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7º Etapa: IMPULSORES

Echada la maldición sobre tu cabeza, adoptada tu posición existencial y gravados tus


mandatos, está lista la maquinaria infernal dentro de tus circuitos cerebrales. Ahora te resta
conocer que es lo que tienes que hacer, puesto a punto tan diabólico mecanismo, para poner en
marcha la totalidad rumbo a ese final que te aguarda como un dantesco “maleficio final”.

Una vez que tus padres o mejor dicho, la parte negativa d tus padres han grabado
visceralmente los mandatos que deberás seguir durante toda tu vida, ellos mismos, con las mismas
partes negativas, intentan de alguna manera aliviar esa negativa influencia.

Para evitar que caigas bajo los efectos de esos mensajes, procuran salvarte mediante
otro tipo de mensajes que llamaremos por su pretenciosa finalidad Mensajes Contraargumento.

La causa de que estos impulsores te lleven al desastre es que son las grabaciones de
consejos y fórmulas socialmente aceptables, que si las cumplieras te llevarías a alcanzar el éxito y
la felicidad en la vida, pero en realidad tienen tal magnitud de exigencias que son prácticamente
imposibles de lograr. Estos mensajes contraargumentales llamados impulsores podemos
resumirlos en cinco diferentes tipos básicos.

APÚRATE: Este impulsor actúa básicamente sobre el tiempo, impulsándote a sentir mágicamente
que nunca es suficiente. Por ello, cuando te anima, te hace funcionar muy rápidamente en tus
actividades. Seguramente eres de los que creen que tienen que hacer las cosas “ahora mismo”.
Tu modo de hablar o de actuar será siempre a alta velocidad. Cuando comiences a hacer o
experimentar algo, simultáneamente estarás pensando en lo que vendrá después. Llegarás a tus
citas antes de hora y no esperarás a nadie ni un minuto. En una actitud de constante inquietud
interrumpirás a los demás cuando estén hablando o haciendo. La excesiva velocidad induce a
errores, decisiones prematuras, torpeza, accidentes. En cierto modo, “apúrate” se contrapone de
“sé perfecto”. Cuando dos personas con una meta común tienen estos impulsores, el conflicto
entre ellas es inevitable.

Como Juan y Damián, abogados:


Juan (sé perfecto): “voy a consultar toda la jurisprudencia y luego hablar con el profesor X para
redactar la demanda”.
Damián (apúrate): “¿Estás loco? Esto tenemos que hacerlo ya y presentarlo”.

Las colas, los trámites burocráticos, las personas lentas, son una tortura. Se tiende a
mover rápidamente los ojos, la expresión facial es cambiante. Frases típicas: “empecemos de una
vez”, y “¿para cuándo?”. Dedos que tamborilean, piernas que se mueven nerviosamente,
movimientos rápidos. Cuando este impulsor se dirija a tu interioridad, te apurarás a ti mismo,
cuando se dirija hacia fuera, apurarás a los demás.

SÉ PERFECTO: Este impulsor actúa sobre “como” debes hacer las cosas. Obligándote a exigirte
la máxima perfección sin perdonarte el más mínimo error. Te lleva a decir las cosas de tal modo
que no quede el menor asomo de duda en lo que explicas o cuentas, por lo que siempre das
mucha más información de la que se necesita. No se distingue lo esencial de los accesorios. Las
decisiones se demoran fuera de los plazos adecuados. Son frecuentes los comportamientos
obsesivos, pensar una y otra vez lo mismo para verificar y acomodar todo exactamente en su
lugar. Se auto tortura pensando que “no lo está haciendo bien”. No importa el tiempo que le lleva
hacer algo, lo importante es que sea perfecto. Cada vez que termina algo siempre se queda con la
sensación de que podría haberlo hecho mejor. Hasta cuando dice cosas positivas, propias o de
otro, siempre empaña lo dicho pensando o comentando que, lamentablemente, no está del todo
perfecto; no deja pasar el menor error y es prácticamente imposible conformarlo en algo.

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SÉ FUERTE; Este impulsor te enseña que es lo permitido y aceptable “sentir” o “mostrar” durante
las situaciones que te crean conflictos o te involucran emocionalmente. Él te llevará a ser estoico y
castrador de tus sentimientos y expresividad, obligándote a mantener un tono monótono y falto de
emotividad al decir cosas que sientes o piensas, sean éstas triviales o significativas. Nunca te
permite mostrar signos de debilidad, como “miedo y tristeza”, llevándote a actuar como una roca
ante situaciones francamente movilizantes. Esto te incapacita para pedir ayuda cuando la
necesitas, y te conduce a arreglártelas siempre solo y a aguantar todo en silencio, con los brazos
cruzados y las mandíbulas apretadas. La descalificación interna del Padre Crítico Negativo al Niño
es “no debes mostrarte débil”. Palabras típicas: “no me importa”, “sin comentarios”, “hay que
aguantar”. Las manos rígidas, los brazos o piernas cruzadas. Eres el más indicado para soportar
todo el peso de las situaciones donde todo se viene abajo. No puedes en general aceptar ningún
tipo de protección. Para ti lo importante es sólo el deber y la disciplina.

TRATA MÁS: Descalificación interna: “no vas a poder, es muy difícil”. Pedido de ayuda al Padre
Nutritivo Vengativo: ¿Cómo hago entonces? Consejo del “trata más”: “trata, intenta una y otra vez,
te va a costar, todo cuesta”. Todo es opuesto a “hacer” con eficiencia y elegancia. Las personas
en “trata más” se esfuerzan innecesariamente: fijan mal las metas, eligiendo las impracticables, o
siguen métodos ineficientes. Todo lo cual comprueba que el mensaje parental es cierto. Sus
palabras típicas son; “voy a tratar”, “me cuenta…es difícil”, y muletillas como “este……”, “eh…..”,
“bueno……”. Comienzan una frase y se van por las ramas, o la dejan incompletas. Este impulsor
actúa sobre “como terminar” las cosas que emprendes, o en realidad sobre como no terminarlas,
sin olvidar el duro esfuerzo que al menos has intentado para lograrlo. Se te verá tratando siempre
de terminar lo que has empezado o empezando constantemente cosas que jamás llevarás hasta el
fin. Es posible que como un eco repitas frecuentemente lo que se dice. Te complicas por cualquier
cosa. Nunca puedes definir claramente tus metas, o das grandes rodeos para decir o hacer
cualquier cosa. Cuando diriges tu impulsor hacia los otros, los invitas a que se esfuercen contigo.
Haces que te expliquen repetidamente las cosas. O enganchas a un bien intencionado que trata
de convencerte de algo que tú ya tienes totalmente decidido.

COMPLACE: Ante un estímulo social, la descalificación interna es “no eres suficientemente


bueno”. Al preguntar internamente el Niño Adaptado: “¿Y qué debo hacer entonces?”, el mensaje
del impulsor es: “Complace….haz sentir bien a los demás, olvídate de tus necesidades, todos
deben aprobar lo que haces”. “No se te ocurra decir que no, ni frustrar a nadie”. El complace
regula los intercambios, el dar y recibir con los demás. Se refiere tanto a dar demasiado como a
pretender que lo complazcan a uno, es decir exigir en exceso. En este último caso, la
descalificación interna es hacia los demás: “no son suficientemente buenos para ti”. También se
puede tener complace para adentro, con algunos (hacerse complacer) y hacia fuera con otros
(complacerlos). Por ejemplo una mujer tiraniza a su marido, pero es tiranizada a su vez por su hijo.
Frases típicas: “¿Podrías…?”, “¿querrías…?”, “Con mucho gusto”. Tu gran preocupación será
complacer, gustar, ser servicial y bien dispuesto y no tendrás la capacidad de decir no sin sentirte
“ya fuera del impulsor” culpable, e inclusive hasta tratas de adivinar lo que los demás quieren o
necesitan. Cuando el impulsor se dirige hacia adentro estarás actuando lógicamente, todo lo
contrario a lo anterior.

Leyendo el significado todo lo anterior puedes ir reconociendo cuál es tu primer impulsor,


tu segundo, etc., hasta poner en orden de importancia a todos, aunque no es necesario que los
poseas en su totalidad, pero con seguridad tienes más de uno.

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