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ESCUELA DE DERECHO PUCV

CURSO INTEGRACIÓN DE DERECHO PÚBLICO (2016)


PROFESORES: JESSICA FUENTES - RICARDO BADTKE

COMPETENCIAS Y FUNCIONAMIENTO DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL: EL


CONTROL DE LA SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL

I. El supuesto sobre el que se estructura nuestro ordenamiento jurídico es la diversisdad de


fuentes del derecho y la necesidad de coherencia y sistematización entre sus prescripciones.
Será la Constitución Política el cuerpo normativo a partir del cuál se organizarán las distintas
fuentes del derecho, de modo tal que todas se supediten a su mandato supremo y se dicten
conforme a ella, según lo prescrito por el artículo 6 del texto constitucional.
Como han sostenido unos autores “…la expresión supremacía constitucional tiene dos sentidos.
Por una parte, implica la idea de que el Derecho está por sobre el poder, y la Constitución representa dicha idea.
Por otra, se traduce en que la Constitución, en cuanto norma jurídica, está por encima de todas las demás, las
que deben ajustarse a ella. Por tanto, la supremacía no consiste en que la Constitución sea la cúspide del
Derecho, sino que sólo de una de las fuentes de éste, las normas jurídicas. Ello se explica porque para el
constitucionalismo el principio básico es el Imperio del Derehco, pero esto no significa que todo el Derecho esté
comprendido en la Constitución. Nuestra Magna Carta lo entiende así, como se desprende claramente de los
artículos 5°, 6°, 7° y 19…”1.
Entonces, la supremacía constitucional puede concebirse como aquel atributo que se le
reconoce a la Constitución, como norma jurídica, en su relación con el resto de las fuentes de
derecho. Desde esta perspectiva, se establece un necesario sometimiento del ordenamiento
jurídico infraconstitucional, tanto en lo formal como en lo material.
Paradojicamente, son los cuerpos normativos que surgen del ejercicio de las potestades
reguladoras de los órganos que la misma Constitución establece su principal amenaza. Tanto
las disposiciones legales como reglamentarias, productos del ejercicio de los poderes políticos,
suelen amagar al texto constitucional, o intentan sortear sus prescripciones en beneficio de los
intereses de sus creadores. Para evitar que se afecte el principio de supremacía constitucional,
el constitucionalismo ha desarrollado una serie de mecanismos de protección.
Pronunciándose respecto de la idea de la defensa de la Constitución, un autor la explica
de la siguiente manera: “... consiste en arbitrar unas instituciones o mecanismos que impidan que las
magnas cartas sufran mutaciones o falseamientos. Los soluciones suelen ser de tres clases: primera, la propia
rigidez constitucional; segunda, los tribunales constitucionales, y tercera, los sentimientos y actitudes de los
ciudadanos mismos, los cuales no constituyen en sentido formal institución ni mecanismo alguno...”2.
En una aproximación a la misión de los tribunales constitucionales, como concreción
orgánica del control de constitucionalidad, podemos entender éste como aquel examen de
adecuación o conformidad con la Constitución Política, tanto en lo formal como en lo
sustantivo, de normas jurídicas o actos de autoridad dictados por los poderes públicos. Según
un autor, los tribunales constitucionales “…son órganos especiales concebidos para revisar la
constitucionalidad de las leyes-aunque luego desempeñen más funciones-, que ejercen una jurisdicción concentrada

1 BRONFMAN VARGAS, Alan; NÚÑEZ, Manuel; MARTÍNEZ, José Ignacio; Constitución política comentada: parte
dogmática, 1ª Edición, Santiago de Chile, Abeledo Perrot Legal Publishing Chile, 2012, pp. 8-9.
2 PEREIRA MENEAUT, Antonio-Carlos, Teoría Constitucional, 2º Ed., Santiago de Chile, Ed. Lexis Nexis, 2006, p.

233.

1
y especializada. No juzgan conforme al Derecho, sino con arreglo a la Constitución, en lo cual se diferenciarían
de los tribunales propiamente judiciales…”3.
Cabe recordar que en la concepción kelseniana, la función de los tribunales
constitucionales, más que frenar el poder o asegurar el Estado de Derecho, radica en revestir
de coherencia y certeza al ordenamiento positivo. Cada una de las normas que estructuran la
pirámide normativa se fundamentan en aquella inmediatamente superior, a la cual no puede
contradecir, y en cuya cúspide se posiciona la Constitución, como norma fundante. En este
contexto, la función del Tribunal Constitucional (TC) consiste en garantizar la coherencia del
ordenamiento jurídico con el texto constitucional.

II. CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN Y CARACTERÍSTICAS DEL CONTROL DE


CONSTITUCIONALIDAD.

1. Según a quién se encomienda el control de constitucionalidad: Si se encarga a un solo


órgano el control de constitucionalidad, gozará de carácter concentrado. En cambio, será
difuso cuando la labor se encomienda a un conjunto de órganos, encontrándose cada uno de
ellos legitimados para controlar e interpretar válidamente el texto constitucional (caso
norteamericano).

2. Según la oportunidad en que se ejerce el control de constitucionalidad: Es un control


preventivo (ex ante) aquel en que se examina la conformidad con el texto constitucional de
preceptos legales antes de su entrada en vigencia. En este caso el control de constitucionalidad
se inserta en el proceso de formación de la ley. En cambio, será un control represivo (ex post)
aquel que se ejerce una vez aprobada y promulgada (publicada) el enunciado prescriptivo o
cuerpo normativo sometido a examen, vale decir, una vez que éste ha entrado en vigencia.

3. Según la forma de examinar y ejercer el control de constitucionalidad: El control de


constitucionalidad concreto es aquel que se ejerce dentro de un contexto de aplicación del
Derecho a ciertos hechos. Surge cuando la aplicación de precepto legal, durante el
conocimiento de un asunto específico en sede judicial, entra en pugna con alguna disposición
constitucional. El análisis que deberá realizar el órgano de control no resultará de la mera
comparación entre el texto constitucional y el precepto legal, sino que deberá atender al mérito
del proceso judicial en el que dicho precepto tendría aplicación.
Una caracterización sobre este tipo de control de constitucionalidad se observa en la
siguiente cita: “…Un modelo de control concreto ex post de constitucionalidad, por su parte, puede ser útil
para depurar el ordenamiento jurídico de normas contrarias a la constitución, siguiendo los intereses que afloran
de la propia sociedad. La legitimación activa que se otorga en este modelo a particulares, aunque tenga
importantes restricciones, permite hacer más viva la constitución en la sociedad, pues permite asociarla a la
solución de problemas concretos que dan origen a litigios, problemas que el legislador no ha previsto o ha tratado
de manera incorrecta, o no ha querido o no ha podido resolver….”4.

3 Ibid., p. 233.
4 BRONFMAN VARGAS, Alan, El carácter privado del proceso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad, Revista de Derecho
XXXVII (2º Semestre de 2011), p. 246. El mismo autor agrega a continuación que “…el hecho que el control concreto
de constitucionalidad sea una herramienta útil, no impide reconocer su mal acomodo en la separación de poderes. En el control concreto
el interés constitucional prima sobre el democrático en tanto las instituciones que lo encarnan han fallado en su sumisión a la norma
fundamental. En la práctica, es claro que el ejercicio del control de constitucionalidad de base concreta puede mermar la capacidad de
gobernar, imponiendo la voluntad de los jueces constitucionales sobre el consenso político expresado en la ley…”.

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En cambio, el control de constitucionalidad será abstracto cuando el análisis de la
conformidad con la Constitución supone una comparación entre el texto constitucional y los
enunciados prescriptivos previstos en la ley (o en un proyecto de ley).

4. Según el alcance de los efectos del control de constitucionalidad: Un control de


constitucionalidad tendrá efectos relativos (interpartes) cuando la decisión sobre la
constitucionalidad de determinado precepto se verifica durante la tramitación de un proceso
judicial, por lo que sus efectos sólo se extenderán a las partes de ese litigio. Por su parte, el
control de constitucionalidad tendrá efectos generales (erga omnes) cuando éstos no se
circunscriben a una proceso judicial específico, sino que se extienden sobre quienes no fueron
parte en el litigio.

5. Según si existe la necesidad jurídica del examen de constitucionalidad: El control de


constitucionalidad será facultativo cuando no existe disposición constitucional que obligue
someter a un determiando cuerpo normativo a un examen de su conformdiad con la carta
fundamental. Por el contrario, el control de constitucionalidad será obligatorio cuando el dicho
examen forma parte del proceso de elaboración de la norma, y se inserta como un trámite
indispensable y previo a su entrada en vigencia (por ejemplo, el control a las leyes orgánicas
constitucionales).

III. FUNCIONAMIENTO DEL TC.

Artículo 92, inc. 5°. El Tribunal funcionará en pleno o dividido en dos salas. En el primer caso, el quórum para
sesionar será de, a lo menos, ocho miembros y en el segundo de, a lo menos, cuatro. El Tribunal adoptará sus
acuerdos por simple mayoría, salvo los casos en que se exija un quórum diferente y fallará de acuerdo a derecho.
El Tribunal en pleno resolverá en definitiva las atribuciones indicadas en los números 1º, 3º, 4º, 5º, 6º, 7º, 8º, 9º y
11º del artículo siguiente. Para el ejercicio de sus restantes atribuciones, podrá funcionar en pleno o en sala de
acuerdo a lo que disponga la ley orgánica constitucional respectiva.
Una ley orgánica constitucional determinará su organización, funcionamiento, procedimientos y fijará la planta,
régimen de remuneraciones y estatuto de su personal.

a) Pleno: El texto constitucional establece aquellos asuntos que se conocerán en pleno. El


quórum para sesionar será de, a lo menos, ocho miembros y se resolverán por simple mayoría
las siguientes atribuciones:

i. Control de constitucionalidad obligatorio de leyes interpretativas de la Constitución, leyes


orgánicas constitucionales (LOC) y tratados internacionales que versen sobre LOC (N° 1).
ii. Cuestiones de constitucionalidad que se susciten con motivo de la tramtiación de proyectos
de ley, de reforma constitucional o tratados internacionales (N° 3).
iii. Cuestiones de constitucionalidad de decretos con fuerza de ley (N° 4).
iv. Cuestiones de constitucionalidad que se verifiquen con motivo de la convocatoria a
plebiscito (N° 5).
v. Inaplicabilidad por inconstitucionalidad (si sesionan diez ministros, requiere para tomar el
acuerdo seis de ellos. Si sesionan nueve ministros, requieren cinco de ellos. Si sesionan ocho
ministros requieren cinco de ellos) (N° 6).

3
vi. Acción de inconstitucionalidad de precepto legal declarado inaplicable (si sesionan diez
ministros, requiere para tomar el acuerdo ocho de ellos. Si sesionan nueve ministros, requieren
siete de ellos. Si sesionan ocho ministros requieren siete de ellos) (N° 7).
vii. Reclamos por la no promulgación de ley cuando deba hacerlo el Presidente de la República
o cuando promulga un texto diferente al que corresponda constitucionalmente (N° 8).
viii. Resolver sobre la constitucionalidad de un decreto o resoluciíon del Presidente de la
Presidente de la República que la Contraloría General de la República haya representado por
estimarlo inconstitucional, a requerimiento de aquél (N° 9).
ix. Pronunciarse sobre la declaración de inhabilidad del Presidente de la República, formulada
por el Senado (N° 11).

b) Sala: conocerán en sesiones en sala, a lo menos, con un quórum de cuatro ministros, en dos
salas. En la práctica las salas suelen estar integradas por cinco ministros. La posiblidad de
sesionar en sala es facultativa, y se regula en la ley orgánica constitucional del TC (LOC TC).
Es posible mencionar algunos asuntos que corresponde conocer en sala (art. 32 LOC
TC):
i. la admisión a trámite y la admisibilidad en el procedimiento de inaplicabilidad, junto con la
decisión de suspender el procedimiento en que se originó la cuestión de inaplicabilidad o las
medidas para mejor resolver que estime necesarias el TC.
ii. el examen de admisibilidad ante un requerimiento de inconstitucionalidad de un partido
político.
iii. examen de admisibilidad en el requerimiento de inconstitucionalidad de un auto acordado.
iv. Contiendas de competencia
v. Las demás que fijen la Constitución y la LOC TC

El Tribunal adoptará sus acuerdos por simple mayoría, salvo los casos en que se exija
un quórum diferente y fallará de acuerdo a Derecho. Además se contempla la designación de
dos suplentes de minsitros.
Por su parte, de acuerdo con la LOC TC, dentro de las disposiciones generales a todo
procedimiento que se sigua ante esa magistratura es necesario tener presente las siguientes
definiciones:
a. Órganos y personas legitimados (artículo 44, inc. 1º, LOC TC): aquellos que, de
conformidad con el artículo 93 de la Constitución Política, están habilitados para
promover ante el TC cada una de las cuestiones y materias de su competencia.
b. Órganos constitucionales interesados (artículo 44, inc. 2º, LOC TC): aquellos que, de
conformidad a esa ley, pueden intervenir en cada una de las cuestiones que se
promuevan ante el TC, sea en defensa del ejercicio de sus potestades, sea en defensa
del orden jurídico vigente. Estos órganos tienen la particularidad de ser los poderes
políticos que han participado en la elaboración de un precepto legal.
c. Las partes en los procesos seguidos ante el TC (artículo 44, incs. 4º y 5º, LOC TC):
i. El o los órganos y la o las personas que, estando constitucionalmente legitimadas,
han promovido una cuestión ante el TC.
ii. Las demás partes de una gestión o juicio pendiente en que se ha promovido una
cuestión de inaplicabilidad de un precepto legal o de inconstitucionalidad de un
auto acordado.
iii. Los órganos constitucionales interesados que, teniendo derecho a intervenir en una
cuestión, expresen su voluntad de ser tenidos como parte dentro del mismo plazo

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que se les confiera para formular observaciones y presentar antecedentes. Éstos no
necesariamente participarán en el procedimiento de control de constitucionalidad.

IV. ATRIBUCIONES DEL TC QUE INCIDEN EN LA ESFERA DE LOS INDIVIDUOS.

En términos generales, las competencias del TC se pueden agrupar en aquellas referidas


al control normativo (art. 93 inc. 1°, Nº 1, 2, 3, 4, 6, 7, 9 y 16), sancionatorias (art. 93 inc. 1°,
Nº 10, 13, 14 y 15), consultivas (art. 93 inc. 1°, Nº 11), y las de carácter contencioso (art. 93
inc. 1°, Nº 5, 8 y 12).
A continuación se estudiarán aquellas que se estiman puede tener mayor incidencia en
la esfera de acción de los individuos.

1. Control de constitucionalidad de auto acordados

Artículo 93 inc. 1° de la Constitución. Son atribuciones del Tribunal Constitucional: (…) 2º Resolver sobre las
cuestiones de constitucionalidad de los autos acordados dictados por la Corte Suprema, las Cortes de Apelaciones
y el Tribunal Calificador de Elecciones.
Inc. 3. En el caso del número 2º, el Tribunal podrá conocer de la materia a requerimiento del Presidente de la
República, de cualquiera de las Cámaras o de diez de sus miembros. Asimismo, podrá requerir al Tribunal toda
persona que sea parte en juicio o gestión pendiente ante un tribunal ordinario o especial, o desde la primera
actuación del procedimiento penal, cuando sea afectada en el ejercicio de sus derechos fundamentales por lo
dispuesto en el respectivo auto acordado.
inc. final. En los casos de los numerales 10º, 13º y en el caso del numeral 2º cuando sea requerido por una parte,
corresponderá a una sala del Tribunal pronunciarse sin ulterior recurso, de su admisibilidad.

1. 1. El auto acordado dentro del sistema de fuentes del derecho

Esta atribución del TC fue incorporada a la Constitución por las reformas del año 20055, y en
su virtud se resuelven cuestiones de constitucionalidad se suscitan a partir de los auto
acordados dictados por la Corte Suprema, Cortes de Apelación y el Tribunal Calificador de
Elecciones (TRICEL). Este control reviste características de facultativo, abstracto, a posteriori y
con efectos generales (erga omnes).
Lo primero que hay que tener presente es que los auto acordados no tienen
reconocimiento expreso ni directo dentro del sistema de fuentes previsto en la Constitución.
Por eso, y a partir en especial del auto acordado del recurso de protección, se han formulado
cuestionamientos sobre la legitimidad de la potestad regulatoria de esos tribunales, máxime
cuando implica modular derechos fundamentales (por ejemplo, el auto acordado del recurso de
protección y la posibilidad de imponer, como medida de apremio, multas o suspensión de
funciones por hasta cuatro meses con medio sueldo).

5 Respecto de la posibilidad de controlar los reglamentos de las cámaras, no se logró acuerdo. En principio no
habría necesidad de controlar dichos reglamentos en lo relativo a la estructuración interna de las cámaras. No
obstante, si sería necesario regular las normas contenidas en los reglamentos parlamentarios, en la medida que
éstas involucren derechos fundamentales de las personas (por ejemplo, si en el reglamento se establece la
obligación de un particular de comparecer para prestar declaración ante una comisión investigadora) o regulan
materias que puedan ser objeto de reserva legal o de un determinado tipo de ley, como es el funcionamiento del
poder legislativo. Además, no existe coherencia entre controlar la constitucionalidad de los actos regulatorios del
poder judicial, pero no hacerlo respecto de los actos regulatorios del parlamento.

5
El sistema de fuentes del derecho regulado por nuestra Constitución se estrctura a
partir de la función nomogenética que se confiere tanto al poder legislativo como al poder
ejecutivo. En cambio, la potestad regulatoria de la que deriva la dictación de los auto acordados
no encuentra pleno reconocimiento constitucional, al menos en lo que refiere a las Cortes de
Apelaciones y el TRICEL. En efecto, si bien dicha potestad derivaría de la superintendencia
directiva, correccional y económica de todos los tribunales de la nación que de la que es titular
la Corte Suprema (artículo 82 de la Constitución), no existe similar reconocimiento respecto de
las Cortes de Apelaciones ni del TRICEL. En tanto, si bien el artículo 3 del Código Orgánico
de Tribunales consagra a nivel legal las facultades conservadoras, disciplinarias y económicas de
los tribunales de justicia regulados en el mismo cuerpo normativo, lo que permitirían sustentar
la potestad regulatoria de los tribunales superiores de justicia, tal reconocimiento no incluye al
TRICEL.
Otro cuestionamiento a la posibilidad de regular mediante auto acordados ciertos
aspectos que incidan sobre el ejercicio de derechos fundamentales viene asociado al principio
reserva legal, como garantía normativa de su efectiva vigencia. En virtud de dicho principio se
confiere al legislador la facultad exclusiva y excluyente de regular tales derecho, de forma
abstracta y general, más aún cuando impongan limitaciones o restricciones al ejercicio de
derechos fundamentales.
Por lo tanto, no resultaría consecuente con la debida protección a los derechos
fundamentales permitir, aún indirectamente, la posibilidad de que una potestad regulatoria
distinta de la del legislador los discipline, más aun cuando no existe consenso sobre su efectivo
reconocimiento en el texto constitucional. De tal forma, los auto acordados no logran
articularse dentro de la estructura de fuentes del derecho reconocida por nuestra Constitución.
Como señala un autor, afirmar la idea que el TC controle los auto acordados, “...introduce la idea
de que los auto acordados podrían entrar a versar sobre materias constitucionales, lo que abre una verdadera
caja de Pandora en relación a la intelección de esta idea...”6.
Sin perjuicio de lo antes señalado, la jurisprudencia constitucional ha reconocido en
forma sostenida e invariable que la competencia para dictar auto acordados goza de
fundamento constitucional. Sustentan dicha posición en los siguientes argumentos: (i) una
razón histórica, por cuanto si bien tal facultad no se mantuvo en el texto expreso de la
Constitución Política, existiría constancia tanto en las actas de la Comisión de Estudio para la
Nueva Constitución (CENC) como en las del Consejo de Estado de que se reconocía a la
Corte Suprema la facultad de regular la acción de protección mediante un auto acordado.
Además, (ii) conforme al artículo 82, inc. 1° de la Constitución, la Corte Suprema ejerce la
superintendencia directiva, correccional y económica de todos los tribunales de la nación,
norma que encontraría asidero en la historia constitucional de nuestro país. De la
superintendencia económica derivaría la potestad de la Corte Suprema para decretar medidas
tendientes a obtener una más pronta y mejor administración de justicia, propendiendo a un
mejor servicio judicial (c. 5, STC 2243). Asimismo, (iii) dado que la reforma constitucional del
año 2005 confirió al TC la atribución de resolver las cuestiones de constitucionalidad de los
auto acordados, se habría ratificado esta potestad de que ya gozaba el máximo tribunal de
justicia del país (c. 14 STC 1812/1816-1817, y c. 5 STC 2243). Por último, (iv) en aspectos de
funcionamiento en que el legislador no ha establecido normas o que expresamente la
Constitución le ha reservado a éste, el órgano judicial puede autoregularse, sin contradecir
normas constitucionales ni legales (STC 783, y STC 1812/1816-1817). En síntesis, el TC ha
concluido que el auto acordado sobre tramitación y fallo del recurso de protección de las

6 ALDUNATE LIZANA, Los Derechos Fundamentales, Parte General, Legal Publishing, Santiago, (2008), p. 30.

6
garantías constitucionales no merece, en sí mismo, un reproche de constitucionalidad por su
origen y naturaleza7.

1. 2. Órganos y personas legitimadas (artículo 93, inc. 3 y artículo 52 LOC TC).

a) Presidente de la República
b) Cualquiera de las cámaras o diez de sus miembros (en ejercicio, precisa la LOC TC)
c) Toda persona que sea parte en un juicio o gestión pendiente ante un tribunal ordinario
o especial,
d) Un individuo, desde la primera actuación del procedimiento penal, cuando sea afectado
en el ejercicio de sus derechos fundamentales, por lo dispuesto en el respectivo auto
acordado.

Respecto de c) y d), el requerimiento deberá sortear un examen de admisibilidad que


conocerá una de las salas del TC.

1. 3. Admisión a trámite (artículo 52, inciso 2, y artículo 53 LOC TC).

En este trámite la respectiva sala examina ciertos aspectos cuya omisión impide que se admita a
tramitación, de lo que se deriva una consecuencia jurídica precisa: se tendrá por no presentado
el requerimiento. La interposición del requerimiento no suspenderá la aplicación del auto
acordado impugnado (artículo 52, inc. final, LOC TC)8.

1. 4. Examen de admisibilidad (artículo 54 LOC TC).

Los requisitos de admisibilidad son examinados por una sala, la que deberá pronunciarse
dentro de los cinco días contados desde que acoge a tramitación el requerimiento, con el
objeto de permitir el examen del fondo del requerimiento deducido. En la práctica suele ser el
filtro de más díficil superación9.

7 Tales argumentos, sin embargo, no resultan plenamente replicables respecto de la facultad para dictar auto
acordados que se confiere tanto las Cortes de Apelaciones como el TRICEL. Además, se ha pronunciado
principalmente sobre el auto acordado sobre tramitación y fallo del recurso de protección de las garantías
constitucionales, sin que exista una nítida línea jurisprudencial sobre auto acordados dictados sobre otras materias
o por otros tribunales.
8 Las exigencia específicas que debe cumplir el requerimiento está previstas en el artículo 52, inciso segundo, LOC

TC: a) formulado en la forma señalada en el inc. 1° del artículo 63, esto es, debe contener i) una exposición clara
de los hechos y fundamentos de derecho que le sirven de apoyo; y ii) señalar en forma precisa la cuestión de
constitucionalidad y, en su caso, el vicio o vicios de inconstitucionalidad que se aducen, con indicación de las
normas que se estiman transgredidas. Además, deberá b) acompañar el respectivo auto acordado, con indicación
concreta de la parte impugnada y de la impugnación. Por último, c) si lo interpone una persona legitimada deberá,
además, mencionar con precisión la manera en que lo dispuesto en el auto acordado afecta el ejercicio de sus
derechos fundamentales.
9 A diferencia de lo que ocurre con la acción de inaplicabilidad, las causales de inadmisibilidad están prevista en la

ley (artículo 54, inc. 2°, LOC TC). Éstas son: a) cuando el requerimiento no es formulado por una persona u
órgano legitimado; b) cuando no exista gestión, juicio o proceso penal pendiente, en los casos en que sea
promovida por una parte o persona constitucionalmente legitimada; c) cuando no se indique la manera en que el
auto acordado afecta el ejercicio de los derechos constitucionales del requirente, en los casos en que sea
promovida por una parte o persona constitucionalmente legitimada; y d) cuando se promueva respecto de un auto
acordado o de una de sus disposiciones, que hayan sido declarados constitucionales en una sentencia previa
dictada de conformidad al Párrafo 2 (artículo 52 y siguientes LOC TC) y se invoque el mismo vicio materia de

7
La declaración de inadmisibilidad de un requerimiento deberá realizarse mediante
resolución fundada, la que será notificada al requirente (a "quien haya recurrido" según el inc. final
del artículo 54 LOC TC) y se tendrá por no interpuesto, para todos los efectos legales.

1. 5. Efectos de la sentencia.

El auto acordado se entenderá derogado desde la publicación de la sentencia que lo declara


inconstitucional en el Diario Oficial, sin efecto retroactivo. El artículo 58 LOC TC dispone
que “La publicación de resoluciones en el Diario Oficial deberá practicarse dentro de los tres días siguientes a
su dictación”. La STC 1288 de 2009, que se pronunció sobre el control de constitucional
preventivo y obligatorio de la LOC TC, declaró que la publicación deberá hacerse dentro de
los tres días siguientes en que el Diario Oficial efectivamente se publique, esto es, los días
primero y quince de cada mes.
Por último, el TC ha desarrollado un criterio interpretativo por medio del cual concluye
que debe evitarse una declaración de inconstitucionalidad cuando el efecto que ésta va a
producir generará resultados aún más inconstitucionales que aquellos que se tratan de evitar en
un caso concreto (c. 31 STC 2243). En lo que concierne a esta atribución, la derogación de un
auto acordado o alguna de sus disposiciones no puede producir un efecto de igual o mayor
inconstitucionalidad que lo que motiva al respectivo requerimiento.

1. ACCIÓN DE INAPLICABILIDAD POR INCONSTITUCIONALIDAD Y ACCIÓN DE


INCONSTITUCIONALIDAD.

2. 1. Ideas preliminares.

Como cuestión previa, es posible distinguir entre el efecto inconstitucional que puede originar
un precepto legal, esto es, cuando su actualización, en un caso concreto resulta contraria a la
Constitución; y la inconstitucionalidad del enunciado prescriptivo, es decir, la descripción de
una hipótesis que de verificarse puede generar una consecuencia jurídica.
En el caso de la inaplicabilidad por inconstitucionalidad prevista por el numeral 6 del
artículo 93 CPR, la inconstitucionalidad puede producirse al darle aplicación a un precepto
legal en un caso concreto. El precepto legal, en sí mismo, no infringe el texto constitucional,
sino que de su aplicación podrían derivarse efectos o consecuencias contrarias éste.
En tal caso, la declaración de inconstitucionalidad de un precepto legal se circunscribe
al proceso dentro del cual se ejerció la acción de inaplicabilidad, es decir, solo produce efectos
en la gestión pendiente (efectos relativos). En su virtud, se remueve aquel obstáculo normativo
de potencial inconstitucional, depurando el análisis de constitucionalidad que deberá realizar el

dicha sentencia. Sobre la última causal de inadmisibilidad enunciada, es interesante advertir que algunas
sentencias del TC suelen precisar que el pronunciamiento de constitucionalidad solo dirá relación con el precepto
del auto acordado que se impugna en la gestión concreta, sin afectar la validez de las restantes normas contenidas
en ese mismo cuerpo normativo (STC 1812/1816-1817 en armonía con STC 2243). En estrecha vinculación con
esta causal el artículo 59 LOC TC dispone que “habiéndose pronunciado el Tribunal sobre la constitucionalidad de un auto
acordado, no se admitirá a tramitación ningún requerimiento para resolver sobre cuestiones de constitucionalidad del mismo, a menos
que se invoque un vicio distinto del hecho valer con anterioridad”. Entonces, se desprende de lo señalado que: (i) de no
formular tal aclaración quedaría clausurada la posibilidad de admitir posteriores requerimientos en contra de
cualquier otra disposición del mismo auto acordado; y (ii) puede promoverse una cuestión de constitucionalidad
tanto respecto de algunas disposiciones del auto acordado como respecto de éste en su conjunto.

8
juez de fondo, que conoce la gestión pendiente. El efecto de la declaración de inaplicabilidad
consistirá, en términos generales, en extraer del abanico de preceptos legales con los que
cuenta el juez de la gestión pendiente para resolver el asunto aquél cuya aplicación hubiera
infringido disposiciones constitucionales.
A partir de este efecto inconstitucional, es posible extender o proyectar la
inconstitucionalidad al enunciado prescriptivo de rango legal. En este caso, el examen de
constitucionalidad se realiza únicamente comparando el precepto legal que se tacha de
inconstitucional y el precepto constitucional que infringiría, es decir, se realiza un control
abstracto. El efecto que acarrea la declaración de inconstitucionalidad de un precepto legal
declarado inaplicable es su derogación, es decir, se extirpa del ordenamiento jurídico.
En un intento por trazar nítidamente las diferencias entre uno y otro mecanismo de
control de constitucionalidad, un autor señala que “…la inaplicabilidad cumple la función de impedir
que la parte que la invoca en el caso concreto del que conoce un tribunal (ordinario o especial) se vea afectada por
un precepto legal cuya aplicación a ese caso particular resulte evidentemente contraria a la Constitución y,
especialmente, a los fines perseguidos por ésta (…) En cambio, la acción de inconstitucionalidad tiene por objeto
impedir el nacimiento de una norma contraria a la Constitución, en la etapa preventiva de control, o bien,
expulsar del ordenamiento jurídico a aquellas normas legales vigentes cuya discordancia con la Constitución
quede fundadamente establecida. En este proceso –a diferencia del anterior- solo comparecen dos elementos de
cotejo: la norma constitucional y el precepto legal cuestionado. Ambos elementos son entidades abstractas y no
tienen ni deben tener referencia a ningún caso concreto, a riesgo de perder la necesaria visión de generalidad de
sus alcances...”10.
Por último, cabe mencionar el voto disidente de los entonces minsitros Bertelsen y
Vodanovic en la STC 1288 de 2009, quienes ofrecieron una interesante diferenciación entre los
tipo de controles que se ejercen: uno abstracto (artículo 93 Nº 1 y 3) y otro concreto (Nº6).
Luego de citar una serie de fallos concluyen que: “...las caracteristicas y circunstancias del caso concreto
de que se trate han adquirido en la actualidad una relevancia mayor (…) ahora la desición jurisidiccional (...)
ha de recaer en la conformidad o contrariedad con la Constitución que la aplicación del precepto impugnado
pueda tener en cada caso concreto, lo que no implica necesriamente una contradicción abstracta y universal con la
preceptiva constitucional...” (en armonía con STC 755, 791 y 1065, entre otras).

2. 2. Inaplicabilidad por inconstitucionalidad.

Artículo 93 inc. 1° de la Constitución. Son atribuciones del Tribunal Constitucional: (…) 6° Resolver, por la
mayoría de sus miembros en ejercicio, la inaplicabilidad de un precepto legal cuya aplicación en cualquier gestión
que se siga ante un tribunal ordinario o especial, resulte contraria a la Constitución.
inc. 11. En el caso del número 6º, la cuestión podrá ser planteada por cualquiera de las partes o por el juez que
conoce del asunto. Corresponderá a cualquiera de las salas del Tribunal declarar, sin ulterior recurso, la
admisibilidad de la cuestión siempre que verifique la existencia de una gestión pendiente ante el tribunal ordinario
o especial, que la aplicación del precepto legal impugnado pueda resultar decisivo en la resolución de un asunto,
que la impugnación esté fundada razonablemente y se cumplan los demás requisitos que establezca la ley. A esta
misma sala le corresponderá resolver la suspensión del procedimiento en que se ha originado la acción de
inaplicabilidad por inconstitucionalidad.

2.2.1. Órgano y personas legitimadas (artículo 79 LOC TC).


a) Cualquiera de las partes de una gestión pendiente ante tribunal ordinario o especial
(persona legitimada).

10RÍOS ÁLVAREZ, Lautaro, Trascendencia de la reforma constitucional en la fisonomía y las atribuciones del Tribunal
Constitucional, en Revista de estudios constitucionales del Centro de estudios constitucionales, Universidad de
Talca, año 3, Nº 1 Santiago, (2005), p. 77.

9
b) El órgano legitimado es el juez que conoce de una gestión pendiente en que deba
aplicarse el precepto legal impugnado.

2.2.2. Admisión a trámite (artículo 82 LOC TC).

Sobre esto, valga sólo señalar el desarrollo de los requisitos generales 11 y los específicos12 ha
sido regulado a nivel legal. Ante el incumplimiento de estos requisitos, el TC se dictará una
resolución fundada, dentro de tres días contados desde que se dé cuenta del requerimiento, que
no lo acogerá a tramitacón y se tendrá por no presentado para todos los efectos legales
(artículo 82, inc. 2°, LOC TC).

2. 2.3. Examen de admisibilidad (artículos 83 y 84 LOC TC).

Una vez que se acoja a tramitación el requerimiento o desde que concluye la vista del incidente,
en caso de haberse deducido, se ejercerá un examen de admisibilidad dentro de cinco días,
cuyo conocimiento corresponderá a cualquiera de las salas, sin posibilidad de ulterior recurso13.
De conformidad con los parámetros que proporciona la Constitución, es posible apreciar que
éste examen analizará los siguientes aspectos:

a) Que se impugne la aplicación de un precepto legal14.

Se excluye el ejercicio de esta acción como una vía procesal idónea para impugnar resoluciones
judiciales. Tampoco se puede ejercer esta acción respecto de actuaciones adminsitrativas ni con
motivo de la aplicación de decretos supremos, por ser éstos una manifestación del ejercicio de
la potestad reglamentaria que el constituyente le confiere al Presidente de la República.

b) Que se verifique la existencia de una gestión pendiente ante tribunal ordinario o especial.

Para que sea admisible una acción de inaplicabilidad debe existir una gestión judicial pendiente
ante tribunal ordinario o especial (en armonía con el artículo 84 N° 3 LOCTC). El criterio de
la jurisprudencia del TC ha sido que la gestión se encuentra pendiente cuando está en

11 Según el artículo 80 LOC TC, estos son: i) exposición clara de los hechos y fundamentos en que se apoya y de
cómo ellos producen como resultado la infracción constitucional; y ii) el o los vicios de inconstitucionalidad que
se aducen, con indicación precisa de las normas constitucionales que se estiman transgredidas.
12 Los requisitos específicos dependerá de quién haya ejercido la acción de inaplicabilidad. Si el requerimiento fue

interpuesto por una parte en una gestión pendiente, se deberá acompañar un certificado expedido por el tribunal
que conoce de la gestión judicial, en que conste la existencia de ésta, el estado en que se encuentra, la calidad de
parte del requirente, el nombre y domicilio de las partes y de sus apoderados (artículo 79, inc. 2°, LOC TC). En
cambio, si la cuestión la promueve el juez que conoce de la gestión pendiente, el requerimiento deberá formularse
por oficio y acompañarse de una copia de las piezas principales del respectivo expediente, indicando el nombre y
domicilio de las partes y de sus apoderados (artículo 79, inc. 3°, LOC TC). Conforme al artículo 79, inciso cuarto,
LOC TC el juez (“tribunal”) deberá dejar constancia en el expediente de haber recurrido ante el TC y notificará de
ello a las partes del proceso.
13 El TC comunicará tal circunstancia al tribunal de la gestión pendiente para que deje constancia en el expediente.

Si el requirente pide alegar sobre la admisibilidad se dará traslado de esta cuestión, por cinco días, a las partes
(artículo 82, inc. 3° en armonía con el artículo 43, inc. 2°, ambos de la LOC TC).
14 Respecto de este punto cabe recordar la prolífera disidencia que tuvo la sentencia que controló la

constitucionalidad de la LOC TC (STC 1288 de 2009). El proyecto de ley contenía como causal de inadmisibilidad
el promover una cuestión respecto de un tratado internacional. Finalmente, se declaró inconstitucional toda
prohibición a requerir vía inaplicabilidad a tratados internacionales

10
tramitación, y no se ha puesto término a ella mediante sentencia ejecutoriada (STC Nos 1.883,
1.861 y 2.103, entre otras). Por lo tanto, se declarará inadmisible cuando exista sentencia firme
o ejecutoriada, precisamente por no encontrarse pendiente.

c) La aplicación del precepto legal impugnado puede resultar decisivo para la resolución de un
asunto.

Según este requisito la aplicación del precepto legal impugnado puede resultar decisiva en la
resolución de un asunto, con independencia de la naturaleza de la gestión pendiente (asunto
contencioso o gestión voluntaria), y del precepto legal (de carácter procedimental o sustantivo).
A juicio del TC, para los jueces de instancia no debe existir una alternativa que permita
estructurar una conclusión, a partir de otros preceptos legales, con efectos similares al que se
produciría con la declaración de inaplicabilidad. En otras palabras, acoger la inaplicabilidad es
la única vía que permite, en la gestión judicial pendiente, remover los obstáculos que entrañan
los cuestionados preceptos legales con virtualidad inconstitucional.
Al respecto, la jurisprudencia del TC ha concluido que para realizar este control de
constitucionalidad “…basta que el juez que conoce de la gestión pendiente tenga la posibilidad de aplicar
dicho precepto en la decisión que ha de adoptar y que, al hacerlo, pueda vulnerarse la Constitución,
independientemente de que existan otros preceptos legales que también pueda considerar, los que deben estar
asimismo indiscutiblemente subordinados a la Ley Fundamental…” (c. 8, STC 634, y c. 11, STC 472).
Del mismo modo, a juicio de esa magistratura, el análisis sobre si la aplicación de un
precepto legal pueda resultar decisiva en la resolución de un asunto, implica determinar si de
los antecedentes allegados al requerimiento puede concluirse que el juez necesariamente ha de
tener en cuenta la aplicación de la norma legal que se impugna, para decidir la cuestión (STC
Nos 688, 809, 1.780 y 2.228). En similar sentido, ha concluido que basta que el juez que
conoce de la gestión pendiente tenga la posibilidad de aplicar dicho precepto en la decisión que
ha de adoptar y que, al hacerlo, pueda vulnerarse la Constitución (STC Nos 790, 943, 1.463,
2.193 y 2.237).

d) El requerimiento de inaplicabilidad debe estar fundado razonablemente.

La regulación constitucional exige una fundamentación razonable, mientras que el art. 84 N° 6


LOC TC dispone que será inadmisible un requerimiento cuando carezca de fundamento
plausible. Por tal motivo, la STC 1288 de 2009 estimó conforme al texto constitucional este
numeral en el entendido que se refiere a lo prescrito en el artículo 93, inc. 11° de la
Constitución.
El TC ha entendido que esta exigencia se concibe como la aptitud del precepto o los
preceptos legales impugnados para contrariar, en su aplicación al caso concreto, la
Constitución, lo cual debe ser expuesto circunstanciadamente. Agrega que la explicación de la
forma en que se produce la contradicción entre las normas, sustentada adecuada y lógicamente,
constituye base indispensable de la acción de inaplicabilidad (STC Nos 482, 483, 484, 485, 490,
491, 492, 494, 2.075, 2.144, 2.247, 2.260, entre otras).
De esta forma, la argumentación que debe sustentar un requerimiento de
inaplicabilidad no debe ser meramente abstracta o genérica, sino que debe exponer en forma
clara los hechos y fundamentos de derecho en que se apoya. Asimismo, debe explicar con
suficiencia y claridad la manera en que la aplicación del precepto legal impugnado en la gestión
pendiente produciría la infracción al texto constitucional (STC N° 2.185 y N° 2.295).

11
e) Que se cumplan los requisitos que establece la ley15. Respecto de la inaplicabilidad la
Constitución fija como requisito de admisibilidad “que se cumplan los requisitos que establece la ley”16.

Dentro de los requisitos previstos en la ley, diversos de los antes enunciados, cabe destacar el
que se configura cuando el requerimiento no es formulado por una persona o por el órgano
legitimado (artículo 84 N° 1 LOC TC17) y cuando la cuestión se promueva respecto de un
precepto legal que haya sido declarado conforme a la Constitución por el TC, sea ejerciendo el
control preventivo o conociendo de un requerimiento, y se invoque el mismo vicio que fue
materia de la sentencia respectiva (artículo 84 N° 2 LOC TC).
Sobre éste, es del caso advertir que se configura la causal de inadmisibilidad cuando el
precepto legal ha sido declarado conforme a la Constitución, sea por la vía del control
preventivo o a represivo, y se ha invocado el mismo vicio que fue materia de la sentencia
respectiva. A nuestro parecer, en la referencia al control preventivo, esta disposición homologa
en forma errónea, supuestos de control de constitucionalidad de diferente naturaleza. En
efecto, el control concreto de constitucionalidad que se ejerce en sede de inaplicabilidad es
distinto al que se ejerce con ocasión de las atribuciones previstas en el artículo 93, inc. 1°, N° 1
(control preventivo obligatorio), N° 3 (control preventivo facultativo) y N° 7 (control a
posteriori o represivo), todos estos de tipo abstracto. En estos casos, el análisis de
constitucionalidad atiende únicamente al precepto legal impugnado y su conformidad o
disconformidad con la carta fundamental. Por el contrario, a través de la acción de
inaplicabilidad se ejerce un control de constitucionalidad concreto, en donde se examina el
precepto legal a la luz del mérito del proceso y atendiendo a los posibles efectos
inconstitucionales que pueda generar su aplicación en la gestión judicial pendiente. Por tal
motivo, bien podría guardar armonía con el texto constitucional una disposición legal, en
abstracto, pero derivarse efectos inconstitucionales en su aplicación a un caso concreto.
La jurisprudencia del TC ha concluido que para que sea admisible un requerimiento es
menester que se invoquen vicios diversos, que no hayan sido objeto de debate específico de la
revisión preventiva de constitucionalidad (STC 1990). Además, se ha resuelto la improcedencia
de una inaplicabilidad por tratarse de vicios considerados y desechados previamente por una
sentencia de inaplicabilidad (STC 1406, 1564).

15 Sobre este punto, la Constitución no específica qué tipo de ley deberá especificar dichos requisitos, a diferencia
de como lo hace el N° 7, en el que se exige expresamente una ley de quórum calificado. Por su parte, cabe traer a
colación el voto de los entonces minsitros Bertelsen y Vodanovic en la STC 1288 de 2009. Los disidentes
argumentaron que estos artículos agregarían nuevos requisitos de admisibilidad, que exceden el mandato del
artículo 93, inc. 11° de la Constitución, que tan sólo exige una gestión pendiente, que la aplicación del precepto
legal impugnado resulte decisivo para dicha gestión, que esté fundada razonablemente la acción de inaplicabilidad
y de conformidad con los requisitos fijados por la ley. Sólo serían legítimos aquellos requisitos que constituyan
especificaciones a los previstos por el texto constitucional y no nuevos (v. gr. la inexistencia de gestión judicial
pendiente o en tramitación, o cuando se ha puesto término a ella por sentencia ejecutoriada).
16 Los entonces minsitros Bertelsen y Vodanovic en la STC 1288 de 2009 señalaron que esta causal debería

radicarse dentro de la competencia del pleno que, por lo general, conoce del fondo de cada asunto, y no en una
sala. Sostuvieron dicha afirmación en que el fundamento del conocimiento en sala es la existencia de un interés
partcular comprometido a diferencia del conocimiento en pleno, que suponen conflictos de orden público.
17 El resto de los requisitos enumerados en este artículo sólo se desarrollaron los supuestos de inadmisibilidad

previstos en la carta fundamental, a saber: cuando no exista gestión judicial pendiente en tramitación, o se haya
puesto término a ella por sentencia ejecutoriada (N°3), cuando se promueva respecto de un precepto que no tenga
rango legal (N° 4) y cuando de los antecedentes de la gestión pendiente en que se promueve la cuestión, aparezca
que el precepto legal impugnado no ha de tener aplicación o ella no resultará decisiva en la resolución del asunto
(N° 5).

12
2. 2.4. Aspectos procedimentales de su tramitación

a) Oportunidad para promover el requerimiento (artículo 81 LOC TC): Podrá interponerse


respecto de cualquier gestión judicial en tramitación, y en cualquier momento procesal en que
se advierta que la aplicación de un precepto legal, que pueda ser decisivo en la resolución del
asunto, resulte contrario a la Constitución.

b) Suspensión del procedimiento (artículo 85 LOC TC): La regla general consiste en que la
interposición de un requerimiento de inaplicabilidad no suspende la gestión pendiente en que
se promovió. Por tal razón, si con posterioridad la sala respectiva del TC no decreta la
suspensión del procedimiento en que se ha promovido la cuestión de inaplicabilidad, el juez
que conoce la gestión judicial pendiente podría válidamente seguir conociendo el asunto e,
incluso, resolverlo, aplicando el precepto legal que se impugna mediante la acción de
inaplicabilidad18.

c) Efectos de la sentencia19 que acoge la acción de inaplicabilidad: Sobre esto nada dice la
Constitución. Pero se entiende que el juez que conoce del asunto que motivó el requerimiento,
no podrá aplicar el precepto legal en la resolución de la gestión pendiente. Es decir, dentro del
haz de normas a su disposición para resolver el asunto, deberá prescindir de aquel precepto
declarado inaplicable por contravenir la Constitución.

d) La lógica de la LOC TC no parece asimilar en forma nítida la distinción entre un control


abstracto y uno concreto. La primera premisa es que la acción de inaplicabilidad es inadmisible
respecto de un precepto legal declarado constitucional durante su control obligatorio,
preventivo y abstracto, de conformidad con el artículo 93 inc. 1° N° 1 CPR (según el artículo
51, inc. final20, LOC TC “resuelto por el Tribunal que un precepto legal es constitucional, no podrá
declararse inaplicable por el mismo vicio materia del proceso y de la sentencia respectiva”).

18 La suspensión del procedimiento en que se ha promovido la cuestión de inaplicabilidad debe pedirse en el


requerimiento o, posteriormente, ante la misma sala que resolvió su admisibilidad. No obstante, la misma sala
podrá dejarla sin efecto en cualquier estado del proceso, mediante resolución fundada. También podrá decretarla
de oficio si existen motivos fundados (artículo 85, inc. 2° LOC TC).
19 Terminada la tramitación, el TC dictará sentencia dentro del plazo de treinta días, prorrogables por resolución

fundada en casos calificados (artículo 87, inc. 2° LOC TC). Asimismo, la sentencia que declare la inaplicabilidad
deberá especificar de qué modo su aplicación en la gestión pendiente de que se trata resulta contraria a la
Constitución (artículo 89 LOC TC) y sólo producirá efectos en el juicio en que se solicite (artículo 92, inc. 1°,
LOC TC). Por último, el artículo 90 LOC TC que señala que “resuelta la cuestión de inaplicabilidad por el Tribunal
Constitucional, no podrá ser intentada nuevamente, por el mismo vicio, en las sucesivas instancias o grados de la gestión en que se
hubiere promovido”.
20 Con todo, el inciso final de éste artículo se mantuvo desde el antiguo artículo 83 CPR, inc. final, que fijaba una

norma de coordinación y preeminencia de jurisdicción, disponiendo que una vez resuelto por el TC que un precepto
legal determinado es constitucional, la Corte Suprema no podrá declararlo inaplicable por el mismo vicio de que fuere materia de la
sentencia. Es decir, se pretendía evitar la posibilidad de que un asunto fuese revisado con criterios interpretaivos
diversos (interpretación de la Corte Suprema vs. La interpretación del TC). Tal solución daba preeminencia al
control ejercido preventivamente por el TC. Y, en este contexto, la regla tenía un sentido preciso: evitar
interpretaciones discordantes entre dos órganos habilitados para sostener una interpretación del texto
constitucional y, así, asegurar su coherencia. Además, la lógica con la que operaba esta regla difiere de lo que el
legislador orgánico constitucional pretende regular con la inaplicabilidad actual. En efecto, dicho precepto se situa
en el supuesto básico de que ambos órganos jurisdiccionales ejercían un control de la misma naturaleza: un
control abstracto. Difería la oportunidad en que se ejercía (ex ante o ex post) y la extensión de sus efectos (erga omnes
o efectos relativos, según el caso).

13
En el mismo sentido, a propósito de las cuestiones de constitucionalidad durante la
tramitación de un proyecto de ley, de reforma constitucional o un tratado internacional, el
artículo 71 LOC TC impide declarar inaplicable, por el mismo vicio materia del proceso y de la
sentencia respectiva, un precepto legal que ha sido declarado constitucional en el control
abstracto que ejerza en dicha tramitación.
Luego, la acción de inconstitucionalidad es inadmisible cuando se funda en un vicio
distinto del que sirvió a la sentencia de inaplicabilidad (según el artículo 101 LOC TC “la
declaración de inconstitucionalidad de las normas legales cuestionadas deberá fundarse únicamente en la
infracción de el o los preceptos constitucionales que fueron considerados transgredidos por la sentencia previa de
inaplicabilidad que le sirve de sustento”).
En suma, el control preventivo ejercido por el TC establece un campo minado en la
posibilidad de resolver la inaplicabilidad de un precepto legal impugnado en una gestión
pendiente y de expulsarlo del ordenamiento jurídico por inconstitucional.

2. 3. Acción de inconstitucionalidad.

Artículo 93 inc. 1° de la Constitución. Son atribuciones del Tribunal Constitucional: (…) 7º Resolver por la
mayoría de los cuatro quintos de sus integrantes en ejercicio, la inconstitucionalidad de un precepto legal
declarado inaplicable en conformidad a lo dispuesto en el numeral anterior.
inc. 12° En el caso del número 7°, una vez resuelta en sentencia previa la declaración de inaplicabilidad de un
precepto legal, conforme al número 6° de este artículo, habrá acción pública para requerir al Tribunal la
declaración de inconstitucionalidad, sin perjuicio de la facultad de éste para declararla de oficio. Corresponderá a
la ley orgánica constitucional respectiva establecer los requisitos de admisibilidad, en el caso de que se ejerza la
acción pública, como asimismo regular el procedimiento que deberá seguirse para actuar de oficio.

2. 3.1. Supuesto de procedencia.

Sobre la relación entre los efectos de una sentencia de inaplicabilidad y la habilitación para la
interposición de una acción de inconstitucionalidad, un autor ha señalado que “…el carácter
relativo de la sentencia de inaplicabilidad debe ser confrontado con su función como puerta de entrada a la
declaración de inconstitucionalidad de efecto general que puede ser planteada por cualquier persona. Una vez
acogido un requerimiento de inaplicabilidad queda franqueado el camino para que mediante una acción pública
una norma legal sea derogada por ser contraria a la Constitución. Es difícil sostener que la sentencia de
inaplicabilidad que acoge el recurso deducido tiene un efecto relativo cuando ella es la única vía con la cual puede
accederse a un control de constitucionalidad que, sin duda es de carácter general, tanto en su legitimación activa
como en su efecto en el caso de ser acogido…”21.
Con todo, no podrá promoverse respecto de un tratado internacional ni de una o más
de sus disposiciones (artículo 93, inc. 2°, LOC TC).

2. 3.2. ¿Quién puede promover esta acción?

Una vez resuelto por una sentencia un requerimiento de inaplicabilidad de un precepto legal,
conforme al N° 6 del inc. 1° del artículo 93 CPR, se confiere acción pública para requerir al TC
la declaración de inconstitucionalidad, sin perjuicio de su facultad para declararla de oficio, en
cuyo caso el procedimiento se iniciará previa resolución fundada, la que individualizará la

21 BRONFMAN VARGAS, (cit. n. 4), pp. 267.

14
sentencia de inaplicabilidad que le sirve de sustento y las disposiciones constitucionales
transgredidas.
Al permitir el ejercicio de una acción pública, se exige un interés en la declaración de
inconstitucionalidad. Por lo tanto, se entiende que cualquier persona, natural o jurídica, goza de
legitimación activa en esta acción, en la medida que tenga interés en la declaración de
inconstitucionalidad del precepto legal (de acuerdo con la remisión contenida en el artículo 93,
inc. 1° LOC TC al inc. 2° del mismo artículo).

2. 3.3. Admisión a trámite (artículos 94 y 95 LOC TC).

Si la cuestión de inconstitucionalidad se promueve mediante acción pública, la petición deberá


fundarse razonablemente, indicando precisamente la sentencia de inaplicabilidad previa en que
se sustenta y los argumentos constitucionales que le sirven de apoyo. De no cumplirse con
estos requisitos no será acogido a trámite y se tendrá por no presentado el requerimiento para
todos los efectos legales (artículo 95, inciso segundo, LOC TC).

2.3.4. Examen de admisibilidad (artículo 97 LOC TC)

Este examen se realizará en aquellos casos en que se ejerza acción pública, y será declarada
admisible cuando:

1º No exista sentencia previa que haya declarado la inaplicabilidad del precepto legal
impugnado.

2º La cuestión se funde en un vicio de inconstitucionalidad distinto del que motivó la


declaración de inaplicabilidad del precepto impugnado.

En directa relación con esta norma, el artículo 101 LOC TC prescribe que la declaración de
inconstitucionalidad de las normas legales cuestionadas deberá fundarse únicamente en la
infracción de él o los preceptos constitucionales que fueron considerados transgredidos por la
sentencia previa de inaplicabilidad que le sirve de sustento.
Al respecto, la disidencia del entonces ministro Vodanovic consideró inconstitucional
esta exigencia (STC 1288 de 20099. Planteó que la diferencia entre el control concreto y
abstracto de constitucionalidad de un precepto legal deja de manifiesto el sinsentido que tiene
exigir que la declaración de inconstitucionalidad (control abstracto) se funde únicamente en la
infracción de la disposición constitucional que se consideradas vulneradas por la sentencia
previa de inaplicabilidad (control concreto). El vicio en su aplicación puede variar la
constitucionalidad o no de un precepto. La aplicación es determinante en este sentido22.

22Con todo, si se declara admisible se pondrá en conocimiento del Presidente de la República, del Senado y de la
Cámara de Diputados, quienes podrán formular las observaciones y acompañar los antecedentes que estimen
pertinentes, dentro del plazo de veinte días (artículo 98).

15
2. 3.5. Efectos de la sentencia

Artículo 94. Contra las resoluciones del Tribunal Constitucional no procederá recurso alguno, sin perjuicio de que
puede, el mismo Tribunal, conforme a la ley, rectificar los errores de hecho en que hubiere incurrido.
Las disposiciones que el Tribunal declare inconstitucionales no podrán convertirse en ley en el proyecto o decreto
con fuerza de ley de que se trate.
En el caso del N° 16 del artículo 93, el decreto supremo impugnado quedará sin efecto de pleno derecho, con el
solo mérito de la sentencia del Tribunal que acoja el reclamo. No obstante, el precepto declarado inconstitucional
en conformidad a lo dispuesto en los numerales 2, 4 ó 7 del artículo 93, se entenderá derogado desde la
publicación en el Diario Oficial de la sentencia que acoja el reclamo, la que no producirá efecto retroactivo.
Las sentencias que declaren la inconstitucionalidad de todo o parte de una ley, de un decreto con fuerza de ley, de
un decreto supremo o auto acordado, en su caso, se publicarán en el Diario Oficial dentro de los tres días
siguientes a su dictación.

Una vez que se declare la inconstitucionalidad de un precepto legal previamente declarado


inaplicable, dicho precepto se entenderá derogado desde la publicación de la sentencia que lo
declara en el Diario Oficial, sin efecto retroactivo (efecto hacia el futuro - ex nunc -, según
artículo 102 LOC TC)23. Por lo tanto, la sentencia que declara la inconstitucionalidad de un
precepto legal declarado inaplicable lo deja sin efecto, lo extirpa del ordenamiento jurídico.
Al respecto, el criterio del TC sobre la sentencia que declara inconstitucional un
precepto legal declarado inaplicable exige un ejercicio hermenéutico previo en orden a agotar
las alternativas de compatibilización con el texto constitucional. En tal sentido, en el análisis de
la conveniencia para el orden constitucional de una decisión de tal envergadura y la proyección
de las consecuencias de la desaparición del precepto legal, ha concluido que “…es indiscutible que
dicha declaración constituye el último recurso para asegurar la supremacía constitucional, desde que implica no
sólo la anulación o derogación de un acto emanado del órgano legislativo –expresión éste irrecusable de la
soberanía popular–, sino que conlleva un cierto grado de inseguridad jurídica ante el vacío normativo que se
produce por la desaparición de la norma jurídica naturalmente destinada a regular inmediatamente las
conductas, cuyo reemplazo es incierto…” (STC N° 558).
Por último, tales sentencias se publicarán en el Diario Oficial dentro de los tres días
siguientes a su dictación (en armonía con el artículo 58 LOC TC) La STC rol 1288-09 de 25 de
agosto de 2009 declara que la publicación deberá hacerse dentro de los tres días siguientes en
que el Diario Oficial efectivamente se publique (los días primero y quince de cada mes).

23Podría precisarse que el efecto de la declaración de inconstitucionalidad es más bien anulatorio, pues la idea de
derogación parece ser consecuencia del ejercicio de la función nomogenética de la que son titulares los órganos
co-legisladores.

16

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