Está en la página 1de 8

Alianza Forma

Spiro Kostof
Histo ria de la arqui tectur a, 1

Venión español a de
~ria Dolores Jiméncz-Blanco Carrillo de AlbomM

Alianza Editorial

Scanned by CamScanner
9

ROMA : CAPUT MUND I

Primera arquitec tura romana

Si atendemos a lo que decl:m sus deferuores tardlos, Roma habla


sabido desde el
principio que estaba destinada a grandes cosas. Su emplazamiento,
un lugar salubre en
medio de terrenos itÚectos, fue elegido par su fundador, Rómulo,
lo suficientemente
lejos del mar para estar a salvo de los invasores, y al mismo tiempa
cerca para .sacar
partido de los beneficios del comercio: ésta era la opinión de Cicerón.
Italia estaba situada idealmente entre Norte y Sur del mismo Para Vitrubio,
modo que Júpiter está
entre Marte, que es muy cllidó, y Satunio, que es muy frlo. Roma,
a medio camino de
)a península .it~liana habla sido colocada allt par la inteligencia divina
opara qu~ pudie-
!:': ..~ -9 .ui~ el de~-~~ho a dominar el mundo•. Y ~ivi? recuerda cómo,
construcción del pnmer templo romano sobre el Cap1toho, se desenterr duran~e la
la fuente una cabcz;,. humana con todos sus rasgos en perfectas ó de la ZU\Iª de
condiciones. No podla
haber dudas de que este descubrimiento sigl).lllcaba que aquel lugar
estarla a la cabeza
del imperio y del mundo. . · •
Estos razonamientos muy pasteriores al hecho han oscurecid
o la verdad sobre el
alu espectacular de la ciudad de Róínulo y el considerable
componente de fornma
polltica irnpli,;ado en su sometimiento de los pueblos italianos
después de un periodo
en que Roma habla estado sometida a uno de ellos, el etrusco.
De hecho, hasta la
tercible sorpresa de su saqueo a m:mos de los galos occidentales
en el 390 a.C., durante
su tranquila existencia postetrusca, no despertó Roma a la llamada
f
y a la promesa de su osición privilegiada en la confluencia de los
la península, junto a fácil cruce de la única isla del Tlber (Fig.
del expansionismo
caminos naturales de
9.1).
Contrariamente a los dos mcditerr incos en general, el Tlbcr -el
rlos italianos después del Po- µene un delta estable que podla más largo de los
ser conv1;rtido en
puerto. Este hecho y la posibilidad del paso dcsptjado, do arriba
hasta la isla, para
, barcos Je transporte de considerable tonelaje aseguraba la expansión
de Roma por mar.
El tráfico local tampoco era impracticable en el tramo más alto
del Tl~r, algo más
turbulento, y_los valles proporcionaban buenas rutas a través de
los Apcrunos. Con una
motivación apropiada y un liderazgo militar· hábil, Roma comenzar
estos valores pas1tivos hasta convertirse en un estado poderoso la a desarrollar
: En la desembocadura
del r!o se implantó una colonia militar, Ostia, a finales del
Siglo IV, Y los nlles se

Scanned by CamScanner
9. Ro111• 331

convirtieron en calzad~s pavimentadas, comenzando por la vi• Appia, que va desde


Capua hasta Brindisi. corno una gran espina dorsal peninsnlu, y se inició la conquista Y
la colonización metódica.

Las fuen/,s
En aquel tiempo, junto a una serie de pequeños gmpas culturales como los Samni-
•t:"·• 1 1·: Ligures y los Osoanos, l_os dos pod_eres dominantes en _el hon~onte 1uhano eran
los etruscos en el norte y las cmdades gnega_s dd sur de !taha y S1cih•. ~~go~
juzgar a la primitiva Roma como una comb1nac1ón de las influencus etrusca y_g_r.1ega
es simplificar demasiado el terna. Etruna, en la época en que llegó a afectar el destmo
de una Roma que estaba empezañdo a i:lesplegar_ el vuelo, habla sido ya helenizad~ en
u¡, grado apreciable .. Y en el mundo del pensamiento romano había dementas nauv_os
it:ilicos (púr ejemplo, la casa con amo) arraigados en otras :!.reas fuera de Etnma.
Pompeya, quintaesencia de la ciudad romana para muchos de nosotros, fue de hecho
una fundación oscarL<l ,:u 11 un largo incervalo de dominación samnita.
_El carácter itálico de Roma queda patente en la irregular con.fi~uración urba.na con
la que nació, como la de muchas otras cmdades de la Italia pnnuuva, aJerus a los
dictados topográficos y a los rituales de la planificación urbana. ¡\si er.1 la _lta.lia.. del
~iglo VIII, antes de haberse conocido en el resto de la penlnsula el sofisticado url,ani.smo
~e los colonos g_riegos del Sm. Lo.s etruscos fueron los primeros en ªl.'rovecharse de las
técnicas de plammetria topagr.lfica en los enugrantes gnegos en sus mtentos colo,un-
dores. Roma a su vez adoptó la planificación orrogon_al en sus nuevos empla2ar¡Üento,
_!TI.ilitares ex_teriores que aseguraban sus conquistas y en la expansión <le ancignas cíiiifi':
eles que pasaron a estar bajo su jurisdicción. El mismo cennuiado romano -la divi-
sión del territorio _de la ciudad en graneles parcelas cuadrangulares de 728 metros d,
lado, conocidas como centurias por contener a cien pequeñas propiedades- estab,
_inspirado en la práctica griega (Fig. 9.2).
Los romanos .adaptaron de varias formas los esquemas geométricos de las colonia,
griegas y etruscas. Una fonna fue la J,>r.ktica romana de situar las ciudad~_S_ll.!!CVas en_e.
guce de los princ_ipales ejes perpendiculares norte-sur Y. este-oeste L (llamados respecti·
vamente _cargo y dIC~!llqno~) en los que comenzaba el centuriado. La práctic:i de da:
mayor értlasis a este cruce mediante la colocación de edificios públicos como el com
plejo de far'? _y_la basllii:a,. fue otra de estas formas de adaptación. Además los..romano
preferlan las manzanas urbanas cuadradas de las ciudades griegas, y la plau.ificació,
romana se vio influida por el modelo de sus campamentos militares, o castra, y contri
buyeron a ellos, algo que no puede so,:prendernos si consideramos el car.lcter milita
de las primeras colonias romanas.
P_ero_qui~á sea más in1portante que el trazado geométrico el repertorio de.arquite¡
_tura mst1tuc10i:ial que d1Stmgue a la cultura romana, desde la primer~ fase expansioni,
ta _después del saqueo de los galos hasta la creación del vasto imperio mediterráne
bajo Augusto, aproximadamente en la época de Jesucristo, y los tres siglos siguiente
T;..
,.
· l\onu, bullica de Magcncio, J07-3Í2 d. C. y Coliseo, 72-80 d. C.

de dominación romana. La arquit<;F._tura era una misión colonizadora y U!.'_ _!lle~
seguro de establecer visualmente li~uln1ra romana. En tierras consolidadas co
tradicio_nes cultmales propias, era de vira( imp<Jrtancia_estampar,e ,c5_<:_ll<>, ~om~no sob,
el P.!!.'!!Je 11[bano por medio de tipos constructivos reconoclbl~j - ,LQs -~n111I\C1ffj~--::: h
. · · :· , .. ·• L'-i~l ~ . ·' · l 1: l
1: .~~ ~- J:. .:;~·· :! 1.1" .;.1 ,

Scanned by CamScanner
,n
"' 9. Rom,, 333

gen.ieros militares- fueron haciéndose progresivamente mis importantes bajo el im-


perio, y la precisa reunión de estructuras imponentes y com.plicadas como los anfi~-
tros, entre otros miles de tipos, prolongaron ·l:iaocipri.na estricta de las legíoncs
romanas al solar de construcción. El estado estaba ahora detr:l.s de cada uno de los
aspectos de la construcción. Tenla el monopolio de los materiales como d 1D2rmq!j_ el
.m•.Y.!:!.!!!l-5!• dc_su extracción, y fabricaba sw propios ladrillos en factorías estatal_~,.J!I
transporte ,el ahnacenarnicnto y mano de obra estaban coordinados centrafu.adamente.
Habla emisiones especiales de monedlt con la representac:ión de los nuevos grandes
edilicios, conrnemor:lndolos como acontecimi.entos públicos.
, En la ~rqui~c~a _s_~n.escas~ las invenciones puras, y la originalidad se manifiesta
por lo común en fa aJaptación resuelta de formas tradicionales. Los romanos eran muy
selectivos a_ la hora de tomar formas prestadas, y lo apaptaban todo a las nuevas
finalidades. La arquitectura romana desarrolló en su lugar de origen técnicas de cons-
trucción y de composición de indudable invención propia. En su apogeo, d imperio y -
su arquitectura dispusieron una visión uniforme en todas sw posesiones, incluidos los
territorios. griegos tradicionales del este, inclwo annque cada provincia interpretara su
progra_ma imperial en consonancia con las prácticas locales. ·

~ primaHa d~ fo curva
Cualquiera que fuese~}' o¡igen italiano, los .CO!)Structores normales. de las :Pfun.~W
ciudades r o ~ -el fito, ~l templo, la basilica; y la ,.¡vi~da- uiiifarniliat:-,-_~~
~I vieron engrandecid~ y enriquecidas por influencia del o~ien!_: ~el~~_!ig,. Además,·
.~: ::::::: :·~•<;::::::::::::
1:
'. :: ·
i ~
todas estas estructuras arquitrabadas convencionales · lle.vaban el sello romano; más
concretamente, hay que decir que la verdadera unidad de la arquitectura r9maoa no es ·
1 . ' · 1' 1 ' \ . ' 1: 1 1
la de soporte y dintel, la de columnata y arquitrabe de piedra, sino d arco. •
Los romanos estaban obsesionados con la CIJ!Y,a: en planta y en iliado, y en la
contención espacial ·de las habitaciones._. Lá característica del arco es que dom.im, el __
espacio. En una columnata, el ojo, fijado en cualquier lugar de la lmi:gitud de la
columna, tiene la opción de ir hacia arriba o hacia abajo y, en la juntura con el
arquitrabe, puede . continuar hacia la derec~a o hacia 1~ izquier~ (Pig. 8.27). Sin
embargo, cada urudad de una arcada se repliega en si nus~..ilnp iWLCIÚU
tr~yectoria, se encuentra inexorablemente encallado, Una serie de estas unidades se
desarrolla en grandes saltos a través del espacio, como si inspirara y e.xpirara, conquis-
tando distancias de una manera que es ajena a la rms lenta y metódica marcha de las
c~lumnas. E._l arco_salta por en~a de un rlo_ f~rmando un puent_e,_ o se eleva so?re_ .
,,..,,· p1lar,J. cruzando un vallé· para ruvelar un pa1Sa)e abrupto al serv1c10 de un ammo
transversál o del canal _de un acueducto (Fig. 9 .3). Apilados a lo largo de los bordes dé
Uña.pendiente natural, -los arcos, pr~porcionará n la estructuca. ~.f1ara una platafor-
ma llana que prolongue el espaao útil de la cirua.
fero la expresión final del sistema basado en el arco , tiene tres dimensiones, y.'>!!.
constitüyefü una determinación del espacio (Pig. 9.4) . El arco prolongado a lo largo __
de una Unea· recta produce um bóved:t de cañón (o: túnel) , es décir, un techo cuno
construido _so~_~e _dos .-paredes paralelas y que cubre el espacio rectilineo que éstas
definen: La intersección de dos bóvedas de cañón, da lugar a una bóveda de cruccr:!_a o
de nervios, con cuatr_!) medios cilindros que se cruzan en ángulo recto a lo largo de

Scanned by CamScanner
9. Ro,nn :ns
J31 Primtra JNlrfl: Un lug"r tn la cítrrn

·...._

Pig. 9.l Nlmcs {Fn.nclil), Ponr d,! Gard; Acueducto romano sobre el rio Gard, de: fina.la del siglo pri,nc:ro a. C.

·>~ un_as crestas llamadas nervios. Girándolo en un ángulo ele 360º en el plano horizontal,
---i~/~--- ~-:..•··-/··>:;::::- eT arco definirá una cúpula.
º 05 1.0 Lo palabra bóveda vi~ne del lat!n volvtrt, que quiere decir dar vueltas, rodar. Los
~1pacios abovedados son hmdamentalmente diferentes, en cualquiera de sus forin.is, de.
KM o 1.0 2.0 los espacios arquitrabaclos. Las habitaciones con tejado plano son espacialmente inmó-
flJg. 9.2 Ma~: U colonia romana de Plo,:c~1riJ _(floccnCi:a,_lra~ia) funcb.di ~n _el 59 :i . C ..' mfütr.mtl~ su relación con
viles (Fig. 7 .26¡. Dentro ele su armazón en fonna de caja el usuario tiene una
l,1s an1iguu 'f'IU de comuuinción 't su Ofgamu_c1ó11 ~I tcmrono en ccntun~mnct. •~ c1utl:,~t st ~~lenta .i loa cuarro relación con la a tura cid espacio que per111;1nece inalterable sea cual sea el lugar que, él
M.lulos o,dinalcs. La ccnrttriac:ión venia dctemunacb poc el cuno del do y por los deuuvelu del rem:no. ni anfüc:.tru puedo. ocupar sobre el sucio. El :S.n gulo recto describe dramáticamente la simple rch~
tw.1iaJo al IUCOC'ICC de b, ciudad (bq Jcl 130 d. C. apro-.:imath.mente. la otcdnl y el hapci11crio, e.o el ingulo noreste,.
ción_peso-soponc. En los espacios abovedados, se introduce la ambigüedad en esta
st: l,an i.ncluido para fxifüir b companción con La ciuJad _mcJicnl (Pi~. 16.2).

Scanned by CamScanner
9. Roma 337

relación por medio de la tangencialidad dd techo curvo con la dimensión vertic:tl ,le
los muros. Puesto que d centro del techo es más alto que el de su alredcdot, es como si
se nos an:-..trara a esta invisible-linea central (o punto central en_d caso de la cúpula). ·
EJ espacio es, pues, activo, elev:indose contra la iuerza de la gravedad. Si la imagen de
· ¡, arquitectura arquitrabacla m ttnninos humanos es la cariátide, la figura en pie que
soporta d peso de la superestructura sobre su cabe-za, el alcance hu1112.no parece co1Ls-
ttnir la analogía apropiada para la arquitectura abovedada (Figs. 7 .28; 9 .5).
Hemos encontrado en el pasado algunos intentos preliminares de experimentación
con d arco y la bóveda. El efecto de los techos curvos se logró en las tumbas neollticas
de la Edad de Bronce por medio de la fa.Isa bóveda (Figs. 2.17; 5.4). El verdadem arco
-es decir ,-el arco de perfi\ serni!'_ircul3.!- fue conocido en Mesopotamia pero, o!
A estar hecho de ladrillo, solla estar conectado a un muro mis grueso qúe_'º-w_p.Q.C!iha.
El arco abocinado, utilizado tanto por los griegos como por los etruscos, se sopocta a si
mismo, igual que se sopocta el auténtico arco de =poster!a construido con unidades
tallad.u con la curvatura precisa, sillares que comie= la curvatura por ambos lados
(o por todo su perlrnetro, en el caso de la bóveda) y que se van superponiendo hasta
llegar al .centro, donde esti la pieza llam.a:~ clave, 91.!~_l.!)Lfij'.'_ _~n su lugar. El arco
abocinaclo, casi siempre de intención utilitaria , fue a veces explotado por sus posibilida-
des csttticas, como en la cutnda del ágora de Priene o en las puertas de las ciuda4cs
etruscas (Figs. 6.19; 8.19). El dosel de la cúpula habla conllevado siempre, probable-
mente, connotaciones simbólicas en la arquitectura funeraria, sea en las tumbas en
pasad.izo de fa Europa dd Neol!tico, sea en las tumbas en cholos micénicas, o en las .
cámaras abovedadas de los cementerios helenlsticos (Figs. 2.17; 5.18}. - .
La pr:ictica romana destaca en varios aspectos. La bóveda y el arco eran por lo
~ii~ial omnipresentes en el siglo 1 a.C., en lugar de ser una rara excepción. Las vemos
B E 1!1)-'J_pronto en wia serie de tipos constructivos- . tiendas, almacenes, baños- as!

F
Fig. 9.s Lcou;wrdo tia Vinci,w Hontin VifrM~IINIII
a . 1490. (A<adcmia, Vtn<cia. !tal•). &ca ts ~ mru
prtw:ión de Lcomnlo de nn bmo,o pasaJC (~ V1lmb1,
(Libro lll. Captrulo 1) que dacribc cómo un hombl
Pi 9 4 fil .uco y su prolongación tridimr.nsional en forma~ a.boved.,cbs, diagramas atr~cnmiles. El :a n:o, en un
bien p<npo<cionado, al attnda ,... bruol Y poem•
1,,R~o ~nico, puctlc ,cr superpuesto en nrios pisos (A). l!xtcndido en una Jimcnsi~n, tal como a.partee en (D), el arco
1 cna.jarla cnctamcntc en 1.s dos figu(is gcomO:nc
~a lugar • un,. lióYCda de a.ftóu (C), que puede intcrxct:1nc: con _otra prod_11e1c~do u_na Wvc:da de cruccrl:a (O).
nw pcr&:cu.,: el dn:ulo y el cuadndo.
Gi..-ando en )<,O graJas, como apuccc ~n (ll), el arco pr~ucc un.a cupula KllHCJÍá1ca (F). ·

Scanned by CamScanner
338 J>rimtra parir: Un l11gar en la tierra
técnica de hormlgó n rcvesci-
como en las subestrucrur.s de los edificios en terrazas. !,a
!I_()_de piedra o ele ladrillo permitfa hacer bóvedas de
un único capara26n, compar:itiva-
, la seriación o disposición
'- mcmc ligeras, y m:is eficaces constmc tivamen te . .hdemás
una interesante variedad de
contigua de estancias abovedadas podrla proporc ionar
. Los almacenes de ·Porticus
esp,cios, al mismo tiempo que un refonam iento mutuo
pie del Avenrino, tenlan salas
A,·,nilia, rn las instalaciones del puerto ele Roma, ..!
niveles de ah~ra para intro-
or¡;a11iz:1da_s paralelamente, con bóvedas de cañón en tres
ducir la iluminación por claristorios (Fig. 8.32). En los
baños del foro de Pompcya,
la calle en los lados oeste y sur
habla tiendas en bóvedas de cañón alineadas mirando a
n con una sala fria copula-
de b ma=na , mientras ~ue los baños propiam ente contaba
tenla un extremo curvado
da asl como una sala caliente con bóveda de cañón que
formando una semicúpula (Fig. 9.17).

Scanned by CamScanner
\?H
1O. El m1111do en ge11 cral 'J"l 'J
/>ri111l'ra parte: U11 lu,¡zar e 11 la tierra
de artesonado, en disminución hacia el óculo y alberga ndo rosetas de bronce dorad o
como estrellas brillantes, descansaba sobre un muro multicolor dispuesto en dos piso., .
Los nichos tallados en el grosor del muro , cada uno de ellos con dos columnas di'

t...
m ármol de color delante, y flanqueado por pilastras, alternaban con pequeños tahn
náculos o «frentes de templo» , que se adelantaban respecto al plano del muro y estah.111
coronados por pedimentos triangulares o curvos. En el nicho de la entrada y en el
ábside opuesto, al otro lado, se omitieron las columnas de delante. La semicúpul:i d1·I
ábside y la bóveda de cañón que cubría la entrada elevaban su arco al segundo pi~u.
Este segundo piso era realmente un ancho friso de ventanas ciegas y triplctes d!'
delgados paneles con modelos geométricos de mármoles de colores. El suelo fu e p.1v1
mentado con discos y cuadrados de granito, mármol y pórfido en una cuadrícula q 111·
se alineaba con la dirección principal, norte-sur, del edificio y que reflejaban el an11 .1
zón del arteso nado superior.
La gracilidad de este soberbio interior es totalmente engañosa. Tras la co rtin.1 d1·
nichos clásicos y piedras preciosas que cubren toda la rotonda hay un muro tremend.1
mente grueso, de 6 metros o 20 pies romanos de espesor, que es guien soporta rc.il
mente las aproximadamente 5.000 toneladas de peso de la cúpula. La relació n l' llll ('
peso y soporte no es directa. El muro, en lu gar de ser macizo, ha sido horadado rn 11
cámaras. Estas cámaras ayudaban a acelerar el proceso de secado del hormigó n y l."
bóvedas de cañón transversales dispuestas sobre algunos de ellos distribuían el peso de
la superestructura en ocho puntos del perímetro, de forma que en realidad la cúpul.1 l''
sostenida por ocho grandes· pilares como un toldo gigantesco. La Sala octogona l de l.1
Domus Aurea de Nerón es el prototipo lógico, pero el Panteón, al no tener estrucu11 .1\
contiguas, se vio forzado a resolver su estabilidad enteramente por m edio de su prop1.1
gran estructura. Después procedió a camuflar las elaboradas medidas de precaució n, di'
manera que el usuario pudiera ser debidamente sorprendido por la elegancia repm.,d.1
de este espacio tranquilamente hinchado.
Para llevar a cabo este diseño de Adriano fueron necesarios una orga ni zac io 11
intachable, una gran osadía y una prodigiosa cantidad de trabajo, y el esfuerzo cst.,h.1
justificado por el mensaj e excepcional que el edificio debía transmitir. El primer tc11 1.1
era, por supuesto, cósmico. Era un templo a todos los dioses, y el simbolismo aprop1,1
11 1-t· 10.J lloma (Ita lia), el Panteón , ca. 120-1 27 d. C.; vista desded norte. La inscripción hace refereno,, ,t 1111 do era el de los cielos donde todos ellos residían . Las estatuas de los dioses, inclu yrnd o
,. 111 111 , 11 111 rect,,n gul ar an terior co nstruido en el mismo lu gar por el mmtstro de Augusto, M arco Agrippa, ca. 25 ,t. l probablemente a las divinidades planetarias, se colocaron en los bordes del gran cm 11
vn 1.1111 h1<· 11 Fi g. 9. 23 . lo, y el ojo del sol , la abertura central de la cúpula, brillaba sobre ellos, uno a u rni ,
durante el transcurso del día, realzando su presencia.
Pero el edificio tenía también un contenido político . H abía imágenes de Au gu\ tti
en el vestíbulo de entrada , y del C ésar divinizado en el interior, y Adriano llcvah.1 .,
ni cosmos romano
cabo las sesiones del Tribunal de Justicia en la rotonda. El imperio , se decía impl ícit.1
( 11iz~í sea el Panteó n lo gu e m ejor represente al momento culminante del lmpc111 1 mente, era una ana logía del cosmos, y el Panteón - como el imperio, una estru ctu1.,
1t 0 111 ,11 10 . Se enfrentaba, al no rte, co n el tráfico que llegaba de la ca rretera costera , l.1 de muchas unidades pero con una unidad prevaleciente- describía esta analog1.1 (' 11
v1,1 ll1111ini a. Este acceso era tópico: un fo ro cerrado , largo y estrecho, en cuyo cxt1 (· términos visual es. La verdadera reli gió n era la romanizació n, la fu erza g ue ma11 lrn1 .1
unido al mundo mediterráneo en un o rden que funcionaba seri amente y con suavid.1d ,
11 Hi , 11 1 ~t· eri gía un frente de templ o común. Pero al pasa r po r este po rche de pulid."
( nli111111,1~ m o no líticas de granito egipcio, se entraba a una poderosa roto nda cupuh d.1. como el funcionamiento armonioso de la esfera celeste. La de Adriano, pues , n.1 11 11.1
dl· 4 3 111ctros tanto de altura co m o de diám etro , un vasto espac io, despej ado y 1rn1 v afirmación intelectual de lo que era el estado. Esta fu e su respuesta al popul is rn o del
< 11 1d.ul o, h:1iia do por la luz uni fo rme qu e brilL~b~ a_través de un (~cul o y la~ pu c1t. 1' de Coliseo o a la jactanciosa propaganda de los foros imperi ales.
Como en Persépolis y otros m o numentos ce ntra les de i1 11 per ios, el P:111tcú11 e,.,
di' hrn 11cT .,hi e1t.h (l~ig. 10.4). La cúpul.1 li cm1 ~k n ca de horm1 go 11 , co n m ico hil l·1.1 ,

También podría gustarte