Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
60intro
60intro
“No tener maestro es no tener a quién preguntar y más hondamente todavía, no tener ante
quién preguntarse”. María Zambrano (La vocación del maestro, Madrid, Ágora, 2005)
Desde el año 2007, Escuela de Maestrxs ofrece capacitación docente en “Pensar con lxs
chicxs”, desde el área de Formación Ética y Ciudadana. Pensar con lxs chicxs es una
propuesta pedagógica y filosófica que aspira a fomentar en lxs niñxs el uso de la palabra, el
diálogo, y el pensamiento crítico y autónomo, a partir de la investigación filosófica y el
intercambio entre pares, acompañadxs por una/un docente.
Se trata de proveer herramientas, recursos y dispositivos a lxs docentes, para que lxs niñxs
desarrollen habilidades para establecer un diálogo o discusión sobre cuestiones “filosóficas”.
En la misma lxs chicxs van expresando sus ideas y sus puntos de vista e intercambiando con
la de sus compañerxs. El énfasis está puesto en la discusión misma y no en el logro de una
conclusión específica. La discusión entendida como espacio de aprendizaje permite la
investigación cooperativa de conceptos y situaciones y pone en juego diferentes habilidades
cognitivas y sociales.
Teniendo en cuenta las edades de lxs niñxs, y atendiendo al carácter lúdico de la enseñanza,
Pensar con lxs chicxs en nivel inicial ofrece estrategias didácticas, a partir de recursos lúdicos
y artísticos, para que lxs alumnxs pregunten y se hagan preguntas, argumenten sus ideas,
dialoguen abriendo la escucha a sus compañerxs, pidan y den la palabra respetando los
puntos de vista de lxs demás, elaboren sus ideas sobre la base de las ideas de otrxs; revisen
sus propios puntos de vista a la luz de lo expresado por lxs otrxs y puedan cambiar de opinión.
Todo esto en el marco de la construcción de un grupo de investigación entre pares que
llamamos: “Comunidad de investigación filosófica”.
En las capacitaciones que se han ido desarrollando a lo largo de estos años se trabaja junto
con lxs docentes en:
- La discusión en la clase: la clase como lugar seguro para la expresión de las ideas.
- El lugar de la pregunta y del preguntar. La discusión como generadora de problemas.
- El rol de la/el docente en la discusión: la diferencia entre dirigir y coordinar una
discusión. La “escucha filosófica”. La posición docente ante la pregunta del/la niñx.
- Las habilidades cognitivas: Razones y ejemplos. Acuerdos y desacuerdos. Tolerancia
o construcción cooperativa de la discusión.
- Los aspectos ético-sociales de la discusión: escucha del otro, respeto, solidaridad.
- Los recursos para la discusión en el aula: criterios para la selección de relatos,
cuentos, noticias, películas.
Puede afirmarse, como resultado de la experiencia desplegada en estos años que Pensar con
los chicos ha colaborado con lxs docentes en la tarea de potenciar el pensamiento de lxs
niñxs en las distintas áreas curriculares, favorecer espacios para la reflexión conjunta y la
resolución de conflictos, mejorando la convivencia en la sala y en la escuela.
Cabe destacar que todos los facilitadores de Pensar con lxs Chicxs tienen formación filosófica
y se han especializado en la llamada Filosofía con Niñxs.
Pensar con lxs chicxs en el aula supone tener en cuenta algunas condiciones o componentes:
El espacio
Lxs adultxs solemos no tener en cuenta la importancia que el espacio tiene para lxs chicxs –
y también para los propios adultxs-. Además, solemos tomarlo como algo “dado” y que, como
tal, es inmodificable.
Pensar con lxs chicxs es una propuesta en la que el contacto de cada ser humano con su
entorno es vital. No se piensa lo mismo en un espacio luminoso que en uno oscuro, en uno
ambientado con motivos que provocan alegría que en otro poblado de trastos que agreden la
visión. Claro que no siempre lo que a unx adultx le parece apropiado lo es también desde la
mirada de unx niñx. Por eso, es importante que sean lxs propixs chicxs lxs que puedan
participar en el diseño de un espacio en el que se encuentren a gusto.
Conviene recordar que hablar del espacio no es solamente hablar de cuestiones materiales.
Tan importante como la luminosidad o la acústica de la sala es el tipo de componentes
significativos que circulan en él. Esto es lo que habitualmente llamamos “el clima” de la sala.
Para que tengan lugar la crítica, la creatividad y la experiencia ética entre lxs chicxs es
importante generar junto con ellxs un clima acogedor, de cuidado, donde lxs chicxs se sientan
segurxs para expresar sus pensamientos.
El tiempo
La provocación
Los problemas
Desde hace ya varias décadas escuchamos en la escuela propuestas que destacan las
ventajas de trabajar a partir de problemas. Sabemos la importancia que tiene colocar a lxs
chicxs ante una situación problemática que tengan que resolver por sus propios medios.
Pensar con lxs chicxs toma en cuenta este enfoque, pero le agrega algo más: es preferible
que los problemas no sean planteados exclusivamente por lxs docentes, sino que también lo
hagan lxs propixs chicxs. Cuando son ellxs quienes problematizan ponen en juego desde el
comienzo de la investigación el pensamiento crítico y creativo. Al mismo tiempo, en la medida
en que el ejercicio de problematizar se va tornando frecuente, los aspectos creativos y críticos
del pensamiento se van enriqueciendo y afianzando. Por eso, a partir del objeto provocador
mencionado en el punto anterior, queda en manos de lxs chicxs encontrar algún aspecto en
torno al cual quieran plantear problemas. Una vez que éstos resultan formulados –en general
a través de preguntas-, lxs mismxs chicxs deciden por cuál de ellos comenzar a trabajar, a
través de un acuerdo común.
Las perspectivas
Una vez que el problema está elegido, comienza a construirse una perspectiva en relación
con él. En algunos casos se trata de una toma de posición desde la que se responde a la
pregunta previamente formulada. En otros, de ir realizando aproximaciones a través de sub-
problemas que puedan ir surgiendo a medida que la investigación se va realizando.
En todo este proceso lo que se intenta es privilegiar la construcción de un “pensamiento
propio”, que vaya desplazando gradualmente a las “opiniones” ligeras y acríticas, o repetidas
sin pensar, que lxs chicxs puedan tener sobre los temas que se abordan. Es decir, lo que se
busca es que vayan construyendo un pensamiento en el que su subjetividad esté
comprometida, y no discursos superficiales como los que solemos escuchar de boca de los
“opinólogos” en algunos programas de televisión.
La construcción conjunta
La autonomía
Para que lxs chicxs puedan desarrollar su potencial es fundamental que cuenten con
posibilidades reales de valerse por sí mismxs, sin depender de un/una adultx. Esto no significa
que el/la docente deba abandonar el aula, pero sí que asuma funciones diferentes a las
habituales. Ya no será quien imparta saberes ni quien se encargue de esclarecer posturas,
sino que su rol será auxiliar a lxs chicxs en su trabajo. Recordemos que quienes llevan a cabo
la experiencia filosófica son lxs chicxs. La/El docente está allí para ayudarlos a que puedan
hacerlo.
Por eso, la/el docente se encarga fundamentalmente de que cada chicx tenga la posibilidad
de expresar su pensamiento con claridad, de que sea escuchado por lxs demás, y de que
cada postura sea analizada del modo más riguroso posible. Pero no basta con ello, pues lo
que se pretende es que lxs chicxs puedan construir conjuntamente su pensamiento. Es
necesario, entonces, que además de escucharse puedan tener en cuenta eso que escuchan
para la construcción de cada postura. Es decir que las posiciones de cada chicx conformen
una trama, un tejido en el que de las diferencias de perspectivas contribuya a conformar un
conocimiento complejo. En este sentido, es tarea del/de la docente facilitar que ese entramado
tenga lugar, evitando que las diferentes perspectivas se desarrollen aisladas entre sí.
Si bien son múltiples las formas en que se puede realizar un espacio de filosofía en las salas,
nos proponemos acercarles un dispositivo que les sirva como eje para pensar los encuentros
filosóficos. Este dispositivo consta de seis momentos1:
1. Disposición inicial
Una actividad inicial puede facilitar o enriquecer la relación de los niños con los textos y la
discusión filosófica. Puede propiciar condiciones para la participación individual o grupal
en una experiencia, generar una disposición emocional e intelectual favorable al trabajo
colectivo, afianzar algún aspecto social, psicológico o pedagógico, generar una primera
experiencia afectivo-reflexiva con ideas que podrían ser trabajadas. Puede, finalmente
ejercitar alguna forma de pensamiento.
1
Extraído de Kohan W. y Olarieta, B. F. (coords.) (2013). “Como componer una experiencia filosófica”
en La escuela pública apuesta al pensamiento. Rosario: Homo Sapiens, pp.23-27
Sólo pensamos cuando algo, como un texto, nos fuerza el pensamiento. Los textos pueden
ser escritos, narrativos o poéticos, pero también imagéticos, dramatizaciones corporales,
audiovisuales o virtuales. Pueden ayudar a ejercitar diversas formas de expresión y
experimentación, de lectura participativa, dramática, etc. Los textos serán sensibles a la
capacidad de los participantes pero también potenciarán su capacidad. No serán
dogmáticos, moralizantes o pobremente escritos. Tendrán belleza, enigma, fuerza.
5. Diálogo
Se espera una práctica dialogada en la que los participantes intercambien ideas y
argumentos, teniendo en cuenta el examen de sus presupuestos y sus consecuencias. La
discusión filosófica es la tierra de los por qué y para qué. El docente no es el centro por el
que pasan todas las cuestiones. Propicia una participación amplia y compartida, cuida que
la discusión no pierda el foco, genera las condiciones para el diálogo colaborativo. En esta
instancia, el docente tiene especial cuidado en considerar que lo que está en juego no son
sólo las ideas sino la manera de tratarlas. El contenido de lo que se discute está
estrechamente ligado al modo en que se discute. Importa la manera en que la palabra
circula, el lugar que el grupo y c/u crea para escuchar lo que los otros tienen para decir, la
posibilidad de que los pensamientos no estén acompañados apenas por palabras sino
también por silencios, gestos y otros lenguajes.
Disposición inicial: Cada niñx recibe una varita mágica. A la cuenta de tres, todxs debemos
decir “abracadabra pata de cabra” y echar un hechizo sobre algún objeto dentro de la sala.
Jugamos unos breves minutos. Luego, la docente dice que hará un hechizo especial y dirá
“Abra cadabra pata de cabra todxs lxs niñxs nos sentamos en ronda para filosofar”. Sentados
en ronda, continuamos con la planificación del día.
Problematización del texto: En este momento, lxs niñxs analizarán la imágen e irán
comentando qué ven y qué cosas les llama la atención, los sorprende o les parece extraño.
Podemos utilizar las siguientes preguntas guía:
Diálogo: este es el momento en que lxs niñxs intentarán dar respuesta a los interrogantes que
se hayan planteado. En la planificación, podemos anotar en este apartado el plan de diálogo
que consideramos potente para trabajar con el recurso.
Plan de diálogo
- ¿Qué es la magia?
- Lo que está pasando, ¿es magia?, ¿cómo sabés?
- ¿Qué motivos tenés para creer en la magia? ¿y para no creer?
- Si no crees en la magia, ¿qué tendría que pasar para que creyeras en ella?
- Si crees en la magia, ¿qué tendría que pasar para que dejaras de creer en ella?
2
Imagen extraída de Martagón D. y Duthie, E. Pellízcame, Wonder Ponder.
- Si todo el mundo supiera hacer magia, ¿sería magia?
- Si fueses un extraterrestre, ¿qué cosas del mundo te parecerían “magia”?
- ¿Qué pasaría si todo a lo que nos acostumbramos, en realidad fuese magia?
- ¿Hay cosas que te sorprenden, que te parecen magia?
- ¿Todos los trucos sorprenden?, ¿por qué si/no?
- ¿Crees que la “magia” y la “sorpresa” se relacionan?, ¿de qué modo?
Para seguir pensando: Para finalizar el encuentro, podemos utilizar una evaluación figuro-
analógica que les permita a lxs niñxs evaluar un aspecto de la clase. En este caso podemos
utilizar el “aplausómetro” que consiste en aplaudir la cantidad de veces según nos haya
gustado mucho, más o menos o muy poco la actividad de hoy:
- Si nos gustó mucho, hacemos 10 aplausos.
- Si nos gustó más o menos, hacemos 3 aplausos.
- Si no nos gustó, no aplaudimos.