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LA MAGIA DE

LA MANIFESTACIÓN
15 TÉCNICAS AVANZADAS PARA ATRAER TU
MEJOR VIDA, AUNQUE AHORA LO CREAS
IMPOSIBLE

Ryuu Shinohara
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EL COMPENDIO DEL MANIFESTADOR
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CONTENIDO

Introducción
¿Quién soy?
La manifestación en la verdadera realidad
Mi promesa

Capítulo 1: La realidad multifacética


La naturaleza de la realidad
Ver la luz
Equilibrio
Todo está conectado
El poder del alma
Entender la elección
Cómo actuar

Capítulo 2: Desbloquea el ahora


La única realidad
El modelo y la realidad
El ego
La disolución del ego
El tiempo psicológico
Técnica Nº1: Técnica de los pensamientos pegajosos
Técnica Nº 2: Observa el ego
Técnica Nº 3: Utiliza el tiempo del reloj
Capítulo 3: Cómo alinearte con tu manifestación
El condicionamiento social
Elección
Adaptación emocional
Permitirse tener
Receptividad
Amor incondicional
Técnica Nº 4: Estar presente con tus emociones
Técnica Nº 5: Receptividad
Técnica Nº 6: Desprenderse del condicionamiento

Capítulo 4: Sincronicidad corazón-mente


La conexión
El corazón habla
Elige tu objetivo
Técnica Nº 7: Escucha a tu intuición
Técnica Nº 8: Fijación de objetivos con Ikigai

Capítulo 5: Salir de tu propio camino


Desapego y observación
La ventana abierta
El camino de la menor resistencia
Técnica Nº 9: Desapego y observación
Técnica #10: Entra en el estado de flujo
Técnica Nº 11: Cede a la simplicidad

Capítulo 6: Haz esto cada vez que actúes


Entra en acción
Las intenciones positivas en la vida cotidiana
Establece intenciones, no solo objetivos
Técnica Nº12: Establecer intenciones en el agua
Técnica Nº13: Fija tus intenciones con declaraciones

Capítulo 7: La energía de todas las cosas


La conexión entre todas las cosas
Frecuencia vibratoria
Los pensamientos informan a tu energía
Técnica Nº14: Ejercicio del punto de ensamblaje

Capítulo 8: Lo que realmente necesitas para manifestar


riqueza y abundancia
El dinero no te hará feliz
Cómo cambiar tu mentalidad de escasez
Generosidad

Capítulo 9: Cómo crear tu mejor vida


El poder de la imaginación
Meditación con visualización
Visualización multisensorial
Técnica Nº15: Meditación y visualización con la emoción

Capítulo 10: Llegar a estar plenamente vivo


Fe y creencia
Diseñadores ontológicos
La paciencia
El complejo de Jonás

Conclusión
Referencias
INTRODUCCIÓN

¿Cómo vive uno su mejor vida? ¿Asumiendo riesgos o


simplemente haciendo las cosas que siempre ha querido hacer? En
ese caso, ¿debería abandonar cuando las cosas se vuelven difíciles o
desagradables? Este tipo de preguntas nos llevan a menudo por
caminos de confusión que plantean más preguntas que respuestas.
Esto es sencillo: El universo funciona mediante un conjunto de
leyes básicas cuya existencia es innegable. Los antiguos maestros
espirituales, a través de la práctica de la meditación, insinuaron lo
que la ciencia solo ha descubierto recientemente. Que nada en este
universo es constante y que todo es vibración.
Además, esta vibración produce un campo de energía; estos
campos de energía atraen y repelen otros campos y vibraciones, que
son similares o disímiles a ellos. Por lo tanto, vivir la vida que deseas
es sencillo. Simplemente vibra en la frecuencia energética de lo que
deseas y lo atraerás a tu vida.
¿Pero qué significa realmente esta frase? ¿Es realmente tan
sencillo? Si pudieras pensar en lo que quieres, ¿eso se manifestará
realmente en tu vida? Pues no es tan así. Mientras que la ley de la
atracción definitivamente existe, ha sido malinterpretada de muchas
maneras, lo que ha llevado a una mayor frustración para aquellos
que la han practicado, o para ser más precisos, aquellos que
pensaban que la estaban practicando.
Como todo, empieza por lo básico.
Para dominar cualquier cosa, primero hay que establecer una
buena base sobre la que se pueda construir. Desgraciadamente, gran
parte del material que existe sobre la manifestación y la creación,
falla en este aspecto. Al saltarse alguna información fundamental, lo
que la gente acaba haciendo es correr antes de poder gatear. ¿Es de
extrañar entonces que no logren manifestar lo que realmente
quieren?
Todo el proceso de utilizar el subconsciente para manifestar los
deseos está completamente mal entendido, y es precisamente este
malentendido el que obtendrá claridad una vez que leas este libro.
Un componente vital de todo el proceso de manifestación es la fe. No
me refiero a la fe en una religión ni nada por el estilo, sino a la fe en
el proceso.
Si no entiendes las bases científicas y espirituales de las técnicas
de manifestación, es probable que no creas en ellas y por lo tanto, no
hay manera de que puedas manifestar la vida que quieres vivir, al
menos con facilidad y coherencia. La fe mueve montañas y, en este
caso, la fe nace de "una apertura de la mente a la verdad... una
zambullida en lo desconocido", como dijo Alan Watts.
Lo mejor de las técnicas avanzadas de manifestación que
aprenderás en este libro es que, a medida que vayas leyendo, irás
adquiriendo una base de información y conocimiento en tu interior.
Una vez conseguido esto, el milagroso poder de tu subconsciente
será evidente para ti porque ya lo has experimentado.
Así es. Ya has experimentado el poder de la creación. Solo que
aún no lo sabes o no te has sintonizado con él. Al igual que un bebé
que ve el agua por primera vez y no sabe lo que es pero la bebe de
todos modos, tú estás constantemente co-creando cosas, pero no
sabes la profundidad o el alcance del poder que estás utilizando.
Las leyes del universo son muy simples. Por lo tanto, es crucial
que entiendas la forma en que todas las cosas están conectadas antes
de proceder a utilizarlas. Aquí es donde este libro puede ayudarte.
¿Quién soy?

Todo comenzó cuando yo mismo estaba deprimido. Leí algunos


libros inspiradores y comencé a practicar técnicas espirituales debido
a la ansiedad y la depresión que me consumieron en mi temprana
edad adulta. Necesitaba algo para poder liberarme de eso. ¡Descifrar
el proceso de manifestación ciertamente no era mi intención
principal!
A medida que avanzaba en la liberación de mi mente del
pensamiento egoísta, comencé a notar cambios en mi vida y cómo se
correlacionaban con la forma en que fluían mis pensamientos. Al
principio, realmente no entendía lo que sucedía, pero pronto
comencé a experimentar y a presenciar sus efectos a mi alrededor.
Claramente, estaba haciendo algo, pero ¿qué hacía exactamente?
Decidí investigar más y, a medida que aprendí, comencé a tomar
conciencia de las conexiones universales que nos rodeaban. La ley de
la atracción es algo muy real; no es más que un pequeño engranaje
en la maquinaria general de cómo funciona el universo. Comencé a
comprender aquello que hacía y, en el proceso, encontré la pasión de
mi vida.
Durante casi una década, he guiado a las personas a resolver
problemas emocionales profundos en sus vidas y las he ayudado a
darse cuenta de cómo pueden lograr sus objetivos, sin importar la
situación de su vida actual. Todo lo que necesitas hacer es abrir los
ojos y las respuestas te encontrarán. Realmente es así de simple,
¡pronto lo descubrirás!
Es posible atraer la vida de tus sueños. Tu pasado es exactamente
eso: el pasado. Se ha ido y nunca volverá. Ahora es el momento de
que empieces a vivir tu vida real y a atraer todo lo que quieras.
La manifestación en la verdadera realidad

El tiempo es algo que nos domina a todos. Vivimos según el reloj


y hemos desarrollado respuestas pavlovianas a él. En el momento en
que da la una de la tarde, el estómago se nos revuelve. En el
momento en que el reloj pasa de las once de la noche en un día
laborable, sentimos sueño y así sucesivamente.
La cuestión es que el tiempo ya no es un activo, sino una
necesidad psicológica del ego. Es solo una construcción que hemos
creado para organizarnos mejor. En algún momento, olvidamos esto
y empezamos a tratar el tiempo como el fin de todo. Nos quedamos
atrapados en nuestro futuro y nuestro pasado, y acabamos
ignorando el único componente real del tiempo: el presente.
Como el tiempo es una construcción mental, no necesitamos
construir nuestra vida en torno a él. Lo que tenemos que hacer es
elegir la realidad que queremos atraer al momento presente. Esto
puede sonar muy lejano, pero es simplemente la verdad sobre cómo
funciona la verdadera realidad. Tus objetivos, aspiraciones y deseos,
no llegan con el tiempo, sino que solo cuando cambias tu perspectiva
interior, te das cuenta del verdadero concepto de cambiar tu
realidad.
El amor, la prosperidad y la felicidad están disponibles ahora.
Necesitas darte cuenta de la verdadera realidad que estás viviendo,
para empezar a atraer lo que quieres de la vida. Cuando lo reconoces
y tomas acción, el universo responde de manera amable y te envía
oportunidades para conducirte a la plenitud y la felicidad.
El universo es una máquina generosa y te da lo que quieres, todo
el tiempo. Eres un creador y estás destinado a crear conscientemente,
en lugar de crear inconscientemente como lo has estado haciendo
hasta ahora. Tienes que empezar a reconocer el inmenso poder que
tienes para cambiar tu vida en la dirección que quieres.
Mi promesa

La verdadera felicidad es un derecho y está totalmente


disponible para ti, te lo garantizo. No necesitas vivir en la situación
que has creado para ti mismo viviendo la vida en piloto automático
todo el tiempo. La información disponible en este libro puede
cambiar tu perspectiva sobre cómo impulsar tu vida.
Este conocimiento universal ha ayudado a personas que lo han
perdido todo o que no han logrado nada, a darse cuenta del poder
que poseen para manifestar su mejor vida. Este libro abrirá los ojos
de aquellos que sienten que están eternamente condenados a estar
atascados en sus situaciones de vida, y los ayudará a darse cuenta de
que son poderosos co-creadores, tanto de la realidad que tienen
actualmente, como del estilo de vida que desean.
Es ciento por ciento posible que pases de ser infeliz y estar
arruinado económicamente, a vivir una vida de seguridad y amor. A
cambio, todo lo que te pido es que tengas una mente abierta y
confíes en el poder que tienes. Confía en el universo. Confía en que
es bondadoso y benévolo, esperando darte todo lo que quieres de la
vida. No quiere que vayas inconscientemente por la vida sin un
sentido, sin un propósito o una dirección.
Abre tus ojos a los milagros del universo y observa cómo te
recompensa con sus regalos. Toma las riendas de tu vida haciendo
realidad tus poderes creativos ahora mismo. Después de todo, este
es el único momento en el tiempo que tienes.
CAPÍTULO 1:
LA REALIDAD MULTIFACÉTICA

La realidad es a la vez definitiva y temporal. Es a la vez absoluta


y relativa. Según el punto de vista de cada uno, la realidad puede ser
el infierno o el cielo, o ambos a la vez. Comprender la realidad es el
primer paso para saber cómo puedes manifestar cualquier cosa en tu
vida. Después de todo, si no puedes comprender adecuadamente la
realidad en la que vives, ningún trabajo te ayudará.
Las personas que aplican ciegamente técnicas y métodos
espirituales de superación personal se parecen mucho a quienes
utilizan un bote de remos para cruzar un desierto. Ignoran por
completo cuál es su entorno —cómo les afecta o no— y acaban
eligiendo las herramientas equivocadas.
Así que, sin más preámbulos, entremos a desglosar la realidad de
la "realidad".
La naturaleza de la realidad

Para entender verdaderamente qué es la realidad, tenemos que


deconstruir el propio proceso de creación. Al fin y al cabo, la
realidad está llena de cosas que nosotros creamos. Por ejemplo,
alguien con miedo a los perros tendrá miedo de todos los perros, ya
sean juguetones o agresivos. Las creaciones mentales que habitan en
tu mente crean tu realidad absoluta. Entonces, ¿cómo se produce la
creación en primer lugar?
La forma más fácil de entender este proceso es simplemente
mirar a tu alrededor. ¿Qué ves? Un libro, un ordenador, un teléfono,
etc. ¿Pero qué es lo que realmente ves? Pues la luz, por supuesto. Las
cosas que ves son visibles para ti porque reflejan ondas de luz hacia
tus ojos y, por tanto, se dan así una forma.

Ver la luz
La luz del sol en sí misma se considera luz blanca. En otras
palabras, no le asociamos un color. Sin embargo, al pasarla por un
filtro, como un prisma, observamos claramente que surge un arco
iris de colores. Aplicar un filtro es simplemente el proceso de separar
lo que queremos de las infinitas opciones.
Lo que quiero decir es que si quieres convertir tu habitación en
roja, aplicas un filtro rojo a las bombillas y al instante tienes una
habitación roja. Del mismo modo, puedes aplicar filtros para crear
cualquier otro color que desees. En otras palabras, lo que estás
haciendo es eliminar todos los colores, excepto el rojo de tu fuente de
luz, y crear una situación en la que todo es rojo.
Nuestras vidas se desarrollan de forma muy parecida. Recibimos
una corriente de infinitas posibilidades del universo y la filtramos
para crear una realidad para nosotros. La gran mayoría de nosotros
lo hace inconscientemente. Piensa en ello como si aplicaras un filtro
verde a tu fuente de luz y luego te preguntarás por qué nada de lo
que ves es rojo. Pues bien, ¡cambia el filtro!
Esta corriente de infinitas posibilidades que recibimos se llama
campo cuántico. Este campo contiene información a nivel atómico y
subatómico sobre el movimiento de la materia. Por lo tanto, es el
registro de infinitas realidades paralelas que existen en función de
los filtros que se aplican a este flujo. El campo cuántico es una
estructura energética compleja y, como tal, solo puede ser descrita de
forma teórica por la física actual.
La realidad física es con la que interactuamos a diario, pero no se
puede negar que hay cosas que conocemos pero que no podemos
explicar o experimentar. Este es el componente metafísico de la
realidad y es donde, comprensiblemente, experimentamos el mayor
debate y resistencia en nuestro interior.
Nuestras mentes son receptores de conciencia infinita, pero no
están totalmente equipadas para manejar las realidades metafísicas
de nuestra existencia. Siempre exigimos pruebas en forma de
realidad física y acabamos eligiendo solo aquello que podemos
comprender. Así, acabamos creando lo que entendemos que es
posible para nosotros, lo que creemos.
Visto así, la cita de Henry Ford: "Lo creas o no lo creas, tienes
razón", abre todo un nuevo mundo de posibilidades, ¿no es así? La
corriente infinita es en realidad un enorme árbol con numerosas
ramas, todas ellas interconectadas entre sí. El filtro que aplicas
determina qué realidad o rama eliges.
Equilibrio

Otro aspecto de la corriente infinita es el equilibrio. Nuestras


vidas están llenas de obstáculos y muros que son creados por otras
personas y las construcciones de nuestro mundo físico. Esto es
simplemente la verdad de nuestra existencia. No hay ninguna
realidad en la que no existan obstáculos. Desear que desaparezcan es
simplemente tratar de ir en contra de la verdad y este es un ejercicio
inútil.
Los obstáculos son grandes drenajes de energía y, al darles una
importancia indebida, acabamos otorgándoles prioridad en nuestras
vidas. Una de las razones por las que las obsesiones insanas con los
obstáculos conducen a malos resultados es que te ponen de lleno en
contra de otra verdad fundamental de la vida. Que todo está
equilibrado.
Para comprender el bien, necesitas el mal. Para comprender lo
masculino, necesitas lo femenino. La polaridad es la forma que tiene
la naturaleza de hacernos saber que el equilibrio existe y nos
recuerda la necesidad de mantenernos en el medio. El budismo se
refiere a esto como el camino del medio, evitando los extremos.
Las fuerzas que se encargan de mantener el equilibrio suelen
acabar siendo destructivas, porque son completamente opuestas a tu
forma de ser actual. Cuando acumulas un exceso de emoción hacia
una cosa concreta en tu vida, la naturaleza actúa rápidamente para
eliminar ese exceso.
Un concepto clave que hay que entender aquí es que lo negativo
no es repelido por lo positivo. En cambio, el exceso negativo es
eliminado por la realización de esos pensamientos negativos. Por
ejemplo, el desequilibrio causado por el descontento con una
situación particular no se elimina creando satisfacción. En cambio, se
elimina al tomar conciencia de tus patrones de pensamiento
negativos.
Si sobrevaloras algo, ocurrirá exactamente lo contrario, para
devolverte a la realidad objetiva. Así, si realmente quieres ese trabajo
y exageras su importancia más allá de su realidad, acabarás
alejándolo de ti porque estás desequilibrado.
Para crear cualquier cosa en tu vida, requieres de una intención
equilibrada hacia ese objetivo. Si eres excesivamente crítico y duro
contigo mismo, las fuerzas equilibradoras del universo te darán más
oportunidades para dejar estos patrones de pensamiento negativo.
Pero son precisamente estos pensamientos negativos los que nos
impiden ver estas oportunidades.
Por eso es tan fácil caer en un espiral negativo. Piensas en una
carencia y esta te saca del equilibrio al sobrevalorar algo negativo lo
cual te lleva a su realización. Esto te desequilibra aún más y pronto,
estás en un infierno personal.
La importancia que le das a algo, ya sea excesivamente positiva o
negativa, actúa como un filtro y te impulsa hacia la rama que has
elegido dentro de la realidad infinita. Entonces, ¿cuál es la solución
aquí? Pues, sencillamente, dejar de ser tan serio todo el tiempo. La
propia conciencia de que hay infinitas realidades entre las que
puedes elegir, debería reducir tu creencia de que esta realidad actual
es la única con la que estás comprometido.
Deja de dar tanta importancia a los obstáculos en tu vida y
reconoce la realidad de la situación: Los obstáculos tienen que existir
para mantener el equilibrio existencial en el universo. En lugar de
tratar de eliminarlos, trata de superarlos concentrándote en lo que
deseas que nazca a la existencia. Si le das a los obstáculos toda la
importancia del mundo, solo te empujarás a una realidad en la que
únicamente existen obstáculos, y tu vida será esclava de ellos.
¿Significa esto que debes volverte insensible ante los problemas
de la vida y simplemente no preocuparte por nada? No, esto es
adoptar el otro extremo y te expondrás al efecto dañino de las
fuerzas que mantienen el equilibrio. En lugar de eso, tienes que
adoptar un enfoque equilibrado, lo que significa realmente llegar a
aceptar las cosas tal y como son.
Los obstáculos existen y hay que encontrar la manera de
superarlos. Al centrarte en la solución más que en el obstáculo, eliges
conscientemente la realidad en la que el obstáculo existe y pronto,
este dejará de existir. "Elegir" es la palabra clave aquí. Puedes elegir
ser miserable exagerando la importancia de las cosas en tu vida o
puedes elegir ver la realidad como es —objetivamente— y
permanecer en equilibrio con todo.
Todo está conectado

Aunque tenemos el poder de elegir, la elección en sí misma


distorsiona nuestra realidad. Somos capaces de perdernos en nuestro
mundo de elecciones y exagerar su importancia. Esto también nos
desequilibra, ya que en una realidad así, no reconocemos la verdad
de que todo es uno y todo está interconectado.
La corriente infinita, que es el campo cuántico, se escapa de
nuestra conciencia cuando solo nos centramos en la elección que
tenemos que hacer. Esto nos impide sentirnos abrumados por la
existencia de la corriente completa de la conciencia. En nuestra vida
cotidiana, rara vez reconocemos e indagamos esta corriente
completa, gracias a nuestra fijación en la elección que aplicamos, y
nos deslizamos hacia el pensamiento dualista, que implica "uno u
otro" y no "ambos". En otras palabras, pensamos que si elegimos lo
positivo, rechazamos lo negativo.
La verdad es que, a pesar de este rechazo, lo negativo sigue
existiendo en una realidad paralela, lo que significa que, en una
escala absoluta, todo existe como uno. El pensamiento dualista
conduce a la imposición de muchos filtros negativos, ya que crea
carencias en nuestra mente. Nos enfrentamos unos a otros, pensando
que tenemos que coger lo que podamos mientras dure.
En un nivel absoluto, la unidad existe, y esto no puede ser
cuantificado sino solo experimentado. Para describirla, hay que
compararla con algo, lo cual implica dualidad. La realidad absoluta
y la conciencia pura no son duales. El amor es la máxima expresión
de la unidad. Implica la fusión de las almas, cuando amas todo lo
que te rodea, es imposible causar daño, y mucho menos crear
negatividad.
Cuando conectamos con el poder del amor, ya no nos
comunicamos con nuestras mentes, sino que nos comunicamos con
las almas. El alma no es más que una expresión y una parte de la
unidad.
El poder del alma
El alma tiene conciencia de todo lo que es y será. Tiene acceso a
todas nuestras realidades paralelas y a las implicaciones de nuestras
elecciones. En otras palabras, sabe en qué rama estamos
actualmente, cuáles hemos evitado y a dónde nos llevarán ciertos
filtros. Conoce las consecuencias de estas elecciones y nos advierte
de las negativas.
Esta comunicación no se produce a través de nuestros
pensamientos, sino a través de nuestras emociones —nuestro
instinto visceral, esa punzada en nuestro corazón, esa habilidad para
percibir el peligro que sentimos instintivamente— que es el lenguaje
de la unidad. La felicidad y la sensación de confort después de haber
hecho una elección es una indicación de que tu alma te está
elogiando por una elección que te beneficiará. El malestar constante
y los sentimientos de estrés, negatividad y resistencia son
indicadores de que tu alma ha visto las consecuencias de esta
decisión y no la recomienda.
La intuición, o el "sexto sentido", es inherente a cada uno de
nosotros. Nos ayuda a sintonizar con nuestra alma mientras
reconocemos e interpretamos los mensajes que esta nos envía. Por lo
tanto, abre tu mente y escucha realmente lo que te dice tu alma.
Invariablemente, te encontrarás en el camino correcto. Te llevará a
nadar el río de la vida de la manera adecuada.
La gente suele tratar el acto de vivir con una visión
desequilibrada. O bien van a la deriva y hacia donde la vida la lleva
o bien nadan ferozmente contra la corriente, intentando dar una
lección a la vida, desafiando su equilibrio natural. Ambas formas
resultarán en realidades negativas, porque la primera elimina todos
los elementos de elección; y la segunda, simplemente resulta en
eliminar la conexión de la mente y el alma de su existencia.
Aceptar la realidad se malinterpreta como seguir la corriente,
pero esto no es correcto. La verdadera manera de vivir es
simplemente ir hacia lo que quieres, conscientemente, mientras
aceptas la realidad de lo que te rodea. Es expresar tu intención de
traer algo a tu vida y comunicarlo a tu alma, reconociendo que todos
los obstáculos existen.
También reconoces que al viajar hacia esta intención,
sencillamente estás eligiendo una rama particular en tu árbol de la
vida, y como este es infinito, el destino que deseas para ti existe de
una forma u otra. Tu alma sabe lo que es mejor para ti y se comunica
constantemente contigo, por lo que tu trabajo es moverte en la
dirección hacia la que te señala, sin resistencia y en constante
comunicación.
Por lo tanto, debes estar atento a las señales de tu alma
comunicándose contigo, desconfiando de las soluciones
complicadas. A menudo, simplemente alineándote con el mundo,
descubrirás que las soluciones a tus obstáculos son bastante sencillas
y te mantienen equilibrado, en lugar de sentirte obligado a realizar
grandes esfuerzos o sacrificios por ellos.
Entender la elección

Las elecciones gobiernan todos los aspectos de nuestra vida, e


inevitablemente no hay forma de evitarlas. Lo que eliges depende de
ti, y tus elecciones son las que crean tu realidad. Tus elecciones son
las que te impulsan a lo largo de un camino a través de tu árbol de la
vida. Las emociones que experimentas al elegir un determinado
resultado son las que te ayudan a que nazcan más de estas elecciones
en tu realidad. Es lo que impacta e influye en tus elecciones futuras.
Puedes elegir ignorar tu alma —cómo está interconectada con todo
— y así exponerte a las fuerzas de equilibrio que te empujarán por
un camino que será infernal para ti. Alternativamente, puedes
escuchar a tu alma y crear emociones positivas y cambios en tu vida,
manteniendo así el equilibrio.
Las emociones transmiten energía al campo cuántico,
manifestando así tus meta-realidades en las realidades que te
rodean.

Cómo actuar
Una cosa es decir que debes escuchar a tu alma y prestar atención
a las emociones positivas, pero ¿cómo lo haces realmente? Bueno,
todo comienza en el momento presente, declarando tu intención de
crear lo que más quieres en tu vida y asumiendo la responsabilidad
de crear esa realidad.
El propósito de declarar esta intención es reconocer que el único
que manda eres tú. Es simplemente reunir todo lo que has
aprendido hasta ahora en un acto consciente de declaración. Que el
objetivo sea alcanzable o no, no viene al caso. Tu intención y tu alma
no se preocupan por nada de eso. Lo único que importa es que has
decidido ir a alguna parte —crear una realidad diferente, elegir un
estilo de vida diferente para ti— y ahora tienes que actuar.
A medida que avanzas en tu camino, recuerda activar siempre las
emociones positivas de tu alma dejando que te guíe en el camino.
Deja que tus elecciones a lo largo de tu camino sean guiadas por las
emociones que sientes y deja que te mantengan equilibrado —lejos
de las fuerzas destructivas del equilibrio—. Tus elecciones son las
mismas que los filtros que aplicas al color de la luz de tu elección,
como vimos anteriormente.
Aplica filtros positivos, llenos de imágenes que te hagan sentir
bien, profundamente. No adoptes los filtros de otros o los que crees
que la sociedad aceptará. Esto da una importancia indebida a tus
obstáculos y te hará perder el equilibrio. Concéntrate en ti mismo y
dale prioridad a tus deseos, a tu visión de la vida que quieres vivir,
para determinar qué tipo de filtros te hacen sentir bien.
Algunos ejemplos de filtros son las imágenes visuales y las
afirmaciones. Las afirmaciones son declaraciones positivas que te
ayudan a reforzar la idea de que tienes el control y de que estás
haciendo una elección consciente para comprometerte con tu árbol
de la vida, en lugar de flotar pasivamente esperando que las cosas te
sucedan.
La visualización es una herramienta poderosa que puedes
utilizar para manifestar tu realidad. Puedes emplear la visualización
para manifestar cada etapa de tu vida —puede que tus deseos no
lleguen de la forma exacta en que los visualizas, pero debes saber
que se manifestarán de alguna forma—. La visualización no solo
debe utilizarse para lo que deseas en el futuro, sino también en tu
etapa actual. Cada objetivo puede dividirse en pasos y etapas, y
aunque es estupendo visualizar tu destino final, tu atención debe
centrarse principalmente en lograr lo que necesitas conseguir ahora
mismo.
Por lo tanto, haz que este objetivo principal sea el objeto de tus
imágenes mentales y verás cómo se hace realidad en poco tiempo.
Así es como se consiguen los objetivos. Los objetivos se basan en lo
que consideras importante, y las cosas que consideras importantes
son la fuente de tu alegría. Los pensamientos y las opiniones de los
demás tienen derecho a existir, como todo, pero no hay ninguna
regla rígida que diga que tienes que comprometerte con ellos.
Mantente fiel a tu intención y sigue el camino que has elegido para
vivir la vida que siempre has querido.
Recuerda que tu camino es solo tuyo; nadie más puede recorrerlo
por ti. Lo que puede funcionar para ti o parecer correcto para ti
puede ser perjudicial para otra persona y viceversa. Consulta
siempre con tu alma para determinar qué es lo correcto para ti y
empieza a actuar. El único tiempo que tienes es el ahora —el
presente— y este es el único lugar donde existe la felicidad.
Al alinear tu meta con tu existencia actual, ayudado por el
conocimiento que has adquirido en este capítulo, te darás cuenta de
que la verdadera felicidad en el momento actual es el único lugar
donde puedes obtenerla, después de todo.
CAPÍTULO 2:
DESBLOQUEA EL AHORA

La felicidad existe en este momento, pero ¿cómo se define el


"ahora"? Esto plantea cuestiones más amplias y complicadas: ¿Qué
es el tiempo? ¿Existe? ¿Hasta qué punto es real? Todos hemos tenido
experiencias en las que el tiempo se ralentiza o se acelera
dependiendo de nuestra percepción. Cuando se trabaja en un
empleo aburrido que consume el alma, el tiempo se detiene; el reloj
avanza muy lentamente, cada momento parece ser una eternidad.
Cuando nos divertimos mucho, el tiempo vuela prácticamente. El
problema es que nuestro mundo está construido en torno al
concepto de tiempo, lo cual provoca un montón de conflictos,
porque el tiempo en sí mismo es una ilusión que va en contra de la
naturaleza de la realidad. Esta ilusión afectará la forma en que
abordamos la idea de la manifestación.
La única realidad

La ciencia ha creado maravillas dentro de nuestro mundo, sin


embargo, damos mucho por sentado, como el medio a través del
cual estás consumiendo esta información: iPads, teléfonos
inteligentes, lectores de libros electrónicos. Nada de esto se habría
hecho realidad sin los avances científicos. La ciencia padece una
condición peculiar: a pesar de los numerosos puntos fuertes que
posee, hay una debilidad particular que los supera con creces a
todos.
En consecuencia, cuando este problema aparece, los principios
científicos se desmoronan por completo y lo que nos queda es
simplemente inexplicable. Este punto débil es el tiempo, la definición
y el tratamiento que la ciencia hace de él. Para entender mejor y
resolver eficazmente cualquier problema del mundo real, es
necesario desarrollar lo que se llama un modelo.
Un modelo es una situación idealizada que ignora ciertos
tecnicismos del mundo real para llegar a una solución aceptable.
Este enfoque funciona de maravilla casi siempre. Al adaptar la
solución del modelo al mundo real, la solución se ajusta para tener
en cuenta los aspectos prácticos que se ignoraron y, por tanto, nos
ayuda a organizar nuestras vidas.
Sin embargo, a medida que este enfoque va ganando en
madurez, se produce un gran problema. Sencillamente, nos
olvidamos de que el modelo tiene puntos débiles y empezamos a
suponer que el modelo es un reflejo exacto de la realidad. El
tratamiento científico del tiempo ha sufrido exactamente este
problema, lo que ha dado lugar a que ahora vivamos en un mundo
en el que las cosas se construyen con una comprensión imperfecta de
él. No hay ninguna responsabilidad incorporada para los resultados
no científicos e intangibles.

El modelo y la realidad
El modelo científico del tiempo supone que es una línea recta que
siempre avanza. El momento actual, o el presente, es solo un punto a
lo largo de esta línea. Este modelo funciona muy bien, pero nuestra
experiencia práctica con el tiempo demuestra que no es cierto. La
debilidad de este modelo queda demostrada por el hecho de que la
física tradicional se rompe cuando se habla de fenómenos de nivel
cuántico, en los que el tiempo no existe.
La física tradicional también se quiebra cuando el tiempo se
deforma, y las reflexiones de Albert Einstein al respecto confirman el
hecho de que reconoció claramente las limitaciones de modelar el
tiempo como una línea recta. La realidad es que el tiempo
simplemente no existe. Es una construcción inventada que se creó
para poner orden en nuestras vidas.
El tiempo actual es siempre "ahora" y ahora es el único momento
que tenemos para manifestarnos. No podemos cambiar nuestro
pasado, pero nuestras vidas de aquí en adelante se ven directamente
afectadas por lo que hacemos en este mismo momento para llegar a
donde queremos estar. Si rechazamos el momento presente, estamos
rechazando la realidad, y rechazar la realidad es rechazar las
posibilidades de manifestar cualquier cosa que desees.
Nuestro cerebro funciona de manera relativa. Es decir,
aprendemos mejor cuando comparamos las cosas entre sí. Así, es
más fácil entender el tiempo creando contrastes. Esto sucedió, esto
está sucediendo y esto sucederá: el pasado, el presente y el futuro.
Aunque el contraste se utilizaba originalmente para poner orden en
nuestras vidas, lo hemos perdido de vista. En cambio, lo hemos
adoptado de una manera que nos hace estar atascados, fijados y
sentir caos en todo momento.
El tiempo no es algo que se pueda sentir o tocar. Se experimenta
y, por tanto, es una realidad metafísica. El tiempo no es lineal; es
constante. Nunca cambia. Siempre está aquí y ahora. La ciencia ha
empezado a darse cuenta de ello y destaca la importancia del
momento presente en los escritos de eminentes físicos como Stephen
Hawking, Einstein y David Bohm.
El Dr. Bohm llegó incluso a sugerir que la física se equivocaba al
suponer que el tiempo era una línea recta; sus opiniones coinciden
con gran parte de lo que se enseña en el budismo zen. Una de las
creaciones más insidiosas de este modelo del tiempo como línea es la
creación del ego. Así que echemos un vistazo más profundo a esto.
El ego

Para comprender la naturaleza de la manifestación, es


imprescindible saber que el tiempo es un terreno fértil en el que el
ego crece y se arraiga. El ego depende de esta pobre comprensión,
porque necesita la construcción del tiempo. Utilizando los
acontecimientos del pasado, se apuntala para rechazar la realidad, o
bien exagera la importancia de ciertos acontecimientos para crear un
presente infernal. En otras palabras, el ego puede influir en la
dirección de nuestras vidas si se lo permitimos.
El ego se asoma al futuro y proyecta imágenes positivas o
negativas similares, todas ellas muy exageradas para construirse a sí
mismo. No es la positividad o la negatividad lo que lo alimenta. En
su lugar, se sostiene a través del drama y la pura agitación
emocional.
El momento presente, que simplemente se centra en el aquí y
ahora, carece de cualquier drama en absoluto. Esto se debe a que
cuando te alineas con la presencia, no hay lugar para el drama o la
agitación emocional. Solamente ejecutas lo que hay que hacer para
lograr tus objetivos. Es el ego el que necesita saltar de un lado a otro
en el tiempo para crear construcciones.
El momento presente no necesita eventos pasados y futuros para
propagarse. Solo existe continuamente y siempre, sin importar lo
que hagas. Por lo tanto, cuando se lo desafía de esta manera, puedes
apostar que el ego lanzará todo tipo de obstáculos en tu camino que
te sacarán del momento presente y te sumergirán en una dimensión
irreal del tiempo.

La disolución del ego


Examinar la naturaleza del ego es el primer paso para superarlo
porque no puedes disolver algo que no entiendes. Además de un
apego emocional al tiempo, al ego le encanta juzgar y etiquetar todo
tipo de cosas. Este tipo de juicio suele dar lugar a que el ego se sitúe
como inferior o superior al objeto juzgado. Siempre que te
encuentres en este estado de ánimo, recuerda que es el ego el que se
está imponiendo a sí mismo y que tienes que salir de él. De lo
contrario, esto te perpetuará en una vida en la que tu ego toma el
control.
Otro indicador del ego es su insistencia en identificarse con los
objetos y los acontecimientos para apegarse a ellos. Recuerda que al
ego le encanta el drama. La forma en que utiliza estos
acontecimientos es para pintarse una identidad superior o inferior.
Un ejemplo de esto es cuando el ego se pinta a sí mismo como la
víctima de circunstancias desafortunadas y se queja de que nada sale
bien. El comportamiento de víctima es un alimento para el ego, ya
que al centrarse en el supuesto mal, consigue que dirijas tu energía
hacia él, y así, acabas teniendo una percepción de que el obstáculo es
mayor de lo que realmente es. Pones en juego las fuerzas de
equilibrio disruptivas que no harán más que intensificar la fuerza del
obstáculo, y el ego consigue prolongar su propio control.
Como puedes imaginar, cuando alguien intenta decirte que todo
lo que quieres es posible, gracias a la compleja estructura de la
psicología humana, el ego se ve enormemente desafiado.
Reaccionará de la única manera que conoce: creando un drama.
Centrarse en el ahora y seguir siendo una presencia incompleta
es la mejor manera de vencer los intentos del ego de desviarte de tus
objetivos. No necesitas el tiempo, ya que el tiempo no existe. Es un
conjunto de "ahoras". Incluso si amplías el campo de visión, cada
año no es más que una colección de "los hoy". El momento presente
es el único que existe plenamente, así que dedícate a él de todo
corazón y deja que el ego siga haciendo ruido en el fondo.
La clave para superar el ego es la misma que para cualquier
obstáculo. Simplemente no te concentres en su existencia; no, esto no
significa fingir que no existe. En su lugar, observa su existencia con
una aceptación pasiva. A continuación, céntrate en cómo superarlo
enfocándote en el presente. Hazlo y verás que el ego se disuelve por
sí mismo.
El tiempo psicológico

Uno de los conceptos clave que apuntalan el ego es la noción de


tiempo psicológico, como lo llama Eckhart Tolle. De hecho, llega a
decir que lo único que nos impide ver la luz es el tiempo y todo lo
que está ligado al tiempo. Por tanto, poner límites de tiempo a las
relaciones o a cualquier aspecto de nuestra vida acaba por
condenarla.
El tiempo psicológico se contrapone al tiempo del reloj. El tiempo
del reloj es exactamente lo que significa. Es una cosa mecánica que
utilizamos para dividir nuestro día en partes manejables y que
utilizamos para ser productivos. Sin embargo, el tiempo psicológico
es una bestia totalmente diferente. Es fluido y no es lineal. Salta del
pasado al futuro y nunca está en el presente. Es la mayor fuente de
combustible del ego.
El tiempo psicológico pretende transportarnos al pasado o al
futuro y nos mantiene atrapados allí. Menciono esto porque está
perfectamente bien decidir terminar algo, por ejemplo, a las cuatro.
Este es el uso del tiempo del reloj. Sin embargo, viajar allí y estar
siempre allí, en lugar de terminar de hacer el trabajo, es utilizar el
tiempo psicológico. Es casi seguro que nos hará infelices.
Al proyectar hacia el futuro o viajar al pasado, nos afirmamos a
nosotros mismos que el momento presente no es lo suficientemente
bueno para nosotros. En resumen, rechazamos la realidad. Al hacer
esto, seguimos construyendo ciertas estructuras y creencias en
nuestra mente —que pensamos que nos reconfortarán y
tranquilizarán— pero en lugar de eso, no hacen más que crear
obstáculos en nuestro camino para lograr nuestra mejor vida.
Por lo tanto, acabas atrapándote en tu propia mente y reforzando
la fortaleza que tus problemas tienen sobre ti. Combatir las garras
del tiempo psicológico puede ser difícil, ya que es fácil dejarse
engañar. Al igual que el hecho de que no centrarte en tus obstáculos
puede ser malinterpretado como que "no te importan", no prestar
atención al tiempo psicológico puede interpretarse como si
estuvieras en negación y eligieras ignorar tus problemas.
Por supuesto, esta no es la forma correcta de actuar. En su lugar,
céntrate en la existencia de soluciones y dale a tus emociones el
espacio que necesitan para coexistir con comodidad. Muchos viajes
en el tiempo se producen porque rechazamos la validez de nuestras
emociones, especialmente las negativas, en lugar de sentir
plenamente cada emoción. Recuerda que todo tiene una razón de
ser, lo entiendas o no. Los sentimientos de tristeza y ansiedad existen
por una razón. Los problemas solo se producen cuando nuestras
emociones están desequilibradas, cuando lo negativo supera a lo
positivo y viceversa.
Si te encuentras en una situación difícil y si el momento actual es
extremadamente doloroso, permítete expresar las emociones
negativas que afloran en tu interior. No pienses que está mal sentir
esas emociones o que no son válidas, ya que hacerlo te hará viajar al
pasado o al futuro para buscar consuelo. Céntrate en lo que puedes
hacer para mejorar la situación, justo en este momento.
Si no hay nada que puedas hacer para remediar la situación en la
actualidad, no pasa nada, simplemente reconoce su existencia. Debes
saber que, como no hay nada que hacer en este momento, debes
esperar el adecuado. Al principio, esto te costará bastante, pero con
el tiempo, te darás cuenta de que estás mejorando en ello.
Hay algunas técnicas que puedes utilizar para aflojar el control
del tiempo psicológico y del ego sobre tu vida y vivir plenamente en
el momento presente. Recuerda que será difícil al principio si estás
acostumbrado a viajar mucho en el tiempo. Tu ego lo rechazará con
vehemencia, pero con persistencia, te encontrarás viviendo cada vez
más en el "ahora".

Técnica Nº1: Técnica de los pensamientos pegajosos


La primera práctica que puedes implementar aprovecha el hecho
de que tus pensamientos tienen una cualidad pegajosa. Lo que
quiero decir es que una vez que un pensamiento se convierte en una
bola de nieve, se perpetúa, y una vez que se pone en marcha, puede
ser extremadamente difícil salir de él. Quienes tienen experiencia
con los pensamientos ansiosos y el miedo saben a qué me refiero.
Una vez que esos pensamientos empiezan a girar
desenfrenadamente en la mente, no importa lo que hagas, parece
que siguen arrastrándote bajo su hechizo.
Pues bien, el objetivo es utilizar esta pegajosidad en tu beneficio.
Si tus pensamientos tienen que ser pegajosos, ¿por qué no hacerlos
positivos? ¿Por qué no adoptar patrones de pensamiento que te
hagan sentir bien y autoperpetuarte en ellos? Bueno, esto es más
fácil de decir que de hacer. El espiral negativo acabará por
arrastrarte de nuevo, aunque tenga que dar largos rodeos.
Una forma de combatirlo es la preparación previa. Cuando te
sientas tranquilo y en paz o simplemente no estés negativo, tómate
el tiempo de visualizar un marco mental de lo que quieres
manifestar. Este marco debería durar entre cuatro y diez segundos.
Llénalo con todas las cosas que quieres y que te dan paz. Dibuja de
memoria o desde la fantasía, no importa. Con más práctica, se
volverá más vívido y detallado. Haz que este marco sea lo más real
posible para atraerlo al momento presente.
Cada vez que veas que tus pensamientos negativos se vuelven
excesivamente pegajosos, recuerda tu lugar feliz dentro de tu
memoria y utiliza el impulso que se ha creado para perpetuar el
pensamiento positivo. Descubrirás que te sientes más ligero y que tu
mente se tranquiliza. Tu nivel de conciencia determina la rapidez
con la que puedes cortar de raíz el proceso de pensamiento negativo.
Cuanto más consciente seas, más rápido podrás desplegar tus
pensamientos hacia el lugar feliz y hacer que se mantengan.

Técnica Nº 2: Observa el ego


Desarrollar tu conciencia es el objetivo de la segunda práctica.
Llámalo atención plena o meditación o lo que quieras, aprender a
observar y a no interactuar con tus pensamientos emocionalmente te
ayudará a separarte de las atenciones del ego, permitiéndote tomar
las decisiones necesarias para guiarte hacia tus deseos. La mejor
manera de llevarlo a cabo es fortaleciéndote.
Empieza por reservar unos minutos diarios para observar tu
respiración. Descubrirás que tu mente divaga y que es imposible
mantener la concentración, aunque sea durante unos segundos. Esto
está bien y es completamente normal. El objetivo aquí no es alcanzar
la divinidad o alguna noción absurda, sino simplemente observar y
no juzgar. Cada vez que tu mente se desvíe, tráela de vuelta
suavemente y céntrate en tu respiración. Piensa que es como un niño
que no sabe lo que está haciendo.
A medida que avanza el día, concéntrate lo más posible en lo que
estás experimentando y pensando, sin juzgar. Por ejemplo, si estás
lavando los platos, siente el agua en tus dedos, el jabón para platos,
etc. Observa lo que pasa por tu mente y no juzgues ni etiquetes nada.
Si te encuentras en un estado de ánimo egoísta, acéptalo y
simplemente sigue adelante, continuando con la observación de lo
que estás experimentando. Presta especial atención a lo que te
comunican tus sentidos y siéntelo. Prestar atención a través de tus
sentidos a lo que sientes en el momento es la mejor manera de
conseguir que tu mente viva en el momento presente.
Se trata de un acto poderoso que, cuando se hace repetidamente,
desactiva el ego y provoca una sensación de paz y calma. Como ya
has aprendido, uno de los principales apoyos del ego, es la noción de
tiempo psicológico. La mejor manera de socavar tu dependencia del
tiempo psicológico es utilizar el tiempo del reloj y permanecer
presente mientras lo utilizas.

Técnica Nº 3: Utiliza el tiempo del reloj


Por ejemplo, establece objetivos a largo plazo y visualízalos
cuando estés libre. Sin embargo, cuando llegue el momento de
trabajar en ellos, céntrate únicamente en el presente. Utiliza el
tiempo del reloj para reforzar esta concentración estableciendo
períodos de trabajo y descanso según las necesidades de tu mente.
Esto fomenta la disciplina y también te ayudará a obtener claridad
mental sobre tus próximos pasos de acción. El tiempo de reloj tiene
un poder inmenso para ayudarnos a ser productivos. La pérdida o
falta de productividad suele ser el resultado de la falta de objetivos o
de la falta de propósito. La definición de un objetivo verdadero para
ti se tratará en un capítulo posterior.
Así que, por ahora, utiliza el tiempo del reloj en tu beneficio
construyendo una estructura de trabajo que te ayude a alcanzar tus
objetivos. Al fin y al cabo, este es el uso original del tiempo, así que
utilízalo y comprueba qué maravillas te aporta.
En última instancia, recuerda que todo existe en el momento
presente, y que no existe ningún otro momento fuera de este.
Refuerza esta idea en tu mente y simplemente observa al ego
haciendo lo que hace sin juzgarlo. Pronto, encontrarás que tu mente
se centra de forma natural en el presente, dejando de lado la
necesidad del ego.
CAPÍTULO 3:
CÓMO ALINEARTE CON TU
MANIFESTACIÓN

El cambio es la única constante en este universo. Lo que sucede


es que nuestras mentes conscientes están singularmente mal
equipadas para tratar y procesar el cambio. Esto se debe a las
numerosas restricciones que se le imponen a medida que crecemos
y, cuando llegamos a la etapa de la adultez, es casi como si nuestras
mentes ya no nos pertenecieran.
Analicémoslo en profundidad.
El condicionamiento social

Una de las eternas preguntas que rodean nuestros


comportamientos y creencias es la de si están influenciados y
causados por la naturaleza o por la crianza. En otras palabras, ¿cuál
es el principal factor que determina por qué nos comportamos y
actuamos como lo hacemos? Este es precisamente el tema del debate
entre el determinismo y el libre albedrío.
El determinismo adopta el punto de vista de que nuestros
comportamientos suelen tener una causa fundamental. Además,
afirma que estas causas son siempre externas. Como tal, se rechaza la
noción de libre albedrío, ya que su ejercicio implica que el
comportamiento humano puede ser controlado internamente. Así,
todos nuestros comportamientos son predecibles y pueden ser
controlados e influenciados por el entorno que nos rodea y los
incentivos que este ofrece.
Hay que tener en cuenta que la palabra externa se utiliza aquí en
el contexto de la capacidad de la mente para tomar decisiones. Hay
una serie de comportamientos que están influidos por procesos
físicos internos, como la salud mental, las hormonas, etc. Estos son
siempre las causas subyacentes del comportamiento humano, y
como tal, la mente es impotente para rechazarlos y actuar de forma
adecuada. Se dice que tal comportamiento está influenciado por el
determinismo interno.
El determinismo externo se da cuando tus comportamientos
están influenciados por factores externos a tu cuerpo físico. Hay que
señalar que el determinismo no es más que un modelo y no debe
tomarse como una verdad evangélica. De hecho, la cuestión de que
los psicólogos no puedan predecir con exactitud el comportamiento
de una persona produjo que se formen dos niveles de determinismo,
llamados duro y blando.
El determinismo duro se refiere a aquellos puntos de vista en los
que se considera a los humanos como meras máquinas biológicas y
se pretende imponer la racionalidad sobre el comportamiento. El
determinismo blando es aquel en el que, en lugar de tratar a las
personas como máquinas, se reconoce cierta fracción de libre
albedrío. Se considera que las condiciones son "probablemente" las
que causan ciertos comportamientos, en lugar de decir abiertamente
que los causan "definitivamente".
El determinismo también va en contra de las costumbres sociales
comunes, como la responsabilidad y la moralidad. Por ejemplo, si
alguien es juzgado por asesinato y no está loco y no lo ha hecho en
defensa propia o inconscientemente, es bastante difícil justificar el
enfoque determinista duro de decir que esta persona no tuvo
elección en el asunto.
La teoría del libre albedrío es un enfoque que está
completamente en contra del determinismo y su enfoque respecto al
comportamiento humano. El libre albedrío rechaza la noción de que
todo el comportamiento puede predecirse y que los humanos no
tienen elección a la hora de determinar sus reacciones ante los
desencadenantes. El libre albedrío es, de hecho, visto como una
diferencia importante entre los seres humanos y otros animales en
nuestro mundo.

Elección
Nuestra capacidad de ejercer el libre albedrío es lo que nos
permite tener el control de nuestro destino. Ningún otro ser vivo del
planeta tiene esta capacidad. De hecho, el grado en que una especie
rechaza los desencadenantes deterministas es un indicador de su
inteligencia media. Este efecto también se observa en los seres
humanos. Aquellos que se consideran librepensadores y que ejercen
una gran influencia en la sociedad humana suelen ser vistos
diferenciados de las masas, aceptando creencias muy consolidadas.
Así, las creencias se forman gracias a fuerzas deterministas
durante nuestra educación y las adoptamos sin cuestionarlas. Sin
embargo, a medida que nuestra conciencia crece, también lo hace
nuestra capacidad de seleccionar y adoptar creencias que nos
ayuden a crecer. Sin embargo, seguimos siendo esclavos de nuestras
viejas creencias y de nuestra necesidad de seguir el modo de vida
determinista.
La clave, para que te des cuenta, es que estás sujeto a ambas
fuerzas: el determinismo y el libre albedrío. Uno, el determinismo,
busca ponerte bajo el control de una mente masiva y adoptar sus
creencias, sean o no correctas para ti. El otro, el libre albedrío, es tu
expresión de quién eres realmente. No viene de un lugar de miedo o
resistencia, sino a través de la comunicación del alma misma.
Para romper tus grilletes y librarte de las enfermedades de la
mente masiva, necesitas reconocer tu capacidad de ejercer tu
voluntad y, sencillamente, tu derecho a hacerlo. Muchos de nosotros
vamos por ahí llevando las máscaras correctas y diciendo las cosas
apropiadas para simplemente encajar.
En lugar de eso, necesitas conectar con lo que realmente eres,
utilizando tu libre albedrío, expresarte plenamente tal y como la
naturaleza te lo propuso.

Adaptación emocional
Cuando ejerzas tu elección de reconocer la verdadera realidad y
expresarte como la naturaleza te lo propuso, te darás cuenta de que
tu mente no sigue tu ejemplo de buena gana al principio. En cambio,
permanecerá atascada en sus viejos patrones durante un tiempo y
buscará aplacar al ego viajando en el tiempo.
A medida que viaja y que empiezas a redirigirla pacientemente
de vuelta al presente, descubrirás que las emociones negativas que el
ego trata de crear transportándote en el tiempo, serán traídas al
momento presente. Esto es algo especialmente problemático porque
nuestro primer instinto es huir de lo negativo en lugar de dejarlo
aflorar y sintonizar con las lecciones de aprendizaje que intenta
ofrecernos.
A menudo nos enfrentamos a la negatividad cubriéndola con
otra cosa o sustituyéndola por una emoción positiva. Lo que hay que
hacer, en cambio, es simplemente permitir que exista y no darle
energía dándole prioridad. Deja que solo exista. Tiene derecho a
existir, así que reconoce que al hacerlo, estás poniendo en juego una
capacidad humana extremadamente poderosa: la adaptabilidad.
Adaptarse a nuestras circunstancias es una cualidad arraigada en
cada uno de nosotros. Es lo que nos ha permitido sobrevivir durante
tanto tiempo. La adaptación nos ayuda a encontrar la mejor manera
de salir de una situación negativa y ajustarnos a ella de manera que
nos ayude a superarla. Por lo tanto, resistirse a las emociones
negativas solo retrasa el proceso de adaptación y empeora las cosas.
Los sentimientos de ansiedad y depresión no se combaten
huyendo de ellos, sino permitiendo que florezcan en ti cuando
surgen y permitiéndote afrontarlos. Al dejar que estos sentimientos
existan y recibirlos, estás reclutando fuerzas mucho más grandes de
lo que tu mente racional puede comprender.
Resistirte a tus emociones es como combatir el fuego con fuego,
lo cual solo empeora las cosas. Es crucial que no juzgues la
negatividad que surge. Reconoce que existe y vuelve al momento
presente lo mejor que puedas.
Cuando empieces a hacerlo, tu mente se resistirá con
vehemencia, pero con la práctica continua, se acostumbrará a ello y
pronto, te encontrarás observando cómo la emoción negativa pasa de
largo como una tormenta temporal. Te habrás adaptado a la
situación y ya no temerás la aparición de la ansiedad, por muy grave
que sea tu estado.
Así pues, ábrete y permítete recibir cualquier emoción que surja
en tu interior.
Permitirse tener

Nuestra existencia en este mundo depende del flujo de energía.


La energía afecta a la esencia misma de lo que somos. Cuando nos
describimos a nosotros mismos, podemos decir nuestro nombre,
nuestra ocupación, lo que hacemos en nuestras vidas, pero ¿algo de
esto describe realmente al "yo"? La verdad es que no hay un "yo" y
que simplemente somos un subconjunto de energía que fluye
alrededor de toda la creación.
Hay diferentes tipos de energía que trabajan juntos para
mantener el equilibrio y nuestra existencia balanceada. Son la
energía activa, la energía receptiva y la energía equilibrada. Las dos
primeras pueden considerarse como el yin y el yang de nuestra
existencia, mientras que la tercera consiste, simplemente, en
equilibrar las dos energías contrarias.
La energía activa es lo que se valora y se desea en nuestra cultura
actual. Buscamos a personas que se expongan y afronten las cosas
con gusto. A menudo se describe a estas personas como
"emprendedoras". Todas estas energías tienen un lado positivo y
otro negativo. Mientras que el lado positivo de la energía activa se
traduce en éxito y logros, cuando se vuelve negativa puede dar lugar
a agresividad y falta de control.
La energía receptiva se manifiesta en una mente abierta y la
voluntad de adoptar diferentes puntos de vista. Esta energía es de
naturaleza más tranquilizadora y suele manifestarse como la espera
del momento adecuado para actuar y estar alerta, en un estado de
preparación.
El logro del equilibrio entre estas energías se traduce en una
capacidad de adaptación a cualquier entorno y en la disposición al
cambio. Cuando están desequilibradas, suelen dar lugar a un
pensamiento rígido y a una visión general fundamentalista hacia un
punto de vista concreto, que en realidad no es más que la adopción
de una energía particular.
Receptividad
De las tres, la energía receptiva, es la más importante, ya que es
la que determina la salud de los otros dos tipos de energía. Una de
las razones principales es que la receptividad es lo que determina
nuestro nivel de aceptación. Si no aceptamos las cosas tal y como
son, no podemos tomar medidas para cambiar o adaptarnos a las
situaciones, lo que conduce a la rigidez.
Cuando es plenamente funcional, la energía receptiva se
manifiesta como arraigo, conciencia y aceptación. Nos pone en
contacto con lo que somos y con la realidad de nuestra situación.
Con la ayuda de la energía activa, podemos tomar medidas para
rectificar si es necesario. Sin la entrada de la energía receptiva, la
energía activa se convierte en predeterminada, y esto conduce a
estados desequilibrados en los que simplemente no sabremos
cuándo parar, por así decirlo.
Sin embargo, el verdadero poder detrás de la energía receptiva es
que es crucial para determinar nuestra capacidad de dar y recibir
amor. El amor es lo que en última instancia mueve el mundo y es la
emoción que nos conecta directamente con nuestra alma y el
conocimiento infinito, como hemos visto en el capítulo anterior.
La conciencia es crucial para que exista el amor, ya que el amor
exige una actitud de dejarse a sí mismo y poner otra cosa por
delante, de forma no condicionada. La conciencia no es más que una
expresión de la energía receptiva, al igual que la aceptación. Ambas
son cruciales si queremos mantener los niveles más altos de
honestidad con nosotros mismos.
Así, para experimentar plenamente los frutos de la alegría,
necesitas permitirte recibir. Tienes que abrirte a lo que te rodea y
volverte vulnerable a ello. Esto no significa que te conviertas en un
esclavo de ello, sino que simplemente te abres y sabes que, pase lo
que pase, estás encontrando el camino de vuelta a tu alma y que el
amor te lo mostrará.
Amor incondicional

Cuando nacemos, la gran mayoría de nosotros recibimos amor


incondicional. Los bebés de cualquier forma de vida provocan todas
las formas de amor incondicional y felicidad en todos nosotros, y
esto habla de una necesidad humana fundamental: la necesidad de
recibir amor incondicional. Por desgracia, los recuerdos que tenemos
de bebés se desvanecen y crecemos sin saber qué es el amor
incondicional.
La triste verdad es que hay mucha gente que no tiene ni idea de
lo que es y del nivel de desequilibrio que provoca en nuestras vidas.
Acabamos pensando que el amor es algo condicionado, que solo se
da cuando recibimos algo más. El amor condicionado es
simplemente un ejemplo de una construcción social que se nos
impone a medida que avanzamos por el mundo. Como la mayoría
de las construcciones sociales, no es más que una ilusión y está muy
alejada de la verdad.
¿Cómo se puede empezar a deshacerse de estas construcciones
que rodean al amor? Bueno, el primer paso es reconocer que el amor
incondicional existe y que es algo que mereces plenamente. A
continuación, para recibir el amor incondicional, hay que empezar a
darlo.

Técnica Nº 4: Estar presente con tus emociones


Lo que sea que pongas en el mundo es exactamente lo que
recibirás. Si eliges la rama que conduce a más amor en tu árbol de la
vida, entonces eso es lo que se manifestará en tu realidad física. Por
lo tanto, para recibir algo, primero tienes que darlo.
Ahora bien, el amor incondicional no significa que tengas que
empezar a confesar tu amor a personas al azar a tu alrededor. Ni
mucho menos. En lugar de eso, entiende que el amor es una forma
de energía, y necesitas comprometerte con todo lo que te rodea con
compasión y sin juzgar. Al fin y al cabo, esto es lo que realmente es
el amor. Estamos familiarizados, en mayor o menor medida, con la
forma en que podemos expresar el amor, pero ¿cómo se emite el
amor como energía?
Bueno, esto es simplemente transmitir una energía de aceptación
hacia un tema en particular. ¿Tu compañero de trabajo te molesta
incesantemente? Pues bien, cierra los ojos y acéptalo por lo que es y
deséale lo mejor en su vida. Desea que logre todo lo que quiere y que
reciba una felicidad incondicional. A menudo descubrirás que, al
hacerlo, la calidad de tu vida mejorará notablemente. Tal vez ya no
parezca irritarte (aunque esas cualidades y hábitos sigan existiendo
en ellos), porque has aprendido a aceptarlo por lo que es, con
defectos y todo.
Suelta todas las expectativas que tienes y sencillamente da.
Restringir tu expresión de amor es tratar de lograr un propósito que
contrarresta lo que estás tratando de hacer. Esto realmente no
necesita ninguna explicación. Al principio, puede sentirse mal si
estás acostumbrado a esto, pero con la práctica regular cada día, se
convertirá en una segunda naturaleza para ti.
Comienza practicando en los momentos más básicos de tu día y
ve abarcando momentos más molestos. Pronto te encontrarás en un
mundo de felicidad, y lo mejor de todo es que habrá sido tu propia
creación.
Las emociones son la clave de la felicidad, incluso las negativas.
Recuerda que cada emoción existe por una razón y que indica un
desequilibrio o funciona como una señal de alarma. Por lo tanto,
debes dar a tus emociones el espacio necesario para que se
manifiesten y se expresen, en lugar de negarlas y tratar de
compensarlas de otra manera.
La conciencia a través de la meditación o la atención plena te
ayudará a aceptar tus emociones. Recuerda que son la conexión con
tu alma y que tu alma sabe lo que es bueno para ti, ya que tiene
acceso a información infinita. Por lo tanto, en cualquier acción que
elijas realizar busca la confirmación de tu alma antes de avanzar. La
atención plena te dará los marcadores que necesitas para determinar
esto.

Técnica Nº 5: Receptividad
Ábrete al mundo y sé más receptivo a la energía que te rodea.
Estamos rodeados de milagros, pero a menudo no tomamos nota de
ellos. Piensa en todas las cosas que te rodean ahora mismo.
Probablemente haya electricidad, Internet, un ordenador, un
smartphone. Piensa en lo fantástico que habría sido todo esto para
alguien que hubiera nacido en el siglo anterior. Muchos de estos
milagros te habrían parecido Star Trek cuando eras un niño.
Tómate el tiempo de observarlos. Elige uno cada día y obsérvalo
de verdad. Maravíllate de lo ingenioso de su diseño, aunque no
funcione bien. Piensa en lo milagroso que es, que incluso un
ordenador defectuoso es un milagro, que requiere que tantos
componentes diferentes sean diseñados con precisión para formar
algo. Las palabras en su pantalla, el color de las cosas que crea, todo
ello se almacena como energía en un disco que luego se transmite
utilizando otra forma de energía. Como he dicho, ¡estamos rodeados
de milagros!
Practicar el minimalismo es una gran manera de detenerse y
reconocer el milagro que está presente en cada cosa individual.
Cuantas menos cosas compitan por tu atención, más tiempo y
energía le dedicarás, y más lo apreciarás. Si solo tuvieras un objeto
delante de ti, es más probable que te comprometas con él de una
forma más profunda y significativa.
Aumentar tu nivel de receptividad tiene un beneficio añadido:
aprenderás a hacer mejores preguntas. Al comprometerte con el
mundo de una manera más compasiva, tus preguntas acabarán
siendo naturalmente más abiertas. Esto te hará cuestionar muchas de
tus propias suposiciones y también las de la sociedad.

Técnica Nº 6: Desprenderse del condicionamiento


Para desprendernos de nuestro condicionamiento, es importante
que reconozcamos que el modelo estereotipado en el que vivimos no
es cierto. Los roles que desempeñamos en nuestra vida cotidiana son
una cuestión de convención, son abstractos. Por lo tanto, nuestro
carácter condicionado es tangible. Aprender a estar atentos y
observar las condiciones que "aparecen" en nuestros pensamientos,
emociones y acciones cotidianas es una forma segura de iniciar el
proceso de cambio.
Nunca dudes en hacer preguntas cuando te enfrentes a un
conjunto de normas que te obligan a seguir. Céntrate en las
preguntas abiertas y que susciten una gran variedad de respuestas.
Las preguntas que te obligan a considerar todos los puntos de vista
alternativos son un gran ejemplo de ello. Una de las mejores
maneras de reforzar la unidad de todo lo que hay en este mundo es
simplemente sentarse y tener una discusión con alguien que tiene el
punto de vista diametralmente opuesto al tuyo.
CAPÍTULO 4:
SINCRONICIDAD CORAZÓN-MENTE

Tu cuerpo tiene dos centros nerviosos principales. Mientras que


uno de estos centros, el cerebro, recibe mucha atención, el otro, que
es tu corazón, tiende a ser ignorado en favor de la racionalidad y
otras construcciones modernas. Los antiguos místicos han escrito
que nuestras mentes no son solo nuestros cerebros, sino que
realmente son una combinación de nuestro cerebro y nuestro
corazón.
La conexión entre la mente y el cerebro es algo a lo que hay que
prestar atención y alimentar para vivir lo mejor posible. Veamos
cómo hacerlo, pero antes, veamos qué es esa conexión.
La conexión

En los círculos científicos siempre se ha considerado que el


corazón no es más que un músculo. Tiene el tamaño de un puño y
bombea sangre sin parar, día a día, y cuando se detiene, te mueres.
Es muy sencillo. Se aconseja ejercitarlo realizando ejercicios que
ayuden al sistema cardiovascular y comiendo sano. Eso es todo,
según la ciencia.
Sin embargo, investigaciones recientes demuestran que los
antiguos monjes tenían algo de razón. El corazón es mucho más que
una máquina de bombeo de sangre. Es uno de tus centros de
comunicación. Al igual que el cerebro controla la capacidad de
comunicación y de toma de decisiones, el corazón lo hace en mayor
medida.
De hecho, el corazón crea un campo electromagnético que es
sesenta veces mayor que el que crea el cerebro. El corazón es, en
realidad, un centro de procesamiento avanzado y tiene funciones
que le permiten recordar, tomar decisiones y aprender. El campo
electromagnético que produce el corazón puede detectarse hasta
varios metros de distancia del cuerpo de una persona.
Más significativo aún es que este campo electromagnético puede
utilizarse para comunicarse entre personas. Cuando dos personas se
encuentran cerca o están en contacto físico, se produce una
comunicación. Ahora bien, esta comunicación es de naturaleza muy
diferente a la que se produce entre cerebros.
Mientras que el cerebro utiliza las palabras para codificar sus
pensamientos, el principal dispositivo de comunicación del corazón
es la emoción y la intuición. La comunicación se produce entre
individuos que se encuentran en diferentes estados emocionales.
Así, una persona que está en un estado mental y emocional negativo
puede ser influenciada por alguien que está en un estado positivo o
que le comunica amor.
En conclusión, el comportamiento y los patrones de pensamiento
de una persona pueden ser absolutamente cambiados por el
estímulo regular de las emociones positivas. Así, los patrones de
pensamiento y los comportamientos estresantes pueden ser
reemplazados con el tiempo si se elige conscientemente fomentar las
emociones positivas, que se originan en el corazón.
La palabra clave aquí es emoción. Los pensamientos positivos no
tienen mucho peso sin la fuerza emocional que los respalda. El
corazón desempeña un papel importante en la comunicación de las
emociones positivas al cerebro cuando este formula los
pensamientos. Por supuesto, las emociones también pueden
transferirse por lo que hemos visto. Mucha gente tiene experiencia
práctica con esto. Si te rodeas de alguien extremadamente negativo,
te sentirás peor contigo mismo. Si te rodeas de alguien positivo y
optimista, pronto sentirás que nada está fuera de tu alcance, que
puedes conseguirlo todo.
Los estudios realizados con una madre que sostiene a su bebé
indican que, a menudo, las ondas cerebrales de la madre se
sincronizan con los latidos del corazón de su bebé, lo que la hace
mucho más sensible a sus necesidades.
Por tanto, sincronizar el corazón y la mente es crucial para una
existencia feliz. La cultura moderna ha marginado y excluido al
corazón humano de una conversación holística en favor de la
racionalidad y el pragmatismo. Sin embargo, lo único que ha
conseguido es debilitar su capacidad para relacionarse con el
mundo. De hecho, la gran mayoría de la comunicación es no verbal
(piensa en el lenguaje corporal y las expresiones faciales), y al
marginar tu corazón, te estás privando de un poderoso medio de
comunicación con el mundo.
Deja de lado la necesidad de racionalidad de tu cerebro y juzga
todo lo que parece irracional o no tiene sentido tradicionalmente. Al
cerebro le encanta construir modelos abstractos y reflexionar sobre
las cosas. El corazón, en cambio, simplemente acepta sin juzgar. No
complica las cosas y comunica mucho más rápido que el cerebro.
Cuídalo y notarás que tu vida mejora notablemente.
El corazón habla

Mientras que tu cerebro tiene la capacidad de hacer gimnasia, de


convencerte de que evites ciertas situaciones y de justificar tus
acciones —ya sean correctas o incorrectas—, tu corazón no tiene esa
capacidad. En cambio, el corazón solo conoce la verdad y el amor:
ese es su superpoder. Siempre que habla, solo sabe decir la verdad, y
lo hace desde un profundo amor por ti.
La verdad a veces puede doler, en especial si uno está perdido.
Esto hace que muchos de nosotros simplemente hagamos oídos
sordos a la voz de nuestro corazón. Debes entender que una de las
razones por las que no nos gusta escuchar cosas que nos resultan
desagradables se debe al juicio. Nuestro cerebro se especializa en
juzgar y cuando escuchamos cosas negativas sobre nosotros mismos,
lo que realmente estamos comprendiendo es que somos menos, que
no somos suficiente —lo suficientemente buenos, exitosos,
ambiciosos, etc.— y creemos el juicio que se está haciendo de
nosotros.
El corazón no tiene por qué juzgar las cosas. Acepta todo tal y
como es y solo busca mejorar las cosas con profundo amor. El
corazón no necesita ni quiere nada; solo es feliz cuando vives tu
mejor vida y cumples tu propósito. El corazón también sabe cosas de
las que tú no eres consciente.
Verás, el corazón es simplemente la conexión del cuerpo con el
alma y como tal, es su principal dispositivo de comunicación.
Recuerda que el alma tiene acceso al conocimiento infinito que se
comunica al corazón. Tu corazón se da cuenta de que todo lo que te
rodea es una manifestación de las cosas en las que crees
profundamente.
Por lo tanto, las condiciones que te rodean no son culpa de otra
persona, sino indicadores de cosas dentro de ti que necesitan ser
abordadas. Siempre te comunicará esta verdad, pero que elijas
escucharla o no depende de ti. Mucha gente no lo hace. Racionalizan
sus sentimientos y se resisten a ellos, obstaculizando así su
capacidad de adaptación y evolución, como vimos en el capítulo
anterior.
Algunos podrían pensar que estoy defendiendo que uno
solamente debe escuchar a su corazón e ignorar a su cerebro, pero no
es así. Por el contrario, hay que tomar el cerebro y el corazón uno al
lado del otro y escuchar a ambos. El corazón puede ser impetuoso a
veces y necesita la ayuda del cerebro para frenarlo. El cerebro, por
otra parte, carece de la capacidad de decidir rápidamente y no tiene
acceso a todo el conocimiento. Aquí es donde el corazón se destaca.
Escucha siempre la voz de tu corazón, aunque no te guste lo que
te dice. Nunca tengas miedo de abrir tu corazón a otra persona por
temor a ser herido. Recuerda que un corazón abierto es mucho más
poderoso que cualquier otra cosa en este mundo. Si te sientes herido
o con alguna emoción negativa, esto es simplemente un recordatorio
para que te ames más a ti mismo y dejes de huir de las cosas,
confróntalas en su lugar y empieza a hacerte cargo de todas tus
emociones: todas tienen algo que enseñarte.
Tu corazón habla en susurros. Estos susurros hablan y se
manifiestan como sentimientos inexplicables e intuición. Esta
comunicación está más allá de la lógica y la razón, ya que estas son
construcciones del cerebro. No tendrá sentido, y esa es precisamente
la cuestión. A veces, la gente se esfuerza por diferenciar entre la
intuición y el miedo. La forma de separarlos parecerá complicada al
principio.
El miedo suele manifestarse como una respuesta física, como
palmas sudorosas, latidos acelerados del corazón, etc. La única
respuesta que genera el miedo, cuando se retira, es un alivio. La
intuición, en cambio, hará que te sientas cómodo, tanto si sabes bien
lo que está pasando como si no.
Así que, en realidad, la clave es familiarizarse con las diferencias
entre los sentimientos de alivio y de comodidad. Al principio,
parecerán iguales, pero el alivio se siente en un grado mucho mayor
que la comodidad. Casi siempre es una reacción a alguna
experiencia negativa, a diferencia del confort, que se siente como si
se estuviera en paz con las cosas.
La clave es abrirte y escuchar a tu corazón. Sé consciente de tus
sentimientos y reacciones. Además, reconoce que tu corazón no
puede hablarte cuando estás usando tu cerebro de manera profunda.
Si intentas acceder a tu intuición en esos momentos, acabarás
activando tu ego en su lugar y terminarás bajo el dictado de sus
normas y necesidades, que es exactamente lo que hay que evitar.
Elige tu objetivo

Cuando empiezas a escuchar a tu corazón, las preguntas sobre tu


propósito y tus metas se vuelven mucho más claras. Nuestras vidas
se ven profundamente afectadas por esta pregunta fundamental
(incluso si decidimos ignorarla): ¿Cuál es nuestro verdadero
propósito en este mundo? Piénsalo por un momento: ¿por qué te
levantas de la cama por la mañana? ¿Cuál es tu razón? ¿Cuál es tu
"por qué"?
Los estudios realizados sobre la duración de la vida revelan que
los lugares de la Tierra en los que las personas tienden a vivir más
tiempo tienen algo en común: una zona azul. Cada uno de estos
lugares tiene una filosofía muy parecida al sistema japonés de
fijación de objetivos del Ikigai. Okinawa, en Japón, es una de estas
zonas azules, y de ahí surge el concepto de Ikigai.
El Ikigai ayuda a aclarar el propósito de tu vida. Aunque no hay
estudios que demuestren que esto contribuya a una vida más larga y
feliz, sí hay numerosos estudios que demuestran que la pérdida de
propósito conduce a una vida más corta. Tu Ikigai personal se
encuentra en la intersección de estos cuatro elementos.
El primer elemento es lo que te gusta hacer o tu pasión. El
segundo es si el mundo lo necesita o no. El tercero es si eres bueno
en ello vocacionalmente y, por último, si puedes obtener dinero por
ello y, por tanto, ganarte la vida haciéndolo. Como puedes ver, no
son preguntas fáciles de responder y, a primera vista, a muchos de
nosotros no se nos cruzan estos cuatro elementos.
En la próxima sección exploraremos en detalle la fijación de
objetivos a la manera del Ikigai, pero la clave para averiguarlo es
escuchar a tu corazón. Tiene una forma de empujar tus
pensamientos en una dirección concreta y de despertar tu curiosidad
por las cosas. Sigue sus indicaciones y satisface tu curiosidad. Nunca
sabes a dónde te llevarán.
Un ejemplo clásico de esto es cuando Steve Jobs decidió asistir a
una clase de caligrafía en la universidad, puramente por curiosidad.
Más tarde, las lecciones que aprendió en esta clase se aplicaron al
tipo de letra de los ordenadores de Apple, y esto pronto se convirtió
en uno de los principales puntos de venta de sus productos.
La curiosidad y el sentido de la maravilla son solo un par de
cosas que perdemos a medida que crecemos y nos adoctrinamos con
los condicionamientos de la sociedad. Da rienda suelta a tu niño
interior y sé siempre curioso. Nunca dejes de explorar ni des por
sentado el mundo.

Técnica Nº 7: Escucha a tu intuición


La primera práctica que mejorará tu conexión entre el cerebro y
el corazón es simplemente escuchar a tu intuición. Esto es algo difícil
de describir, ya que la intuición es una experiencia metafísica y es
mejor sentirla que explicarla. Una forma de aumentar tu capacidad
de ser intuitivo es practicando la meditación o la atención plena.
La atención plena te ayuda a centrarte en el momento presente y
así eliminar las distracciones que nublan tu juicio. Prestar atención a
las tripas, literalmente, es una buena manera de mejorar la capacidad
de intuición. El intestino es uno de los lugares que reacciona a los
impulsos intuitivos y, desde el punto de vista biológico, la salud del
intestino es un indicador importante de la salud general. Como tal,
es un punto de energía importante en el cuerpo, así que préstale
mucha atención.
Haz todo lo posible por escuchar tus sueños y grabarlos en
cuanto te despiertes. Los recuerdos de nuestros sueños se
desvanecen poco después de despertarnos, por lo que es
fundamental que lo hagas lo más cerca posible del despertar. Los
sueños no son más que una manifestación de nuestro cerebro que
procesa información a lo largo del día. Una buena manera de hacer
que tus sueños trabajen para ti es pensar conscientemente en la
posibilidad de éxito y abundancia antes de ir a dormir. Mientras
duermes, tu mente subconsciente, que tiene una conexión abierta
con tu corazón, se pondrá a trabajar y, al despertar, te encontrarás
con una nueva intuición.
Cuando tu intuición te sorprenda, asegúrate de escucharla.
Recuerda que para escuchar a tu corazón, tienes que abrirte a él. Si
recibes un mensaje, no lo ignores ni lo descartes. El resultado será
que te volverás sordo a tu intuición y te perderás los mensajes que
está tratando de enviarte. ¿Cómo sabes cuándo te habla tu corazón?
Bueno, tus sentimientos son tu mejor guía. Si una decisión que
has tomado no tiene sentido lógico, pero te sientes feliz o ligero en tu
corazón o en tus entrañas, entonces tu corazón te está comunicando
que ese era el curso de acción correcto, incluso si tu cerebro no lo ha
entendido todavía. Los sueños cada vez más lúcidos son otro
indicador de que tu corazón te está hablando.
A veces, los acontecimientos de tu vida se presentan de forma
extraña. Por ejemplo, encontrarás que una serie de eventos
particulares ocurren constantemente, empujándote a tomar un curso
de acción particular. Esto es tu corazón pidiéndote que hagas algo, y
cuanto más ocurre el patrón, más lo has estado ignorando. Tus
pensamientos también vagarán hacia un patrón particular
repetidamente.
Tu corazón está en constante comunicación con tu cerebro, y si no
entiendes lo que sientes, entonces utiliza tu cerebro para influir en
tus pensamientos y empujarte hacia una dirección determinada. Si
descubres que esto te ocurre, tómate el tiempo necesario para
investigar y comprender lo que se te está comunicando.
Si sigues ignorando las señales, a la larga puedes llegar a
enfermar. Si ignoras lo que te dice tu corazón y no haces caso de tus
emociones, solo añadirás estrés a tu vida y sucumbirás a él. Otros
signos físicos son la ansiedad o el nerviosismo. Esta enfermedad es
simplemente tu corazón comunicándose contigo de manera extrema
para que despiertes y hagas lo que realmente quiere que hagas.

Técnica Nº 8: Fijación de objetivos con Ikigai


Una vez que empieces a confiar en tu intuición en mayor medida,
descubrirás que establecer tus objetivos se vuelve mucho más fácil.
El proceso de Ikigai puede complicarse si te preocupas demasiado
por lo que el mundo necesita. En su lugar, sencillamente céntrate en
lo que te mueve y preocúpate del mundo después. ¿Qué es lo que te
da curiosidad? Céntrate en esto y avanza hacia ello.
Un consejo útil para encontrar tu Ikigai es mantenerte activo e
involucrar a tu cerebro. Esto puede hacerse simplemente
aprendiendo cosas nuevas en la medida de lo posible. Al cerebro le
encanta ejercitarse y es capaz de aprender, comprender y almacenar
mucho más de lo que creemos. Hacerlo mantendrá tu mente fresca y
alerta, al tiempo que reforzará la conexión entre el corazón y la
mente. Deja de intentar apresurarte y tómate el tiempo necesario
para estar presente al completar cualquier tarea.
Estar presente y centrado en tu tarea no solo te permitirá
completar tu trabajo con mayor calidad, sino que también te
mantendrá abierto a recibir destellos intuitivos. Adoptar un ritmo de
trabajo lento y constante está mal visto en nuestras sociedades, en las
que todo debe realizarse a un ritmo apresurado y entregarse "ahora
mismo". Solo esto debería convencerte de que adoptar lo contrario es
la forma correcta de hacer las cosas.
Asegúrate una buena calidad de vida y sé amable contigo mismo.
Mucha gente parece pensar que las metas requieren sacrificio y que
la lucha es necesaria. Esto es simplemente adoptar la actitud de
luchar contra la corriente, como vimos en el primer capítulo. Con
ello no ganas nada y solo te agotas. Has elegido recorrer un
determinado camino, así que abrázalo por completo y disfruta de
todo lo que te ofrece.
Rodéate de personas cuya compañía disfrutes y conéctate con la
naturaleza. Adopta medios de vida más sencillos y practica el
minimalismo. Mantente activo y en forma, y debes estar presente en
todo lo que hagas. Puede que estos consejos no tengan sentido desde
el punto de vista de la fijación de objetivos, pero en realidad lo que
estás haciendo es simplemente reconectar con la forma en que
debería vivirse la vida: en armonía con uno mismo: cuerpo, alma y
mente.
Al vivir de una manera que se siente auténtica para tu cuerpo,
mente y corazón, estás abriendo la conexión que tu corazón tiene con
el conocimiento infinito, y recibirás lo que necesitas saber cuando sea
el momento adecuado. Recuerda que encontrar tu Ikigai es un
proceso emocional y no hay un plan racional paso a paso que seguir
aquí. Necesitas sentir tu camino hacia él, y una vez que lo recibas,
entonces llega el momento de poner en práctica esos conocimientos
y empujones de tu corazón estructurándolos en planes racionales,
utilizando tu cerebro.
Un breve mensaje del autor:
Hola, ¿estás disfrutando de La magia de la manifestación? Me
encantaría conocer tu opinión.
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CAPÍTULO 5:
SALIR DE TU PROPIO CAMINO

El mayor obstáculo para tu éxito y felicidad suele mirarte


fijamente cuando te paras frente al espejo. Ya sabemos que si
prestamos atención a los obstáculos, acabamos reforzándolos. Al
prestarle atención a nuestras peores cualidades, acabamos
fortaleciéndonos en lo contrario de lo que realmente queremos, sin
quererlo.
El desapego y el permitir que la naturaleza fluya son conceptos
cruciales que necesitas aprender, y en este capítulo, vamos a
sumergirnos en estas importantes nociones.
Desapego y observación

Has tomado tus decisiones y te mueves con emoción positiva.


Estás esperando que se manifieste lo que quieres, pero en realidad
no pasa nada. La vida sigue como siempre y tú sigues esperando.
Pronto te cansas de esperar y empiezas a sentirte ansioso, a lo que
sigue la rabia por tu impotencia. En definitiva, al poco tiempo de
tomar la decisión, estás dispuesto a dejarlo todo e intentar otra cosa.
Lamentablemente, esta es la experiencia por la que pasa una gran
cantidad de personas cuando deciden asumir el control de sus vidas.
La perspectiva de asumir el control, cuando se entiende
incorrectamente, hace que uno crea que puede coordinar
perfectamente todo lo relacionado con su vida. Esto es cierto y falso.
Aunque puedes manifestar cada cosa que quieras en tu vida, la clave
para manifestar con éxito las cosas de la manera que quieres y que
todo funcione exactamente como lo imaginas es alinearte con una
realidad más amplia.
La realidad más amplia implica entender que todas las cosas son
una. Se trata de aprender cómo puedes y necesitas permanecer en
equilibrio, y cómo coexisten tus realidades paralelas. Sobre todo,
tienes que entender que no siempre puedes controlar todo, en el
sentido tradicional. El control es algo que define el ego y está
gobernado por él. Cuando digo que necesitas quitar el control de tu
vida de las manos de tu ego, no estoy hablando de iniciar una lucha
de poder y luego tratar de imponerte a la naturaleza.
Esto sería como si tu brazo decidiera declararse independiente de
tu cuerpo y luego tratara de darte un puñetazo. Nadie estará
contento con esa cadena de acontecimientos. El control de tu vida
consiste realmente en ceder a la naturaleza y confiar en la
inteligencia superior. Se trata de confiar en tu corazón y en su
conexión con la inteligencia infinita: tener fe en que sabe lo que es
bueno para ti y que siempre velará por ti. La idea de la imposición
como control es una construcción impulsada por el ego y es
completamente errónea.
La idea misma de que puedes controlar los procesos naturales es
muy arrogante, y esto es un sello del ego. Una vez que eliges y
aplicas esta comprensión errónea, lo que realmente estás haciendo es
dejar que tu ego te convenza de que le entregues el control mediante
un argumento inteligente.
Mientras el ego tenga el control, lo único que ocurrirá realmente
es una existencia llena de drama, y lo conseguirás a raudales, ya que
estarás convencido de que no tienes ningún "control". La clave para
salir de este círculo vicioso es entender lo que significa el control y
luego practicar el desapego.
El desapego es un estado mental en el que tomas tu decisión y
dejas de infundirle energía negativa, al preocuparte de que se haga
realidad. Te sientas y confías en que el universo te dará lo que
quiera. El desapego te saca del ciclo de dar energía a tus obstáculos,
algo que todo el mundo hace sin darse cuenta. Al despreocuparte
realmente de los resultados, si tu deseo se manifestará o no,
fomentas que este aparezca en tu vida.
Parece un consejo contradictorio. Después de todo, al hacer una
elección estás mostrando que te importa algo. Entonces, ¿se supone
que te importa o no te importa? Bueno, ciertamente debería
importarte la dirección que quieres darle a tu vida. Lo que no
debería importarte es si realmente ocurre o no. Al preocuparte por el
resultado, lo que acabas haciendo es resistirte a lo que la vida te
devuelve.
La verdad es que, cuando hacemos una elección, no sabemos del
todo lo que es bueno para nosotros. Podría ser que al apuntar a una
opción y fijarnos en ella, lo que realmente está ocurriendo, a gran
escala, es que estamos optando por algo mucho mejor que la opción
real que se nos presenta a nivel superficial. Piensa en el ejemplo de
Steve Jobs y la clase de caligrafía. Si hubiera insistido
obstinadamente en convertirse en un as de la caligrafía, el mundo se
habría visto privado de tanta maravilla, y Apple —su tecnología, su
marca, sus dispositivos— no habría existido.
No conocemos las repercusiones de nuestras elecciones; solo
nuestro corazón lo sabe. De ahí que lo ideal sea permanecer abierto a
sus sugerencias en todo momento y estar atento a las múltiples
señales y formas en que se comunica contigo. Al hacerlo, se disuelve
cualquier resistencia. Al fin y al cabo, si escuchas activamente a tu
corazón y estás plenamente presente, ¿dónde queda el espacio para
que exista cualquier resistencia?
Deja tu destino en manos de la naturaleza y despréndete de los
resultados de lo que crees que más necesitas. Siéntete cómodo
sabiendo que, pase lo que pase, te están cuidando y que estarás bien,
independientemente de lo que te ocurra. Lo que acabará ocurriendo
es que te expondrás a trabajar y pensar en un estado de flujo, que en
realidad no es más que la forma que tiene el universo de guiarte
hacia tu destino final.
La ventana abierta

¿Qué dirías si pudieras vivir en un lugar donde el tiempo no


existe y el presente es lo único real? En este lugar, no existe el
esfuerzo, solo la ejecución. Todo lo que haces no supone ningún
esfuerzo y siempre da lugar a un nivel de rendimiento que te resulta
asombroso. Pues bien, ese lugar existe sin duda, y se llama estado de
flujo, o como me gusta pensar en él, la ventana abierta al campo
cuántico.
El campo cuántico contiene toda la información que existe, ya sea
pasada, presente o futura. Es el registro definitivo de todo lo que ha
sucedido y de todo lo que aún está por suceder. Tu corazón y tu
alma tienen una conexión directa con esta información y la canalizan
hacia ti cuando abres tu conexión con ellos y eres receptivo. Sin
embargo, la gran mayoría de nosotros simplemente no está equipada
dentro de nuestro entorno para permanecer en un estado de mente y
corazón que nutra esta conexión.
En cambio, estamos consumidos por nuestros problemas y
obstáculos diarios. Nos preocupamos por tal o cual cosa que, en
última instancia, no tiene importancia, pero que en el momento
parece un gran problema. Este tipo de preocupación a veces se
confunde con el presente, pero ciertamente no es el caso. El propio
concepto de preocupación es creado por el ego, ya que la
preocupación implica el miedo a que algo malo ocurra y a que algún
estado futuro sea peor que el actual.
Esta creación de contraste entre el futuro y el presente no es más
que otra forma de creer en el tiempo y de imponernos sus
restricciones. La verdadera presencia es estar en el estado de flujo y
mirar directamente al campo cuántico ilimitado. Esto, al contrario de
lo que podría pensarse, no es una experiencia abrumadora, sino que
en realidad es el estado de paz más elevado que se puede alcanzar.
El estado de flujo consiste en ejecutar perfectamente, y cuando
estamos llevando a cabo un esfuerzo, a menudo tropezamos con él.
Es el estado de creación más elevado al que podemos acceder. A
menudo oyes hablar a los atletas o a los músicos de que no saben de
dónde ha salido lo que han creado, que simplemente se ha
materializado en sus cabezas. Pues bien, este es el estado de flujo.
Este tipo de estado puede producirse de forma individual o en
grupo. En los grupos, se produce cuando hay una inversión colectiva
hacia un objetivo, y todo el mundo está totalmente centrado en lo
que está sucediendo en ese momento. Piensa en un estadio entero
viendo y experimentando un partido reñido en cualquier deporte.
Ese momento concreto no es algo especial a nivel individual, pero si
lo recuerdas, casi siempre desarrollas algún tipo de conexión con los
que lo vivieron contigo. Esto no es más que el resultado de que todos
los implicados se sumerjan en el estado de flujo a la vez, como
grupo.
El estado de flujo también se caracteriza por el silencio total. Es
decir, silencio interior. La molesta voz dentro de tu cabeza que
cuestiona y debate tu decisión y provoca ansiedad se desvanece, y
empiezas a invertir plenamente en el momento presente. El objetivo
final de muchas prácticas, como el mindfulness o la meditación, es
simplemente alcanzar este estado de flujo.
El estado de flujo se produce cuando tu subconsciente ha sido
entrenado, hasta tal punto, que la acción que deseas llevar a cabo es
automática. Tu cerebro consciente sencillamente se apaga y eres libre
de dejar que tu mente subconsciente tome el control. Por lo tanto, lo
llamativo del estado de flujo es que logras más simplemente
utilizando menos tu cerebro. Si alguna vez hubo una explicación de
cómo eres tu propio peor enemigo, es esta. Quiero decir que la mejor
manera de hacer las cosas y lograr la paz es, en realidad, apagar una
parte de tu propio cerebro.
Este estado se llama así porque no hay obstáculos en tu camino.
Simplemente fluyes sobre ellos como lo haría el agua sobre las rocas.
Sabes automáticamente qué camino tomar y lo haces sin preguntar
ni dudar.
El camino de la menor resistencia

Si observas cualquier cosa en la naturaleza, como un río o


cualquier ser vivo, verás cómo todo sigue el camino de la menor
resistencia. Un río no se empeña en atravesar un valle en línea recta
a toda costa. Sencillamente va por donde hay menos obstáculos y
maniobra alrededor de las zonas problemáticas que tiene delante.
No se detiene a luchar contra un obstáculo ni se enzarza en una
batalla de egos.
Los egos están reservados al ámbito humano. Son barreras
erigidas por nosotros mismos y nos impiden tomar el camino de la
menor resistencia. Este camino es simplemente el más corto para
llegar a nuestra meta, y muy pocas veces, podemos verlo como lo
que es. En su lugar, lo vemos como una serie de digresiones y
distracciones, como cuando vemos un río que serpentea y nos
preguntamos cuánto más rápido sería si solo tomara una línea recta.
El camino de menor resistencia se revela cuando desconectamos
nuestra mente consciente, que contiene el ego, y confiamos por
completo en la mente subconsciente, que siempre está encendida
pero cuya voz es ahogada por el crítico consciente. La mente
subconsciente es tu verdadera mente, la suma de tus creencias
aprendidas de la conciencia y la comunicación de tu corazón con el
infinito. Contiene todo lo que necesitas saber y tiene una forma, a
través del corazón, de proporcionarte información con respecto a
cosas que aún no conoces.
La clave para pasar al modo subconsciente es estar presente y
experimentar plenamente el momento presente, sin juzgar,
escuchando con la mente y el corazón abiertos. Aunque esto parece
bastante sencillo, es extremadamente difícil de practicar en la
realidad, como todos podemos atestiguar. El subconsciente te
hablará de muchas maneras. La mayoría de las veces, no se
comunica a través del lenguaje, sino a través de la emoción, al igual
que el corazón.
La intuición, la emoción y los sentimientos son la forma en que se
te dará la información y cuando estés inmerso en el estado de flujo,
simplemente sabrás qué hacer. La clave es que te familiarices con tu
mente subconsciente, y la forma de hacerlo, es monitoreando tus
estados emocionales. Comprende que siempre que estés bajo estrés o
estés atrapado en un ciclo negativo, hay algún elemento de tiempo
involucrado y que el ego está rompiendo tu conexión con el
subconsciente.
Una de las mejores maneras de interceptar el ego es reduciendo
tu propia importancia. Esto no quiere decir que debas tratarte mal.
Por el contrario, fíjate en que eres una parte del mundo, de la
naturaleza, y no estás por encima o por debajo de ella en manera
alguna. Fíjate en cómo la naturaleza nutre todo lo que hay en ella y
en cómo tú formas parte de este círculo. Las personas que tienden a
luchar en sus vidas con la infelicidad sufren de problemas del ego.
Se niegan a ver cómo, al dar prioridad a las necesidades de su
ego, en realidad refuerzan sus dificultades y se ponen en rumbo a los
obstáculos. Piénsalo así. Al caminar, en gran medida, irás hacia
donde mires. En el ámbito metafísico, la búsqueda se realiza
asignando energía. Por lo tanto, lo que sea en lo que estés enfocando
la mayor cantidad de energía, eso es lo que estás mirando y contra
eso te estrellarás.
En cambio, encontrar el camino de menor resistencia es
simplemente mirar hacia donde te dicen que mires. Este es el
escenario exactamente opuesto a lo que el ego quiere, ya que el ego
tiene que creer que es superior a todo lo que le rodea. Lo que te guía
en tu camino es tu corazón y tu mente subconsciente. Así,
controlando tus sentimientos, escuchando tu intuición y respetando
tus corazonadas, averiguas qué camino debes tomar.
El estado de flujo siempre te dirige a la solución más sencilla para
cada problema, y el camino de menor resistencia siempre se
encuentra en esta dirección. El estado de flujo sabe de antemano qué
solución elegir, así que no te preocupes por los obstáculos
temporales que puedas prever. Si empiezas a preocuparte por ellos,
acabas involucrando al ego y, con toda seguridad, tu ego te llevará
directamente a él, en oposición directa al camino de menor
resistencia.
En cambio, practica el desapego. Haz tu elección y luego relájate
y confía en que fuerzas más grandes, de lo que tú o yo podamos
comprender, están en movimiento. Te están llevando hacia tu
destino, lo sepas o no. Así pues, conviértete en un observador en
lugar de ser un pasajero de tu ego. Confía en que el universo se está
encargando de todo y que tú también serás atendido.

Técnica Nº 9: Desapego y observación


El desapego es el primer paso para acceder a tu mente
subconsciente y activar el estado de flujo. La meditación sigue
siendo la mejor manera de practicar el desapego, especialmente
aquellas prácticas que se dedican a ejercer la ecuanimidad, en
contraposición a la concentración. Tómate el tiempo de observar tu
respiración, sin juzgarla, y siempre que tu mente divague,
simplemente vuelve a centrarte en tu respiración. Esta técnica ya se
ha descrito anteriormente.
Ve un paso más allá observando las sensaciones que se producen
en todo tu cuerpo y luego practica la observación de ellas. No
intentes arreglar la situación ni cambiarla de ninguna manera,
sencillamente observa. Por ejemplo, es posible que sientas dolor o
entumecimiento en los pies, o que tengas la espalda rígida por estar
sentado sin apoyo. Simplemente observa y anota la sensación.
Observa cómo tu mente consciente reacciona como si estuvieras
en llamas y tu existencia se viera amenazada. Esto es, sin más, el ego
dándose cuenta de que está bajo amenaza y reaccionando, causando
todo tipo de drama. Pronto notarás que las sensaciones fluyen y
refluyen y no son constantes. Una vez que pases esta etapa, tu ego
finalmente te engañará haciéndote creer que te sientes cansado y te
atraerá para que te duermas, en nombre de la relajación. Por eso es
importante que tengas la espalda sin apoyo y no te acuestes cuando
medites.
Técnica #10: Entra en el estado de flujo
Estimular tu mente para entrar en el estado de flujo es un
excelente ejercicio para llevar a cabo. Ten en cuenta que no debes
tratar de controlar el estado de tu mente. En cambio, el estado de
flujo se trata de permitir, como aprendiste en un capítulo anterior
cuando hablamos de las energías. Tratar de forzar algo es solo una
forma egoísta de ejercer el control. El estado de flujo es un canal de
comunicación y necesitas soltar tu control sobre los obstáculos para
permitir que llegue a ti.
Establecer objetivos que sean desafiantes e inspiradores es un
gran paso para estimularlo. Los objetivos inspiradores, que van más
allá de tu nivel actual de comodidad en la vida, hacen que tu cerebro
entre en modo de pensamiento creativo, ya que necesitas crear una
solución para conseguir lo que quieres. Utiliza tu mente consciente
para trazar un plan de acción específico, pero no te aferres a él.
Comprende que tus planes cambiarán en función de la información
que recibas de tu subconsciente. Al fin y al cabo, no puedes ver el
camino de menor resistencia, así que haz tus planes pero busca
siempre la respuesta de tu corazón. Por encima de todo, elige planes
sencillos y obvios para ejecutar y resiste la tentación de complicar las
cosas.

Técnica Nº 11: Cede a la simplicidad


A nuestra mente consciente le encanta complicar las cosas ya que
tiene la oportunidad de demostrar lo inteligente que es. En su lugar,
tú elige la opción más sencilla, ya que es probable que sea el camino
de menor resistencia, y estate atento a la retroalimentación.
Recuerda, he dicho más simple, no necesariamente más fácil. La
opción más sencilla puede requerir mucho trabajo y tiempo. En el
gran esquema de las cosas, esto te costará menos que buscar
alternativas, opciones aparentemente "más fáciles" o "más rápidas".
Ceder a la simplicidad puede venir en forma de una oportunidad
que te ayudará a expandirte y crecer. Aunque el crecimiento puede
venir de la mano de salir de tu zona de confort, es una parte
necesaria del proceso para que puedas manifestar lo que deseas.
Expandirte y crecer como persona es ceder a la simplicidad, y así
permitir que el universo te regale la persona en la que te estás
convirtiendo.
CAPÍTULO 6:
HAZ ESTO CADA VEZ QUE ACTÚES

Entrar en un estado de flujo requiere que primero sepas a dónde


quieres ir. Aunque es bastante fácil tomar una decisión escuchando a
tu corazón, dar ese primer paso requiere otro grado de conciencia.
Muchas personas parecen pensar que basta con tomar una decisión
para que la vida empiece a guiarte en la dirección que necesitas.
Después de tomar una decisión, hay que empezar a actuar
poniendo en práctica los pasos que hay que dar. Sin esto, no se
puede alcanzar el objetivo elegido. Hacer, es el paso más crucial de
todo el proceso.
Entra en acción

¿Has notado alguna vez una cualidad clave en las personas que
parecen seguir dando vueltas en la vida? Estas personas parecen
tener siempre las cualidades necesarias para triunfar: tienen ideas
brillantes y la energía necesaria para llevar a cabo las cosas, pero, por
una u otra razón, siempre se quedan en el mismo sitio, ideando
perpetuamente nuevas ideas para avanzar.
Estas personas suelen estar peor que las que fracasan
rotundamente porque tienen la ilusión del éxito. Su ego las convence
de que están haciendo lo correcto. Son maestros de la adaptación de
los acontecimientos para justificar que el mundo está en su contra, y
todo lo que ocurre está recubierto de un barniz de positividad.
La característica común que comparten estas personas es la
cualidad de ser capaces de tener ideas brillantes. Siempre están
llenas de ellas. Tienen la capacidad de debatir los méritos y los
defectos de una idea hasta el fin del mundo y parecen saberlo todo
sobre todo. Cualquier cosa que digas recibirá una respuesta que
tiene un sentido perfecto y lógico.
Excepto por el pequeño hecho de que estas personas no tienen ni
idea de lo que están hablando. En realidad no han hecho nada y
simplemente hablan desde el conocimiento teórico y están más
preocupados por aplacar la necesidad de su ego, de ser vistos como
alguien superior. Su intención es satisfacer su ego, y eso es todo.
Acaban llevándolo a cabo con la debida intención.
La intención es lo que enfoca tu mente como una flecha hacia su
objetivo. Es tu razón para hacer algo. Aunque esto suena muy
parecido a lo que es una meta, en realidad, las intenciones son como
el impulso mientras que las metas son el destino. La intención es lo
que te empuja hacia adelante, sin descanso.
Como tales, las intenciones son extremadamente poderosas, y no
se equivocan. Llevarás a cabo y harás según lo que sea tu intención.
Por eso es sumamente importante que la establezcas para la acción y
no para el pensamiento. Si observas a las personas más exitosas de
nuestro mundo, ya sea en términos de riqueza financiera o de
felicidad, notarás que su intención está completamente enfocada en
hacer, no en hablar.
Aunque pasen tiempo hablando de lo que hacen, la mayor parte
de su tiempo lo dedican a llevar a cabo lo que predican. Pensar en
hacer algo, acaba costando más energía que hacerlo realmente. Hay
muchas razones por las que la gente se niega a hacer y se conforma
con sentarse a soñar con diferentes ideas y listas de cosas por hacer.
Una gran razón es el ego. El ego necesita una validación externa
constante y, desgraciadamente, la naturaleza de nuestra sociedad
proporciona más exposición a las personas que hablan de hacer, que
a las que realmente hacen. Internet está lleno de autoproclamados
gurús que no saben nada de lo que dicen y solo saben manipular el
ego de sus espectadores.
Utilizando la promesa de una idea para mejorar la vida de uno,
se atrae a la gente para que piense en sí misma incesantemente, a la
vez que se proporciona al ego el impulso a corto plazo que necesita a
través de la validación de su inteligencia, impulsando aún más a la
gente a buscar esto. La cuestión es la siguiente: pensar es fácil. Hacer
es lo difícil. Requiere enfrentarse a los problemas y encontrar
soluciones.
Requiere que te hagas vulnerable y seas valiente abriéndote a la
retroalimentación. Las personas que nunca descubren su propósito
en la vida tienden a esconderse detrás de su ego, temerosas del tipo
de respuesta que van a recibir. La forma de superar este miedo es
simplemente definir tu intención.
¿Cuál es tu intención en la vida? ¿Es aplacar tu ego o es
realmente vivir la mejor vida que puedas? Define tu intención y
automáticamente te verás impulsado a la acción.
Las intenciones positivas en la vida cotidiana

En el fondo, establecer intenciones consiste en reclutar energía


para ayudar a impulsarnos hacia nuestros objetivos. Aunque se
podría pensar que el propósito por sí solo debería proporcionar esto,
como ya hemos comentado, la realidad es que el propósito y los
objetivos son destinos a los que hay que dirigirse. En el día a día de
las cosas, tu enfoque será enteramente en la ejecución de las tareas
en cuestión para alcanzar ese objetivo.
Las acciones llevadas a cabo con intenciones positivas tienen un
poder mucho mayor que las realizadas simplemente porque sí. La
intención te impulsará a la plena conciencia porque este es tu
"porqué". Cuando eres plenamente consciente de porqué estás
haciendo algo, los resultados que produces reflejarán esta conciencia
y te acercarán mucho más a donde quieres estar.
Dado su poder para informar tus acciones, tus intenciones son,
en última instancia, las que determinan tu realidad. Son tus
intenciones las que determinan el grado de concentración de tus
pensamientos y lo bien que llevas a cabo tus acciones. Si tus
intenciones provienen de un lugar de positividad y en línea con la
naturaleza de la realidad, entonces encontrarás que tu vida se vuelve
armoniosa. Si vienen de un lugar negativo, como complacer al ego,
entonces encontrarás tu vida llena de drama innecesario.
Al establecer tus intenciones de manera positiva, todo tipo de
obstáculos desaparecen y puedes enfocar tu energía mucho mejor.
Esto se debe a que tu toma de decisiones se vuelve mucho más ágil.
Por ejemplo, si sabes que tienes la intención de ir hacia el oeste para
alcanzar tus objetivos, ¿por qué ibas a plantearte ir hacia el este o el
norte?
Sin esa intención que marque la pauta, al comenzar el viaje,
tendrás que dedicar tiempo a intentar averiguar qué dirección debes
tomar. Sin el marco que la fijación de intenciones proporciona a tus
pensamientos, podrías incluso ir en la dirección equivocada durante
un tiempo antes de darte cuenta de tu error y volver atrás, lo cual es,
como mínimo, frustrante.
Las intenciones te ayudan a responsabilizarte de tu felicidad y te
ayudan a poner el control en tus manos, y con esto, puedes vivir una
vida diseñada, en lugar de una creada por el hábito y el
condicionamiento. No es solo en tu vida personal donde verás los
efectos de las intenciones positivas. Mira en el lugar de trabajo o en
cualquier entorno profesional: los mejores líderes son los que
proporcionan a sus equipos un objetivo claramente definido.
Sin embargo, más allá de establecer la meta, también dejan muy
claro que la meta es un objetivo y que debe cumplirse dentro de
ciertos límites. Esto no es más que proporcionar al equipo la
intención de cumplir con sus tareas diarias en pos de esa meta. Esto
garantiza que todos apunten en la misma dirección y que no se
desperdicie energía yendo detrás de cosas que no están en línea con
lo que hay que lograr.
La intención positiva también hará maravillas en tus relaciones
interpersonales. Esto es cierto. Tendemos a ver el mundo como un
reflejo de nosotros mismos. Al asumir un punto de vista positivo de
las cosas en tu vida, proyectarás la misma actitud en otra persona.
Simplemente asumiendo una intención positiva de los miembros de
tu equipo, tu cónyuge o pareja, tu familia, etc., eliminarás muchos
conflictos.
Ninguno de nosotros es capaz de leer la mente, y malinterpretar
la intención es una de las principales causas de conflicto. Nos
ponemos a la defensiva y nos refugiamos en un caparazón cuando
escuchamos cosas que no nos gustan. En primer lugar, no nos gustan
porque enmarcamos esas cosas como algo que va en contra de
nuestros objetivos. Si asumes que la persona con la que hablas
pretende que sus comentarios sean positivos y útiles, te sorprenderá
lo abierto y receptivo que te vuelves a los comentarios de la vida.
Esto tiene el beneficio adicional de abrirte a tu corazón y recibir
la retroalimentación negativa del conocimiento infinito. Asume
siempre una intención positiva de todas las personas con las que
interactúas, incluyendo tu corazón. Asume que todo está preparado
para ayudarte a mejorar y vivir la vida con mayor alegría y paz.
Verás que esto se convierte en una realidad.
Establece intenciones, no solo objetivos

La fijación de metas es solo una mitad de la consecución de tus


objetivos. La otra mitad consiste en establecer tus intenciones. Una
de las cosas que debes entender sobre las intenciones es que son más
una energía que una declaración concreta. Por ejemplo, puedes
definir con palabras tu intención de vivir tu día de una manera
determinada.
Podrías levantarte cada día y decirte a ti mismo: "Viviré hoy en
un estado de felicidad y contagiaré toda la positividad a aquellos con
los que entre en contacto". Sin embargo, al establecer objetivos, tu
intención suele estar implícita en el propio objetivo. Si necesitas
inyectar un chorro de energía a tu carrera, definir dónde quieres
estar es un buen punto de partida.
Una afirmación como "Soy un directivo xxx de la empresa xxx" o
"Soy propietario y dirijo mi empresa xxx, que está en tal o cual
campo", te ayudará a mantener tu intención enfocada y con un
propósito. Estas afirmaciones son declaraciones de objetivos pero
tienen la energía de la intención dentro de ellas. Al recordártelas y
visualizarlas como una realidad, te inyectarás el propósito de salir y
alcanzarlas.
Al repetirte a ti mismo estas afirmaciones o declaraciones de
intenciones, lo que estás haciendo es activar energías dentro de ti.
Estas energías te sitúan en el momento actual y aumentan tu
concentración. Así, un efecto secundario de estas afirmaciones es que
tu ego se desactiva y queda al margen. Cuando el nivel de energía de
estas afirmaciones es lo suficientemente alto, se abre tu canal hacia tu
corazón por completo y te da pleno acceso al conocimiento infinito
que te espera mientras llevas a cabo tus tareas.
Establecer tus intenciones es una cosa, pero llevarlas a cabo es
otra. Al principio, al igual que con la meditación, tu mente divagará
y tendrás que volver a traerla al momento presente y centrarte en tu
intención. Esto se hace más fácil con la práctica repetida, por lo que
es una buena idea dedicar un tiempo cada día a escribir y repetir tus
declaraciones de intenciones.
Visualizar estas declaraciones como una realidad las cargará
positivamente y traerá grandes cambios a tu vida. Recuerda que tus
intenciones tienen la capacidad de influir enormemente en los que te
rodean. De hecho, investigaciones científicas han demostrado que la
intención humana positiva, tiene la capacidad de influir en el agua,
que resulta ser de lo que estamos hechos en su mayoría, físicamente
hablando.
Tus intenciones y la energía que transmiten, interactuarán con los
campos electromagnéticos de otras personas y te encontrarás
saliendo cada vez más de tu propia cabeza. Las intenciones positivas
diarias tienen el poder de hacer que te centres en cosas más grandes
que tú mismo y minimizar completamente la contribución del ego en
tu vida.
Cuanto más viajes fuera de ti mismo, más presente estarás y
mayor será tu conexión con tu corazón.

Técnica Nº12: Establecer intenciones en el agua


El poder de la intención puede utilizarse para mejorar tu vida
diaria mediante algunas prácticas muy sencillas. La primera de estas
prácticas puede causar muchas controversias, pero tiene su parte de
creyentes. Se trata de la práctica de establecer una intención positiva
con el agua. El método fue concebido por Masaru Emoto, al que se
califica de científico o de pseudocientífico, según el punto de vista
que se adopte.
A través de los experimentos que llevó a cabo sobre el
establecimiento de intenciones positivas en el agua, Emoto afirmó
encontrar que los cristales de agua que se formaban al impartir una
emoción positiva eran de una estructura más hermosa que los que se
impartían con una energía negativa.
Así, postuló que la energía transmitida a través de nuestras
intenciones tiene un impacto real en la estructura molecular del
agua. Teniendo en cuenta que nuestro cuerpo está formado casi en
su totalidad por agua, esto es bastante significativo. Hay múltiples
formas de transferir energía positiva al agua que bebemos. La
primera es sostener un vaso de agua en las manos y repetir nuestra
intención en voz alta o en nuestra mente. Nuestra intención puede
ser a corto plazo, diaria o relacionada con nuestros objetivos a largo
plazo, no importa. Mientras la emoción sea positiva y amorosa, estás
en el camino correcto.
Una buena forma de energizar aún más el agua es visualizarte a
ti mismo llevando a cabo tu intención y haciendo las cosas de la
manera que deseas. Al hacer esto, estarás reclutando el poder tanto
de tu intención como de la visualización. Las declaraciones de
intención no son lo único que puedes visualizar y repetir.
Si no hay nada en particular que te llame la atención, basta con
afirmar un mensaje de amor y gratitud para dinamizar el agua. Otras
cosas que te ofrezcan vibraciones positivas, ya sea la oración o la
música, también pueden utilizarse para energizar el agua. Consume
esta agua de forma intermitente a lo largo del día y repite esta
práctica antes de acostarte por la noche.
Para obtener un efecto adicional, también puedes utilizar cristales
para captar la energía positiva y añadirlos al agua antes de beberla.
De esta manera, construirás la energía positiva dentro del agua y
también cambiarás la estructura molecular del agua dentro de ti.

Técnica Nº13: Fija tus intenciones con declaraciones


Un ejercicio mucho más agradable para algunos puede ser el
proceso de escribir declaraciones de intenciones. Estas declaraciones
son afirmaciones que puedes utilizar para gobernar cómo pretendes
vivir tu vida y qué es lo que te gustaría cambiar. Hay un par de
características de estas declaraciones que deberías incorporar en
todo momento, como escribirlas en primera persona, utilizando el
tiempo presente.
En otras palabras, el sujeto de estas afirmaciones debes ser
siempre tú y no otra persona. Esto sería simplemente intentar
controlar las acciones de otra persona, y eso no está en línea con la
forma en que funciona la naturaleza. En su lugar, céntrate en
controlar tus propias acciones y tus reacciones a los
desencadenantes.
El tiempo presente se utiliza para reforzar el hecho de que lo que
quieres en tu vida es real y que tienes plena fe en que el universo te
lo proporcionará. Este es un paso en el que bastantes personas
tropiezan. Recuerda, tendrás fe en la realización de cosas que crees
posibles. Sin embargo, el punto de establecer metas e intenciones es
empujar tus límites y lograr algo que está fuera de tu zona de
confort.
Algunas personas tienen confianza en sí mismas, pero a otras les
cuesta. Para estas personas, escribir afirmaciones en las que no creen
solo reforzará su ineptitud. Por lo tanto, si sientes un empuje
negativo o tienes pensamientos que parecen decirte que eso es
imposible, modifica la afirmación.
Añadir frases como "estoy dispuesto" o "mi intención es" hace
que la frase sea más creíble y te afirma a ti mismo que, aunque el
objetivo está fuera de tu zona de confort, sigues estando dispuesto a
trabajar por él y lo conseguirás. Este es un punto de vista que tu
cerebro y tu imagen personal aceptarán fácilmente. Así que utilízalo
en lugar de afirmaciones contundentes como "soy rico" o "estoy
rodeado de gente que me quiere", etcétera.
Una cosa que hay que evitar es el uso de palabras como: intentar,
pero y o. Tus afirmaciones deben ser lo más específicas posible. La
especificidad puede ser en forma de algo cuantificable o en términos
de emoción. Lo que quiero decir es que necesitas saber si el objetivo
o la intención se ha cumplido. Así que puedes definir el logro de un
objetivo en términos de sentir una emoción o en términos de algo
cuantificable.
Un objetivo cuantificable es "Soy multimillonario". Un objetivo
basado en el sentimiento es "Tengo una relación amorosa y
mutuamente saludable". En ambos casos, lo sabrás cuando lo
consigas. Si añades la duda a la mezcla o la indecisión, estás
revolviendo tu energía y transmitiendo que esta intención no es
realmente tan importante para ti y que está bien no seguirla.
Controla constantemente tu autoconversación, ya que es otra
forma de expresar tu intención. Si detectas una conversación
negativa, reformúlala en positivo utilizando las frases mencionadas
anteriormente. Reencuadra siempre las conversaciones negativas y
no las dejes pasar sin cuestionarlas y desafiarlas. Hazlo, y con el
tiempo verás que tu cerebro captará el mensaje y se corregirá
automáticamente.
CAPÍTULO 7:
LA ENERGÍA DE TODAS LAS COSAS

Ya sabemos que todo está conectado. Nada existe de forma


aislada, y la causa y el efecto son simplemente la prueba de este
hecho. Sin embargo, el objetivo de este capítulo no es diseccionar
este fenómeno o karma o como quieras llamarlo.
En cambio, nos preocupa más cómo existen las cosas, de qué
forma y cómo podemos alinearnos mejor utilizando este
conocimiento. Para ello, tenemos que volver a sumergirnos en la
física cuántica y comprender ciertos principios.
La conexión entre todas las cosas

La historia de la mecánica cuántica comienza con Neils Bohr.


Bohr fue el primer científico que descubrió que todo está formado
por átomos y que alrededor de estos átomos, en círculos
concéntricos, había electrones. Estos electrones vibraban a
frecuencias específicas y así transferían energía al átomo y al objeto
en general. Por lo tanto, cada objeto tenía asociada una determinada
energía. Todo esto se ajustaba perfectamente a la física clásica que
existía desde los tiempos de Newton.
Lo que vino después fue alucinante. Bohr esperaba ver a los
electrones comportándose de la manera que la física clásica sugería.
Es decir, al igual que los planetas giran alrededor del sol, esperaba
ver a los electrones mostrando una relación similar con el átomo al
que rodean. Sin embargo, no vio nada de eso. Lo que vio fue que los
electrones ni siquiera tenían una forma física.
Esto se debe a que la frecuencia a la que vibran es tan alta que es
imposible observar ninguna forma física. Piensa en una banda
elástica que vibra de un lado a otro cuando se rompe. A simple vista,
parece que la goma está en varios sitios a la vez. Esto es
precisamente lo que ocurría con los electrones, excepto a frecuencias
ridículamente altas.
Por lo tanto, Bohr y sus discípulos demostraron que la física
clásica estaba equivocada. Que la forma y la materia no existen
realmente, como comentó Einstein sobre sus descubrimientos. Lo
que percibimos como materia o forma es en realidad un montón de
partículas microscópicas que vibran a baja frecuencia para que
podamos percibir una forma. En otras palabras, cuando la banda
elástica deja de vibrar a gran velocidad, podemos ver que es una
banda. Lo que no podemos ver simplemente está vibrando a una
frecuencia mucho más alta, por ejemplo, la luz. Sabemos que la luz
existe gracias a que se refleja en otros objetos, pero no podemos ver
realmente la luz como una forma.
Por lo tanto, todo en este mundo no es más que un conjunto de
energía. Al fin y al cabo, eso es la vibración. Es simplemente una
representación de la energía que existe dentro de algo. Cuanto
mayor sea la frecuencia, mayor será el nivel de energía y vibración.
Aunque la comunidad científica estaba comprensiblemente
sorprendida por estos hallazgos, bastantes de ellos no pudieron
evitar darse cuenta de que estas afirmaciones no eran nuevas. En
todo caso, eran decididamente arcaicas.
Habían sido pronunciadas por primera vez por Buda y otros
monjes antiguos cuyas palabras se han conservado a lo largo de los
años. Estas personas no disponían de ningún equipo especial, pero el
hecho de que fueran capaces de deducir las mismas conclusiones
demuestra que la energía y el universo son la misma cosa. La
comunicación no se limita a las formas de energía de este planeta,
sino que también existe un vínculo entre la energía pura y nosotros.
Toda la energía se convierte y se transfiere y, según los principios
científicos, no puede ser creada, aunque debe haber habido algún
punto en el que se creó toda la energía de este universo. Llámese big
bang o Dios o lo que sea, se deduce que todas las formas de energía
se originan exactamente de la misma fuente y, por tanto, todo está
conectado entre sí. Hay una mente universal a la que todos estamos
conectados.
El problema es que, a medida que avanzamos en nuestras vidas,
hemos amortiguado esta conexión envolviéndonos en las trampas de
nuestros propios mundos. Valoramos nuestras posesiones y creemos
que nos definen. Hemos olvidado que cosas como la intención son
las que realmente importan, ya que esto es lo que determina
nuestros niveles de energía y nuestra experiencia en este mundo.
El ego es el mayor obstáculo para realizar esta conexión. Nos
convence de que estas formas físicas son reales y que son las que
importan. Sin embargo, este es el punto de vista equivocado y nos
hace perder el equilibrio con la forma en que el mundo es realmente.
Piénsalo así: ¿Alguna vez has conocido a una persona y has
tenido inmediatamente una sensación respecto a ella? Puede ser
positiva o negativa, pero no hay duda de que percibimos algo de las
personas que conocemos. A veces nos caen mal al instante o, por el
contrario, congeniamos con ellas al instante, formando amistades
para toda la vida y más, y a veces incluso nos enamoramos el uno
del otro con solo una mirada. El poder de la energía es innegable.
Los mejores oradores hablan a menudo de sentir una sala. Los
cambios de energía dentro de un grupo de personas son muy
evidentes y la capacidad de cambiar la energía, ya sea aumentándola
o disminuyéndola, es un sello distintivo para poder ejercer
influencia en nuestro mundo. Así, mientras que la ley de la atracción
es una ley universal, la realidad es que hay otra ley que se encuentra
por debajo de ella y gobierna cada aspecto de nuestra existencia. Se
trata de la ley de la frecuencia vibratoria.
Frecuencia vibratoria

Hay una propiedad en la física que se llama resonancia. La forma


en que funciona es la siguiente: Todo en este mundo tiene una
frecuencia natural a la que vibra. La vibración puede visualizarse
como una onda que emite una determinada frecuencia y amplitud.
La amplitud se refiere aquí al tamaño de las ondas o a la energía
emitida. Así, los sonidos más fuertes son simplemente ondas sonoras
de mayor amplitud, al igual que las luces más brillantes.
Cuando se acerca otro objeto que vibra a la misma frecuencia que
la frecuencia natural de otro objeto, ¿adivina qué ocurre? El segundo
objeto comienza a vibrar también. Por eso, cuando los ejércitos
cruzaban puentes, se les decía que rompieran la marcha, ya que los
pasos sincronizados producían una cierta vibración que podía
coincidir inadvertidamente con la vibración natural del puente y
hacer que se torciera y se rompiera.
Cuando se diseñan puentes que atraviesan grandes distancias,
los diseñadores tienen que tener en cuenta los efectos del viento que
producen frecuencias naturales e inducen vibraciones en la
estructura. Así, la conclusión de la ley de la resonancia es bastante
sencilla. Para activar algo en nuestro mundo, hay que vibrar en su
frecuencia. Esto se aplica igualmente a la manifestación de cualquier
cosa en tu vida.
Para atraer cualquier cosa a tu vida, un objetivo o cualquier otra
cosa, necesitas vibrar en la frecuencia en la que vibra. Necesitas
igualar ese estado y resonar con él para inducirlo en tu vida. ¿Has
entrado alguna vez en un grupo de personas extremadamente
animadas y enérgicas? ¿Te has sentido instantáneamente energizado
por ellos?
Lo que ha ocurrido es que has absorbido su energía. El viejo
dicho de que eres la suma de la compañía que tienes es muy cierto.
Esto simplemente valida la forma en que funciona la ley de la
vibración. Tendemos a vibrar en la frecuencia que nos rodea.
Esta es también la razón por la que la música resuena en
nosotros. Si pones tu música favorita, tu estado de ánimo se elevará,
pero si pones canciones que no te atraen, es como si dibujaras con las
uñas en una pizarra. Utiliza esto a tu favor centrándote solo en la
música que te hace sentir mejor y aumenta tu estado vibratorio.
Aparte de la gente con la que te rodeas, tu entorno también juega
un papel importante en la determinación de tu vibración actual. Si
mantienes un entorno poco limpio o sucio, lo más probable es que te
sientas perezoso y aletargado. Si te quedas en una localidad o en una
casa sucia, empezarás a dejar que tus propios estándares se queden
en el camino. Las vibraciones se inducen en nosotros y es muy
importante inducir las frecuencias correctas dentro de ti.
Las cosas que ves y a las que te expones también afectan a tu
frecuencia. Si te expones constantemente a imágenes de dolor y
lucha o a imágenes que pretenden rebajar tu autoestima (¡hola redes
sociales!), acabarás sintiéndote también miserable. La energía fluye
hacia nosotros de varias maneras y en la siguiente sección, te daré un
par de ejercicios para limpiar tus canales. Sin embargo, todo
comienza con la filtración de las fuentes de energía correctas y la
elección de las vibraciones adecuadas en tu vida.
Precisamente por eso la gratitud es tan importante. La gratitud te
abre los ojos a lo maravillosas que son las cosas y te pone en un
plano vibratorio positivo. Al hacerlo, atraerás aquello que te haga
estar más agradecido. Hablar positivamente y mantener creencias
positivas funcionan de la misma manera.
Tu nivel vibracional también está determinado por el grado en
que permites el flujo de energía del universo hacia ti. Mientras que
los alimentos que ingieres se transforman en energía dentro de ti y
garantizan que tus funciones biológicas funcionen según lo previsto,
la energía gratuita del universo fluye hacia ti en forma de intuición,
sensaciones viscerales, etcétera.
Dado que esta energía proviene del conocimiento infinito,
naturalmente, la frecuencia de esta energía está en un nivel mucho
más evolucionado. Cosas como el estrés, el ego y dar energía a los
obstáculos en tu vida, hacen que vibres más lejos de esta energía y
terminas atrayendo menos de ella a tu vida.
Cuanta más energía universal tengas, más proactivo serás hacia
tu vida ya que asumirás plenamente tu posición como creador y
como alguien que puede elegir la vida que desea llevar. Controla
siempre el nivel de tu relajación ya que es un buen indicador de
cuánto estás permitiendo actualmente la energía universal dentro de
ti.
Por relajación, no quiero decir que debas dormir todo el tiempo.
Me refiero a tu estado mental y físico. ¿Estás constantemente al
límite esperando que algo vaya mal? ¿Te preocupa constantemente la
negatividad? Esto solo provoca estrés y te aleja de la verdadera
sabiduría.
Por supuesto, todo esto es otra forma de decir que tus
pensamientos son, en última instancia, lo más importante. Tus
pensamientos son solo energía dentro de ti y estos son los que
determinan, más que cualquier otra cosa, tu frecuencia vibratoria.
Por lo tanto, arregla tus pensamientos y arreglarás tu vida.
Los pensamientos informan a tu energía

Tus pensamientos son ráfagas instantáneas de energía que viajan


dentro de tu cerebro. Piensa en algo y lo harás instantáneamente sin
ninguna duda. Nuestros pensamientos existen tanto en el plano
consciente como en el subconsciente, siendo este último el que
representa la mayor parte de ellos. Según una estimación, en el
cerebro humano se producen más de setenta mil pensamientos a lo
largo del día, de los cuales el noventa por ciento se producen en el
subconsciente.
Hay una cita famosa de Einstein en la que dice que la definición
de locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados
diferentes. Para cambiar tu realidad exterior, primero tienes que
cambiar la realidad que está dentro de ti. Esto es solo una forma de
decir que necesitas vibrar al nivel de la energía que quieres dentro
de ti, para que se manifieste a tu alrededor, a través de la ley de la
resonancia.
El reto de cambiar tus pensamientos es que hay un montón de
basura incrustada en ellos —creencias limitantes, condicionamientos
de la infancia, prejuicios, juicios—, todo lo cual es francamente
inútil. Mucho de lo que pensamos está determinado por lo que se
instaló en nosotros cuando crecíamos, antes de los cinco años.
A esa edad, nuestros cerebros no son conscientes y simplemente
absorbemos todo lo que nos rodea. Estos pensamientos se almacenan
en lo más profundo para su uso futuro. Llegado el momento,
algunos de estos pensamientos se descartan y los que permanecen
forman la base de nuestras acciones para el resto de nuestra vida. A
menos que decidamos cambiarlos.
Dado que tus pensamientos son solo energía y tus acciones son
expresiones de esta energía, al no dar a ciertas energías la salida para
gastarlas, es posible que las transformes en otra cosa. Lo que quiero
decir es que no necesitas ser un esclavo de cada pensamiento que
surge en tu cabeza; tienes la opción de, simplemente, no actuar sobre
él. Si eliges no actuar sobre él, esa energía permanece dentro de ti,
lista para ser transformada en otra cosa.
Transformar esa energía latente consiste en llevar a cabo las
acciones que reflejan la creencia que deseas instalar. Mientras que los
pensamientos informan a las acciones, las acciones también
informan a los pensamientos y las creencias. Así, si te comportas de
una manera determinada, y te visualizas comportándote de la
manera que deseas, tu cerebro adoptará creencias que estén en
consonancia con esas acciones.
Además de la visualización, ya hemos visto cómo las
afirmaciones pueden enfocar tus intenciones y hacer que lleves a
cabo acciones que resulten en cambios enormes en tu vida. Un
concepto clave para la instalación de nuevas creencias que debes
entender es este: El cambio no se producirá de la noche a la mañana.
Los objetivos no se alcanzarán de la noche a la mañana. No vivirás
una vida diseñada de la noche a la mañana. Todo esto se construye
una acción a la vez. Tienes que seguir repitiendo estas nuevas
acciones una y otra vez hasta que se instalen dentro de ti. No existe
un proceso de aprendizaje tipo Matrix, de tipo "enchufa y aprende".
Hay otros ejercicios que puedes llevar a cabo, y los he enumerado
en la sección siguiente. Estos ayudarán a despejar cualquier bloqueo
a la energía universal que puedas tener dentro de ti. Permitir que
esta energía entre en tu mente hará maravillas para que comprendas
cuáles son las creencias correctas para vivir bien.
Recuerda, la vida se vive mejor cuando vas con la corriente y no
te opones a ella. Eliges tu objetivo declarado y actúas para progresar
hacia él. Te encontrarás con obstáculos en el camino, pero el universo
te informará hacia dónde fluir. Piensa en ello como si nadaras en el
océano hacia una roca que está a cierta distancia de la orilla.
Cuando empieces a nadar, las olas chocarán contra ti con gran
fuerza, pero a medida que te adentres, podrás aprovechar el impulso
de las olas para que te empujen hacia atrás y te arrastren, o
simplemente podrás nadar por debajo de ellas. Te encontrarás con
varias corrientes, pero nadando de lado o con ellas, navegarás hacia
tu objetivo. Así es como se navega en la vida para alcanzar los
objetivos.

Técnica Nº14: Ejercicio del punto de ensamblaje


El primer ejercicio que te permitirá desbloquear el flujo de
energía dentro de ti es el ejercicio del Punto de Ensamblaje. Este
ejercicio utiliza el poder de la visualización para manifestar la
realidad. Permite un flujo completo de energía universal dentro de ti
y despeja todos los bloqueos del universo.
Para empezar, ponte de pie de forma relajada con los pies
cómodamente separados. Respira profundamente unas cuantas
veces para relajarte. Ahora, visualiza una corriente dorada de
energía que entra en ti desde abajo, desde tus pies. Esta energía se
relaja y se mueve por tu cuerpo hacia arriba. A medida que lo hace,
verás que esa parte concreta de tu cuerpo se relaja aún más al
inhalar. Al terminar la inhalación, esta energía dorada sale al
universo desde la parte superior de tu cabeza.
Al comenzar la exhalación, visualiza esta energía dorada
entrando en la parte superior de tu cabeza y bajando por tu cuerpo, a
través de la columna vertebral y hasta tus pies. Observa lo relajado
que te sientes a medida que esta energía baja y sale de nuevo al
universo a través de tus pies, llevándose consigo todos los bloqueos
e impurezas que te limitan.
A medida que desarrolles tu habilidad en este ejercicio, tú mismo
te volverás más sensible a la energía que entra en ti. Al principio,
simplemente visualiza esta energía; es más que suficiente para
relajarte y permitir que la energía fluya a través de ti.
Una vez que hayas conseguido relajarte correctamente con estos
dos pasos, es el momento de subir de nivel. Vuelve a realizar los dos
primeros pasos y, una vez hecho esto, visualiza las dos bolas de
energía entrando en ti, una desde arriba y otra desde abajo. Estas dos
bolas se cruzan al recorrer tu cuerpo, pero no se cruzan entre sí, ya
que una pasa por delante de tu columna vertebral y la otra por
detrás.
Intenta sincronizar tu respiración con la entrada y salida de estas
energías desde tus pies y cabeza. Puedes hacer que las bolas de
energía sean más grandes en tu imaginación, pero es mejor empezar
con algo pequeño. La idea no es cambiar el tamaño de la energía
todavía. A continuación, imagina que por encima de tu cabeza hay
una fuente de esta energía dorada que se vierte constantemente en ti,
y de forma similar, hay una fuente invertida debajo de tus pies, que
te da energía desde el fondo.
Poco a poco, imagina que estas fuentes se extienden la una a la
otra y, finalmente, se unen para formar una esfera dorada de energía
pura a tu alrededor. Siente cómo tu piel se expande con cada
inhalación mientras esta energía continúa envolviéndote y
protegiéndote. Sigue trabajando en esto durante todo el tiempo que
puedas.
Al principio será difícil y te sentirás cansado. Sin embargo, esto
es un músculo como todo lo demás y cuanto más lo trabajes, mejor
lo harás. Sigue aumentando la fuerza de la energía que fluye hacia ti
gradualmente. No intentes acumular demasiada energía, ya que esto
te desequilibrará. Limítate a lo que te parezca correcto.
CAPÍTULO 8:
LO QUE REALMENTE NECESITAS PARA
MANIFESTAR RIQUEZA Y ABUNDANCIA

Aunque este paso se refiere a riqueza y abundancia, lo que


estamos discutiendo en este capítulo es la felicidad. Cómo averiguar
qué es y cómo tener más de ella. El dinero y la riqueza son tanto
herramientas como obstáculos para esto.
Muchos de nosotros tenemos creencias terribles sobre el dinero,
es decir, simplemente desequilibradas. Por lo tanto, con el fin de
restaurar un sentido de equilibrio, las fuerzas del universo hacen su
trabajo para balancear la ecuación, dejándonos más miserables que
nunca. Cuando esto sucede, en lugar de reconocer nuestro
pensamiento defectuoso, culpamos al tema de nuestros
pensamientos, que en este caso es el dinero.
La abundancia, la riqueza, el dinero, como quieras llamarlo, es
sencillamente una manifestación de lo que piensas y de cómo lo
piensas. Así que echémosle un vistazo más profundo.
El dinero no te hará feliz

Bien, podríamos sacar la mala noticia del camino primero. En


caso de que no sea evidente para ti, el dinero no te hará feliz. Esto
nunca ha sido así y nunca lo será. Sin embargo, mucha gente lo
interpreta como que el dinero nunca te hará feliz bajo ninguna
circunstancia. Esto es falso y refleja una visión desequilibrada de las
cosas.
Piensa en esta situación. Hace calor y te apetece mucho un
helado para refrescarte. El problema es que no hay ningún vendedor
de helados ni ningún puesto a la vista. Estás sudando a mares y el
sol te está quemando la nuca mientras avanzas a duras penas por lo
que parece ser un día caluroso y húmedo.
Estás muy atento a la búsqueda de un vendedor de helados y, en
ese momento, ves un puesto. Corres hacia él y pides tu sabor
favorito de helado y la porción más grande posible. Supongamos
que el tamaño de esta porción es de seis bolas. Mientras el heladero
te sirve una por una en tu copa, la miras con avidez y, antes de que
te quiten el dinero, empiezas a devorar el helado.
Los primeros bocados son lo más parecido al cielo. La primera
bola es maravillosa. La segunda bola es bastante buena, pero no
tanto como la primera. Para cuando llegas a la sexta cucharada, estás
activamente harto del helado porque ya has comido tanto que tu
antojo ha desaparecido. Mientras que hace unos minutos tenías
antojo de helado y habrías hecho cualquier cosa por seis bolas de
helado, ahora regalarías esa última bola.
Lo que ocurre aquí se conoce como la ley de los rendimientos
decrecientes, que afecta a todos y cada uno de nuestros deseos. Una
vez que conseguimos lo que queremos, simplemente lo valoramos
menos. Esto no quiere decir que queramos deshacernos de eso. En
cambio, ya no ocupa tanto nuestra mente. A medida que seguimos
comiendo el helado, la cantidad de placer que recibimos aumenta
hasta cierto punto, más allá del cual, simplemente deja de aumentar.
Ninguna cantidad de helado adicional puede aumentarlo.
Esta ley se aplica también al dinero. A partir de un determinado
nivel de ingresos, que suele situarse entre los 70.000 y los 80.000
dólares al año, los ingresos adicionales no proporcionan felicidad.
Sin embargo, sí te da placer. Este es el primer obstáculo que hay que
superar. Mucha gente confunde el placer con la felicidad, pero son
dos cosas completamente diferentes.
El placer es la sensación de comer la primera bola de helado en
un día caluroso después de haberlo deseado durante mucho tiempo.
Es volátil y memorable. También dura muy poco tiempo. Puede
alcanzar picos altos pero, por su propia naturaleza, no tiene una
larga vida útil. La felicidad, en cambio, es más bien el nivel básico de
la existencia. Depende de algunas cosas muy simples, como el amor
y la seguridad. El refugio, la comida, etc., forman parte de la
seguridad, pero también se pueden incluir en otras categorías.
El dinero es crucial para estas cosas. No compra amor, pero no
puedes exhibir tu mejor yo sin la protección que te brinda el dinero.
Si estás constantemente preocupado por cómo vas a pagar tu
próxima factura, siempre ansioso por llegar a fin de mes, no vas a
atraer a demasiados socios potenciales. Por lo tanto, el dinero es
necesario hasta cierto punto. Es necesario para nuestras necesidades
básicas de seguridad, alimentación y, por supuesto, supervivencia.
No es malvado ni endemoniado. Es lo que es, muy parecido a lo que
es el helado.
Cómo lo interpretes depende de tu nivel de equilibrio. Cuanto
más equilibrado estés, más fiel será tu interpretación de las cosas. Al
confundir el placer con la felicidad, una vez que las personas
experimentan la comodidad que proporciona el dinero y la
liberación de la ansiedad que se produce, comienzan a perseguir
más dinero pensando que les traerá más felicidad. Sin embargo,
estas personas simplemente persiguen el placer. ¿Es una sorpresa
que estas personas nunca encuentren la felicidad?
La felicidad depende de algunas cosas muy simples, a saber, tus
pensamientos. ¿En qué piensas la mayor parte del tiempo? Ese es el
nivel de tu felicidad. Más específicamente, tu forma de pensar es lo
que determina tu nivel básico de felicidad. Una mentalidad basada
en la escasez, donde piensas que todo es fugaz y que el universo
toma más de lo que da, resultará en que crees esta realidad para ti
mismo y afirmes tus creencias. Crearás tu propia verdad.
La felicidad depende de que adoptes una mentalidad abundante
y así la crees para ti. Una vez que se satisfacen tus necesidades
básicas, la felicidad gira en torno a cómo eliges pasar tu tiempo. En
otras palabras, ¿cuál es tu verdadero propósito y qué tan alineado
estás con él? Seguir ese camino y darte cuenta de tu progreso es lo
que constituye uno de los pilares de la verdadera riqueza.
Al igual que el placer y la felicidad, el dinero y la riqueza tienen
la misma relación. El dinero se puede cuantificar y cuando lo recibes
después de un largo período estéril, te lleva a alturas que disfrutarás.
Sin embargo, nunca volverás a llegar a esas mismas alturas una vez
que hayas ascendido.
La riqueza tiene aspectos tanto cualitativos como cuantitativos.
El placer, la felicidad y cualquier emoción positiva que experimentes
al vivir tu vida son todos indicadores de riqueza; estas son cosas que
no se pueden cuantificar, pero solo se pueden sentir. El dinero es el
aspecto cuantitativo de la riqueza, como las experiencias en las que
participamos (vacaciones, nutrición y suplementos, productos de
bienestar y membresías de acondicionamiento físico, libros y
películas, eventos a los que asistimos, la educación que buscamos,
etc.) son todos aspectos tangibles de tener poder. El dinero es lo que
nos ayuda a alcanzar un nivel básico de comodidad y a buscar
experiencias nuevas y expansivas, mientras que los sentimientos que
obtenemos, los resultados que logramos (física, emocional y
mentalmente) cuando nos involucramos en esas experiencias es lo
que constituye y explica nuestro nivel de felicidad y otras emociones
positivas.
Ambos aspectos son necesarios y se complementan. Al verlos por
lo que son, podrás adoptar una mentalidad equilibrada sobre ellos.
Cuando confundimos riqueza y dinero, creamos grandes
desequilibrios en nuestra vida que solo nos llevan a deshacernos de
nuestro dinero, dado que lo convertimos en nuestra principal fuente
de infelicidad. Por lo tanto, también nos libraremos de la seguridad
que brinda el dinero y nos volveremos aún más miserables.
Todo comienza con la eliminación de la mentalidad de escasez.
Cómo cambiar tu mentalidad de escasez

Digamos que tú y yo estamos comiendo trozos de una deliciosa


tarta de manzana. A los dos nos encanta la tarta, todavía no estamos
experimentando ninguna disminución y, antes de que nos demos
cuenta, solo queda un trozo. Ahora, los dos queremos mucho ese
trozo y, de repente, tú estás contra mí y nos hemos convertido en
adversarios temporalmente. Todo por un trozo de pastel.
Así es exactamente como la gente vive su vida, en gran medida.
Cree que el mundo es un gran pastel y que no hay suficiente para
todos. Si alguien se lleva un trozo más grande, significa que los
demás tenemos que contentarnos con trozos más pequeños. Por lo
tanto, todo el mundo es un adversario y las situaciones en las que
todos ganan simplemente no existen. Para que tú ganes, alguien
tiene que perder. Muy pronto, en lugar de centrarte en cómo puedes
ganar, te centras en derrotar a otro. El éxito que se consigue de esta
manera, si es que alguna vez llega, es un esfuerzo y un trabajo duro.
No tiene ningún propósito y no te hace salir de la cama por la
mañana.
Una vez que la emoción inicial de haber vencido a alguien se
desvanece, no queda nada que te impulse a seguir adelante y la vida
se convierte en una serie de combates estresantes y sin interés.
Contrasta esto con una mentalidad de abundancia que ve el
mundo como realmente es. En una mentalidad de abundancia, la
metáfora de que el mundo es un gran pastel es una falacia en sí
misma. El razonamiento detrás de esto es que si somos co-creadores
de nuestro mundo y podemos diseñar nuestra vida para que sea lo
que imaginamos, entonces ¿cómo puede haber un suministro
limitado de algo? Solo los que creen que los recursos son finitos
creerán alguna vez en esa tontería. Para vivir una vida más grande,
simplemente hay que crearla. Creer en tu capacidad de crearla es la
base de la mentalidad de la abundancia.
Crecemos en torno a la escasez cuando somos niños. Si eres como
la mayoría de la gente, te enseñaron que "el dinero no crece en los
árboles", que para ser el primero en tu clase, otro tiene que ser el
segundo, y así sucesivamente. Aunque la competencia es algo bueno
y puede ser saludable hasta cierto punto, nuestros sistemas escolares
nos convierten en algo que nunca debió ser: una carrera de ratas en
la que nos enfrentamos unos a otros. La belleza de la abundancia es
que al adoptar esta mentalidad crearás más de ella para ti, ya que
manifestarás aquello en lo que más te enfocas. Enfócate en la escasez
y seguirás viviendo en ese círculo vicioso de no tener suficiente.
Enfócate en la abundancia y en cómo puedes crear tus propias
oportunidades, y se te presentará más como resultado. Un paso
crucial para cultivar una mentalidad de abundancia y manifestar tus
deseos es reconocer tu poder y tu capacidad para crear y manifestar
tus deseos mientras entiendes cómo funciona la energía. En pocas
palabras, obtienes aquello en lo que te enfocas y hacia lo que diriges
tu energía.
Vuelve a leer la parte sobre la resonancia si todavía no estás
seguro de cómo funciona esto y por qué es cierto. A continuación,
comprométete a mejorar en pequeños pasos cada día. No importa lo
pequeño que sea el paso, simplemente toma uno para mejorarte a ti
mismo y comprométete con él, cada día. Mejorar puede significar
aprender una nueva habilidad o reforzar una antigua. Mantén tu
mente fresca ejercitándola y proporcionándole novedades.
La novedad es una herramienta muy infravalorada en lo que
respecta al desarrollo mental. Exponer tu mente a cosas nuevas te
ayudará a navegar mejor por el cambio y también ampliará tu
mundo considerablemente. Al hacer esto, estás atacando de lleno la
idea de que el mundo es un lugar limitado. Al fin y al cabo, si hay
tantas cosas que aprender en el mundo, ¿cómo puede ser limitado?
Por tanto, explora cada día ideas y conceptos que amplíen tu
comprensión del mundo. En eso consiste el verdadero
autodesarrollo.
A continuación, estudia y aprende de los errores y éxitos de los
demás. El mundo entero está a tu disposición y funciona como una
caja de resonancia para tus ideas. Si quieres hacer algo, explora si
otros lo han hecho y mira cómo les ha funcionado. Una vez que
nuestros antepasados descubrieron el fuego e inventaron la rueda,
no fue necesario que hiciéramos siempre lo mismo. Simplemente
aplicamos y perfeccionamos sus procesos.
Del mismo modo, ha habido generaciones de mujeres y hombres
brillantes que te han precedido y que han experimentado la vida de
forma muy parecida a la tuya. Intenta aprender de ellos y absorber
su aprendizaje de los errores que cometieron. De esta manera,
puedes mejorar drásticamente tu vida, ya que estarás accediendo a
un nivel de conciencia más elevado que el tuyo propio a la hora de
aprender.
Uno de los errores que comete la gente es que cuando se dan
cuenta de lo realmente maravilloso que es la mentalidad de la
abundancia, se vuelven duros consigo mismos y se amonestan por
haber adoptado una mentalidad de escasez durante tanto tiempo.
No seas demasiado duro contigo mismo. Después de todo, tienes
tanto derecho a cometer errores como cualquier otra persona.
Aprende de ello y sigue adelante.
Ser consciente de tus pensamientos y acciones es una gran
práctica que debes llevar a cabo. Practicar la atención plena te
mantendrá anclado en el presente, lo que te ayudará a darte cuenta
de lo abundante que es el mundo. Piensa en el momento presente
por un segundo. Siempre está ahí y no tiene fin. Dentro de él puede
ocurrir cualquier cosa.
El pasado, por el contrario, al igual que el futuro, está siempre
fijado. No fluye, sino que termina en un punto determinado una vez
que tu proyección e imaginación se agotan. Por lo tanto, es limitado.
No hay sentido de la posibilidad con ellos, ya que solo se puede
llegar a varios escenarios. Sin embargo, el momento presente
depende de fuerzas mucho más grandes que tú y yo. Las
posibilidades son infinitas. Si esto no es abundancia, ¿qué es?
Por último, la forma más poderosa de desarrollar una
mentalidad de abundancia es practicar la gratitud y el altruismo, es
decir, dar. Más que cualquier otra cosa, estas dos cosas garantizarán
una mentalidad abundante y la verdadera felicidad, debido al
simple principio: Lo que das es lo que recibirás. Veamos este
fantástico fenómeno.
Generosidad

La práctica budista siempre hace hincapié en la importancia de


dar. Si observamos la sociedad, veremos que las personas más felices
son las que más dan a la comunidad. Sin embargo, existe el peligro
de dar por las razones equivocadas. Demasiadas personas ven la
caridad como un medio para inflar su ego y no dan con las
intenciones correctas.
El acto de dar abre tu mente a la abundancia más que cualquier
otra cosa porque te enseña que puedes literalmente permitirte
regalar cosas. En otras palabras, eres próspero. No importa qué
problemas creas que tienes, puedes permitirte mejorar la vida de
otra persona.
Según el pensamiento budista, el acto de dar es mucho más
poderoso cuando se realiza a favor de alguien que lo merece, en
contraposición a alguien que no lo merece. Ahora bien, esto podría
interpretarse erróneamente en el sentido de que los más pobres de la
sociedad no merecen la caridad, lo que ciertamente no es el caso.
La verdad es que determinar quién merece la caridad y quién no
es una elección puramente personal y el motivo detrás de la caridad
debería ser sentir gratitud y agradecimiento: por lo que tienes y por
lo agradecido que te sientes de poder ser una bendición para otros y
ayudarles a mejorar sus vidas. Tu objetivo no debe ser algo material
en este sentido.
La gratitud es una práctica importante que debes seguir y,
sencillamente, es el estado mental más positivo que puedes adoptar.
Al agradecer tus bendiciones y mirar lo que tienes, en contraposición
a lo que aún no tienes, estás reforzando aún más la abundancia de
este mundo.
El hecho es que la civilización humana está actualmente en su
apogeo. En Occidente, nunca hemos vivido más tiempo, ni hemos
tenido vidas más cómodas ni tanta tecnología que nos ayude. Sin
embargo, somos más miserables que nunca. Esto se debe únicamente
a la falta de enfoque en la gratitud. Lo tenemos mejor que gran parte
del mundo, pero lo único en lo que nos centramos es en la falta de
cosas o en el ajuste de cuentas político.
En última instancia, todo se reduce a lo que quieres en tu vida. Si
emites energía positiva y gratitud, la recibirás multiplicada por diez
gracias al principio de la resonancia. Tómate siempre el tiempo para
relajarte y contar tus bendiciones. Por bendiciones me refiero a
centrarte en las cosas positivas de tu vida a pesar de la multitud de
cosas que no siempre están en su punto.
Verás que todos tus problemas pronto tendrán solución y que tu
vida avanzará positivamente. Da todo lo que puedas, sin necesidad
de reciprocidad o no des nada. Concéntrate en sentirte bien cuando
das y haz de esto tu objetivo. Recuerda diferenciar entre la sensación
fugaz de placer y la verdadera felicidad cuando te propongas como
objetivo dar.
Las prácticas de este capítulo ya se han comentado y explicado,
pero te las resumiré aquí. Simplemente céntrate en estar agradecido
por lo que tienes y da más de lo que quieres para desarrollar la
abundancia. Con estas simples prácticas puedes reprogramar tu
mente para creer que ya tienes lo que quieres. Con esto, viene un
cambio de paradigma que modifica tu realidad externa para
correlacionarla con tu realidad interna. Deja de pensar en lo que no
tienes y empieza a pensar en todas las posibilidades que existen para
que ocurra algo maravilloso en tu vida.
El final... ¡casi!
Las reseñas no son fáciles de conseguir.
Como autor independiente con un presupuesto de marketing
minúsculo, dependo de los lectores, como tú, para que dejen una
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Aunque solo sean una o dos frases.


Así que si te ha gustado el libro, por favor...

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Aprecio mucho tu reseña, ya que realmente marca la diferencia.


Gracias de todo corazón por comprar este libro y leerlo hasta el final.
CAPÍTULO 9:
CÓMO CREAR TU MEJOR VIDA

Una de las técnicas más poderosas que puedes utilizar para


mejorar tu vida es utilizar el poder de la imaginación. Con
demasiada frecuencia, los que tienen una imaginación poderosa son
tachados de soñadores o de ser poco realistas. Pues bien, la
imaginación es la clave de la creación, porque si no puedes verlo en
tu cabeza, es poco probable que lo veas en la vida real.
Piensa en cómo hacen su trabajo los directores de cine más
populares o cómo abordan su oficio los artistas. Primero empiezan
por visualizar exactamente cómo será y cómo se sentirá lo que
desean producir. Al igual que una película o un hermoso cuadro, tú
también tienes la capacidad de dirigir tu vida de esta manera.
En este capítulo, te mostraremos exactamente cómo puedes
hacerlo.
El poder de la imaginación

¿Sabes que tu cerebro no tiene forma de distinguir lo que es real


y lo que es imaginado? Por lo que a él respecta, si la imagen
visualizada le parece lo suficientemente real, la adopta como si
hubiera ocurrido de verdad. Como ves, la conciencia y la realidad
pueden ser manipuladas por imágenes y emociones fuertes. Piensa
en algunos recuerdos antiguos tuyos y descubrirás que, aunque
sientes que las cosas sucedieron de una manera, la realidad es que
las cosas fueron ligeramente diferentes.
Tendemos a creer que todo lo que experimentamos es la realidad.
Sin embargo, con suficiente información sensorial sobre un
acontecimiento añadido a nuestra imagen mental, acabaremos
experimentando la imagen imaginada como real también.
En pocas palabras, este es el poder de la visualización. Tu
capacidad para construir imágenes, que sabes que no son reales pero
que, sin embargo, están siendo creadas con la intención de mejorar
tu vida, es un testimonio directo de tu capacidad de ser un creador.
Nunca subestimes el poder de tu imaginación para crear mundos
para ti. Utilizando esta herramienta, consigues experimentar todo un
universo de posibilidades, por lo que te liberas de verdad, ya que no
hay nada ni nadie que te limite, sino tú mismo, dentro de tu cabeza.
Uno de los indicadores clave de una imagen mental poderosa es tu
capacidad para transportarte utilizando tus otros sentidos.
Todos tenemos momentos en nuestra vida que nos han
impactado y formado profundamente. Estos momentos crean
huellas particulares en nuestros sentidos: visuales, sensoriales
(sabor, olor, sonido, tacto) o una sensación de algún tipo. Esta es una
forma de imaginar y visualizar la vida que deseas. Hasta ahora,
probablemente solo estés utilizando tu capacidad de imaginar como
una ensoñación ociosa.
Visualizar imágenes sin trabajar conscientemente para
conseguirlas es soñar despierto. Sin embargo, una vez que empieces
a infundirles el poder de tus intenciones y objetivos, y practiques la
visualización con disciplina y fe, verás cómo estas imágenes se
manifiestan en el mundo real. ¿Serán exactamente como las has
visualizado? Puede que sí o puede que no. Sin embargo, no se puede
negar que la esencia de tu visualización se hará realidad en tu vida.
La imaginación forma parte de todo el proceso y es fundamental
que la dejes volar libremente. Utiliza tu imaginación de forma
positiva y observa cómo cambia tu vida. La mayoría de nosotros
somos expertos en imaginación, pero simplemente no nos damos
cuenta. Piensa en algún momento en el que te hayas sentido ansioso
o triste por algo.
Tu mente estaba produciendo imágenes e imaginando resultados
que aún no habían ocurrido, lo que provocó que te sintieras ansioso
y triste. Por lo tanto, en lugar de utilizar el poder de la imaginación
para sentirte mal, simplemente dale la vuelta y utilízalo para sentirte
bien. Construye la vida que quieres y llénala de imágenes y
sentimientos que deseas.
La imaginación también aprovecha el poderoso efecto placebo de
la curación. Sencillamente, nuestra mente se deja influir fácilmente
por cualquier realidad que se le imponga. Numerosos estudios han
demostrado que una imaginación poderosa puede acelerar la
recuperación tras un accidente o una enfermedad. Imagina los
detalles tanto con la perspectiva de la vista aérea del pájaro como la
limitada vista del gusano en tu visualización. De este modo,
completarás los detalles en todos los niveles y te comprometerás
activamente con tu visión, dirigiendo así más tu atención hacia ella.
Una de las mejores formas de utilizar la imaginación con fuerza
es combinarla con una técnica de meditación.
Meditación con visualización

Los beneficios de la meditación ya se han mencionado


anteriormente. Hay una serie de técnicas que puedes utilizar en tu
práctica de meditación, y una de ellas es combinar la meditación con
la visualización. De hecho, hay diferentes maneras de utilizar la
visualización para aumentar la potencia de tu práctica de
meditación.
La primera técnica consiste en meditar centrándote en liberar la
mente de las preocupaciones cotidianas. Todo lo que tienes que
hacer es practicar la meditación utilizando tu técnica habitual cada
día de forma disciplinada. Después de un tiempo, descubrirás que
tendrás acceso a tu mente interior y a sus pensamientos.
Esta mente interior no es otra cosa que la mente subconsciente,
que es una suma de todas tus creencias así como del conocimiento
del corazón. Cuando accedas por primera vez a esta capa interna,
comenzarás a ver imágenes y visualizaciones en tu cabeza, que te
guiarán en una determinada dirección en tu vida. Estas imágenes
pueden utilizarse como indicadores para tu próximo curso de
acción.
Usar la meditación para despejar tu mente antes de tu práctica de
visualización, suele ser una gran idea. De este modo, tu mente estará
más calmada y más centrada en las imágenes que deseas crear. La
forma de hacerlo es meditando como de costumbre, pero
terminando la meditación con una visualización. Antes de la
meditación, elige un tema general que desees visualizar y crear en tu
vida. Llénalo con un nivel de detalle apropiado, según lo que sientas.
No hay un nivel de detalle correcto o incorrecto.
Una vez que hayas terminado de meditar, visualiza las imágenes
en tu mente y añade todos los detalles que desees. Concéntrate en
hacer que estas imágenes sean lo más reales posibles, añadiendo
información sensorial a estas imágenes y también impacto
emocional. Si no eres capaz de crear imágenes visuales, simplemente
utiliza la visualización para curarte.
Visualízate en la naturaleza, ya sea en un bosque o en la cima de
una colina o en cualquier entorno natural que prefieras. Interactúa
con este entorno en tu mente y anota toda la información sensorial.
De este modo, te calmarás y te situarás en un buen lugar para
difundir el don de tu amor.
Tu corazón es el centro del amor y la alegría en tu cuerpo;
visualízalo como si estuviera radiante de energía dorada, que es
puro amor. Imagina que esta energía recorre tu cuerpo y luego
visualiza que envías esta energía a tus seres queridos o a un destino
de tu elección a través de tus palmas. También puedes usar tu
imaginación para alterar los resultados futuros de acciones pasadas.
Una vez que hayas terminado de meditar, vuelve a pasar por tu
mente las imágenes del evento pasado. Recuerda utilizar toda la
información posible y añadir todos los datos sensoriales posibles.
Piensa en lo que sentiste, en el tipo de tacto que experimentaste, en
las emociones que sentiste mientras se desarrollaba el
acontecimiento, en lo que experimentaron otras personas o cosas en
la imagen, etc. El detalle es la clave para que las cosas sean lo más
realistas posible.
Ahora, mientras repasas las imágenes en tu mente, modifica los
elementos que desees cambiar. Por ejemplo, tal vez reaccionaste de
manera negativa ante algo, así que ahora visualízate reaccionando
de la manera que desearías haber reaccionado. De nuevo, siente esta
nueva imagen lo más profundamente posible para instalarla
completamente en tu cerebro.
Al principio, es probable que tu cerebro rechace esta nueva
imagen, pero sigue haciéndolo y con el tiempo descubrirás que tu
recuerdo de este acontecimiento cambia por completo. Construye tus
imágenes por capas y no tengas prisa por completar tus escenas de
una sola vez. No esperes tener visiones completamente formadas en
tu cabeza después de una sola sesión de hacer esto.
La mayoría de nosotros estamos acostumbrados a utilizar este
poder de forma parca e inconsciente, por lo que nos llevará tiempo
hacerlo de forma consciente. Rellena los detalles principales y luego
añade algo de atmósfera o color al escenario. A continuación,
infunde la emoción y, por último, añade los pequeños detalles, como
acciones concretas o la información sensorial de ciertos elementos
inanimados del cuadro.
La meditación facilitará todo el proceso, ya que tendrás una
mayor capacidad para concentrar las energías de tu mente y crear
exactamente lo que quieres.
Visualización multisensorial

El proceso de utilizar los sentidos para hacer que las imágenes


mentales sean más reales puede resultar confuso al principio, por lo
que merece la pena profundizar en este aspecto. Si bien la mayoría
de las personas tienen un predominio visual, para algunos, los otros
sentidos pueden ser más impactantes. Entonces, hay ciertos
escenarios que provocan una respuesta sensorial igual a la que
podría provocar el sentido de la vista, este no es el único sentido a
tomar en cuenta.
Por ejemplo, si te pido que visualices una playa, lo primero que
escucharás probablemente será el sonido de las olas. Del mismo
modo, si te pido que visualices una cascada, lo primero que te
vendrá a la mente es el sonido de ella. Si visualizas una lluvia, lo que
te vendrá a la mente es el tacto del agua en tu piel o el olor de la
tierra cuando la lluvia golpea por primera vez.
Mientras visualizas, juega con los distintos sentidos que puedas
detectar. Pinta el cuadro original visualmente si es necesario, pero no
te limites a la imagen visual. Siguiendo con el ejemplo de la playa, tu
primer paso podría ser pintar una imagen visual. Imagina que el sol
en el horizonte proyecta un resplandor anaranjado sobre todo
mientras las olas se estrellan contra la arena blanca y brillante.
Puedes añadir personas a esta escena o dejar la playa vacía. ¿Qué
tal las palmeras que bordean la playa? Añade algunas hamacas u
otros accesorios a tu gusto. Mientras lo haces, toma conciencia de los
sonidos que producen las olas. Mantén esto en tu conciencia
mientras visualizas esta escena.
A continuación, añade a tu conciencia los sonidos de los pájaros
de la costa. Visualízalos y añade su canto a la banda sonora, junto
con los sonidos del océano. Mientras caminas por la arena, observa
cómo sientes el sol en tu piel. ¿Sientes un calor abrasador o es
agradable y confortable? Experimenta esa sensación y asimílala en tu
imagen general.
A continuación, observa cómo se siente la arena entre los dedos
de los pies. Es probable que la arena se sienta seca e irritante.
También puede haber algunas piedras. A medida que te acercas al
agua, la arena se reafirma y la sensación de humedad puede ser
detectada por tus dedos. Además, ahora estás más cerca de las olas,
por lo que el sonido del océano es mucho más fuerte y ahoga todo lo
demás.
¿Puedes oír el sonido del rocío cuando llega a la orilla? Suena
como un silbido cuando el agua vuelve a entrar en el océano. Tanto
si decides entrar en el agua como si te quedas en tierra y caminas por
la orilla, sigue añadiendo más estímulos sensoriales a la imagen.
A medida que aumente tu capacidad para manejar la
información sensorial, empieza a añadir otros seres vivos a la
imagen, como otras personas o animales, y así sucesivamente.
Imagina sus comportamientos y reacciones tal y como los registran
tus sentidos. Sea lo que sea lo que decidas añadir, recuerda centrarte
en lo bien que te hace sentir la imagen y en la oleada de emoción
positiva que crece en tu interior. Esta emoción positiva debe
subrayar todo en tu escena en todo momento.
Para algunos, todo lo que acabo de escribir les parecerá de
sentido común, pero para aquellos que realmente tienen problemas
con la visualización y no consiguen dotar de fuerza a sus imágenes,
este ejemplo les ayudará a concretar muchas cosas. En estos casos,
recomiendo empezar con una intención igualmente pequeña.
Simplemente visualiza que caminas por la playa y te sientes bien.
Eso es todo.
No añadas nada más, como el sonido de las olas o los detalles de
tu ubicación. Simplemente siente la arena, escucha el mar y mira
unos pasos hacia delante mientras te sientes bien. Si construyes tu
imagen poco a poco, tu cerebro se acostumbrará y pronto estarás
construyendo imágenes complejas con tu mente y, aún mejor,
haciendo que se manifiesten en la realidad.

Técnica Nº15: Meditación y visualización con la emoción


Como se mencionó anteriormente, la meditación es una actividad
que llevará tu práctica de visualización al siguiente nivel, gracias a
su capacidad para ayudarte a minimizar las distracciones mentales.
Hay muchas prácticas de meditación que puedes elegir seguir. El
punto de partida más común para la mayoría de las personas es
simplemente tomar conciencia de su respiración.
Aunque ese ejercicio aumenta tu conciencia general, puedes
desarrollar tu concentración ajustándola un poco. Empieza por
relajar tu cuerpo y ser consciente de tu respiración. Cuando tu mente
se calme un poco, cuenta tus respiraciones hasta veinte. Al llegar a
las veinte, cuenta hacia atrás hasta uno.
El truco está en que, mientras cuentas, si te distraes con otros
pensamientos o imágenes que aparecen en tu mente, tienes que
volver a contar. La primera vez que lo hagas, te costará pasar de tres,
así que recuerda que conseguir una cuenta alta no es tan importante.
Lo importante es que te des cuenta de lo desconcentrada que
puede estar tu mente. Sigue insistiendo y reiniciando el recuento. Si
consigues un número alto y nunca has meditado antes, es probable
que no seas lo suficientemente consciente de tu mente para empezar,
así que te sugiero que vuelvas al ejercicio de respiración para
fortalecerla primero. Cualquier imagen que aparezca en el ojo de tu
mente o cualquier pensamiento que aparezca, cuenta como una
distracción por la que necesitas reiniciar la cuenta.
Ten paciencia con este ejercicio y no lo hagas durante más de
cinco minutos al principio. Al principio te cansarás al hacer esto,
pero sigue persistiendo con ello y verás que tu capacidad para
enfocar tu mente aumenta exponencialmente.
El otro ejercicio que puedes hacer es, simplemente, reservar un
tiempo cada día para visualizar tu futuro. Este es el futuro que eliges
y deseas profundamente, y estás dispuesto a trabajar para hacerlo
realidad. Recuerda que, al igual que tu intención, esta imagen debe
ser mesurable de alguna forma para que puedas identificar y saber
cuándo estás ahí. Puede ser de forma material o como una emoción.
Ten cuidado con los peligros de perseguir el placer si decides
definir tu objetivo en términos materiales. Es mucho mejor fijar una
emoción a tu imagen y luego, al igual que en el ejemplo de la sección
anterior, empezar a construir tu imagen paso a paso. Las
visualizaciones verdaderamente poderosas son aquellas en las que el
corazón y el cerebro se unen.
Por lo tanto, alinear tus imágenes visualizadas con tu propósito,
tu intención y tus objetivos es lo que los llevará a la realidad. Esta es
la mejor manera de señalar tu intención al universo y conseguir que
vibres en una frecuencia más positiva para atraer lo que deseas.
Siente siempre la emoción positiva de la escena ya que esto es lo
que te hace vibrar en un mejor plano. La emoción que sientas es lo
más importante y cuando sea lo suficientemente profunda y las
imágenes sean lo suficientemente reales, las verás realmente con los
ojos abiertos, ya sea cuando se manifiesten a tu alrededor o cuando
realices tus tareas diarias, podrás acceder a ese sentimiento sin
ningún problema.
CAPÍTULO 10:
LLEGAR A ESTAR PLENAMENTE VIVO

¿Cuál es la naturaleza de este universo en el que vivimos? ¿Cómo


nos dejamos llevar por él y, al mismo tiempo, trazamos nuestro
propio rumbo? Este libro ha tratado hasta aquí estas cuestiones en
detalle y ahora, es el momento de llevar las cosas un paso más allá.
Verás, para comprometerte plenamente con el modo en que deben
ser las cosas y extraer todo lo que la vida tiene que ofrecer,
necesitamos profundizar en algunos fundamentos más.
En este capítulo se tratarán temas como la creencia y la fe, los
bucles de retroalimentación del universo, el poder de la paciencia y,
por último, cómo disipar el miedo a uno mismo.
Fe y creencia

Cualquiera que haya emprendido un viaje al otro lado del


mundo, normalmente a lugares como Indonesia, Tailandia, India,
etc., se ha encontrado con todas las formas de conciencia espiritual.
Algunas de ellas funcionan realmente y no son un engaño elaborado.
La espiritualidad tiene una vertiente religiosa y, de hecho, todas las
religiones parecen empezar como un conjunto de creencias
espirituales que luego se transforman en algo totalmente distinto y
exigen fe.
El llamamiento a la fe es un fenómeno interesante, ya que, en
realidad, lo que exigen muchas religiones y personas aferradas al
dogma es creencia, no fe. Las creencias son afirmaciones que se
sostienen como verdades y no se permite cuestionarlas. Piensa en lo
mucho que te aferras a tus propias creencias sobre el mundo y te
sientes incómodo cada vez que se ponen en duda o se cuestionan.
La creencia te obliga a adoptar una mentalidad estrecha de las
cosas y a ceñirte a un camino angosto, un camino que impide el
crecimiento y la expansión. Cualquier cosa que se salga de este
camino se considera simplemente irracional y errónea. Irónicamente,
la persona que más cree afirma tener el mayor grado de fe. Esto es
categóricamente falso. La fe es exactamente lo contrario de la
creencia. La fe exige abrir la mente, considerar una variedad de
opciones y sentirse cómodo con la ambigüedad, con no saber cuál es
la opción correcta.
Mientras que la creencia exige que te aferres a algo —un
resultado, un sistema fundamental, una respuesta— y que nunca lo
dejes ir, la fe no exige tal cosa. En cambio, la fe, solo pide que
mantengas la mente abierta y evalúes las cosas basándote en tu
comprensión de la verdad, una verdad objetiva. Un análisis de
cualquier texto religioso dará lugar a este tipo de filosofía. Sin
embargo, esto no sirve a las necesidades de los líderes espirituales de
mente estrecha, y por ello, la creencia y la fe se intercambian a
menudo. La fe es necesaria al principio de cualquier práctica
espiritual, pero nunca debe convertirse en creencia.
Esto sería simplemente adoptar una posición de desequilibrio en
el universo, que, en su propio detrimento, pronto sería corregida y
llevada al equilibrio gracias a las fuerzas naturales del equilibrio
energético. El conflicto entre la ciencia y la religión refleja a menudo
el malentendido que se produce cuando hay dos partes que se
aferran a sus propias creencias. Nadie gana realmente en estos casos,
ya que las creencias se autoafirman y son inmunes a los ataques, a
menos que el individuo que las sostiene desee cambiarlas.
Dado que estas personas han adoptado una visión extremista, es
poco probable que deseen cambiar, y así el ciclo continúa. La verdad
es que todo es uno, y todo existe en un gran bucle de
retroalimentación. Decir que la ciencia está en contra de la
espiritualidad es argumentar que tu pierna está en contra de tu
brazo.
El ritmo de cambio que se está produciendo actualmente en
nuestra sociedad a nivel global requiere que adoptemos una actitud
de fe. La fe es la disposición a aceptar lo que venga, sin importar cuál
sea la verdad. La fe es creer en un universo abundante y en la
justificación de que todo exista. Es lo que nos permite vivir la vida al
máximo e interactuar con nuestro entorno con éxito.
Tanto nuestro entorno como nosotros mismos, existimos en un
bucle de retroalimentación que nos afecta a diario. Dada la velocidad
a la que cambia nuestro entorno, es natural que tengamos una
sensación de desequilibrio, que solo se agrava si intentamos
aferrarnos a las creencias. Examinemos un poco más este bucle de
retroalimentación.
Diseñadores ontológicos

El diseño ontológico es una forma elegante de decir que la forma


en que está diseñado nuestro mundo nos afecta y que nosotros, a su
vez, afectamos a la forma en que está diseñado nuestro mundo. Va
más allá de decir que nuestro entorno nos afecta o que nuestros
valores, creencias y normas socioculturales nos afectan. El diseño
ontológico tiene en cuenta que el bucle de retroalimentación existe,
mientras que estas últimas afirmaciones no lo hacen.
Tomando el ejemplo del lenguaje, nacemos con un lenguaje
determinado y lo utilizamos para pensar y expresarnos. Nuestra
capacidad de enunciar nuestros pensamientos depende directamente
de la lengua y nuestras creencias se forman también gracias a ella. A
su vez, también modificamos la lengua y reforzamos así el bucle de
retroalimentación. Un buen ejemplo de ello es cómo surgen nuevas
palabras para describir fenómenos que han surgido en el ambiente
recientemente.
Los mejores ejemplos de esto son las fake news. Estas frases
deforman el significado original de los términos que describen, pero
hacen un muy buen trabajo al describir el ciclo de información
actual. Simplemente hay demasiadas fuentes de noticias que
controlar, y no hay forma de saber inmediatamente cuál es la
correcta y cuál es la incorrecta.
Por lo tanto, cada hecho se ha abierto para ser cuestionado, y al
hacer esto, hay un movimiento creciente de irracionalidad. El
movimiento terraplanista es un ejemplo de ello. Simplemente
cubriendo la existencia de tales personas, el movimiento gana más
seguidores.
Por favor, ten en cuenta que estoy atenuando mucha de la
filosofía pesada en este tema. Si te interesa, puedes consultar el
documento académico escrito por Anne-Marie Willis. Lo realmente
interesante es averiguar qué significa todo esto. En resumen,
significa que el proceso de cambio se ha transformado.
Mientras que antes el cambio era un fenómeno ascendente, tal
vez en el futuro la mejor forma de inducir el cambio, sea empezar
desde dentro. Esta forma de cambio comienza con un
desencadenante de nuestro entorno. A su vez, el cambio, cuando se
manifiesta, afecta a nuestro entorno y así se perpetúa el bucle de
retroalimentación.
Esto tiene importantes implicaciones para el diseño de la
tecnología, que ha transformado el comportamiento humano hasta
un punto nunca visto. Sin embargo, desde un punto de vista más
personal, significa que para manifestar un cambio en tu futuro,
tienes que interactuar con tu entorno y poner las cosas en
movimiento. Una vez que se inicie este movimiento, tu entorno
actuará de nuevo sobre ti, y así, acabarás haciendo realidad tu
visión.
Esto contrasta con los típicos consejos sobre la manifestación, que
proponen que la visualización y la positividad son todo lo que
necesitas y que el universo te lo traerá. Nada más lejos de la
realidad. Tienes que salir y comprometerte con tu entorno y obtener
retroalimentación para poder avanzar.
Por tanto, cuando diseñes tu visión de futuro, no empieces por el
tipo de entorno que quieres. En su lugar, empieza por el tipo de
persona que quieres ser y trabaja a partir de ahí. ¿Qué tipo de
cualidades quieres desarrollar en ti mismo? ¿Cómo quieres
interactuar con el mundo? Al diseñar tu futuro yo, acabarás
diseñando tu entorno.
A su vez, este entorno te retroalimentará y, a medida que ambos
interactúen entre sí, ambos cambiarán y, por tanto, tu futuro yo y tu
visión se harán realidad. ¿Cuándo se realizará este futuro? Bueno, el
universo funciona a su manera y recuerda que el tiempo no es real.
Tendemos a medir todo por el tiempo del reloj y cometemos el error
de pensar en todo en estos términos.
Para manifestar plenamente tus visiones, es esencial que adoptes
la fe y aceptes lo que venga, sin dejar de actuar desde un lugar
intencional y con propósito. La cualidad clave de todo esto es, pues,
la paciencia.
La paciencia

Lo más difícil de todo es la espera. El tiempo vuelve a jugarnos


una mala pasada y nos recuerda que no es real cuando nos vemos
obligados a esperar por algo que deseamos desesperadamente.
Cuando eras niño, esperar para abrir tus regalos hasta la siguiente
mañana de Navidad era intolerable. No podías esperar a que se
acabara la noche y despertarte a la mañana siguiente para abrir tus
regalos de debajo del árbol. Lo más probable es que este haya sido el
único día en el que hayas conseguido despertarte temprano.
El mismo patrón se reproduce cuando haces tu elección y luego
esperas a que se manifieste. Te centras en tu intención y realizas las
tareas que te llevarán a tus objetivos. Luego pasa un mes. Luego
otro. Y nada cambia. Sigues en el mismo lugar, lidiando con las
mismas cosas y soportando la misma chorrada de la que deseas
alejarte en primer lugar.
Entonces, ¿qué ocurre aquí? Bueno, en primer lugar, al hacer una
elección, muchas personas tropiezan y eligen cosas que desean
evitar. Es decir, en lugar de desear ser ricos, por ejemplo, desean "no
ser pobres". Las elecciones no funcionan así. Verás, al elegir lo
contrario de algo, mientras tu lenguaje implica un deseo de alejarse
de ello, tu atención está haciendo exactamente lo contrario.
Piénsalo así. Cuando huyes, por ejemplo, de un oso en tierra
salvaje, tu atención se centra en el oso a pesar de que estás huyendo
de él. Esto es una necesidad, ya que necesitas saber dónde está y lo
cerca que está de ti, especialmente si te está persiguiendo. Sin
embargo, en situaciones que no ponen en peligro la vida y cuando se
trata de realidades metafísicas, centrar tu atención en lo que no
quieres no te salva de ello. Solo te pone en un patrón de evitarlo
constantemente, de forma estrecha.
Por eso debes centrarte en el aspecto positivo de cualquier cosa,
en lugar del negativo. Evitar un malestar sigue siendo centrarse en el
malestar, y en lugar de dirigir esa energía hacia tu solución, estás
dedicando más energía a tu obstáculo y, por tanto, te encuentras con
más de eso. Para ilustrar el enfoque correcto, utilicemos el ejemplo
de un piloto de carreras.
Una instrucción fundamental que reciben los corredores de
competición es que, cuando el vehículo se desliza fuera de control,
en lugar de mirar hacia dónde se dirige el vehículo, hay que mirar
hacia dónde se quiere que vaya. Así, cuando un coche pierde el
agarre en una curva y empieza a deslizarse hacia el muro, siempre
verás al conductor mirando a la curva y no a la barrera.
Del mismo modo, al tomar una curva, notarás que los corredores
nunca miran a la esquina, sino siempre unos metros por delante de
ella, a la trayectoria por la que quieren guiar su vehículo. Utiliza el
mismo principio en tu vida. Mira siempre hacia dónde quieres ir en
lugar de hacia lo que quieres evitar.
Si haces esto correctamente y ves que lo que deseas todavía no se
manifiesta, entonces simplemente tienes que esperar. Recuerda que
no tienes todo el conocimiento a la vista. No sabes lo que el universo
ha planeado para ti en el camino que has elegido, y es simplemente
cuestión de tiempo que lo descubras.
Tu elección es como plantar una semilla en la tierra. Desenterrar
la semilla al cabo de una semana o un mes porque no hace nada, a
pesar de que la riegas y la cuidas, es el colmo de la irracionalidad.
Sin embargo, lo hacemos muy a menudo en nuestras vidas.
Haz tu elección y nútrela constantemente manteniendo la
disciplina y visualizando tus objetivos. Lleva a cabo todas tus tareas
con la intención adecuada, y verás que manifestarás tu visión antes
de que te des cuenta. La clave es mantener tu atención en el viaje y
no en la meta durante la mayor parte del tiempo. Mantente en modo
viaje y concéntrate en dónde deseas ir en los próximos pasos.
De este modo, cultivarás la paciencia automáticamente y vivirás
una vida con propósito.
El complejo de Jonás

La historia de Jonás en la Biblia es la de la huida del verdadero


destino y las repercusiones de ello. No estoy insistiendo en un punto
de vista religioso, sino en que es una gran historia con una buena
dosis de sabiduría. En caso de que no estés familiarizado con ella, la
historia es la siguiente. Dios envía un mensaje a Jonás, un profeta. El
mensaje es que Jonás tiene que viajar a la ciudad de Nínive y
entregar una profecía de fatalidad, si sus habitantes continúan por
su actual camino de excesos.
Jonás, que aborrece Nínive y considera que su perdición está
predestinada, se resiste a dar a los ciudadanos de Nínive esta
advertencia porque desea garantizar lo que cree que debe suceder.
Se aleja en un barco para evitar su tarea, pero pronto se desata una
tormenta y Jonás es arrojado por la borda, voluntariamente por sus
compañeros. Se lo traga una ballena y es transportado a tierra firme,
donde pronuncia su profecía. Para su sorpresa, los ninivitas se
arrepienten y se libran de la destrucción.
Hay muchas lecciones aquí, pero para el propósito de nuestra
discusión, vamos a centrarnos en la ignorancia a la llamada divina y
su futilidad. Por mucho que Jonás se haya resistido, es arrastrado
hacia su propósito, y cuando lo lleva a cabo, encuentra una sabiduría
mayor de la que suponía en un principio.
Tu propósito y tú tienen una relación similar. Muchos de
nosotros tenemos miedo o no estamos dispuestos a llevarlo a cabo y
caminar hacia él gracias a las ideas presupuestas que a menudo
tienen quienes nos rodean. Abraham Maslow observó este efecto y
mencionó en sus obras que los seres humanos suelen tener miedo de
su propio potencial. ¿Cuántos de ustedes que están leyendo esto
tienen la capacidad de componer las más bellas sinfonías musicales?
¿Cuántos de ustedes pueden cambiar el mundo y erradicar la
pobreza de él?
Responder "sí" a esas preguntas en el momento es una cosa.
Creer constantemente en ello es otra. Las dudas aparecerán, la voz
interior preguntará "¿Quién, tú?" en respuesta a tus objetivos y, lenta
pero seguramente, reduciremos nuestras metas a algo más aceptable
y creíble. Empezaremos a buscar la seguridad y la comodidad que se
derivan del conformismo y nos conformaremos con conseguir
exactamente lo que todos los demás quieren a nuestro alrededor, lo
que creen que es posible para nosotros, lo que ellos mismos desean.
No hay nada malo en querer lo que todos los demás desean.
Cosas como dinero, comodidad, un alma gemela, hijos, etc. Sin
embargo, estas son cosas que el universo te proporciona siempre y
cuando establezcas tus intenciones hacia ellas. Tu propósito suele ser
una bestia muy diferente. Te asusta por lo grandioso que es y
cuando lo vislumbras, aunque sea por un breve momento, te quedas
asombrado por lo inspirador y motivador que es.
Ese mismo asombro también funciona en la otra dirección,
empujándote hacia abajo una vez que la sensación inicial disminuye,
porque ninguno de nosotros se ve a sí mismo como algo cercano a la
perfección. A menudo comparamos nuestros defectos con la
perfección de los demás. Por eso, cuando nos atrevemos a
vislumbrar la naturaleza perfecta de nuestro propósito, no podemos
evitar resaltar nuestros defectos. ¿Cómo puede alguien que apenas
entiende de música rivalizar con Beethoven, que consiguió
componer sinfonías musicales de belleza etérea y que cambiaron la
vida, a pesar de ser sordo?
Abrirte a tu propósito es simplemente acercarte a la energía
divina, una energía que no podemos comprender. Has sido colocado
en el esquema de las cosas con una misión. Una misión en la que
distribuyes tu don al mundo. Tu don es simplemente la realización
de tu propósito. Por lo tanto, te debes a ti mismo y al mundo el
perseguirlo.
Así que deja de huir de lo que estás destinado a hacer y de lo que
estás destinado a ser. Sigue adelante y dedícate a la vida al máximo.
Irónicamente, es cuando estarás más vivo y en mayor contacto con
quien realmente eres.
CONCLUSIÓN

¿Cómo puede uno vivir su mejor vida? Este ha sido el tema


subyacente a lo largo de este libro. Empezamos explorando la
verdadera naturaleza de la realidad y terminamos examinando cómo
vivir la vida al máximo. La energía que te atraviesa es la misma que
atraviesa todo lo demás en este mundo. Eres una parte de todo, así
como todo es una parte de ti.
Tu vida es en realidad una serie de opciones, y todas las opciones
posibles están disponibles para ti, ahora mismo, en este mismo
momento. Al igual que un árbol con infinitas ramas, tú eliges tu
camino hacia el propósito que es importante para ti. Una vez que
hayas elegido, siéntate y ponte en modo viaje. Por modo viaje,
quiero decir que tu atención debe centrarse en las tareas y los
objetivos diarios que debes implementar y alcanzar para que tu viaje
dé sus frutos.
A lo largo del camino, te encontrarás con obstáculos y esto es
necesario. Todo tiene una justificación para existir y el conocimiento
que trajo el obstáculo a la realidad no está totalmente disponible
para nosotros, y tampoco es necesario. Sin embargo, lo que sí es
necesario es centrarnos en nuestro camino y en el lugar al que
queremos llegar. El universo trabaja a través del equilibrio, y las
fuerzas dentro de él se asegurarán de restaurar el equilibrio
dondequiera que haya un exceso de energía almacenada o generada.
Estas fuerzas suelen tener consecuencias negativas para ti, por lo
que mantener el equilibrio es primordial. Utilizando el poder de las
intenciones y el establecimiento de objetivos, puedes permanecer en
tu camino y mantenerte enfocado en tu viaje. Aunque es bueno
visualizarse llegando al destino elegido, vivir constantemente en el
futuro es como perderse la belleza de todo el bosque. Al igual que
un viaje en tren a través de un bello paisaje, si te centras en llegar
simplemente a tu destino, te perderás muchas cosas entre medio.
Deja de preocuparte tanto por tu destino y, en cambio, sabe que
llegarás cuando lo necesites. Mientras tanto, céntrate en el camino
que estás tomando y escucha al universo cuando te habla.
Puedes hablar con palabras, pero recuerda que el universo habla
a través de la emoción y la intuición. Tu corazón es tu conexión con
el universo y su sabiduría. Tiene acceso a la inteligencia infinita y
sabe lo que es mejor para ti. A menudo, los mensajes del miedo y la
intuición son confusos. Recuerda que el tiempo no existe y que el
miedo necesita tiempo para funcionar.
Examina tus sentimientos, y si encuentras que tienen una
dimensión de tiempo unida a ellos, entonces esto es simplemente tu
ego conduciendo las cosas. Tu ego necesita tiempo, y el contraste que
proporciona es para poder funcionar y prosperar. El drama
emocional, generalmente la negatividad, es lo que alimenta al ego.
Ponle freno simplemente concentrándote en el presente, en el ahora,
que es el único momento que alguien tiene realmente.
El momento actual es ilimitado y existe para siempre. No tienes
que preocuparte de que llegue a su fin y puedes centrarte
simplemente en lo que tienes que hacer. La intuición vive en el
momento presente y va acompañada de una sensación de confort,
aunque no siempre tenga sentido. Escúchala y confía en su voz.
Una vez que consigas la sincronización entre tu corazón y tu
mente, es el momento de salir de tu propio camino. Despréndete de
tus objetivos y desarrolla la actitud de fe en todo. Recuerda
diferenciar entre las actitudes de fe y de creencia. La creencia es
rígida y es simplemente un producto del ego. La creencia requiere
que rechaces, la fe solo pide que aceptes si es posible.
La fe es un estado mental abierto y pide la aceptación de las cosas
que están más allá de nuestro control. Mantener un estado de fe, en
contraposición a la creencia, es lo que te pondrá en línea con la
forma en que funciona el universo. Cede al camino de menor
resistencia que se pondrá a tu disposición, gracias a tu conexión con
el infinito. Sigue la pista de tu intuición y de tu corazón.
La relación entre las leyes universales y la física cuántica está
bien establecida. La realidad existe en un plano que no podemos
comprender completamente y es la fe la que nos sostiene mientras
nos movemos por el camino de la verdad. Todo en nuestro universo
tiene una vibración energética, y para lograr la resonancia con
cualquier cosa, necesitamos vibrar en su frecuencia. Por lo tanto,
para cambiar tu vida, es esencial cambiar tus pensamientos, que no
son más que vibraciones.
Los patrones de pensamiento son vibraciones que ponemos en el
universo, y la energía que disipamos es lo que recibimos a cambio.
Al igual que la clásica tercera ley del movimiento de la física
newtoniana, toda acción tiene una reacción igual y opuesta. Los
efectos de esta ley pueden verse también en el campo cuántico y en
nuestras vidas. Esforzarse por vivir la vida al máximo es la única
manera verdadera de vivir, abrazando el asombro que produce en
nosotros.
Diseñar nuestra vida es una cuestión de cambiar lo que está
dentro de nosotros y manifestarlo en nuestro entorno exterior.
Cambiar nuestro entorno produce un cambio igual en nuestro
interior, y esta relación existe como un bucle de retroalimentación.
Por lo tanto, es crucial respetar nuestro entorno y diseñarlo para que
nos apoye en nuestra causa. Respeta lo que te rodea, y te encontrarás
a ti mismo siendo mejor y mejorándolo a cambio. Esta es la realidad
de todas las cosas y la interconexión que existe en todas partes.
El propósito de la vida es buscar la riqueza: la riqueza de la
mente, del cuerpo, del espíritu y, por supuesto, la riqueza material.
La riqueza es una cosa muy diferente del dinero, y comprender las
diferencias es crucial. Recuerda que nada, incluido el dinero, es
malo. Como suelen decir los químicos, la diferencia entre el
medicamento y el veneno es la dosis. El dinero proporciona
comodidad, pero no hay que confundirlo con una fuente de
felicidad. La riqueza aporta felicidad, mientras que el exceso de
dinero aporta placer. Ambas cosas forman parte de la otra y son tan
necesarias una como la otra. Mantén un equilibrio entre esta relación
y verás cómo tu vida florece.
Por último, recuerda que eres la creación suprema del infinito.
Eres el más evolucionado y creativo de todas las especies de vida en
este planeta. Deja de huir de lo que estás destinado a ser y vive la
vida al máximo. Comprométete con aquello que te habla, escucha a
tu corazón y confía en él infinitamente.
REFERENCIAS

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