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DOSCIENTOS TRES

2022

REPÚBLICA DE CHILE

TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
____________
Sentencia

Rol 13.030-2022

[17 de noviembre de 2022]


____________

REQUERIMIENTO DE INAPLICABILIDAD POR


INCONSTITUCIONALIDAD RESPECTO DEL ARTÍCULO 140,
INCISOS PRIMERO Y SEGUNDO, DEL CÓDIGO DE JUSTICIA
MILITAR EN RELACIÓN CON EL ARTÍCULO 274 DEL CÓDIGO DE
PROCEDIMIENTO PENAL

RICARDO MARTÍNEZ MENANTEAU


EN EL PROCESO ROL N° 575-2014, SEGUIDO ANTE EL SEGUNDO JUZGADO
MILITAR DE SANTIAGO, PRIMERA FISCALÍA MILITAR DE SANTIAGO,
INSTRUIDO POR LA MINISTRA EN VISITA EXTRAORDINARIA DE LA CORTE
MARCIAL, SEÑORITA ROMY GRACE RUTHERFORD PARENTTI

VISTOS:

Que, con fecha 11 de marzo de 2022, Ricardo Martínez Menanteau acciona de


inaplicabilidad por inconstitucionalidad respecto del artículo 140, incisos primero y
segundo, del Código de Justicia Militar en relación con el artículo 274 del Código de
Procedimiento Penal, en el proceso Rol N° 575-2014, seguido ante el Segundo Juzgado
Militar de Santiago, Primera Fiscalía Militar de Santiago, instruido por la Ministra en
visita Extraordinaria de la Corte Marcial, señorita Romy Grace Rutherford Parentti.

Precepto legal cuya aplicación se impugna

El texto de los preceptos impugnados dispone:

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DOSCIENTOS CUATRO

“Código de Justicia Militar,

(…)

Artículo 140.- Las reglas sobre las declaraciones del inculpado, careos e identificación
del inculpado y sus circunstancias personales, contenidas en la Primera Parte del Libro II del
Código de Procedimiento Penal, serán también aplicables en el sumario militar.

Se aplicarán, asimismo, las disposiciones de los artículos 274, 276, 278 y 279 del
mismo Código.

El auto de procesamiento será notificado al jefe de la casa de detención en que se


encuentre el reo y a éste.”.

(…)

“Código de Procedimiento Penal,

(…)

Artículo 274.- Después que el juez haya interrogado al inculpado, lo someterá a


proceso, si de los antecedentes resultare:

1° Que está justificada la existencia del delito que se investiga, y

2° Que aparecen presunciones fundadas para estimar que el inculpado ha tenido


participación en el delito como autor, cómplice o encubridor.

El juez procesará al inculpado por cada uno de los hechos punibles que se le imputen,
cuando concurran las circunstancias señaladas.”.

(…)

Síntesis de la gestión pendiente y del conflicto constitucional sometido al


conocimiento y resolución del Tribunal

Explica que acciona en el marco de un proceso penal seguido ante el 2° Juzgado


Militar de Santiago, ante la Ministra en Visita Extraordinaria Romy Rutherford
Parentti, en el que fue citado a declarar como inculpado. Detalla que, resolviendo dos
presentaciones de 2 de marzo de 2022, se rechazó la solicitud de que su declaración se
llevare a cabo en su domicilio, negándose también la posibilidad de que en su
declaración el inculpado contase con la asistencia de su abogado defensor.

Consta actualmente, según piezas remitidas por el Tribunal sustanciador, que


se dictó auto de procesamiento en contra de la requirente, con fecha 5 de abril de 2022,
por ocho delitos de fraude al fisco, previstos y sancionados en el artículo 239 del
Código Penal, habiendo hecho uso de su derecho a guardar silencio la requirente en
declaración indagatoria.

Los antecedentes se encuentran acompañados al expediente estando en


reserva.

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DOSCIENTOS CINCO

Actualmente se encuentra pendiente de resolución recurso de apelación contra


el auto de procesamiento, ante la Corte Marcial.

En lo que respecta al artículo 140, incisos primero y segundo, del Código de


Justicia Militar en relación con el artículo 274 del Código de Procedimiento Penal,
señala lo siguiente:

Las disposiciones cuestionadas permiten al juez sustanciador someter a


proceso a un inculpado, y decretar su detención, privándolo de su libertad personal y
ambulatoria, tras poderle tomar declaración sin compañía de defensa técnica que
controle el interrogatorio del juez penal militar, o sea, sin contrapeso y con absoluta
negación del “derecho a confrontación”, esencial en el Debido Proceso (arts. 5º inciso 2º
y 19 N° 3 de la Constitución) antes de procesarlo y detenerlo, y por ende, dejando a
un justiciable a merced de un Tribunal que podría hacerle un interrogatorio
únicamente dirigido a incriminarlo, con un plan de trabajo que no da espacios a
visiones alternativas, estructurado y ejecutado a través de técnicas de interrogación
de preguntas cerradas, sugestivas, reiteradas, impertinentes, engañosas o poco claras
que el declarante, por preparación o por carecer de todos los elementos previos de
confrontación de la imputación que se le construye a mano o estudiados en plazo
razonable, no podrá advertir, y cuyas respuestas serán usadas luego en su contra.

Esta restricción a uno de los componentes esenciales del derecho al Debido


Proceso no es razonable en estas circunstancias, y es el defecto intrínseco de las
normas impugnadas que permite que su aplicación deje al justiciable expuesto al
procesamiento, a la detención y a la cárcel, dado que permite someterlo a una de las
diligencias esenciales del proceso penal, sin que pueda ser asistido por abogado y a
merced de un interrogatorio no controlado, y sin cabal acceso a los medios en que se
sustenta la imputación y confrontarlos, lo cual es contrario a la Carta Fundamental en
sus artículos 5°, inciso segundo, 19 N° 3 y 7, pues se deja pasar y primar de facto un
procedimiento que no es racional, tampoco justo, y que agrega un riesgo inminente
sobre la libertad personal y el derecho a guardar silencio para no auto incriminarse,
dejando por esa vía a la Constitución relegada a un rango inferior al de una ley
procesal ordinaria y añosa, que incluso desborda la adecuación que el art. 83 de la
Constitución toleró al armonizar su existencia con la vigencia de la Reforma Procesal
Penal.

Tramitación

El requerimiento fue acogido a trámite por la Primera Sala, con fecha 17 de


marzo de 2022, a fojas 58, declarándose la inadmisibilidad parcial en relación con los
artículos 29, inciso final, del Código de Justicia Militar, 327, 328 del Código de
Procedimiento Penal; y, 560, N° 2, del Código Orgánico de Tribunales y disponiéndose
la suspensión del procedimiento.

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DOSCIENTOS SEIS

En resolución de fecha 20 de abril de 2022, a fojas 144, se declaró admisible.


Conferidos traslados fueron formuladas las siguientes observaciones:

A fojas 153 Luis Araya Gallo, Fiscal General Militar del Ministerio Público
Militar, evacúa traslado abogando por el rechazo del requerimiento en virtud de las
siguientes consideraciones:

La línea argumental del requerimiento vincula indisolublemente la


disposición del artículo 140 del Código de Justicia Militar a la contenida en el artículo
274 del Código de Procedimiento Penal cuestionando su aplicación conjunta.

Destaca que el auto de procesamiento constituye una resolución de carácter


esencialmente provisoria y revocable, sujeta a control vertical. De allí que aquel no
tiene la capacidad intrínseca de producir efectos definitivos e incontrarrestables en el
propio proceso judicial invocado, razón que ha llevado a esta Magistratura
constitucional a afirmar la constitucionalidad del auto de procesamiento.

De lo anterior se sigue que habiéndose declarado previamente la


constitucionalidad del artículo 274 del Código de Procedimiento Penal se produce
automáticamente como resultado la desarticulación del petitorio contenido en el
libelo.

Adicionalmente, refiere que la gestión sub lite se encuentra en actual etapa de


sumario, estando en etapa de diligencias iniciales. El auto de procesamiento al
respecto, según ya se ha señalado, no tiene la capacidad de producir efectos
permanentes en una causa penal, siendo eminentemente modificable y por lo cual no
resulta decisivo en la gestión pendiente.

Asimismo, afirma que el meollo de la petición formulada por la requirente


apunta a controvertir y dejar sin efecto una resolución judicial expedida por un
tribunal competente ajustada a las reglas de procedimiento que establece la ley vigente
y aplicable en la materia, de conformidad con lo ordenado en el artículo 83, inciso
final, de la Constitución. Con ello la pretensión excede los marcos de la inaplicabilidad
por inconstitucionalidad.

De igual manera, estima que la requirente implícitamente persigue la adopción


de mecanismos distintos consagrados para el mismo efecto en regulaciones procesales
ajenas a su condición.

A fojas 164 el Consejo de Defensa del Estado solicita el rechazo del libelo.
Señala las siguientes razones fundantes de su petición:

1. Actualmente no existe gestión judicial pendiente en tramitación

El requirente fue sometido a proceso con fecha 5 de abril de 2022, habiendo


previamente hecho uso de su derecho a guardar silencio, por lo que la declaración del
procesado no constituye una gestión pendiente. Por lo demás, frente al eventual
argumento en orden que podría ser citado nuevamente a declarar, cabe responder que
es dable suponer que actuará de la misma forma, esto es, que guardará silencio y que,

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DOSCIENTOS SIETE

conforme al art. 327 del Código de Procedimiento Penal, aplicable a la especie en


virtud del art. 140 Código de Justicia Militar, el tribunal “se limitará a hacer notar al
inculpado que su actitud no impedirá la prosecución del proceso y que puede producir el
resultado de privarle de algunos de sus medios de defensa”.

2. El requerimiento carece de fundamento

La falta de fundamento que se invoca se basa, en primer lugar, en que las


afirmaciones del requirente importan una visión parcial, subjetiva y errada en relación
con cualquier problema de constitucionalidad que la norma pudiese generar.

En efecto, el requerimiento de inaplicabilidad planteado por la defensa del


actor carece de fundamento plausible por cuanto no explica de qué forma se produce
la contradicción entre los artículos 140 del Código de Justicia Militar y 274 del Código
de Procedimiento Penal con la Constitución Política de la República. Hay una falta de
argumentación precisa y concreta por parte del requirente, pues no cabe efectuar un
control abstracto de las normas impugnadas sino señalando el requirente conforme a
los datos fácticos y procesales de la causa el modo preciso en que la aplicación de las
disposiciones impugnadas produce efectos inconstitucionales. Es así como no hace un
análisis de las razones que sirven de fundamento al requerimiento, limitándose en su
presentación a reproducir las normas supuestamente afectadas, sin explicar
suficientemente su pretensión.

El requirente nunca cuestiona el artículo 274 del Código de Procedimiento


Penal, sino que la impugnación sustancialmente se dirige a toda la regulación de la
llamada “declaración indagatoria”, establecida en los artículos 318 y siguientes del
Código de Procedimiento Penal, bajo el epígrafe “de las declaraciones del inculpado”.
Y en tal línea, buena parte de la indicada regulación (artículos 318 al 326; 329 al 341
del mismo Código) no fue objeto de impugnación por parte del requirente, siendo
además declarado derechamente inadmisible el requerimiento respecto de aquella
que si lo fue (artículos 327 y 328).

A mayor abundamiento, y al haber guardado silencio el requirente ante el


llamamiento judicial a declarar, no se avizora cómo, los derechos que señala serían
amagados o podrían serlo en este caso concreto.

3. No hay infracción al debido proceso

En lo sustancial, no ha existido vulneración al debido proceso desde que según


lo que establece la Constitución Política de la República en su artículo 19 N° 3 es que
“corresponderá al legislador establecer siempre las garantías de un procedimiento y una
investigación racionales y justos.”

Sobre el particular el procesado ha tenido derecho a ser oído, y de hecho –como


se ha dicho- el artículo 274 del Código de Procedimiento Penal sólo permite someter

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a proceso a una persona -según su texto- “…Después que el juez haya interrogado al
inculpado”. El encartado fue sometido a proceso con fecha 5 de abril de 2022,
habiendo previamente hecho uso de su derecho a guardar silencio y dedujo recurso
de apelación en contra de la resolución que lo sometió a proceso con fecha 9 de abril
de 2022, encontrándose actualmente pendiente su vista ante la Ilustrísima Corte
Marcial de Santiago, todo lo que demuestra que no se afectó su derecho al debido
proceso.

Añade que los preceptos no resultan decisivos en la resolución del asunto de


conformidad al numeral 5° del artículo 84 de la Ley Orgánica Constitucional de esta
Magistratura. El auto de procesamiento es una resolución esencialmente provisoria y
revocable, por lo que no podrían resultar aquellas decisiva en la resolución del asunto,
advirtiendo que los preceptos legales impugnados ya fueron aplicados dentro del
procedimiento.

Vista de la causa y acuerdo

En Sesión de Pleno de 5 de julio de 2022 se verificó la vista de la causa,


oyéndose la relación pública y alegatos por la parte requirente, del abogado Juan
Carlos Manríquez Rosales, por la parte de Humberto Oviedo Arriagada, del abogado
Gonzalo Rodríguez Herbach, por el Consejo de Defensa del Estado, del abogado
Marcelo Oyharcabal Fraile, y por el Ministerio Público Militar, de Luis Araya Gallo.

Se adoptó acuerdo el 14 de julio de 2022, conforme fue certificado por el relator


de la causa.

CONSIDERANDO:

I.- CONFLICTO CONSTITUCIONAL

PRIMERO: La impugnación de la norma señalada en el artículo 140 del


Código de Justicia Militar, en relación con el precepto referido en el artículo 274 del
Código de Procedimiento Penal, donde se plantea la cuestión si en el caso concreto, la
aplicación de las reglas que faculta al juez que conoce de un proceso militar al decretar
el sometimiento a proceso del inculpado, atentan contra las reglas del debido proceso,
y en particular, su derecho a la defensa letrada.

II.- ARGUMENTO DE FORMA

SEGUNDO: El requirente fue sometido a proceso con fecha 05.04.22, previa


declaración del ahora procesado Sr. Martínez (quien a la época de interposición de
este requerimiento era “inculpado”), por lo que la gestión pendiente, de la forma en
que fue invocada ya no lo es, pues dicha diligencia ya se llevó a cabo. Frente a un
eventual argumento en orden que podría ser citado nuevamente a declarar, cabe

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DOSCIENTOS NUEVE

responder que es dable suponer que actuará de la misma forma, esto es, que guardará
silencio y que, conforme al art. 327 Código de Procedimiento Penal, aplicable a la
especie en virtud del art. 140 del Código de Justicia Militar, el tribunal “se limitará a
hacer notar al inculpado que su actitud no impedirá la prosecución del proceso y que
puede producir el resultado de privarle de algunos de sus medios de defensa.” Se
suma a lo anterior, que el autor de procesamiento fue revocado como se señala más
adelante.

III.- EL AUTO DE PROCESAMIENTO

TERCERO: La decisión de someter a proceso al inculpado, después de haberlo


interrogado y cumplidos que sean los presupuestos de estar justificada la existencia
del delito que se investiga y de existir presunciones fundadas de su participación,
mediante resolución “fundada” (art. 275), que debe serle notificada formalmente (art.
276), aparece revestida de razonabilidad suficiente.

CUARTO: El auto de procesamiento es esencialmente revocable, durante todo


el sumario (art. 278 del Código de Procedimiento Penal) y, además, por la vía de la
apelación ante el superior jerárquico. En el caso concreto, el inculpado interpuso
apelación la cual ha sido resuelta.

QUINTO: Declarar inaplicable este precepto, implicaría distorsionar el


verdadero carácter del auto de procesamiento (ser en su esencia revocable), por lo que
no se conciliaría con su naturaleza y con la verosimilitud de sus fundamentos que son
de sello propios del juez de mérito.

SEXTO: El auto de procesamiento es una de las manifestaciones explícitas de


que la acción penal del Estado se dirige en contra de determinada persona. La
Constitución no inmuniza a las personas en contra de los procesamientos penales. Los
permite bajo reglas formales y sustantivas de debido proceso (artículo 19, numeral 3°,
inciso sexto de la Constitución). Permite que estos procesamientos vengan añadidos
efectos relativos a la libertad personal, en la medida que estén predeterminados por
ley [literal b) del inciso segundo del numeral 7° del artículo 19 de la Constitución] y
que supongan algunas condiciones que el juez estime como necesarias para la
investigación, para la seguridad del ofendido o de la sociedad [literal e) del inciso
segundo del numeral 7°, del artículo 19 de la Constitución]. Contiene además algunas
reglas que previenen en contra de una acusación sobre personas con determinados
fueros sin que éstos hayan sido previamente desaforados [artículo 61 de la
Constitución, entre otros ejemplos]. Y pese a ello, lo permite en casos de delitos
flagrantes.

IV.- RELACIÓN ENTRE EL ARTÍCULO 140 DEL CÓDIGO DE JUSTICIA


MILITAR CON EL AUTO DE PROCESAMIENTO

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DOSCIENTOS DIEZ

SÉPTIMO: Que en el precedente Rol N°6472 esta Magistratura se refirió a la


aplicación del artículo 274 del Código de Procedimiento Penal en aquellos casos de
inculpados en la causa Rol N°575-2014, seguida ante la Ministra en Visita de la Corte
Marcial, doña Romy Rutherford. En dicha oportunidad esta jurisdicción
constitucional señaló en su sentencia que el procedimiento es provisorio e impugnable
y carece de un poder para fundar una sentencia condenatoria. Explicitó que:

“El auto de procesamiento es una de las manifestaciones explícitas de que la


acción penal del Estado se dirige en contra de determinada persona. La Constitución
no inmuniza a las personas en contra de los procesamientos penales. Los permite bajo
reglas formales y sustantivas de debido proceso (artículo 19, numeral 3°, inciso sexto
de la Constitución). Permite que estos procesamientos vengan añadidos efectos
relativos a la libertad personal, en la medida que estén predeterminados por ley
[literal b) del inciso segundo del numeral 7° del artículo 19 de la Constitución] y que
supongan algunas condicione que el juez estime como necesarias para la
investigación, para la seguridad del ofendido o de la sociedad [literal e) del inciso
segundo del numeral 7°, del artículo 19 de la Constitución]. Contiene algunas reglas
que previenen en contra de una acusación sobre personas con determinados fueros
sin que éstos hayan sido previamente desaforados [artículo 61 de la Constitución,
entre otros ejemplos]. Y pese a ello, lo permite en caso de delitos flagrantes.

Y la constitución permite estos procesamientos, hoy formalizaciones, porque


se trata de decisiones jurisdiccionales esencialmente revocables, que no generan
derechos definitivos y no fundan ninguna acusación posterior. No son, propiamente
tal, el fundamento de una hipotética decisión condenatoria. Por lo mismo, siendo
susceptible de revisión judicial y controles verticales, no cabe entender que afecten los
derechos constitucionales del requirente.”

OCTAVO: En un mismo sentido cabe señalar respecto de los cuestionamientos


formulados por la requirente en relación a la dictación del auto de procesamiento, y
en especial lo expresado en el Rol N°777 (de 16 de mayo de 2007), la acción de
inaplicabilidad no es la vía para impugnar actuaciones o resoluciones judiciales. Más
aún resulta evidente que la invocación de la normativa aducida en el capítulo signado
I, guarismos 4, 5 a fojas 26, 27 y 28 del libelo de inaplicabilidad no resultan
concordantes con los criterios expresados por esta judicatura, pues se tiende “a
cuestionar el sistema procesal vigente, pretendiendo que mediante la sentencia de este
tribunal se modifique su fisonomía, lo que extralimita el objeto de la acción de
inaplicabilidad por inconstitucionalidad de las leyes, regulado en las normas
transcritas, cuyo objeto es resolver acerca del efecto eventualmente inconstitucional
que la aplicación de normas precisas de jerarquía legal pueda generar en la gestión
judicial pendiente que se invoque en la respectiva presentación” (Rol 1512/2009).

V.- CONSIDERACIONES DE LAS INSTITUCIONES CUESTIONADAS

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NOVENO: La constitución permite el auto de procesamiento, hoy


formalización, porque se trata de decisiones jurisdiccionales esencialmente
revocables, que no generan derechos definitivos y no fundan ninguna acusación
posterior. No son, propiamente tal, el fundamento de una hipotética decisión
condenatoria. Por lo mismo, siendo susceptible de revisión judicial y controles
verticales, no cabe entender que afecten los derechos constitucionales del requirente.

DÉCIMO: La eliminación de los preceptos para el caso concreto, implicaría


un obstáculo insalvable para la prosecución del procedimiento penal, desde que
impediría a la Ministra en Visita elevarlo a plenario, por ser el procesamiento de los
presuntos o futuros partícipes, condición necesaria al efecto de su materialización.

VI.- OBSERVACIONES SOBRE LA JUSTICIA MULITAR

DÉCIMO PRIMERO: La justicia militar en el diseño constitucional, aparece


en el requerimiento que denota en su razonamiento implícito un modo que se puede
estimar un cuestionamiento de los defectos institucionales de dicho procedimiento.

Por tanto, cabe recordar que el procedimiento penal militar tiene apoyatura en
la propia Constitución, como una modalidad de justicia especial.

En efecto, el inciso final del artículo 83 de la Constitución dispone que “[e]l


ejercicio de la acción penal pública, y la dirección de las investigaciones de los hechos
que configuren el delito, de los que determinen la participación punible y de los que
acrediten la inocencia del imputado en las causas que sean de conocimiento de los
tribunales militares, como asimismo la adopción de medidas para proteger a las
víctimas y a los testigos de tales hechos corresponderán, en conformidad con las
normas del Código de Justicia Militar y a las leyes respectivas, a los órganos y a las
personas que ese Código y esas leyes determinen.

La justicia militar funciona porque se apoya en los procedimientos que esas


leyes contemplan siendo el Código de Procedimiento Penal uno esencial.

DÉCIMO SEGUNDO: Esta regla constitucional no inmuniza el control sobre


los preceptos del mencionado Código ni impide su modificación. Esta Magistratura
está consciente de que tal legislación puede ser cambiada y debe serlo, entre otras
cuestiones, impelidas por la Sentencia de la Corte Interamericana en el caso “Palamara
Iribarne contra Chile”, materia citada por el requirente a fs. 18 del expediente. El efecto
de promover tal adecuación deriva de la conjunción del artículo 5°, inciso 2° de la
Constitución, en su vínculo con el artículo 2° de la Convención Americana Sobre
Derechos Humanos, especialmente, en cuanto a su deber de adoptar disposiciones de
orden interno que permitieran garantizar la efectividad de los derechos y libertades
que ésta reconoce, con arreglo a los procedimientos constitucionales y a las
disposiciones de esa Convención.

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DOSCIENTOS DOCE

Sin embargo, nada de esto resulta ser parte de la cuestión planteada en esta
ocasión a esta Magistratura y cabe constatar que la existencia de la justicia militar tiene
la norma constitucional que garantiza su permanencia.

DÉCIMO TERCERO: El sumario en la justicia militar es cuestionado


mediante el artículo 140 del Código de Justicia Militar mediante su remisión al artículo
274 del Código de Procedimiento Penal.

Con ello, parecería entender que las únicas características del sumario estarían
verificadas como si fuese un régimen procesal de secreto permanente y publicidad a
pedido.

DÉCIMO CUARTO: Caber ponderar que el modelo seguido por el Código de


Justicia Militar no es aquel que implica una asunción completa e integral del
procedimiento penal antiguo sino que adapta a su procedimiento una selección de
preceptos del Código de Procedimiento Penal mediante la técnica del reenvío
normativo. De esta manera, no es posible conocer directamente los procedimientos
sin especificar el modo en que tal reenvío define el procedimiento final. Simplemente,
hay que recordar que nuestra Constitución en el inciso primero, del artículo 7° de la
misma, nos expresa cómo “[l]os órganos del Estado actúan válidamente previa
investidura regula de sus integrantes, dentro de su competencia y en la forma que
prescriba la ley”. Y esa forma es el procedimiento de reenvío.

DÉCIMO QUINTO: Las normas procesales castrenses no son las originales


del Código de Justicia Militar y fueron modificadas en democracia por la Ley N°
19.047.

Por la claridad de los términos indicados cabe traer a colación la opinión del
Senador señor Jaime Guzmán, quien en el Informe de la Comisión de Constitución del
Senado se refirió a que “en primer lugar, hemos aprobado que los detenidos puedan
conferenciar siempre con sus abogados, en presencia del funcionario encargado del
establecimiento policial, durante el periodo previo a ser sometidos a disposición del
tribunal. Nuestra Comisión de Constitución ha ido incluso más lejos que la Cámara
de Diputados, señalando que el abogado podría ejercer tal derecho a diario, pero como
máximo por un lapso de treinta minutos. En segundo término, aceptamos que el reo
tiene derecho, siempre y en toda circunstancia, a conocer el sumario, transcurridos
120 días desde la resolución que lo encargó reo. En esta materia también hemos ido
más allá que el proyecto sancionado por la Cámara, que sólo concedía al reo esta
facultad en procesos militares o propios de la justicia militar. Nosotros lo estamos
proponiendo para cualquier procesado, como regla general del procedimiento penal
chileno.”

DÉCIMO SEXTO: La decisión de someter a proceso a un inculpado, luego de


haberlo interrogado, aun en el evento que este permanezca en silencio y cumplidos
con los presupuestos de estar justificada la existencia de un delito que se indaga y de
existir presunciones fundadas de su participación mediante resolución motivada (Art.

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275 C de PP), que debe ser notificada formalmente (Art. 276 C de PP) aparece revestida
de una razonabilidad suficiente.

El auto de procesamiento como ya se señaló es esencialmente revocable,


durante todo el sumario (art. 278 C de PP) y, además, por la vía de la apelación ante
el superior jerárquico este puede ser susceptible de revocación.

Tanto es así que a fojas 197 de estos autos constitucionales el auto de


procesamiento fue revocado, circunstancia en la cual se constata por los propios
dichos del abogado del imputado, que lo anteriormente aseverado implica que el
señor Ricardo Martínez Menanteau no se encuentra afecto a procedimiento en la causa
instruida por doña Romy Rutherford Parentti.

VII.- PRECEDENTE STC 6472

DÉCIMO SÉPTIMO: El requirente impugna indirectamente el artículo 274


del Código de Procedimiento Penal que nos señala que:

“Después que el juez haya interrogado al inculpado, lo someterá a proceso, si


de los antecedentes resultare:

1° Que está justificada la existencia del delito que se investiga, y

2° Que aparecen presunciones fundadas para estimar que el inculpado ha tenido


participación en el delito como autor, cómplice o encubridor.

El juez procesará al inculpado por cada uno de los hechos punibles que se le imputen,
cuando concurran las circunstancias señaladas”.

El procesamiento es provisorio e impugnable y carece del poder de fundar


una sentencia condenatoria.

DÉCIMO OCTAVO: Sin perjuicio de que ya hemos sostenido que no explica


cómo se produce el efecto inconstitucional circunstanciadamente, cabe identificar
algunos elementos adicionales para desestimar la pretensión del requirente. En
primer término, las reglas formales y sustantivas del debido proceso son normas de
aplicabilidad directa para todos, pero que requieren un desarrollo legislativo para
especificarlas como un sistemas para los distintos procedimientos. En segundo lugar
existirían derechos integrantes del debido proceso que pueden calificarse como
derechos constitucionales, tales como el derecho a defensa jurídica y otros que
resultaran, simplemente, como derechos de configuración legal con el menor alcance
de los bienes jurídicos involucrados. En términos generales estos derechos tienen
titularidad amplia con su alcance que abarca a todas las personas naturales, chilenos
y extranjeros, y a las personas jurídicas privadas o públicas.

DÉCIMO NOVENO: La Constitución permite estos autos de procesamiento,


hoy formalizaciones, porque se trata de decisiones jurisdiccionales revocables, que no
generan derechos definitivos y no pueden fundar acusación a posteriori.

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DOSCIENTOS CATORCE

Como lo ha afirmado esta Magistratura, la Constitución le entregó un mando


al legislador para definir las garantías del debido proceso “en lugar de señalar con
precisión en el propio texto constitucional cuáles serían los presupuestos mínimos del
debido proceso, sin perjuicio de dejar constancia que algunos de dichos elementos
decían relación con el oportuno conocimiento de la acción y debido emplazamiento,
bilateralidad de la audiencia, aportación de prueba pertinentes y derecho a impugnar
lo resuelto por un tribunal, imparcial e idóneo y establecido con anterioridad por el
legislador.” (STC R 1518-09,c.23°)

VIGÉSIMO: En un análisis del caso concreto los factores formales que


configuran parámetros del control sustantivo de los derechos invocados en esta causa,
en cuanto a transgresiones señaladas por los preceptos cuestionados, resulta útil
explicitar no sólo la ya señalada circunstancia que el auto de procesamiento fue
revocado, sino que también no se precisa detalladamente por la requirente como se
habría producido la afectación constitucional, al pretender afectarse la garantía del
juez natural y la invocación de una vulneración del derecho a un debido proceso.

VIGÉSIMO PRIMERO: En un mismo sentido, alegar en el petitorio de fojas


30 del requerimiento de una diversa normativa, sin razonar de manera explicita de
como aquella argumentación puede ser sustento de un razonamiento jurídico basado
en que la calidad de la Ministra en Visita Extraordinaria de la Corte Marcial ya citada,
afectaría lo dispuesto en los artículo 1°, 5°, 19° numerales 2, 3 y 7, todos de la
Constitución Política de la República, sin precisar cual es el reproche preciso al
cuestionamiento a la institución del auto de procesamiento, cuando este se estructura
en elementos de convicción obtenidos en el sumario del proceso en cuestión,
concluyendo el actor constitucional, sin argumentar sobre los artículos 129 y 130 del
Código de Justicia Militar, y como ellos se vinculan de manera concordante con el
artículo 274 del Código de Procedimiento Penal, y a su vez con los artículos 42 bis, 80,
246, 247, 250, 255, 272, 275, 276, 279 bis, 280, 318 y siguientes, 340, 341, 356, 357, 380,
408 N°4 y 488 del mismo cuerpo normativo.

VIII.- CONSIDERACIONES SOBRE LAS GARANTÍA INVOCADAS

VIGÉSIMO SEGUNDO: El fondo de la cuestión constitucional planteada en


el conflicto deducido en estos autos dice referencia a presuntos atentados contra el
debido proceso en general y al derecho a la defensa letrada, en particular.

VIGÉSIMO TERCERO: Se puede definir el derecho al debido proceso como


aquel que, franqueando el acceso a la jurisdicción, permite que el proceso se desarrolle
con todas las garantías esenciales, racionales y justas que contribuyan a un
procedimiento equitativo y no arbitrario. El TC lo define sosteniendo que “el
procedimiento legal debe ser racional y justo. Racional para configurar un proceso
lógico y carente de arbitrariedad. Y justo para orientarlo a un sentido que cautele los
derechos fundamentales de los participantes en un proceso” (STC R. 1838-10, c.10°).

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DOSCIENTOS QUINCE

Este es el concepto más popular para identificar un conjunto de garantías


procesales, orgánicas y penales que se manifiestan en la igual protección de la ley en
el ejercicio de los derechos, en todo tipo de asuntos, contradictorios o no, que se
tramitan ante tribunales ordinarios y especiales que ejerzan jurisdicción (Diccionario
Constitucional Chileno, García Pino y Contreras Vásquez, Ed. Tribunal
Constitucional, Chile, 2014, p. 245)

VIGÉSIMO CUARTO: En cuanto al derecho a la defensa letrada, tal como se


ha sostenido en los roles 376, 2279 y 3682, consiste en establecer la debida intervención
de un letrado en el procedimiento, lo cual no deje en la “indefensión a la parte
imputada de un ilícito”.

VIGÉSIMO QUINTO: Como se ha demostrado en el de curso del presente


laudo no es posible inferir de manera lógica que se vulnere alguna de las garantías
aducidas por la requirente, sino muy por el contrario no sólo el sistema que regla el
procedimiento ante la justicia militar parte con asumir el criterio de especialidad en
virtud del cual, las normas esenciales insertas en el provienen directamente de los
artículo 129 y 130 del Código de Justicia Militar, siendo el propio artículo 78 del
Código Procedimiento Penal una norma subsidiaria y subordinada a los mandatos de
las normas previamente citadas. Por otro lado, tampoco hay afectación alguna de
garantías constitucionales, en la medida que existen los resguardos e instancias
regulatorias que emanan del propio artículo 274 del Código de Procedimiento Penal,
atendida la naturaleza de dicha resolución, el cual esta amparado por el texto del
mismo cuerpo normativo en los artículo 278 y 278 bis, en cuanto al derecho a defensa
y en cuanto a la opción que quede sin efecto el auto de procesamiento, sin perjuicio
del control que realiza el órgano superior mediante las impugnaciones respectivas
propias de la normativa procesal penal.

IX.- CONCLUSIONES

VIGÉSIMO SEXTO: Que en mérito de lo anteriormente razonado, de los


precedentes citados y fundamentalmente que el auto de procesamiento dictado en la
causa de mérito seguida ante la Ministra en Visita Romy Rutherford FUE
REVOCADO (fs. 197), se rechaza el requerimiento deducido a fojas 1 y siguientes por
don Juan Carlos Manríquez Rosales en representación de Ricardo Martínez
Menanteau.

Y TENIENDO PRESENTE lo preceptuado en el artículo 93, incisos primero,


N° 6°, y decimoprimero, y en las demás disposiciones citadas y pertinentes de la
Constitución Política de la República y de la Ley N° 17.997, Orgánica Constitucional
del Tribunal Constitucional,

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DOSCIENTOS DIECISEIS

SE RESUELVE:

I. QUE SE RECHAZA EL REQUERIMIENTO DEDUCIDO. OFÍCIESE.

II. QUE NO SE CONDENA EN COSTAS A LA PARTE REQUIRENTE


POR ESTIMARSE QUE TUVO MOTIVO PLAUSIBLE PARA
LITIGAR.

DISIDENCIA

Acordada con el voto en contra de Ministro señor JOSÉ IGNACIO VÁSQUEZ


MÁRQUEZ quien estuvo por acoger el requerimiento, por las siguientes razones:

1.- Que el presente requerimiento de inaplicabilidad ha sido planteado por la


defensa de don Ricardo Martínez Menenteau, General de Ejército (R) y Ex
Comandante en Jefe del Ejército de Chile, en el marco de la gestión judicial seguida
en su contra ante el 2° Juzgado Militar de Santiago, I Fiscalía Militar (Ex VI Fiscalía
Militar), cuaderno “Empresas de Turismo y demás”, que es conocida por la Ministra
en Visita de la Corte Marcial del Ejército, Aviación y Carabineros, doña Romy
Rutherford Parentti.

2.- Que dicho requerimiento fue objeto de una admisibilidad parcial por parte
de la Primera Sala de esta Magistratura, por lo que finalmente el fundamento sobre
el cual se articula el cuestionamiento de constitucionalidad se circunscribe a los
artículos 140, incisos primero y segundo, del Código de Justicia Militar en relación
con el artículo 274 del Código de Procedimiento Penal. En tal sentido, las objeciones
planteadas por el requirente con relación a las normas indicadas se relacionan con lo
que en la presentación se identifica como “Capítulo I” y que alude a vulneraciones a
las garantías de un debido proceso, aspecto particular al cual se abocará la presente
disidencia.

3.- Que en primer término cabe indicar que respecto al artículo 140 del Código
de Justicia Militar, en el aspecto que se cuestiona, establece una regla de remisión en
lo referido a declaraciones del inculpado, careos e identificación del mismo inculpado
y sus circunstancias personales, a la regulación del Código de Procedimiento Penal,
cuerpo legal que ha sido objeto de análisis en diversos pronunciamientos de este
Tribunal Constitucional, en los cuales se han expuesto los cuestionamientos que
derivan de su estructura normativa enfrentado a las garantías constitucionales de los
justiciables. Tales observaciones resultan plenamente replicables en la especie, desde
que el tenor del precepto legal cuestionado obliga a que diligencias probatorias de la
mayor trascendencia para el devenir procesal del imputado, así como para el
desarrollo del proceso y la decisión jurisdiccional, queden sujetos a una regulación
legal con serias deficiencias en lo relativo al respeto y garantías de un debido proceso.

4.- Que, en efecto, nuestra jurisprudencia ha indicado en relación al Código de


Procedimiento Penal que los defectos de su regulación son reconocidos desde su

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DOSCIENTOS DIECISIETE

origen, tal como se desprende de su historia legislativa pues el mismo mensaje que,
allá por el año 1894, acompañó el proyecto de Código de Enjuiciamiento y mediante
el cual el Presidente de la República de la época, Jorge Montt, somete a la aprobación
del Congreso su texto indicaba: “Todos los argumentos aducidos en contra de este sistema
pueden resumirse en uno solo. El juez sumariante adquiere la convicción de la culpabilidad
del reo tan pronto como encuentra indicios suficientes en los datos que recoge. Este
convencimiento lo arrastra insensiblemente, y aún sin que él lo sospeche, no sólo a encaminar
la investigación por el sendero que se ha trazado a fin de comprobar los hechos que cree
verdaderos, sino también a fallar en definitiva conforme a lo que su convicción íntima le viene
dictando desde la instrucción del sumario”.

5.- Que tal reproche a la regulación procedimental, a que se remite el artículo


140 del Código de Justicia Militar, no hace más que poner en entredicho el desarrollo
de las diligencias reseñadas, las que como indicamos resultarán determinantes en el
derrotero del proceso judicial seguido contra del requirente. En tal sentido, no
podemos dejar de tener presente que los artículos 5º y 19 Nº 3 de la Constitución
Política de la República, consagran un mandato general de promoción y respeto los
derechos esenciales de la persona humana y en lo concreto, de garantizar un justo y
racional procedimiento e investigación, es decir de un debido proceso judicial, el cual
en el caso concreto no se condice con la existencia de un marco procedimental que
permite obviar estas exigencias y favorece el actuar al margen del estándar
actualmente exigible en materia de juzgamiento y respuesta punitiva estatal.

6.- Que, en el caso concreto, se expone como a partir de la aplicación del


precepto legal en comento, se ha podido someter a proceso al requirente luego de una
declaración indagatoria en la cual no pudo intervenir de manera activa su defensa
letrada, aspecto de particular trascendencia para un juzgamiento observante de las
garantías de un debido proceso. Por lo pronto la referencia del artículo 140 del Código
de Justicia Militar al Libro II del Código de Procedimiento Penal nos conduce a la
etapa de sumario del antiguo procedimiento inquisitivo, etapa de carácter secreto,
bajo la dirección exclusiva y excluyente del juez sustanciador y que admite, como en
el caso concreto el desarrollo de diligencias fundamentales al margen de garantías
básicas como la presencia e intervención de un abogado.

7.- Que al respecto no podemos olvidar que la Constitución otorga un


mandato al legislador para establecer siempre -en toda y en cualquier causa- las
garantías de una investigación justa y racional, sin perjuicio de tenerse presente que
en la génesis de esta norma se dejó constancia de cuales serían naturalmente algunos
de sus presupuestos mínimos, destacando dentro de ellos la publicidad de los actos
jurisdiccionales (STC Rol N° 1448 considerando 40°) y el derecho a buscar las fuentes
de prueba y poder intervenir en la formación de ellas (STC Rol N° 1718 considerando
10°). De este modo, como ha expresado esta Magistratura, la posibilidad de levantar
una defensa jurídica eficaz y de conocer las pruebas eventualmente incriminatorias a
fin de poder declarar con pleno conocimiento de causa, constituye para el afectado el

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DOSCIENTOS DIECIOCHO

contenido esencial del derecho fundamental al debido proceso, reconocido por el


Constituyente justamente por encontrar arraigo en las más antiguas tradiciones de la
Justicia.

8.- Que la adecuada defensa y asesoría de abogados forman parte de los


elementos que configuran el proceso previo racional y justo garantizado por el inciso
sexto del artículo 19 N° 3° de la Constitución. Así lo ha afirmado este sentenciador al
precisar que: “El derecho a un proceso previo, legalmente tramitado, racional y justo, que la
Constitución asegura a todas las personas, debe contemplar las siguientes garantías: la
publicidad de los actos jurisdiccionales, el derecho a la acción, el oportuno conocimiento de ella
por la parte contraria, el emplazamiento, adecuada defensa y asesoría con abogados, la
producción libre de pruebas conforme a la ley, el examen y objeción de la evidencia rendida, la
bilateralidad de la audiencia, la facultad de interponer recursos para revisar las sentencias
dictadas por los tribunales inferiores” (STC roles N°s 478, c. 14°; 699, c. 9°; 1448, c. 60°;
1968, c. 42°; 2381, c. 12°; 2743, c. 24°; 3309, c. 28° y 3119, c. 19°).

9.- Que en atención a lo señalado, este Tribunal Constitucional ha sostenido


en lo que atañe a la defensa jurídica que “se trata de un derecho fundamental de naturaleza
procesal que se proyecta, sustantivamente, como interdicción a la indefensión y, formalmente,
como principio de contradicción de los actos procesales.” (STC Rol N° 2029, c. 32°). Ha
agregado que “El derecho a la defensa está efectivamente garantizado por la Constitución,
pero debe ejercerse en conformidad a la ley” (STC Rol N° 977, c. 21°), pero aun cuando el
legislador pueda regular su ejercicio debe cuidarse de “no entorpecerlo o imponerle
requisitos irrazonables o injustificados” (STC Rol N° 2279, c. 2°). Y, de igual modo ha
indicado que “El derecho a la defensa jurídica debe poder ejercerse en plenitud, en todos y
cada uno de los estadios en que se desarrolla el procedimiento, en los cuales se podrán ir
consolidando situaciones jurídicas muchas veces irreversibles.” (STC Rol N° 376, c. 37°)

10.- Que por ello se ha sostenido “El derecho a la defensa jurídica y las condiciones
de libertad en las que debe verificarse la debida intervención del letrado en el procedimiento
constituyen piezas fundamentales en el justo y debido proceso y pertenecen a las más antiguas
tradiciones de la justicia y del derecho.” (STC roles N°s 621, c. 6°; 1602, c. 23° y 2381, c.
35°).

11.- Que la doctrina jurisprudencial reseñada es del todo coincidente con la


sustentada por el Tribunal Constitucional de España, el que luego de afirmar que el
derecho a la defensa y a la asistencia letrada forman parte de las garantías de un
proceso justo, ha puntualizado también que: “Este derecho tiene por finalidad, al igual
que todas las demás garantías que conforman el derecho en el que se integran, la de asegurar
la efectiva realización de los principios de igualdad de las partes y de contradicción, que
imponen a los órganos judiciales el deber positivo de evitar desequilibrios entre la respectiva
posición procesal de las partes o limitaciones en la defensa que puedan generar a alguna de
ellas la indefensión prohibida por el artículo 24.1 CE. Parámetros que no varían siquiera
cuando la intervención letrada en la instancia es, incluso, facultativa (…).” (STC 146/2007,
de 18 de junio).

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DOSCIENTOS DIECINUEVE

12.- Que, por tanto, la aplicación de una norma que en el caso concreto ha
permitido que se desarrolle una toma declaración indagatoria en ausencia de defensa
letrada, la que a su vez ha servido de fundamento para la decisión de someterlo a
proceso constituye una vulneración a las garantías de un debido proceso que justifica
una decisión en favor de la inaplicabilidad por inconstitucionalidad de la misma.

13.- Que, por otra parte, el segundo precepto legal declarado admisible
corresponde al artículo 274 del Código de Procedimiento Penal, precepto legal que se
refiere al sometimiento a proceso del inculpado luego de que el juez lo haya
interrogado. Como punto de partida para este análisis cabe indicar que los
planteamientos expuestos a propósito de la toma de declaraciones en el caso concreto
deben ser tenidos como primer argumento en favor de la inaplicabilidad por
inconstitucionalidad de este segundo precepto legal, considerando que es aquella
toma de declaraciones, con las deficiencias descritas, la que constituye el presupuesto
necesario para la decisión de procesar al inculpado.

14.- Que ahora bien, en lo que dice relación con este artículo 274 del Código
de Procedimiento Penal, cabe traer a esta fundamentación lo expuesto en la disidencia
de la STC 6472-19 oportunidad en que se precisó que la toma de declaraciones al
inculpado se convierte en el elemento central para decretar el procesamiento del
mismo, bastando para ello que el juez -que efectúa en forma personal, secreta y con
prescindencia de intervención de la defensa letrada el interrogatorio-, estime
justificada la existencia del delito y tenga presunciones fundadas de la participación
del inculpado en el delito. (c. 3)

15.- Que en la misma argumentación se expuso que resulta cuestionable que a


partir de una diligencia desarrollada en un contexto procedimental que carece de la
observancia a las garantías de un debido proceso, se decrete un estado procesal de
importantes efectos para los derechos del inculpado, los cuales estarán sujetos a las
restricciones que determine el juez a cargo y teniendo presente además que tal como
consigna el artículo 277 del Código de Procedimiento Penal, por el procesamiento, la
detención se convierte en prisión preventiva. En tal sentido, estando frente a una
resolución judicial con ingentes consecuencias para el devenir procesal del inculpado,
corresponde que la misma se adopte en un marco jurídico que asegure las garantías
del justiciable y donde no existan cuestionamientos desde la óptica del derecho a
defensa, tal como ocurre cuando ese interrogatorio se obtiene en secreto y con
prescindencia de la participación efectiva del defensor letrado del declarante. (STC
6472-19 c. 4)

16.- Que solo a modo de ilustrar la deficiencia de adoptar una medida de tal
entidad en un contexto procedimental de carente respeto a las garantías del debido
proceso, basta contrastar la prisión preventiva que deriva de la dictación del auto de
procesamiento bajo las normas del antiguo sistema procedimental penal, respecto de
lo que ocurre bajo el imperio del actual Código Procesal Penal, el cual recogiendo
expresamente en su artículo 139 el derecho constitucional de la libertad personal y la

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DOSCIENTOS VEINTE

seguridad individual consagrado en el artículo 19 Nº 7 de la Carta Fundamental, hace


procedente la solicitud de prisión preventiva por el Ministerio Público, de manera
excepcional, ante la insuficiencia de otras medidas cautelares y desde luego sujeto al
control y decisión de un tercero imparcial como es el tribunal de garantía, mediando
una audiencia oral, pública y contradictoria, con presencia y participación de la
defensa, todos aspectos que se encuentran absolutamente ausentes en el caso
sometido a conocimiento de esta Magistratura.

17.- Que por último y haciéndonos cargo del carácter concreto que tiene el
requerimiento de inaplicabilidad por inconstitucionalidad, lo que nos obliga a
considerar las circunstancias del caso concreto, lo cierto es que al momento de
desarrollar estos argumentos el auto de procesamiento del requirente ha sido
revocado por la Corte Marcial, tal como se advierte en resolución que ha sido
incorporada al expediente constitucional (a fojas 197) y que señala en términos
expresos “Por no reunirse de los antecedentes hasta ahora allegados al proceso, los requisitos
exigidos por el artículo 274 del Código de Procedimiento Penal, en tanto no se encuentra
acreditada la existencia y monto de los perjuicios efectivamente causados, se revoca el auto de
procesamiento apelado...”, pudiendo concluir entonces que los argumentos que
sustentaban una decisión de la mayor entidad, privativa de la libertad de una
persona, sustentada en los preceptos legales objeto del presente requerimiento, han
sido descartadas por el superior jerárquico, evidenciando la fragilidad que subyace a
la toma de una decisión de tal relevancia, cuando el contexto procedimental permite
que ello se lleve a cabo sin una rigurosa observancia de las garantías constitucionales
y en particular, de las que configuran un debido proceso.

18.- Que, como corolario de lo anterior, cabe indicar que la resolución antes
indicada ha sido confirmada por la Corte Suprema. En este contexto y por los
argumentos reseñados, el presente requerimiento de inaplicabilidad por
inconstitucionalidad debió ser acogido.

PREVENCIONES

Los Ministros señores CRISTIÁN LETELIER AGUILAR y MIGUEL ÁNGEL


FERNÁNDEZ GONZÁLEZ estuvieron por acoger parcialmente el requerimiento sólo en
la frase “declaraciones del inculpado, careos”, contenida en el artículo 140 del Código de
Justicia Militar, por lo expresado en los considerandos 5° a 12° de la disidencia
redactada por el Ministro señor José Ignacio Vásquez.

El Ministro señor RODRIGO PICA FLORES previene que concurre a lo resuelto


teniendo además presente:

1°. La inaplicabilidad es una acción constitucional que, impulsada y


declarada admisible, otorga al Tribunal Constitucional la potestad de resolver que la

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DOSCIENTOS VEINTIUNO

aplicación futura y eventual de un precepto legal en un caso concreto en litis resulta


contraria a la Constitución. Así lo consagra el artículo 93, inciso primero, Nº 6, de la
Carta Fundamental, que dispone que es atribución del Tribunal Constitucional
resolver la inaplicabilidad de un precepto legal cuya aplicación en cualquier gestión
que se siga ante un tribunal ordinario o especial, resulte contraria a la Constitución.
Para establecer el límite entre dicha facultad y el control de validez de actuaciones
judiciales debe tenerse presente que por la vía de la atribución de la jurisdicción que
hace nuestra Constitución Política en el artículo 76, la exclusividad del ejercicio de la
misma, y la regla de la inavocabilidad, además de las normas legales sobre nulidad
procesal y recursos de casación contenidas en el Código de Procedimiento y la regla
de competencia de la extensión contenida en el Código de Procedimiento Civil, resulta
evidente que de conformidad a la ley es la judicatura ordinaria quien tiene las
potestades de control sobre la validez de actuaciones procesales ya realizadas;

2°. Dentro de las garantías del derecho a defensa debe tenerse especialmente
presente lo dispuesto por el artículo 8° de la Convención Americana de Derechos
Humanos, al consagrar el “derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a
declararse culpable” , el “derecho del inculpado de defenderse personalmente o de
ser asistido por un defensor de su elección y de comunicarse libre y privadamente con
su defensor”, el “derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado
por el Estado, remunerado o no según la legislación interna, si el inculpado no se
defendiere por sí mismo ni nombrare defensor dentro del plazo establecido por la ley”
y “derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal”.

3°. Que, como lo señalara este Tribunal en sentencia Rol N° 2991, cons. 18°, a
propósito de la garantía del debido proceso, la disposición Octava Transitoria
constitucional que regula la entrada en vigencia gradual del sistema procesal penal
oral, “en nada obsta a la plena aplicación de las garantías judiciales penales del nuevo
Código Procesal Penal a las causas que se estuvieren tramitando o que se pudieran
iniciar con posterioridad a su entrada en vigencia por corresponder a hechos ocurridos
antes de ésta”. En tal sentido la revisión de ello y el velar por el cumplimiento de los
estándares de derechos humanos ya transcritos en materia de derecho a defensa y
asistencia letrada es una labor, y un deber, propio de los tribunales del fondo, en el
marco de la garantía de derechos fundamentales y en el marco de sus potestades de
control de validez de resoluciones y otras actuaciones judiciales, estando plenamente
dotados de potestades para ello.

Redactó la sentencia el Ministro señor NELSON POZO SILVA y la disidencia el


Ministro señor JOSÉ IGNACIO VÁSQUEZ MÁRQUEZ. Las prevenciones corresponden a
los Ministros señores MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ GONZÁLEZ y RODRIGO PICA FLORES.

Comuníquese, notifíquese, regístrese y archívese.

19
0000222
DOSCIENTOS VEINTIDOS

Rol N° 13.030-22-INA

20
0000223
DOSCIENTOS VEINTITRES

Nancy Adriana Yáñez Fuenzalida


Fecha: 21/11/2022

Cristián Letelier Aguilar


Fecha: 18/11/2022

José Ignacio Vásquez Márquez María Pía Silva Gallinato


Fecha: 17/11/2022 Fecha: 17/11/2022

Miguel Angel Fernández González Rodrigo Pica Flores


Fecha: 18/11/2022 Fecha: 21/11/2022

Daniela Beatriz Marzi Muñoz


Fecha: 18/11/2022

Pronunciada por el Excmo. Tribunal Constitucional, integrada por su Presidenta,


Ministra señora Nancy Adriana Yáñez Fuenzalida, y por sus Ministros señor
Cristian Omar Letelier Aguilar, señor Nelson Roberto Pozo Silva, señor José
Ignacio Vásquez Márquez, señora María Pía Silva Gallinato, señor Miguel Ángel
Fernández González, señor Rodrigo Patricio Pica Flores y señora Daniela Beatriz
Marzi Muñoz.

Autoriza la Secretaria del Tribunal Constitucional, señora María Angélica Barriga


Meza.

María Angélica Barriga Meza


Fecha: 21/11/2022

B9B6FCF2-9095-4718-839C-BDC8F5711263
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