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primer-ensayo-simce-6-basico-lenguaje-y-comunicacion-2024-5593849
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Lirmi | Evaluaciones:
Primer Ensayo SIMCE 6° básico Lenguaje y
Comunicación 2024
Cada noche, al ocultarse el sol, Shindo elevaba su vista hacia el monte y rogaba:
Cierto día en el que Shindo limpiaba el huerto de malas hierbas, apareció a su lado, de repente, un
hombre que habló así a la sorprendida mujer:
—Soy mensajero del Gran Espíritu de la Montaña. Siembra estas semillas de calabaza y cuídalas,
porque ellas son la respuesta a tus plegarias.
Shindo se preguntó: “¿Cómo podrán ayudarme unas semillas de calabaza?", pero igualmente las
sembró y las cuidó con esmero.
Asombrada, veía cómo crecían día a día. Tanto, que una semana más tarde, las calabazas ya habían
madurado.
La mujer las cortó y se las llevó a su casa, les quitó la pulpa y las dejó huecas. Una vez preparadas,
las colgó de una viga. Allí se secarían y se endurecerían y, cuando ya estuvieran listas, las vendería
en el mercado para ser usadas como cuencos o jarras.
Separó y reservó para ella la calabaza más pequeña y la colocó junto al fuego para que se secara más
rápidamente.
A la mañana siguiente, Shindo se marchó al campo a sembrar y mientras ella no estaba, las calabazas
empezaron a cambiar. Les crecieron cabezas, brazos y piernas y, en poco tiempo, aquellas calabazas
se habían trasformado en niños.
También la calabaza que Shindo había dejado junto al fuego, era ahora un niño y oyó como los otros lo
llamaban desde la viga de la que pendían:
Ayudaremos a mamá.
Kitete ayudó a bajar a sus hermanos y hermanas de las vigas y ya en el suelo, los niños salieron de la
casa y todos empezaron a cantar y a jugar en el patio.
Todos menos Kitete, que como había estado tan cerca del fuego, ahora era un niño débil y enfermizo,
al que le costaba entender las cosas. Así, que mientras sus hermanos y hermanas cantaban y
jugaban, Kitete los observaba sonriente, sentadito en la puerta de la casa.
Al poco, los niños dejaron de divertirse y pusieron manos a la obra: limpiaron la casa, barrieron el
patio, alimentaron a las gallinas, lavaron la ropa en el río, acarrearon el agua del pozo, cortaron leña y
cocinaron para que Shindo tuviera la comida preparada al regresar.
Cuando todo estuvo hecho, Kitete ayudó a sus hermanos a colgarse de la viga y poco después, todos
eran de nuevo calabazas.
—¿Quiénes eran esos niños que estaban hoy en tu casa? ¿De dónde han salido? ¿Por qué te ayudan
con el trabajo de casa?
Pero al entrar en su casa, se quedó atónita. ¡Todo el trabajo estaba hecho y su comida preparada!
¿Quién podía haber hecho aquello?
Al día siguiente, la historia se repitió. En cuanto Shindo se marchó, las calabazas se convirtieron en
niños y gritaron a coro:
Ayudaremos a mamá.
Kitete los descolgó, jugaron un rato, terminaron las labores de la casa, subieron a la viga, y todos se
convirtieron en calabazas de nuevo.
Una vez más, Shindo quedó desconcertada y decidió descubrir quién la estaba ayudando.
Al tercer día, Shindo fingió que se marchaba, pero en lugar de dirigirse al campo, se escondió para
observar qué sucedía. Entonces vio a las calabazas convertirse en niños, y oyó como gritaban:
Ayudaremos a mamá.
Salieron de la casa, jugaron, hicieron los trabajos caseros y después, con la ayuda de Kitete,
empezaron a encaramarse a la viga.
—¡No, no! —les dijo Shindo llorando— ¡No se transformen de nuevo en calabazas! Serán mis hijitos y
los cuidaré y querré.
Desde ese día, los niños se quedaron con Shindo, como sus hijos y ella ya nunca más estuvo sola.
Todos juntos trabajaron tanto, que pronto mejoró la economía de la casa, y pudieron comprar un
campo y un gran rebaño de ovejas y cabras. Todos hacían algo, excepto Kitete, que se quedaba junto
al fuego sonriendo.
A Shindo esto no le importaba. De hecho, Kitete era su favorito, porque era como un tierno bebé. Pero
en ocasiones, cuando ella estaba cansada o triste, pagaba su mal humor con él.
—¡Eres un niño inútil! —le decía— ¿Por qué no puedes ser inteligente como tus hermanos y
hermanas, y trabajar como ellos?
Un día que Shindo llevaba una gran olla a la cocina, tropezó con Kitete y se cayó al suelo. La olla de
arcilla se hizo añicos y el guiso se esparció por todas partes.
—¡Muchacho tonto! —gritó Shindo— ¡Te tengo dicho que no te cruces en mi camino! Pero, ¿qué
puedo esperar de ti si no eres un niño de verdad? ¡Solo eres una calabaza hueca!
—¿Qué he hecho? —se lamentaba Shindo acariciando la anaranjada superficie— ¡No quería decir
eso! Tú no eres una calabaza, tú eres mi hijito querido.
Los hermanos y hermanas de Kitete se miraron entre ellos, y todos subieron de un salto a la viga y al
unísono gritaron:
Ayudaremos a mamá.
Pasó el rato y nada sucedía. Hasta que, de repente, la pequeña calabaza empezó a cambiar: le creció
una cabeza, luego unos brazos, y finalmente unas piernas. ¡De nuevo era Kitete!
Shindo aprendió la lección, Kitete era distinto, pero no por ello menos valioso que el resto de sus hijos.
A partir de entonces, tuvo mucho cuidado en repartir su amor entre todos por igual y ellos, a su vez, le
ofrecieron consuelo y felicidad, durante el resto de sus días.
1 Al inicio del texto, ¿qué hacía Shindo cada noche al ocultarse el sol?
2 ¿Cuál fue la solución que el mensajero del Gran Espíritu de la Montaña le ofreció a Shindo
para su soledad y cansancio?
A La creencia en la reencarnación.
D La necesidad de ser cuidadosa con sus palabras y acciones hacia los demás.
Vocabulario
6 Según el texto, ¿qué debe hacer el mago con los conejos pequeños antes de empezar el
truco?
A Colocarlos en su sombrero.
7 ¿Qué busca el mago con el movimiento de desmenuce con los dedos de la mano izquierda?
D Mostrar que sus manos están vacías antes de revelar la familia de conejos.
D Que la mano que parecía vacía realmente contiene a toda la familia conejo.
9 ¿Qué actitud se espera del espectador para poder realizar con éxito este truco?
D Instruir al lector sobre cómo realizar un truco de magia específico paso a paso.
Lee y responde las preguntas 11, 12, 13, 14 y 15 a partir del siguiente recurso:
Caperucita Roja
Caperucita Roja visitará a la abuela Tocan dedos menudos a la entornada puerta.
que en el poblado próximo sufre de extraño mal. De la arrugada cama dice el Lobo: «¿Quién va?»
Caperucita Roja, la de los rizos rubios, La voz es ronca. «Pero la abuelita está enferma»
tiene el corazoncito tierno como un panal. la niña ingenua explica. «De parte de mamá».
Caperucita es cándida como los lirios blancos. De entre la cofia salen las orejas monstruosas.
«Abuelita ha enfermado. Le llevo aquí un pastel «¿Por qué tan largas?», dice la niña con candor.
y un pucherito suave, que se derrama en juego. Y el velludo engañoso, abrazado a la niña:
¿Sabes del pueblo próximo? Vive en la entrada «¿Para qué son tan largas? Para oírte mejor».
de él».
El cuerpecito tierno le dilata los ojos.
Y ahora, por el bosque discurriendo encantada, El terror en la niña los dilata también.
recoge bayas rojas, corta ramas en flor, «Abuelita, decidme: ¿por qué esos grandes
y se enamora de unas mariposas pintadas ojos?»
que la hacen olvidarse del viaje del Traidor... «Corazoncito mío, para mirarte bien...»
El Lobo fabuloso de blanqueados dientes, Y el viejo Lobo ríe, y entre la boca negra
ha pasado ya el bosque, el molino, el alcor, tienen los dientes blancos un terrible fulgor.
y golpea en la plácida puerta de la abuelita, «Abuelita, decidme: ¿por qué esos grandes
que le abre. (A la niña ha anunciado el Traidor.) dientes?»
«Corazoncito, para devorarte mejor...»
Ha tres días la bestia no sabe de bocado.
¡Pobre abuelita inválida, quién la va a defender!
... Se la comió riendo toda y pausadamente
y se puso en seguida sus ropas de mujer.
A Un pucherito.
B Unas galletas.
12 ¿Qué característica de Caperucita destaca luego del primer encuentro con el Lobo?
A Su ingenio. B Su astucia.
C Su inocencia. D Su desconfianza.
14 De acuerdo con el poema, ¿qué representan las preguntas que hace Caperucita sobre las
características físicas del Lobo?
Lee y responde las preguntas 16, 17, 18, 19 y 20 a partir del siguiente recurso:
Bellos cabellos
ESCENA UNO
La escena transcurre en la peluquería. Hay un reloj que marca las once. Entra Laura, mujer de
cabellos largos, y la recibe amablemente Miguel, el peluquero.
Laura: (Se sienta.) Gracias. Mire, me gustaría cortarme un poco. Creo que mi pelo está demasiado
largo y sin forma, y tengo ganas de cambiar de aspecto. Quisiera un corte nuevo, con algo de original
y algo de sugerente.
Miguel: ¿Con algo de mi gerente? Pero, señora, mi gerente es pelado. ¿Qué quiere, que la rape?
Laura: Pero no, quiero un corte novedoso, con una caída así (hace un gesto con las manos), como
suave.
Miguel: ¿Cómo mi ave? ¿Con una caída como mi ave? Señora, yo tengo un canario, pero no se anda
cayendo, vuela muy bien.
Laura: Mire, yo lo que quiero es un buen corte de pelo. Y que me de un aspecto más juvenil, más
seductor, mimoso.
Miguel: Éso, su mozo. Señora, sepa que yo no soy su mozo. En todo caso, soy su peluquero.
Miguel: (Pensativo.) Hum, veamos. Eso hay que estudiarlo. (Le pone las manos sobre la cabeza, le
toma los cabellos, se los levanta y los deja caer de a poco.) Hum, ¿cortar? No se. Espere un
momento. (Inclina la cabeza sobre la de Laura y apoya una oreja sobre su pelo.)
Miguel: Me estoy concentrando en su cabello, para escuchar lo que necesita. Acá trabajamos así. Son
las últimas tendencias internacionales en el cuidado de cabello. Antes se trabajaba de cualquier
manera. Pero ahora los peluqueros verdaderamente responsables escuchamos al pelo para saber que
es lo que pide. (Levanta la cabeza.) Y lo que este cabello necesita, señora, no es un corte, sino una
leve intensificación de color.
Miguel: Se lo aseguro. Señora, relájese y deje su cabeza en mis manos. (Laura cierra los ojos y Miguel
empieza a trabajar.)
ESCENA DOS El mismo lugar que la escena anterior, pero el reloj marca las tres. Laura está
roncando. Tiene la cabeza cubierta con una toalla. Miguel está al lado, de pie.
Laura: ¿Amarrojul?
Miguel: Sí, una combinación de amarillo, rojo y azul. El último grito de la moda.
Laura: Aquí la que va a gritar soy yo si usted no me saca este colorinche de la cabeza. ¡Pero qué
locura!
Miguel: ¿Qué lo cura? A esto no lo cura nada. No es una enfermedad, es un hermoso colorido.
Laura: Mire, si en cinco minutos su hermoso colorido no se ha ido, usted me las va a pagar.
Miguel: Disculpe, acá la que va a pagar es usted. Me tiene que pagar la tintura.
Laura: ¡Pero qué caradura! Si no me saca estos colores de mamarracho no le pienso pagar.
Laura: ¡De ninguna manera! Y lo que se va a cerrar es esta peluquería si usted no me saca esta
barbaridad de la cabeza.
Miguel: Entonces, se lo podría dejar zulmarillo, una deliciosa mezcla de amarillo y azul.
Miguel: Bueno, señora, decídase. No puedo estar con usted todo el día. ¿Qué color quiere? ¿Violeta,
verde, turquesa?
Laura: ¿Turquesa? ¡Me va a estallar la cabeza! ¡Quiero que me devuelva ahora mismo el color que
tenía cuando vine!
Miguel: Eso es imposible. Aquí usamos tinturas de muy buena calidad, son excelentes y muy
persistentes.
Laura: (Furiosa, se levanta y mientras abre la puerta grita.) ¡Le voy a hacer juicio! ¡Voy a llevar esto a
la corte!
Miguel: ¡Qué corte ni qué corte! Ya le dije que su cabello no pedía corte… Y encima, se va sin pagar.
TELÓN
A Lavarse el cabello.
20 ¿Qué propone Miguel al final como PRIMERA solución para el color de cabello de Laura?
Lee y responde las preguntas 21, 22, 23, 24 y 25 a partir del siguiente recurso:
“Yo vine a la inauguración y me puse muy feliz porque Santiago tiene un jardín japonés”, rememoró
Mayumi Okamura, representante de la comunidad japonesa en Chile y admiradora del Jardín Japonés
de Parquemet.
Desde su llegada a Chile, en 1975, Mayumi siempre ha estado vinculada a actividades culturales de
Japón con Chile, colaborando con la embajada y siendo miembro activo de la Sociedad Japonesa de
Beneficencia. En 2017 la relación diplomática entre ambos países cumplía 120 años y Parquemet
celebraba su centenario. Una fecha especial que propició el comienzo de su aventura por conseguir
ejemplares de árboles Sakura Somei Yoshino para donar al Jardín Japonés de Parquemet. El Somei
Yoshino de pétalo simple es la especie más querida por los japoneses, según explicó Mayumi. “Para
nosotros, Sakura significa Somei Yoshino”.
Pese a que fue asesorada en viveros, los primeros intentos no dieron resultados. Así pasaron cinco
años. “En 5 años hice 250 injertos y ninguno sobrevivió. Por eso, iba a cambiar de idea y comprar otro
tipo de Sakura y con eso cerrar el proyecto (de donar a Parquemet). Pero, Patricia Sone, del vivero
Hijuelas, me ofreció ayuda… El primer año no resultó, este fue el último año que iba a esperar”,
comentó. Felizmente sobrevivieron 5 Somei Yoshino y Mayumi decidió donarlos a nuestro Jardín
Japonés, con esto se concretó la llegada de los 15 ejemplares de árboles Sakura, de los cuales 5 son
Somei Yoshino. Todos serán plantados en distintos sectores del Jardín Japonés.
El director de Parquemet, Carlos Ponce, resaltó esta iniciativa y dijo: “Estamos muy agradecidos con
esta donación. Sobre todo, porque se trata de una especie que tiene un gran significado para la
comunidad japonesa, que sabemos valora mucho nuestro Jardín Japonés. También para nosotros es
muy importante porque viene a enriquecer nuestra variada flora, que día a día mantenemos y
cuidamos con mucha dedicación con el trabajo especializado de la sección de Parques y Jardines”.
El Jardín Japonés ya cuenta con otros 35 ejemplares, siendo especies ornamentales de belleza y
delicadeza a la contemplación del visitante. Además, tiene un importante rol en el ecosistema ya que
atrae la atención de fauna polinizadora ante sus vistosas flores.
El árbol de Sakura
El árbol de Sakura es nativo de Japón, Corea y China. Es caducifolio, es decir, pierde follaje en otoño
e invierno. Tiene un gran valor ornamental gracias a su atractiva y delicada floración, que está
presente en la época de primavera y verano, decorando parques y espacios públicos con sus
tonalidades entre blancos y rosados. Al ser un árbol ornamental, no produce frutos, a diferencia del
cerezo frutal.
A Somei Yoshino.
B Cedros japoneses.
C Bonsáis japoneses.
D Robles tradicionales.
22 Según el texto, ¿qué representan los árboles de Sakura para la comunidad japonesa?
24 ¿Qué revela la reacción del director de Parquemet sobre la donación de los árboles?
C Una inclinación hacia las donaciones económicas por sobre las naturales.
Lee y responde las preguntas 26, 27, 28, 29 y 30 a partir del siguiente recurso:
El Hanami Festival es una ceremonia que consiste en contemplar las flores de cerezo, o sakura, como
son llamadas en Japón. Entre finales de marzo y mediados de mayo, varias especies de cerezos
florecen por todo el país, en parques, templos y otras zonas de ocio, donde las personas se reúnen
para disfrutar del espectáculo.
En este festival, la estrella es la Sakura, símbolo de la primavera en Japón. Por ello, se celebran varias
actividades y ceremonias con esa temática. La principal es el tradicional picnic bajo los árboles
cargados de flores. Esta tradición existe desde hace siglos y es practicada por la mayoría de las
familias japonesas durante el equinoccio de primavera en Japón, el Shunbun no Hi.
Tantas familias participan de las festividades que se hace muy difícil encontrar un hueco para hacer un
picnic, con que algunos parques abren una lista reservas para grupos con bastante antelación.
Algunas familias también prefieren madrugar para llegar pronto y garantizar un buen sitio.
La época de la floración del cerezo es muy especial para el pueblo japonés porque dura entre una
semana y diez días en cada lugar. Así, durante el Hanami, los japoneses se reúnen bajo los árboles
por la mañana y suelen quedarse hasta el anochecer. Disfrutan al máximo la belleza de las flores, ya
que no tardan en caerse de los árboles formando una gran alfombra color de rosa.
Hay más de 100 especies de Sakura en el archipiélago, que varían según el color de las flores, de las
hojas y del tiempo de floración. Así como hay cerezos de varias especies, lo mismo ocurre con el
significado del Hanami, que es distinto para cada persona. El más poético es el simbolismo de la flor
como la brevedad de la vida, debido a su fugacidad. Otros significados incluyen la oportunidad de ver
y reunir a los amigos y familiares para contemplar las flores y ponerse al día. Es también una forma
relajarse y disfrutar de la comida casera y de un té al aire libre.
Cuentan las leyendas que la tradición es milenaria. Empezó durante el Período Nara, cuando la
dinastía Tang de China influía a Japón en muchos aspectos, como disfrutar de las flores. En el Período
Heian (794-1191), además de la Sakura, otra floración también muy apreciada era la del árbol Ume, la
ciruela.
La contemplación de las flores de Sakura también tenían un simbolismo religioso. La gente creía que
dioses habitaban dentro de los árboles y depositaban ofrendas en sus raíces para pedir suerte y una
buena cosecha.
El Sakura también fue considerado el símbolo del amor en la antigüedad, cuando las chicas
adornaban el pelo con una rama de flores o decoraban el patio de sus casas con las flores para
anunciar que estaban buscando el amor.
En sus principios, la contemplación de las flores era una exclusividad de la élite de la corte imperial,
pero, con el paso del tiempo, los artistas, poetas y músicos que transitaban también por el mundo de
los plebeyos, regalando la costumbre a toda la sociedad.
Hoy por hoy, la flor ha ganado un lugar especial en la cultura japonesa, donde se presenta en forma de
música, poesía, artesanía, origami y otras modalidades de arte, como pinturas, grabados, kakemono,
en las sedas de los kimonos y hasta en medallas militares.
Hanami matsuri, el festival de las flores. (s/f). Culturaasiatica.com. Recuperado el 6 de marzo de 2024,
de https://culturaasiatica.com/hanami-matsuri-el-festival-de-las-flores/
26 ¿Cuál es la PRINCIPAL actividad realizada por las familias japonesas durante el Hanami?
C Surgió en el Período Heian como una forma de adoración a los dioses del Shinto.
Lee y responde las preguntas 31, 32, 33, 34 y 35 a partir del siguiente recurso:
Los cazadores regresaban de la selva sin haber encontrado qué cazar. Los pantanos se habían
secado y los pájaros se habían ido por falta de agua.
Era la primera vez que los guaraníes aguantaban hambre. Le habían rogado a Tupá que les mandara
la lluvia, pero el cielo continuaba azul, y el Sol ardía y quemaba lo poco verde que todavía se podía
encontrar en los rincones sombríos.
La tierra se había endurecido, y ahora se abría bajo las pisadas de los hombres, que salían de la
región en busca de comida. Pero en todas partes se veía la misma miseria.
Muchos murieron. «Tupá no ayudará», decían los que quedaban, desesperados. Entre éstos había
dos guerreros solteros que marchaban adelante de los demás.
A Avatí y Ñandé, que así se llamaban los guerreros, les daba lástima el llanto de los niños, y estaban
dispuestos a arriesgar su vida para salvarlos.
Un día estaban discutiendo las necesidades de los suyos, y nuevamente aseguraron: «Daríamos
nuestra vida para aliviar el hambre de nuestros hermanos».
Apenas pronunciaron estas palabras, apareció ante ellos un hombre desconocido, que les dijo:
«Escuché sus palabras. Si hablaban en serio, Tupá les ayudará. El me mandó a la Tierra a buscar a
un hombre que esté dispuesto a dar su vida por los demás; de su cuerpo nacerá la planta que les dará
de comer a todos. Crecerá en todas partes, si los hombres la cultivan cerca de sus pueblos, y sus
frutos se podrán guardar para tiempos de sequía. Con esta mata divina ya no habrá miseria entre los
guaraníes».
Al oír esto, ambos jóvenes se levantaron y dijeron: «Moriremos, si Tupá lo ha dispuesto así».
«No es necesario que mueran ambos», contestó el desconocido. «Uno debe quedar vivo y buscar un
sitio al lado del río, cerca del pueblo. Allí aflojará la tierra y enterrará a su amigo. De su cuerpo nacerá
la planta de Tupá, que le dará vida eterna por haberse sacrificado por los demás».
Los amigos buscaron el lugar y se dieron la mano. Ambos deseaban salvar a su pueblo, pero Avatí fue
el elegido por Tupá, y le tocó la muerte. Ñandé alistó la tierra, y llorando lo enterró. Todos los días fue
a visitarlo y a regar la tierra con agua del río, y las palabras de Tupá se cumplieron. De la tierra salió
un vástago que Ñandé jamás había visto, y la planta creció, floreció y dio sus primeros frutos, frutos en
abundancia.
Entonces Ñandé llamó a su gente, le mostró la planta y le contó lo que había sucedido. Cuando
terminó su cuento, apareció aquel desconocido y exclamó: «Ñandé les dijo la verdad: Avatí vivirá para
siempre mientras ustedes siembren los granos secos de esta mata y cuiden los surcos. Tupá mandará
la lluvia y nunca volverá a haber hambre entre los guaraníes».
Los hombres se inclinaron ante el mensajero de Tupá y luego empezaron a festejar el acontecimiento,
bailando, cantando y alabando a su creador, y desde entonces crece el maíz y los nutre a todos con
sus frutos deliciosos.
Cómo Tupá hizo crecer el maíz. (2021, mayo 21). El Barquito de Teseo.
https://elbarquitodeteseo.wordpress.com/2021/05/21/como-tupa-hizo-crecer-el-maiz/
32 ¿Qué significa que los ríos "ya casi no llevaban agua" para la vida de los guaraníes?
33 ¿Cómo reaccionaron los guaraníes ante las palabras del mensajero de Tupá después del
relato de Ñandé?
34 Según el texto, ¿cómo se relaciona la planta de maíz con la cultura guaraní después de la
intervención de Tupá?
A La fe y el poder de la esperanza.