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I.- TENEMOS UN SOLO MAESTRO: JESUCRISTO.

EN COMUNION CON LA PERSONA DE CRISTO

La IV asamblea general del sínodo de los obispos ha insistido mucho en el cristocentrismo. Podemos señalar
los dos significados de la palabra que se relacionan y se complementan.

El centro de la catequesis es una persona, la de Jesús de Nazaret, que ha sufrido y ha muerto por nosotros, y
que ahora resucitado, vive para siempre con nosotros, y la vida cristiana consiste en seguir a crist, en la
“saquela christi”.

El objeto esencial y primordial de la catequesis es, el “Misterio de Cristo”. Catequizar es, llevar a uno a
escrutar ese Misterio en toda dimensión. Se trata por lo tanto de descubrir a la persona de cristo el designio
eterno de Dios que se realiza en El. En este sentido, el fin definitivo de la catequesis es poner a uno no solo
en contacto sino en comunión, en intimidad con Jesucristo.

TRANSMITIR LA DOCTRINA DE CRISTO

el único que enseña es Cristo, permitiendo que Cristo enseñe por la boca. La preocupación de todo
catequista debe ser la comunicar, a través de sus enseñanzas y su comportamiento, la doctrina y la vida de
Jesús. Es lo que hace san pablo al tratar una cuestión de primordial importancia:”yo he recibido del señor lo
que os he transmitido” “mi doctrina no es mia”.

CRISTO QUE ENSEÑA

Esta doctrina no es cúmulo de verdades abstractas, es la comunicación Misterio vivo de Dios. Los evangelios
indican claramente los momentos en los que Jesús enseña, “Jesús hizo y enseño”.

EL UNICO “MAESTRO”

El que enseña como Jesús merece el titulo de único maestro.

ENSEÑANDO CON TODA SU VIDA

La majestad de Cristo que enseña, sus palabras, parábolas y razonamientos no pueden separarse
nunca en la vida y de su mismo ser. La vida entera de Cristo fue una continua enseñanza.
Solamente en intima comunión con El, los catequistas encontraran luz y fuerza para una
renovación autentica y deseable de la catequesis.

II.- UNA EXPERIENCIA TAN ANTIGUA COMO LA IGLESIA,

LA MISION DE LOS APOSTOLES

No son ellos los que han escogido seguir a Jesús, sino que Jesús es quien los ha elegido, quien
los ha guardado y establecido, ya antes de su pascua, para ellos vallan y den fruto y para que su
fruto permanezca, les confió la misión de hacer discípulos a todas las gentes.
LA CATEQUESIS EN LA EPOCA ACTUAL

Los apóstoles no tardan en compartir con los demás el ministerio del apostolado. Los apóstoles
asocian en su tarea de enseñar a otros “discípulos”; e incluso simples cristianos dispersados por la
persecución, iban por todas partes predicando la palabra. Sus numerosas cartas amplían y
profundizan su enseñanza. Así mismo las cartas de pablo, de Juan, de Santiago y de Judas son
otros tantos testimonios de la catequesis de la era apostólica.

Los evangelios que antes de ser escritos, fueron la expresión de una enseñanza oral, transmitida a
todas las comunidades cristianas, tienen más o menos una estructura catequética.

EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

La iglesia continúa esta misión de enseñar de los apóstoles y de sus primeros colaboradores,
obispos y pastores; en los siglos tercero y cuarto, consideraban enseñar de palabra, o escribir
tratados catequéticos. La catequesis ha mantenido la difusión y el camino de la iglesia en los
diversos periodos de la historia, en todos los continentes y en los contextos sociales y culturales
más diversos.

EN LOS CONCILOS Y EN LA ACTIVIDAD MISIONERA

El ministerio de la catequesis saca siempre nuevas estrategias de cada concilio. El concilio de


Trento dio lugar al “catecismo romano” que lleva además su nombre y constituye una obra de
primer orden. Las misiones constituyen un terreno privilegiado para la práctica de la catequesis, el
pueblo de Dios no ha cesado de educarse en la fe. La catequesis está unida a toda la vida de la
iglesia.

LA CATEQUESIS: DERECHO Y DEBER DE LA IGLESIA

Todo bautizado por el hecho de su bautismo, tiene el derecho de recibir de la iglesia una
enseñanza y una formación que le permita iniciar una vida verdaderamente cristiana.

TAREA PRIORITARIA.

Dios y los acontecimientos, que son otras tantas llamadas de su parte, invitan a la iglesia a renovar
su confianza en la acción catequética como una tarea primordial de su misión.

RESPONSABILIDAD COMUN Y DIFERENCIAL

La catequesis ha sido siempre, y seguirá siendo una obra de la iglesia entera, debe sentirse y debe
ser responsable. Los sacerdotes, religiosos y religiosas tienen ahí un campo privilegiado para su
apostolado.

RENOVACION CONTINUA Y EQUILIBRADA

La catequesis tiene necesidad de renovarse continuamente en un cierto en un cierto alargamiento


de su concepto mismo, en los métodos, en la búsqueda de un lenguaje adaptado, en el empleo de
nuevos medios de transmisión del mensaje. Para la catequesis, “la repetición rutinaria, que se
opone a todo cambio, por una parte, y la improvisación irreflexiva que afronta con ligereza los
problemas, por otra, son igualmente peligrosas.

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