Neurociencia

Neurociencias y Educación
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1. Introducción.
Concepto de neurociencia.
2. Neuromitos.
Sólo se utiliza el 10% del cerebro.
Cerebro derecho vs. cerebro izquierdo.
Estilos de aprendizaje.
Cerebro del hombre vs. cerebro de la mujer.
Periodos críticos de aprendizaje.
3. Modelo bilateral.
El hemisferio derecho.
El hemisferio izquierdo.
Funcionamiento de los hemisferios cerebrales.
4. Cerebro cognitivo y cerebro emocional.
El cerebro racional.
El cerebro emocional.
5. Resumen.

6. Bibliografía.

Introducción
Las neurociencias nacen de los pensamientos de
grandes filósofos. Hipócrates (460- 370 a.C.) decía que
“los hombres deben saber que, del cerebro, vienen las
alegrías, el placer, la risa, y también el sufrimiento y el dolor,
y a través de él adquirimos sabiduría y conocimiento”.
En la actualidad, Eric R. Kandel (premio Nobel del año
2000) afirma que “la neurociencia, con su capacidad de
enlazar la biología molecular y los estudios cognitivos,
ha hecho posible explorar el potencial humano para que
podamos entender qué nos hace lo que somos. Es posible
que el estudio de la memoria afecte a la pedagogía,
sugiriendo métodos de enseñanza basados en el modo
en el que el cerebro almacena conocimientos”.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que no
todo lo que aporta las neurociencias se ajusta al campo
educativo. Para ello, es fundamental mantener el criterio
y un equilibrio. Por tanto, es importante tanto diferenciar
entre lo comprobado, lo probable, lo especulado y las
generalizaciones erróneas, como evitar o eliminar los
neuromitos, diagnósticos o modismos.
Las exploraciones cerebrales realizadas a través de la
resonancia magnética y la tomografía permitieron, por
primera vez en la historia, analizar el cerebro mientras
que el individuo estaba vivo y consciente. Todas las
investigaciones y casos clínicos anteriores se habían
realizado en sujetos post mortem.
A partir de este gran avance, se desarrolló esta nueva
rama denominada neurociencia, como un modelo
interdisciplinar que aúna distintas disciplinas que
estudian el sistema nervioso y, en especial, el cerebro.
Es a finales del siglo XX cuando la investigación sobre
el cerebro se multiplica, dando lugar a multitud de
publicaciones científicas sobre el cerebro, surgiendo,
así, un amplio abanico de subdisciplinas.
En el campo educativo, también se generaron
investigaciones para poder relacionar los estudios
neurológicos con las ciencias de la educación
y su relación con el aprendizaje, dando lugar a la
neurociencia cognitiva.
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La neurociencia cognitiva es una rama de la neurociencia
que estudia las bases neurológicas de las capacidades
cognitivas, es decir, los procesos intelectuales
superiores (atención, memoria, pensamiento y procesos
complejos de percepción). De ahí, aparece el término
de neuroaprendizaje, siendo empleado para hacer
referencia al estudio del cerebro como órgano de
aprendizaje.
Evidentemente, no todo lo de las neurociencias debe
aplicarse al ámbito educativo, por ello es tan importante
el conocimiento del docente y, sobre todo, su carácter
crítico, para establecer los aspectos más relevantes
para la práctica pedagógica.
Concepto de neurociencia
El término neurociencia es relativamente reciente. Su
empleo corresponde a la necesidad de integrar las
distintas contribuciones que se han realizado a través
de la investigación científica para la comprensión del
funcionamiento del sistema nervioso. Por lo anterior, las
neurociencias reúnen todas las disciplinas que estudian
el sistema nervioso y, en especial, el cerebro, pero desde
diferentes perspectivas.
La neurociencia ha sido tradicionalmente clasificada
como una subdivisión de la biología, aunque realmente
se trata de una ciencia interdisciplinar, estrechamente
relacionada con otras disciplinas. En este sentido, la
neurociencia alberga un área de conocimiento que se
encarga del estudio del sistema nervioso, desde su
funcionamiento neuronal hasta el comportamiento.
Así, al hablar de neurociencias, se hace referencia
a todas las ciencias cuyo objeto de estudio es el
sistema nervioso humano, con un interés particular en
cómo la actividad cerebral se relaciona con la conducta
y el aprendizaje. Debido a ello, los avances que se han
dado en el campo de la neurociencia han incrementado
significativamente un aporte para el campo educativo.
Gracias a las exploraciones del cerebro realizadas
mediante imagen por resonancia magnética (IRM) y la
tomografía por emisión de positrones (PET) se ha podido
analizar el cerebro mientras la persona está consciente,
y ahí es cuando surge la rama de la ciencia que se
conoce como neurociencia.
Se podría definir neurociencia, en un sentido amplio,
como el estudio de las bases biológicas de la
conducta humana. Aunque, como se ha mencionado
anteriormente, no se reduce a una sólo disciplina, por
lo que se podría establecer la definición de neurociencia
como el conjunto de disciplinas científicas que estudian
el sistema nervioso, con la finalidad de comprender los
mecanismos que regulan el control de las reacciones
nerviosas y del comportamiento del cerebro. Esto, sin
olvidar que la neurociencia deber ser estudiada de
manera integrada y complementaria, para comprender
la complejidad del cerebro.

El propósito principal de las neurociencias es entender
cómo el encéfalo produce una individualidad en el ser
humano. Por tanto, este estudio del cerebro asegura
una gran revolución en el cambio de paradigma de cómo
entender al propio ser humano.
En la actualidad, la neurociencia se enfrenta a dos
grandes retos: el primero sería el de encontrar buenas
teorías e hipótesis que estructuren el conocimiento
disponible sobre el sistema nervioso, y, por otro lado,
encontrar los instrumentos necesarios para poder
comprobar dichas hipótesis u objetivos que previamente
se han establecido. Por esto, todo este conocimiento
y aprendizaje es el punto de partida, aunque aún queda
mucho camino por recorrer.
Teniendo en cuenta lo anterior, la formación en
neurociencia es necesaria, no solo para incrementar
el conocimiento en esta área, sino para poder aplicarlo
en numerosos campos. En general, el estudio sobre el
cerebro es útil para conocer su funcionamiento patológico
(enfermedades mentales), pero también abre un abanico
en otras áreas de trabajo, como la selección de personal,
el neuromarketing, la robótica, la educación, etc.
Neuromitos
Las investigaciones neurocientíficas han aportado
gran información sobre cómo aprende el cerebro. Sin
embargo, se producen errores en la transmisión de
esos conocimientos desde la neurociencia al ámbito
de aplicación, y muchos ejemplos se encuentran en el
ámbito que ocupa, la educación.
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Estos errores o falsas creencias resultan perjudiciales
para la práctica educativa, y, por lo tanto, se deben
conocer esos conceptos erróneos sobre la mente y el
cerebro. Esta concepción errónea sobre la interpretación
de datos científicos en el uso de la investigación cerebral
en educación y otros contextos es lo que se conoce
como neuromitos.
A lo largo del tema, se abordarán algunos de los falsos
mitos más extendidos, ya que algunos resultan de los
más dañino para una correcta aplicación en la práctica
pedagógica. Ante la proliferación de neuromitos, la
única solución para desterrarlos es recurrir a la reflexión
crítica y el rigor científico, y eso precisamente es lo que
pretende ofrecer el campo de la neurociencia.
Sólo se utiliza el 10% del cerebro
Seguramente se habrá escuchado alguna vez que “el
ser humano utiliza tan solo el 10% del cerebro”. Las
técnicas de visualización cerebral han demostrado que
la actividad cerebral es del 100%, aunque las distintas
regiones realizan una tarea de manera desigual, y, por
tanto, la energía invertida en procesos de aprendizaje
es diferente.
Cerebro derecho vs cerebro
izquierdo
La creencia más extendida sobre la dicotomía entre
hemisferios es que si se usa el hemisferio derecho se es
más creativo y menos racional, mientras que si se usa
sólo el hemisferio izquierdo la tendencia es a ser analítico.

En primer lugar, se debe entender un poco de la
especialización lateral del cerebro. Desde el punto de
vista de la biología evolutiva, el objetivo principal es tomar
decisiones que aseguren la continuidad de la especie. Es
un hecho irrefutable que ha permanecido en las especies
a lo largo del tiempo. Pero, a partir de ahí, no se puede
obviar que ambos hemisferios necesitan interaccionar
para lograr que una mente funcione correctamente.
En definitiva, el cerebro es único y existe una transferencia
de la información entre ambos hemisferios, a través de
fibras nerviosas, que constituyen el cuerpo calloso. Por lo
anterior, ambos hemisferios se usan de manera integrada.
Los estudios mediante imágenes han demostrado que la
creatividad es el producto de ambos hemisferios, incluso
que pueden potenciarse entre ellos. Es cierto que el
hemisferio derecho conecta con las imágenes circundantes,
pero, por ejemplo, es el izquierdo el que permite que a esas
imágenes se les asigne un nombre en particular, y ahí reside
ese trabajo mutuo entre ambos hemisferios.
En la educación cultural, se ha dado mayor importancia
a las acciones que realiza el hemisferio izquierdo, como
la aritmética, la palabra y la lógica, aunque, como se ha
mencionado, son necesarias las acciones que realiza el
hemisferio derecho para que la información forme un todo.
De ahí que las pruebas diagnósticas del CI se reduzcan al
campo lógico-matemático y a la parte lingüística.
Esta cultura de poner más énfasis en el lado izquierdo
del cerebro provoca que la educación sea unidireccional,
y, por tanto, en el sistema educativo, no se atiende al
desarrollo integral del ser humano. Si se hace un breve
recorrido por el sistema educativo, se puede observar
que en las primeras etapas escolares se trabaja más el
dibujo, el arte y los movimientos (tanto corporales como
manuales), pero, al finalizar el primer tramo de educación
primaria, aproximadamente en la preadolescencia, se
enfoca más en el plano abstracto, y es ahí donde los
jóvenes creativos quedan etiquetados como poco
productivos e incluso menos inteligentes. Esto, sin darse
cuenta de que la creatividad es una de las herramientas
más importantes para que se desenvuelvan en la etapa
adulta y, más aun, en la era digital actual.
En definitiva, el cerebro es complejo y exige una visión
real. Así mismo, ambos hemisferios realizan funciones
lógicas y creativas, por lo que resulta una integración,
no una exclusión.
Estilos de aprendizaje
Este mito hace referencia a que existen niños que son
más visuales, auditivos o cinestésicos, es decir, niños
que tienen una predisposición a aprender a través
de percepciones visuales, auditivas o mediante el
movimiento corporal o gestual. Esta creencia condujo
a crear programas específicos basados en la necesidad
de enseñar a los niños de manera selectiva, en función de
su forma de aprender. Estos programas no disponían de
base científica, sin embargo, proliferaron los programas
dirigidos a esta forma de sesgo en el aprendizaje.
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La realidad es que, aunque los individuos puedan tener
preferencias por un determinado estilo de aprendizaje,
no existen evidencias que demuestren la efectividad
de estas enseñanzas. Lo realmente importante para
la práctica educativa es conocer que los alumnos se
diferencian en sus habilidades respecto a un contenido,
por ello los formadores deben centrarse en pensar cómo
presentar el material en función del contenido, y no en el
estilo de aprendizaje de los alumnos.
Cerebro del hombre vs cerebro
de la mujer
A pesar de que biológicamente existen claras diferencias
anatómicas entre cerebro masculino y femenino, este
mito responde a construcciones culturales, ya que
ambos cerebros funcionan de la misma manera.
La fiel creencia de que el cerebro del hombre es más
racional, mientras que el de la mujer se considera
más emocional, es un tema que hay que abordar
con el rigor que requiere, ya que subyacen multitud
de problemáticas que se derivan directamente de la
relación hombre y mujer.
Las investigaciones arrojan datos que apuntan a que
la anatomía de ambos cerebros es la misma, pero, sin
embargo, la funcionalidad no es exactamente igual.
Por esto, se debe huir de las creencias o juicios que se
puedan tener en este sentido, y buscar respuestas en
las evidencias científicas que se poseen.
Los periodos críticos para
el aprendizaje
Aunque está demostrado que los niños son
especialmente sensibles al aprendizaje en
determinados periodos, esto no implica que no puedan
continuar aprendiendo. De hecho, el cerebro posee
la capacidad de estar en continuo cambio, que es lo
que se denomina plasticidad neuronal, aunque este
concepto se desarrollará más adelante.
Se entiende por periodo crítico a una etapa de
desarrollo durante la cual el sistema nervioso es
especialmente sensible a estímulos ambientales. La
ciencia ha realizado diversos estudios para ofrecer
una información veraz sobre este fenómeno. Para ello,
se centraron en el estudio del hipocampo del cerebro,
ya que se ha demostrado que este es necesario para
codificar los nuevos recuerdos.

En este sentido, sí se ha hallado la existencia de “periodos
críticos” para establecer los recuerdos de la infancia.
Además, durante este periodo, el hipocampo aprende
a procesar y almacenar de manera eficiente recuerdos
a largo plazo, a pesar de que se está hablando de una edad
muy temprana. En definitiva, los ejemplos más conocidos
de estos periodos sensibles se refieren a funciones
sensoriales, como la visión o la adquisición del lenguaje.
Por tanto, se puede concluir que, según la neurociencia y las
investigaciones en desarrollo neurológico, solo la primera
infancia puede ser considerada como la única época
especial de aprendizaje, además, que existen periodos
sensibles, pero no críticos. La construcción del cerebro no
es un proceso continuo, homogéneo y sincrónico consigo
mismo y con el tiempo, sino que el desarrollo cerebral se
produce de una forma asincrónica y tiene tiempos diferentes
para cada una de las habilidades y competencias que se
irán adquiriendo a lo largo de la vida.
Cada individuo aprende de manera natural en una etapa
específica de su desarrollo, pero, si no lo hace, podrá
hacerlo en un futuro. Gracias a la plasticidad que el cerebro
humano tiene a lo largo de la vida, y a que la estructura
y organización neuronal pueden cambiar físicamente
en función del ambiente, el cerebro está continuamente
adaptándose al entorno y transformándose para sobrevivir.
Sin duda, la primera infancia es una etapa crucial en
el desarrollo vital del ser humano, pues se desarrollan
muchas habilidades en esos primeros años. Estos
aprendizajes se irán perfeccionando, a través de la
práctica, mientras el ser humano se desarrolla y crece,
y, con el pasar de los años, algunos aprendizajes se
afianzarán, otros se volverán más eficaces y otros
simplemente desaparecerán. En eso consiste el proceso
de maduración del sistema nervioso y el cerebro.
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Modelo bilateral
Los dos hemisferios no son entidades separadas, pero
están conectados entre sí, a través del cuerpo calloso.
Además, existen multitud de neuronas que tienen el
núcleo de su célula, en un hemisferio, y extensiones, en
el otro hemisferio.
Los primeros estudios realizados sobre el rol dominante
del hemisferio izquierdo estaban basados en pruebas
realizadas en pacientes con lesiones cerebrales post
mortem. No fue hasta alrededor de 1960 cuando se
realizaron los primeros estudios a un solo hemisferio en
pacientes con el “cerebro separado”.
Producto de estos estudios, se estableció que en
el hemisferio izquierdo se asientan las principales
funciones del lenguaje, dando lugar al origen de la idea
de que el hemisferio izquierdo era el verbal, mientras
que el derecho era el no verbal. Otros experimentos
con este tipo de pacientes ayudaron a aclarar el rol del
hemisferio derecho, donde se demostró la superioridad
de este hemisferio para la visión espacial.
Fruto de estos y otros estudios y casos clínicos, surge
el neuromito que hace referencia a la diferenciación de
los hemisferios cerebrales. Sin embargo, las técnicas de
imagenología cerebral han demostrado que en ambos
hemisferios se activan áreas que trabajan juntas.
Un descubrimiento que aún puede parecer sorprendente
hace referencia a que el hemisferio dominante para el
lenguaje no está conectado a que la persona sea diestra
o zurda, que también es una idea muy difundida y, en
definitiva, otro neuromito.

Lo cierto es que hay algunas tareas que son dominadas
por un hemisferio determinado, pero la mayoría requiere
que ambos trabajen al mismo tiempo. Sin embargo, existen
diferencias estructurales entre ambos, por lo que cada uno
se especializa más en unos campos que en otros.
El hemisferio derecho
En general, el hemisferio derecho controla el lado izquierdo
del cuerpo. Si bien ninguna de las funciones pertenece solo
a un hemisferio, esta es la parte del cerebro que prioriza
la emoción, la creatividad, las funciones imaginativas
y musicales, el color y el espacio, y procesa la información
globalmente. Además, se encarga del pensamiento
intuitivo, de la situación en el espacio y de la organización
espacial de los objetos entre sí. Se podría decir que el
hemisferio derecho es el “¿qué?”.
En resumen, se podría decir que el hemisferio derecho:
• Procesa mayor cantidad de información en unidad
de tiempo, en comparación con el izquierdo, ya que
trabaja de una manera simultánea o paralela.
• Permite la comprensión de los hechos a través de
la vivencia o la intuición.
• Es holístico e interpreta el mundo como un todo.
• Es el responsable de la atención y memoria
no consciente.
• Es responsable de los procesos creativos en general.
El hemisferio izquierdo
El hemisferio izquierdo, al contrario que el derecho,
controla el lado derecho del cuerpo. Al igual que ocurre
en el derecho, las funciones pueden ser compartidas,
pero, en general, es el cerebro detallista, el académico.
Es el encargado de las habilidades mentales, como
las palabras, secuencias y los números. Se relaciona
con el pensamiento analítico, es racional y da sentido
del tiempo. Es el que se conoce como hemisferio
matemático y lingüístico. Se podría decir que es el
“¿cómo?”, a partir de capacidades lógicas y analíticas.
A modo de resumen, se dirá que el hemisferio izquierdo:
• Trabaja de una manera secuencial.
• Procesa la información simbólica, lenguaje verbal
y significados semánticos.
• Es analítico, lógico, cuantitativo y matemático.
• Es el responsable de la percepción, atención
y memoria consciente.
• Es responsable de las construcciones sociales.
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Funcionamiento de los hemisferios
cerebrales
En referencia al sector educativo, según los nuevos
descubrimientos aportados por la neurociencia, no se
pueden ignorar los beneficios que es posible obtener del
conocimiento sobre ambos hemisferios. Es importante
que el profesorado conozca estas diferencias
funcionales, para poder involucrar a todo el alumnado.
En este sentido, una buena educación estaría dirigida
a trabajar en el aula mediante la implementación de
estrategias, que incluyan la activación neuronal de
ambos hemisferios, que fomenten la estimulación
cerebral de manera global y que permitan una mayor
y mejor asimilación de los contenidos (Tabla 1).
La literatura especializada señala que los hemisferios
tienen funciones específicas, a pesar de que las
funciones cognitivas involucran un proceso integral del
encéfalo y otras partes del cuerpo. En la actualidad, está
aprobada la teoría de que hay diferencias funcionales
entre ambos lados del cerebro. Así, se puede determinar
que cada mitad del cerebro es capaz de percibir,
aprender, recordar y sentir, aunque se diferencian en el
modo que se procesa la información que recibe.
Es interesante mencionar que, en el plano emocional,
el hemisferio izquierdo reconoce antes las emociones
consideradas como positivas, mientras que el hemisferio
derecho capta con mayor rapidez las emociones que se
denominan negativas.
Cerebro cognitivo y cerebro
emocional
La relación entre cerebro y mente es una de las grandes
cuestiones que se han planteado a lo largo de la
adquisición del conocimiento humano. La neurociencia
cognitiva, haciendo uso del método científico, está
intentando contribuir a la comprensión de dicha relación.
Cuanto más se sepa sobre cómo funciona el cerebro,
más posibilidades se tendrán de usarlo correctamente,
a favor del docente y de los alumnos.
Como docentes, se debe asumir la responsabilidad
de ofrecer a los alumnos todo lo que necesiten para
que puedan desarrollar al máximo sus capacidades
y talentos. Para ello, es esencial conocer las funciones
específicas que desarrollan tanto el cerebro cognitivo
como el cerebro emocional. Aun teniendo todo esto en
cuenta, se debe recordar que mente y emoción forman
una simbiosis indisoluble.
“Tan negativa es la emoción desaforada
sin el freno de la razón, como la razón sin
el impulso de la emoción”.
Anónimo.

Hemisferio izquierdo
Responde a instrucciones
Verbales
Resuelve los problemas
De manera lógica y racional
Observa
Diferencias
Prefiere
Hablar, escribir e investigar
Prefiere
Opciones múltiples
Procesa
De forma lineal y analítica
Su lógica es
Explícita y consciente
Tabla 1. Esquema del funcionamiento de los hemisferios.
El cerebro racional
El cerebro racional o neocórtex es el que permite tener
conciencia y controla las emociones, a la vez que
desarrolla las capacidades cognitivas: memorización,
concentración, autorreflexión, resolución de problemas,
etc. El cerebro racional es lógico, y, por tanto, funciona
de manera sistemática y ordenada. Además, es el
que permite la comunicación verbal. Su forma de
aprendizaje es cognitiva, y su memoria declarativa, ya
que corresponde estructuralmente a los hipocampos. Es
la parte consciente del individuo, tanto a nivel fisiológico
como emocional.
El cerebro emocional
El cerebro emocional o sistema límbico es el almacén
de las emociones y los recuerdos. En él se encuentra la
amígdala, y entre sus funciones están el miedo, la rabia,
el amor maternal, las relaciones sociales y los celos. El
cerebro emocional es irracional e impulsivo. Su forma de
aprendizaje es asociativa, y su memoria es emocional, ya
que depende directamente de la amígdala.
Resumen
La neurociencia es un concepto relativamente joven,
pero, en los últimos años, han proliferado multitud
de estudios enfocados en el estudio del cerebro y su
relación con el desarrollo y comportamiento humano.
Gracias a las exploraciones del cerebro realizadas
mediante imagen por resonancia magnética (IRM) y la
tomografía por emisión de positrones (PET) se ha podido
analizar el cerebro mientras la persona está consciente,
lo que ha incrementado el valor de los resultados de
las investigaciones.
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Hemisferio derecho
Responde a instrucciones
No verbales
Resuelve los problemas
A través de la intuición y observación de
patrones
Observa
Similitudes
Prefiere
Dibujar, escuchar y ver imágenes
Prefiere
Preguntas abiertas
Procesa
De forma simultánea y sintética (holístico)
Su lógica es
Implícita e inconsciente
Neurociencia hace referencia al estudio de las bases
biológicas de la conducta humana, pero no se reduce
a una sólo disciplina. Por esto, se podría establecer la
definición de neurociencia como el conjunto de disciplinas
científicas que estudian el sistema nervioso, con la finalidad
de comprender los mecanismos que regulan el control de
las reacciones nerviosas y del comportamiento del cerebro.
Esto, sin olvidar que la neurociencia deber ser estudiada
de manera integrada y complementaria, para comprender
la complejidad del cerebro.
El propósito principal de las neurociencias es entender
cómo el encéfalo produce una individualidad en el ser
humano. Por tanto, este estudio del cerebro asegura
una gran revolución en el cambio de paradigma de
cómo entender al propio ser humano, en especial, en el
ámbito educativo.
Debido a la necesidad de incluir los resultados arrojados
por la neurociencia en el paradigma educativo, se
ha observado que es vital, por parte de la comunidad
educativa, una “alfabetización científica”. Para ello, es
de gran riqueza estudiar por separado las estructuras,
las patologías, las bases biológicas y las funciones,
pero, hay que integrar todos estos conocimientos para
adquirir una visión holística y global del funcionamiento
y comportamiento humano.
Además, todo este conocimiento requiere un análisis
crítico por parte del formador, ya que este tiene que
basarse en resultados refutados con el rigor científico,
para evitar malas interpretaciones de estos resultados,
los llamados neuromitos.
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Las neurociencias también han permitido entender cómo

se piensa y se siente a través de esa simbiosis existente
Bibliografía
entre el cerebro racional y el cerebro emocional. El 1. Blanco, C. (2014). Historia de la Neurociencia: el
cerebro emocional se encuentra estructuralmente en el conocimiento del cerebro y la mente desde una
sistema límbico, y está relacionado con la memoria y el perspectiva interdisciplinar. Biblioteca Nueva.
aprendizaje. En esta zona se encuentra la amígdala, que
2. Mora, F. (2014). Neuroeducación. Alianza Editorial.
es la responsable de los recuerdos.
3. Redolar, D. (2015). Neurociencia cognitiva. Editorial
Las conexiones neuronales de los pensamientos están médica panamericana.
conectadas a las emociones, por lo que se demuestra 4. Guillén, J. Escuela con cerebro. Disponible en
la relación entre el neocórtex y el sistema límbico, no https://escuelaconcerebro.wordpress.com/
pudiendo funcionar de manera independiente uno de
5. Sociedad Española de Neurociencias (SENC).
otro. Producto de esa conexión, surge lo que se conoce
Disponible en http://www.senc.es
como inteligencia emocional, un sistema de habilidades
o actitudes para entender los sentimientos y gestionar
las emociones.