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Personalidad

Chapter · January 2010

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Consuelo Martinez-Priego
Universidad Villanueva
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Martinez Priego, C. (2010). Personalidad. En A.L. González (Ed.), Diccionario de Filosofía
(pp.867-871). Pamplona: Eunsa.

867 PERSONALIDAD

Dios Uno y Trino, 3.a ed., Pamplona, 2008. MELEN- J. F., La persona humana, 3 vols. Universidad de
DO, T., Introducción a la antropología: la persona, La Sabana, Chía (Colombia), 1998. SPAEMANN, R.,
Ediciones Internacionales Universitarias, Madrid, Personas. Acerca de la distinción entre «algo» y
2005. POLO, L., Antropología trascendental, 2 vols., «alguien», EUNSA, Pamplona, 2000. YEPES STORK
EUNSA, Pamplona, 2003. SANTAMARÍA GARAY, M. R. y ARANGUREN ECHEVARRÍA, J., Fundamentos de
G., Acción, persona, libertad: Max Scheler y To- antropología, 6.a ed., Pamplona, 2006.
más de Aquino, EUNSA, Pamplona, 2002. SELLÉS, Rafael Corazón González

Personalidad

1. Etimología y definición. 2. Aproximación demás, la comprensión de la personalidad


psicológica. 3. Modelos psicológicos de la exige la consideración de la dimensión social
personalidad. 4. La personalidad en la antro- del hombre.
pología filosófica. 5. Personalidad y educa-
ción 2. APROXIMACIÓN PSICOLÓGICA. Los estudios que
desde la psicología se han hecho de la perso-
1. ETIMOLOGÍA Y DEFINICIÓN. Derivado del térmi- nalidad, exigen que ésta sea compatible de al-
no persona, procedente a su vez del grie- gún modo con cierta idea de persona. En caso
go prosopon –aspecto, máscara– y del latín contrario la personalidad no sería sino una
persona o per sonare. El término persona- colección de procesos inconexos cuyo estudio
lidad recoge algunos de estos significados: estructurado carecería de verdadera justifi-
apariencia frente a otros, papel social, rostro cación. En efecto, todos los acontecimientos
único, etc. estudiados de la personalidad dicen relación a
Con la palabra «personalidad» se designa algún tipo de sustantividad, sea anímica, cons-
el sistema abierto de rasgos suficientemente ciente u orgánica. Atendiendo a la corriente
estables que caracterizan el perfil operati- filosófica en la que se inscriban, en unos casos
vo de cada persona; es decir, el conjunto de se tratará del sujeto como sustancia (Des-
cualidades de su dinámica cognitiva y ten- cartes); como conciencia (Dilthey, Bergson);
dencial, así como de los estados emociona- como conducta (Skinner, Pavlov); como siste-
les. Lo que la psicología llama «personalidad» ma (Bertalanffy, Piaget, G. A. Miller). La iden-
es el correlato operativo y manifestativo de tificación entre persona y personalidad ocurre
lo que los filósofos denominan «persona». en ocasiones en el lenguaje ordinario e incluso
Entre ambos términos hay una evidente de- en determinadas escuelas psicológicas; sin
pendencia, y también una clara diferencia: embargo, de modo más o menos velado se
mientras que la noción de persona designa está siempre presuponiendo que las manifes-
el acto de ser mismo; la personalidad signi- taciones estudiadas lo son «de algún sujeto»
fica el modo de obrar y manifestarse de la distinto de la manifestación misma.
persona. El estudio filosófico de la personali- En psicología es difícil encontrar una defi-
dad, por situarse en el ámbito del obrar, está nición capaz de recoger las diversas aporta-
estrechamente relacionado con la teoría de ciones procedentes de los diversos modelos
las facultades. Por otro lado, en la misma teóricos: se trata de uno de los conceptos
medida en que la operatividad humana arti- más complejos y difíciles de tratar. La refe-
cula una doble herencia (biológica y cultural) rencia al carácter único, y, por tanto, dife-
y se realiza en su mayor parte frente a los rencial, choca en ocasiones con la abstrac-
PERSONALIDAD 868

ción y generación de cierto «constructo» que sonalidad del temperamento y el carácter, si


permita un tratamiento científico y que sea bien la personalidad integra a ambos, enton-
capaz de predecir las reacciones y conductas ces se habla de «personalidad global» donde
de cada hombre en unas circunstancias con- el contenido y elementos que constituyen el
cretas. Allport, por ejemplo, en 1937 reco- «sí mismo» –desde la imagen corporal a los
piló más de cincuenta definiciones de «per- sentimientos vitales básicos– y el «yo» –la
sonalidad». Ahora bien, podemos señalar dimensión autoconsciente– ocupan un lugar
como elementos constantes en todas ellas destacado.
las siguientes notas: – Llamamos «temperamento» a la dispo-
– La noción de personalidad abarca toda sición somática –innata por tanto– que lle-
la conducta (dimensión emocional, cognitiva va al sujeto a reaccionar de modo particular
y tendencial). ante estímulos del entorno. El tempera-
– Se refiere a características constantes mento modula especialmente la intensidad,
y duraderas (aquellas de las que puede dar- duración, latencia y umbral de activación
se razón y que pueden llegar a ser previsi- (arousal) de las respuestas emocionales,
bles). aun cuando éstas sean aprendidas. Las res-
– Resalta el carácter único de la persona puestas emocionales incluyen sus tres di-
(aludiendo a los rasgos diferenciales de los mensiones propias: cognitiva, fisiológica y
sujetos en circunstancias análogas). conductual, aunque en el caso del tempera-
– No implica un juicio de valor (no supo- mento se subraya su dependencia respecto
ne juicio sobre corrección o incorrección de a la dimensión fisiológica. El sistema nervio-
la conducta en orden a lo mejor para la per- so central y el endocrino son los principales
sona en sentido moral, sino sólo constata- correlatos biológicos del perfil temperamen-
ción y justificación de la misma; si bien se tal (Kretschemer).
dan juicios sobre la adecuación al medio y – Recibe el nombre de «carácter» el esti-
ajuste cronológico). lo o patrón habitual de conductas de un su-
– Por último, posee cierto carácter inferi- jeto. Por su parte, se ha visto en la «consti-
do (al buscar las razones de las conductas) tución», estructura corporal, el antecedente
y tiende a diseñar modelos explicativos abs- somático propio del carácter; si bien el esta-
tractos. blecimiento de fundamentos biológicos real-
Dentro de este marco común, unas defi- mente separables para el temperamento y el
niciones de «personalidad» acentúan el he- carácter es más bien artificiosa.
cho de tratarse de un conjunto de cualidades Son clásicas, a este respecto, las clasifica-
–heredadas y adquiridas, cognitivas y emo- ciones temperamentales (sanguíneo, coléri-
cionales– inherentes al ser humano concreto; co, flemático y nervioso) y caracterológicas
otras observan el peculiar modo de integrar y (pícnico, atlético y asténico, en terminolo-
asimilar la información que se recibe; mien- gía de Kretschmer, o endoformo, mesofor-
tras que otras inciden en la capacidad adap- mo y ectoformo, siguiendo a Sheldon). Una
tativa del hombre, esto es, el modo de adap- y otra clasificación muestran que la corpora-
tarse el sujeto a un determinado medio. lidad humana constituye un importante con-
Por referirse a las condiciones que expli- dicionamiento del perfil de personalidad. En
can todas las manifestaciones de la persona, último término se trata de la articulación en-
en la configuración de la personalidad inter- tre el genotipo y el fenotipo, así como de
vienen desde la constitución física a los hábi- las causas de la diversidad fenotípica dado
tos y convicciones personales; desde la he- que no existe un paralelismo completo en-
rencia genética a la educación recibida y las tre condiciones genotípicas y su manifesta-
decisiones tomadas a lo largo de la vida. Por ción en el vivir de cada individuo (Eysenck).
este motivo se ha venido a distinguir la per- Obviamente, este espacio de incertidumbre
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–apertura y moldeabilidad del hombre– es el análisis factorial de los datos procedentes de


lugar en el que inciden también factores su- las diversas manifestaciones motivaciona-
prabiológicos, es decir: culturales, educati- les, conductuales, tendenciales, cognitivas,
vos, biográficos, libres, etc. etc. En Cattell la personalidad posee carác-
En resumen, la personalidad se hace com- ter de mero constructo.
prensible a partir de la articulación de facto- c) Modelo funcional (Skinner): el térmi-
res que ponen de manifiesto el carácter úni- no «personalidad» está significando un perfil
co de cada persona, sin ocultar la comunidad conductual explicable a través de refuerzos.
de naturaleza. En el obrar humano concu- La noción de persona y la novedad individual
rren: a) la novedad del ser personal –por quedan ignotas. Tiende a la dar una justifi-
tanto, su libertad–, b) la naturaleza huma- cación fisicalista de la efectividad de los re-
na participada y su modo de obrar propio fuerzos –operantes–: perfecto correlato en-
–sus facultades orgánicas y espirituales–, y tre condiciones biológicas y respuestas del
c) las condiciones ambientales y culturales. sujeto.
Los elementos segundo y tercero son los que d) Modelo biológico (Kretchmer, Sheldon,
ofrecen un fundamento real al tratamiento Eysenck): la personalidad se resuelve en los
científico de la personalidad humana, es de- perfiles temperamentales y caracterológi-
cir, a la búsqueda de ciertas leyes que regu- cos, es decir, en sus bases biológicas. En Ey-
len el funcionamiento de la personalidad y senck la determinación de estos perfiles va
ofrezcan un sistema de indicadores que per- precedida del análisis factorial de rasgos.
mitan la predicción del comportamiento bajo e) Modelo psicosocial (Bandura, Adler,
condiciones específicas; a la vez que son un Erikson): las interacciones sociales configu-
referente objetivo para reflexionar sobre la ran los perfiles de personalidad. Las varia-
adaptación del sujeto, su grado de madurez bles individuales son fruto de las variables
e incluso su patología. educativas y culturales que acontecen en la
propia biografía.
3. MODELOS PSICOLÓGICOS DE LA PERSONALIDAD. f) Modelo humanístico (Allport): subraya
Atendiendo a estas tres variables que concu- la capacidad integradora de los sistemas psi-
rren en la configuración de la personalidad, cofísicos que determinan el ajuste único al
podemos caracterizar las diversas escuelas medio. Incluyen las estructuras regulativas
psicológicas. Tradicionalmente se clasifican superiores que caracterizan la actividad de
en: la persona (dimensión cognitiva y orética).
a) Modelo psicodinámico (Freud): la per-
sonalidad depende de estructuras internas 4. LA PERSONALIDAD EN LA ANTROPOLOGÍA FILO-
en radical conflicto –deseo versus cultura–. SÓFICA. Desde la antropología filosófica los
Su configuración individual, el Yo, está de- modelos explicativos de la personalidad no
terminada por avatares biográficos –trau- aparecen como meramente yuxtapuestos, si
mas, represiones, etc.–. Reduce la origina- bien alguno de ellos puede introducir criterios
lidad personal a conflictividad psicológica explicativos incompatibles con la compren-
individual –monismo psicologista–; este ele- sión de la naturaleza humana y su condición
mento y la cultura hacen del psiquismo un social. Es evidente que sin un fundamento
sistema cerrado que simultáneamente recla- filosófico las aportaciones psicológicas pue-
ma homeostasis –no crecimiento– y espon- den parecer inarticulables. Desde esta pers-
taneidad del deseo en conflicto, el Ello. pectiva se hace posible, además, ordenar las
b) Modelo psicométrico (Cattell, Ey- aportaciones y comprender las relaciones
senck): la estructura de la personalidad está entre las distintas perspectivas.
formada por unidades básicas, «rasgos», En efecto, la operatividad humana se ex-
cuyo perfil particular es deducido gracias al plica, en primer lugar, a partir de las condi-
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ciones reales que la hacen posible: la auto- rológicamente– a medida que se van reali-
moción humana; por tanto, ha de referirse a zando operaciones. Esto supone que todo el
un único núcleo dinámico original. Se trata conocimiento sensible, especialmente el co-
de una unidad fontal que sostiene la unidad nocimiento valorativo de la cogitativa, se ve
en el tiempo, la consistencia biográfica del mediado por el aprendizaje y más especí-
sujeto. Además, si bien es compartida con ficamente de las primeras experiencias vi-
el resto de los vivientes, posee perfiles su- tales e interacciones personales –familia–.
ficientemente distintos que hacen que dicha Además, conocimiento sensible y dinámica
operatividad sea de un modo y no de otro. tendencial son los primeros ejes operativos
Las operaciones que le son posibles depen- sobre los que pivotan los estados emocio-
den de las facultades que posee –estructu- nales junto a las condiciones neurovegetati-
ra psíquica del hombre, es decir, conjunto de vas. Por esta razón, gran parte de los mode-
principios operativos próximos ordenados y los de personalidad hacen especial hincapié
jerarquizados–. Ahora bien, todas las facul- en los factores emotivos y motivacionales.
tades, salvo la inteligencia y la voluntad por En efecto, en dichas manifestaciones se ar-
ser espirituales, siendo las mismas en todos ticulan prácticamente todas las facultades a
los miembros de la especie, difieren entre la vez que se ponen de manifiesto aquellos
unos individuos y otros no sólo por su de- aprendizajes de mayor raigambre somática
pendencia de un acto de ser personal úni- y, por tanto, que más influyen en las con-
co, sino también por ser orgánicas. Es decir, ductas siguientes.
el conocimiento procedente de los sentidos La dinámica emocional es modificable y
externos, la percepción, la capacidad repre- modificada tanto consciente como incons-
sentativa y valorativa sensible, así como los cientemente. Es posible educar las reac-
apetitos o la facultad motora son diversos en ciones emocionales y con ello valoraciones
cada individuo. y conductas. La consolidación de éstas su-
De este modo, la manifestación del ca- pone un moldeamiento real de la persona-
rácter único de la persona en la personali- lidad, aun cuando las constantes tempera-
dad procede tanto del acto de ser personal, mentales y caracterológicas permanezcan. A
como de su corporalidad única. De ahí que su vez, esta modificación de las manifesta-
tanto los modelos de personalidad que acen- ciones personales ocurre siempre en contex-
túan el carácter integrador libre, como aque- tos culturales, los cuales dotan de sentido
llos que subrayan las condiciones biológicas y valor los acontecimientos ante los que se
previas, convengan en la búsqueda de ras- activa el individuo. Atendiendo a todo lo di-
gos diferenciales como lo propio de la perso- cho hasta el momento es fácil ver que en los
nalidad. Correlativamente, en la misma me- estudios sobre personalidad que inciden en
dida en que la corporalidad permite estudios los elementos motivacionales y emotivos in-
cuantitativos, es más fácil perder esta re- teractúan tres variables de individuación: la
ferencia a la unicidad. Es decir, las psicolo- somática, la biográfica y la libre. Es lógico,
gías de la personalidad de corte biologicista por tanto, que en el conjunto de los estudios
pueden olvidar que la novedad personal es sobre personalidad esta perspectiva posea
lo más relevante en cada individuo y que se especial relevancia; sin embargo, no siem-
manifiesta realmente en la personalidad, por pre resulta fácil desde la psicología articular
más que exista comunidad biológica en los la dimensión libre con los condicionamientos
miembros de la especie. biológico y biográfico –experiencias y apren-
Por otro lado, los órganos de los sentidos dizajes emocionales condicionados también
internos –imaginación, cogitativa y memo- por el entorno cultural.
ria sensible– no están «terminados» al nacer Este brevísimo esquema permite atisbar
y van configurándose somáticamente –neu- la importancia de los estudios relativos a las
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bases biológicas de la personalidad, tanto las demos concluir que el crecimiento de la per-
referidas a condicionamientos neurovegeta- sona en su dimensión operativa se identifica
tivos individuales como aquellos que mues- con la madurez de la personalidad y, si aten-
tran la capacidad de moldeabilidad de estos demos a la dimensión libre, podemos decir
mismos sistemas. Por otro lado, la psicolo- que, si bien el conjunto de rasgos suficiente-
gía de corte socio-cognitivo ha subrayado mente estables no es de suyo un juicio mo-
la importancia de los marcos de represen- ral, los actos libres derivados de estas con-
tación valorativa, en su mayor parte apren- diciones iniciales sí poseen carácter ético y
didos, y su influencia en los perfiles de per- que la modificación de algunas de esas con-
sonalidad. diciones iniciales es posible, es decir, son un
reto de carácter moral. Por tanto, la tarea de
5. PERSONALIDAD Y EDUCACIÓN. Señalamos más la educación de la propia personalidad es el
arriba que la personalidad no es una entidad horizonte habitual del crecimiento virtuoso
de carácter ético; sin embargo, la persona- del hombre. La virtud posee antecedentes
lidad es, de suyo, un sistema abierto que operativos de raigambre psicosomática.
se desarrolla en el tiempo en cuyo borde Sintéticamente pueden darse criterios ge-
se encuentra el obrar libre del hombre. En nerales, rasgos que a todos convienen, y que
efecto, cada uno de los elementos que he- indican un uso adecuado a la propia natura-
mos ido señalando se va modificando por el leza psicológica: la capacidad de afrontar lo
mero hecho de realizar operaciones, de inte- arduo, la capacidad de retardar el deleite,
ractuar con el medio. Además, toda la vida la capacidad de reconocer al otro como otro
emocional implica una constante tensión: no «yo» y la capacidad de decidir atendiendo a
siempre las manifestaciones emocionales se lo real. Estos cuatro rasgos de la operativi-
ajustan a la propia realidad (cronológica y dad humana parecen ser los adecuados a la
circunstancial). personalidad madura.
Podemos decir que la acción educativa, la
ayuda en orden al crecimiento personal, tie- Bibliografía
ne por objeto inmediato favorecer la madu-
BERMÚDEZ MORENO, J., Psicología de la personali-
rez de la personalidad, es decir, que el vivir
dad, Universidad Nacional de Educación a Distan-
sea adecuado a la realidad de la persona.
cia, Madrid, 1998. PERVIN, L. y JOHN, O. P., Perso-
Ahora bien, hemos de tener en cuenta que la nalidad. Teoría e investigación, Manual Moderno,
realidad es originariamente potencial y lla- México, 1999. PINILLOS, J. L., Principios de psico-
mada a la plenitud. De ahí que las propues- logía, 19.a ed., Alianza, Madrid, 1995. POLAINO-LO-
tas de carácter homeostático no sean ade- RENTE, A., CABANYES TRUFFINO, J. y POZO ARMENTIA,
cuadas a la realidad personal, por más que A. DEL, Fundamentos de psicología de la persona-
permitan alcanzar determinados grados de lidad, Rialp, Madrid, 2003.
bienestar –psicoanálisis–. Así las cosas, po- Consuelo Martínez Priego

Physis
1. Origen y significado del término. 2. El em- «naturaleza». Es un sustantivo verbal de-
pleo filosófico del término, de los presocrá- rivado del verbo phýo, cuyo significado bási-
ticos a Platón. 3. Aristóteles. 4. La filosofía co es nacer, brotar, crecer (como lo hace, por
postaristotélica caso, un brote o una excrecencia: phýma), o
bien, tomado en sentido causativo, hacer na-
1. ORIGEN Y SIGNIFICADO DEL TÉRMINO. El término cer, hacer brotar, hacer crecer. Junto a este
griego phýsis se traduce habitualmente por significado básico coexiste, en la lengua co-

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