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FALLO BLANCO: Tribunal de conflictos de francesa 8 de febrero 1873- el accionante el

señor blanco, en contra del departamento de Gironda – tiene como finalidad hacer declarar al estado
civilmente responsable por hechos a los empleados que distribuían tabaco el cual perjudicaron a la
hija menor del señor blanco en donde la menor sufre un accidente en donde pierde una de sus
extremidades inferiores. Considerando que la responsabilidad que puede recaer en el estado por los
daños causados a los particulares por sus por acciones y omisiones causadas por sus agentes como
servidores públicos o personas contratadas por el Estado, esta normatividad no puede estar regida
por los principios establecidos en el Código Civil que establece las relaciones de particular a
particular que, desde entonces, la autoridad administrativa es la única competente para conocer
acerca de este tipo de procedimientos. Hay negativa en principio por parte de los Tribunales Civiles
en resolver el conflicto suscitado, el Tribunal de Conflictos, que tenía la función de dirimir los
conflictos de competencia entre el Consejo de Estado y la jurisdicción ordinaria, en este fallo dicha
autoridad establece que se necesitan normas especiales para fallar en los casos donde se presentan
controversias entre el Estado y los particulares por perjuicios que surgen como consecuencia de la
actividad Estatal, este se planteó una pregunta importante la cual debía ser resuelta para el proceso
en mención: ¿Cuáles de las dos autoridades, administrativa y judicial, tiene competencia general
para conocer de las acciones en perjuicios-intereses contra el Estado? El Fallo Blanco trae al
derecho Administrativo progresos importantes respecto a la competencia de la jurisdicción
administrativa en virtud de la cual solo los Tribunales Administrativos podían declarar al Estado
deudor, subsiste desde entonces la referencia a las Leyes del 16-24 de agosto de 1790 y 16
fructidor, año III, que prohíben a los tribunales judiciales "perturbar de cualquier manera las
operaciones de los cuerpos administrativos y de conocer de los actos de administración, de la
especie que sean".
El Tribunal de Conflictos decide que: La responsabilidad del Estado... no puede ser regida por los
principios que están establecidos en el Código Civil para las relaciones de particular a particular;
esta responsabilidad no es ni general ni absoluta; tiene sus reglas especiales que varían según: las
necesidades del servicio y la necesidad de conciliar los derechos del Estado con los derechos
privados

FALLO CADOT: Del consejo de estado de Francia de dic-13 de 1889. La ciudad de Marsella
ABOLIO el empleo del ingeniero de la inspección de caminos, el señor Jean Robert Cadot. Este en
calidad de titular del derecho reclama unos daños y perjuicios, la municipalidad denegó el derecho a
la reclamación, envió el caso a competencia del Tribunal judicial, pero este, alegando la razón a que
este contrato objeto de la relación laboral de la que desprendía el objeto de reclamación, no tenía
carácter de contrato civil, remitió competencia al Consejo de Prefectura, que se declara
incompetente porque el contrato objeto de donde se desprende el supuesto perjuicio no era un
contrato relativo a la ejecución de trabajos públicos, el señor Cadot se dirige al Ministro del Interior,
quien responde que no habiendo aceptado su demanda de indemnización el Consejo Municipal de
Marsella, él no podría darle otro trámite, esta denegación conferirá el caso del Sr. Cadot al Consejo
de Estado, este último precisó que efectivamente las entidades habían tenido razón en no declararse
competentes de este caso y se autoproclama competente para resolver el mismo, esta sentencia
aclarada por las conclusiones del comisario del Gobierno Jagerschmidt, ha marcado una gran etapa
en la evolución del Contencioso-administrativo y por tanto un cambio rotundo a la teoría de
ministro-juez haciendo del Consejo de Estado el juez de derecho común del Contencioso-
administrativo. El Consejo de Estado sentenció definitivamente por el caso Cadot, decidiendo de
una manera general, que todos los litigios de orden administrativo podían, de ahora en adelante ser
llevados directamente ante él, sin estar sometido primero al ministro del interior. Exceptuando el
caso donde se prevea expresamente que el recurso administrativo previo sea obligatorio. El consejo
de Estado se reconoció como juez común de primera y segunda instancia, de los recursos de
anulación de los actos administrativos que fueran presentados ante diferentes entidades estatales. Ya
que el Consejo de Estado era, en principio un órgano de poder consultivo, ejerciendo la “justicia
retenida”, las decisiones pertenecían únicamente al Jefe de Estado, pero con el paso del tiempo, este
último adoptaba las decisiones del Consejo de Estado, el cual, por medio de la ley del 24 de mayo
de 1872, recibe el poder de justicia delegada, está permitiéndole tomar decisiones contenciosas en
nombre propio convirtiéndose así en un órgano jurisdiccional. Este fallo fue de suma relevancia por
cuanto antes de estos fallos la administración se juzgaba a sí misma, siendo evidente que había
parcialidad y no había juicios justos siendo el Estado juez y parte, la importancia de este fue
demostrar el poder jurídico que había adquirido el Consejo de Estado cuando le fue otorgada la
competencia general de los litigios de la administración
FALLO TERRIER . Consejo de estado de Francia de febrero 6 de 1903. El consejo general de
Sone-eit-Loire votó en 1900 un crédito de 200 francos, con este dinero decidió conceder un premio
de 25 centésimos a quien justificara haber matado una víbora debido a la emergencia ambiental del
sector en ese momento, previa certificación realizada por el alcalde del lugar, le fue denegado el
pago al señor Terrier por parte del Director de la Policía, ya que se había agotado tal crédito, Terrier
demandó ante el Consejo de Estado el incumplimiento del contrato que el Departamento había
tenido con los cazadores de víboras (Cárdenas, 2017). El consejo de Estado se reconoció
competencia, “pues de la denegación del Director de Policía de admitir el reclamo nace entre las
partes un litigio que al Consejo de Estado le es propio conocer” (Romero, 2015) . Y se pronunció el
6 de febrero de 1903 de la siguiente manera: “Hay un verdadero servicio público, una operación de
interés general que ha podido, en un momento dado, considerarse obligatoria para todos los cuerpos
locales y que, desde entonces tiene, el más alto grado, carácter administrativo” Este fallo fue de

gran importancia para determinar la responsabilidad contractual y promueve concretamente la


competencia de la jurisdicción de lo contencioso administrativo, también se concluyó con este fallo,
que la nueva noción clave era la del servicio público, caracterizada por un elemento fundamental,
que es la búsqueda del interés general, ya que las acciones orientadas contra la administración local
y establecimientos públicos estaban aún atribuidas a los Tribunales ordinarios, con este fallo se
elimina esta división y a partir de éste, aquellos procedimientos se ventilan en la jurisdicción
administrativa.

FALLO PELLETIER:  Tribunal de Conflictos30 de julio de 1873 El caso Pelletier, hace referencia
a la acción instaurada por el señor del mismo nombre ante el Tribunal de Senlis, en contra de la
decisión del Comandante de Estado de Sitio en el Departamento del Oise, del Prefecto de dicho
Departamento y del Comisario de Policía de Cruil, por confiscar el periódico que pretendía
publicar; acción que además de buscar la nulidad de la decisión, pretendía la restitución de los
periódicos confiscados y el pago de los consecuentes perjuicios. Es así, como el Tribunal de
Conflictos, haciendo una distinción entre la responsabilidad personal de los funcionarios y la
responsabilidad de la Administración, determinó igualmente la separación de competencias
administrativa y jurisdiccional, dando a la jurisdicción administrativa la facultad de resolver los
conflictos surgidos como consecuencia de hechos que generaron responsabilidad de la
Administración, porque la responsabilidad personal se desprende del servicio, siendo entonces
competencia del juez civil el conocimiento de los conflictos surgidos como consecuencia de ella;

Fallo Cames / Responsabilidad-Riesgo: Esta providencia data del 21 de Junio de 1895, como
consecuencia de un accidente sufrido por un obrero del arsenal de Tarbes, a causa de una esquirla
de metal producida por el choque de un martillo Pilón26 (Un martillo Pilón es un martillo grueso
de fragua que funciona por medio de un mecanismo movido por el vapor, agua )que le dejó
completamente atrofiada la mano izquierda. Como el accidente no se produjo por la negligencia o
imprudencia del obrero el Comisario del Gobierno hizo notar que: La tesis del gobierno podía
apoyarse en la jurisprudencia de los tribunales ordinarios; en la especie no había culpa del obrero ni
culpa del patrono; el obrero, que por demás no alegaba ninguna culpa específica a cargo del Estado,
no podía pretender a una indemnización dentro del marco tradicional. Pero los establecimientos que
trabajan para la defensa nacional son servidores públicos y la responsabilidad del Estado en razón
de daños causados por los servicios públicos no se rige necesariamente por el derecho común.
En las conclusiones del Comisario de Gobierno se decía, que era el Juez administrativo, según su
criterio, su conciencia y de acuerdo con los principios de equidad, quien debía examinar
directamente cuales son los derechos y las obligaciones recíprocas del Estado y sus obreros en la
ejecución de los servicios públicos y especialmente si éste debe garantizar a sus obreros el riesgo
que resulte de la ejecución de los trabajos encargados; igualmente debe tener en cuenta que si un
accidente se produce en el lugar de trabajo y no hay culpa del empleado, la entidad pública es
responsable y debe indemnizar a la víctima.
Poco tiempo después de la decisión del Consejo de Estado, se llegó a la generalización en la
aplicación de este principio. Así entonces, los daños corporales sufridos por los servidores públicos
o los colaboradores de las entidades pueden ser indemnizados, fundados en la teoría del riesgo.
Visto el desarrollo jurisprudencial francés se observa claramente que aquel se produjo con una
inmensa antelación al de Colombia y sin lugar a duda éste fue
el precursor, la guía en lo que se puede considerar el establecimiento de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa en nuestro país, lo que no es óbice para considerar hoy día que aún persiste algún
tipo de sumisión o referencia sobre aquel sistema a la hora de proferir providencias, pues como se
verá a lo largo del trabajo, nuestro progreso en materia jurisprudencial permite que a la fecha se
goce de una amplia estructuración propia, afín con nuestras realidades políticas y sociales, la cual se
proyecta con una independencia y un razonamiento jurídico digno de imitar.

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