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¿Cuáles son las diferentes formas de la Palabra de Dios?

¿Qué quiere decir la frase “la Palabra de Dios”? Hay diferentes significados que esa frase
toma en la Biblia. Es de gran utilidad distinguir estos diferentes sentidos desde el principio
de este estudio.

“La Palabra de Dios”

Decretos de Dios

Como discurso de Dios, las palabras de Dios toman forma de poderosos decretos que hacen
que sucedan eventos o incluso hacen que las cosas lleguen a existir. Muchos de estos decretos
se citan en su palabra: dijo Dios: “¡Que exista la luz!” (Gn 1:3). Y la luz llegó a existir. Dios
incluso creó el mundo animal mediante su poderosa palabra: “Que produzca la tierra seres
vivientes: animales domésticos, animales salvajes, y reptiles, según su especie” (Gn 1:24). A
estas palabras poderosas y creativas de Dios a menudo se les llama los decretos de Dios. Un
decreto de Dios es una palabra de Dios que hace que algo suceda, el salmista menciona: “Por
la palabra del Señor fueron creados los cielos, y por el soplo de su boca, las estrellas” (Sal
33:6). Estos decretos de Dios incluyen no sólo los eventos de la creación original sino
también la existencia continuada de las cosas, porque Cristo continuamente es quien
“sostiene todas las cosas con su palabra poderosa” (Hebreos 1:3)

Palabras de Dios en forma escrita (la Biblia).

En las Escrituras varios casos en los que las palabras de Dios fueron puestas en forma escrita,
palabras de Dios de comunicación personal y palabras de Dios dichas por labios de seres
humanos.

Un claro ejemplo de comunicación personal son Dios y Abraham, quien podía escuchar la
voz de su padre y guiaba su camino y así mismo, Abraham mantenía esa relación de
comunicación al interceder por pueblos y sus generaciones, El primer caso de manera escrita
se encuentra en la narración de la historia del pueblo de Israel al otorgarle las dos tablas de
piedra en las que estaban escritos los Diez Mandamientos: “Y cuando terminó de hablar con
Moisés en el monte Sinaí, le dio las dos tablas de la ley, que eran dos lajas escritas por el
dedo mismo de Dios” (Éx 31:18). Las tablas como la escritura grabada en ellas eran obra de
Dios (Éx 32:16; 34:1, 28). Dejado ver estas dos acciones que Dios había hablado
audiblemente a Moisés y había escrito los mandamientos para su pueblo.

En el Nuevo testamento la revelación hecha por Dios sobre sí mismo se centra en Jesucristo.
Él es el Logos de Dios. Él es la Palabra viva, la Palabra encarnada, que revela al Dios eterno
en términos humanos. El título de Logos es exclusivo de los escritos juaninos de las
Escrituras, aunque el uso de este término era importante en la filosofía griega de aquellos
tiempos. Algunos han tratado de conectar el uso que hace Juan de ella con el de los estoicos,
o los primeros gnósticos, o con los escritos de Filón. La erudición más reciente sugiere que
la influencia primaria sobre Juan la ejerció su fondo cultural en el Antiguo Testamento y en
el cristianismo. No obstante, es probable que estuviese consciente de las connotaciones más
amplias del término y que lo haya usado intencionalmente con el propósito de darle un
significado adicional y único. El Logos es identificado tanto con la Palabra creadora de Dios
como con su Palabra de autoridad (ley para toda la humanidad). Juan sorprende a la
imaginación al presentar al Logos eterno, el Creador de todas las cosas, totalmente Dios en
sí mismo, al hacerse carne esa Palabra para vivir en medio de su creación (Juan 1:1–3, 14).
“A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a
conocer” (Juan 1:18). Esta Palabra viva ha sido vista, oída, tocada y ahora proclamada a
través de la Palabra escrita (1 Juan 1:1–3). La Biblia termina con el Logos viviente de Dios,
fiel y verdadero, suspendido sobre los balcones del cielo, listo para regresar como Rey de
reyes y Señor de señores (Apocalipsis 19:11–16).

El enfoque de nuestro estudio

Las otras formas de la palabra de Dios no son apropiadas como base primaria para el estudio
de teología. En base a la Teología histórica podríamos investigar la historia del desarrollo de
la interpretación doctrinal o Teología sistemática que en este ramo de estudio, las enseñanzas
bíblicas con respecto a Dios y el hombre están organizadas por temas, de acuerdo con un
sistema definido.

Nosotros no oímos palabras de Dios de decreto, y por consiguiente no podemos estudiarlas


directamente sino sólo mediante observación de sus efectos. Las palabras de Dios de
comunicación personal son raras, incluso en la Biblia, en Éxodo 20:18-26 narra al pueblo de
Israel y Moisés cuando Dios los visito.
El pueblo siente temor de Dios. 18 Todos vieron los relámpagos, y escucharon los truenos y
el sonido de la trompeta. Además vieron el monte cubierto de humo. Temblaban de miedo y
se mantuvieron alejados. 19 Luego le dijeron a Moisés: “Si quieres hablar con nosotros, te
escucharemos. Pero, por favor, no dejes que Dios nos hable; porque si lo hace, moriremos.”

Es más, incluso aunque oyéramos algunas palabras de comunicación personal de Dios


nosotros mismos hoy, no tendríamos certeza de que nuestra comprensión de ellas, nuestra
memoria de ellas, y nuestro subsiguiente informe de ellas fuera totalmente exacto. Tampoco
podríamos fácilmente comunicar a otros la certeza de que la comunicación fue de Dios,
incluso si lo era. Las palabras de Dios dichas por labios humanos cesaron una vez que el
canon del Nuevo Testamento se completó.

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