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LITERATURA DEL SIGLO DE ORO

Durante este tiempo, las tensiones políticas, sociales y religiosas se agudizan en toda Europa. Los
intelectuales reaccionan oscureciendo su interpretación del mundo: el optimismo y las luces del
Humanismo son desplazados por una visión desgarrada, desesperanzada y una profunda
desconfianza en el ser humano.

La España de los Austrias entra en imparable decadencia.

CONCEPTOS DE MANIERISMO Y BARROCO

Manierismo: nace en las artes plásticas, en principio en referencia un tanto despectiva a los
imitadores de Miguel Ángel, que pintan a su maniera. El término entró en el ámbito de la historia
literaria, empleado por un sector de la crítica para designar el intervalo estético entre Ren. Y
Barroco.

Se interpreta que a finales del s. XVI comienza a quebrarse la sencillez definitoria del estilo
renacentista. Frente a la naturalidad anterior, los manieristas acentúan su maniera o forma
estilística, su voluntad de estilo, para distinguirse de la común naturalidad. Mayor artificiosidad
formal respecto de los poetas previos.

Barroco: hoy se discute su sentido exacto, difícil de delimitar. El étimo del término es inseguro.
Como la etiqueta Edad Media, nuestro término y sus correlatos europeos se emplearon inicialmente
por los ilustrados del s. XVIII en sentido peyorativo, para designar la complicación exagerada, el
artificio forzado. En castellano, sin embargo, la voz barroca no se documenta hasta 1839.

Wolfflin opuso Renacimiento y Barroco con base de las siguientes diferencias: lo lineal frente a lo
lineal, lo superficial frente a lo profundo, la forma cerrada frente a la forma abierta, la claridad
frente a la oscuridad y la variedad frente a la fusión.

El Barroco ha tenido notable vigencia, aunque hoy es discutida: la forma no permite dar cuenta del
arte y la literatura barracos, pues en otras épocas literarias se manifiesta también el barroquismo,
poética basada en la complejidad.

NOVEDADES CULTURALES Y LITERARIAS

El s. XVII español es uno de los períodos más brillantes de la historia universal. La decadencia política
y económica contrasta con un florecimiento de las artes y las letras sin precedentes: intelectuales y
artistas.

La nueva poética del Barroco gira en gran medida en torno de la noción de concepto, sobre la que
teorizan tratadistas italianos y muy especialmente el aragonés Baltasar Gracián, que, en su Agudeza
y arte de ingenio, disertó acerca del concepto como esencia de la nueva literatura.

El concepto es la ligadura establecida entre dos ideas, cuya interrelación el ingenio del autor
advierte y plasma con palabras mediante la sutileza.

Tradicionalmente se había impuesto el estilo conceptista al estilo culterano, diferencia ilustrada con
la poesía de Quevedo y Góngora, respectivos representantes del conceptismo y culteranismo.

El concepto es el signo de estilo de toda la literatura del s. XVII: Góngora es uno de los poetas más
citados en Agudeza y arte de ingenio para ilustración de diversas clases de concepto. El culteranismo
superpone como elementos característicos el cultismo y la alusión mitológica.
LAS LEYES DEL LIBRO

No lleva un incremento del público lector: en el s. XVI, entre el 85% y 90% de la población española
es analfabeta. La élite lectora se concentra en la nobleza, el clero y la burguesía universitaria. La
política de los Austrias establece leyes del libro cada vez más restrictivas:

- 1610: restricción por Felipe II que se publiquen libros en el extranjero.


- 1625/1634: prohibición de impresión de comedias y narrativa de ficción en el reino de
Castilla. Los autores e impresores trabajan en Aragón o se falsificaban los pies de imprenta.
- 1627: las leyes de impresión alcanzan su más alto grado de complejidad. Para su supervisión,
el manuscrito debía entregarse a una censura civil y eclesiástica, podía aprobarse total o
parcialmente.

El género literario que mejor capea estos problemas es el teatro pues no necesitan de la lectura ni
del libro: la mayoría analfabeta encuentra en las representaciones teatrales la única vía para acceder
a la literatura culta.

EVOLUCIÓN DE LOS GÉNEROS PROSÍSTICOS

Historiografía: su decadencia coincide con la de los Austrias, se en la segunda mitad del siglo.

Poesía didáctica: en la línea de la prosa del s. XVI, destacan como modalidades didácticas la prosa
religioso-moral, el diálogo y la miscelánea.

El diálogo s. XVII: continúa los patrones de la centuria anterior, ahora predomina el modelo de
Luciano (diálogo satírico) con algunas manifestaciones como la “sátira menipea”.

Miscelánea: parte de sus muestras tiende al análisis de tipos y costumbres de la época e inauguran
posteriormente la llamada “literatura costumbrista”. Destaca Juan de Zabaleta, autor de dos
interesantes obras de costumbres sobre espectáculos, diversiones y festividades.

Prosa de ficción: se continúan cultivando principalmente subgéneros establecidos en el s. XVI.

- Libros de caballerías y narrativa sentimental: modelos más característicos de la prosa de


ficción, desaparecen en el s. XVII.
- Narrativa bizantina: no solo no desaparece, se consolida en el siglo XVII. Estas historias de
aventuras, amoríos, raptos, naufragios y reencuentro feliz de los amantes se prestaban a la
innovación narrativa.
- Narrativa pastoril: la Diana de Montemayor había captado el subgénero de la prosa
castellana a partir de modelos clásicos e italianos. A finales del s. XVI, Cervantes con La
Galatea y Lope con La Arcadia propiciaron que el relato pastoril entrase en el s. XVII con
pleno vigor.
- La narrativa morisca: sigue la tradición del s. XVI. Se publica la segunda parte de Las guerras
civiles de Granada de Ginés Pérez de Hita. Los asuntos ahora se enriquecen con un nuevo
motivo: las historias de cautivos cristianos en tierra de moros que rememoran su prisión
como núcleo del relato.
- Cuento y novela corta: evolución dispar. En el s. XVI, el cuento sigue partiendo del folclore
oral, se recoge por escrito en el refranero y los diccionarios de la época. Muchas veces estos
relatos son el germen de obras de mayor calado.
- La picaresca: se consolida como género y evoluciona en busa de nuevos caminos con
incorporación de novedades formales como la digresión, la sátira y la parodia. Los
principales autores son: Mateo Alemán, Francisco López de Úbeda, Vicente Espinel,
Quevedo.

CERVANTES

La fama de Cervantes se debe fundamentalmente al Quijote, aunque cultivó diversas modalidades


narrativas, otros géneros, como poeta lírico y como autor dramático es un autor interesante pero
mediano.

En su tiempo, el Quijote fue una obra de éxito notable y apreciable sobre todo en la estimativa del
lector medio. Para los eruditos era una obra menor que no encajaba en ningún de los del género de
raíz clásica. No creó escuela inmediata.

En el siglo XIX, sobre todo en Francia, Inglaterra y Rusia, se constituye la novela moderna como
género literario principal, la novela realista; se advierte que muchas de las características del género
habían sido anticipadas por Cervantes, que, desde el s.XVIII fue más apreciado en Europa que en
España.

En 1585 publica la Galatea, un relato pastoril, y varias comedias, sin demasiado éxito. En 1605
publica su Quijote, prólogo de su período de mayor actividad literaria, en donde destacan las
Novelas ejemplares y la continuación del Quijote (1615).

Como poeta lírico, Cervantes fue autor de segunda fila. Conservamos un volumen relativo de sus
composiciones, pues muchas se han pedido. Cabe destacar que, tanto en el teatro como en la
narrativa, fue aficionado a incluir pasajes poéticos, no desdeñables, pero tampoco excelsos.

En su producción dramática se distinguen dos períodos: sus primeras comedias se ciñen a las reglas
neoaristotélicas, las tres unidades y la separación de lo trágico y lo cómico (La Numancia y El trato de
Argel), aunque finalmente, cediendo parcialmente ante los gustos del público, rompió con las
unidades de acción y lugar en ocho comedias y ocho entremeses.

También escribe obras inscritas en subgéneros prosísticos de planteamiento idealizado e


inverosímiles como la narrativa pastoril y la narrativa bizantina.

LA NUEVA POESÍA. GÓNGORA Y QUEVEDO

Aunque Baltasar Gracián, principal tratadista del conceptismo, fue prosista, la crítica centró el
estudio del conceptismo y culteranismo en la poesía, especialmente en Quevedo y Góngora.

Tradicional oposición tajante y peyorativa entre “conceptismo” (vicio del fondo) y “culteranismo”
(vicio de la forma) es doblemente inadmisible: el enfoque despectivo es un planteamiento
históricamente inadmisible; la presunta oposición del conceptismo y el culteranismo no es tal: el
concepto es la base de los estilos literarios del s. XVII.

La crítica moderna ha magnificado la enemistad poética y personal de Góngora y Quevedo. Ambos


rivalizaron y se intercambiaron pullas literarias, algo habitual en el tiempo, que afectó a otros
autores como Cervantes o Lope.

LUÍS DE GÓNGORA

Poeta más célebre de su tiempo, mucho más influyente en el s. XVII que Francisco de Quevedo. Creó
escuela tanto en España como en América.
Tendemos a identificar la poesía de Góngora con la oscuridad del Polifemo y las Soledades, sus dos
obras más ambiciosas, pero su producción fue más variada y no siempre fue tan hermético.

Cultivó con escaso éxito el teatro (Las firmezas de Isabela y El doctor Carlino) pero es, ante todo
poeta, y poeta lírico.

Desde el mismo s. XVII se habla de dos períodos en la poesía de Góngora: en una primera fase,
anterior a 1610, en la que sus versos no son especialmente oscuros en comparación con otros
coetáneos; pero en los últimos dieciséis su producción se torna más hermética.

En su obra trata tanto asuntos graves como amorosos y burlescos, fue un temible satírico.
Formalmente combina los metros italianos (endecasílabos u octavas reales) con versos, estrofas y
modalidades típicamente castellanas (octosílabo, redondilla o romance).

No se preocupó demasiado por la publicación de su obra, que, durante su vida, circuló sobre todo en
versiones manuscritas.

FRANCISCO DE QUEVEDO

Quevedo cultivó diversos géneros, incluido el teatro, pero destacó sobremanera en el ámbito de la
prosa política y moral (Política de Dios o Los sueños), u también festiva y burlesca (Gracias y
desgracias del ojo del culo); en la prosa de ficción, que cultivó muy ocasionalmente por considerarla
menor (El Buscón) y en particular en la poesía.

Su producción poética circuló abundantemente en forma manuscrita. Al final de su vida preparó una
edición para la imprenta, murió antes de ver cumplido el proyecto: la colección, titulada el Parnaso
español, cuya primera parte ve la luz en 1648 al cuidado de José Antonio González, y la segunda en
1670 a cargo de Pedro Carrillo de Aldrete. El Parnaso no contiene toda la producción poética de
Quevedo, pues han llegado a nosotros más composiciones manuscritas.

OTROS POETAS

Lope de Vega: fue también un poeta lírico. En este dominio, destaca especialmente en los asuntos
amorosos, en donde la crítica advierte con frecuencia notas autobiográficas, aunque también escribe
abundante poesía religiosa. En menor medida le interesa la poesía burlesca y paródica (La
Gatomaquia) y menos aún la moral. Es un poeta épico notable (La Jerusalén conquistada).

Recoge sus poemas en colecciones como las Rimas humanas (ascendencia petrarquista), las Rimas
Sacras (poesía religiosa de arrepentimiento) o las Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de
Burguillos (antología de poesía religiosa y burlesca).

Etapas:

- Etapa de Juventud: escribe romances, sobre todo de carácter pastoril y morisco. El alter ego
literario de Lope es Belardo, Gazul o Zaide, mientras que la amada es Zaida. Los temas
principales son los celos, la ruptura amorosa y la indiferencia de la amada. Rimas humanas.
- Etapa de madurez: más que el amor, domina ahora el arrepentimiento y la reflexión sobre
los errores del pasado. Rimas Sacras.
- Etapa de senectud: diversos dramas familiares agudizan en Lope el desengaño, la crítica y la
sátira. Rimas de Tomé de Burguillos.

Lope tomó inspiración en su ajetreada vida amorosa para componer muchos de sus poemas. Sin
embargo, en su lírica la anécdota vital está idealizada, tamizada por la fantasía poética. Su obra no es
la crónica autobiográfica que la crítica tradicional ha pretendido ver, solo que algunas vivencias
personales son remodeladas desde la óptica del petrarquismo.

“ESCUELAS” POÉTICAS

La escuela gongorina: tuvo numerosos adeptos. Uno de los más notables fue Juan de Tarsis, cuya
poesía se publicó póstumamente en 1629. Otro de los protegidos es el Conde de Lemos. Vivió una
vida rocambolesca y murió asesinado por una oscura venganza por celos. Compuso poesía de estilo
petrarquista, poesía moral al modo horaciano, poesía burlesca y satírica y varios poemas de asunto
mitológico.

Escuela sevillana: se habla por haber sido Sevilla un prolífico núcleo poético en el s. XVII, en la estela
de Fernando de Herrera. Juan de Arguijo fue un notable sonetista, inclinado a los asuntos
mitológicos y de la Antigüedad, y a extraer sus consecuencias morales.

Escuela antequerano-granadina: constituida por poetas andaluces de la zona de Antequera y


Granada, como Pedro Espinosa que destacó como antólogo, al reunir una interesante Flores de
poetas ilustres.

Escuela castellana: conjunto de poetas influidos por Lope de Vega, como Diego de Silva, Conde de
Salinas.

LA MÉTRICA

Disciplina que se encarga de estudiar las normas y principios que organizan la versificación. Es una
cuestión mecánica pero compleja y se le da diferentes denominaciones rítmicas de un verso en
función de los tratadistas.

- Teoría métrica española contemporánea: Navarro Tomás, Balbín Lucas y Baehr.

El ritmo (recurrencia seriada de un determinado intervalo de tiempo) es el rasgo dominante y


principio organizador del lenguaje poético en verso. El acento, la pausa, el número de sílabas
métricas y la rima son los elementos constitutivos de la objetivación lingüística del ritmo español.

- Versificación libre: el elemento rítmico dominante es de índole sintáctica, semántica o visual.

Sinalefa: reunión, en una sílaba, de dos o más vocales contiguas pertenecientes a palabras distintas:
de la más abierta a la más cerrada; de la más cerrada a la más abierta o la abierta en el centro. No
pueden unirse si la vocal está cerrada en el centro de las abiertas.

Hiato: pronunciación en sílabas diferentes de las vocales final e inicial de palabras contiguas.
Fenómeno contrario a la sinalefa.

Sinéresis: unión, para formar una sílaba métrica, de dos vocales contiguas que no forman diptongo
en el interior de la palabra.

Diéresis: deshacer un diptongo y pronunciar sus vocales en dos sílabas distintas.

El verso castellano adopta el modelo de terminación de sílaba acentuada seguida de sílaba átona, es
decir, de terminación llana o grave. Si un verso termina en aguda se añade una sílaba más para
determinar el número de sílabas métricas. Si termina en esdrújula se resta una.

Sinafía: sinalefa entre un final de verso llano y el siguiente.


Rima: igualdad o equivalencia acústica de todos o parte de los sonidos de dos o más palabras a partir
de la vocal acentuada.

Rima abrazada: grupo de cuatro versos que riman el primero con el cuarto y el segundo con el
tercero. Característica de los sonetos.

Rima cruzada: en un grupo de versos los impares tiene una rima y los pares otra. Característica de

Rima pareada: rima entre dos versos seguidos. Característica de los sonetos

VERSO REGULAR Y SUS TIPOS

Número mínimo de sílabas. Por definición no puede haber un verso monosílabo ya que
automáticamente la palabra aguda añade una sílaba métrica y se convierte en bisílabo.
Neoclasicismo y Romanticismo.

- Versos de arte mayor y menor regulares.


- Verso irregular en castellano: verso fluctuante (verso irregular que se caracteriza porque su
número de sílabas oscila) y verso libre (no se atiende ninguna norma del ritmo fónico, límite
en el número de sílabas o regularidad del acento).

Combinación estrófica o poemática: Conjunto de versos que constituye una manifestación métrica
concreta y se presenta organizado de acuerdo con una estructura.

- Estrofa: patrón que se repite a lo largo del poema y se define por el número y tipo de verso y
por la clase de disposición de la rima.
- Composiciones de estructura fija: número exacto de estrofas con una relación entre ellas
(Soneto).
- Composiciones de estructura no fija: composiciones métricas sin estructura cerrada
(Romance).

EL NUEVO TEATRO: LOPE DE VEGA Y CALDERÓN

En el s. XVII experimenta una sobresaliente evolución con respecto a la centuria anterior. Destaca el
aumento del público interesado por los espectáculos dramáticos que, a causa del elevado índice de
analfabetismo, tienen en la comedia, además de una diversión, una vía para que la plebe acceda a la
cultura y letras.

Durante distintos periodos del XVII, los enemigos del teatro aprovechan para cerrar los corrales de
comedias durante largas temporadas. En 1608, entra en vigor un Reglamento de teatro que ordena
legalmente el espectáculo, desde los permisos necesarios para representar una comedia hasta la
prohibición de que las actrices vistan ropas de hombre

Las rígidas fórmulas del teatro de línea neoaristotélica pronto aburrieron al nuevo público, que
demandaba cambios, novedades:

- Ruptura de las unidades de tiempo y lugar: las historias se desarrollan en el tiempo


conveniente, los espacios son variados de acuerdo con las necesidades de la acción. La
acción principal con otras subordinadas, ligadas con la línea principal. La principal
protagonizada por nobles y la secundaria por sus criados.
- Mezcla de lo trágico con lo cómico: vetaron la combinación de lo trágico y lo cómico. Lope se
opone a esta disociación, reclama la mezcla tragicómica rechazada por los eruditos y que
triunfa en el público.
- Tres actos o jornadas: en el Renacimiento tiende a los cuatro o cinco actos, ahora se divide
en tres actos, de acuerdo con la tripartición estructural de planteamiento – nudo –
desenlace. El acto se divide en escenas que suelen transcurrir en tiempos y lugares distintos
(hoy denominados cuadros).
- Intermedios: son comunes los intermedios cómicos y líricos que enmarcan las jornadas:
breves obras de pasajes cantados o bailes que aportan distensión espectacular.
- Entremés: pieza cómica breve que nada tiene que ver con la función principal.
- Bailes: danzas y cánticos de gran bullicio muy apreciados por el público, sin relación con la
obra.
- Fin de fiesta: aplausos y saludos de los actores.

El espectáculo dura alrededor de tres horas. En invierno empieza a las dos y en verano a las 4.

La comedia se escribe íntegramente en verso junto con gran variedad de métrica.

LOPE DE VEGA

Uno de los autores más prolíficos de las letras europeas, con una obra ingente y de altísima calidad
literaria.

Cultivó con fortuna variados géneros literarios, no solo el teatro. Fue un destacado prosista y un
sobresaliente poeta lírico, tanto en línea religiosa como profana, y poeta épico también, tanto serio
como paródico.

Prosa narrativa: cultivó el género pastoril (La Arcadia) y el relato bizantino (El peregrino en su patria).
Compuso una serie de relatos cortos, las Novelas a Marcia Leonarda. Su obra más celebrada es La
Dorotea, de asunto amoroso y tono autobiográfico, obra dialogada a la manera de la Celestina,
irrepresentable por su extensión.

Su obra teatral es la culminación de su arte literario. Se dedicó febrilmente al teatro, hasta el punto
de que, escribió alrededor de 1500 piezas, de las que se conservan 314 comedias y 42 autos
sacramentales. Se han distinguido cinco bloques temáticos en sus comedias:

- Comedias religiosas: Barlaam y Josafat.


- Comedias mitológicas: El marido más firme.
- Comedias históricas, de asunto extranjero (Las grandezas de Alejandro) o nacional, algunas
de las más célebres (Fuenteovejuna, El caballero de Olmedo).
- Comedias de libre invención: El perro del hortelano.

En sus comedias destacan dos asuntos: el amor y el honor u honra. De este último cabe destacar un
extrañísimo y falso tópico que consiste en hablar del código de honor calderoniano.

Fuera de la comedia, también cultivó el teatro breve: loas, entremeses, bailes, pero en especial
autos sacramentales, como El hijo pródigo.

Autos sacramentales: piezas religiosas breves, generalmente alegóricas, y desde el primer cuarto del
siglo XVI se asocian a la festividad del Corpus Christi y al sacramento de la Eucaristía

Expuso su ideario dramático en su Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo, poema dirigido a la
Academia de Madrid cuyos rectores repudiaban el modelo lopesco y retaron al dramaturgo a que
escribiera una nueva poética. Hasta el siglo XX la crítica no comprendió el verdadero sentido del Arte
Nuevo: Lope reclama la necesidad de adecuarse a los nuevos tiempos, de que la literatura
evolucione.
PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA

Se consagra casi exclusivamente al teatro; al margen se conservan algunas poesías sueltas, pero
nada más. La producción dramática de Calderón es muy amplia: se conservan 120 comedias, casi un
centenar de autos sacramentales y una veintena de obras menores. Es probable que este conjunto
represente la práctica totalidad de su teatro, la mayor parte de sus obras se publicaron en vida del
autor.

Primera fase: sigue de modo fiel a Lope, hasta el punto de que se inspira en alguna de sus obras para
escribir nuevas versiones (El alcalde Zalamea).

Madurez: estilo y arte dramáticos más cuidados y trata asuntos como el paso del tiempo, la muerte,
la difícil distinción entre el sueño y la vigila, la libertad, el albedrío, etc. Destaca por cuidar la
representación de sus obras.

Sus comedias abarcan los mismos temas que las piezas de Lope, pero destacan sobremanera en una
modalidad inhabitual en el maestro, las comedias filosóficas: las religiosas (El purgatorio de San
Patricio), las mitológicas (Faetón), históricas de tema nacional o foráneo (La cisma de Inglaterra).

Las comedias de asunto inventado donde entran los subgéneros de la comedia de enredo (La dama
duende), la comedia de capa y espada (Dar tiempo al tiempo), dramas de celos (El mayor monstruo,
los celos), la comedia fantástica (El castillo de Lindrabidis) y comedia filosófica (La vida es sueño).

Con sus autos sacramentales eleva el género a su cima de perfección con El gran teatro del mundo.

Cayó en el descrédito para los ilustrados del s. XVIII, que vieron en su teatro defectos inasumibles en
la era de la razón, demasiado espectacular y efectista, con puestas en escena que requerían
complejas tramoyas para lograr los efectos especiales. En el s. XIX los románticos alemanes
reivindicaron su figura.

OTROS DRAMATURGOS

Algunos de estos autores, como Tirso de Molina, son escritores de primera fila, aunque la fama y
calidad de Lope y Calderón los han eclipsado notablemente. Los autores destacados son los
siguientes:

- Guillén de Castro: Las mocedades del Cid, obra inspirada en el ciclo romanceril sobre el
héroe castellano.
- Antonio Mira de Amescua: El esclavo del demonio trata sobre el libre albedrío, unos de los
asuntos de La vida es sueño.
- Luís Vélez de Guevara: su pieza más célebre es Reinar después de morir, leyenda de Inés de
Castro y Don Pedro de Portugal.
- Tirso de Molina: fray Gabriel Téllez. Inauguró el mito de don Juan con El burlador de Sevilla.
Otra de sus grandes obras es El condenado por desconfiado, en torno al tema de la
predestinación. Problemas de atribución.
- Juan Ruíz de Alarcón: La verdad sospechosa, se caracterizan por una mayor profundización
en la psicología de los personajes y una marcada carga moralizante.
- Francisco de Rojas Zorrilla: su obra más recordada es Del rey abajo, ninguno, un drama de
honor en la línea de Lope.
- Agustín Moreto: autor de brillantes comedias como El lindo don Diego.

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