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EL CONTROL DIFUSO EN SEDE ADMINISTRATIVA

En este apartado expondré cuáles son las posturas en relación con el Control Difuso en Sede
Administrativa.

Por un lado, encontramos que – como señala Ku Yanasupo

Es el constituyente el que faculta a la Administración Pública a realizar control difuso en sede


Administrativa; sin embargo, legalmente no está facultado,la administración tiene un rol
promotor en el sistema de control concentrado y, por ende, no estaría facultado a demandar
frente al TC una norma inconstitucional y al mismo tiempo poder inaplicar normas infralegales
por contravenir la constitución, hecho que generaría una paradoja, y existe un claro perjuicio
por parte de los administrados al no tener órganos Administrativos con suficiente formación
para realizar un adecuado control difuso (2012, p. 35).

Asimismo, sumado a todas las razones antes mencionadas, también podría alegarse la
existencia (ante la discrecionalidad de la administración pública) de menor seguridad jurídica,
ya que no se sabría en qué momento la administración pública ante su posible inexperiencia
podría realizar control difuso en sede administrativa por parte de los administrados.

Por otro lado, un sector que se encuentra a favor del control difuso en sede administrativa
alega que el hecho de que los tribunales administrativos u órganos colegiados realicen control
difuso debería darse, pues se estarían protegiendo y tutelando plenamente los derechos
fundamentales.

Así exponen los siguientes argumentos a favor de su postura. En primer lugar, es importante
recordar que la Constitución debe verse como ley primordial y vinculante dentro de un Estado
Constitucional de Derecho. Al respecto, Cesar Landa señala que la Constitución es la norma de
creación de las normas y ley suprema (2013, pp. 15). Por ende, considerando ello, sería
plenamente válido justificar que no solo los tribunales jurisdiccionales sean aquellos facultados
para realizar control difuso, sino también los tribunales administrativos, ya que debemos
garantizar la plena defensa de los derechos fundamentales.

CONCLUSIÓN

Nos encontramos en una división tripartita del poder, ejecutivo, legislativo y judicial, este
último está facultado para hacer uso del control difuso e inaplicar una norma para el caso
concreto cuando es contraria a lo establecido por la Constitución, mientras que el control
concentrado es plenamente ejercido por el Tribunal Constitucional, que tiene la potestad de
expulsar una ley del marco jurídico por contravenir a la Carta Magna, mediante el proceso de
inconstitucionalidad.

Con ambas formas de control de la Constitución se pretende garantizar el principio de


supremacía constitucional, en concordancia con el de legalidad, que a su vez está regulado en
la Ley del Procedimiento Administrativo General.

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