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Unidad 3 Empresas de Seguros

Garantías para el ejercicio de la actividad aseguradora


En Venezuela, la garantía para el ejercicio de la actividad aseguradora se rige por
un marco normativo que establece las provisiones técnicas, el margen de
solvencia y el fondo de garantía como pilares fundamentales para la operación
segura y confiable de las aseguradoras. Estas medidas buscan proteger los
derechos de los tomadores, asegurados y beneficiarios, garantizando que las
compañías de seguros mantengan la fortaleza técnica y financiera necesaria para
cumplir con sus obligaciones. La Ley de la Actividad Aseguradora, promulgada en
la Gaceta Oficial No 5.990, es el documento que detalla estas disposiciones,
incluyendo la regulación de la contabilidad y la cobertura de las pólizas.
Las provisiones técnicas (Art. 44 al 50 Ley de Actividad Aseguradora)
son cifras económicas que las compañías aseguradoras deben tener reservadas
para poder hacer frente a las obligaciones derivadas de los contratos de seguros y
reaseguros suscritos, así como a los gastos relacionados con el cumplimiento de
dichas obligaciones. Estas provisiones aseguran que las compañías tengan los
recursos suficientes para cumplir con sus compromisos y mantener la estabilidad
frente a posibles fluctuaciones en la siniestralidad y riesgos especiales.
Las provisiones técnicas se dividen en diferentes categorías, entre las cuales se
encuentran:
Primas no consumidas: se refiere a las primas cobradas por anticipado que aún
no han sido utilizadas para cubrir los riesgos asegurados.
Riesgos en curso: se refiere a las obligaciones futuras derivadas de los contratos
de seguros que están en vigor.
Seguros de vida: se refiere a las provisiones específicas para los contratos de
seguros de vida, que incluyen la prima a pagar mientras el contrato esté vigente y
la suma asegurada.
Participación en beneficios y externos: se refiere a las provisiones relacionadas
con la participación en beneficios de los asegurados y otros compromisos
externos.
Prestaciones: se refiere a las provisiones destinadas a cubrir las prestaciones
que deben ser pagadas a los asegurados en caso de siniestro.
margen de solvencia (Art. 63 Ley de Actividad Aseguradora)
es conjunto de recursos constituidos por patrimonio propio no comprometido que
las entidades aseguradoras deben mantener en todo momento para garantizar
económicamente los compromisos con sus asegurados.
Se trata de patrimonio libre, no sujeto ni vinculado a obligación alguna, cuya
cuantía mínima viene legalmente establecida y se calcula en función del volumen
de primas o de siniestros, en los ramos no vida, y en función de las provisiones
matemáticas y capitales de riesgo, en ramo de vida. Como su propia
denominación indica, representa la solvencia marginal (al margen de la general y
de la exigible mediante las provisiones técnicas) que el asegurador debe poseer
para poder hacer frente a situaciones de posible siniestralidad futura, que no
puedan estar totalmente previstas mediante el correcto cálculo y adecuada
cobertura de las provisiones técnicas normales.
El margen de solvencia incorpora un mayor grado de garantía y solidez al conjunto
de medidas que establecen, a largo plazo, el equilibrio técnico-económico del
negocio asegurador. Este concepto ha sido sustituido por el capital de solvencia
obligatorio., término incorporado en la normativa de Solvencia II.
CAPITAL DE SOLVENCIA OBLIGATORIO (solvency capital requirement)
Refleja el importe de fondos propios que permite a una entidad absorber pérdidas
significativas e imprevistas con una determinada probabilidad de ruina en el
horizonte temporal de un año.
Con arreglo a la legislación vigente, este capital se corresponde con el valor en
riesgo de los fondos propios básicos de una entidad aseguradora o reaseguradora
a un nivel de confianza del 99,5% y en el periodo de un año; lo que, en otros
términos, equivale a determinar una probabilidad de insolvencia del 0,5% de que
los activos de la entidad sean insuficientes para asumir las obligaciones futuras
durante el año.
El capital de solvencia obligatorio cubrirá, como mínimo, los riesgos de suscripción
en el seguro de vida y en los seguros no vida, el riesgo de suscripción del seguro
de enfermedad, el riesgo de mercado, el riesgo de crédito y el riesgo operacional.
El capital de solvencia obligatorio puede calcularse mediante el uso de la fórmula
estándar, uniforme para el mercado, o mediante modelos internos propios de cada
entidad aseguradora o reaseguradora.
Fondo de Garantía de acuerdo con lo establecido en el artículo 73 de la
Ley de Seguros y Reaseguros. Este fondo tiene como finalidad proteger a
los asegurados en el caso de que una compañía de seguros no pueda
cumplir con sus obligaciones.
Son fondos de inversión que aseguran que, como mínimo, en una
determinada fecha futura se conservará la totalidad o parte de la inversión
inicial. En algunos casos se ofrece también una cierta rentabilidad
asegurada.

Lucro cesante
es la pérdida de beneficios o ganancias que una empresa asegurada deja de
percibir como consecuencia de un siniestro cubierto por el contrato de seguro. Se
trata de la indemnización que se otorga al asegurado por la interrupción temporal
o parcial de su actividad económica debido a un evento amparado por la póliza de
seguro.
El lucro cesante se calcula en base a la cantidad de dinero que se deja de ganar
en el futuro como resultado del siniestro. Esta pérdida de ingresos económicos
debe ser demostrada y cuantificada, estableciendo una relación directa entre el
daño causado y la pérdida de beneficios. Es importante destacar que el lucro
cesante se indemniza dentro de los límites establecidos por la ley y por la póliza
de seguro.
La cobertura de lucro cesante puede ser contratada como una póliza específica o
como una garantía adicional dentro de un seguro distinto. Su objetivo es proteger
al asegurado frente a la pérdida de rendimiento económico que habría obtenido de
no haberse producido el siniestro cubierto por el contrato de seguro.
Es importante tener en cuenta que el lucro cesante puede ser un concepto difícil
de cuantificar, ya que se basa en los ingresos que se dejan de obtener debido al
siniestro. Por lo tanto, es necesario contar con pruebas y documentación
adecuada para respaldar la reclamación de indemnización por lucro cesante.

Cualquier persona puede ser víctima de pérdidas patrimoniales derivadas del


incumplimiento de las obligaciones por terceros. Por ejemplo, las negligencias
médicas además de afectar a la salud de un paciente pueden tener consecuencias
directas sobre su patrimonio. Por eso, cuando se incumple un contrato o se causa
un daño a un tercero, es preciso indemnizarlo. Esta indemnización puede contener
dos elementos: el daño emergente y el lucro cesante. Ambos vienen definidos en
el artículo 1.106 del Código Civil que establece que: “la indemnización de daños y
perjuicios comprende, no solo el valor de la pérdida que hayan sufrido, sino
también el de la ganancia que haya dejado de obtener el acreedor”.

El daño emergente es la pérdida real, efectiva y acreditada que se produce tras


una lesión. Es decir, está completamente demostrada su existencia y la
indemnización corresponde a su valor económico. Por ejemplo, si un bien ha sido
dañado, este valor sería el coste de reposición del mismo.
Por su parte, el lucro cesante correspondería a los ingresos o ganancias que se
han dejado de obtener a causa de dicho daño. Se trata de un concepto
difícilmente cuantificable puesto que consiste en la valoración económica de las
pérdidas derivadas de ingresos que se van a dejar de obtener, lo que implica
introducir una variable de probabilidad para analizar el perjuicio que se va a
producir en un futuro.

Muchas veces es necesario realizar cálculos actuariales para valorar los perjuicios
patrimoniales, tanto en lesiones temporales, como en secuelas o en casos de
fallecimiento. En este sentido es necesario emitir un informe realizado por un
actuario para justificar el derecho del perjudicado.

Contabilidad (Art. 66 al 72 Ley de Actividad Aseguradora)


CONTABILIDAD
La contabilidad consiste en la recopilación, el registro y la interpretación
continuos y sistemáticos de información determinada. En detalle, la
contabilidad es un sistema que permite procesar los datos relativos a todas
las transacciones comerciales y las obligaciones expresadas en términos
financieros en una empresa.
La contabilidad proporciona una imagen completa de la dinámica de
funcionamiento de una organización y datos sobre sus activos. Estos datos no
solo son necesarios para exponer los hechos y realizar informes fiscales, sino que
también pueden utilizarse para realizar proyecciones de futuro. Sobre esta base, la
contabilidad ayuda a cumplir los siguientes objetivos de un gerente de empresa y
de un propietario:

 Determinar las reservas de todo tipo de los activos inmobiliarios de la


empresa para mantener su sólida posición financiera.
 Presentación periódica y actualizada de información económica
imparcial, estructurada y precisa a la dirección.
 Minimización de los riesgos que pueden conducir a un resultado
negativo de las actividades empresariales
 La ejecución de una función de control (tanto por parte del Estado como
de otros contratistas externos).
 Cuando decidimos contratar un seguro, sea de la rama que sea, nuestra
principal preocupación es que este nos cubra las espaldas hasta cierta
cantidad. Dicha cuantía es la cobertura de la que disfrutamos ante
cualquier tipo de inconveniente recogido en el contrato que hayamos
firmado. En otras palabras, es la obligación del asegurador para con
nosotros.
Por norma general, la compañía aseguradora nos ofrece coberturas
adicionales a las básicas a cambio de un aumento de la cuota. Esto
significa no solo un aumento de la cuantía de dicha cobertura, sino de
las responsabilidades que asume la entidad. Al final, la cobertura se
traduce en la garantía de que el seguro estará ahí en el caso de que
nuestro acuerdo previo así lo haya definido.

Además, también se llama cobertura a las distintas subdivisiones dentro


de un mismo seguro, pertenezca al campo que pertenezca. Es posible
que nos permitan eliminar algunas de ellas para abaratar la cuantía de
dicho seguro, pero por lo general existen paquetes básicos que no se
pueden reducir.
 ¿QUÉ COBERTURA CONVIENE CONTRATAR EN UN SEGURO?
 Esta pregunta tiene una respuesta tremendamente sencilla que, a su vez,
resulta tremendamente complicada de afrontar. A la hora de contratar
coberturas para un seguro, lo mejor es que elijamos todas las que nos
ofrezcan, ¡porque estaremos más protegidos! Sin embargo, a más
coberturas, mayor precio tendremos que afrontar en nuestras cuotas. En
realidad, aquí la figura del agente resulta clave. Es a él al que hay que
contarle qué nos ha llevado a contratar el seguro, y será él quien nos guíe
hacia las coberturas que más se ajusten a cada situación ajustándose
siempre al presupuesto con el que se cuente.
 De ahí que lo más probable sea que tengamos que elegir cuáles
quedarnos y cuáles desechar, aunque no resulte sencillo hacerlo. Lo más
indicado es pensar con serenidad qué inconvenientes es más probable
que nos surjan en función del tipo de seguro que nos estemos planteando
contratar y de nuestro modo de vida. Una vez más, el consejo del agente
resultará vital para acertar con nuestra decisión.
 Por ejemplo, no es lo mismo contratar una cobertura para un seguro de
viaje nacional que uno internacional, para una casa con niños que una sin
ellos o para un coche con el que únicamente circulamos por ciudad que uno
con el que tenemos pensado hacer viajes largos con asiduidad.
 Al final, como ya os hemos dicho, la cobertura es la responsabilidad que
asume la aseguradora en caso de necesidad, así que… ¿por qué pagar por
unas coberturas a las que no vamos a estar expuestos? Esa debe ser la
clave a la hora de descartar una cobertura y no su precio, ¡un seguro es
una inversión en tranquilidad y bienestar!

Una póliza de seguro es un contrato entre una persona física, un


empresario individual o una persona jurídica (Tomador) y una entidad
aseguradora, que se vinculan en virtud del mismo y en el cual se
especifican las obligaciones y deberes de cada una de las partes (los
términos y las condiciones a que están sujetas ambas partes como los
ámbitos y la cobertura del seguro).
cobertura y póliza

 QUÉ COBERTURA CONVIENE CONTRATAR EN UN SEGURO?


 Esta pregunta tiene una respuesta tremendamente sencilla que, a su vez,
resulta tremendamente complicada de afrontar. A la hora de contratar
coberturas para un seguro, lo mejor es que elijamos todas las que nos
ofrezcan, ¡porque estaremos más protegidos! Sin embargo, a más
coberturas, mayor precio tendremos que afrontar en nuestras cuotas. En
realidad, aquí la figura del agente resulta clave. Es a él al que hay que
contarle qué nos ha llevado a contratar el seguro, y será él quien nos guíe
hacia las coberturas que más se ajusten a cada situación ajustándose
siempre al presupuesto con el que se cuente.
 De ahí que lo más probable sea que tengamos que elegir cuáles
quedarnos y cuáles desechar, aunque no resulte sencillo hacerlo. Lo más
indicado es pensar con serenidad qué inconvenientes es más probable
que nos surjan en función del tipo de seguro que nos estemos planteando
contratar y de nuestro modo de vida. Una vez más, el consejo del agente
resultará vital para acertar con nuestra decisión.
 Por ejemplo, no es lo mismo contratar una cobertura para un seguro de
viaje nacional que uno internacional, para una casa con niños que una sin
ellos o para un coche con el que únicamente circulamos por ciudad que uno
con el que tenemos pensado hacer viajes largos con asiduidad.
 Al final, como ya os hemos dicho, la cobertura es la responsabilidad que
asume la aseguradora en caso de necesidad, así que… ¿por qué pagar por
unas coberturas a las que no vamos a estar expuestos? Esa debe ser la
clave a la hora de descartar una cobertura y no su precio, ¡un seguro es
una inversión en tranquilidad y bienestar!

Una póliza de seguro es un contrato entre una persona física, un


empresario individual o una persona jurídica (Tomador) y una entidad
aseguradora, que se vinculan en virtud del mismo y en el cual se
especifican las obligaciones y deberes de cada una de las partes (los
términos y las condiciones a que están sujetas ambas partes como los
ámbitos y la cobertura del seguro).

Suscripción

Es un compromiso de adquisición de valores en una emisión, en el mercado


primario. También se emplea este término para hacer referencia a la compra de
participaciones de un fondo de inversión.

La suscripción de acciones es un contrato por el cual una persona


llamada suscriptor, se compromete a entrar en la sociedad anónima, en el plazo y
condiciones estipuladas, el precio de una cierta cantidad de acciones adquiridas, y
que en cuya virtud este adquiere la calidad de accionista, debiendo la sociedad
por su parte hacer entrega al suscriptor del título de acciones que acredite su
participación en ésta. En línea con el Derecho de Suscripción Preferente
(DSP) es el derecho de opción que presentan los socios (dentro de una sociedad
mercantil personalista o de capital) frente a terceros interesados en suscribir
acciones o participaciones que, con sus aportes, generarán un aumento
del Capital social. El objetivo, por tanto, es respetar la proporción que tiene cada
socio en el capital social, a efectos de que su participación no se vea disminuida
por la ampliación de capital debido a la aportación de terceros.

El suscriptor de una compañía de seguros decide si la aseguradora puede o no


asegurar a ciertas personas o bienes. Antes de tomar su decisión, el suscriptor
realiza varias evaluaciones: debe tener en cuenta el nivel de riesgo asociado a la
solicitud del cliente y a la naturaleza de su actividad.

tarificación (Art. 42 Ley de Actividad Aseguradora)


Es la acción de establecer el precio que se debe pagar para activar la póliza de seguro y proteger el
bien asegurado. Durante la tarificación, se tienen en cuenta diversos factores, como el tipo de
seguro, las características del asegurado y los riesgos asociados.
La tarificación se realiza mediante el cálculo de primas, que pueden variar según el tipo de seguro.
Por ejemplo, en los seguros de vida, incapacidad o fallecimiento, y en los seguros de no vida, como
los de vehículo, crédito o hogar, se utilizan diferentes técnicas para determinar la tarifa.

Es importante destacar que la tarificación puede ser influenciada por diversos factores, como la
siniestralidad histórica, la edad del asegurado, el valor del bien asegurado, entre otros. Además, en
algunos casos, como en los seguros de automóvil, se está implementando la tarificación dinámica,
que utiliza la telemática y el análisis de datos para ajustar la tarifa en función del comportamiento
real del asegurado.

es la acción de establecer precios o tarifas para bienes y servicios.

Este proceso es fundamental en numerosos sectores, como los seguros, las


telecomunicaciones, la energía y el transporte, ya que determina cuánto debe
pagar una persona o empresa por el uso de un servicio o la adquisición de un
producto.

Existen diferentes métodos de tarificación, como la tarificación fija, donde el precio


no cambia independientemente del uso; la tarificación variable, que ajusta el costo
según el consumo; y la tarificación por bloques, que establece precios basados en
rangos de uso.

En el ámbito de los seguros, por ejemplo, la tarificación implica calcular la prima


que corresponde a cada póliza en función del riesgo evaluado, lo que asegura que
el precio pagado refleje adecuadamente el nivel de cobertura proporcionado.

a un riesgo la prima o tarifa determinada que le corresponde. Al realizar la


tarificación de un seguro, se podrán obtener los precios que se deberán pagar de
forma anual (o en el periodo indicado por contrato) para activar la póliza del
seguro y así proteger el bien asegurado.

Este proceso es fundamental en numerosos sectores, como los seguros, las


telecomunicaciones, la energía y el transporte, ya que determina cuánto debe
pagar una persona o empresa por el uso de un servicio o la adquisición de un
producto. Existen diferentes métodos de tarificación, como la tarificación fija,
donde el precio no cambia independientemente del uso; la tarificación variable,
que ajusta el costo según el consumo; y la tarificación por bloques, que establece
precios basados en rangos de uso. Comprender estos sistemas es crucial para los
consumidores, ya que afecta directamente a sus finanzas y a la percepción del
valor de lo que adquieren. Además, la tarificación influye en la competitividad de
las empresas, ya que una estrategia de precios adecuada puede atraer a más
clientes y generar mayores ingresos. En el ámbito de los seguros, por ejemplo, la
tarificación implica calcular la prima que corresponde a cada póliza en función del
riesgo evaluado, lo que asegura que el precio pagado refleje adecuadamente el
nivel de cobertura proporcionado.

siniestro
El siniestro en un seguro es el acto accidental, imprevisto e inesperado, que
sucede sobre un bien que está asegurado en una póliza o persona, y que,
además, está sujeto a una posible indemnización o reparación por parte de la
compañía aseguradora propia o contraria.

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