Está en la página 1de 5

Fallo cadot

Considerando las funciones consultivas que en principio realizaba el consejo de Estado,


ejerciendo lo que él denomina una justicia retenida y que tan solo se le reconoció su carácter
jurisdiccional con la ley 24 de mayo de 1872 de la cual se instaura la justicia delegada. Sin
embargo, el consejo de Estado conocía de los asuntos que la ley le otorgara, es decir tenía una
competencia de carácter especial y no general, ya que los demás asuntos los conocía la propia
administración con la figura de administración-juez, de la cual consistía en que las
reclamaciones que se presentaban contra la administración, era resueltas por ella misma.
Pero el Consejo de Estado puso fin a esa limitación de su competencia mediante el fallo
Cadot expedido en 1889 por el detener Cadot, este proceso se desarrolla vinculando La
ciudad de Marsella la cual suprimió el empleo de ingeniero-director de la inspección de
caminos y de los de la ciudad, al titular de este empleo quien reclama unos daños y
perjuicios; la municipalidad denegó el derecho a esta reclamación, lo acogió los tribunales
judiciales, que estimaron que el contrato que lo ligaba a la ciudad no tenía el carácter de
un contrato civil de arrendamiento de trabajo, por lo cual se declararon incompetentes;
enseguida se dirigió al Consejo de Prefectura, que se declara incompetente a su vez, pues
la demanda no había sido fundada sobre la ruptura de un contrato relativo a la ejecución
de trabajos públicos. El interesado se dirige hacia el Ministro del Interior; quien le
responde que el Consejo Municipal de Marsella no habiendo acogido su demanda de
indemnización, él no podría darle otra salida. Esta denegación la conferirá el Sr. Cadot al
Consejo de Estado. El Consejo de Estado decidió que el ministro había tenido razón de
haberse abstenido de declarar sobre las pretensiones que en efecto no eran de su
competencia, y que pertenecía al Consejo de Estado conocer del litigio nacido entre la
ciudad de Marsella y el Sr. Cadot.
en este fallo el mismo órgano judicial se auto confirió la competencia general en materia
de litigios de la administración, el caso como tal fue la denuncia del señor Jean-Robert
Cadet, que fue director de carreteras y el agua de la ciudad de Marsella, ciudad donde la
administración elimino su puesto de trabajo, el demandante exigió el pago de losdaños y perjuicios de
la decisión administrativa, y pidió a la negativa que iba dar el consejo de Estado para que
este exigiera la cancelación, ya que la ciudad se le oponía dar la respectiva cancelación, la
cuestión o el problema que tenía el consejo de estado para el reconocimiento o aceptación de esa
denuncia era que en aquellos tiempos tenía una competencia limitada, incluso en la ley 16-24
de August 1790 y 16Fructidor III había estableció o predicho que las protestas contra las decisiones
administrativas debe ser dirigida al ministro competente a cargo de él y de sus servicios para pronunciarse
sobre esas controversias, esta era lo que se conocía como la teoría de "El ministro de Justicia”. El
Consejo de Estado se creó pocos años después por la Constitución del año VIII, se le asignó
competencia para pronunciarse en algunas cosas, entre ellas estaba el recurso de anulación
interpuesto por los demandantes contra las decisiones administrativas, siempre y cuando
existiera algún texto que especificara que tendría como destinatario para su conocimiento al consejo
de Estado, si por el contrario no existía tal referencia, lo debían de conocer y resolverlos
ministros los recursos contra las decisiones administrativas, ya que ellos tenían esa clase
de competencia general, pero el consejo de Estado sin dejar de especificaren qué
razonamiento del consejo de Estado ha basado su competencia, está claro que él era sensible
a la preocupación por garantizar que cualquier decisión administrativa puede ser impugnada ante
un juez, de esta manera se establece el principio según el cual se plantea cualquier
decisión de una autoridad administrativa debe ser impugnada ante un juez que permanezca en la
base del derecho administrativo, con esta decisión se marcó la culminación de un proceso
histórico de continuo fortalecimiento de la jurisdicción contencioso-administrativa en ese
país. Ya en lo referente al fallo en blanco expedido por el tribunal de conflictos en 1873 por el detener
Blanco, cuya importancia radica en la consagración clara y expresa del principio por la cual la
administración debe regirse por normas especiales diferentes de las aplicables a las relaciones
entre los particulares, afirmación que constituye la base de la existencia del derecho
administrativo, el caso como tal es el accidente de un niño que fue arroyado por un carro de
mina de una fábrica de tabaco, que era operado por un órgano administrativo, de esta manera el padre
del niño pidió ante los tribunales que declare al estado como responsable subsidiario de los años con base
en los artículos 1382 a 1384 del código civil, como podemos ver el conflicto tuvo unos niveles altos de
confrontación de teorías, pues en si no se sabía cuál era la jurisdicción que debía conocer sobre el caso, si
era la jurisdicción administrativa o la jurisdicción común u ordinaria, además la aplicación de normas del
código civil solo eran aplicables para los particulares pero no para el estado, de esta manera el estado
actuaba irresponsablemente ante los hechos similares anteriores al caso, como así otras cosas más, de
esta manera el tribunal de conflictos que fue creado con el fin de resolver las dudas que se presentaran en
relación de la competencia entre los tribunales administrativos y los tribunales comunes, dicto la sentencia
sobre la cual dicho órgano atribuye a la jurisdicción administrativa el conocimiento del caso, además de la
consagración de la responsabilidad del estado por los daños causados por los servicios públicos, poniendo
fin a una larga historia de irresponsabilidad, de la que no hubiera excepciones en los casos de intervención
contractual o legislativa, pero en el mismo fallo sostiene que la responsabilidad del estado debe estar
sometido a un régimen específico, considerando que la responsabilidad del estado por el servicio público
se regirán por los principios establecidos en el código civil solo para los informes de los propietarios. Había
la necesidad de aplicar un régimen especial, justificada por las necesidades del servicio público, en el
mismo fallo se afirma que el corolario de la existencia de reglas especiales es responsabilidad bajo la ley 16
y agosto 24 de 1790, prohíbe a los tribunales de “perturbar de cualquier manera de las operaciones de los
órganos administrativos”. Más allá de la responsabilidad, aunque en la decisión se reconoce el servicio
público como el criterio de competencia del tribunal administrativo dijo que las normas específicas
aplicables a los servicios públicos establece un vínculo entre el fondo y la legislación aplicable y la
jurisdicción del tribunal administrativo.

Con este fallo el concejo de estado se consolido como juez de la administración, pues pese a que la ley le
reconocia ese carácter solo para resolver algunos conflictos específicos, se convierte entonces en juez de
derecho común encargado de dirimir controversias de la administración, antes de este fallo quien se
encargaba de dirimir este tipo de conflictos de gestión publica era el ministerio del interior, es decir que
una misma entidad administrativa solucionaba conflictos en los que hacia parte, con este fallo esta teoría
fue abolida pues la competencia de lo contencioso administrativo le fue dada al concejo de estado. El cual
antes del fallo actuaba como cuerpo consultivo y solo poseía atribuciones de justicia “retenida” y ahora se
convertiría en un órgano jurisdiccional con atribuciones de justicia “delegada”.

JUSTICIA RETENIDA: la creación del concejo de Estado y de los consejeros de prefectura como organismos
asesores del jefe del poder ejecutivo, implicaban que no tenían un carácter jurisdiccional, si no que hacían
parte de aquel. Es deciar, en materia de conflictos administrativos se presentaba el fenómeno de la
“justicia retenida”, en el sentido de que, si bien los organismos asesores estudiaban el caso y proponían
solución, el jefe del ejecutivo “retenía” el poder de tomar propiamente esa decisión. Permanece hasta
1872, interrumpida desde 1849-1852, donde empieza la:

JUSTICIA DELEGADA: ya no era el jefe del ejecutivo quien tomaba las decisiones, sino que ellas
correspondían directamente al concejo de estado, “en nombre del pueblo”.

De modo que con el fallo Cadot se logró un mayor avance en el derecho administrativo, pues se estableció
que a la cabeza de la jurisdicción de lo contencioso administrativo se encontraba el Concejo de Estado; a
su vez fue gracias a este fallo que se logró desarrollar toda la jurisprudencia administrativa.

El consejo de estado se reconoció como juez común de primera y ultima instancia de los recursos de
anulación de los actos administrativos y de los recursos de plena jurisdicción que fueran presentados ante
diversas entidades publicas.

En el fallo Cadot el tema en discusión es que se dice que el Consejo de Estado para esa
época antes del fallo actuaba como cuerpo consultivo y el ente encargado de dirimir estos
conflictos de gestión pública era el ministerio del interior en cabeza del ministro, resulta
muy extraño, como es posible que una misma entidad administrativa solucione conflictos
donde está inmersa, esta es la denominada teoría “juez-ministro” que fue abolida por el
fallo Cadot donde se le adjudico la competencia de la jurisdicción contencioso-
administrativo al Consejo de Estado, diferente del fallo Blanco que hizo distinción de los
tipos de gestiones que podía adelantar el estado y cuál de esas corresponde analizar a la
justicia ordinaria y cual a los tribunales administrativos.
De apariencia insignificante, desprovista de grandes afirmaciones en principio, esta
sentencia aclarada por las conclusiones del comisario del Gobierno Jagerschmidt, ha
marcado en realidad una gran etapa en la evolución del Contencioso-administrativo y por
tanto un golpe de gracia a la teoría dicha por el ministro-juez y haciendo del Consejo de
Estado el juez de derecho común del Contencioso-administrativo.

Las Leyes 16 y 24 de octubre de 1790 y la 16 de fructidor del año III habían tenido por
objeto sustraer la Administración a todo juez. Pero poco a poco se estaba desarrollando
una verdadera jurisdicción administrativa. Dotada en principio, únicamente de un poder
consultativo, el Consejo de Estado, creado por la Constitución del año VIII, que no había
tardado en efecto, en ser un órgano jurisdiccional.

Durante largo tiempo, no poseía sino poderes de justicia "retenida" y la decisión


pertenecía aún en principio al Jefe de Estado; este último había tomado el hábito de
seguir los dictámenes del Consejo de Estado, el cual recibió finalmente, por la Ley del 24
de mayo de 1872 el poder de justicia "delegada", que le permitía tomar decisiones
contenciosas en nombre propio.

Pero de estos orígenes y del principio según el cual la Administración no debía tener juez,
la jurisdicción administrativa había de conservar, aún después, de 1872 ciertas secuelas.

Se estimó en efecto, que el Consejo de Estado no tenía competencia sino en los casos
expresamente previstos por la ley: dicho de otro modo, que él no era sino un juez de
atribución. El Juez de derecho común permanecía como al día siguiente de las Leyes de
1790 y del año III, el ministro: toda petición de un particular debía ser llevada primero
ante el ministro que estatuía y enseguida solamente, en apelación ante el Consejo de
Estado. Tal era la teoría del "ministro-juez".

Esta existió en una época donde la Administración se juzgaba a sí misma, no era más
justificado desde entonces que existía una verdadera jurisdicción encargada de declarar
sobre los litigios entre la administración y los particulares. Contestada por la doctrina, era
progresivamente abandonada por la jurisprudencia; era excluida, especialmente del
contencioso de los actos tomados por las autoridades del Estado y no se aplicaba a los
recursos por exceso de poder. El Consejo de Estado sentenció definitivamente por el caso
Cadot, descartando del contencioso de la responsabilidad de las colectividades locales, y
decidiendo de una manera general, que todos los litigios de orden administrativo podían,
de ahora en adelante ser llevados directamente ante él, es decir sin estar sometido
primero al ministro. No en el caso donde un texto prevea expresamente que el recurso
administrativo previo sea obligatorio.

Para retomar los términos del comisario del Gobierno Jagerschmidt, "donde exista una
autoridad habiendo un poder de decisión propio, pudiendo rendir decisiones
administrativas ejecutoriadas, un debate contencioso puede nacer y el Consejo de Estado
puede directamente acogerlo, basta que el debate nazca por el efecto de una decisión de
la autoridad administrativa dada sobre el litigio". De este modo los recursos contenciosos
deben ser, por regla general, dirigidos contra una previa decisión administrativa; pero la
Administración ha perdido su función jurisdiccional. Por el Fallo Cadot el Consejo de
Estado se reconoció el juez de derecho común en primer lugar y en último es de su
jurisdicción los recursos de anulación de los actos administrativos y de los recursos de
indemnización formulados contra las colectividades públicas.
Bibbliografia
http://deradministrativogeneral.blogspot.com.co/2010/08/fallo-cadot.html
https://es.scribd.com/doc/86248653/resumen-fallos
http://el-desparch.blogspot.com.co/2011/03/diferencias-entre-el-fallo-blanco-cadot.html
https://prezi.com/zujhiazaqmpq/fallo-cadot/

También podría gustarte