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Higiene Intestinal
Higiene Intestinal
INTRODUCCION
PAPEL DEL INTESTINO EN LA SALUD
LA SALUD Y ENFERMEDAD
ENFERMEDAD
LA DIGESTIÓN, LA ASIMILACIÓN Y LA EVACUACIÓN
Las deposiciones
EL HORARIO DE LAS COMIDAS
EL CONTENIDO INTESTINAL, PARTE ESENCIAL DE NUESTRO MEDIO
HIGIENE INTESTINAL
EL PAPEL DEL COLON
Disertación para completar los requisitos del Programa de Grado Universitario del
Doctorado en Naturopatía (N.D.)
Por: Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña N.D
HIGIENE INTESTINAL / SU RELACION CON LA NUTRICION, LA SALUD Y LA
ENFERMEDAD
By Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña
A Dissertation Submitted in Partial Fulfillment of the Requirements for the Degree of
Doctor of Naturopathy
International Lutheran University / Scholl of Traditional Naturopathic and Natural
Pharmacy
West New York, New Jersey
Febrero, 2010
PREFACIO
Este trabajo es una recopilació n de las enseñ anzas de la doctora Catherine Kousmine,
quien dedicó su vida a la investigació n de diversos procedimientos naturales y
terapéuticas nutricionales para fortalecer la salud, incrementar la vitalidad y la
longevidad, y prevenir enfermedades. Todo lo aquí expuesto relata y resume su
filosofía y sus recomendaciones para una higiene intestinal.
INTRODUCCION
En este contexto, la ciencia de la salud aplica de manera sistemá tica las leyes de la
naturaleza, de la bioquímica, de la nutrició n y de la termodiná mica para estimular las
fuerzas curativas contenidas en lo má s recó ndito de las células del cuerpo humano, a
escala molecular.
La naturopatía y la nutriología ortomolecular, sostienen que todos los seres vivos son
“animados por una fuerza vital” y cuando esta, se perturba, se produce la enfermedad,
y cuando se estimula, y equilibra, se produce salud.
Los síntomas en este contexto, son considerados como manifestaciones del intento del
cuerpo por curar una enfermedad, o de avisarnos que el cuerpo en su totalidad
está enfermo, en base al principio que establece que no hay enfermedades, sino solo
hay enfermos. Los síntomas son en consecuencia, respetados como tales, en contraste
con el enfoque de la medicina convencional, que considera a los síntomas como
trastornos aislados que es necesario eliminar.
Es por eso que al presentarse los primeros síntomas, el naturó pata y el nutricionista
ortomolecular, prescriben programas de limpieza y detoxificació n corporal y coló nica,
una alimentació n natural y saludable, junto a un programa de nutrició n ó ptima
utilizando complementos nutritivos, actividad física, masaje e hidroterapia, con el
propó sito de estimular el flujo de la fuerza vital y los mecanismos de autocuració n.
Mientras la delgada membrana del intestino tiene una estructura normal, estamos
suficientemente protegidos contra la absorció n y reabsorció n de microbios, toxinas y
sustancias que no han sido completamente digeridas, pero si nos alimentamos mal,
esta membrana se torna anormalmente porosa y deja pasar multitud de bacterias,
toxinas y materias no digeridas. El hígado, que recibe la sangre, y los ganglios
linfá ticos, que reciben la linfa intestinal, funcionan a modo de filtros. Si estos ó rganos
funcionan bien, neutralizan los gérmenes y las toxinas sin que suceda nada malo; pero
si sus funciones disminuyen o se desequilibran de manera cró nica, sobrevienen
enfermedades (Dra. Kousmine).
Es por eso, que la mayoría de los enfermos que padecen patologías de tipo
cró nicodegenerativo, presentan previamente alteraciones severas y cró nicas en sus
intestinos, incluso mucho tiempo antes de que se pueda observar y diagnosticar una
enfermedad definida.
Uno de los principales síntomas de este mal funcionamiento previo, suele ser el
estreñ imiento cró nico, que obliga a algunas personas a utilizar cotidianamente
laxantes. La finalidad de los laxantes es la de estimular químicamente las membranas
intestinales forzá ndolas a funcionar. Como consecuencia, los mú sculos de las paredes
intestinales se debilitan y se origina una situació n de dependencia con el remedio.
Progresivamente, dichas alteraciones digestivas cró nicas alteran la salud. Algunos
síntomas pueden ser debidos a la disfunció n cró nica del trá nsito intestinal. Es comú n
que si ya se padecen alteraciones digestivas cró nicas, posteriormente se
desencadenen patologías tales como fatiga cró nica, insomnio, problemas nerviosos y
mentales, dolores menstruales y artritis, ademá s de otros.
A largo plazo, la disfunció n del trá nsito intestinal puede incluso desencadenar
enfermedades muy graves como cardiopatías, cá ncer, reumatismo y artritis
degenerativa, degeneració n del sistema nervioso, hepá tica o renal.
En algunos casos leves, puede bastar con reiniciar un régimen de vida sana, una
alimentació n natural y una nutrició n ó ptima para recuperar el buen funcionamiento
intestinal. En casos avanzados será necesario recurrir a algunas prá cticas de limpieza
coló nica como los que vamos a describir a continuació n, y/o a algunos otros
procedimientos naturales no descritos en este trabajo.
LA SALUD Y ENFERMEDAD
La organizació n Mundial de la Salud (O.M.S.) define la salud como “un estado completo
de bienestar físico, mental y social; no solamente ausencia de enfermedad o invalidez”.
Indudablemente el estar sano es un estado de bienestar, superior al de no estar
enfermo y en la cama, lo que involucra al ser completo. Sin embargo desde una visió n
má s completa e integral, siendo el humano, un ser bio-psico-social-transcendente, una
visió n holista de salud, involucra a estos cuatro aspectos fundamentales. Si uno de
estos aspectos, falla, o se deteriora, sobreviene el desequilibrio y la enfermedad.
Desde ese entonces, a lo largo del siglo XX, varios y diversos estudios en diferentes
animales y en humanos, han ido confirmando de una manera u otra, las observaciones
y conclusiones de McCarrison.
ENFERMEDAD
Para el naturó pata la salud proviene del equilibrio entre las funciones de los ó rganos,
aparatos y sistemas que componen el cuerpo humano, así como de la asimilació n y
aprovechamiento de los nutrientes para la reparació n de las células desgastadas y
regeneració n de los tejidos, así como de la eliminació n de residuos, venenos y
toxinas, en unas cuantas palabras, de la homeostasis total del organismo.
Los expertos en este campo explican que para que surja una enfermedad es necesario
que exista en primera instancia, una predisposició n genética heredada, má s uno o
varios factores ambientales desencadenantes, entre los cuales pueden destacarse: una
alimentació n erró nea, insuficiencias de nutrientes, deficiente digestió n y/o
asimilació n, higiene inadecuada o insuficiente, actividad física inapropiada,
contaminació n ambiental, carga excesiva de estrés físico, climá tico, químico, laboral,
familiar o emocional, y estrés oxidativo, factores que en conjunto con otros,
constituyen un determinado estilo de vida. Existen otros factores, tal vez má s sutiles,
pero no menos importantes, que pueden influir de manera determinante en la calidad
de la salud y de la vida de una persona, tales como el ambiente afectivo, familiar y
social, ciertos patrones de conducta y actitud hacia la vida, como el permanecer alegre
o triste, el manifestar o reprimir ciertas emociones comportamientos espontá neos, y
el tipo de intensidad de vida espiritual o religiosidad, así como el grado de felicidad y
de satisfacció n personal.
Desde un punto de vista puramente químico orgá nico, desde el nacimiento hasta la
muerte, dice Robert Masson en su Tratado de Naturopatía Practica: “el hombre
vierte en sus humores, venenos intestinales (escatol, indol, fenol, ptomaínas, metano,
sulfito de hidrogeno, á cido lá ctico, pirú vico, etcétera) y residuos del metabolismo
(urea, á cido ú rico, creatina, creatinina, seromucosidades, gas carbó nico, etcétera).”…
Cuando la producció n o introducció n de venenos y residuos “llega a ser tan
importante que loe emuntorios (ó rganos eliminatorios: hígado, riñ ones, piel,
pulmones, intestinos), no bastan a su funció n, la fuerza vital rechaza el auto
envenenamiento y crea vá lvulas de escape de seguridad o enfermedades
emuntoriales, con el fin de aportan una ayuda a los emuntorios sobrecargados”… “si
la fuerza vital es intensa, aparecen enfermedades de la piel como sarampió n, varicela,
etcétera. Cuando la eliminació n es violenta y la fiebre que permite quemar los
desechos es elevada, eso indica una gran fuerza vial eliminadora”… “si la fuerza vial es
menos elevada, la expulsió n tomara la forma de acné, eczema, psoriasis, etcétera”…
“Los desechos son expulsados por la superficie, pero sin fiebre”… “si la fuerza vital es
aú n má s débil, habrá eliminació n por las mucosas: leucorrea, sinusitis, otitis,
amigdalitis, bronquitis, etcétera”… “si la fuerza vital es muy baja, no habrá
eliminació n, los venenos y los residuos no será n expulsados, permanecerá n entonces
en el organismo, donde en un esfuerzo de salvaguardia, la fuerza vital los depositara
en los puntos menos vitales: cavidades, articulaciones (artritis, artrosis), ó rganos
sexuales (quiste, tumor, cá ncer), medula ó sea (leucemia), sistema nervioso
(Parkinson, esclerosis en placas)”… “vemos pues que el problema de salud consiste en
evitar el desequilibrio entre la producció n y la eliminació n de venenos y residuos, de
donde resulta la necesidad de conocer có mo puede producirse ese desequilibrio”…
“dicho desequilibrio, puede producirse por intoxicació n exó gena o por intoxicació n
intestinal”.
Sin embargo, el origen patoló gico de algunas enfermedades no es tan simple como
pudiera parecer, como cuando produce diabetes o una enfermedad cardiovascular,
trastornos que se incuban a través de varios añ os, de sometimiento a una dieta
deficiente y a un estilo de vida inadecuado, junto a otros factores desencadenantes.
Para que los alimentos resulten beneficiosos, deben poder ser digeridos y asimilados
de la mejor manera posible. Se denomina digestió n a la solubilizació n de los
alimentos, vinculada en general con una escisió n y una descomposició n de las
moléculas que lo constituyen. De este modo, el almidó n es hidrolizado y convertido en
azú car, las proteínas son degradadas a aminoá cidos, y las grasas neutras, son
transformadas una parte en glicerol y otra en á cidos grasos. Después de este primer
proceso digestivo, es preciso que las moléculas simplificadas, puedan atravesar la
pared del tuvo digestivo.
Tanto en la digestió n, como en la asimilació n, intervienen numerosas enzimas,
también denominadas fermentos o diastasas, moléculas de naturaleza proteica, que
ejercen una funció n catalizadora, y aceleradora de las reacciones químicas en general.
Para que un alimento pueda sufrir con facilidad la acció n de los jugos y de sus enzimas
digestivas, tiene que ser primeramente fragmentado y triturado por la masticació n en
la boca. En su transcurso queda impregnado de saliva, lo que facilita su digestió n, al
tiempo que es sometido a la acció n de la enzima ptialina, que actú a sobre el almidó n y
lo convierte en moléculas má s pequeñ as (dextrinas). Ademá s por vía refleja, la
masticació n desencadena la secreció n de jugos digestivos en el aparato digestivo.
El estó mago secreta pepsina, bajo la acció n de la cual las proteínas de los alimentos se
descomponen en complejos biomoleculares má s simples denominados peptonas; las
peptonas son disociadas en el intestino en sus partículas elementales, los
aminoá cidos, los cuales son absorbidos y transportados por la sangre, a partir de los
cuales son reconstituidas las proteínas humanas.
Cuando las moléculas de los alimentos han sido disueltas y sus estructuras
simplificadas, pueden entonces atravesar la pared intestinal y quedar a disposició n de
nuestro organismo para nutrirlo, o dicho de otra forma, para proporcionarle la
energía que le es indispensable, y la materia prima para su crecimiento, desarrollo y
reparació n. Para que todo este proceso de nutrició n se desarrolle en forma correcta,
es preciso entonces, que en el momento en que comemos, los ó rganos digestivos
secreten enzimas en cantidad suficiente. Ciertas alteraciones de la salud que se deben
a una insuficiencia enzimá tica pueden mejorar con el aporte de fermentos digestivos
extraídos de plantas (como papaya, piñ a, etcétera) o ó rganos animales (del jugo
pancreá tico).
Pero para que el proceso de digestió n y nutrició n resulte completo y eficaz, es ademá s
deseable que exista armonía entre la velocidad de la digestió n y la de transporte de los
alimentos a través del tracto digestivo. El estó mago desempeñ a el papel de reservorio,
bate los alimentos para someterlos a la acció n del jugo gá strico, y luego los evacua
gradualmente hacia el intestino delgado. En este, el bolo alimenticio es impulsado en
un movimiento pendular de vaivén, que favorece el contacto con los jugos digestivos
destinados a transformarlo y con las paredes que deben absorberlo. Estas ú ltimas se
encuentran recubiertas de vá lvulas y de vellosidades, que aumentan en considerable
medida la superficie de absorció n. Cuando los alimentos han atravesado el intestino
delgado, cuya longitud es de unos 7 metros y cuya superficie desarrollada, en general,
se calcula en unos 43 metros cuadrados (Policard), los desechos no asimilados
penetran en el intestino grueso en forma líquida.
Las deposiciones
Primero en el estó mago y después en el intestino delgado, los alimentos son digeridos
(degradados y fraccionados a sus componentes má s elementales) y luego absorbidos.
Las sustancias que penetran en el intestino grueso, el cual mide alrededor de 1.65
metros, son todavía liquidas. La parte derecha, denominada colon ascendente,
contiene restos de alimentos utilizables y celulosa. Los primeros todavía pueden ser
absorbidos. En cuando a la celulosa, bajo la acció n de las bacterias se degrada en
forma parcial en glucosa absorbible. Los microorganismos componentes de la flora
bacteriana, abundan en el intestino grueso y sintetizan allí diversas vitaminas ú tiles
para el cuerpo (complejo vitamínico B y vitamina K), y al mismo tiempo desplazan
otros microorganismos que pueden resultar perjudiciales.
La materia fecal normal del hombre debe tener la forma de una salchicha de 4
centímetros de grosor y de 15 a 20 centímetros de longitud. Su color, pardo claro u
oscuro, es determinado en esencia por su contenido de pigmentos biliares y en forma
accesoria por ciertos alimentos (espinacas, cacao, ará ndanos, zanahorias, remolachas,
etcétera). En el régimen lactovegetariano, el color es má s claro; en el régimen carneo,
má s oscuro. La primera parte del excremento normal presenta abultamientos y el
resto es liso; se encuentra revestido de escaso moco transparente. Su color es débil,
determinado por la presencia de escatol e indol, sustancias químicas producidas por
las bacterias a partir del aminoá cido triptó fano no asimilado. Un olor fuerte o acido es
normal.
En el hombre, tal como en el caballo, el perro, el gato, etcétera, las deposiciones
normales, no ensucian el ano al realizar las evacuaciones. Jamá s debería hacer falta
emplear má s de una hoja de papel higiénico para limpiarse, y este ú ltimo tendría que
quedar limpio, o, cuando mucho, recoger rastros de mucus.
Son raras las personas que tienen dos deposiciones normales por día, tal como son
raros aquellos en quienes las deposiciones se mantienen normales y solo son
evacuadas cada dos días.
El peso de una deposició n normal es de 100 a 250 gramos; llega a 370 gamos como
término medio en los vegetarianos. Cuando existe una enfermedad del tubo digestivo,
la masa de las deposiciones puede aumentar por hipersecreció n o por
hiperdescamació n, así como en la diarrea aguda. También puede disminuir, y ello en
forma considerable, a pesar de una alimentació n rica en celulosa, cuando los aportes
del hígado, del pá ncreas y de la mucosa intestinal se vuelven menos abundantes.
Otro punto importante, es el horario de las comidas. Todos saben que “picotear” a
cualquier hora del día y de la noche es malsano. Para que la digestió n sea normal, es
preciso que los ó rganos digestivos tengan reposo, a fin de poder preparar las enzimas
que se secretará n en la pró xima ingestió n de alimentos.
HIGIENE INTESTINAL
La superficie total del intestino suma alrededor de 50 metros cuadrados. Esto significa
que nuestro cuerpo se encuentra má s en contacto, con su contenido, que con el medio
ambiente que lo rodea. Por esto, es de suma importancia, estar má s interesados por lo
que ocurre en el intestino, y en particular, en el colon.
El colon es la ú ltima etapa del trá nsito de las materias de desecho, su propó sito
consiste en conducir al exterior, los desechos, elementos de la alimentació n que no
han sido asimilados por el organismo durante el proceso de la digestió n. Su papel
primordial es el de reabsorber el agua, con el fin de concentrar las materias fecales,
que se encuentran aú n en estado líquido, a la salida del intestino delgado. “El
mecanismo de concentración de las materias fecales es de una precisión asombrosa. Se
debe absorber un 86 % del agua para que las heces tengan una consistencia normal. Si
se absorbe el 88 %, serán demasiado fluidas”, como explica la doctora Kousmine.
LA MUCOSA INTESTINAL
La mucosa que reviste el intestino, se encuentra formada por una sola capa de células
llamadas enterocitos (células epiteliales del intestino encargadas de absorber diversas
moléculas alimenticias y transportarlas al interior del cuerpo humano), los cuales
tienen un espesor de 25 a 30 milésimas de milímetro. Atrá s de dicho revestimiento, se
encuentran diversos conductos: capilares sanguíneos y linfá ticos. Los materiales
contenidos y transportados por el intestino delgado se encuentran separados de los
capilares, por una membrana muy fina y frá gil que se renueva cada dos días. Esta capa
de células constituye, un delgado y delicado filtro, cuya integridad depende de
numerosos factores químico-alimentarios que la pueden afectar. Por ejemplo, un
exceso de mantequilla (rica en á cido butírico), de grasas animales saturadas, o la
presencia de grasas vegetales desnaturalizados y biló gicamente inactivas (prensadas
en caliente, refinadas e hidrogenadas y/o oxidadas), pero, sobre todo, una
insuficiencia de á cidos grasos esenciales de configuració n cis-cis, debida a la carencia
en la alimentació n de aceites vírgenes de primera presió n en frío, ricos en á cidos
grasos poliinsaturados, son todos estos, factores que aumentan la permeabilidad de
las membranas de las células de todo el organismo y, en particular, las del intestino,
que son particularmente finas, produciéndose con ello un incremento de la
permeabilidad intestinal.
Mientras las delgadas membranas de las células del intestino conservan su integridad
y normalidad, se mantiene suficiente protecció n contra la reabsorció n eventual de
microorganismos y toxinas; pero la alimentació n erró nea, afecta dichas membranas
las cuales se tornan anormalmente porosas, permitiendo el paso multitud
microorganismos, toxinas y fracciones moleculares provenientes de los alimentos,
incompletamente digeridas. El hígado, que a través de la vena porta, recibe la sangre
cargada en el intestino, y los ganglios linfá ticos, que reciben la linfa intestinal,
funcionan como un filtro contra los microorganismos, las toxinas y los materiales sin
digerir, y si estos son neutralizados no pasa nada, Pero si su capacidad es rebasada
por una abundancia materiales agresivos y tó xicos, y su capacidad es sobrepasada, sus
funciones se desequilibran de forma cró nica, dando origen a enfermedades graves.
(Catherine Kousmine).
Otra consecuencia de este proceso es la irritació n cró nica de la pared intestinal por
estancamiento de la materia de desecho, lo cual causa inflamació n y espasmos
intestinales. Este cuadro dificulta aú n má s el trá nsito intestinal y agrava las carencias
nutricionales por malabsorció n.
FERMENTACIÓN Y PUTREFACCIÓN
En caso de estreñ imiento cró nico, y debido a que el trá nsito intestinal es entonces má s
lento, las heces tendrá n una consistencia demasiado seca y desaparecerá n los
lactobacilos. Los lactobacilos forman parte de una flora intestinal acida y constituyen
una barrera natural contra las bacterias de putrefacció n, cuyo desarrollo esta
favorecido por un medio má s alcalino. Con su desaparició n, desaparece también la
barrera de protecció n á cida. Aprovechando la disminució n de la flora acidó fila los
gérmenes de putrefacció n ascienden hacia el intestino delgado, donde se
desarrollaran, dando lugar a síntomas como meteorismo e hinchazó n abdominal y
siendo, sobre todo, los causantes de la producció n de sustancias extremadamente
tó xicas: ptomaínas.
Los procesos de putrefacció n no solo se producen por los residuos de las proteínas
alimentarias, sino también, y sobre todo, a expensas de las proteínas de las
secreciones, y las descamaciones de la mucosa intestinal y de las bacterias. Se liberan
así aminoá cidos, para iniciarse posteriormente dos procesos bien conocidos en el
desarrollo de los productos de la putrefacció n: descarboxilació n y desaminació n. La
descarboxilació n de los aminoá cidos da lugar a la formació n de aminas: ornitina,
lisina, tirosina e histidina, las cuales originan la putrescina, la cadaverina, la tiramina y
la histamina, respectivamente. De igual manera, se producen el mercaptano, el
hidrogeno sulfurado, el amoniaco, el escatol y el indol.
Estas disfunciones se pueden evitar fá cilmente. Basta con que la ració n alimentaria
diaria contenga alimentos ricos en hidratos de car bono cubiertos por una capa
celuló sica (por ejemplo, cereales). La fruta y las hortalizas, en particular las
zanahorias, las manzanas y las algarrobas, permiten luchar eficazmente contra el
proceso de putrefacció n.
ALIMENTACIÓN E INTESTINO
Ante todo, hay que beber lo suficiente. No seguir esa recomendació n es a menudo una
de las principales causa del estreñ imiento cró nico. Si no se bebe bastante, las heces
tendrá n una consistencia demasiado seca y se acabara padeciendo estreñ imiento.
Alimentos enemigos del intestino
El azúcar blanco
El Alcohol
La carne
Está desprovista de fibras celuló sicas. Si se mastica poco, se digiere mal y es causante
de procesos de putrefacció n intestinal. Se ha observado un aumento en la frecuencia
de canceres de colon en los principales países consumidores de carne.
El gluten
“El gluten está equilibrado por la vitamina E, contenida en el grano de trigo crudo y en
los de cebada, centeno, avena, trigo sarraceno: cuando el grano de cereal se muele y se
cuece, se produce la destrucció n de dicha vitamina. El gluten forma entonces una
sustancia pastosa que se adhiere a la pared intestinal. Ello enlentece el paso de los
alimentos, favorece la putrefacció n intestinal e impide la absorció n de las vitaminas
del grupo B” (Doctor Soleil).
La nata y la mantequilla
Hacen má s porosa la pared intestinal y má s permeable las bacterias que se encuentran
en el intestino.
Pastelería
Pastas
Berenjenas
Limó n
Manzanas
Pan
Cebollas
Judías secas
Apio
Zanahoria
Uvas pasas
Plá tanos
Albaricoques
Jugo de ciruelas
Germen de trigo
Coles de Bruselas
Alcachofas
Observaciones: La producció n de gas metano (CH4) en el colon continua siendo un
misterio. Se produce exclusivamente en el colon durante el metabolismo bacteriano
anaerobio y se difunde a la Sandra. Solo la mitad de la població n produce metano. Este
gas se origina durante la noche y la alimentació n no es un factor que influya en su
producció n.
Grasas no saturadas
La celulosa tiene una funció n de lastre para el bolo alimentario que atraviesa el
intestino. Es una materia só lida que no es asimilada por el organismo, pero que
estimula el intestino permitiendo su movilidad y buen funcionamiento.
“Desde hace algunos añ os, los estudios epidemioló gicos han fijado su atenció n en los
riesgos que acarrea una alimentació n desprovista de fibras. El enlentecimiento
importante del trá nsito intestinal que ello desencadena favorecería la aparició n de
divertículos en el colon. Existe, por otro lado una correlació n muy significativa entre la
creciente frecuencia de canceres de colon en los países industrializados y la
alimentació n pobre en fibras. Por esto la prevenció n de este tipo de afecciones parece
pasar por un aumento del consumo de fibras” (doctor A. Moseé).
Su color varía en funciono del tipo de alimentació n. Son marrones cuando predomina
una alimentació n de tipo carnívoro y má s claras en caso de régimen lactovegetariano.
Se debe defecar con facilidad, sin esfuerzo y sin tiempo de espera, generalmente una
vez por la mañ ana después del desayuno y otra vez después de la comida o de la cena.
“Unas heces normales está n formadas, principalmente, por la descamació n del epitelio
intestinal, una masa má s o menos importante de bacterias, sustancias de las que el
organismo se desprende a través de la bilis, por el jugo pancreá tico y por la excreció n
a través de la mucosa intestinal. Contienen también, entre otras cosas: fibras vegetales
formadas por celulosa y lignina, muy resistentes a la acció n bacteriana. Son
homogéneas, excepto en las zonas donde hay fibras vegetales duras y no comestibles,
como la piel de la uva y de las almendras, y los restos vegetales mal masticados”
(doctora Kousmine).
Una atracció n de agua hacia el tubo intestinal, lo cual origina una evacuació n de
heces liquidas, a menudo irritantes. Ello se acompañ a de una perdida de
oligoelementos y de sales minerales. Debido a estas inflamaciones repetidas se
crea un estado de dependencia conocido bajo el nombre de enfermedad de los
laxantes, en la que la mucosa intestinal adquiere una coloració n negruzca
(melanosis có lica).
Dicha atracció n de agua intraintestinal es provocada por un estado de
inflamació n y de irritació n de la mucosa intestinal, debido al empleo de
laxantes, cuya utilizació n repetida favorece la aparició n de otra enfermedad
intestinal denominada colitis espasmó dica. Se trata de una alternancia entre
estreñ imiento y diarrea, acompañ ada de dolores de tipo espasmó dico y de
hinchazó n abdominal.
Preliminares importantes
Luego se coloca uno hacia abajo a gatas sobre una bañ era, desnudo y con la cabeza
hacia abajo (puede conservarse una camiseta). Si no es posible adoptar esta postura,
uno puede tenderse boca abajo en la cama, con la mitad del cuerpo colgado.
Para aplicar el enema, se puede utilizar la cá nula de plá stico blanco y duro que se
adjunta con el irrigador, o bien el catéter rectal de plá stico flexible transparente (que
hay que adquirir aparte como accesorio), el cual es má s largo y puede introducirse
má s profundamente. De este modo se evitan los dolores y los espasmos provocados
por la llegada demasiado rá pida del agua, que dilata la ampolla rectal.
Con la mano que queda libre, se hacen masajes en el colon, en la parte má s baja del
abdomen, en una superficie de 6 a 7 centímetros. Se colocan los dedos como si se
estuviese tocando el piano o como si se amasase pan. Cuando se encuentre una zona
rígida, se hace una fuerte presió n, ya que se trata de restos de materias fecales que
deben eliminarse.
Antes de comenzar a aplicar el enema, se debe dejar preparada la jeringa con aceite de
la siguiente forma:
Observaciones
A veces, cuando uno está invitado a comer, por respeto a las conveniencias sociales, es
difícil rechazar los alimentos propuestos. Por ello, después de acudir a comidas de
cumpleañ os, bodas, fiestas de familia, etcétera, se recomienda imperiosamente
aplicarse un enema al día siguiente, acompañ ado con una monodieta de arroz o de
patatas cocidas.
En el tratamiento de una poliartritis cró nica evolutiva, los enemas son de importancia
capital, ya que es indispensable efectuar una buena limpieza del intestino antes de
comenzar la cura con vacunas. Si no se hace, el enfermo se expone al riesgo de padecer
una crisis, asociada a una hiperestimulació n del sistema inmunitario.
Enema en niños
Al igual que para un adulto, se aplica el enema con agua y manzanilla. Se pone el niñ o
boca arriba con las piernas elevadas. Se introduce la cá nula de la pera de goma para
enemas en el ano, y se vacía el agua suavemente, haciendo pequeñ os masajes en el
vientre del niñ o. Luego, se le pone de inmediato en el orinal para que evacue.
La instilació n de aceite se hace, igual que en el adulto, con la jeringa y la sonda rectal
(que se puede adquirir de un diá metro má s pequeñ o). Luego se debe tener cuidado al
poner un panal al niñ o.
Existen circunstancias particulares en las cuales se debe limitar la prá ctica de las
lavativas rectales. Por ello, en los casos indicados a continuació n, será necesario pedir
consejo al médico, con el fin de evitar posibles errores:
Contraindicaciones absolutas
Contraindicaciones relativas
LA IRRIGACIÓN COLÓNICA
La irrigació n coló nica, o hidroterapia de colon, consiste en un enema del colon de gran
capacidad. Permite una limpieza completa, má s profunda que un simple enema.
Durante la sesió n, de aproximadamente una hora, se utilizan de 100 a 150 litros de
agua en varias aplicaciones.
El agua se introduce a través de una capsula que tiene una doble funció n: un tubo
pequeñ o que permite la llegad del agua y uno má s grande que facilita la evacuació n de
las materias fecales. Accionando una vá lvula que controla la apertura o cierre de la
llegad del agua, se provoca, mediante golpes sucesivos, la evacuació n de la totalidad
de las materias contenidas en el colon, sin esfuerzo y sin dolor.
El doctor V.E. Irons es conocido, sobre todo, por haber practicado má s de 20,000
irrigaciones sin haber tenido jamá s ningú n problema. Este investigador ha insistido en
el hecho de que este método permite la fragmentació n de las materias fecales
endurecidas que se han depositado a lo largo de los añ os en el colon. La alimentació n
actual ensucia el intestino, no solo porque es refinada (lo cual enlentece el transito del
bolo intestinal y prolonga y prolonga el tiempo de permanencia en el interior del
tracto digestivo), sino también porque induce la producció n de mucosidades. El
intestino segrega moco cada vez que alguna sustancia lo irrita. Dicha mucosidad
constituye, como ya hemos visto, su medio de protecció n, sin embargo, con el
transcurso de los añ os y debido a sucesivos errores alimentarios, presenta tendencia a
solidificarse, transformá ndose en una costra que se adhiere a la mucosa y dificulta el
paso de la materia (al disminuir el diá metro intestinal). Esto ocurre con tanta
frecuencia que el doctor Irons ha precisado: “Un colon normal y sano, es, hoy en día,
una especie en vías de extinción. Simplemente, ¡ya no existe!... Actualmente ¡el único
lugar donde aún se puede ver un colon normal, es un libro de anatomía!... Considero que
un colon enfermo e intoxicado es una causa desconocida de envejecimiento prematuro.
El envejecimiento, comienza aquí, y cuanto, más avanzada este la intoxicación, más
rápidamente envejece la persona. Un colon enfermo acorta la juventud, agota las
reservas de energía y conduce pronto a la muerte. Según mi opinión, la intoxicación del
colon es la única enfermedad importante en Estados Unidos. Es la causa subyacente, del
mayor número de problemas de salud que cualquier otra causa”.
La frecuencia del tratamiento depende del estado de salud del enfermo, cuestió n que
debe evaluar el médico. Se aconseja realizar varias sesiones y dejar entre ellas un
espacio de varios días (de 3 días a una semana); raramente se notan resultados en la
primera sesió n, siendo lo má s frecuente que comiencen a apreciarse transcurridas las
3 primeras sesiones.
Esta técnica puede ayudar también a la preparació n del intestino antes de practicar un
examen de colonoscopia, lavados baritados, ecografía abdominal, urografía
intravenosa, escá ner o BMN abdominal.
TRUCOS Y CONSEJOS
Existen bolsas de viaje para hacer enemas. Son muy prá cticas porque se pueden
guardar en una maleta y, de este modo, llevarse fá cilmente en los desplazamientos.
Existen ampollas de aceites de onagra para añ adir a la crema Budwig y que se pueden
utilizar en los países en los que no existe aceite de lino, o para ciertas patologías como
la esclerosis en placas (mú ltiple). En este ú ltimo caso, también se conseja practicar las
instilaciones de aceite añ adiendo una ampolla de aceite de onagra en la jeringa de
aceite de girasol.
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