Neoplatonism o

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Neoplatonismo (Ivanka)

Pluralidad del ser


Con su reflejo o iluminación, del Uno se dona en forma descendente en la
esfera del ser, de modo tal que los diferentes niveles de ser, según su propia
constitución, no son otra cosa que una disminución, una limitación y una
depotenciación del modo de ser que forma la fuente de la Luz en su plenitud. Y a su
vez este ser constituido, según su propia fuerza de irradiación, se convierte a su vez
en una fuente menor de irradiación del ser. El nous, prototipo de todas las ideas
desarrolladas, es ya la primera irradiación del Uno indivisible, así como el alma es
irradiación de la fuerza de la idea en lo viviente, y lo corporal es irradiación del
alma espiritual en lo material sin forma. Se da así una cadena de oro que une al Uno,
que se encuentra más allá del ser, hasta el último reflejo del ser en el mundo material
(74-75).

La vuelta o el retorno al Uno consiste en el reconocimento del elemento


divino que cada uno tiene en virtud del reflejo del ser que a cada uno constituye. No
se trata de cambiar en algo, sino de reconocer lo que desde siempre ya se es. Se trata
entonces de reconocer a Dios en sí y a sí como Dios, como cuasi-divino, en cuanto
lo otro que limita la plenitud del ser, y del cual ha caído (76).

El neoplatonismo subraya la infinitud y la no conceptualidad de Dios, en


forma distinta que el platonismo, para quien Dios es el principio de todo
conocimiento y el más cognoscible(78).

Para el estoicismo, el nous se encuentra debajo del Uno, en tanto prototipo de


todas las ideas, así como el fuego originario del cual provienen las chispas (del ser
originario) cada vez más alejadas de él y en cuanto alejadas, enfriadas y caídas de él
(80).

Caída o desmembramiento.
En el platonismo antiguo el desmembramiento de las ideas a partir del uno, de
la pluralidad a partir del todo, no significa una caída, y la puesta (creacional, dicho
cristianamente) del alma en el mundo visible y el puro reflejo de lo real frente al ser
originario de la idea, no significa ninguna limitación o determinación del ser
superior por un plano inferior de ser, sino su reflejo especular en él, un reflejo de la
totalidad. Para el neoplatonismo la totalidad no sólo es el principio del ser y del
pensamiento, sino la forma superior e ideal del ser, a partir de la cual los demás
seres, en su propia determinación, “caen” desde él. Consecuentemente, la subida del
alma hacia el Uno acontece no sólo hacia formas más altas de seres espirituales, sino
como escalones hacia el todo, de quien todo proviene (en una suerte de cascada
participativa del ser). Esta dualidad entre caída y desmembramiento para explicar la
pluralidad de seres existentes es típica del neoplatonismo (82-83).
Para corregir esta dualidad, Plotino afirma que el ser inferior no es malo por ser
inferior, y que este escalonamiento del ser pertenece a la realidad del ser que se
despliega en todos los seres.

El yo verdadero
¿Cuál es la esencia del yo, su núcleo esencial divino, que ha de ser limpiado
de lo vestido encima para que aparezca la pureza de su verdadero ser, o es en
cambio su ser propio concreto, finito y limitado, que debe finalmente deshacerse
para alcanzar la plenitud pura de la divinidad? Ambas formulaciones, la que postula
la necesidad de un enstasis y un extasis aparecen tanto en el neoplatonismo como en
los Padres (Evagrio, Gregorio de Nysa, Dionisio)(85).

1
Negatividad de lo finito.
El ser finito ha de dejar de ser él mismo para alcanzar su núcleo divino que le
es dado en forma esencial por su origen divino. El ser inferior es una limitación de la
plena plenitud donante del ser, del Uno. El ser inferior, en su alteridad, contiene un
momento negativo frente a la ilimitada presencia de lo divino en él. Es preciso
superar y dejar de lado la propia existencia limitada para alcanzar a Dios, ya sea
perdiendo el propio ser, ya sea limpiándolo y purificándolo para que aparezca su
núcleo divino (86-87).

Superación de la creatureidad.
Para el neoplatonismo es impensable un verdadero concepto de lo creatural,
llamado a participar del ser y a existir por gracia eternamente junto a Dios, sin ser
Dios mismo.
Visto neoplatónicamente: el ser finito se encuentra en un estado de
suspensión entre ser esencialmente Dios y ser esencialmente antidivino en una
realidad finita y creatural. La divinización de la creatura, en su propia esencia,
conduce a considerar la creatureidad misma como mala, antidivina, que separa de
Dios. Para el neoplatonismo no hay Dios y la creatura, sino sólo Dios y lo que cae
de Dios. Al mismo tiempo, y visto cristianamente, se excluye un concepto de Dios
como Dios personal, verdaderamente trascendente y que crea libremente. Lo
creatural es lo otro, lo malo, lo antidivino, pero al mismo tiempo –cuando la esencia
de Dios incluye necesariamente su reflejo en lo otro- el correlato necesario y eterno
de Dios. Lo creatural no es libremente creado por Dios. La procesión del ser finito
(desde Dios) es vista como una necesaria y esencial limitación de la plenitud del ser
divino por medio del otro, antidivino (87-88). Este reflejarse de Dios en los seres
inferiores escalonados a partir de El pertenece necesariamente a la esencia misma de
Dios. Así es como procede la pluralidad de los seres a partir del Uno (98).

Dios mundanizado- hombre divinizado


A partir del principio de que “todo procede el Uno”, el neoplatonismo llega a
un concepto de Dios y de la creatureidad que, llevado hasta el final en sus
consecuencias, excluye tanto la verdadera trascendencia de Dios como también un
concepto verdadero de creatureidad, porque al mismo tiempo coloca muy alto a la
creatura (como algo fundamentalmente divino y perteneciente a la esencia de Dios)
y muy bajo (como algo que es constituida en su propio ser recién en su oposición a
la divinidad), y de este modo el mundo creado es simultáneamente divinizado y
calumniado, y ambos en el mismo pensamiento, en el mismo esquema del ser de la
irradiación del ser a partir de la fuente de la luz. A esta consecuencia llega
necesariamente el intento de pensar la procesión de la creatura desde Dios como si
no fuera una creatura, sino un necesario atributo o derivado de Dios (89).

Frente al neoplatonismo y al gnosticismo neoplatonizante el cristiano se sabe


puesto en su propia persona y en su naturaleza finita frente al Dios personal, con la
conciencia de su responsabilidad personal y el conocimiento de que su
transformación en la eternidad no le puede ser dado como una vuelta a su verdadera
esencia interior, sino como un regalo de la gracia de Dios.
Para el filósofo neoplatónico esto es una temeridad imperdonable: sostener que no
debe dejarse la propia naturaleza finita y creada para acercarse a Dios , sino que
Dios recuerda misericordiosamente a su creatura y desea por su gracia llamarla a la
bienaventuranza eterna, sin que deba dejar su personalidad finita.
Para el cristiano la presunta identidad divina de la creatura, sostenida por los
neoplatónicos, le parece una temeridad, últimamente diabólica, al pretender hacerse
el hombre igual a Dios (91). Esto sucede cuando no se consideran las cosas como
creación de Dios, sino como proceso desde Dios.

2
Para Ireneo el fundamento de la creación es la voluntad soberana de Dios.
Aparece la doctrina de la creatio ex nihilo, en oposición a la tesis platónica de que el
bien se participa necesariamente desde siempre. También la inmediateidad del acto
creador de Dios, sin participación de causas segundas, aparecerá como punto de
diferenciación en la discusión con la doctrina neoplatónica de las hipóstasis. La
tesis de la inmediateidad de la obra creada en relación a Dios se funda en un Dios
trino en quien ya existe eternamente pluralidad.

A diferencia de la concepción neoplatónica de una procesión escalonada a


partir del primer principio hacia el cosmos material, la idea de creación implica el
concepto de un estar enfrente del Creador y la creatura, sin mediaciones que faciliten
esta procesión. Aquí se encuentra la concepción del Dios del Antiguo Testamento.
Esta oposición oposición Creador-creatura supone una libertad de Dios en la acción
creadora, no obstante la distinción de las hipóstasis en Dios. Y esto es opuesto a la
idea de una caída del alma de la esfera divina al mundo visible, desde la unidad del
primer origen por medio del nous.

Para el pensamiento cristiano la existencia de la creatura es objeto de la


voluntad creadora de Dios. Esto implica tanto la personalidad del Dios creador como
su voluntad de crear y entrar en alianza con la creatura para participar su vida divina.
A la personalidad del Dios creador pertenece su referencia a otro, a saber, la
generación eterna del Hijo por el Padre en el Espíritu. La voluntad creadora
pertenece a las tres personas de la Trinidad.

Del lado de la creatura, la fe en la creación tiene como consecuencia que


ninguna creatura puede ser divina por naturaleza, como podía considerar el
pensamiento platónico al reflexionar sobre la producción de la creatura a partir del
Uno. La creatura como creatura es diferente del Creador. También el alma, la
comunidad con Dios y la vida inmortal son regalo de la gracia.
A la creatureidad del alma humana pertenece su relación con el cuerpo, que no es
consecuencia de una caída del alma (contra Orígenes), sino expresión de la voluntad
creadora de Dios, que ha creado el hombre como un ser corpóreo-espiritual y así lo
ha querido. El cuerpo no es cárcel ni sepulcro del alma: pertenece a la creación
buena de Dios. El alma es lo que es en relación con este cuerpo que vivifica. Los
pensadores cristianos rechazan la pre-existencia del alma, quienes sí hablan de una
inmortalidad del alma. Esto lleva a una valorización del hombre y de su vida y
tiempo.

Contra la reencarnación Agustín sostiene la unidad de una historia de la


salvación donde Cristo murió y resucitó una vez por todas para nosotros y nos
promete la resurrección futura a su venida. Aparece así la unicidad de la existencia
humana, y una aguda comprensión del presente como momento de decisión.
Aparece una concepción linear y no cíclica del tiempo. (Pannenberg, Theologie und
Philosophie, 60 y ss.)

3
Estoicismo y Pensamiento cristiano
Aparece a comienzos del s.III a. de Cristo. El pensamiento estoico es
fundamentalmente antropológico y con un fuerte interés ético como comienzo del
filosofar. El hombre ha de encontrar su inspiración de vida en el Logos que anima y
unifica la totalidad del cosmos. En este sentido los estoicos hablan de una “vida
según la naturaleza” como ideal de vida.. Ya Heráclito había hablado del Logos
como el administrador de la totalidad. El Logos reúne, vincula y ordena la totalidad
de los seres, facilitando de este modo la comprensión del todo. Para los estoicos se
trata de alcanzar el conjunto del todo, de la totalidad, del cosmos y de ese modo
encontrar el camino de la propia existencia. justo en un momento histórico de
confusión del primer helenismo y de disolución de la polis, que movía al individuo a
la vuelta a sí mismo. La actitud de vida para el individuo debía ser buscada en el
orden del cosmos. Por eso el sistema general es tan importante para los estoicos.
Este pensamiento atraviesa la lógica, la física y la ética
En relación con el conocimiento, su certeza depende de la correspondencia
del sujeto con el Logos que sostiene su alma. En su participación del Logos, el
hombre es un ser que existe según su naturaleza. Consecuentemente la ética estoica
consiste en “vivir según la naturaleza”. Así el hombre corresponde con el orden del
cosmos y con el Logos que lo sostiene y unifica. La virtud orienta al hombre en esta
obra. La tarea ética del hombre se corresponde con la física y el conocimiento, se
trata de sintonizar con el Logos que unifica y sostiene el todo.
Frente a la inmanencia de Dios en el cosmos sostenida por los estoicos, con
su doctrina del Logos que es como un alma del mundo y una suerte de fuego
originario, el cristianismo defendió la trascendencia de Dios y su espiritualidad. En
relación con la antropología, los estoicos no defendieron la inmortalidad del alma,
defendida por los Padres.

En primer lugar, respecto al Logos, ya Filón lo había identificado con la


Sabiduría veterotestamentaria. Los Padres defendieron la trascendencia de la
hipóstasis del Logos, en correspondencia con el nous platónico-aristotélico. Se
distingue del Dios creador y está presente en el mundo no obstante su trascendencia.
La distinción entre el Logos endiathetos y propherikos en el hombre (concepto
interior y concepto expresado) ayudará en su aplicación al Logos divino a ir
tentando una explicación de la Trinidad inmanente y económica, el Logos desde
siempre junto al Padre y el Logos que participa en la creación y luego encarnado.

En segundo lugar, el concepto cristiano del Espíritu se opone al estoico, que


es últimamente materialista en su concepción de Dios.
En tercer lugar, el tema de la providencia divina. Los estoicos hablan de un orden de
acontecimientos en el universo ordenado al hombre. Este concepto de pronoia es
cristianizado ya por Clemente romano y los apologetas. En Clemente y Orígenes el
concepto se amplía hacia la comprensión de una historia de la salvación. Ante la
objeción del mal, Panacio de Rodas explica el mal a partir de la libertad del hombre.
Los teólogos alejandrinos leerán cristianamente esta doctrina de la libertad del
hombre.
En cuarto lugar, ya Panacio de Rodas habla de un conocimiento natural de
Dios, distinto de la teología mítica de tipo platónico. Este conocimiento estaba
fundado en ideas innatas tanto de la existencia de Dios como de la conducta moral a
seguir.(Cicerón). Esta inspiración del Logos presente en todos los hombres será el
fundamento de la doctrina del derecho natural, presente en todos, que ilumina el
conocimento de cada cual de los principios de la moral y del derecho. En su origen
paulino (Rom.2,14) la influencia del derecho natural ha sido enorme. La doctrina de
la conciencia en relación con lo anterior fue también bosquejada por el estoicismo y
retomada por el pensamiento cristiano a partir del Rom.2,15, 13,5, etc.
En quinto lugar, la dostrina normativa de los estoicos (Cicerón entre otros) influirá
en el pensamiento cristiano, sobretodo latino (Ambrosio, Agustín)

4
Plotino

El Uno

. El Uno, Dios, es el principio supremo del Nous , del alma del mundo y de los
demás seres. El Uno es el Bien.

. Hay una jerarquía en la producción de los seres. El Uno, el Nous, el alma del
mundo. El Uno, primero, es el más perfecto, anterior a todos los seres. Todo ser
engendra a su vez necesariamente. El Uno es causa no afectada por el ser causado.

. Plotino se lamenta sobre las almas que han usado mal su libre arbitrio, queriendo
pertenecer sólo a sí mismas y olvidando que Dios era su padre.

. El Nous es imagen del Uno, semejante al Uno, pero no es el Uno. Es inteligencia y


es inteligible, cognoscible. El Nous necesita del Uno, pero no el Uno del Nous.
Volviéndose hacia el Uno, recibe la forma del Bien. El Nous recibe una marca del
Bien.

.El Uno es el principio de toda substancia y de todo ser, a veces es llamado padre
(Crouzel, 24).
. El Uno es sin forma, no es substancia, se encuentra más allá del ser.
. El Uno es anterior al Nous. Es simple. El Nous es forma, ya que del Uno no
procede sino algo informado.

. El Uno se encuentra más allá del movimiento. Engendra al Nous sin movimiento,
sin que haya un acto de voluntad. El Uno produce los seres permaneciendo El
mismo sin cambio. Engendra al modo de una irradiación.
. El Uno está más allá del ser. El Nous es ser. Porque el Uno es sin forma, no es
substancia, carece de determinación.
. Todos los seres se encuentran en el Nous. Pero Dios es quien hace todo, de quien
todo participa sin confundirse con El.

. El Uno es el Bien: todos los seres lo desean y lo aman. Es objeto de alegría para los
seres que lo conocen. El Uno y el Bien son una sola realidad subsistene. Existe antes
del ser, no en el ser. El Bien es aquello hacia el cual todo tiende y aquello a quien
los otros se asimilan. Pero el Bien no se da a sí mismo (Crouzel,69).
. El Bien no se encuentra determinado, no es substancia ni ser, que suponen límite.
No se encuentra medido.
. El Bien es infinito en cuanto a su potencia.
. El Uno no está ausente de nada y al mismo tiempo está ausente de todos, presente,
no se encuentra presente. Sólo está presente a quienes pueden recibirlo y están
preparados a ello para adaptarse a El....por semejanza.
. El Uno se encuentra en la eternidad.
. El Uno irradia todos los seres. Es esencialmente inefable.

. Unión mística: el hombre deviene uno con Dios y no recuerda más la situación
anterior donde sólo alcanzaba una imagen del Uno. Unión: contemplación, éxtasis,
salida de sí, simplificación, deseo de contacto, reposo, intuición, recepción, visión,
amor, ebriedad.
. No se habla de amor del Uno por el hombre

5
El Nous

. El nous posee la multiplicidad, es al mismo tiempo todo y uno. Multiplicidad


formada por el mundo inteligible, las ideas que son los arquetipos de las realidades
sensibles, pero también todos los seres inmortales, todo dios, toda alma.

. En el nous, la segunda hipóstasis, coincide inteligencia, inteligible y acto de


pensar.

. El nous es forma de todo. Como subsistencia primera tiene el ser en plenitud. La


inteligencia es toda entera acto, no potencia en sentido aristotélico. Ella es y tiene
todo lo que piensa.

. El nous hace el mundo a partir de formas que están en ella y son su substancia,
formas que son los arquetipos de los seres, arquetipos eternos e impasibles. El nous
es el primer legislador de esos seres, la ley misma de su ser.

. El nous contiene todo como si fuera el lugar de todo: cada cosa que tiene en ella
tiene su potencia propia.

. El nous es la verdad y la integibilidad de todas las cosas. El conjunto de ideas


constituye el mundo inteligible, que tiene por imagen el mundo sensible (144).
El nous es un arquetipo universal.

. El nous ha producido el mundo sensible poniendo en la materia algo de ella


misma: y ha realizado esto sin agitarse y con calma. Lo que ha puesto en la materia
es la razón que brota de ella continuamente, de modo que la inteligencia se
encuentra presente en los seres. Esta razón es como la razón seminal de los seres.

El Alma del Mundo

. Mientras que el Uno no sale de sí mismo y el Nous permanece en el mundo de lo


alto, el alma dl mundo es la intermediaria entre el mundo superior y el mundo
sensible, desde el cielo de los astros hasta el mundo en que vivimos. Mira hacia lo
alto de donde procede y hacia lo bajo que él anima. No deja, empero, el mundo
superior.

. El alma no unida a su cuerpo contiene los mejores bienes, que son la virtudes.
Pertenece al universo divino y eterno, pariente de lo divino y unido por naturaleza a
él: completamente inmortal.

. El alma es una y múltiple, una por sí misma, múltiple por los cuerpos que anima y
que están compuestos de partes: ella se encuentra toda entera en cada parte. Participa
del mundo inteligible y sensible.

. El alma del mundo es semejante al nous y a lo que produce por medio de formas,
pensamiento perfeccionado, poniendo sobre todo las huellas del pensamiento y del
nous que proceden según el arquetipo que es el nous.

. El alma del mundo es imagen del nous como la palabra proferida es semejante al
concepto interior a la mente...es la palabra del nous, toda la actividad y la vida que el
nous produce para producir otra cosa. El nous actúa sobre el universo por medio del
alma del mundo.

6
. El alma del mundo se desdobla en un alma de arriba que permanece inmóvil y un
alma que hace ser. Se da un desdoblamiento o doble función de la misma alma.

. En cuanto imagen del nous, el alma del mundo es necesariamente inferior,


definida por el nous. Es una palabra y una substancia. Ella engendra los seres
inferiores.

. El alma del mundo recibe del nous los logoi o razones que va a incorporar en los
seres. El alma es la luna que recibe su luz del sol, el nous.

. El alma del mundo produce el mundo y los cuerpos, tanto el mundo celestial como
el terrestre. Ordena y mezcla la materia. El alma hace los cuerpos. Todo el
movimiento del universo proviene del alma.

. El alma del mundo realiza la unidad del mundo. Por su acción, modelando,
formando y juntando los seres, les otorga unidad y ella deviene el uno.

. El alma del mundo crea el sol, el cielo y por medio de sus almas todos los
vivientes. Plotino considera el mundo como eterno. El mundo está en el alma del
mundo: es el hacedor del universo.

. En la producción del mundo, el alma del mundo incorpora las ideas en la materia,
ideas, razones o formas que están en el nous y que recibe de ella: son las
propiedades según las cuales modela las cosas corporales.

. Todas las almas que están en el mundo vienen del alma del mundo, ya se trate de
las almas de los demonios, de los astros, de los hombres, los animales o las plantas.
La naturaleza de su relación con el alma del mundo es compleja...Las almas tienen
la función de causas primeras. Ligadas a un cuerpo son más débiles que cuando no
lo están. Nuestra alma, en la medida en que permanece en comunión con el alma del
universo que es perfecta, permanece perfecta y gobierna con el alma del mundo todo
el universo cuando se aleja del cuerpo.

. Las almas humanas, si bien su unión con el cuerpo las encadena a toda clase de
males, se encuentran unidas al nous por medio de las inteligencias. Inteligencias que
tienen la misma naturaleza que el nous, así como las almas la misma naturaleza que
el alma del mundo, como pequeños fuegos junto al gran fuego.
Respecto a las almas, el deseo de autonomía e independencia con el alma del mundo
las hace unirse a lo que es una parte del universo. Dejan de mirar hacia el nous, se
separan del todo para unirse a la parte y se dejan tomar en los lazos del cuerpo. Allí
pierden sus alas (Fedro). Pero pueden remontar cuando comienzan a contemplar los
bienes por la reminiscencia, ya que a pesar de la profundidad de la caída el alma
tiene algo que la sobrepasa. Las almas viven siempre una doble vida, la de arriba
cerca del nous y la de abajo cerca de los cuerpos individuales (204).

7
Platonismo Medio- Discusiones Cristianas (Grillmeier 80 ss.)

. La helenización, la entrada en el mundo griego de pensamiento, es un proceso que


va junto a la discusión con el judaísmo fiel a la ley. Pero este proceso de
helenización supone al mismo tiempo una deshelenización autocrítica de los
resultados, para ser así fieles al nuevo testamento.

Albino (hacia el 150, Asia Menor) describe un Dios trascendente, causa de todo ser,
a quien llega a llamar Padre (según el Timeo 28C). Infeior a este Dios trascendente
se da un Nous superior o alma del mundo, causa de un Nous cósmico, que ordena
toda la naturaleza en el mundo visible. Se da entonces una tríada: el Dios
trascendente o padre, el alma del mundo y el Nous cósmico.
Numenio (hacia el 150, Apamenia) habla de un Dios superior que es el Bien, La
Ousía, el Ser. Hay también un segundo dios, déuteros Theos, que es el Demiurgo
platónico. Entre la primera y la segunda hipóstasis hay una relación de participación
y de orden. El Demiurgo es Dios sólo en forma análoga, más débil. El primero y
segundo Dios se relacionan entre sí como el ser y el devenir.

Celso: Jesús no nació en forma divina, ni fue confirmado por el Padre, ni hizo
milagros, ni era el Mesías. Su vida no fue divina.
Defiende la religión de estado y critica que los cristianos veneren como Dios a un
hombre histórico y finito, y olviden el Dios único. La fe en Cristo como Hijo de
Dios es la destrucción del verdadero concepto de Dios y su unicidad. Los critianos
no son monoteístas.

Porfirio: Critica la no antigüedad del cristianismo y su pretensión de salvación


universal. Critica los ritos cristianos como bárbaros, extraños y mágicos. Ritos que
se apartan de las tradiciones nacionales romanas.

Es imposible que Dios asuma una figura corporal. La idea de encarnación es


contradictoria con el pensamiento racional griego. El cristianismo y los evangelios
son culturalmente algo inferior.
En lugar del camino cristiano propone el camino de salvación filosófica, de
purificación del alma.

La teología prenicena trasplanta las categorías medioplatónicas al Logos


joánico y a un esquema económico salvífico de Padre-Logos-Pneuma, con la
preocupación consciente de articular la visión cosmológico-platónica con
perspectivas económico-salvíficas.

En los Apologetas, el Logos es producido por una libre decisión de Dios,


antes de la Creación del mundo, Logos que contiene en sí las razones de todas las
cosas.
En Orígenes, el Logos es co-eterno como el Padre en tanto que contiene en sí
las ideas de todas las cosas que han de ser creadas. Si no hubiera creación, no sería
necesario el Logos. No distingue entre generación del Hijo y creación del mundo. Su
concepción de la eternidad del mundo le impide distinguirlas. En el fondo, para el
subordinaciano Orígenes, el Logos es, últimamente, contingente.

Cuanto más el platonismo medio y el neoplatonismo subrayaba la trascendencia del


Uno, tanto más difícil se hacía sostener una trinidad subordinaciana con un
escalonamiento del ser. Si esta trascendencia se combinaba con una recepción del
creacionismo bíblico, con una distinción abrupta entre Creador y creatura, entonces
están dadas las condiciones para el incendio de Arrio y el arrianismo, en sus
diferentes versiones, con la negación de la divinidad del Hijo.

8
Correcciones y reformulaciones cristianas de las doctrinas platónicas (Pannenberg)

. Los cristianos criticaron el concepto de la divinidad del alma y reformularon la


estructura antropológica del hombre, la existencia corporal y la resurrección del
hombre.
Los teólogos cristianos subrayaron la diferencia de la fe bíblica en la creación y la
exposición platónica del Timeo sobre el surgimiento del mundo. Las diferencias
sobre la concepción de Dios aparecen en el siglo IV en un contexto trinitario.
La semejanza entre la fe bíblica en la creación y el Timeo ya había sido observada
por Filón. Recién Justino sostiene que Dios no sólo modela la materia, sino que la
crea. Para Ireneo, la voluntad soberana de Dios es el fundamento de la creación.
Aparece aquí la doctrina de la creatio ex nihilo, en oposición a la tesis platónica de
que el bien se participa necesariamente. La visión platónica conllevaba una
intemporalidad en el surgimiento del mundo.

También la inmediateidad del acto creador de Dios, sin participación de causas


segundas, aparecerá como punto de diferencia recién en la discusión con la doctrina
neoplatónica de las hipóstasis. La tesis de la inmediateidad de la obra creadora de
Dios se funda en un Dios Trino. Para Plotino el Uno se encuentra presente en el
Nous, en tanto que en el conocimiento de las ideas se conoce a sí mismo y es uno
con El. El Nous no es el Uno. Porque tiene en sí la diferencia entre el cognoscente y
lo conocido.

. A diferencia de la concepción neoplatónica de una procesión de una procesión


escalonada a partir del primer principio hacia el cosmos material, la idea de creación
implica el concepto de un estar enfrente del Creador y la creatura, sin mediaciones
que posibilitan esta procesión. Aquí se encuentra la concepción de Dios del AT. Esta
oposición Creador-creatura supone una libertad de Dios en su acción creadora, no
obstante la diferenciación de las hipóstasis en Dios, y en oposición a una caída del
alma de la esfera divina al mundo visible, desde la unidad del primer origen, por
medio del Nous. Para el pensamiento cristiano la existencia de la creatura es objeto
de la voluntad creadora de Dios. Esto implica la personalidad del Dios creador,
como la voluntad de crear y entrar en alianza con la creatura para participarle su
vida divina.

. A la personalidad del Dios Creador pertenece su referencia a otro, la generación


eterna del Hijo por el Padre en el Espíritu Santo. La inmediateidad del encontrarse
enfrente del Creador y la creatura implica que la voluntad creadora pertenece a las
tres personas de la Trinidad. Del lado de la creatura, la fe en la creación tiene como
consecuencia que ninguna creatura puede ser divina según su naturaleza, como
podía considerarlo el pensamiento platónico al reflexionar sobre la producción de la
creatura a partir del Uno. La creatura como creatura es diferente del Creador.
También el alma. La comunidad con Dios y la vida inmortal son regalo de la gracia.
A la creatureidad del alma humana pertenece su relación con el cuerpo, que no es
consecuencia de una caída del alma (como en Orígenes) sino expresión de la
voluntad creadora de Dios, que ha creado al hombre como un ser corpóreo espiritual
y así lo ha querido. El cuerpo no es cárcel ni sepulcro del alma: pertenece a la
creación buena de Dios. El alma es lo que es en relación con este cuerpo que vivifica
y anima.

. la pre-existencia del alma es rechazada por los pensadores cristianos, quienes sí


hablan de una inmortalidad del alma. Esto llama a una valorización de la
individualidad del hombre, de su vida y su tiempo. Contra la renencarnación,
Agustín sostuvo la necesidad de una historia de la salvación donde Cristo murió y
resucitó una vez por todos nosotros y nos promete la resurrección futuro en su
venida. Aparece así la unicidad de la existencia humana, y una aguda comprensión

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del presente como momento de decisión. Aparece una concepción linear y no cíclica
del tiempo, para lo cual es importante la teología de la historia de Ireneo.

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