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CREPÚSCULO DE LOS ÍDOLOS. F.W.

Nietzsche

Introducción a la obra:

Como hemos visto el estilo de Nietzsche es bastante provocativo, él filosofa “a martillazos”, “a golpes” para
romper con el estilo sistemático de la tradición filosófica. No filosofa uniendo argumentos, no quiere entrar en
el dominio de la razón, sino que lo hace a golpes, transgrediendo el lenguaje. Su obra es fundamentalmente no-
conceptual, además hace uso de sus conocimientos filológicos: utiliza metáforas, aforismos, fábulas, hipérboles,
preguntas retóricas, antítesis, utiliza la ironía, el sarcasmo, utiliza insultos, burlas, para provocar de manera
inteligente…Su filosofía era dinamita, hacía afirmaciones tan tajantes que sus contemporáneos no entendieron
su estilo. Lo que pretendía era impactar al lector.

Nietzsche define este libro como una completa introducción al conjunto de su filosofía. La obra consta de diez
apartados, pero nosotros aquí analizaremos cinco (los 3 primeros capítulos son una crítica a la metafísica,
a la razón, a la ciencia y, los 2 últimos son una crítica a la moral y a la religión):

•“El problema de Sócrates”: comienza con la crítica a Sócrates que inicia la decadencia del espíritu de la
tragedia griega en occidente, se decanta por lo apolíneo, el orden, la luz, la razón y rechaza lo dionisíaco.

•“La razón en la filosofía”: este capítulo es una crítica a la metafísica occidental que, por miedo a lo
problemático y terrible de la vida, ha construido un mundo perfecto que en realidad es nada, una ficción. Al
mismo tiempo, se critica la manera de proceder de los filósofos: tienen miedo al devenir, a la realidad
cambiante, por eso, inventan un mundo eterno, permanente, inmutable; inventan conceptos y piensan que son
verdades universales; rechazan los instintos, los sentidos, el cuerpo; solo aceptan la razón y piensan que expresa
la verdad, no se dan cuenta de que el lenguaje falsea la realidad, de que se basa en ficciones; confunden lo
último con lo primero (p.e. Dios),…El único griego auténtico, para Niet., es Heráclito.
Nietzsche aclara, además, cuál es el origen de los errores de la metafísica y los halla en el lenguaje.

•“Cómo el mundo verdadero acabó convirtiéndose en una fábula”: aquí Niet. nos da su versión de la historia
de la filosofía: es la historia de un error, de una mentira. Explica cómo ha ido degenerando el mundo verdadero,
el mundo de las Ideas, inventado por Platón en diversas etapas: Platón, cristianismo, Kant, positivismo,
nihilismo, Zaratustra.

•“La moral como contranaturaleza”: se hace una crítica a la moral tradicional cristiana por ser una moral
antivital, antinatural, que niega la vida, extirpa las pasiones, los instintos, es una moral decadente. Por el
contrario, Niet. apoya una moral natural, vital, que afirma la vida, los instintos.

•“Los mejoradores de la humanidad”: aquí Niet. hace referencia a los mejoradores, en sentido irónico, se
refiere a la moral tradicional cristiana que ha pretendido mejorar a los humanos pero, en realidad, ha hecho todo
lo contrario, los ha convertido en enfermos, débiles, decadentes.

Con este título “Crepúsculo de los Ídolos” Nietzsche quiere mostrar cómo los viejos ídolos de occidente
comienzan a decaer. “Crepúsculo” significa decadencia, son las sombras que quedan ocultas por el sol. Por
“ídolos”, entiende Nietzsche todos los falsos dioses, todas las falsas creencias, verdades, conceptos, sobre las
que se asienta la cultura occidental. Así pues, el título significa que ha llegado el fin de todas las verdades,
conceptos, dioses,…que ha creado la cultura occidental, ha llegado el momento de darnos cuenta de que todo
ha sido un fábula, un error. Se necesita acabar con todo esto porque mata lo vivo. Encontramos aquí la crítica
demoledora de Nietzsche a la metafísica, a la filosofía, a la ciencia, a la moral y a la religión. Comenzando
por Sócrates y Platón, continuando con el cristianismo y terminando con filósofos como Descartes o Kant, y el
positivismo, Nietzsche rechaza un pensamiento que juzga terminal y al que conviene empujar definitivamente

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al abismo del nihilismo. La cultura occidental, según él, sintió horror al devenir de Heráclito y prefirió inventar
un mundo “verdadero”, fuera de nuestro alcance, como Platón, o divino, como el cristianismo.

EL PROBLEMA SÓCRATES

1.- Sobre la vida, en todas las épocas los más sabios han pronunciado siempre el mismo juicio: "No vale
nada." Siempre y en todas partes se ha oído de su boca el mismo sonido, un sonido lleno de duda, melancolía
y cansancio de la vida, lleno de oposición contra la vida. Incluso Sócrates dijo al morir: "Vivir significa estar
enfermo mucho tiempo; le debo un gallo a Asclepio (Esculapio) por mi curación." El mismo Sócrates, estaba
cansado de vivir. ¿Qué se demuestra con esto? En otro tiempo se dijo (sí, se dijo, y bastante alto, y nuestros
pesimistas los primeros): "Aquí, en todo caso, algo ha de ser verdadero." ¿Hemos de decir nosotros lo mismo?
¿Tenemos derecho a decirlo? ¿El consensus sapientium (consenso de los sabios) demuestra la verdad? "Aquí,
en todo caso, debe haber algo enfermizo." Nosotros respondemos: a estos sapientísimos de todos los tiempos
habría que examinarlos de cerca. ¿Quizá ya ninguno de ellos estaba firme sobre las piernas? ¿Eran tardíos?
¿Se tambaleaban? ¿Eran decadentes? ¿Acaso la sabiduría en la tierra no se parece a un cuervo a quien le
entusiasma un poco de olor a carroña?

Resumen aforismo 1:

•Nietzsche señala aquí la figura de Sócrates como el filósofo que inicia la decadencia, rompiendo el
equilibrio entre lo apolíneo y lo dionisíaco, decantándose por la razón, el orden la luz, lo apolíneo y
rechazando lo dionisíaco, las pasiones, la oscuridad, los instintos. Sócrates inicia la moral, la ética, domestica
al ser humano y reprime sus instintos, fomentando un resentimiento contra la vida.

•Los más sabios, los filósofos se pronuncian contra la vida, son antivitalistas. Un ejemplo de desprecio por
la vida lo encontramos en Sócrates cuando pronuncia antes de morir que la vida es una enfermedad (dice
que tras su muerte se ofrezca un gallo como ofrenda a Asclepio, dios de la medicina, como agradecimiento por
haberle curado de la enfermedad que es la vida con la muerte).

•Los más sabios buscaban la verdad en mundos trascendentes, fuera de este mundo, pero esta era una señal de
decadencia pues despreciaban la vida de esta tierra, eran débiles, enfermos, sólo podían sobrevivir negando el
caos de la vida, negando el dolor, la muerte, la destrucción, inventando otro mundo más perfecto (Niet. hace
referencia a la metáfora del cuervo: la sabiduría se interesa, como el cuervo, por el olor a carroña, esto es, se
interesa más por la muerte que por la vida pues se supone que cuando muramos iremos a un mundo mejor)

2.-En mí, esta irreverencia de creer que los grandes sabios son tipos-de-la-decadencia surgió por primera vez,
realmente, en un caso en que a tal irreverencia se opone del modo más absoluto el prejuicio de los doctos y de
los indoctos; yo reconocía que Sócrates y Platón son síntomas de decadencia, instrumentos de la disolución
griega, pseudogriegos, antigriegos (El nacimiento de la tragedia, 1872). Ese consensus sapientium no
demuestra en modo alguno que tuviesen razón en las cosas en que estaban de acuerdo; demuestra, antes bien,
que aquellos muy sabios tenían en común algún elemento fisiológico que les inducía a tomar una actitud
negativa frente a la vida, a "tenerla que adoptar". Los juicios, los juicios de valor sobre la vida, a favor o en
contra, no pueden, en última instancia, ser verdaderos nunca; tienen el valor de síntomas, y como síntomas

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deben ser tratados; en sí mismos no son más que estupideces. Es preciso extender la mano y palpar esta
sorprendente finesse (finura): el valor de la vida no puede ser apreciado. No puede ser apreciado por nosotros,
vivientes, porque un vivo es parte en la causa, objeto de disputa y no juez. Y los muertos tampoco juzgan, ya se
sabe. El que un filósofo se plantee el problema del valor de la vida, es ya una objeción contra dicho filósofo,
una puesta en duda de su sabiduría, una falta de sabiduría. Pero entonces: ¿es que todos esos sabios no son
más que unos decadentes? ¿Es que ni siquiera fueron sabios? Pero quedémonos en el problema de Sócrates.

Resumen aforismo 2:

•Afirma que Sócrates y Platón son síntomas de decadencia, son falsos griegos (pseudogriegos, antigriegos),
destruyen el espíritu de la tragedia griega (en la tragedia se supo captar la verdadera expresión de la vida, no
huían de los aspectos tristes de la vida, la afirmaban tal y como era, armonizaban lo apolíneo y lo dionisíaco).
Sin embargo, Sócrates y Platón, tenían una actitud de negación ante la vida, no aceptaban los aspectos tristes de
la vida, lo dionisíaco. Además, hacían juicios de valor sobre la vida y pensaban que esos juicios que hacían eran
verdaderos. Pero, según Nietzsche, no podemos hacer juicios sobre la vida, valorarla objetivamente desde fuera,
ya que nosotros formamos parte de ella, estamos en ella. La vida, en definitiva, hay que vivirla, no hay que
juzgarla, valorarla o buscarle un sentido. Cuando un filósofo valora la vida lo que demuestra es su falta de
sabiduría.

3.-Sócrates era del más bajo origen. Sócrates era plebe. También se sabe que era feo. La fealdad, que para
nosotros es ya una objeción, para los griegos era casi una refutación. Y aún podemos preguntar: ¿era Sócrates
griego? La fealdad deriva frecuentemente de un cruce o mestizaje. En otros casos, de la decadencia. Los
criminalistas antropólogos nos dicen que el delincuente típico es feo: monstrum in fronte, monstrum in animo
(monstruo de aspecto, monstruo de alma). Pero los delincuentes ¿son decadentes? ¿Fue Sócrates el delincuente
típico? Se refiere a que un extranjero que entendía de rostros, experto en fisonomía, pasando por Atenas, dijo
a Sócrates cara a cara que era un monstruo, que albergaba dentro de sí los peores vicios e inclinaciones.
Sócrates se limitó a responder: "Me conocéis, señor."

Resumen aforismo 3:

•Cuando Niet. hace referencia a que Sócrates era plebe, no se refiere a su pertenencia a su clase social sino
a su falta de nobleza de carácter, a su inexistente fuerza vital, a su débil voluntad de poder, que le
impedían experimentar la vida intensamente.

•Cuando habla de la fealdad de Sócrates, no se refiere a su apariencia o aspecto físico sino que refleja la
decadencia, su ausencia de fuerza vital, su voluntad de poder débil, que es incapaz de combatir la vida,
que tiene resentimiento hacia la vida. La belleza griega estaba estrechamente vinculada con la nobleza (que
se identificaba con el poderoso, fuerte, veraz, feliz).

•Respecto a los criminalistas antropólogos, Niet. dice que éstos podían predecir la tendencia de una persona a
cometer actos delictivos según fueran sus rasgos físicos (si eran feos). Esto le sirve para arremeter, otra vez,
contra Sócrates: como era feo era un delincuente, es decir, era un decadente, su peor vicio o inclinación
era ir contra la propia vida.

4.- Lo decadente en Sócrates está revelado no sólo por la disolución y confesada anarquía de los instintos,
sino también por la superfetación de lo lógico y aquella malignidad de raquítico que lo distinguía. No hay que

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olvidar tampoco aquellas alucinaciones auditivas, interpretadas en un sentido religioso como el "demonio" de
Sócrates. Todo en él era exagerado, bufo, caricatura. Todo era al mismo tiempo oculto, repleto de equívocos,
subterráneo. Yo trato de discernir de qué idiosincrasia proviene aquella ecuación socrática: razón
=virtud=felicidad; aquella ecuación, la más extravagante que ha existido, que tiene particularmente contra sí
todos los instintos de los antiguos helenos.

Resumen aforismo 4:

•Continúa Niet. con la crítica a la metafísica y a Sócrates como el iniciador de la decadencia. Su decadencia
se ve reflejada por:

-la anulación o disolución de los instintos; el control de la razón sobre la anarquía de los instintos.
-la “superfetación de lo lógico”: se refiere al abuso de lo lógico, de lo racional, a la hegemonía de la razón.
Sócrates reduce el mundo a algo lógico pero, el mundo, la realidad, según Niet. se resiste a la lógica.
-la “malignidad de raquítico”: la interpretación del mundo que hace Sócrates es raquítica, limitada,
reducida. Sócrates establece una única interpretación de la realidad como válida, la racional, negando así
la existencia de múltiples interpretaciones.
-el “demonio” o “demon” de Sócrates: era una especie de voz interior de Sócrates que le aconsejaba en
momentos de duda sobre la decisión correcta que tenía que tomar. Niet. critica esa especie de “voz de la
conciencia” que reprime los instintos.
-cuando afirma que todo en Sócrates era “bufo”, “subterráneo”, “oculto”,… vuelve a referirse a la decadencia
de Sócrates por su resentimiento hacia la vida.
-la ecuación de Sócrates: la razón=virtud=felicidad: Sócrates se decanta por lo apolíneo, por la razón, el
orden, la luz y rechaza lo dionisíaco, los instintos, las pasiones, la oscuridad, lo irracional…Rompe con esto
el espíritu de la tragedia griega donde se complementaban los dos elementos, lo dionisíaco y lo apolíneo.

5.- Con Sócrates, el gusto griego da un cambio brusco a favor de la dialéctica: ¿qué sucede aquí propiamente?
Ante todo, con esto queda vencido un gusto aristocrático; la plebe se sitúa arriba con la dialéctica. Antes de
Sócrates se rechazaban en la buena sociedad las maneras dialécticas: se las consideraba como malas maneras,
ponían en ridículo. A la juventud se la prevenía contra ellas. También se desconfiaba de toda presentación
semejante de las razones de cada cual. Las cosas honradas, lo mismo que las personas honradas, no llevan sus
razones en la mano de ese modo. Es indecente exhibir todos los cinco dedos. Es poco valioso lo que tiene que
ser demostrado. En cualquier lugar en que la autoridad sigue formando parte de la buena costumbre, en que
no “se dan razones”, sino que se dan órdenes, dialéctico es una especie de gracioso: se ríen de él, no lo toman
en serio.-Sócrates fue el gracioso que se hizo tomar en serio: ¿qué sucedió aquí propiamente?-

Resumen aforismo 5:

•La dialéctica, el método iniciado por Sócrates, era el arte del diálogo, el arte de argumentar y de dar a luz la
verdad mediante la razón (cada uno podía encontrar en su interior la verdad). Sócrates es el iniciador de la
moral, buscaba definiciones universales y verdaderas de los conceptos morales. Nietzsche criticará esto pues
Sócrates es decadente, suplanta los instintos por la razón. Además, los conceptos son ficciones y no existe la
verdad. Sócrates no supo aceptar lo dionisíaco por ser un espíritu débil y quiso seducir a los jóvenes, de la única
manera que le era posible, a través de la dialéctica, hablando y polemizando dialécticamente con el adversario.

•Antes de Sócrates el arte de argumentar era considerado como “malas maneras”, como algo negativo, como
una muestra de mala educación, porque la gente honrada, noble, no tenía por qué exhibir de modo público sus
razones.

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•Para Nietzsche la ironía de la dialéctica era una muestra de resentimiento de Sócrates hacia aquellos
mejores que él, a los que intentaba dejar en ridículo en público, como no podía vencerlos con la acción
los vencía con las palabras. Para Nietzsche Sócrates era un payaso que divertía a la gente.

6.- Sólo se acude a la dialéctica cuando no se tiene ningún otro medio. Ella despierta la desconfianza, es poco
convincente; nada es más fácil de destruir que sus efectos, como lo demuestra un poco de experiencia en una
asamblea donde se pronuncian discursos. La dialéctica sólo puede ser legítima defensa en las manos de quienes
no tienen ya otras armas. Es necesario que uno tenga que obtener por la fuerza su derecho: antes no se hace
ningún uso de ella. Por esto los judíos fueron dialécticos. También el zorro Reinecke. ¿Y también Sócrates?

Resumen aforismo 6:

•Niet. continúa con la crítica a la dialéctica socrática, recurso que utilizan los débiles que no pueden vencer con
la acción ni con otras armas a los fuertes. La dialéctica despierta desconfianza, mediante el parloteo y la
argumentación se intenta convencer, seducir, a los demás para salirse uno con la suya. Esto es lo que
hicieron Sócrates, los judíos y el zorro Reinecke (un personaje de fábula travieso y astuto que representaba al
burgués que vencía mediante su parloteo a la aristocracia).

•Niet. estará a favor de los veraces, los valientes, los que luchan, los nobles, los que afirman la vida tal y como
es y no tienen miedo. Estará en contra de los débiles, de los decadentes, de los que no soportan ni hacen frente
al sufrimiento de la vida, al dolor, de los que inventan mundos ficticios permanentes, perfectos y seguros, de
los que sienten resentimiento hacia la vida.

7.- ¿La ironía de Sócrates expresa rebelión o resentimiento plebeyo? ¿Sacia, en calidad de oprimido, su propia
ferocidad con las cuchillas del silogismo? ¿Se venga de los nobles, a quienes fascina? El dialéctico tiene en
sus manos un instrumento implacable; con él se puede ejercer la tiranía; poner en ridículo al vencer. El
dialéctico deja a su adversario el cuidado de probar que no es un idiota: le pone furioso y al mismo tiempo le
priva de toda ayuda, le deja sin recursos. El dialéctico priva de potencia el intelecto de su adversario. La
dialéctica en Sócrates, ¿será sólo una forma de la venganza?

Resumen aforismo 7:

•Con la ironía de Sócrates se refiere otra vez a la dialéctica. Para Niet. esta ironía es otra muestra del
resentimiento plebeyo, débil, de Sócrates hacia aquellos que son mejores que él, a los que intenta dejar en
ridículo en público. Detrás de la dialéctica socrática no hay un deseo sincero de encontrar la verdad sino un
deseo de venganza hacia los fuertes, hacia los nobles.

8.- Ya he explicado por qué era Sócrates repulsivo; razón de más para explicar por qué fascinaba. Había
descubierto una nueva especie de "agon" (competición), de lucha, y fue el primer maestro de esgrima para los
círculos aristocráticos de Atenas. Fascinó excitando el instinto de lucha de los helenos; aportó una variante en
la lucha de la palestra entre hombres jóvenes y adolescentes. Fue también un gran erótico.

Resumen aforismo 8:

•Aquí Niet. se pregunta por qué Sócrates fascinaba:

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-por un lado, introduce una nueva concepción de “agon” o lucha: antes de Sócrates, ya se había entendido
este concepto de lucha; Heráclito lo había entendido muy bien, para él la realidad es continuo cambio, contínua
lucha de contrarios. Pero Sócrates pervierte este significado e introduce otro, para él la lucha es la lucha
lingüística mediante la dialéctica para encontrar la verdad. Este es un síntoma de decadencia para Niet.
pues Sócrates se decanta por la razón, por lo lógico, para encontrar verdades estáticas, permanentes, absolutas,
pero estas no existen; esta búsqueda de la verdad es un síntoma del miedo y de la inseguridad ante la vida y ante
la realidad cambiante y caótica. Es un autoengaño, una mentira, que sirve a los débiles para inventar mundos
metafísicos, trascendentes, y es Sócrates el iniciador de este autoengaño que continuará en occidente.

-fue un gran erótico: aquí se refiere a las características que posee Eros, dios del amor, en el diálogo platónico
de El banquete (amor hacia la sabiduría y hacia lo bueno, hacia el bien).

9.- Pero Sócrates adivinó aún más. Vio en el fondo de sus nobles atenienses: comprendió que su caso de
decadencia personal no era un caso excepcional. El mismo tipo de decadencia se preparaba en todas partes
en silencio. La antigua Atenas caminaba hacia su final. Y Sócrates comprendió que todos tenían necesidad de
él, de sus remedios, de sus cuidados, de sus artificios personales para la conservación de sí mismo. En todas
partes los instintos estaban en anarquía; en todas partes se estaba a un paso de la depravación; el monstrum
in animo era el peligro general. "Los impulsos quieren ser tiranos; se debe encontrar un tirano contrario, que
sea más fuerte ..." Cuando el fisonomista de que hablamos arriba reveló a Sócrates lo que éste era, un antro de
malos impulsos, la respuesta fue: "Es verdad; pero he llegado a ser dueño de ellos." ¿Cómo llegó Sócrates a
ser dueño de sí mismo? Su caso en el fondo no fue más que el caso extremo, el que más saltaba a la vista de lo
que entonces comenzó a ser la miseria general: nadie era dueño de sí mismo, los instintos se volvían unos
contra otros. Sócrates fascinó por lo exagerado: su fealdad inspiraba miedo; fascinó, más obviamente, como
respuesta, como solución, como apariencia de cura.

Resumen aforismo 9:

•Niet. aquí dice que se preparaba una decadencia generalizada en Atenas por el desenfreno de los instintos;
Sócrates también veía un peligro para la polis el relativismo y escepticismo de los sofistas. Así pues, Sócrates
ve que tiene el remedio para ese desenfreno: la razón y la represión de los instintos. Pero, en realidad, el
remedio fue peor que la enfermedad, fue una “falsa cura”, una cura errónea, aparente, según Niet. ya que
la enfermedad y la decadencia continuó en occidente (se creó un mundo ficticio, ordenado, perfecto, mediante
la razón pero esto es una gran mentira y va en contra de la propia vida, de la propia realidad).

10.- Cuando hay necesidad de hacer de la razón un tirano, como en el caso de Sócrates, el peligro no es pequeño
de que cualquier otra cosa se vuelva también tirano. Una vez que la racionalidad fue descrita como salvadora,
ni Sócrates ni sus enfermos tuvieron más remedio que ser racionales - fue de rigor, era su último recurso. El
fanatismo con que todo el pensamiento griego se aferró a la racionalidad revela un estado de necesidad: se
estaba en peligro, había sólo una elección posible: o hundirse o volverse absurdamente racionales. El
moralismo de los filósofos griegos a partir de Platón está patológicamente condicionado, así como su
valoración de la dialéctica. Razón= virtud= felicidad significa simplemente: debemos hacer como Sócrates y
levantar una luz permanente contra las tinieblas, contra los apetitos oscuros: la luz de la razón. El hombre
debe ser a toda costa inteligente, claro, lúcido, ya que cada concesión a los instintos conduce a lo desconocido,
a lo inconsciente, conduce hacia abajo...

Resumen aforismo 10:

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• Sócrates se decanta por lo apolíneo, por el orden, por la razón. Esta se convierte en salvadora y tirana (todo se
ciñe a la razón y se rechazan los instintos, lo dionisíaco). Esta manera de aferrarse a la razón surgió por la
situación de desorden y anarquía que existía en la época de Sócrates. El moralismo y la dialéctica a partir de
Platón son síntomas de decadencia ya que se desprestigia esta vida, los instintos, las pasiones: lo oscuro, lo que
conduce hacia abajo, hacia lo instintivo y terrenal es desacreditado; la luz, la razón, nos impulsa hacia arriba,
hacia la verdadera realidad, hacia lo permanente, perfecto, eterno. Pero ya hemos visto que esto, para Niet. es
una gran mentira.

11.- He tratado de mostrar qué era lo fascinante en Sócrates: parecía un médico, un salvador. ¿Es todavía
necesario señalar el error que implicaba su creencia en la "racionalidad a toda costa"? Es un autoengaño por
parte de filósofos y moralistas creer que para salir de la decadencia es necesario hacerle la guerra. El salir de
la decadencia está más allá de sus fuerzas: lo que consideran remedio, tabla de salvación, no es en sí mismo
sino una expresión de la decadencia - cambian su expresión, pero no abren ninguna salida. Sócrates fue un
malentendido: toda la moral- del- mejoramiento, también la cristiana, fue un malentendido... La luz del día
más deslumbrante, la razón a toda costa, el vivir claros, fríos, cuidadosos, conscientes, sin instintos, en
oposición a los instintos, no fue más que una enfermedad, otra enfermedad y no un retorno a la "virtud", a la
"salud" o a la felicidad... Combatir los instintos: ésta es la forma de la decadencia: mientras la vida asciende,
felicidad es igual a instinto.

Resumen aforismo 11:

•Sócrates parecía que tenía el remedio, la cura, para el desenfreno de las pasiones: la razón y la represión de los
instintos. Pero, en realidad, el remedio fue peor que la enfermedad, fue una “falsa cura”, una cura errónea,
aparente, según Niet. ya que la enfermedad y la decadencia continuó en occidente (se creó un mundo ficticio,
ordenado, perfecto, mediante la razón pero esto es una gran mentira y va en contra de la propia vida, de los
instintos, de la propia realidad).

•La moral del mejoramiento de Sócrates y del cristianismo fue un malentendido: esa moral no ha mejorado para
nada al ser humano sino que lo que ha hecho ha sido anular sus instintos, es una moral antivital que va contra
la vida, que deshumaniza al hombre, que lo convierte en enfermo. Niet. está a favor de la naturalización de la
moral, dirá que lo bueno es lo que favorece y fortalece la vida, afirmando el propio cuerpo y los instintos.

12.- ¿Llegó a comprender esto él, el más inteligente de todos los que se han-engañado-a-sí-mismos? ¿Acabó
por decirse esto, en la sabiduría de su coraje ante la muerte?... Sócrates quería morir: no Atenas, él mismo se
administró el veneno, obligó a Atenas a darle veneno... "Sócrates no es ningún médico, se dijo en un susurro a
sí mismo: sólo la muerte es aquí el médico; Sócrates mismo fue únicamente y durante largo tiempo un
enfermo..."

Resumen aforismo 12:

•Como conclusión Niet. se plantea si fue Sócrates un engañador que hizo caer a todos en su trampa o en realidad
se autoengañó y creyó en las mentiras que él mismo había creado. Al darse cuenta de ello, Sócrates provocó su
propia condena a muerte, no fue Atenas quien le mató sino que fue él mismo quien quiso su propio suicidio y
no aceptó las otras posibilidades que se le ofrecieron para poder vivir. En realidad, se dio cuenta de que no fue
ningún salvador, la única vía de escape que vio fue la muerte y, como se ha dicho en todo el capítulo, fue un
enfermo, un decadente.

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LA RAZÓN EN LA FILOSOFÍA

1.- ¿Me pregunta usted qué cosas son idiosincrasia en los filósofos?...Por ejemplo, su falta de sentido
histórico, su odio a la noción misma de devenir, su egipticismo. Ellos creen otorgar un honor a una cosa
cuando la deshistorizan, cuando la tratan sub specie aeterni [desde la perspectiva de lo eterno],- cuando hacen
de ella una momia. Todo lo que los filósofos han venido manejando desde hace milenios fueron momias
conceptuales; de sus manos no salió vivo nada real. Ellos matan, rellenan de paja para disecar, esos señores
que –rinden- culto- a- los- ídolos- conceptuales, cuando adoran, -se vuelven mortalmente peligrosos para todo,
cuando adoran. La muerte, el cambio, la vejez, así como la procreación y el crecimiento son para ellos
objeciones, - incluso refutaciones. Lo que es no deviene; lo que deviene no es... Ahora bien, todos ellos creen,
incluso con desesperación, en lo que es. Más como no pueden apoderarse de ello, buscan razones de por qué
se les retiene. «Tiene que haber una ilusión, un engaño en el hecho de que no percibamos lo que es: ¿dónde se
esconde el engañador? -«lo tenemos, gritan dichosos, ¡es la sensibilidad! Estos sentidos, que también en otros
aspectos son tan inmorales, nos engañan acerca del mundo verdadero. Moraleja: deshacerse del engaño de los
sentidos, del devenir, de la historia [Historie], de la mentira, - la historia no es más que fe en los sentidos, fe
en la mentira. Moraleja: decir no a todo lo que otorga fe a los sentidos, a todo el resto de la humanidad: todo
él es «pueblo». ¡Ser filósofo, ser momia, representar el monótono-teísmo con una mímica de sepulturero! -
¡Y, sobre todo, fuera el cuerpo, esa lamentable idée fixe [idea fija de los sentidos], ¡sujeto a todos los errores
de la lógica que existen, refutado, incluso imposible, aún cuando es lo bastante insolente para comportarse
como si fuera real!...»

Resumen aforismo 1:

•Niet. analiza aquí la idiosincrasia o el modo de ser de los filósofos tradicionales. ¿qué es lo que les
caracteriza?:

-en primer lugar, su falta de sentido histórico: los filósofos han negado el carácter temporal de lo real, han
deshistorizado la realidad, han interpretado el mundo desde la perspectiva de lo eterno. La historia es un
continuo cambio y el cambio es algo que los filósofos, mediante la razón, no aceptan. Ellos pretenden que sus
verdades tengan un valor eterno, que valgan para siempre, sin tener en cuenta que no existe la verdad universal
y absoluta. Han creado momias conceptuales estáticas, permanentes, eternas, verdaderas, pero esto es una
ficción. Como no aceptan el caos, el devenir, de la realidad se obsesionan en buscar algo eterno, estático y
permanente para vivir más seguros.

-en segundo lugar, su odio o miedo al devenir: desde Parménides, pasando por Platón y toda la filosofía hasta
el s.XIX, se ha considerado la realidad cambiante, el devenir, como un mundo aparente, erróneo, corruptible. Y
se ha inventado un mundo verdadero, inmutable, eterno, permanente, donde está el Ser, la verdadera realidad
que no vemos mediante los sentidos sino que captamos con la razón. Los filósofos no aceptan que la realidad
es constante cambio, nacimiento y muerte, creación y destrucción. Para ellos “lo que es no deviene”, esto es, la
verdadera realidad que se capta mediante la razón es permanente, inmutable, no cambia; y “lo que deviene no
es”, es decir, la realidad cambiante, el devenir que se capta mediante los sentidos es un engaño, una apariencia,
un error.
Así pues, según Niet., lo que los filósofos consideran como falso y aparente es lo auténticamente real, la realidad
cambiante, mientras que lo que ellos consideran como verdadero Ser, verdadera realidad, es una mentira, una
ilusión, una invención.

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-en tercer lugar, el egipticismo: del mismo modo que los antiguos egipcios, obsesionados por la inmortalidad,
momificaban los cadáveres para desafiar el tiempo, los filósofos tradicionales inventan momias conceptuales,
que son los conceptos universales como el “Ser” de Parménides o las Ideas de Platón, a los que atribuyen la
eternidad, la inmutabilidad. Son momias conceptuales que niegan el tiempo, la muerte, la vejez y, se convierten
en verdades permanentes, eternas. Pero Nietzsche considera que estos conceptos están vacíos, rellenos de paja,
no se corresponden con la realidad, matan la realidad, se alejan de ella, no muestran la multiplicidad, el cambio,
son puras ficciones.

-en cuarto lugar, el rechazo de los sentidos como responsables del error y el rechazo al cuerpo: esa
realidad inmutable, eterna, nos resulta inaccesible. ¿Por qué no podemos captarla? Y la respuesta de los filósofos
es: por el engaño de los sentidos, de la sensibilidad, que son responsables de que no accedamos de manera
directa a lo verdaderamente real, entorpeciendo la tarea de la razón y mostrándonos como reales la multiplicidad
y el cambio. Así pues, los filósofos pretenden deshacerse de cualquier conocimiento que tenga como base el
testimonio de los sentidos. Seguir el testimonio de los sentidos sería como tener fe en la mentira.
El filósofo entierra lo real (el cambio, el devenir) como hace el sepulturero y convierte lo que su razón inventa
en la auténtica realidad.
Ese odio al devenir y a los sentidos de los filósofos tradicionales se materializa en el odio al cuerpo, a lo corporal.
Si los sentidos nos engañan, lo corporal, lo sensible, será negativo, entonces, hay que rechazar el cuerpo.

-en quinto lugar, el culto de los filósofos es un monótono-teísmo: los filósofos introducen algún tipo de
entidad o ser superior que representa el culmen de todas las perfecciones y que se convierte en el símbolo de lo
inmutable, eterno, permanente. Aquí Niet. juega irónicamente con la palabra “monótono” para indicar que no
hay nada más aburrido, monótono, que una divinidad que siempre permanece igual.

2.- Pongo a un lado, con gran reverencia, el nombre de Heráclito. Mientras que el resto del pueblo de los
filósofos rechazaba el testimonio de los sentidos porque éstos mostraban pluralidad y modificación, él rechazó
su testimonio porque mostraban las cosas como si tuviesen permanencia y unidad. También Heráclito fue
injusto con los sentidos. Estos no mienten ni del modo como creen los eleatas ni del modo como creía él. - no
mienten de ninguna manera. Lo que nosotros hacemos de su testimonio, eso es lo que introduce la mentira, por
ejemplo la mentira de la unidad, la mentira de la coseidad, de la sustancia, de la permanencia... La «razón»
es la causa de que nosotros falseemos el testimonio de los sentidos. Mostrando el devenir, el perecer, el
cambio, los sentidos no mienten... Pero Heráclito tendrá eternamente razón al decir que el ser es una ficción
vacía. El mundo «aparente» es el único: el «mundo verdadero» no es más que una mentira añadida...

Resumen aforismo 2:

•Niet. pone aquí como ejemplo de auténtico griego a Heráclito, ya que supo captar la verdadera expresión de
la vida, de la realidad: fue el único que afirmaba el cambio, la lucha de contrarios, el devenir constante. Los
demás filósofos lo rechazaban y buscaban algo permanente y estático.

•La mayoría de filósofos (inclusive Parménides y los eléatas) despreciaban el testimonio de los sentidos
pues decían que nos mostraban lo aparente (la pluralidad, el cambio). Sin embargo, tampoco fue Heráclito justo
con los sentidos, ya que pensaba que éstos muestran demasiada estabilidad y unidad en vez del perpetuo cambio
que constituye a las cosas. Nuestros sentidos nos hacen creer, según Heráclito, que una realidad -un río, una
persona, una ciudad...- permanece esencialmente idéntica a través del tiempo. Decimos por ejemplo "en este río
jugaba yo de niño". Pero Heráclito objetaría que en realidad "se trata de un río totalmente diferente". De esta
forma, al hacernos creer en un mismo río a través del tiempo, los sentidos nos engañan. Por tanto, mientras los
eléatas (Parménides y su escuela) y toda la metafísica occidental rechazan los sentidos porque no

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muestran el ser (lo estático, permanente, eterno), sino el devenir aparente, Heráclito los rechaza justamente
por lo contrario: porque no muestran el devenir sino la aparente unidad y duración de la realidad.

•Según Niet. los sentidos nos ponen en contacto directo con lo que de verdad existe: cambio, muerte,
destrucción, devenir, aunque el ser humano está limitado, forma parte de nosotros el error. La mentira se
introduce cuando la razón interpreta los datos de los sentidos, la razón es la principal responsable de nuestra
falsa creencia en cosas estáticas, permanentes, inmutables.

•Heráclito, según Niet., tenía razón al afirmar que el “Ser” (inmutable, eterno, estático, verdadera
realidad) es una ficción. No hay cosas estables y permanentes sino cambio y transformación. Niet. invierte
el platonismo: lo que para la mayoría de filósofos era el mundo falso, aparente, para Niet. será el mundo real,
el único mundo que existe (cambiante, caótico) y, el mundo considerado verdadero para la mayoría de filósofos
(eterno, incorruptible, perfecto, verdadera realidad) es una mentira, una ficción para Niet.

3.- ¡Y qué sutiles instrumentos de observación tenemos en nuestros sentidos! Esa nariz, por ejemplo, de la
que ningún filósofo ha hablado todavía con veneración y gratitud, es hasta este momento incluso el más
delicado de los instrumentos que están a nuestra disposición: es capaz de registrar incluso diferencias mínimas
de movimiento que ni siquiera el espectroscopio registra. Hoy nosotros poseemos ciencia exactamente en la
medida en que nos hemos decidido a aceptar el testimonio de los sentidos, -en que hemos aprendido a seguir
aguzándolos, animándolos, pensándolos hasta el final. El resto es una monstruosidad y todavía -no-ciencia:
quiero decir, metafísica, teología, psicología, teoría del conocimiento. O ciencia formal, teoría de los signos:
como la lógica, y esa lógica aplicada, la matemática. En ellas la realidad no llega a aparecer, ni siquiera
como problema; y tampoco como la cuestión de qué valor tiene en general ese convencionalismo de signos que
es la lógica.

Resumen aforismo 3:

•Niet. aquí reivindica la importancia del testimonio de los sentidos: según Niet., el olfato, la nariz, no ha
merecido el reconocimiento de los filósofos ya que ellos consideraron más importante la vista que la nariz. Por
ejemplo, Platón utiliza metáforas que relacionan el conocimiento con la vista, los ojos permiten “mirar hacia
arriba”, hacia la verdad; sin embargo, el olfato, la nariz, simboliza nuestro instinto más animal, la nariz nos
arrastra hacia abajo, hacia lo material, lo sensible. Y esto es lo que hace Niet. “olfatear” la falsedad que se
esconde tras los conceptos inventados por la razón, se acerca más a lo sensible, a lo que existe. No es que Niet.
rechace los demás sentidos sino que le da importancia a todos y a cada uno de ellos.

•Según Niet., tenemos ciencia gracias a los sentidos, aceptando su testimonio y éstos son la base del método
experimental. Los sentidos nos dan información más cercana a la realidad.

•Pero aquellos saberes que no se basan en el testimonio de los sentidos, en la experiencia, son peores, son
no-ciencia o monstruosidad:

-este es el caso de la metafísica, la teología, la psicología o la teoría del conocimiento: buscan realidades o
inventan conceptos ficticios (“ser”, “esencia”, “Dios”, “alma”, “verdad”) que nada tienen que ver con la
realidad, con la experiencia sensible, con lo material.

-también se incluirían aquí las ciencias formales como la lógica o las matemáticas: que prescinden de los
sentidos, no se refieren a la realidad material. Simplemente se basan en símbolos que son resultado de
invenciones o convenciones.

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4.-La otra idiosincrasia de los filósofos no es menos peligrosa: consiste en confundir lo último y lo primero.
Ponen al comienzo, como comienzo, lo que viene al final- ¡por desgracia!, ¡pues no debería siquiera venir! -
los «conceptos supremos», es decir, los conceptos más generales, los más vacíos, el último humo de la realidad
que se evapora. Esto es, una vez más, sólo expresión de su modo de venerar: a lo superior no le es lícito provenir
de lo inferior, no le es lícito provenir de nada... Moraleja: todo lo que es de primer rango tiene que ser causa
sui [causa de sí mismo]. El proceder de algo distinto es considerado como una objeción, como algo que pone
en entredicho el valor. Todos los valores supremos son de primer rango, ninguno de los conceptos supremos,
lo existente o el ente, lo incondicionado, lo bueno, lo verdadero, lo perfecto - ninguno de ellos puede haber
devenido, por consiguiente tiene que ser causa sui. Mas ninguna de esas cosas puede ser tampoco desigual una
de otra, no puede estar en contradicción consigo misma... Con esto tienen los filósofos su estupendo concepto
«Dios»... Lo último, lo más tenue, lo más vacío es puesto como lo primero, como causa en sí, como ens
realissimum [ente realísimo]... ¡Que la humanidad haya tenido que tomar en serio las dolencias cerebrales de
unos enfermos tejedores de telarañas! - ¡Y lo ha pagado caro!

Resumen aforismo 4:

•Otro rasgo que caracteriza a los filósofos-momia es:

-que confunden lo último con lo primero: consideran que los conceptos más generales (lo primero)
inventados por la razón, estáticos y permanentes, reflejan la auténtica realidad, la verdad y, y lo verdaderamente
real (el devenir, las cosas sensibles) es lo menos real y último. Pero esos conceptos están más alejados de la
realidad, están vacíos, deberían ser lo último, son el “último humo de la realidad que se evapora”, enmascaran
la realidad, son invenciones, no existen en la realidad. La realidad es múltiple y los conceptos reducen esa
multiplicidad, no la pueden expresar. Al ser generales, olvidan, «abstraen» lo que caracteriza a lo real: la
individualidad, la particularidad, la diferencia. Un concepto, por definición, olvida lo diferente para recoger sólo
lo común, lo universal en un grupo de seres concretos (p.e. “ser vivo”).

-que lo supremo no puede provenir de la nada ni de lo inferior, es causa de sí mismo: esta característica
es para la filosofía dogmática la máxima garantía de realidad y verdad; lo que proviene de otra cosa es menos
real que lo que proviene de sí mismo. El concepto de Dios reflejaría esto: es lo más supremo, el ser máximamente
real por ser perfecto, bueno, verdadero, necesario y causa de sí mismo. Los demás seres, por ser creados y tener
una existencia dependiente de Dios, son contingentes y, por tanto, no máximamente reales como lo es Dios.
Para Nietzsche este ente realísimo es lo más alejado de la realidad, este concepto no es más que una ficción
vacía, es lo último y, sin embargo, los filósofos lo sitúan como lo primero. Los filósofos son considerados para
Nietzsche como unos trastornados mentales, con dolencias cerebrales, similar a quien se inventa una realidad y
acaba considerándola más real que la verdadera realidad (esquizofrenia). Los filósofos tradicionales son
definidos como "tejedores de telarañas", es decir, especialistas en crear redes de conceptos. Ellos sólo admiten
como real lo que se puede atrapar en sus telarañas, con el mismo objetivo que la araña: sobrevivir. «¡Y lo ha
pagado caro!» con esta exclamación Nietzsche denuncia que esta creencia patológica en una ficción ha hecho
mucho daño a la humanidad, ha tenido consecuencias negativas para el ser humano ya que el hombre ha
renunciado a sí mismo, a sus instintos, a su naturaleza, a la realidad, a la vida.

5.- Contrapongamos a esto, por fin, el modo tan distinto como nosotros (- digo nosotros por cortesía...) vemos
el problema del error y de la apariencia. En otro tiempo se tomaba la modificación, el cambio, el devenir en
general como prueba de apariencia, como signo de que ahí tiene que haber algo que nos induce a error. Hoy,
a la inversa, en la exacta medida en que el prejuicio-de-la razón nos fuerza a asignar unidad, identidad,

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duración, sustancia, causa, coseidad, ser, nos vemos en cierto modo enredados en las mallas del error,
necesitados de error; aun cuando, basándonos en una verificación rigurosa, dentro de nosotros estemos muy
seguros de que es ahí donde está el error. Ocurre con esto lo mismo que con los movimientos del gran astro:
en éstos el error tiene como abogado permanente a nuestro ojo, en lo anterior, a nuestro lenguaje. Por su
génesis el lenguaje pertenece a la época de la forma más rudimentaria de psicología: penetramos en un
fetichismo grosero cuando adquirimos consciencia de los presupuestos básicos de la metafísica del lenguaje,
dicho con claridad: de la razón. Ese fetichismo ve en todas partes agentes y acciones: cree que la voluntad es
la causa en general; cree en el «yo», cree que el yo es un ser, que el yo es una sustancia, y proyecta sobre todas
las cosas la creencia en la sustancia -yo- así es como crea el concepto «cosa»... El ser es puesto por el
pensamiento, es introducido subrepticiamente en todas partes como causa; del concepto «yo» es del que se
sigue, como derivado, el concepto «ser»... Al comienzo está ese grande y funesto error de que la voluntad es
algo que produce efectos, - de que la voluntad es una facultad... Hoy sabemos que no es más que una palabra...
Mucho más tarde, en un mundo mil veces más ilustrado, llegó a la consciencia de los filósofos, para su sorpresa,
la seguridad, la certeza subjetiva en el manejo de las categorías de la razón: ellos sacaron la conclusión de
que esas categorías no podían proceder de la empiria, -la empiria entera, decían, está, en efecto, en
contradicción con ellas. ¿De dónde proceden, pues? - Y tanto en la India como en Grecia se cometió el mismo
error: «nosotros tenemos que haber habitado ya alguna vez en un mundo más alto (- en lugar de en un mundo
mucho más bajo: ¡lo cual habría sido la verdad!), nosotros tenemos que haber sido divinos, ¡pues poseemos la
razón! »... De hecho hasta ahora nada ha tenido una fuerza persuasiva más ingenua que el error acerca del
ser, tal como fue formulado, por ejemplo, por los eleatas: ¡ese error tiene en favor suyo, en efecto, cada palabra
cada frase que nosotros pronunciamos! -También los adversarios de los eleatas sucumbieron a la seducción de
su concepto de ser: entre otros Demócrito, cuando inventó su átomo... La «razón» en el lenguaje: ¡oh, qué vieja
mujerzuela engañadora! Temo que no vamos a librarnos de Dios porque continuamos creyendo en
la gramática.

Resumen aforismo 5:

•Niet. aquí trata el error, el lenguaje:

-los filósofos anteriores pensaban que el error y la apariencia estaban en la realidad cambiante, en los
sentidos pero, para Niet., el error no está en los sentidos, sino en la razón. La razón se ve obligada a elaborar
los “conceptos supremos”; no puede funcionar de otra manera. Por eso nos vemos cogidos en el error,
necesitados del error. Esto es así porque la razón crea unos conceptos para regular, ordenar y sobrevivir al
devenir; el verdadero error es creer que la realidad es tal y como la ordena la razón. Pero, incluso siendo
conscientes de que el error se produce ahí, no podemos evitar que se produzca, necesitamos proyectar un orden
en la realidad para vivir más tranquilos. Por eso, de lo que no debemos fiarnos no es de los sentidos, sino de
nuestra razón y su tendencia a interpretar la realidad de una manera ordenada e invariable. Para reflejar esto
Niet. pone el ejemplo del sol: aunque todos sabemos que es la Tierra la que gira alrededor del sol, seguimos
utilizando expresiones como “el sol sale” o “el sol se pone” dejándonos engañar por este tipo de expresiones, al
igual que lo hacemos por las ficciones producidas por nuestra razón. Cuando el ojo nos engaña al hacernos creer
que es el sol el que se mueve a nuestro alrededor, igualmente, el lenguaje nos engaña al hacernos creer que sus
palabras reflejan la realidad.

-el lenguaje falsea la realidad, mediante el lenguaje no se expresa la verdad, no hay una correspondencia
entre lenguaje y realidad: el lenguaje nos engaña al hacernos creer que sus palabras reflejan la realidad, es un
mecanismo de supervivencia, se basa en ficciones, en metáforas. Caemos en el problema del fetichismo cuando
atribuimos cualidades, realidades o poderes a un objeto que, realmente, no tiene (sería el ejemplo del “yo”, el
“alma”, el “ser”, la “sustancia”,…todos estos conceptos serian ficciones del lenguaje, no expresan la realidad
ni la verdad).

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-algunos filósofos metafísicos afirman que los conceptos inventados por la razón provienen de algo más
perfecto y divino (pero esto es falso, según Niet.):

-en la antigua India se creía en la reencarnación y, ciertos conocimientos o conceptos que teníamos provenían
de nuestra alma que había vivido en otros cuerpos y había adquirido conocimientos previos.

-en Grecia también creían en la reencarnación los pitagóricos y el propio Platón (éste pensaba que el alma
racional había preexistido en el mundo de las Ideas, las había conocido, pero después se había reencarnado en
diferentes cuerpos pero podía recordar esos conocimientos mediante el proceso educativo).

-en la época ilustrada, Kant pensaba que nuestro entendimiento poseía unas categorías a priori, independientes
de la experiencia.

-los eléatas, Parménides, inventó el Ser.

-Demócrito inventó los átomos que son conceptos lingüísticos inventados por la razón.

-al final concluye Niet. que el lenguaje es engañador, se basa en ficciones creadas por nosotros. El
concepto de Dios es una creación lingüística, una ficción alejada de la realidad. No nos libraremos de las
ficciones mientras sigamos creyendo que el lenguaje expresa la verdad, la realidad.

6.-Se me estará agradecido si condenso un conocimiento tan esencial, tan nuevo, en cuatro tesis: así facilito la
comprensión, así provoco la contradicción.

Primera tesis. Las razones por las que «este» mundo ha sido calificado de aparente fundamentan, antes bien,
su realidad, - otra especie distinta de realidad es absolutamente indemostrable.

Segunda tesis. Los signos distintivos que han sido asignados al «ser verdadero» de las cosas son los signos
distintivos del no-ser, de la nada, -a base de ponerlo en contradicción con el mundo real es como se ha
construido el «mundo verdadero»: un mundo aparente de hecho, en cuanto es meramente una ilusión óptico-
moral.

Tercera tesis. Inventar fábulas acerca de «otro» mundo distinto de éste no tiene sentido, presuponiendo que no
domine en nosotros un instinto de calumnia, de empequeñecimiento, de recelo frente a la vida: en este último
caso nos vengamos de la vida con la fantasmagoría de «toda» vida distinta de ésta, «mejor» que ésta.

Cuarta tesis. Dividir el mundo en un mundo «verdadero» y en un mundo «aparente», ya sea al modo del
cristianismo, ya sea al modo de Kant (en última instancia, un cristiano taimado), es únicamente una sugestión
de la décadence, -un síntoma de vida descendente... El hecho de que el artista estime más la apariencia que la
realidad no constituye una objeción contra esta tesis. Pues «la apariencia» significa aquí la realidad una vez
más, sólo que seleccionada, reforzada, corregida... El artista trágico no es un pesimista, - dice precisamente sí
incluso a todo lo problemático y terrible, es dionisíaco...

Resumen aforismo 6:

•Niet. concluye el capitulo con cuatro tesis fundamentales que lo resumen:

-Primera tesis: el único mundo que existe es el “mundo aparente”, el mundo sensible, que experimentamos a
través de los sentidos, en continuo cambio y lucha. No existe otro mundo perfecto, verdadero, eterno,
permanente, eso es una invención de la razón.

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-Segunda tesis: los rasgos del "ser verdadero" de la metafísica (inmutabilidad, eternidad, unidad,
inmaterialidad, etc.) son los rasgos distintivos del no-ser, de la nada según Nietzsche. No hay nada
verdaderamente uno, idéntico a sí mismo, permanente, o sea, no hay "ser" en el sentido de la metafísica. Creer
en el “mundo verdadero” de los filósofos se debe a una "ilusión óptico-moral", es decir, el mundo «verdadero»
de la metafísica tradicional es un mundo irreal, una alucinación, que no existe más allá de la razón que lo inventa,
es una ilusión. Pero esta ilusión viene provocada porque nuestra visión de lo real está determinada por una
consideración peyorativa, mala, del mundo sensible, del devenir. Si el mundo real, el devenir, es malo, no puede
ser «verdadero». Por tanto, la razón inventa un mundo donde no se den ninguna de las características que lo
hacen malo (cambio, vejez, dolor, muerte...)

-Tercera tesis: inventar mundos ficticios, perfectos, verdaderos, distintos al mundo sensible es síntoma de
resentimiento hacia la vida, de cobardía, de miedo a la vida. Esa necesidad de mentir viene producida por la
inseguridad que nos produce el devenir, la realidad caótica. Ese «recelo frente a la vida» nos lleva a «vengarnos»
creando otro «mundo».

-Cuarta tesis: dividir el mundo en un mundo verdadero y un mundo aparente es síntoma de decadencia, de vida
descendente, pues el ser humano niega la vida, se siente sin fuerzas, se siente débil y anhela la perfección y
tranquilidad del mundo verdadero. Esta postura decadente se inició con Sócrates, Platón, continuó con el
cristianismo, incluso Kant (que es un cristiano disfrazado). Incluso el artista, en su obra, crea un mundo aparente
pero es consciente de ello. Sin embargo, Nietzsche, ve las diferencias entre el filósofo (hombre racional) y el
artista (hombre intuitivo) y, se decanta por el segundo:

El filósofo. Hombre racional El artista trágico. Hombre intuitivo


-crea un mundo ficticio, busca lo estable, lo -ama la vida, la vive con intensidad, acepta la lucha
permanente, crea los conceptos y afirma que entre lo apolíneo y lo dionisíaco.
expresan la verdadera realidad. -es consciente del engaño, de lo que crea o inventa,
-se decanta por lo apolíneo, rechaza lo dionisíaco. lo ver como un juego.
-es decadente, pesimista. -crea su perspectiva y es consciente de la existencia
-no acepta el devenir. de otras perspectivas o interpretaciones.
-no vive la vida con pasión, su actitud es decadente. -no viven la vida con pesimismo.
-acepta el devenir, el cambio.

CÓMO EL «MUNDO VERDADERO» ACABÓ CONVIRTIÉNDOSE EN UNA FÁBULA

HISTORIA DE UN ERROR

1. El mundo verdadero, alcanzable para el sabio, el piadoso, el virtuoso, - él vive en ese mundo, él es ese mundo.

(La forma más antigua de la Idea, relativamente inteligente, simple, convincente. Transcripción de la
proposición «yo, Platón, soy la verdad».)

2. El mundo verdadero, inalcanzable por ahora, pero prometido al sabio, al piadoso, al virtuoso («al pecador
que hace penitencia»).

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(Progreso de la Idea: ésta se vuelve más sutil, más capciosa, más inaprensible,-se convierte en una mujer, se
hace cristiana...)

3. El mundo verdadero, inalcanzable, indemostrable, imprometible, pero, ya en cuanto pensado, un consuelo,


una obligación, un imperativo.

(En el fondo, el viejo sol, pero visto a través de la niebla y el escepticismo; la Idea se ha hecho sublime, pálida,
nórdica, königsberguense)

4. El mundo verdadero - ¿inasequible? En todo caso, inalcanzado. Y, en cuanto inalcanzado, también


desconocido. Por consiguiente, tampoco consolador, redentor, obligante: ¿a qué podría obligarnos algo
desconocido?...

(Mañana gris. Primer bostezo de la razón. Canto del gallo del positivismo.)

5. El «mundo verdadero» - una Idea que ya no sirve para nada, que ya ni siquiera obliga, -una Idea que se ha
vuelto inútil, superflua, por consiguiente una Idea refutada: ¡eliminémosla!

(Día claro; desayuno; retorno del bon sens [buen sentido] y de la jovialidad; rubor avergonzado de Platón;
ruido endiablado de todos los espíritus libres.)

6. Hemos eliminado el mundo verdadero: ¿qué mundo ha quedado?, ¿acaso el aparente?... ¡No!, ¡al eliminar
el mundo verdadero hemos eliminado también el aparente!

(Mediodía; instante de la sombra más corta; final del error más largo; punto culminante de la
humanidad; INCIPIT ZARATHUSTRA [comienza Zaratustra].

Resumen:

•En este capítulo, Niet., nos da su versión de la historia de la filosofía: es la historia de un error, de una mentira.
Explica cómo ha ido degenerando el mundo verdadero, el mundo de las Ideas, inventado por Platón en diversas
etapas: Platón, cristianismo, Kant, positivismo, nihilismo, Zaratustra.

1. Platón y su teoría de las Ideas: con Platón nos encontramos en el momento más oscuro de la historia
de la filosofía. Es el primero que plantea el error: diferencia entre mundo sensible, aparente, falso,
cambiante, corruptible y mundo de las Ideas, verdadero, inmutable, incorruptible. Al mundo verdadero
solo pueden acceder los sabios o virtuosos mediante la razón (los filósofos que han pasado por un
proceso educativo). Pero esto es una mentira, según Niet., el mundo de las Ideas es una ficción, solo
existe el mundo sensible, cambiante.
2. El cristianismo: el cristianismo es platonismo para el pueblo (se construye a partir de la filosofía
platónica). El cristianismo convierte el mundo de las Ideas de Platón en el “más allá”, el mundo regido
por Dios. El más allá, el cielo cristiano, no es accesible (al igual que el mundo de las Ideas de Platón)
por el sabio, solamente se puede alcanzar siguiendo las normas de la religión, haciendo penitencia.
3. Kant (época de la Ilustración): Kant, filósofo alemán de Königsberg, afirmaba que el límite de
nuestro conocimiento es la experiencia, más allá de lo observable no podemos demostrar que sea
conocimiento. Pero Niet. critica a Kant pues este dice que los conceptos de la metafísica como Dios,
alma y mundo, no se pueden conocer o demostrar pero tienen sentido o aplicación en la conducta, en
la moral, sirven para regular y orientar la conducta. Así pues, Kant es una especie de cristiano
disfrazado.
4. Positivismo (s.XIX): con el positivismo habrá esperanza ya que a través del método científico se podrá
llegar a la verdad, empieza a haber un poco de luz, se va dejando atrás esa oscuridad en la que estaba

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inmersa la filosofía. El método experimental le da importancia a los sentidos. Pero, según Niet., las
leyes científicas no son verdades absolutas, son ficciones que se construyen mediante el lenguaje. La
ciencia también intenta proyectar un orden en la realidad que no existe.
5. El nihilismo: la sociedad occidental entra en decadencia y crisis, se da cuenta de que los valores
creados por la cultura occidental se basan en el engaño, en la ficción. Pero el ser humano no debe
quedarse en ese estado de vacío existencial, Niet. propone un nihilismo activo donde los espíritus libres
sean capaces de crear y construir nuevos valores en este mundo que es el único existente.
6. La llegada del superhombre: el sol se encuentra en el punto más alto, no hay sombras ni visiones
decadentes de la realidad. Comienza la etapa del superhombre, con su voluntad de poder fuerte creará
sus propios valores y vivirá de acuerdo con ellos, creará su propio mundo, su propia vida, se convertirá
en su propio dios situándose más allá del bien y del mal. Su conocimiento se basa en el perspectivismo,
sabe que las interpretaciones son fábulas, ficciones, creadas por el ser humano, no intenta imponer su
visión de la realidad a nadie. Al eliminar el mundo verdadero hemos eliminado el aparente, esto
significa que hemos tomado conciencia de que esto es una mentira, en realidad no hay diferencia entre
los dos mundos, la verdad es apariencia, todo lo que existe son diversas perspectivas, apariencias, todas
ellas válidas.

LA MORAL COMO CONTRANATURALEZA

1.-Todas las pasiones tienen una etapa en la que son simplemente nefastas, en la que, con el peso de la estupidez,
tiran de sus víctimas hacia abajo - y una época tardía mucho más posterior, en la que las pasiones se casan
con el espíritu, en la que se «espiritualizan». En otro tiempo se hacia la guerra a la pasión misma, a causa de
la estupidez existente en ella: la gente se conjuraba para aniquilarla, - todos los viejos monstruos de la moral
coinciden unánimemente en que il faut tuer les passions [es preciso matar las pasiones]. La fórmula más
hermosa de esto se halla en el Nuevo Testamento, en aquel Sermón de la Montaña en el que, dicho sea de paso,
las cosas no son consideradas en modo alguno desde lo alto. En él se dice, por ejemplo, aplicándolo
prácticamente a la sexualidad, «si tu ojo te escandaliza, arráncalo»: por fortuna ningún cristiano actúa de
acuerdo con ese precepto. Aniquilar las pasiones y apetitos meramente para prevenir su estupidez y las
consecuencias desagradables de ésta es algo que hoy se nos aparece meramente como una forma aguda de
estupidez. Ya no admiramos a los dentistas que extraen los dientes para que no sigan doliendo... Con cierta
equidad concedamos, por otra parte, que el concepto «espiritualización de la pasión» no podía ser concebido
en modo alguno en el terreno del que brotó el cristianismo. La Iglesia primitiva luchó, en efecto, como es
sabido, contra los «inteligentes» en favor de los «pobres de espíritu»: ¿cómo sería lícito esperar de ella una
guerra inteligente contra la pasión? - La Iglesia combate la pasión con la extirpación, en todos los sentidos
de la palabra: su medicina, su «cura» es el castradismo. No pregunta jamás: «¿cómo espiritualizar,
embellecer, divinizar un apetito?» - en todas las épocas ella ha puesto el peso de la disciplina sobre el
exterminio (de la sensualidad, del orgullo, del ansia de dominio, del ansia de posesión, del ansia de
venganza). Pero atacar las pasiones en su raíz significa atacar la vida en su raíz: la praxis de la Iglesia es
hostil a la vida...

Resumen aforismo 1:

•Nietzsche se lanza contra la tradición moral-cristiana porque la solución adoptada por esta tradición
contra el desbordamiento de las pasiones, no ha sido la espiritualización de éstas, su dignificación,
comprender su valor, sino la castración, matar las pasiones. Castrar significa arrancar brutalmente, extirpar

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con violencia (eso es lo que dice el Nuevo Testamento, “si tu ojo te escandaliza, arráncalo”). Pero si las pasiones
constituyen el núcleo básico de la vida, castrar las pasiones significa también castrar la vida o, dicho en otras
palabras, significa “atacar la vida en su raíz”. Esta es, desde la óptica nietzscheana, una praxis hostil a la vida y
es lo que hace la religión cristiana.

2.-Ese mismo medio, la castración, el exterminio, es elegido instintivamente, en la lucha con un apetito, por
quienes son demasiado débiles de voluntad, por quienes están demasiado degenerados para poder imponerse
moderación en el apetito: por aquellas naturalezas que, para hablar en metáfora (y sin metáfora-), tienen
necesidad de la Trappe [la Trapa], de alguna declaración definitiva de enemistad, de un abismo entre ellos y
una pasión. Los medios radicales les resultan indispensables tan sólo a los degenerados; la debilidad de la
voluntad, o, dicho con más exactitud, la incapacidad de no reaccionar a un estímulo es sencillamente otra
forma de degeneración. La enemistad radical, la enemistad mortal contra la sensualidad no deja de ser un
síntoma que induce a reflexionar: ella autoriza a hacer conjeturas sobre el estado general de quien comete
tales excesos.-Esa hostilidad, ese odio llega a su cumbre, por lo demás, sólo cuando tales naturalezas no tienen
ya firmeza bastante para la cura radical, para renunciar a su «demonio». Échese una ojeada a la historia
entera de los sacerdotes y filósofos, incluida la de los artistas: las cosas más venenosas contra los sentidos no
han sido dichas por los impotentes, tampoco por los ascetas, sino por los ascetas imposibles, por aquellos que
habrían tenido necesidad de ser ascetas...

Resumen aforismo 2:

•Un hombre débil de voluntad, incapaz de dominar sus pasiones, le queda únicamente el recurso de la castración,
de la destrucción de las pasiones antes de que ellas acaben con él. Ese hombre débil tiene necesidad de la Trapa
(orden francesa de monjes que vivían aislados del mundo terrenal), necesita del aislamiento para poder vencer
las tentaciones mundanas, esto es un reflejo de su debilidad de carácter.
Aquellos que han ido contra los instintos y las pasiones han sido, en definitiva, los que querían ser ascetas pero
no podían serlo (aquellos que pretendían conseguir la perfección moral y espiritual pero no lo consiguieron por
ser débiles de voluntad).
Un hombre fuerte de voluntad, un hombre no degenerado puede imponerse moderación en un apetito, este
hombre puede todavía tener bajo control las pasiones, no le hace falta extirparlas de forma brutal.

3.- La espiritualización de la sensualidad se llama amor: ella es un gran triunfo sobre el cristianismo. Otro
triunfo es nuestra espiritualización de la enemistad. Consiste en comprender profundamente el valor que
posee el tener enemigos: dicho con brevedad, en obrar y sacar conclusiones al revés de como la gente obraba
y sacaba conclusiones en otro tiempo. La Iglesia ha querido siempre la aniquilación de sus enemigos: nosotros,
nosotros los inmoralistas y anticristianos, vemos nuestra ventaja en que la Iglesia subsista... También en el
ámbito político la enemistad se ha vuelto ahora más espiritual, -mucho más inteligente, mucho más reflexiva,
mucho más indulgente. Casi todos los partidos se dan cuenta de que a su autoconservación le interesa que el
partido opuesto no pierda fuerzas; lo mismo cabe decir de la gran política. Especialmente una creación nueva,
por ejemplo el nuevo Reich, tiene más necesidad de enemigos que de amigos: sólo en la antítesis se siente
necesario, sólo en la antítesis llega a ser necesario... No nos comportamos nosotros de manera distinta contra
el «enemigo interior»: también aquí hemos espiritualizado la enemistad, también aquí hemos comprendido su
valor. Sólo se es fecundo al precio de ser rico en antítesis; sólo se permanece joven a condición de que el alma
no se relaje, no anhele la paz... Nada se nos ha vuelto más extraño que aquella aspiración de otro tiempo, la
aspiración a la «paz del alma», la aspiración cristiana; nada más nos causa menos envidia que la vaca-moral

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y la obesa felicidad de la buena conciencia. Se ha renunciado a la vida grande cuando se ha renunciado a la
guerra... En muchos casos, desde luego, la «paz del alma» no es más que un malentendido, - otra cosa, que
únicamente no sabe darse un nombre más honorable. Sin divagaciones ni prejuicios, he aquí unos cuantos
casos. «Paz del alma» puede ser, por ejemplo, la plácida irradiación de una animalidad rica en el terreno
moral (o religioso). O el comienzo de la fatiga, la primera sombra que arroja el atardecer, toda especie de
atardecer. O un signo de que el aire está húmedo, de que se acercan vientos del sur. O el agradecimiento, sin
saberlo, por una digestión feliz (llamado a veces «filantropía»). O el sosiego del convaleciente, para el que
todas las cosas tienen un sabor nuevo y que está a la espera... O el estado que sigue a una intensa satisfacción
de nuestra pasión dominante, el sentimiento de bienestar nacido de una saciedad rara. O la debilidad senil de
nuestra voluntad, de nuestros apetitos, de nuestros vicios. O la pereza, persuadida por la vanidad a ataviarse
con adornos morales. O la llegada de una certeza, incluso de una certeza terrible, tras una tensión y una tortura
prolongadas, debidas a la incertidumbre. O la expresión de la madurez y la maestría en medio del hacer, crear,
obrar, querer, la respiración tranquila, la alcanzada «libertad de la voluntad»... Crepúsculo de los ídolos:
¿quién sabe?, acaso también únicamente una especie de «paz del alma»...

Resumen aforismo 3:

•Para Niet. es mejor la “espiritualización de las pasiones” que no su castración, esto es, se trata de divinizar
las pasiones, de darles un valor, de encauzar los instintos a través de todo aquello que afirma la vida y nos hace
“fecundos” (p.e. el arte, la creación de los propios valores,…). El amor sería la espiritualización de la pasión
sexual, todo acto de amor es un acto creativo propio del individuo, no es una obligación ni un mandato.
También se refiere a la “espiritualización de la enemistad”, es decir, el conflicto, la antítesis, la enemistad,
son necesarios para ser “fecundos”, para desarrollar nuestra voluntad de poder fuerte. Necesitamos enemigos
para crecer fuertes (lo que no me mata me hace más fuerte), necesitamos poner resistencia, no aniquilar los
enemigos (como hace la Iglesia). Esto Niet. lo ejemplifica en el ámbito de la política pues los partidos crecen,
se hacen más fuerte, en base a su oponente.
Lo peor es la pasividad, no manifestar energía vital, la paz del alma a la que aspira el cristianismo. Esto
significa decadencia, nos convertimos en seres conformistas, inútiles, muertos en vida, como las vacas que
pasan el día rumiando tranquilamente al sol con la conciencia tranquila sin percatarse de que, más allá
de su prado, existe todo un mundo de experiencias que no disfrutan. Con el descanso, nos debilitamos,
nos cuesta más ponernos en marcha, no se desarrolla nuestra voluntad de poder. Necesitamos la guerra,
la lucha, para crecer y desarrollarnos, el descanso es sinónimo de rendición.

4.- Voy a reducir a fórmula un principio. Todo naturalismo en la moral, es decir, toda moral sana está regida
por un instinto de la vida, -un mandamiento cualquiera de la vida es cumplido con un cierto canon de lo que
«se debe» y lo que «no se debe» hacer, cualquier obstáculo y cualquier enemistad en el camino de la vida
quedan con ello eliminados. La moral contranatural, es decir, casi toda moral hasta ahora enseñada, venerada
y predicada se dirige, por el contrario, precisamente contra los instintos de la vida, - es una condena, a veces
encubierta, a veces pública e insolente, de esos instintos. Al decir «Dios examina el corazón», la moral dice no
a los apetitos más bajos y más altos de la vida y considera a Dios enemigo de la vida... El santo en el que Dios
tiene su complacencia es el castrado ideal... La vida acaba donde comienza el «reino de Dios»...

Resumen aforismo 4:

•Niet. aquí diferencia entre la moral natural (que es la que propone él) y la moral contranatural,
antinatral o antivital (que ha existido hasta ahora):

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-la moral natural: lo bueno es lo que favorece la vida, lo que contribuye a su fortalecimiento y, lo malo, es lo
que la degenera o la perjudica, lo que la hace enferma. El término “bueno” proviene de lo fisiológico, del propio
cuerpo, y no de lo psicológico. Los valores morales provienen de los instintos. Niet. no quiere valores que
repriman la vida, que repriman o castren los instintos. Toda moral sana, natural, está dominada por un instinto
de vida.
-la moral contranatural, antinatural, antivital: es la moral que ha existido hasta ahora. La moral tradicional,
originada desde Sócrates y Platón, pasando por el judaísmo y el cristianismo, es una moral que va contra los
instintos, que los ha castrado, y se opone a la vida, ha secado la fuente de la vida. Dios representa el rechazo a
lo mundano, a la vida, además la religión cristiana quiere la muerte, no la vida, para ir a otro mundo mejor, al
más allá. La figura representativa en la religión cristiana es el castrado ideal, una persona sin pasiones, sin
instintos, en definitiva, un muerto en vida.

5.- Suponiendo que se haya comprendido el carácter delictivo de tal rebelión contra la vida, rebelión que se
ha vuelto casi sacrosanta en la moral cristiana, con ello se ha comprendido también, por fortuna, otra cosa:
el carácter inútil, ilusorio, absurdo, mentiroso de tal rebelión. Una condena de la vida por parte del viviente
no deja de ser, en última instancia, más que el síntoma de una especie determinada de vida: la cuestión de si
esa condena es justa o injusta no está planteada en modo alguno con esto. Sería necesario estar situado fuera
de la vida, y, por otro lado, conocerla tan bien como uno, como muchos, como todos los que la han vivido, para
que fuera lícito tocar el problema del valor de la vida en cuanto tal: razones suficientes para comprender que
el problema es un problema inaccesible a nosotros. Cuando hablamos de valores, lo hacemos bajo la
inspiración, bajo la óptica de la vida: la vida misma es la que nos constriñe a establecer valores, la vida misma
es la que valora a través de nosotros cuando establecemos valores... De aquí se sigue que también aquella
contranaturaleza consistente en una moral que concibe a Dios como concepto antitético y como condena de la
vida es tan sólo un juicio de valor de la vida - ¿de qué vida?, ¿de qué especie de vida? - Pero ya he dado la
respuesta: de la vida descendente, debilitada, cansada, condenada. La moral tal como ha sido entendida hasta
ahora - tal como ha sido formulada todavía últimamente por Schopenhauer, como «negación de la voluntad de
vida» - es el instinto de décadence mismo, que hace de sí un Imperativo: esa moral dice: «¡perece!» - es el
juicio de los condenados...

Resumen aforismo 5:

•La tradición moral cristiana, la moral antinatural, ha tenido una actitud de resentimiento contra la vida, de
negación, ha hecho un juicio de valor negativo sobre la vida. Esto, para Niet., es algo absurdo y decadente. Es
necesario superar la decadencia instaurada con el cristianismo y crear nuevos valores aferrados a la vida, a lo
natural, a los instintos.
Cuando se hacen juicios de valor sobre la vida esto es síntoma de nuestra fisiología, de nuestro carácter, de
nuestra energía, y si hacemos un juicio de valor negativo esto significa que tenemos una voluntad de poder débil
y decadente, que estamos cansados de la vida, que no la vivimos con fuerza y lucha. Niet. insiste en la
imposibilidad de valorar la vida por parte de alguien que forme parte de ella, si queremos ser neutrales y
objetivos deberíamos situarnos fuera de ella y esto no se puede hacer; por lo tanto, no debemos valorarla,
buscarle un fundamento o sentido, sino que simplemente de debemos afirmarla, vivir con fuerza nuestras
experiencias vitales, luchar.
Aquella moral antinatural que concibe a Dios como un concepto antitético, contrario a la vida, es una moral
decadente, débil, que muestra un carácter de cansancio ante la vida, de condena ante la vida, que busca una
seguridad y una calma en un mundo verdadero, perfecto, permanente, eterno, que se sitúa en el más allá.

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6.- Consideremos todavía, por último, qué ingenuidad es decir: ¡el hombre debería ser de este y de aquel
modo!» La realidad nos muestra una riqueza fascinante de tipos, la exuberancia propia de un pródigo juego
y mudanza de formas: ¿y cualquier mezquino holgazán que se las da de moralista dice a esto: «¡no!, el hombre
debería ser de otro modo»?... Él sabe incluso cómo debería ser él, ese mentecato y mojigato, se pinta a sí mismo
en la pared y dice ¡ecce homo! [¡he ahí el hombre!]... Pero incluso cuando el moralista se dirige nada más que
al individuo y le dice: «¡tú deberías ser de este y de aquel modo! », no deja de ponerse en ridículo. El individuo
es, de arriba abajo, un fragmento de fatum [hado], una ley más, una necesidad más para todo lo que viene y
será. Decirle «modifícate» significa demandar que se modifiquen todas las cosas, incluso las pasadas... Y,
realmente, ha habido moralistas consecuentes, ellos han querido al hombre de otro modo, es decir, virtuoso, lo
han querido a su imagen, es decir, como un mojigato: ¡para ello negaron el mundo! ¡Una locura nada pequeña!
¡Una especie nada modesta de inmodestia!... La moral, en la medida en que condena, en sí, no por atenciones,
consideraciones, intenciones propias de la vida, es un error específico con el que no se debe tener compasión
alguna, ¡una idiosincrasia de degenerados, que ha producido un daño indecible!... Nosotros que somos
distintos, nosotros los inmoralistas, hemos abierto, por el contrario, nuestro corazón a toda especie de
intelección, comprensión, aprobación. No negamos a la ligera, buscamos nuestro honor en ser afirmadores. Se
nos han ido abriendo cada vez más los ojos para ver aquella economía que necesita y sabe aprovechar aún
todo aquello que es rechazado por el santo desatino del sacerdote, por la razón enferma del sacerdote, para
ver aquella economía que rige en la ley de la vida, lo cual saca provecho incluso de la repugnante species
[especie] del mojigato, del sacerdote, del virtuoso, - ¿qué provecho? - Pero nosotros mismos, los inmoralistas,
somos aquí la respuesta...

Resumen aforismo 6:

•En primer lugar, lo que dice Niet. es que lo que hay en la realidad es la multiplicidad de formas, todo en
constante cambio, hay diversidad, no hay univocidad, nada es idéntico, en eso consiste la riqueza de la
vida. Lo que hace la moral antivital es ir contra esa riqueza, pretende aplicar a todos los seres humanos
una misma y única ley diciendo a cada individuo cómo debe ser, que todos deben comportarse del mismo
modo, de esta manera va contra la multiplicidad de tipologías humanas.

•Según Niet., cada individuo nace con un hado, no es un destino escrito sino que Niet. se refiere a la propia
energía vital, a las capacidades, instintos, pasiones, de cada uno (esto es lo que nos hace actuar y ser de
una determinada manera). La moral tradicional ha pretendido extirpar esta parte de nosotros que nos
constituye y esta actitud es absurda, es una actitud negadora de la vida, de los instintos.

•Diferencia entre los moralistas (moral antinatural, antivital) y los inmoralistas (moral natural, vital):

Moral antinatural Moral natural


Castración y extirpación de las pasiones Espiritualización, dignificación, de las pasiones
Actitud negadora de la vida Actitud afirmadora de la vida
Vida descendentes, débil Vida ascendente, fuerte
Impone sus valores y su visión del mundo No impone su visión a nadie, es perspectivista
Se basan en normas y prohibiciones Se rige por un instinto de vida
No acepta la diversidad, impone al ser humano Acepta la diversidad, las diferentes tipologías de
cómo debe ser seres humanos
Lo que nos constituye es la razón Lo que nos constituye es nuestra energía vital,
nuestras pasiones

LOS MEJORADORES DE LA HUMANIDAD

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1.-Es conocida mi exigencia al filósofo de que se sitúe más allá del bien y del mal, - de que tenga debajo de sí
la ilusión del juicio moral. Esta exigencia se deriva de una intuición que yo he sido el primero en formular: la
de que no existen hechos morales. El juicio moral tiene en común con el religioso el creer en realidades que
no lo son. La moral es únicamente una interpretación (Ausdeutung) de ciertos fenómenos, dicho de manera más
precisa, una mala interpretación (Missdeutung). El juicio moral, lo mismo que el religioso, corresponde a un
nivel de ignorancia en el que todavía falta el concepto de lo real, la distinción entre lo real y lo imaginario: de
tal manera que, en ese nivel, la palabra «verdad» designa simplemente cosas que hoy nosotros llamamos
«imaginaciones». El juicio moral, en consecuencia, no ha de ser tomado nunca al pie de la letra: como tal,
siempre contiene únicamente un sinsentido, una absurdidad. Pero en cuanto semiótica sigue siendo
inapreciable: revela, al menos para el entendido, las realidades más valiosas de culturas e interioridades que
no sabían lo bastante para «entenderse» a sí mismas. La moral es meramente un hablar por signos, meramente
una sintomatología: hay que saber ya de qué se trata para sacar provecho de ella.

Resumen aforismo 1:

•Según Niet. el filósofo debe situarse más allá del bien y del mal (crear sus propios valores, no ceñirse a
lo que ha impuesto la moral tradicional), debe ser consciente de que no existen los fenómenos morales
sino que los juicios morales son interpretaciones, ficciones que hace el ser humano a través del lenguaje
para vivir con seguridad y tranquilidad la vida. No existen los valores morales universales ni absolutos.
El problema es que la moral que ha triunfado es la moral de esclavos, de los débiles, y esa moral va contra
la vida, es antinatural y antivital, es una mala interpretación. La moral y la religión desprecian la vida,
castran los instintos, nos empobrecen, es una absurdidad, es sintomatología de decadencia.

2.- Un primer ejemplo, y completamente provisional. En todas las épocas se ha querido «mejorar» a los
hombres: a esto sobre todo es a lo que se ha dado el nombre de moral. Pero bajo la misma palabra se esconden
las tendencias más diferentes. Tanto la doma de la bestia ser humano como la cría de un determinado género
de ser humano han sido llamadas «mejoramiento»: sólo estos términos zoológicos expresan realidades, -
realidades ciertamente, de las que el «mejorador» típico, el sacerdote, nada sabe -nada quiere saber... Llamar
a la doma de un animal su «mejoramiento» es algo que a nuestros oídos les suena casi como una broma.
Quien sabe lo que ocurre en las casas de fieras pone en duda que en ellas la bestia sea «mejorada». Es
debilitada, es hecha menos dañina, es convertida, mediante el afecto depresivo del miedo, mediante el dolor,
mediante las heridas, mediante el hambre, en una bestia enfermiza. - Lo mismo ocurre con el hombre domado
que el sacerdote ha «mejorado». En la Alta Edad Media, cuando de hecho la Iglesia era ante todo una casa de
fieras, se daba caza en todas partes a los más bellos ejemplares de la «bestia rubia» se «mejoró», por ejemplo,
a los aristocráticos germanos. Pero ¿qué aspecto ofrecía luego ese germano «mejorado», llevado
engañosamente al monasterio? El de una caricatura de hombre, el de una monstruosidad [Missgeburt]: había
sido convertido en un «pecador», estaba metido en la jaula, había sido encerrado entre conceptos todos ellos
terribles... Allí yacía ahora, enfermo, raquítico, malévolo contra sí mismo; lleno de odio contra los impulsos
que incitan a vivir, lleno de sospechas contra todo lo que continuaba siendo fuerte y feliz. En suma, un
«cristiano»... Dicho fisiológicamente: en la lucha con la bestia el ponerla enferma puede ser el único medio de
debilitarla. Esto lo entendió la Iglesia: echó a perder al hombre, lo debilitó, - pero reclamó haberlo
«mejorado»...

Resumen aforismo 2:

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•En todas las épocas, la moral ha pretendido mejorar a los hombres mediante su domesticación,
suprimiendo y anulando sus instintos. Niet. pone en duda que la “doma” mejore al ser humano. Hace una
analogía con la doma de las fieras, de las bestias, y se plantea si, en realidad, es un mejoramiento: se da cuenta
de que no, pues la bestia es debilitada, convertida menos dañina mediante el dolor, el castigo, el hambre, se
convierte en una bestia enferma. Pongamos como ejemplo el caso de un león: ¿acaso no está mejor en libertad
en la sabana que no encerrado en una jaula? Lo mismo pasaría con los seres humanos, los domadores serían los
sacerdotes que quieren domesticarlos prohibiéndoles sus instintos, obligándoles a arrodillarse, se creen que
construyen un hombre mejor con sus normas morales pero, en realidad, convierten a los humanos en enfermos,
negadores de la vida, castran sus instintos.
En la Edad Media, la Iglesia domesticó y cristianizó a la “bestia rubia”, a los aristocráticos germanos. Esto no
fue un mejoramiento sino que los volvió enfermos, raquíticos, decadentes, débiles, llenos de odio contra sus
propios instintos, contra la vida, encerrados o atrapados entre conceptos como el “castigo”, la “culpabilidad”,
el “pecado”, la “humillación”,…

3.- Tomemos el otro caso de la llamada moral, el caso de la cría de una determinada raza y especie. El ejemplo
más grandioso de esto nos lo ofrece la moral india, sancionada como religión en la «Ley de Manú». La tarea
aquí planteada consiste en criar a la vez nada menos que cuatro razas: una sacerdotal, otra guerrera, una de
comerciantes y agricultores, y finalmente una raza de sirvientes, los sudras. Es evidente que aquí no nos
encontramos ya entre domadores de animales: una especie cien veces más suave y racional de hombres es el
presupuesto para concebir siquiera el plan de tal cría. Viniendo del aire cristiano, un aire de enfermos y de
cárcel, uno respira aliviado al entrar en este mundo más sano, más elevado, más amplio. ¡Qué miserable es el
«Nuevo Testamento» comparado con Manú, qué mal huele! - Pero también esta organización tenía necesidad
de ser terrible, - esta vez no en lucha con la bestia, sino con su concepto antitético, con el hombre-no-de-cría,
el hombre-mestizo, el chandala. Y, de nuevo, esa organización no tenía ningún otro medio para hacerlo
inofensivo, para hacerlo débil, que ponerlo enfermo, - era la lucha con el «gran número». Acaso nada
contradiga más a nuestro sentimiento que estas medidas preventivas de la moral india. El tercer edicto, por
ejemplo (Avadana-Sastra I), el de «las legumbres impuras», ordena que el único alimento permitido a los
chandalas serán los ajos y las cebollas, considerando que la Escritura sagrada prohíbe darles grano o frutos
que tengan granos, darles agua o fuego. Ese mismo edicto establece que el agua que necesiten no la tomarán
ni de los ríos ni de las fuentes ni de los estanques, sino únicamente de los accesos a los charcos y de los agujeros
hechos por las pisadas de los animales. Asimismo se les prohíbe lavar sus ropas y lavarse a sí mismos, puesto
que el agua que graciosamente se les concede sólo es lícito utilizarla para aplacar la sed. Finalmente, se
prohíbe a las mujeres sudras asistir en el parto a las mujeres chandalas, y asimismo se prohíbe a estas últimas
asistirse entre sí en esas circunstancias...-El éxito de tal policía sanitaria no tardó en llegar: epidemias
mortíferas, enfermedades sexuales horribles, y, a consecuencia de ello, de nuevo, «la ley del cuchillo», que
prescribe la castración para los niños, la amputación de los labios menores de la vulva para las niñas. - Manú
mismo dice: «los chandalas son fruto de adulterio, incesto y crimen (- esta es la consecuencia necesaria del
concepto de cría). Como vestidos tendrán sólo los andrajos de los cadáveres, como vajilla, cacharros rotos,
como adorno, hierro viejo, como culto, sólo los espíritus malignos; vagarán sin descanso de un lado para otro.
Les está prohibido escribir de izquierda a derecha y servirse de la mano derecha para escribir: el empleo de
la mano derecha y de la escritura de izquierda a derecha está reservado a los virtuosos, a la gente de raza».-

Resumen aforismo 3:

•Diferente a la doma cristiana (vista en el aforismo anterior) es la cría de una raza para mejorar a los humanos.
Esto es lo que hizo la Ley de Manú, una moral que proviene de la religión india. Mediante dicha ley se intentaba
criar cuatro razas distintas: sacerdotes, guerreros, comerciantes/agricultores y sirvientes. Estas castas eran

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cerradas, no podían mezclar su sangre entre ellas, así podía conseguirse una raza pura. Pero el adulterio daba
lugar al mestizaje, a los chandalas, contra los cuales se impuso unas normas y una violencia terribles. Por lo
que, según Niet., este método tampoco supuso un mejoramiento para la humanidad sino todo lo contrario,
supuso una miseria y una decadencia.

4.- Estas disposiciones son bastante instructivas: en ellas tenemos, por un lado, la humanidad aria, totalmente
pura, totalmente originaria,- aprendemos que el concepto «sangre pura» es la antítesis de un concepto banal.
Por otra parte, se hace claro cuál es el pueblo en el que el odio, el odio de los chandalas contra esa «humanidad»
se ha perpetuado, dónde se ha convertido en religión, dónde se ha convertido en genio... Desde este punto de
vista los Evangelios son un documento de primer rango; más aún el libro de Henoch. - El cristianismo, brotado
de la raíz judía y sólo comprensible como planta propia de ese terreno, representa el movimiento opuesto a toda
moral de la cría, de la raza, del privilegio: - es la religión antiaria par excellence: el cristianismo, transvaloración
de todos los valores arios, victoria de los valores chandalas, el evangelio predicado a los pobres, a los inferiores,
rebelión completa de todos los pisoteados, miserables, malogrados, fracasados, contra la «raza», - venganza
inmortal de los chandalas como religión del amor...

Resumen aforismo 4:

•Aquí se hace referencia a dos conceptos contrarios:

-la humanidad aria (raza aria): Niet. utiliza este concepto, no en el sentido del nazismo que tanto se ha
malinterpretado, sino que quiere referirse al carácter de los nobles, de los guerreros, de la época de la tragedia
griega, que eran valientes, honrados, veraces, luchadores, que tenían una moral de señores.

-el mestizaje (chandalas): utiliza este concepto para contraponerlo al de raza aria y se refiere a la moral de
los débiles, de los mediocres que viven la vida sin fuerza, que no luchan, es una moral antivital, antinatural, va
contra los instintos, representa al judaísmo y al cristianismo.

Identifica a los judíos con los chandalas, con la moral de los débiles, y dice que se movían por el sentimiento
de odio hacia los nobles, por eso invirtieron los valores de los nobles, hicieron una transmutación de los valores
nobles, arios, y vencieron los valores de los débiles, de los esclavos, de los chandalas, de los miserables: los
“buenos” pasaron a ser los débiles, pobres, enfermos, desgraciados, miserables (los amados por Dios) y, los
“malos” serán los nobles, poderosos, fuertes (los condenados por Dios). Esta moral del amor, esta religión del
amor es, por el contrario, una religión del odio hacia la vida, hacia los instintos.

5.- La moral de la cría y la moral de la doma son completamente dignas una de otra en los medios de imponerse:
nos es lícito sentar como tesis suprema que, para hacer moral, es preciso tener la voluntad incondicional de lo
contrario. Este es el gran problema, el inquietante problema detrás del cual yo he andado durante más largo
tiempo: la psicología de los mejoradores de la humanidad. Un hecho pequeño y, en el fondo, modesto, el de la
llamada pia fraus [mentira piadosa], me proporcionó el primer acceso a este problema: la pia fraus, patrimonio
hereditario de todos los filósofos y sacerdotes que han «mejorado» la humanidad. Ni Manú, ni Platón, ni
Confucio, ni los maestros judíos y cristianos han dudado jamás de su derecho a la mentira. No han dudado de
otros derechos completamente distintos... Expresándolo en una fórmula, sería lícito decir: todos los medios con
que se ha pretendido hasta ahora hacer moral a la humanidad han sido radicalmente inmorales.

Resumen aforismo 5:

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•La moral de la doma y la moral de la cría tienen en común un elemento muy importante: ambas se han servido
de unos medios violentos y brutales que justamente no pueden ser definidos como “morales” sino más bien
como inmorales, antinaturales. Todos los sistemas morales (la ley de Manú, judaísmo, cristianismo,…) se han
basado en eso, no han mejorado la humanidad, se han basado en una mentira, han sido inmorales, han
domesticado al ser humano negándole sus instintos, negando la vida.

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