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Ideario de las Escuelas Católicas de la Diócesis de Chascomús

Introducción

Como fruto de un camino de comunión, participación y discernimiento, compartimos este


Ideario, que refleja el modo como la Iglesia de la Diócesis de Chascomús comprende, asume y vive su
Misión en las Escuelas Católicas.

Este Ideario es una narración de nuestra Identidad Institucional, y refleja lo que sentimos que
el Señor nos invita a vivir, nuestra Identidad y Misión, nuestro Estilo Educativo y nuestros Horizontes
y Sueños de Futuro.

Nuestras escuelas están abiertas a todas las personas que aceptan este Ideario y se
comprometen a respetar el Proyecto Educativo Institucional.

En cada Escuela de la Diócesis, el Proyecto Educativo Institucional y el Acuerdo Institucional


de Convivencia, construidos en forma participativa y evaluados periódicamente, encarnan las
orientaciones de este Ideario, en su contexto particular.

Nuestra Identidad y Misión

1. La Iglesia que peregrina en la Diócesis de Chascomús considera a las Escuelas Católicas


espacios privilegiados de su Misión Evangelizadora. Nuestras Comunidades Educativas reciben
de la Iglesia Católica su Envío, la configuración de su Identidad, y también la referencia Legal
y Administrativa.
2. Nuestras Escuelas Católicas son, ante todo, Comunidades Educativas que buscan vivir el
Evangelio, anunciar el Reino de Dios y ser Signos de la Presencia de Jesús.
3. En todo lo referente a la animación Pastoral, el Estilo Educativo y las orientaciones doctrinales,
nuestras escuelas siguen las directivas de la Iglesia Diocesana y Universal.
4. En todo lo referente a las cuestiones legales y administrativas, y en tanto escuelas, están
sujetas a las directivas propias de los organismos gubernamentales correspondientes.

Nuestro Estilo Educativo

5. En nuestras escuelas se enseña para educar, es decir para formar a la persona desde dentro,
ayudándola a liberarse de los condicionamientos que pudieran impedirle vivir plenamente
como ser humano. Por esto, la escuela parte de un Ideario, intencionalmente dirigido a la
promoción total de la persona. La educación, en nuestras instituciones, tiene una mirada
integral del ser humano, contemplando todas las dimensiones del ser: lo ecológico, lo bio-
psicológico, lo social, lo ético- espiritual.
6. Pretendemos una escuela que escuche los pensamientos de los alumnos, eduque los diversos
talentos, dones, capacidades, competencias, cultivando una enseñanza personalizada. Una
educación formadora de la voluntad, de la afectividad, de la inteligencia, de la espiritualidad,
del cuidado del cuerpo. Buscamos en este proceso estimular la curiosidad, abrir las mentes y
los corazones, así como movilizar los recursos cognitivos, sociales, emocionales y espirituales
para actuar. Creemos que el trabajo es compatible con la alegría. Paulatinamente el alumno
aprende a ser sujeto, testigo y protagonista de su propia historia. Su participación en el
quehacer cotidiano de la Escuela es parte de ese proceso educativo integral.
7. Nuestras Escuelas son Católicas. Lo que las define en este sentido es su referencia a la
concepción cristiana de la realidad: Jesucristo es el centro de tal concepción. Procuramos una
escuela nutrida por el espíritu evangélico, que se expresa en la vivencia de vínculos y
relaciones impregnadas de respeto, justicia y fraternidad, junto con una currícula que ofrezca
la visión cristiana del saber, en diálogo con una educación de calidad. El clima institucional, la
convivencia, la tolerancia, la unidad en la diversidad, la aceptación y valoración de la
pluralidad, resultan valores constitutivos de nuestra propuesta axiológica.
8. Procuramos que nuestras escuelas sean ámbitos en los cuales las niñas, niños, adolescentes y
adultos puedan experimentar el Amor de Dios, conocer a Jesús y encontrarse con El. Por eso
ofrecemos espacios de vivencia y celebración de la fe, adecuados a la realidad, edad y
necesidades de los diversos miembros de la Comunidad Educativa. La fe se ofrece y se
comparte en nuestras escuelas. Jamás se impone. Siguiendo el espíritu del Documento de
Aparecida, seguimos a Jesús Maestro. Suscitamos el conocimiento de Cristo, pero también el
poder contemplarlo, no sólo escuchando sus palabras y viendo sus acciones, sino, además,
sumándonos a su Misión Transformadora de la realidad.
9. Nuestra concepción cristiana de las relaciones humanas nos abre, de manera especial, hacia
los más vulnerables. Favorecemos espacios de inclusión y solidaridad tanto hacia el interior
como hacia el exterior de nuestras instituciones, fortaleciendo el compromiso social.
10. Es evidente que semejante orientación de la enseñanza no depende tanto de la materia o de
los programas, sino principalmente de las personas que los imparten. Valoramos y
reconocemos la vocación de los educadores y de todo el personal que trabaja en nuestras
escuelas. Creemos que la síntesis entre cultura y fe se realiza gracias a la armonía orgánica de
fe y vida en la persona de los educadores. La nobleza de la tarea a la que han sido llamados
reclama que, a imitación del único Maestro Cristo, ellos revelen el misterio cristiano no sólo
con la palabra sino también con sus mismas actitudes y comportamiento.
11. Somos conscientes de que los directivos, educadores y todo el personal que trabaja en
nuestras escuelas son personas humanas y en proceso de crecimiento, por eso se generan
sistemáticamente espacios de acompañamiento y formación, a los que se comprometen a
participar. Trabajar en una Institución de la Diócesis de Chascomús conlleva la exigencia de
aceptar y respetar los valores centrales de este Ideario Educativo.
12. Lo que deseamos como institución educativa, lo queremos lograr con un estilo educativo que
contemple el educar en comunidad, la reciprocidad, la participación y el protagonismo de los
alumnos en sus propias trayectorias educativas. Esto implica una escuela innovadora, con
actualización pedagógica, con participación activa en la sociedad, con proyectos que generen
motivación por su propia significatividad vital, con una transversalidad de los contenidos y el
desarrollo de habilidades y competencias que sean sustento para poder encarar un proyecto
de vida y una vida con proyectos. Ayudar a cada estudiante a encontrarse consigo mismo y así
hallar su Vocación al Servicio de la Humanidad es el horizonte que unifica todas nuestras
acciones educativas.
13. Consideramos a la Familia como la Primera Escuela de la vida. Les invitamos y
comprometemos también a ser parte de la Institución Educativa. El diálogo recíproco entre
Familia y Escuela es fundamental para una educación coherente y eficaz. Promovemos
espacios de participación de las familias en la marcha de la Escuela. A su vez, las familias que
envían sus hijos a las Escuelas de la Diócesis de Chascomús se comprometen a responder a las
convocatorias institucionales, acercando también sus opiniones y sugerencias.
14. Nos insertamos plenamente en la Sociedad de la que formamos parte, y estamos
particularmente unidos a la Parroquia, Comunidad de Comunidades, y a la Diócesis de
Chascomús, Iglesia particular de la que somos parte.
15. Valoramos la presencia, el don y el aporte de cada miembro de la Comunidad Educativa: niñas
y niños, adolescentes, jóvenes, educadores, personal administrativo, auxiliares, familias,
Directivos, Representantes Legales y Sacerdotes. Cada uno de estos sujetos construye la
Institución desde un lugar específico e insustituible. Cuando nos encontramos y reflexionamos
sobre la vida de nuestra Escuela, el Espíritu se hace presente y nos permite visualizar los
caminos por los que Dios nos invita a transitar.
16. Promovemos un Estilo de Gestión Directiva basado en la escucha, que prioriza el trabajo en
equipo, la participación y la articulación. Directivos y Representantes Legales se comprometen
a construir una Comunidad de Puertas Abiertas, sensible y atenta a las necesidades de sus
miembros. En el momento de ejercer la autoridad, se inspiran en Jesús, quien dijo que la
autoridad es fundamentalmente un servicio.

Nuestro horizonte y sueños de futuro

17. Los sueños y horizontes son también parte de nuestra identidad institucional. Amamos,
valoramos y honramos las raíces históricas de cada una de nuestras escuelas, y nutridos por
esa fortaleza nos animamos a mirar el futuro con esperanza y pasión.
18. Soñamos que nuestras escuelas sean reconocidas por formar personas con valores, en un
ambiente cálido y evangélico, con calidad educativa y transparencia evangelizadora.
Instituciones abiertas a la diversidad, plenamente insertas en la sociedad y solidarias con los
más vulnerables.
19. Nos esforzamos por diseñar en nuestras escuelas los dispositivos necesarios para acompañar
los horizontes y sueños de los distintos actores institucionales y la trayectoria personal de
cada uno de nuestros alumnos y alumnas, atendiendo a sus procesos y necesidades
particulares. Buscamos innovar nuestra pedagogía y articular nuestras instituciones para que
sean, cada vez más, mejores escuelas y signos más claros de la Presencia Amorosa de Jesús,
que ama a los niños y jóvenes y les desafía a crecer hacia su mejor versión.
20. Abiertos a la autocrítica y la revisión permanente, en clave de discernimiento, procuramos
mejorar nuestro servicio educativo. Por eso generamos espacios e instancias de evaluación
institucional, capacitación docente, animación espiritual y cualificación pedagógica. Creemos
fundamental cultivar y potenciar la relación Familia/ Escuela.

Ponemos en manos de María y San José, educadores de Jesús en Nazareth, nuestro anhelo de
construir Comunidades Educativas fieles al Evangelio, insertas en la realidad, que sean signos visibles
de la Presencia del Reino de Dios en nuestro territorio diocesano. La misma María que, desde la
advocación de Nuestra Señora de la Merced, Patrona de la Diócesis, nos cobija y abraza, y nos ayuda
a caminar en fidelidad gozosa a nuestra Misión.

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