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La obesidad de las personas con 15 y más años de edad en el Perú tuvo una
tendencia creciente en los últimos nueve años, incrementándose de 21 % en
2017 a 25,6 % en 2022, es decir, un aumento de 4,6 puntos porcentuales.
Para el año 2035, aproximadamente el 35% de los adultos peruanos serán obesos. En el 2022, el
Perú registró un aumento significativo en las tasas de obesidad y sobrepeso en adultos, con un
27,8% de obesidad en el área urbana y un 16,2% en el área rural, además de un 38,5% de
sobrepeso en el área urbana y un 32,8% en el área rural. A nivel global, se espera que más del
50% de la población esté afectada por el sobrepeso y la obesidad.

El sobrepeso y la obesidad en Perú representan una creciente preocupación para la salud pública. En
el Perú, la obesidad y el sobrepeso en adultos han experimentado un aumento significativo en los
últimos años. Para el año 2022, la obesidad en el área urbana se elevó al 27,8 %, mientras que en el
área rural aumentó al 16,2 %. En cuanto al sobrepeso, el 38,5 % de las personas en el área urbana y el
32,8 % en el área rural lo experimentaron en 2022. Se proyecta que para el año 2035,
aproximadamente el 35% de los adultos peruanos serán obesos. A nivel mundial, se espera que más
del 50% de la población esté afectada por el sobrepeso y la obesidad para el mismo año. Estas
tendencias representan un creciente desafío de salud pública, con graves implicaciones en
enfermedades cardiovasculares y diabetes, lo que requiere una acción integral y políticas basadas en
evidencia científica para promover hábitos más saludables y prevenir enfermedades relacionadas con
el sobrepeso y la obesidad.
El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser
perjudicial para la salud de las personas; ambas circunstancias se asocian directamente a la mayor
probabilidad de sufrir de enfermedades crónicas como hipertensión arterial, males cardíacos, diabetes y
ciertos tipos de cáncer. Para su medición se emplea el índice de masa corporal (IMC), que es una relación
entre el peso y la talla de un individuo. En el caso de los adultos, los considerados obesos son aquellas
personas que tienen igual o superan los 30kg/m2, mientras que, aquellos que tienen un IMC igual o mayor a
25 kg/m2 son considerados con sobrepeso. Para el caso de niños y adolescentes, se considera también al
IMC, pero ajustado a la edad por la desviación estándar de los patrones de crecimiento infantil, es por ello
que, se va a diferenciar el grado de sobrepeso y obesidad en niños menores de 5 años y en los niños y
adolescentes entre 5 a 19 año [1].
Un elevado índice de masa corporal (IMC) representa un importante factor de riesgo para enfermedades no
transmisibles, que incluyen enfermedades cardiovasculares, diabetes, trastornos del sistema locomotor y
diversos tipos de cáncer. El riesgo de padecer estas afecciones aumenta a medida que el IMC se incrementa.
Además, la obesidad en la niñez se vincula con un mayor riesgo de obesidad en la edad adulta, así como con
un aumento en la probabilidad de mortalidad prematura y discapacidades. Los niños con obesidad enfrentan
complicaciones que incluyen problemas respiratorios, un mayor riesgo de fracturas, hipertensión y muestran
signos tempranos de enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina, además de efectos adversos en
la salud mental. Es crucial abordar esta preocupante tendencia para prevenir futuros problemas de salud y
mejorar la calidad de vida de la población [2].
La obesidad de las personas con 15 y más años de edad en el Perú tuvo una tendencia creciente en los
últimos nueve años, incrementándose de 21 % en 2017 a 25,6 % en 2022, es decir, un aumento de 4,6 puntos
porcentuales. Como se aprecia en la Figura 1, en el año 2017, la obesidad en el área urbana representó el
23,6 % de las personas de 15 y más años; mientras que, en el año 2022, la obesidad urbana se elevó a 27,8
%. En el área rural, la incidencia de obesidad también se incrementó, pasando de 11,0 % en 2017 a 16,2 %
en 2022, pero se mantiene en niveles menores comparado con el área urbana en todo el periodo [3].
El sobrepeso también mostró una tendencia creciente durante el periodo 2017-2022, elevándose en 1,3
puntos porcentuales, de 36,1 % en el 2017 a 37,5 % en el 2022. Según el ámbito de residencia, el sobrepeso
ha mostrado una tendencia creciente tanto en el área urbana como en el área rural, con niveles mayores a los
presentados en la obesidad. En el 2017, las personas con sobrepeso en el área urbana representaron el 38,6
% y en el área rural el 28,6 %; mientras que, en el 2022 este porcentaje se elevó a 38,5 % y 32,8 %,
respectivamente
Según la Organización Mundial de la Salud [2], el sobrepeso y la obesidad a nivel global tienen su raíz en un
desequilibrio energético, donde las calorías consumidas superan a las gastadas. Este problema ha sido
impulsado por un aumento en la ingesta de alimentos altos en calorías y ricos en grasa, así como una
disminución en la actividad física debido a la naturaleza cada vez más sedentaria del trabajo, cambios en el
transporte y la urbanización. Estos cambios en los hábitos están en gran medida relacionados con factores
ambientales y sociales ligados al desarrollo, así como la falta de políticas de apoyo en diversos sectores
clave, como la salud, la agricultura, el transporte, la planificación urbana, el medio ambiente, la industria
alimentaria y la educación. Abordar esta problemática requiere una acción integral en múltiples frentes para
promover hábitos más saludables y prevenir enfermedades asociadas al sobrepeso y la obesidad.
A nivel nacional, se estima que, en el 2035, habrá un 35 % de adultos obesos, y que el incremento anual en
la obesidad en adultos en el periodo 2020-2035 es de 2,5 % [5]. Mientras que, a nivel mundial, se estima que
para el año 2035, más de 4 mil millones de personas en todo el mundo estarán afectadas por el sobrepeso y
la obesidad, lo que representa un aumento significativo en comparación con los más de 2,6 mil millones en
2020. Esto significa que más del 50% de la población mundial estará en esta categoría en 2035 [5].
El sobrepeso y la obesidad representan un creciente desafío de salud a nivel mundial, con graves
implicaciones en enfermedades cardiovasculares, diabetes y otros problemas de salud. En particular, la
obesidad infantil es preocupante, ya que aumenta el riesgo de enfermedades en la edad adulta. La prevención
de estas condiciones requiere la promoción de entornos y elecciones saludables tanto a nivel individual
como en la sociedad, respaldada por políticas basadas en evidencia científica y la participación de la
industria alimentaria. El acceso a opciones alimentarias saludables y la actividad física debe ser una
prioridad para abordar este desafío global de salud pública.
Al respeto, la OMS ha creado el Plan de acción mundial para prevenir enfermedades no transmisibles 2013-
2020, que busca cumplir los objetivos acordados en la Declaración Política de la ONU sobre enfermedades
no transmisibles. Este plan incluye la reducción de la mortalidad prematura por estas enfermedades en un
25% para 2025 y la estabilización de las tasas de obesidad a nivel mundial. Finalmente, la Asamblea
Mundial de la Salud ha respaldado el informe de la Comisión para poner fin a la obesidad infantil de 2016 y
sus recomendaciones, así como un plan de implementación para combatir la obesidad infantil en distintos
entornos y etapas del ciclo de vida [2]. Al 2022, ningún país ha logrado reducir la obesidad en toda su
población ni está en camino de cumplir con los objetivos de la Organización Mundial de la Salud para el
2025. Para abordar este problema, se necesitan esfuerzos decisivos, centrados en las personas e integrados
en todas las etapas de la vida. Las estimaciones sugieren que el costo económico de la obesidad superará los
4 billones de dólares en 2035, casi el 3% del PIB global
La obesidad continúa siendo un problema de salud pública, pues 7 de cada 10 peruanos sufre de exceso de
peso, situación preocupante porque ahora también está afectando a los niños, advirtieron especialistas del
Ministerio de Salud (Minsa).

“El Perú es el tercer país con altos índices de sobrepeso en Latinoamérica, y por eso se necesitan las medidas
urgentes para controlar estas cifras, promoviendo el cambio de los hábitos de alimentación” sostuvo el
nutricionista del Instituto Nacional de Salud (INS), Antonio Castillo Carrera.

El especialista informó que, a partir de un índice de masa corporal de 30, se considera a la persona con un
problema de obesidad, “que ya por sí tiene el cuerpo inflamado y es propenso a desarrollar hipertensión,
diabetes, problemas de colesterol y triglicéridos, enfermedades cardiovasculares y derrames cerebrales”,
alertó.

Asimismo, precisó que hay dos factores que están relacionados al incremento del sobrepeso y obesidad: la
alimentación inadecuada (alimentos altamente calóricos, alimentos procesados y bebidas azucaradas) y la
poca actividad física.
“Los principales causantes del exceso de peso son una alimentación con exceso de harinas y de alimentos
ultra procesados ricos en azúcares, grasas y sodio como gaseosas, refrescos envasados, productos como la
pizza, hamburguesas, frituras y sopas instantáneas, todo ello sumado al sedentarismo”, explicó.

Para mejorar la alimentación, el nutricionista recomendó preferir el consumo de harinas o granos integrales
como la avena, la quinua, el arroz integral entre otros, consumir grasas saludables como el aceite de oliva, la
palta y frutos secos, así como disminuir el consumo de bebidas azucaradas y otros alimentos procesados.

Asimismo, dijo que es mejor incrementar el consumo de frutas y verduras, proteínas como las carnes blancas
como el pescado, pavo, pollo, rojas (menor cantidad), o el huevo. “Las verduras en ensaladas o cocidas
deben ocupar la mitad del plato, incrementar el consumo de agua pura y realizar 30 minutos diarios de
actividad física en casa”, indicó.

Finalmente, recomendó acudir a un profesional nutricionista colegiado para una evaluación nutricional que
permita tener un plan de alimentación personalizado que lo ayude a bajar de peso de forma saludable.

Más datos:
· El 85 % de los casos de muerte por la covid-19 fue asociado a casos obesidad, según cifras del Minsa.
· El 39.9 % de mayores de 15 años tiene al menos una comorbilidad o factor de riesgo como obesidad,
diabetes mellitus o hipertensión arterial, según información del Endes 2020.

Algunos de los elementos más importantes para reducir la


obesidad y el sobrepeso
En el documento técnico para minimizar la obesidad y el sobrepeso, el Minsa presenta una serie de
estrategias que se centran en la alimentación saludable, el acompañamiento de especialistas en
nutrición y los mensajes que serán dirigidos a la población como intento para fomentar el cambio de
hábitos en sus rutinas cotidianas.

Lo principal que hay que tener en cuenta es la implementación del modelo de abordaje nutricional
para la prevención y control del sobrepeso, el cual agrupa las consultas, las consejerías y la
orientación sobre este ámbito. Cabe resaltar que esta estrategia también fue diseñada para facilitar
su puesta en marcha desde la telesalud, a raíz de los cambios en el sistema sanitario provocados por
la pandemia.

En el segmento de orientación nutricional, el documento técnico especifica algunos factores de


riesgo comunes a ambas enfermedades: alimentación poco saludable, vida sedentaria sin hacer
ejercicio, consumo de alcohol y tabaco, ser mayor de 45 años.

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Por su parte, la consejería nutricional se concibe como un espacio a cargo de los nutricionistas con
una duración de 20 a 45 minutos y en el que se tratarán los siguientes momentos: identificación del
estado nutricional y explicación del estado del paciente; análisis conjunto con el paciente para
adoptar estilos de vida saludables; establecimiento de acuerdos; registro de los acuerdos en la
historia clínica y seguimiento a los compromisos en consultas futuras.

De acuerdo con los resultados de cada paciente, los especialistas deberán diseñar un plan de
alimentación que promueva la pérdida de peso en los casos de sobrepeso y obesidad. Como se lee
en el documento técnico, “toda persona con sobrepeso u obesidad tipo I que cumple con su
prescripción recibe al menos 4 a 6 controles nutricionales en forma anual; y, mensual si la persona
no cumple o tiene dificultad para el cumplimiento de su prescripcion nutricional”.

CONSULTORSALUD pone a disposición de su audiencia el documento aprobado por el Minsa:

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