Está en la página 1de 5

Los misterios que encierra

el monasterio de Santa
Clara de Lima

LUIS MARTÍN BOGDANOVICH — Arquitecto

El monasterio de Santa Clara, intitulado de Nuestra Señora de la


Peña de Francia, por una ermita que allí había, fue el quinto
convento femenino en fundarse en la capital.
Al momento de su erección ya había fundaciones agustinas,
concepcionistas, cistercienses y concepcionistas descalzas.

A solo dos años de su institución, el prestigio había crecido y la


población era de 150 monjas de velo negro y 35 de velo blanco,
número que con el tiempo fue incrementándose.

La venerable hermana Úrsula

Desde la fundación de este recinto monástico, los relatos de


santidad no se hicieron esperar.

Uno de los más recordados es el de la venerable hermana


Úrsula, quien vivió en este lugar como una negra criolla donada.
La venerable Úrsula de Jesucristo, nacida en Lima en 1604, fue
hija legitima de Juan de Castilla y de Isabel de los Ríos, negra
esclava de doña Jerónima de los Ríos.

Entró a los doce años y fue seglar hasta que un día cayó al pozo
que mandó a construir santo Toribio y al salir ilesa decidió
donarse al monasterio para desempeñarse como profesar. Ella
murió en 1666.

Se cuenta entre otras cosas que una noche estaba frente a la


imagen de un lienzo de Cristo crucificado, cuando tuvo la idea de
besarlo en la mano, pero por la distancia que la separaba no
pudo hacerlo. Cuando de pronto la imagen se desclavó y acercó
su mano a los labios de Úrsula, quien quedó atónita ante la
revelación.
¿Quién fue Jerónima de Jesús?

Otro personaje cuya memoria todavía perdura al interior del


cerco del monasterio es Jerónima de Jesús.

Cuenta la historia que cierta noche se le presentó un Cristo


crucificado de gran tamaño, y le dijo: “es mi voluntad que en
este lugar de la huerta se me erija un santuario y capilla, para
que mis esposas se retiren y tengan días señalados de ejercicios,
a modo de recolección”.

Don pedro López de Garate hidalgo y mercader, luego poseedor


de gran fortuna, compró la parte de la huerta que ocupaba el
santuario e hizo en corto tiempo una capilla y sacristía.

Terminada la obra, las religiosas no contaban con la imagen de


un Cristo de tamaño semejante al de la visión de sor Jerónima.

Por esos días, un seglar enfermo gravemente, que vivía en el


monasterio, llamó a su confesor, un fraile agustino, quien al
enterarse de lo que refería sor Jerónima se sintió aludido y
pensó que no podía ser otra imagen que la del Señor de Burgos
de su convento, cuya copia había mandado preparar para
llevársela a Santiago de Chile.

El Señor de Burgos es llevado en menos de 24 horas al


monasterio y fue recibido por la portería en medio de cantos
música y llevado en una solemne procesión al coro.
¿Cómo es por dentro el monasterio?

En el plano arquitectónico, el interior del monasterio era un


laberinto de calles pobladas con celdas monacales y pequeñas
ermitas, entre las que destacaba la del señor de Burgos.

Parte de este sector “urbano” debe existir aún en la actualidad,


aunque en mal estado de conservación, así como la extensa
huerta del convento.

Desafortunadamente, en 1924, siendo presidente don Augusto


B. Leguía, fueron demolidos la portada, la cúpula y el crucero de
la iglesia para rectificar el trazo de jirón Áncash.

La Iglesia varió contemporáneamente de ubicación cuando por


necesidades del tránsito tuvieron que orientarla mejor y anchar
su plazuela.

En la actualidad dicho recinto es ocupado por cerca de cincuenta


religiosas.

Dirección: Jirón Áncash cuadra 9

La iglesia solo abre para las misas conventuales a las 7 a.m.

Municipalidad De Lima

Gerencia De Cultura
Lugar De La Semana

También podría gustarte