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Es un término que suele confundirse con otros relacionados, como robo y expoliación. La
diferencia radica en que durante el transcurso de estas acciones delictivas se emplean métodos
violentos.
Dentro de estos tipos delictivos (los delitos a la propiedad), generalmente se asocian con los
castigos menos severos. Lo mismo ocurre con las pólizas de seguros: los importes que las
compañías aseguradoras acostumbran pagar suele ser comparativamente menores que cuando los
hechos punibles se califican como un robo.
Aunque con distintas variantes, de acuerdo a las leyes aplicables en cada país, en la práctica estos
delitos se dividen en 4 categorías:
Hurto básico: es el tipo más simple. Se aplica cuando el objeto sustraído sin autorización
de sus propietarios o responsables está valuado en cifras no muy elevadas.
Hurto leve: en estos casos lo obtenido ilegalmente tiene un valor de mercado superior a
los valores vistos en el punto anterior, aproximadamente.
Hurto agravado: categoría aplicable en casos que involucren objetos con importancia
histórica, cultural o científica. Así como para bienes de primera necesidad y que su
sustracción da lugar a situaciones de desabasto. Cuando se afecten sistemas sensibles,
como las redes eléctricas, hídricas o las telecomunicaciones.
Adicionalmente, se tipifican dentro de este tipo de hurtos los casos en que los autores
intelectuales convencen a menores de edad para que ejecuten las acciones delictivas. El
mismo principio se aplica cuando quienes ejecutan el delito se aprovechan de situaciones
de desamparo e indefensión.
Hurto calificado: Esta categoría, contemplada en diversos códigos penales, es la que
mayor confusión genera al compararse con delitos de robo o expoliación. En estos casos,
junto con el daño patrimonial también se afecta el orden jurídico.
Situaciones en las que existe violencia sobre cosas (ventanas o puertas). Así como
intimidación verbal o física (colocar a las víctimas en minusvalía).
1.Quienes llevan adelante estos actos suelen pasar desapercibidos. Muchas veces la sustracción es
advertida tiempo después que el crimen fue cometido. Como cuando personas toman productos
de un supermercado y se marchan del establecimiento sin pagarlos.
2. Para que se considere la calificación de hurto, el objeto indebidamente apropiado debe tener
algún valor. Entendiendo esta consideración desde una perspectiva meramente económica. Aun
cuando se trate de objetos con importancia significativa a nivel histórico, cultural o científico.
3.Deben ser objetos tangibles y transportables de un punto a otro. Aun cuando se trate de líquidos
o gases almacenados en botellas. También se aplica para semovientes (animales salvajes o
mascotas)
Dentro de los delitos que protege o tutelan el patrimonio económico se encuentra uno deespecial
relevancia es el abuso de confianza, sobre este tipo penal puedo decir que es elbien jurídico
tutelado como se ha dicho, es un tipo penal compuesto pues tiene el verborector, el sujeto activo,
los elementos, el objeto material sobre el cual recae la conducta, sinembargo, este tipo penal
siempre ha presentado una controversia entre el Abuso de confianza, el hurto y el fraude
por la confianza, pues se sabe que cuando uno se apodera de una cosa bien mueble ajena que
estaba puesta a su confianza o que estaba en circunstanciade vulnerabilidad por su confianza está
incurriendo en la confianza. Por lo que a continuación manifiesto sus diferencias:
A continuación, presento dos ejemplos que hará ilustrar de una mejor manera sus
diferencias:
En el primer caso estamos frente a la presunta comisión del tipo penal de Abuso de
Confianza consagrado en el Art. 249 del Código Penal, que manifiesta lo siguiente: “El que se
apropie en provecho suyo o de un tercero, de cosa mueble ajena, que se le haya confiado o
entregado por un título no traslativo de dominio, incurrirá en prisión de dieciséis (16) a
setenta y dos (72) mese
En el segundo caso se tipifica también el tipo penal de Hurto, pero con una circunstancia de
agravación punitiva consagrada en el artículo 239 del Código Penal,
el presupuesto básico del delito de abuso de confianza, consiste en la disposición que hace el
sujeto activo para sí o para otro, de una cosa mueble ajena, misma de la que se le ha transmitido
la tenencia y no el dominio en perjuicio del pasivo. De acuerdo con la exposición de motivos, la
intención del legislador fue instituir el abuso de confianza como delito particular, no para
sancionar el cumplimiento de los contratos de prenda, depósito, comodato, mandato, etcétera,
sino para proteger el derecho de propiedad lesionado por ese delito, en condiciones diferentes a
las del robo. constituyen el delito de Abuso de Confianza los siguientes elementos:
- Que el activo disponga para sí o para otro de una cosa mueble ajena.
- Que al activo sólo se le haya transferido la tenencia, más no el dominio.
- Que la disposición se haga con perjuicio de alguien.
Como se puede observar, para la configuración del delito se exige que al sujeto activo se le haya
transmitido la tenencia y NO el dominio de la cosa ajena mueble. Para estos efectos, la corte ha
sostenido que se da la transmisión de la tenencia de la cosa mueble ajena, cuando se ha
trasladado o transferido a otro su posesión material, cualquiera que fuere el título o acto jurídico
que hubiere motivado esa transmisión y siempre que ésta hubiere sido aceptada expresa o
tácitamente. En esas condiciones, el activo adquiere una posesión derivada autónoma e
independiente del transmisor.
Dicho de otro modo, NO cualquier tipo de posesión da lugar a la configuración del delito, el
presupuesto técnico del abuso de confianza es lo que se conoce como «posesión derivada”, esto
es, que el poseedor derivado recibe la cosa a virtud de un «acto jurídico” que tiene por objeto
directo e inmediato la cosa misma. En este sentido, son muchos los actos que pueden transferir la
posesión derivada y por poner un ejemplo podemos mencionar a los contratos de depósito,
comodato, arrendamiento, prenda, m, depósito judicial o compraventa con reserva de dominio.
Dicho esto, para determinar si en un caso concreto se actualiza o no el abuso de confianza, es
preciso analizar si existió o no la transmisión de tenencia, o en su caso fue de dominio.
En el delito de abuso de confianza, a diferencia del fraude, el sujeto activo obtiene la cosa sin
necesidad de engaños, maquinaciones o artificios y su actividad dolosa sobreviene después, en el
momento de la disposición. Para estos efectos, un acto de disposición implica la enajenación,
transmisión, cesión del derecho, en general, implica la voluntaria disminución del patrimonio o al
menos, la voluntaria extinción de un derecho, por lo que, dada su naturaleza un acto de
disposición no debe realizarse por quienes no son dueños o titulares de los derechos de que se
traten, en todo caso, se tiene que contar con un poder con facultades de dominio en donde es
necesaria la manifestación de voluntad expresa de que la representación otorgada incluye la
potestad para realizar actos de dominio; de no existir tal manifestación ha de concluirse que los
actos jurídicos que entrañen disposición del patrimonio, no vinculan a la persona representada.
DISTINCION DE LA ESTAFA
El que, con ánimo de lucro, utilizaren engaño bastante para producir error en otro, induciéndolo a
realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno estará cometiendo estafa.
También se consideran reos de estafa los que, con ánimo de lucro, y valiéndose de alguna
manipulación informática o artificio semejante consigan la transferencia no consentida de
cualquier activo patrimonial en perjuicio de tercero, al igual que los que fabricaren, introdujeren,
poseyeren o facilitaren programas de ordenador específicamente destinados a la comisión de las
estafas.
El bien jurídico protegido en estos delitos es el patrimonio del sujeto pasivo, del que sufre la
estafa, no del que sufre el engaño. Debe considerarse el patrimonio en sentido mixto como
concepto económico-jurídico. Además, el patrimonio debe tomarse en consideración como
universidad, es decir, totalmente pues el daño no debe compensarse en ese mismo patrimonio.
El error, puede ser de hecho o de derecho. En primer término, debemos entender al error
conforme a la doctrina la cual nos dice "que el error es la diferencia entre lo que se piensa y lo que
es".
- El error de hecho no parece complicado de explicar, este recae sobre la realidad material.
Pensemos por ejemplo que alguien compra algo pensando que en realidad está
comprando otra cosa o bien, está comprando esa cosa pero las características no son las
que debería tener, a grandes rasgos el contrato celebrado estaría afectado de invalidez, y
las consecuencias jurídicas para este acto estarían establecidas en los artículos relativos
del Código Civil para la compraventa. Adicionalmente, el error es un elemento del tipo
penal conocido como fraude genérico, por lo que el aprovechar el error de una persona
puede incluso llevar a quien lo hace a la cárcel (artículo 386 del Código Penal Federal).
- El error de derecho consiste en creer que se celebra un acto jurídico, cuando en realidad
se lleva a cabo otro. Por ejemplo, si alguien quiere rentar su casa y se le hace firmar un
contrato de compraventa a plazos, esta persona se encontraría en un error de derecho y
por lo tanto el contrato carecería de validez. Dentro del error material, existe también la
figura del error de cálculo, siendo una excepción, ya que este solo da lugar a la
rectificación.
El dolo, guarda estrecha relación con el error, pues consiste "en cualquier sugestión o artificio que
se emplea para inducir a error, o mantener en el alguno de los contratantes" según lo definen
algunas legislaciones civiles, y de igual manera se relaciona con otro concepto denominado "mala
fe", mismo que consiste en la disimulación del error de uno de los contratantes, así como la
reticencia que consiste en no comunicar información que de haber tenido la contraparte hubiera
impedido la celebración del contrato. En resumen, cualquier acto u omisión que tienda a fomentar
la celebración o a eliminar o invalidar los motivos para no celebrar un contrato generan su
invalidez.