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CIVILIZACIONES DE LOS ANDES CENTRALES

Hacia el 6.000 a.C. en las sierras peruanas comenzaron las primeras experiencias de cultivo y
domesticación de la llama, que condujeron a la agricultura y ganadería. Estos recursos, sumados
a la explotación de la fauna marina, fueron la base económica sobre la cual se fundaron las
civilizaciones andinas.

Desde el punto de vista geográfico, los Andes Centrales constituyen un mosaico de condiciones
físico-ambientales que favorecieron el desarrollo de distintas culturas regionales:

CULTURA CHAVÍN: ubicada en la sierra norte


del Perú. Allí se encontraba un centro ceremonial
donde funcionaba un oráculo muy importante, al
que se acudía para solucionar los problemas mas
importantes. Sus sacerdotes eran verdaderos
especialistas en astronomía, ingeniería y
conocimientos agrícolas.
Vinculado a sus dioses, aparece un estilo artístico que se manifiesta en bajorrelieves líticos,
cerámicas y objetos de oro, cuya característica es la mezcla de motivos geométricos, ojos, fauces
de jaguar, serpientes y aves, en torno de una figura antropomorfa. A partir del 400 a. C., este
centro pierde importancia.

CULTURA MOCHICA/CHIMÚ: floreció en la costa norte, entre el 100 y el 800. Se dedicaba a


la explotación de los recursos del mar, a una agricultura
con regadío y uso del guano como fertilizante y a la caza y
domesticación de patos y llamas. De ellas quedaron
construcciones de tipo piramidal hechas de adobe, como
las huacas del sol y la luna.

De espíritu conquistador, sus gobernantes eran sacerdotes- militares. No tuvieron grandes


ciudades, si no pueblos extensos alrededor de templos y aldeas de campesinos. Construyeron
fortalezas o atalayas en sitios altos. Hacia el siglo IX fueron incorporados al imperio
Tiahuanaco-Huari y cuando este decayó en el 1200, la zona fue ocupada por la cultura Chimú. Su
capital fue el centro de l actividad política, económica y religiosa. Sus productos artesanales
alcanzaron gran perfección y se destacaron en la orfebrería. Mediante conquistas, extendieron
sus dominios hasta la actual Lima.

CULTURA NAZCA: surge en la costa sur entre el 100


y el 800. Se caracterizaba por una cerámica policroma de
una gran belleza. Fueron probablemente guerreros que
vivían en pueblos organizados. No tuvieron grandes
monumentos arquitectónicos, sino pequeñas poblaciones
de adobe. Fueron muy buenos ceramistas con altos
niveles de perfeccionamiento técnico y artístico. Fueron agrícolas y construyeron acueductos
subterráneos que traían el agua desde la montaña. Con ello se vinculan una serie de líneas
geométricas y figuras de animales de gramdes dimensiones que se encontraron en Pampa del
Ingenio. Se supone que representan las constelaciones y el paso del sol.
TIAHUANACO-HUARI: se desarrolló a 20 km del
lago Titicaca y a 4.000 m de altura y su capital
alcanzó en el siglo V, la categoría de urbe con
templos que se conservan hasta hoy, como la Perta
del Sol. Cultivaban varias especies de papa y
criaban llamas. Intercambiaban productos con otros
pueblos y fueron los iniciadores de la metalurgia del
bronce en América. Su influencia llegó hasta el
noroeste argentino.
EL IMPERIO INCA
El origen del pueblo inca se pierde en sus leyendas. Según ellas, habrían llegado al Cuzco
procedentes del sur hacia el 1200 e inauguraron una
dinastía encabezada por Manco Cápac, a quien le
sucedieron siete incas. En 1438 habría comenzado el
imperio incaico o Tahuantisuyo, que en quechua, la lengua
que hablaban, significa “imperio de las cuatro regiones” o
suyos: Antisuyo, Chinchaysuyo, Contisuyo y Collasuyo.
Estos, divididos a su vez en provincias llamadas ayllu,
dirigidas por las curacas.

Los ayllu eran la unidad de toda su organización. Eran


comunidades organizadas por individuos que reconocían un
antepasado común. Económicamente autosuficientes,
tenían tierras que trabajan colectivamente.

La ciudad de Cuzco era asiento del gobierno y la religión.


En ella vivían la nobleza y los artesanos. El Inca era el jefe
supremo considerado “hijo del sol”. Su cargo era hereditario
y su persona era considerada sagrada. Su organización
social era jerárquica. El inca y su linaje ocupaban el lugar de mayor poder. Por debajo de ellos se
ubicaba la nobleza, integrada por los funcionarios del estado y los responsables del culto. El resto
de la población se agrupaba en los ayllus y por último estaban los yanas, servidores de la
nobleza.

La base de su economía era la agricultura del maíz, papa, quinoa, zapallos, porotos, ají,
mandioca, algodón y otros cultivos que se realizaban con riego en la costa y en terrazas en las
sierras. La construcción de terrazas en las laderas de las montañas se realizaban mediante el
aplanamiento de la tierra y el sostén de esos grandes escalones con piedras y maderas, para
aprovechar al máximo, la escasa tierra disponible y el agua. Practicaban también la ganadería:
criaban llamas que también era usada como medio de transporte, vicuñas, guanacos y alpacas,
que los proveían de lana para los tejidos.

Los incas implementaron la mita, un sistema de trabajo rotativo y por turnos, al cual estaban
obligados todos los varones adultos de los ayllu. Este sistema se extendió por toda la región
andina. Estos trabajos podían ser agrícolas en las diferentes tierras; artesanales (textiles,
orfebrería); en la construcción de obras públicas (caminos, edificios estatales), o en la extracción
de metales preciosos como la plata. Durante el turno de la mita, el alimento y el vestido eran
proporcionado por el Estado. También las herramientas y los materiales necesarios para trabajar.

Para registrar la contabilidad de los tributos, se


usaban quipus, instrumentos en los que se
anudaban cordones de diferentes tamaños y
colores. El grosor de cada cordón, el color y los
lugares donde se realizaban los nudos, eran
las indicaciones para leerlos.

LOS INCAS EN ARGENTINA


Según las fuentes históricas en el territorio de Argentina, entre 1479 y 1535, el imperio incaico
conquistó las partes occidentales de la actuales provincias de Catamarca, Tucumán, Salta, Jujuy,
La Rioja, San Juan, y el extremo noroeste de Mendoza incorporándolas al Collasuyo. Algunas
investigaciones sugieren la influencia incaica en parte de la Provincia de Santiago del Estero
(zona interfluvial en donde está la ciudad de Santiago del Estero), pero la incorporación de esa
zona al imperio no ha sido probada. Tradicionalmente se atribuye la conquista al inca Túpac
Yupanqui. Los pueblos que entonces habitaban esa región, los omaguacas, los diaguitas
(incluidos los calchaquíes), los huarpes y otros, intentaron resistir pero los incas lograron
dominarlos, trasladando a sus territorios a los mitimaes o colonos deportados de las tribus de los
chichas, que habitaban en lo que es el suroeste del actual territorio boliviano.

Los incas construyeron caminos (el camino del inca), centros agrícolas y de producción de tejidos,
asentamientos, fortalezas (pucarás) y numerosos santuarios en lo alto de las montañas en donde
realizaban sacrificios humanos especialmente de jovencitas y de niños tal como lo demuestran las
momias de Llullaillaco, utilizando también construcciones preexistentes.

Entre los establecimientos incaicos más importantes en Argentina, se encuentran el Potrero de


Payogasta en Salta, la Tambería del inca en La Rioja, el pucará de Aconquija y el Shincal de
Londres, ambos en Catamarca, el pucará de Tilcara en Jujuy y las ruinas de Quilmes en
Tucumán, la mayoría de las cuales eran preincaicos y fueron organizados en una red urbana
dentro de su imperio, estableciendo en ellos puestos de control militar.

Las provincias incaicas en el actual territorio argentino fueron cinco:

● Huamahuaca, con probable cabecera en Tilcara, llegando por el norte hasta Talina,
actualmente en el Sur de Bolivia. Habitada por mitimaes chichas.
● Chicoana o Sikuani, habitada por los pulares, se extendía por el piso de puna de Atacama
y la parte septentrional de los valles Calchaquíes hasta cerca de Seclantás y abarcaba
probablemente desde las Salinas Grandes de Jujuy hasta el sur de La Paya en Salta,
donde estaba su capital la antigua Chicoana.
● Quire-Quire o Kiri-Kiri, que comprendía el resto de los valles Calchaquíes comenzando en
Pompona (hoy La Angostura), todo el valle de Santa María y los valles de Andalgalá,
Hualfín y Abaucán. Habitada por calchaquíes y yocaviles.
● Tucumán o de Tucmua, comprendía los valles orientales y las sierras subandinas.
● La provincia más meridional, probablemente se extendía desde La Rioja hasta las
montañas del Cordón de Plata, alcanzando el cerro Tupungato en Mendoza y quizás
formaba parte, con el nombre de Cuyo o Kuyun de la provincia de Chile o Chili.

En cuanto a su religión, eran politeístas. Adoraban a un dios supremo, Viracocha y a Inti, el sol,
dios del imperio y padre del Inca. Tenían además divinidades menores como Pachamama. Les
hacían ofrendas y en ocasiones, sacrificios de animales, jóvenes y niños.

La artesanía inca fue una síntesis de las técnicas anteriores. Trabajaron los metales, fabricaron
cerámica y tejidos de algodón y lana. Se destacaron en la construcción defensiva de tipo
monumental o el Machu Picchu, ciudad ubicada en la cima de un alto cerro.

Los incas contaron con varios instrumentos musicales de viento y percusión entre los que se
encuentran: la quena, la tinya o Wankar, el calabacín, la zampoña y la baqueta. La música
desempeñaba un papel importante en distintas ocasiones. Se sabe que había música amorosa,
guerrera, fúnebre y agrícola. La música incaica se componía de cinco notas musicales.

Una característica fue la ejecución de música durante las labores agrícolas en tierras del Estado,
con lo cual convertían las duras faenas del campo en amenas reuniones.

Las flautas eran uno de los instrumentos más populares. Las quenas por lo general, eran
confeccionadas con huesos humanos mientras que otras flautas eran de arcilla, plata o, las más
comunes, de carrizos.

Una obra importante fueron los caminos, que formaban una red que atravesaba el imperio en
todas direcciones. Al borde de los mismos se levantaban tambos o lugares de descanso,
abastecimiento y cuarteles. Se destacaron en la medicina, llegando a realizar operaciones usando
como anestesia la coca. Conocieron los años lunar y solar.

Tuvieron un ejército muy disciplinado. Los varones adultos servían en el por turnos, a través de la
mita militar. El Estado mantenía a sus familiares y les daba las armas para el combate. Trataban
de someter a los pueblos por vía diplomática y solo atacaban cuando ese medio fallaba. Fueron
respetuosos de las tradiciones de los sometidos y trataron de integrarlos por medio de los
mitimaes, que era un grupo perfectamente incaizado que imponía las técnicas y el modo de
producción inca y controlaban a la población, evitando posibles revueltas.
PRESAGIOS FUNESTOS

Entre los aztecas y los incas, la llegada de los españoles fue precedida por acontecimientos que,
según la interpretación de los sacerdotes, auguraban el advenimiento del fin del orden o de su
existencia. eran presagios funestos.

AZTECAS: en México los presagios fueron ocho

1. 10 años antes de la llegada de los españoles, durante un año completo, todas las noches
aparecía en el cielo, una columna o espiga de fuego desde el oriente, que se elevaba
desde la tierra al cielo.
2. El incendio misterioso sin causa del templo de Huitzilopochtli.
3. Un rayo que destruyó un templo mientras lloviznaba, sin relámpagos ni truenos previos.
4. Durante el dia, aparecían cometas que atravesaban el cielo.
5. Las aguas del lago de México fueron agitadas por una tempestad, lo que destruyó parte de
la ciudad.
6. Nacían monstruos de dos cabezas que luego desaparecían.
7. El grito de una mujer que gritaba en la noche: ¡Hijos míos, debemos irnos lejos!

INVESTIGAR LEYENDA DE QUETZALCOATL

INCAS: terremotos muy violentos sacudieron al Perú. Aparecieron cometas y un rayo cayó sobre
el palacio del Inca. El más impactante se produjo en una clara noche de luna, que se vió cubierta
por tres halos: el primero color sangre, el segundo negro y el tercero semejante al humo. Según
sus adivinos, estos marcaban el fin de la religión y el imperio incaico.

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