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Copia de 15-LÓPEZ Molina. en Psicologías de Su Transmisión y Aplicación Al Campo Educativo
Copia de 15-LÓPEZ Molina. en Psicologías de Su Transmisión y Aplicación Al Campo Educativo
Las vinculaciones establecidas entre los descubrimientos del psicoanálisis y las prácticas educativas
siguieron el ritmo de constitución de la teoría, desde una articulación plena-optimismo freudiano, dirán
algunos- hasta una contraposición acérrima basada en el hecho que lo pulsional es in-educable, el
inconsciente inasible, la sexualidad peligrosa, etc. Lo cierto es que por mucho tiempo proliferaron los
malos entendidos y las sospechas mutuas entre una teoría que en sí aparecería como inconmesurable
respecto de una práctica que no puede ejercerse si no es a través de la prescripción sobre qué enseñar,
cuándo y dónde hacerlo, cómo y a quién dirigir su influencia.
¡Caramba¡ si había algo que faltaba en ese sintético cuadro, era lo afectivo, magra expresión ésta con
la que se identifica a la teoría psicoanalítica.
Así, bajo este prodigioso artilugio didáctico, se abrocharon definitivamente los aspectos conductuales,
intelectuales, sociales y afectivos en una unidad monolítica por fin lograda.
Verdadera mutilación de la teoría producida por un bisturí entre psicológico-pedagógico, moral y político,
en alianza táctica –pero sobre todo ciega- con algunas hiper-analistas para los cuales los descubrimientos
freudianos sólo pueden aplicarse a la situación de análisis.
Se torna necesario entonces revisar algunas de las ideas-fuerza de esta teoría, para luego hipotetizar sobre
algunas de sus derivaciones para los ámbitos educativos, aunque de hecho sepamos-tal como dice K.
Millot-que no es posible, ni deseable, agregamos nosotros, pensar en términos de una supuesta pedagogía
analítica, y esto en razón de varios motivos:
-En primer término, porque es una disciplina de lo singular, a-prescriptiva, a-nosografía, no-evolutiva.
-En segundo término porque la pulsión no se educa, porque el inconsciente es indomable y el yo una pura
ilusión.
-En tercer término porque una pedagogía no se nutre tan sólo de una cierta concepción psicológica, por
muy consistente que ésta sea, sino que apela también a la filosofía, ala antropología, a la historia, etc.
<de la experiencia psicoanalítica puede deducirse una Ética en la que la Pedagogía podría
inspirarse, ética basada en la de-mitificación de la función del ideal como fundamentalmente
engañosa…-en él- amor a la verdad que implica…la posibilidad de una lúcida aprehensión de la
realidad…en el bien decir y en la renuncia a todo fantasma de dominio que el reconocimiento
de la existencia del inconsciente impone…>