Álvaro Del Pópolo

Legajo N°28835

Actividad N°3: La sustancia y el lenguaje

1. ¿Cómo define Locke a la sustancia?

Libro II, cap. XXIII: parágrafos 1, 2, 3, 6, 9, 12, 14, 15, 32 y 37

2.¿Cómo define Locke a las palabras en su relación con las ideas generales?

3.¿Cuál es la utilidad del lenguaje?

Libro III: cap. I parágrafos 1, 2 y 3; cap. II parágrafo 1 hasta 4 y 8; cap. III parágrafos 1 hasta
6

4. Describe cómo se forman las palabras.

Libro III: cap. III, parágrafos 6 hasta 15.

5. ¿Cómo se relacionan las esencias reales con las esencias nominales?

Libro III, capítulo III, parágrafos 15 hasta 19.

1. Para Locke, la sustancia no es una idea simple, aunque se la confunda por una;
tampoco es lo que soporta a las cualidades, un substratum donde subsisten y de donde
resultan las mismas. Es algo más que las cualidades primarias pero no sabemos qué,
es “un algo, un fondo desconocido que sólo podemos suponer”. Al sólo poder
suponer, es considerado una idea compleja compuesta por cualidades comunes
puestas juntas como unidas en una sola cosa.

Las ideas complejas de las substancias están formadas por las ideas de las cualidades
primarias, las ideas de las secundarias y las potencias activa y pasiva, en otras
palabras, “la aptitud que consideramos en cualquier substancia para provocar o para
sufrir alteraciones de las cualidades primarias”.

Hasta la idea de un espíritu inmaterial, o sea una substancia inmaterial, es la

conjunción de las ideas simples “de pensar y de volición, o de la potencia de mover o
de aquietar un movimiento corporal, todo ello unido a la substancia, de la cual
carecemos de una idea distinta”. Aquí se pone en relieve que el conocimiento del
entendimiento humano no puede sobrepasar al de las ideas simples.

2 y 3. Para Locke, las palabras son sonidos articulados que sirven de signos de ideas que
permiten comunicar pensamientos entre distintas mentes; o sea, son “signos sensibles
necesarios para la comunicación”, la comunicación de la sociedad. Además sirven para que
los hombres registren sus propias ideas en auxilio de su memoria. Ahora bien, estos signos
tienen que ser generales, porque si para cada cosa se necesitara un nombre el lenguaje
perdería su utilidad; así, terminos generales, que refieren a ideas generales, señalan una
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multitud de existencias particulares. Vale aclarar que el lenguaje no es natural sino que es
convenido arbitrariamente, “la significación de las palabras es perfectamente arbitraria”.

4. Las palabras, como signo de ideas generales, se forman cuando se suprimen las
circunstancias de tiempo y lugar y cualquier idea determinante a un objeto particular. Aquí se
ve cómo el entendimiento actúa activamente en la formación de ideas complejas, en este caso
abstrayendo en un nombre a ideas complejas y formando ideas generales. En el avance hacia
nombres y nociones más generales, el entendimiento hace más abstracción y retiene menos
cualidades.

Y quien piense que las naturalezas o nociones generales son otra cosa que no semejantes
ideas abstractas y parciales de otras ideas más comple.. jas, primeramente deducidas de
algunas existencias particulares, tendrá, me temo, dificultad en encontrarlas.

Ahora bien, no hay que olvidar que “lo general y lo universal son criaturas del
entendimiento.” No tienen una existencia real en las cosas, sólo son inventadas por el
entendimiento gracias a la similitud de las cosas.

5. La esencia real es “el ser de algo, en razón del cual es lo que es”. Por otra parte la esencia
nominal es una idea abstracta hecha por el entendimiento que asigna a un grupo de cosas una
colección de ideas simples, esta es significada por el nombre (hay que recordar que está
estrechisimamente ligada al nombre).

Entonces, ambas esencias serán las mismas en las ideas simples y en los modos, pero en las
substancias son diferentes. Para dar a entender esto, Locke lo ejemplifica. “Así, una figura
que encierra un espacio entre tres líneas es la esencia real y asimismo la esencia nominal de
un triángulo.” Pero, por ejemplo, en un anillo la esencia real no es desconocida, ya que sólo
conocemos cualidades secundarias y las amalgamamos en una idea compleja; y, al mismo
tiempo, merece el nombre de anillo, ya que cumple con el conjunto de ideas simples que
hacen que sea un anillo.