias, deben animarnos, pues aunque
dicen que siempre tendremos algún tipo de sufrimiento, también vemos que El Señor
Jesucristo nos afirma que Él ya venció; nosotros pues, por fe lo creemos, obedecemos y
esperamos.
LIBRANDO BATALLAS
2. NO LIBRAMOS BATALLAS COMO LO HACE EL MUNDO
Según lo que leímos en 2ª. Corintios 10:4: “Las armas con las que luchamos no son del
mundo, sino que tienen el poder divino…”
Debemos vivir en Constante oración, Efesios 6:18 versión TLA dice: “18 No se olviden
de orar. Y siempre que oren a Dios, dejen que los dirija el Espíritu Santo. Manténganse en
estado de alerta, y no se den por vencidos. En sus oraciones, pidan siempre por todos los
que forman parte del pueblo de Dios.”
Salmo 145:1-4 versión NVI “1 Te exaltaré, mi Dios y Rey; por siempre bendeciré tu
nombre. 2 Todos los días te bendeciré; por siempre alabaré tu nombre. 3 Grande es el SEÑOR,
y digno de toda alabanza; su grandeza es insondable. 4 Cada generación celebrará tus obras
y proclamará tus proezas.”
Tenemos la oportunidad de hacer algo con nuestros pensamientos que no son agradables:
y es ponerlos delante de Dios, dejando todo lo que yo desearía hacer y pidiéndole al Señor
que ponga en mí el querer actuar conforme a Su voluntad.
LIBRANDO BATALLAS
No debemos permitir que esos pensamientos desagradables definan lo que somos. Por eso
Su palabra nos anima a que sometamos nuestros pensamientos a la obediencia de Cristo.
¿Y en qué debemos pensar? Filipenses 4:8-9 nos dice: “8 Por lo demás, hermanos, todo
lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo
que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. 9 Lo
que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará
con vosotros.”
CONCLUSIÓN
ORACIÓN.
Nota:
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