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RAMÓN CARRILLO”
CARRERA
TECNICATURA SUPERIOR EN ENFERMERÍA
PROFESIONAL
TEMA
“SOBREPESO Y OBESIDAD INFANTIL”
AUTORA
MARTINEZ CAMILA BELÉN
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN:
La obesidad puede causar diversas complicaciones en la salud física, psíquica y social del
niño. Está fuertemente relacionada con el desarrollo de enfermedades cardiacas,
respiratorias y la diabetes, entre otras afecciones.
Son diversos los factores causantes de la obesidad, genéticos, psicológicos, estilo de vida
poco saludable a nivel familiar y la cultura en la que se encuentra inmersa cada niño y
niña, entre otros.
Existen varios factores que influyen en esta condición y muchos pasan desapercibidos
debido a que la sociedad los adopta como hábitos normales.
El aumento del consumo de alimentos altos en calorías y poco nutritivos que se da, por un
lado, por la publicidad de éstos en televisión y redes sociales.
Las largas jornadas laborales de los padres afecta en la alimentación del niño. Se
consumen muchos alimentos procesados y deficientes en nutrientes por ser más rápido y
fácil. Además muchos padres adaptan a sus hijos a horarios desorganizados en la
comida, la falta de rutina alimentaria da acceso libre al niño para comer lo que quiera y
cuando quiera.
La obesidad es definida como uno de los mayores problemas en salud de este siglo y, sin
embargo, es un problema de aumento rápido y sostenido tanto para los países en
desarrollo como para aquellos primermundistas.
Son muchos los problemas que perpetúan esta condición y es poca la información
respecto al tema, por esa razón nace este trabajo de investigación.
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
OBESIDAD
Según el material Nutrición en Pediatría, bases para la práctica clínica en niños sanos y
enfermos, “Se define obesidad al aumento de la grasa corporal producido por un balance
positivo de energía, es decir, la obesidad no se define por la ganancia de peso sino por el
tamaño del tejido graso, su importancia radica en los riesgos para la salud y en la
inaceptabilidad social que genera la obesidad en la infancia predispone a padecer
obesidad en la vida adulta.”
El IMC proporciona la medida más útil del sobrepeso y la obesidad en la población, pues
es la misma para ambos sexos y para los adultos de todas las edades. Sin embargo, hay
que considerarla como un valor aproximado porque puede no corresponderse con el
mismo nivel de grosor en diferentes personas.
En los niños de 5 a 19 años, el sobrepeso es el IMC para la edad con más de una
desviación típica por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento
infantil de la OMS, y la obesidad es mayor que dos desviaciones típicas por encima de la
mediana establecida en los patrones de crecimiento infantil de la OMS.
EPIDEMIOLOGÍA
La Región de las Américas tiene la prevalencia más alta de todas las regiones de la
Organización Mundial de la Salud, con 62,5% de los adultos con sobrepeso u obesidad
(64.1% de los hombres y 60.9% de las mujeres). Si se examina únicamente la obesidad,
se estima que afecta a un 28% de la población adulta (un 26% de los hombres y un 31%
de las mujeres).
En general, en 2016 alrededor del 13% de la población adulta mundial (un 11% de los
hombres y un 15% de las mujeres) eran obesos.
En 2016, según las estimaciones unos 41 millones de niños menores de cinco años
tenían sobrepeso o eran obesos. Si bien el sobrepeso y la obesidad se consideraban
antes un problema propio de los países de ingresos altos, actualmente ambos trastornos
aumentan en los países de ingresos bajos y medianos, en particular en los entornos
urbanos. En África, el número de menores de 5 años con sobrepeso ha aumentado cerca
de un 50% desde el año 2000. En 2016, cerca de la mitad de los niños menores de cinco
años con sobrepeso u obesidad vivían en Asia.
En 2016 había más de 340 millones de niños y adolescentes (de 5 a 19 años) con
sobrepeso u obesidad.
En los últimos años, cada vez más niños, niñas y adolescentes tienen sobrepeso en
América Latina y el Caribe. Actualmente, se estima que al menos 3 de cada 10 niños,
niñas y adolescentes entre los 5 y 19 años viven con sobrepeso en la región.
“Durante este año y medio de pandemia, ha sido mucho más difícil para las familias
comer sano. Madres y padres perdieron sus ingresos y los precios de los alimentos
subieron. Además, con el cierre de las escuelas, muchos niños y niñas dejaron de recibir
alimentación escolar y se limitaron las opciones y espacios para realizar actividad física”,
dijo Jean Gough, Directora Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe. “Antes
de la COVID-19, prevenir la obesidad era imprescindible y ahora es más urgente que
nunca”.
UNICEF insta a los países de la región a fortalecer e implementar marcos normativos para
garantizar la calidad de la alimentación en hogares y escuelas, incentivar la recuperación
de los programas de alimentación escolar, el acceso a alimentos más saludables para las
familias y promover más espacios e iniciativas para la actividad física.
El 41,1 por ciento de los chicos y adolescentes de entre 5 y 17 años tiene sobrepeso y
obesidad en Argentina, en una proporción de 20,7 por ciento y 20,4 por ciento,
respectivamente, sin diferencias por nivel socioeconómico.
En los niños de 0 a 5 años, el exceso de peso alcanza el 13,6 por ciento, una cifra
elevada si se tiene en cuenta que el exceso de peso esperado para esta edad es de 2,3
por ciento.
En los niños menores de 5 años, la proporción de baja talla a nivel nacional fue de 7,9%,
siendo de bajo peso 1,7% y de emaciación 1,6%. En los niños, niñas y adolescentes de 5
a 17, los resultados mostraron 1,4% de delgadez y 3,7% de baja talla. Los números
confirman que los indicadores de desnutrición por déficit se mantuvieron estables en el
país respecto de otros estudios previos y que el sobrepeso y la obesidad crecieron
significativamente constituyéndose en el principal problema de malnutrición en el país.
ETIOLOGÍA
La obesidad es una problema de origen multicausal, es decir, son varios los factores
determinantes. Sin embargo, las causas fundamentales son dos:
Otros factores causantes del sobrepeso y la obesidad frecuentes son los siguientes:
CLASIFICACIÓN
La segunda, llamada también obesidad periférica o tipo "pera", presenta la grasa a nivel
periférico preferentemente en la cadera y en la parte superior de los muslos. Es más
frecuente en el sexo femenino.
DIAGNÓSTICO
La obesidad es una enfermedad compleja que involucra muchos aspectos que deben ser
considerados en la evaluación del paciente y su tratamiento. La evaluación individual del
paciente obeso debe incluir el reconocimiento y estimación de los factores que
predisponen, desencadenaron y perpetúan la obesidad. La evaluación de la dinámica y
contexto familiar y social, la historia clínica pediátrica con todos sus componentes, la
evaluación clínica y a través de exámenes complementarios para realizar diagnósticos
diferenciales y de las posibles complicaciones, la evaluación de la ingesta, la conducta
alimentaria y los hábitos, la evaluación de aspectos psicológicos: ansiedad, depresión,
autoestima, trastornos de la conducta alimentaria, bullying (hostigamiento entre pares),
calidad de vida, la evaluación de la actividad física y actividad sedentaria y la estimación
de la disposición y preparación para el cambio. (Figura 1).
Anamnesis
Para empezar con la recolección de datos sobre el paciente se indaga la historia familiar.
Si existen antecedentes de obesidad en la familia, especialmente, si los padres son
obesos. Muchas veces puede suceder que los padres del niño se encuentran en un
situación crítica respecto de su peso pero no lo quieren reconocer, esto dificulta mucho el
proceso de diagnóstico y tratamiento del niño con sobrepeso u obesidad ya que las
personas que están a su cargo se encuentran en negación ante la realidad. Las formas
más comunes de estar en negación consisten es utilizar frases como "No está gordo, solo
es bajo para su edad", "Se alimenta muy bien y por eso está así" o "Si está gordito, está
sano". En estos casos es necesario que la familia reconozca la necesidad de una ayuda
externa, acepte que existe un problema de sobrepeso en la familia y acceda al tratamiento
adecuado a su condición.
Evaluación de la ingesta
La OMS define la actividad física como cualquier movimiento corporal producido por los
músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía.
Definimos como actividad física regular a toda actividad física realizada durante 30
minutos por sesión o más, cinco veces por semana o más, que induce adaptaciones en el
organismo que disminuyen el riesgo de padecer enfermedades crónicas no transmisibles.
El ejercicio es toda actividad física que se refiere al movimiento repetido, planificado y
estructurado, realizado para mejorar o mantener uno o más componentes de la condición
física.
Se debe evaluar cuanto tiempo pasa el niño realizando actividad física y cual es la calidad
de dicha actividad en las distintas etapas de desarrollo. (Figura 3).
Entre los 8 y 9 años: se debe comenzar con la actividad pre deportiva y mini deportes con
igual frecuencia, intensidad y tiempo que el grupo anterior. Adquieren importancia los
juegos grupales. Por ejemplo: saltar, bailar, correr, rotar, saltar la cuerda, caminar con un
buen balanceo de brazos, andar en bicicleta, nadar, patinar, participar en juegos de
equipo, entre otros.
Entre los 13 y los 15 años: se puede comenzar a practicar el deporte con sus reglas y
sesiones de entrenamiento. Se debe estimular la actividad física periódica, al menos tres
veces por semana, y evitar excesos físicos y la auto exigencia desmedida. También, se
recomiendan las actividades intermitentes o pulsos de actividad (de por lo menos 10
minutos de duración), que incluyen tareas en la casa o cotidianas.
Examen clínico
Antropometría
La evaluación antropométrica es el estudio de las proporciones y medidas del ser
humano. Es una herramienta sencilla, de bajo costo, reproducible e inocua para obtener
información sobre el tamaño corporal, su composición y sus proporciones.
Resulta de gran utilidad en el cuidado de la salud para identificar situaciones relacionadas
con la aceleración o el retraso del crecimiento, adecuar la alimentación del niño y para el
seguimiento de condiciones médicas con gran impacto en el crecimiento y el estado
nutricional. Su interpretación siempre debe hacerse comparando los valores del niño con
los estándares o referencias de crecimiento para edad y sexo, y deben evaluarse junto a
la información clínica del niño.
Las mediciones antropométricas, son los valores obtenidos de las medidas corporales.
Las que más se usan son el peso, longitud y talla, perímetro cefálico, circunferencia de la
cintura y del brazo y pliegues cutáneos. Las mediciones mas importantes son las de la
circunferencia de la cintura y los pliegues cutáneos.
Peso para la edad: permite comparar el peso de una persona con el rango de peso que
debería tener para su edad y sexo.
Talla para la edad: permite comparar la talla de una persona con el rango de talla que
debería tener de acuerdo con su edad y sexo.
Peso para la talla: valora el peso de un niño con respecto al que debería tener para su
talla, de manera independiente de su edad.
Índice de masa corporal (IMC): para calcularlo se divide el peso (en kg) por la altura (en
metros) al cuadrado (P/Tm²) o, de manera más práctica, se divide el peso por la altura y
se vuelve a dividirlo por la altura (P/T/T). El IMC no es un método directo para medir el
tejido adiposo, pero está relacionado de forma positiva con la grasa corporal, medida con
los pliegues cutáneos y con estudios por imágenes.
La obesidad infantil puede causar daños graves a la salud, tanto a largo como a corto
plazo. No solo genera problemas durante la infancia, sino también tiene secuelas en la
vida adulta. La primera forma visible en que afecta a la salud es el aumento de peso, esto
puede repercutir negativamente en la salud mental del niño, ya que generalmente son
perseguidos y discriminados por sus pares e incluso por su entorno familiar. Vivimos en
una sociedad en la que se impone un estereotipo de belleza que consiste en ser una
persona delgada, alta y estilizada y todo lo que no encaja en esa descripción es
considerado “feo”. En un mundo donde abundan los estereotipos y se es discriminado por
la apariencia física es muy probable desarrollar problemas como baja autoestima,
depresión, ansiedad o trastornos alimenticios. Vemos entonces, que las mismas
influencias sociales pueden ser causantes y agravantes de los trastornos alimenticios,
entiendo por esto según la Ley 26.396 de Argentina a, la obesidad, la bulimia y la
anorexia nerviosa, y a las demás enfermedades relacionadas con inadecuadas formas de
ingesta alimenticia.
Todas estas, son enfermedades que nunca imaginamos se presentarían en la infancia, sin
embrago es cada vez más común que se produzcan etas situaciones. Es de vital
importancia, promover y aplicar medidas preventivas e intervenir de manera temprana así
como diagnosticar a tiempo esta afección.
Tipo I: son los pacientes con hipertrofia amigdalina de conducta hiperactiva, con
infecciones recurrentes sin sobrepeso
Tipo II: obesos con somnolencia diurna, hipertensión arterial, hipertrofia ventricular
izquierda, insulinorresistencia, dislipidemia, inflamación sistémica, hipertrofia
amigdalina y mayor riesgo de depresión.
TRATAMIENTO
Involucrar a la familia en tratamiento cuando ésta forma parte produce mejores resultados
en el descenso de la adiposidad y en los cambios positivos a largo plazo. Los cambios en
los hábitos alimentarios y en la actividad deben ser graduales y permanentes.
Las consultas deben ser frecuentes, para permitir al pediatra evaluar los logros,
reconocer las dificultades y realizar los cambios necesarios en la estrategia del
tratamiento.
Con el fin de reducir este exceso en la ingesta, el pediatra debe proporcionar información
y orientar a la familia del niño, niña o adolescente en la práctica de algunas estrategias
para disminuir el exceso en la ingesta diaria de energía, el de grasas saturadas y de
carbohidratos refinados, estimulando el consumo de alimentos de alto valor nutricional.
Lactantes
En esta etapa, nuevamente, se debe promover la lactancia materna exclusiva durante los
primeros 6 meses de vida, especialmente por su beneficio de autorregulación de la
ingesta. Cuando el lactante comience a recibir fórmula, es necesario controlar su
preparación y cuales son sus agregados, se recomienda consultar con un pediatra para
conocer que fórmula es la adecuada para el niño. Un punto a tener en cuenta es
reconocer cuando el niño está saciado, no se le debe obligar a terminar todo lo que se le
ofrece.
En esta etapa es importante crear una buena relación con la alimentación, no se debe
usar la comida como herramienta de recompensa o gratificación, muestra de afecto ni
como castigo. Esto puede generar desordenes alimenticios en el niño. Se debe
comprender que el apetito del niño es variable y que puede rechazar ciertos alimentos, en
esos casos no se debe desistir de presentar al niño ese alimento sino que debe hallarse la
manera en que lo acepte voluntariamente, un ejemplo claro es el rechazo que tienen los
niños a ingerir verduras. Incorporar frutas y verduras en la dieta del niño tiene muchos
beneficios por su valor nutricional.
Es normal que en esta etapa los niños quieran consumir únicamente aquellas comidas
que más le gustan, generalmente, son alimentos hipercalóricos como hamburguesas,
papas fritas, pizzas, etc., por eso es necesario que se le enseñe que estos alimentos
constituyen la excepción y no la regla, es decir, que su consumo será ocasional y no
diario. Por último, pero menos importante, se debe estimular la actividad física recreativa y
limitar el uso de la tecnología a pocas horas al día, debido a que el uso excesivo de estas
puede aumentar el sedentarismo. Es común en estos días ver que los niños prefieren
pasar horas frente al televisor o jugando videojuegos antes que salir a jugar al aire libre.
Escolares y adolescentes
En estas etapas se deberán seguir los mismos lineamientos del periodo anterior con
respecto a la alimentación y la actividad física. También puede presentarse al niño la
posibilidad de practicar deportes grupales no competitivos, estimular caminatas y
actividades que lo mantengan en movimiento, como por ejemplo ayudar en la limpieza del
hogar barriendo.
En estos periodos de vida, los niños y adolescentes tienen acceso a fuentes de comida
fuera del hogar, como los kioscos en las escuelas, o en salidas con sus pares. Es
fundamental educarlos en que el consumo de golosinas y alimentos hipercalóricos puede
ser perjudicial para ellos, sin embargo tampoco debe de prohibirse totalmente la ingesta
de estos ya que podemos producir el efecto contrario al deseado. Debemos recordar que
los extremos son malos, no se debe prohibir completamente la ingesta de alimentos poco
saludables, ni tampoco se debe ser totalmente permisivo con la ingesta de estos.
Durante el periodo de rápido crecimiento del adolescente se hacen mas visibles los
cambios biológicos correspondientes a la edad y el sexo. En esta etapa se debe de tener
especial cuidado respecto de la alimentación, generalmente el adolescente presentan
mas apetito, se debe asegurar que el consumo nutricional sea adecuado al gasto
energético que tiene. En esta etapa existe un riesgo de desarrollar trastornos alimentarios
de todo tipo, por eso es tan importante haber promovido una relación sana con la comida
en todas las etapas anteriores de la vida.
Es indispensable que el pediatra lleve un registro del crecimiento del niño, niña y
velocidad de talla y peso. Son muy valiosas ya que permiten identificar precozmente los
cambios, por ejemplo, la ganancia excesiva de peso en relación con el aumento en la
estatura, para implementar medidas al respecto y prevenir el sobrepeso y la obesidad.
Aspectos legales
Según el Artículo 17° los proveedores de bienes o servicios con destino al público en
general, no podrán negarse, ante el requerimiento de una persona obesa, a proporcionar
el bien o servicio solicitado, en las condiciones que al respecto establezca el Poder
Ejecutivo.
Así mismo, el Artículo 18° asegura que los establecimientos educacionales y sanitarios
cuenten con las comodidades y el equipamiento adecuado para el uso y asistencia de las
personas que padecen obesidad.
Los derechos son facultades naturales. sociales y legales que tiene la persona para hacer
o exigir legítimamente determinadas acciones orientadas a su propio beneficio. Además
de los derechos como ser humano, el niño en su calidad de tal, tiene otros derechos
especiales.
La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) es el tratado internacional adoptado
por la Asamblea General de Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, que reconoce
a todas las personas menores de 18 años como sujetos de pleno derecho.
Establece que los Estados que lo ratifiquen deben asegurar de manera obligatoria que
todos los menores de 18 años gocen de los derechos contenidos en él sin distinción de
raza, color, idioma, nacimiento o cualquier otra condición del niño/a, de sus padres o de
sus representantes legales.
En papel principal que tienen las enfermeras y enfermeros es educacional. Educar a las
familias desde el primer nivel de atención, que es el más cercano a la comunidad, en
cuales son las consecuencias a corto y largo plazo que tiene la obesidad sobre la salud,
incluidos la hipertensión arterial, enfermedades coronarias, diabetes y demás
complicaciones.
Motivar la actividad física, empezando con actividades más sencillas para una mejor
adaptación. Es importante indicar a los padres que deben involucrarse activamente en el
tratamiento del sobrepeso u obesidad infantil, acompañando al niño en todo el proceso.
Acompañarlo en el consumo de alimentos mas sanos, realizando actividades recreativas
juntos, limitando las actividades sedentarias como familia, de esta manera el infante se
siente acompañado y más motivado al cambio positivo.
Una vez terminado este trabajo, llegue a la conclusión de que el sobrepeso y la obesidad
infantil, realmente, no son vistos por la sociedad como problemas graves de salud.
Muchas personas, incluso llegan a creer que es sinónimo de buena alimentación, buena
crianza, y buena posición económica. Esto debido a la poca difusión de la buena
información que existe por parte del sistema de salud.
Yo creo que la mayor parte de la población ignora que la obesidad infantil puede producir
las mismas patologías derivadas que la obesidad en adultos, es decir, hipertensión
arterial, diabetes, problemas respiratorios, y demás complicaciones.
Muchos padres creen que sus hijos van a superar el problema del sobrepeso cuando
crezcan. Realmente, esto va a depender de los hábitos alimenticios, de la actividad física
y de la misma genética entre otros factores; puede que el niño siga subiendo de peso a
medida que crezca en lugar de bajar. También es común que los padres expresen que
sus hijos no tiene sobrepeso porque toda la familia es robusta, a pesar del diagnóstico
dado por su pediatra. El sobrepeso y la obesidad no es algo que se pueda justificar de
esa manera, si los exámenes realizados indican que el niño está por encima de su rango
normal para edad y sexo entonces se debe iniciar el abordaje del problema.
Con base en la creencia de que el niño grande debe comer mas para mantenerse sano,
también pueden producirse situaciones contraproducentes. Lo ideal no es necesariamente
aumentar las porciones sino la calidad nutricional de los alimentos.
Es necesario crear conciencia sobre las consecuencias que tiene la obesidad en los
infantes, promover estilos de vida y nutrición sanos, pero no solo promoverlos sino
también enseñar qué es un estilo de vida sano y como llevar una buena alimentación.
Bibliografía
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=AOvVaw2muL8xxHKtzuP4y-5AJaYi
Exceso de
grasa
Fuente: Moreno Azrior LA, Olivera J. Obesidad. Protocolos (online) Asociación Española
de Pediatría 2002 [Consultado: 25/mia/2006) Disponible en:
http://www.oeped.es/protocolas/nutricion/7/obesidad.pdf
Figura 2: Evaluación de los antecedentes y examen físico para la anamnesis