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César Rengifo González.

EL LIBRO AZUL
NEURODESARROLLO y TRASTORNO

DEL ESPECTRO AUTISTA.

Portada: Manuel Yumar, 6 años.

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CONTENIDO

INTRODUCCIÓN. ACERCA DE ESTE LIBRO

CAPÍTULO I

1. NEURODESARROLLO INFANTIL, UNA VISION INTEGRAL 6


Factores de trastorno del periodo fetal

1.1 Neurotransmisores. 9
Acetilcolina
Dopamina
Acido Gamma-aminobutírico
Serotonina
1.2 Razonamiento. 14

1.3 Las Emociones. 16

Felicidad
Tristeza
Miedo
Ira
Sorpresa
Asco
1.4 Sistema de Representación. 19

Visual
Auditivo
Kinestesico

1.5 Remodelación cerebral. 20

Primeros 6 meses. 22
Sistema de representación
Retardo en la adquisición de habilidades

7 meses a 2 años. 26

Memoria
Retraso en la adquisición de habilidades

2 a 6 años. 32
Desarrollo cognoscitivo
Regresión

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CAPÍTULO 2

2. TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA 37


Un poco de historia.

2.1 Detección precoz en el autismo. 43


Menor 6 meses

Evaluación de factores prenatales.


6 meses a 2 años
Entre los 3 y 6 años de vida

2.2 Diagnostico en el Autismo. 47

Evaluación por especialista en salud mental. 49


Complicaciones Médicas y Ambientales.
Alteración es del Lenguaje. 51
Epilepsia. 53
Variabilidad genética. 54
Expresión epigenética, la metilación.
Estrés oxidativo.
Óxido nítrico.
Problemas de la movilidad. 61

Defectos de la visión. 63

Sistema digestivo. 65
Aporte alimenticio
Microbiota intestinal
Alergia Vs intolerancia alimentaria.
Dentición.
Infecciones. 76
Metales tóxicos. 77
Aluminio
Arsénico
Berilio
Cadmio
Mercurio
Plomo
Uranio
Exposición a químicos. 82
Alteraciones inmunológicas. 83

3
CAPÍTULO 3

3. AUTISMO EN EL ADOLESCENTE Y EL ADULTO JOVEN. 85


Interactuar con una persona autista.

3.1 Duelo de los padres.


Mensaje final.

3,2 Sobre el autor. 99

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INTRODUCCION, ACERCA DE ESTE LIBRO.

A pesar de los avances en la medicina en el siglo XXI, todavía hoy


en día hay enfermedades estigmatizantes, y algunas de ellas están
dentro de los trastornos del neurodesarrollo (Trastorno de déficit de
atención, Trastorno del espectro autista, Trastorno del lenguaje,
Síndrome de Down). Éstas generan en muchos padres desasosiego tanto
personal como familiar, por la conducta incomprendida del hijo/a,
señalamiento de la misma por allegados, por la dispersión de
información en las redes y la aparente diversidad de criterios entre
especialistas en el área.

Un aspecto fundamental a la hora de comprender y ayudar al


hijo/a en la superación del trastorno es diagnosticar precozmente “que
algo no va bien”, una atención eficiente en esta primera etapa permite
la búsqueda de las herramientas necesarias para reforzar el aprendizaje
en las áreas deficitarias, tiempo valioso que en neurodesarrollo puede
hacer la diferencia en alcanzar o no las habilidades para su vida futura.
Por eso se inicia el libro con el desarrollo normal, que permite tener un
marco de referencia para padres que enfrentan un desafío de este tipo.

Otro aspecto importante es el empoderamiento de los padres


que les permita con una base sólida analizar y detectar las necesidades
y potencialidades individuales tanto del paciente como de la familia.
Este es el fin de las siguientes secciones del libro, una guía para
comprender a cabalidad los diferentes aspectos que implican un
trastorno del neurodesarrollo como el autismo, y buscar en forma
interactiva soluciones a las diversas necesidades y desafíos que
impulsen cambios positivos, sin malgastar el tiempo y los recursos
económicos.

La salud mental tiene un impacto importante en la longevidad y


la calidad de vida del afectado y de aquellas personas cercanas. El tema
es muy amplio, y en este libro nos centraremos en los trastornos sufridos
durante la infancia por contaminación tóxica, los cuales pueden ser
revertidos con el tratamiento adecuado.

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NEURODESARROLLO INFANTIL, UNA VISION INTEGRAL

Independientemente de las grandes diferencias regionales,


estructuras sociales y valores culturales, los niños universalmente
presentan cierto número de características comunes y pasan por las
mismas etapas del desarrollo normal. A medida que gana tamaño y
peso, el cerebro del niño desarrolla conexiones neuronales en forma
armoniosa a través de la remodelación de las mismas, este proceso
adaptativo cerebral se denomina plasticidad neuronal, siendo muy
intenso en la etapa fetal y los primeros años de vida.

El cerebro del niño no es una réplica del cerebro del adulto en


miniatura, sino que es un cerebro en continuo desarrollo, con un
crecimiento a veces vertiginoso, y sujeto a un sinfín de modificaciones y
conexiones debidas a la continua estimulación que le proporciona
factores internos y externos, que dependen del entorno en el que se
desarrolla.

El desarrollo del cerebro ocurre en dos partes: en primer lugar,


la organización gradual de la estructura nerviosa lo cual viene
determinado genéticamente. Y, segundo, el desarrollo cognoscitivo que
implica los cambios en las habilidades motrices, en el aprendizaje y
control de las emociones del niño, que tiene un patrón distintivo
individual, pues depende de la influencia de factores sociales y
ambientales.

Durante la etapa fetal, ya en la novena semana de gestación se


aprecia el crecimiento del sistema nervioso, y se completa con el
desplazamiento de las neuronas desde su lugar de nacimiento hasta su
destino definitivo en la corteza cerebral del recién nacido (llamado
migración neuronal). Las neuronas cuando migran a través del cerebro,
es para conectarse con otra neurona, y esta debe ser precisa. Encajan
unas con otras como un inmenso rompecabezas, proceso que continua
hasta el primer año de vida.

En este periodo es importante la detección de la presencia de


factores ambientales que perjudiquen el desarrollo intrauterino
saludable del niño en gestación. El embarazo tiene tres periodos críticos:
El primer trimestre que comienza con la fecundación hasta el final de la
semana 12. El segundo trimestre que va de la semana 13 hasta el final

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de la semana 26. Y el tercer trimestre que se extiende de la semana 27
hasta el final del embarazo en la semana 38 a la 40.

Primer trimestre: inmediatamente después de la fecundación e


implantación del embrión en el útero, comienza el proceso de división,
diferenciación y migración celular para la formación de los órganos,
estos cambios están determinados genéticamente y se gestan
principalmente por cambios hormonales de la madre. Al final de este
periodo muchos órganos aún no funcionan a excepción del corazón
donde ya es posible percibir sus latidos y los riñones que eliminan en
forma de orina el líquido amniótico que traga el feto.

Es el periodo de mayor riesgo de pérdida del feto o aborto


espontáneo. Puede ser difícil llegar a saber exactamente por qué se
produjo un aborto espontáneo, pero casi nunca es causado por algo que
hizo la persona embarazada. Algunas de las cosas que se sabe que
causan un aborto espontáneo incluyen factores prevenibles como son:
el consumo de alcohol y drogas o exposición a productos derivados del
tabaco; la exposición a químicos que simulan hormonas, como las
dioxinas en algunos productos plásticos, combustibles y ciertos
pesticidas; la presencia de contaminación de la madre por metales
tóxicos como el arsénico y plomo. Igualmente, la exposición a ciertos
medicamentos puede llevar el desarrollo intrauterino por mal camino.
De hecho, existen unos 260 principios activos de medicamentos
clasificados en cinco categorías de riesgo:

Categoría A-. Fármacos administrados a un gran número de mujeres


embarazadas donde no existen evidencias de riesgo de malformaciones
u otro efecto dañino al feto.

Categoría B-. Fármacos administrados a un número limitado de mujeres


embarazadas donde no se han observado aumento de la frecuencia de
malformaciones u otro efecto dañino sobre el feto, pero que en estudios
animales se ha evidenciado un incremento en la aparición de daño fetal.
El significado de estos datos en humanos es incierto.

Categoría C-. Fármacos que en estudios en animales han mostrado un


efecto adverso en el feto y no existen estudios adecuados y bien
controlados en humanos, pero los posibles beneficios pueden justificar
el uso del medicamento en mujeres embarazadas a pesar de los riesgos
potenciales en el feto.

Categoría D-. Fármacos que han causado, o se sospecha que causen un


incremento de malformaciones o daño en el feto.

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Categoría X- Fármacos que debido al alto riesgo de daño permanente
en el feto no deben de utilizarse durante el embarazo.

Segundo trimestre: Es el periodo de crecimiento. La mayoría de


los órganos ya están formados y muchos ya son funcionales, como por
ejemplo, el hígado produce diferentes enzimas para descomponer la
bilirrubina fetal y el páncreas segrega insulina. En este periodo, ya se
define el sexo y las áreas especializadas en el cerebro se empiezan a
activar de manera que comienza la interacción con el medio y los ciclos
circadianos.

Cualquier factor adverso va a condicionar cambios profundos en


el desarrollo fetal, y predispone a la aparición de problemas de salud al
momento de nacer. La presencia de enfermedades crónicas de la madre
gestante como el: hipotiroidismo, diabetes, problemas respiratorios,
renales, así como otras enfermedades crónicas, sumados al efecto de los
medicamentos en su tratamiento van a exponer al feto a un ambiente
alterado, que puede afectar tanto su crecimiento como condicionar
distintos trastornos del neurodesarrollo.

La dieta también es un factor crucial para el neurodesarrollo, que


aporta todos los aminoácidos esenciales, vitaminas y minerales
necesarios, para un crecimiento y desarrollo cerebral adecuado. Aquí es
critica la presencia de los metales tóxicos como el mercurio, plomo y
cadmio, pues interfieren con el balance y aporte nutricional adecuado
de la madre al feto. Trabajos como el del profesor Domingo Román Silva
del Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Básicas de la
Universidad de Antofagasta en Chile, han demostrado que la presencia
del arsénico está asociada a diversas malformaciones en los recién
nacidos, tales como tumores abdominales, labios fisurados o leporino y
polimalformaciones.

El plomo también en principio afecta los huesos en formación, y


después alcanza al cerebro atravesando las membranas neuronales,
acumulándose y provocando al nacer: retardo en el crecimiento,
hiperactividad, deficiencia intelectual y agresividad. Por su parte, el
mercurio interfiere principalmente con el desarrollo neuronal, también
se ha comprobado que agota las reservas del mineral selenio del feto,
necesario para la conversión de la hormona tiroidea T3, fundamental en
las funciones metabólicas y cerebrales adecuadas.

Tercer trimestre: El último trimestre es la etapa de maduración


de los órganos, el feto sigue ganando peso y tamaño. Hacia el final de
este periodo ya el bebé está en capacidad de una vida extrauterina

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independiente. Aun cuando el sistema inmunológico está inmaduro la
madre ha aportado a través de la placenta, las inmunoglobulinas
necesarias para ayudar a que se proteja de las infecciones en los
primeros 6 meses de vida del recién nacido.

En esta etapa es critica la maduración del sistema nervioso


central, pues se está organizando el cerebro, dándose simultáneamente
la migración hacia su sitio de funcionamiento final de los millones de
neuronas existentes, y su mielinización. Los mismos factores que
permitieron el desarrollo fetal en el 2do trimestre, también son críticos
en este periodo pues una migración neuronal ineficiente va a
determinar deficiencias en las primeras etapas de la diferenciación y
remodelación del sistema nervioso, que recordemos es intensa en los
primeros años de vida.

El feto comienza la diferenciación neuronal como respuesta para


adaptarse a los diferentes estímulos, tanto externos como internos de
su medio. Se crean ciclos biológicos o ritmos circadianos, con la
aparición rítmica de ciertas respuestas fisiológicas a intervalos regulares.
Las características de estos ciclos están determinadas genéticamente
pudiendo ser: de frecuencia alta (muchos ciclos por minuto) como el
latido cardiaco, la frecuencia respiratoria o la actividad cerebral; de
frecuencia media (pocos ciclos cada 12-24 horas) como el ritmo del
sueño y vigilia; pero también puede ser infradianos (escaso ciclos que
tardan más de 24 horas) como los ciclos hormonales. La interacción
entre ciclos de distintas frecuencias es el inicio del aprendizaje.

A su vez, el cerebro mantiene la comunicación con el resto de los


órganos por medio de mensajeros químicos llamados
neurotransmisores, que produce la propia neurona. Hay más de 150
sustancias que actúan como neurotransmisores, transmitiendo la
información tanto externa como interna en forma de impulsos nerviosos
que provocan reacciones de excitación o inhibición cerebral;
produciendo el movimiento a través de la contracción o relajación
muscular, y la regulación del organismo a través de la secreción de
hormonas.

NEUROTRANSMISORES.

Esta comunicación se logra a través de una sinapsis, mediante la


liberación del neurotransmisor en el espacio entre dos neuronas que
finalmente actúan sobre un receptor. La manera como pensamos,

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reaccionamos e interactuamos ante situaciones diversas como
estímulos ambientales y socioculturales, depende de la naturaleza del
neurotransmisor que actúa.

Si la señal la efectúa los neurotransmisores de tipo excitatorio


(principalmente Acetilcolina y Dopamina), la respuesta al estímulo se
producirá con mayor rapidez y de una manera mucho más intensa;
mientras que cuando actúan aquellos mensajeros químicos del tipo
inhibidor (Acido Gamma-aminobutírico (GABA) y Serotonina) ocurre
todo lo contrario, se genera una respuesta de interacción más lenta y de
menor intensidad.

NATURALEZA DEL NEUROTRANSMISOR

SISTEMA EXCITATORIO. SISTEMA INHIBITORIO.

Glutamato Acetilcolina GABA Glicina

Noradrenalina Serotonina
Dopamina

Adrenalina Melatonina

Endorfinas

Otro factor que puede modificar o distorsionar estas respuestas


es la exposición a medicamentos y sustancias toxicas: metales y
sustancias químicas como drogas, que conducen al deterioro del cerebro
o la neurodegeneración. Tema crucial en la lentitud en adquirir
habilidades y la desorganización del pensamiento en el niño.

ACETILCOLINA: Fue el primer neurotransmisor en ser


descubierto por él biólogo y premio Nobel alemán Otto Loewi. Éste
posee múltiples funciones, a nivel físico, es el responsable de generar la
acción estimulando el movimiento muscular, incluyendo los músculos
del sistema gastro-intestinal, permitiendo así la adaptación y la
supervivencia. Su función en el cerebro es inducir el pensamiento
rápido, creativo y flexible, con tendencia a la impulsividad, también
permite la formación de la memoria tanto a corto como a largo plazo.

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Por otra parte, este neurotransmisor está asociado a otros dos
neurotransmisores que son: La Noradrenalina (que actúa directamente
sobre el organismo) y el Glutamato (que actúa sobre el cerebro), y
permiten llevar al cuerpo a un estado de “alerta máxima” frente a
situaciones de amenaza. El primero de estos dos estimula el sistema
nervioso simpático, el cual nos prepara para la acción vigorosa asociada
a la huida o lucha: dilata las pupilas, estimula la sudoración, incrementa
el latido cardiaco, aumenta el flujo de sangre muscular, acelera la
respiración e inhibe la digestión, y estimula la liberación de la
adrenalina, que magnifica estos efectos en todo el organismo.

Mientras que este segundo, el Glutamato, potencia toda la señal


de la Acetilcolina en el cerebro; este efecto amplificador acelera el
funcionamiento de la neurona a tal punto que si no es regulado conlleva
a expresiones emocionales inadecuadas ante situaciones de estrés,
como por ejemplo el pánico, o la paralización que puede llegar al
“desmayo” o perdida de la conciencia de la persona ante el dolor o el
miedo. Si este efecto se prolonga en el tiempo y no es ajustado por el
cerebro produce la muerte neuronal o excitotoxicidad.

DOPAMINA: Este neurotransmisor se produce en muchas partes


del sistema nervioso; su efecto está relacionado con toda actividad de
atención, aprendizaje, memoria que implique placer o manejo de las
emociones positivas. Permite el pensamiento estratégico, planificado, la
motivación y el comportamiento repetitivo, para obtener satisfacción
ante experiencias placenteras o beneficiosas.

De acuerdo a los neurofisiólogos es en estos circuitos neuronales


donde reside la pasión. Cuando nos enamoramos, la Dopamina es la que
permite ese comportamiento apasionado, obsesivo, desenfrenado del
enamorado, que no conoce lógica ni razón. Luego entra a equilibrar el
sentimiento la Serotonina y Oxitocina, los cuales se encargan de regular
y darle un carácter más sociable al amor.

Está asociado a la liberación de otro neurotransmisor llamado


Endorfina, el cual amplifica en el cerebro las señales que dan la
sensación de felicidad, disminuyendo el estrés y el miedo, también
ayudan a mitigar y soportar el dolor físico y mental cuando hay una
herida o traumatismo. En conjunto, tienen gran relevancia para nuestras
vidas; participan en el equilibrio y regulación del crecimiento,
maduración y la sexualidad del individuo, y provocan sensaciones tanto
de satisfacción como de placer.

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Estos neurotransmisores en conjunto se liberan ampliamente al
reírse, al conseguir algo deseado o lograr una meta, hacer ejercicio físico
o en situaciones más íntimas como un abrazo o al tener relaciones
sexuales; pero también el café, el cigarrillo y demás sustancias
estimulantes aumentan su liberación, por eso la costumbre de tomar
café o té en el trabajo y en reuniones sociales, para mejorar la atención,
la memoria y facilitar en gran medida el bienestar y los estados
emocionales positivos.

Los niños con problemas de conducta como el trastorno de


hiperactividad con déficit de atención, están asociado a niveles elevados
de Dopamina y al incremento de la Adrenalina y Noradrenalina, por lo
cual les es difícil controlar la conducta impulsiva. Aun cuando lo más
llamativo en este complejo trastorno es la conducta hiperactiva, el
verdadero reto no solo para los padres y cuidadores sino para el propio
niño, está en el déficit de atención, pues limita su aprendizaje y retarda
el desarrollo de la memoria.

En comportamientos patológicos como en los adictos a drogas y


en las psicosis, el incremento de la Dopamina está asociada al
incremento del Glutamato y Adrenalina, de allí el comportamiento
irracional en estos estados.

GABA: El Ácido Gamma-aminobutírico, regula o inhibe las


descargas de otros sistemas excitatorios, evitando que se genere una
exaltación neuronal por sobreestimulación o excitotoxicidad. Mantiene
la organización de las ideas, el pensamiento reflexivo y equilibrado
cuando el cuerpo se encuentra frente a situaciones de crisis. A su vez
disminuye el estrés y el miedo, provocando autoconfianza y conductas
tendientes a la resolución práctica a los problemas. Disminuye el tono
muscular y está relacionado con la relajación muscular, una digestión
más lenta, y permite la fase del sueño profundo y la liberación de la
hormona de crecimiento durante el mismo. Trabaja en conjunto con el
aminoácido Glicina, el cual potencia su efecto inhibitorio y está muy
implicado en la regulación del tráfico de la información procedente de
los sentidos, principalmente normaliza el aumento de la sensación
dolorosa por la Acetilcolina, evitando la hiperexcitación e hiperactividad
por sobreestimulación en el cerebro.

Existe una estrecha relación entre el GABA y el Glutamato debido


a que ambos proceden del aminoácido Glutamina. Cuando éste último
llega al cerebro, puede tener dos transformaciones según quién lo
capte: si lo hacen las neuronas es transformado en el aminoácido

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excitatorio Glutamato, pero si es captado por las células gliales, es
convertido en GABA. Estas vías metabólicas están estrechamente
relacionadas y finamente reguladas, por lo tanto, procesos externos
como la exposición a tóxicos o emociones intensas, pueden alterar este
balance con cambios del estado anímico.

SEROTONINA: Es uno de los neurotransmisores más abundantes


del organismo y su producción se extiende más allá del cerebro, hasta el
intestino y las plaquetas. Sin embargo, ella no puede atravesar las
barreras cerebrales, por lo que la Serotonina que se produce en otros
órganos no puede ser utilizado por el sistema nervioso central.

Desempeña un papel clave en la regulación del pensamiento


emocional, y controla las reacciones del sistema simpático durante el
estrés y el miedo. También este neurotransmisor es precursor de la
Melatonina, que regula la digestión, el sueño y los ciclos circadianos.

Está relacionado con la capacidad intelectual e íntimamente


asociado a la sensación de bienestar y felicidad, pero también a la
sensación de asco. El aumento de la serotonina produce el
enlentecimiento de la digestión, y las náuseas y vómitos que la
acompañan. Su liberación no puede ser inducida como en el caso de la
dopamina, por lo cual solo se puede aumentar su producción con una
dieta rica en sus precursores: chocolate, frutos secos (sobre todo los
dátiles), el plátano, carnes de aves y pescados.

El balance entre las cien mil millones de neuronas del sistema


nervioso lo conforman circuitos neuronales antagónicos
excitatorio/inhibitorio, que favorecen una respuesta regulada de todo el
organismo. En una cronología magistral el Dr. Eduardo Calixto,
neurofisiólogo de la Universidad Nacional de México, expuso un ejemplo
de cómo es el balance en la liberación de neurotransmisores en el día a
día, que lo podemos resumir de la siguiente manera: A partir de las 3
a.m. disminuye la secreción de Melatonina, por lo tanto, el sueño es más
ligero. Los rayos del sol, o el sonido del despertador, aumentan la
liberación de Dopamina y el cerebro se activa. También se libera
hormona tiroidea que acelera el metabolismo.

Al ducharse se libera más Dopamina y hormona tiroidea, nos da


hambre y se libera Acetilcolina que estimula el sistema gástrico, por el
estrés del hambre se libera Cortisol y Noradrenalina. Al desayunar la
insulina permite que la glucosa llega a todo el organismo y nos sentimos
satisfechos, pero el pensamiento acelerado de la Acetilcolina nos
recuerda la hora de salida, que vamos tarde, y no bajan los niveles de las

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hormonas del estrés. El beso de despedida libera Serotonina, Oxitocina,
bajan los niveles de estrés, hay una remodelación cerebral y salimos
contentos.

Con el tráfico nos impacientamos, se libera Adrenalina que activa


el sistema nervioso simpático y dilata la pupila, acelera el pulso, sube la
tensión muscular, actúa el Glutamato y ahora nos sentimos más
agresivos, competitivos y fáciles de caer en provocación. Se libera
hormona tiroidea que sube la temperatura. Al llegar a la oficina tenemos
sed y bebemos agua, que aumenta la Vasopresina, hormona que nos
obliga a orinar, se libera el GABA, que activa el sistema parasimpático, y
nos relajamos. Al mediodía se repite el ciclo del hambre.

Después de comer, la sangre se hace alcalina por la digestión,


aumenta la Glicina, GABA, Serotonina, Dopamina y Endorfinas, y hay una
mezcla de placer, sueño y calma. En la tarde el trabajo nos genera
cansancio, la concentración solamente dura 20 a 30 minutos, por lo que
nos reímos, y movemos, para no aburrirnos. Finalmente, alguien sugiere
y nos tomamos un café y si estamos cerca de la quincena se acompaña
con un dulce, que sube los niveles de Dopamina y Endorfinas con la cual
terminamos la jornada laboral.

Ya en casa el apego familiar, sube la Serotonina, Oxitocina, y


finalmente con el efecto de la cena, nos relajamos. Pero sin darnos
cuenta con la puesta de sol, venia aumentando los niveles de GABA y la
Melatonina, que termina induciendo un sueño profundo, durante el cual
se libera hormona de crecimiento para un efecto reparador celular. Para
reiniciar el ciclo a las 3 am.

Como podemos ver la intensidad de la señal del neurotransmisor


condiciona la utilidad del mismo para permitir que el organismo
reaccione en dos formas; para activar los mecanismos de desarrollo y
crecimiento, o que se active los sistemas para sobrevivir y la defensa.

RAZONAMIENTO.

Posterior al nacimiento uno de los hechos más trascendentales es


la interacción del recién nacido con estímulos y cambios impredecibles,
tanto ambientales como sociales, que lo obligan a adaptar sus ritmos
biológicos. Como respuesta a los cambios fluctuantes del entorno,
inicialmente hay el desarrollo de conductas anticipatorias llamadas
intuitivas o empáticas, por estar basadas en la percepción de
sensaciones y emociones, son inconscientes y permiten ahorrar tiempo

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y esfuerzo para responder con máxima eficacia a dichos cambios,
siempre y cuando la anticipación al evento sea correcta. La intuición se
va agudizando con la experiencia.

Cuando él bebe oye que alguien se aproxima a su entorno, el


organismo responde anticipadamente (estrés anticipatorio) acelerando
el latido cardiaco y la respiración, para aumentar el flujo de sangre y
oxígeno a los órganos vitales, agudiza la vista, el oído y el olfato para
distinguir con claridad si la persona que se aproxima es mamá, como
fase preparatoria del bebe para recibir el placer de la comida, calor o
cariño de su madre. Si es acertado produce felicidad, pero si es una
persona distinta genera una respuesta aversiva, ira y llanto del niño.

La red neuronal encargada del pensamiento intuitivo está en el


hemisferio cerebral derecho, principalmente en el Sistema Límbico en el
lóbulo temporal derecho del cerebro, está especializado en la
percepción de la información relacionada con las emociones, los
instintos, la atención y la memoria episódica o recuerdos de las
vivencias. Piensa en imágenes, símbolos y sentimientos, tomando como
referencia las experiencias pasadas para aplicarla a la situación actual,
creando conexiones entre ideas que, de forma consciente, no
conseguimos relacionar, su cualidad es el pensamiento creativo.

En el año 1996, Giacomo Rizzolatti con su equipo de investigación


en la universidad de Parma, en Italia, hicieron un hallazgo fundamental
en el neurodesarrollo: fue el descubrimiento de un tipo de neurona que
se denominó neurona espejo. Las neuronas espejo intervienen en la
comprensión del comportamiento de otros individuos a través de la
imitación, permitiendo el aprendizaje y la empatía (la intuición de lo que
está pensando y sintiendo la otra persona). Desde el momento del
nacimiento el niño imita los gestos, expresiones y finalmente las
palabras de los demás.

De hecho, mientras más se repite la conducta observada, mayor


será la activación de las neuronas espejo y, por lo tanto, mayor el
aprendizaje y más auténtica la intuición y anticipación a la conducta de
la persona. Pasado la etapa infantil ya no se aprende por imitación.
Aparentemente las neuronas espejo en el adulto permiten comprender
la conducta de otros, estar conectados en pensamiento y sentimiento
con esa acción. He allí la explicación de la popularidad del cine y el teatro
pues somos capaces de emocionarnos con el actor a pesar de saber que
no es real.

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Posteriormente con el aprendizaje, se desarrolla el razonamiento
lógico, analítico, es el pensamiento basados en hechos y resultados
corroborados. A la hora de la toma de decisiones la persona se debate
entre acciones definidas por el razonamiento intuitivo o el razonamiento
lógico. El Dr. Anthony Jack del departamento de Filosofía y Psicología
experimental de la Universidad Case Western Reserve de los Estados
Unidos de Norteamérica, expresa que «El cerebro humano no puede
tener en cuenta ambos razonamientos, intuitivo y analítico al mismo
tiempo, por lo que, al trabajar con uno, el otro es suprimido».

En contraste con la intuición, el rasgo distintivo del pensamiento


analítico es aquél que se fundamenta en evidencias, no emociones. Es el
razonamiento crítico y consciente, permite buscar diferentes
alternativas de solución y selecciona la más adecuada según la
experiencia adquirida. Este tipo de pensamiento divide el problema en
partes más pequeñas que son identificadas, categorizadas y analizadas
por separado para obtener una respuesta o solución.

Su red neuronal está asentada en el hemisferio izquierdo cerebral,


principalmente en el Lóbulo Frontal. Es el responsable del lenguaje
verbal y de la habilidad lingüística. Se guía por un pensamiento binario y
lineal (mas-menos, arriba-abajo, antes-después) da la capacidad de
análisis, de la resolución de problemas matemáticos, así como del
pensamiento lógico y racional y la memoria semántica o de
conocimientos. La curiosidad es una de sus cualidades.

A pesar de que el predominio de un hemisferio cerebral define la


personalidad y patrones de conductas típicas de la persona, ningún
hemisferio es más importante que el otro. Lo que caracteriza el cerebro
humano es la capacidad de mantener el equilibrio entre estos dos
razonamientos específicos. Integra gran diversidad de redes o subredes
atendiendo al momento y a la necesidad, lo que dota al sistema nervioso
de una inmensa flexibilidad operativa, la cual es la clave del desarrollo.

Tomemos como ejemplo un escritor, el hemisferio izquierdo


procesaría la información de las tareas visuales y espaciales lingüísticas,
en este caso escribir, analiza las reglas ortográficas y de sintaxis, pero un
escritor también requiere que la mente construya una sensación
emocional al percibir una pauta escrita, por lo cual para esta tarea
también se necesitaría reclutar espacios del hemisferio derecho, es decir
integración de la información.

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LAS EMOCIONES

Entre muchos factores condicionantes y distorsionantes para una


respuesta conductual, están las emociones. Son filtros que modifican la
percepción de la realidad y permiten que en un momento dado la
reacción sea espontanea, intuitiva o por el contario producto de un
pensamiento racional-lógica. Las emociones son innatas, inconscientes,
comunes y universales. De acuerdo a la teoría clásica del psicólogo
estadunidense Paul Ekman, las emociones básicas son seis: felicidad,
tristeza, miedo, ira, sorpresa y asco.

Felicidad: Un estado emocional agradable que transmite a todo


el cuerpo sensación de energía positiva, plenitud, placer y pasión, nos
mueve a la creatividad y la acción. Se percibe como una recompensa por
acciones que nos aportan beneficios, por lo cual se suele repetir la
experiencia. Es una de las emociones que socialmente se permite ser
expresadas en público, lleva a la risa. Los niños suelen ser más
hiperactivos durante estados de felicidad.

Tristeza: Una de las emociones más negativas, implica una


disminución de la energía y el estado de ánimo, con una reducción de la
capacidad de aprendizaje y la interacción social. Al reducir la actividad
permite enfocarse en la pérdida, en la recuperación emocional,
generando nuevas estrategias y planes de vida, también está asociado a
la creatividad. Se expresa con aislamiento social, disminución de la
actividad física y el llanto. En muchas sociedades no le es permitido la
expresión de esta emoción a los varones, lo cual genera conductas
ambivalentes ante la tristeza.

Miedo: Otro de los estados emocionales percibidos como


negativos. Se parece más a una reacción que a un estado deliberado, por
su acción inmediata. Hace que el cuerpo entre en un estado de alerta
para la supervivencia ante un peligro inminente, aumentando la energía
para la reacción. Actúa directamente sobre el sistema simpático
elevando la frecuencia cardiaca, la respiración, la sudoración, pupilas
más abiertas, boca seca. Ayuda a aprender nuevas respuestas de
protección. El miedo muchas veces es asociado con la ansiedad, que aun
cuando tienen elementos en común, la ansiedad es una respuesta de
carácter anticipatorio frente a una amenaza más abstracta que real, y no
es un estado emocional en sí.

Ira: Al igual que el miedo, es percibido como una emoción


negativa. También genera mucha energía en la persona que la prepara
para la lucha a través de la activación del sistema simpático; aumento

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de la frecuencia cardiaca, la respiración, el tono muscular y la liberación
de neurotransmisores estimulantes como la adrenalina. Permite superar
con mucha determinación situaciones frustrantes o aversivas, pero es
una emoción ambigua pues muchas veces no está claro el objeto de la
ira.

Sorpresa: Esta emoción no es considerada ni positiva ni negativa.


Es una respuesta neutra y breve de incertidumbre ante una situación
inesperada, nueva o extraña. Su objetivo es vaciar el hilo de
pensamiento de la mente, activa la atención y exploración del estímulo
inesperado para dar una respuesta con otra emoción positiva o
negativa: felicidad, tristeza o ira. Sin embargo, algunos autores señalan
que la sorpresa es una señal precoz del miedo.

Asco: El asco es una sensación que ayuda a la persona a


sobrevivir. Nos hace eludir las cosas que consideramos repugnantes que
muchas veces son peligrosas o nocivas para la salud. La sensación
negativa es de desagrado o aversión, que puede llegar a manifestaciones
gastrointestinales y náuseas. Esta emoción también puede tener un
carácter social de rechazo a estímulos sociales “tóxicos”, sobre todo
relacionados con la actividad sexual. Deja huella en la memoria como
experiencia personal, que al igual que el miedo, son fáciles de adquirir y
difíciles de olvidar.
Las emociones son una forma de comunicación, la interpretación de lo que
estas señales pueden significar, determinan como responder y relacionarse de
acuerdo con nuestras propias experiencias emocionales, permite el
crecimiento o la supervivencia. Un hecho tiene que tener cierta trascendencia
para que provoque una emoción en la persona que lo experimenta. El papel de
la cultura es exagerarlas, disimularlas u ocultarlas por completo. En muchas
sociedades se considera ofensivo revelar las emociones negativas, de hecho,
son a estas a las que la industria farmacéutica tiene el mayor arsenal
terapéutico a fin de “tratarlas o suprimirlas”, cual si fuesen una enfermedad.

A pesar de ello, la psicología desde hace algún tiempo viene


señalando la importancia de la expresión emocional en el
neurodesarrollo, incluso fue llevado por los estudios Pixar al cine en el
año 2015, donde estrenaron una entretenida película animada “inside
out” (traducida al español como Intensamente o De Revés), donde los
protagonistas eran las emociones de la figura principal Riley, una niña
de 11 años. En ella se enfatiza como su conducta, es el reflejo de la
percepción de los acontecimientos de su vida influenciado por las
emociones.

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SISTEMA DE REPRESENTACIÓN.

Los sentidos (auditivo, visual, olfativo, gustativo y táctil) juegan un


papel importante en la percepción del mundo, la interacción y el
aprendizaje, pero el proceso de asimilación de esa información se hace
con preferencia a algunos de los sentidos. En las teorías de la
neurolingüística esto se llama Sistemas de Representación, que
básicamente son tres: visual, auditiva o kinestésica (cinestésica), a pesar
del predominio de uno, no son mutuamente excluyentes. Con el tiempo
esta preferencia hace que el aprendizaje y también la remodelación
cerebral sea sesgada.

Visual: El sistema de representación visual está presente en la


mayoría de las personas. Tienden a pensar en imágenes, conceptos e
ideas. Organizan la información visual en diagramas, mapas
conceptuales o representaciones gráficas, que les permite identificar
patrones e interrelacionar la información. Las personas
predominantemente visuales son prolijas con la palabra escrita,
detallistas con la sintaxis y ortografía. Notan cambios imperceptibles en
su entorno, poseen gran sentido de los colores, tienen memoria eidética
que les permite recordar gran cantidad de detalles de imágenes. Son
ordenados con buena capacidad de abstracción y planificación. Manejan
mal la información auditiva, aunque no les molesta o distrae estar en
ambientes con ruido o música.

Auditivo: Los auditivos tienen preferencia a asimilar la


información como sonidos, la palabra hablada, manejan la información
de forma secuencial y ordenada, se les dificulta los conceptos
abstractos. La evocación de los recuerdos es por palabras claves, nunca
olvidan algo que se les dijo, recuerdan un montón de letras de
canciones. Leen en voz alta, pero suelen hacer sus labores en silencio
pues cualquier ruido o música los distrae fácilmente. Son hábiles con los
idiomas y obviamente con la música, a menudo tienen un buen
vocabulario, son buenos conversadores, dando énfasis a la entonación y
la expresión verbal, en muchas ocasiones son bromistas, les gusta la
actividad en grupos. Siguen bien instrucciones y se destacan por la
memorización.

Kinestésico: Aquellas personas que procesan la información


asociándola con lo táctil, las sensaciones y el movimiento, son
kinestésicos. Tienden a hacer un aprendizaje más lento que los otros dos
(visual y auditivo), el cual deja una huella en la memoria más profunda y
difícil de olvidar. Preferentemente les gusta tocar, manipular las cosas,

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son proclives durante la enseñanza a moverse, muchas veces son
tildados de “inquietos o hipercinéticos” y no por eso se deben confundir
con el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). No
hacen representaciones esquemáticas de lo aprendido como los
visuales, por lo cual no son organizados. Tienen buena memoria por ser
un aprendizaje kinestésico, que involucra varios sentidos y las
emociones. Son creativos, siendo el movimiento parte de su expresión
o lenguaje corporal, también gesticulan más al hablar para darle énfasis
a las palabras. Tienen mayor facilidad para aprender tareas manuales y
deportes. Se les dificulta tener un sentido del tiempo, entiende solo el
momento presente.

Una de las tareas de mayor importancia en las familias modernas


es identificar tempranamente el sistema de representación en los niños
para mejorar la calidad de la comunicación y el aprendizaje. En el pasado
con familias numerosas los hermanos hacían empatía de acuerdo a su
preferencia visual, auditiva o kinestésica, donde había los que se reunían
para dibujar o leer, aquellos que les gustaba hablar y los que pasaban el
día corriendo y saltando. Por lo que todos se sentían integrados y
acompañados como familia.

Hoy en día con núcleos familiares pequeños, con uno o dos hijos
hay más posibilidades que si no comparten sistemas de representación,
los hijos puedan tener problemas de conducta y aprendizaje por sentirse
relegados. Por ejemplo, unos padres visuales, les va a costar transmitir
emociones y comunicarse con ese niño si no comparte su sistema de
representación, si es auditivo va a sentirse hablando con unos padres
“sordos” o un kinestésico interactuando con unos padres “insensibles”.
También esta tarea se complica un poco pues los medios electrónicos se
han convertido en el principal medio que provee la mayor cantidad de
información y entretenimiento, por lo cual los niños
independientemente de su sistema de representación se ven obligados
a adaptarse a su uso regular. Sin embargo, se puede notar las diferencias
en su interacción, pues algunos buscan la estimulación visual, otros la
combinación con sonido o música y hay aquellos que se mueven o
danzan como forma de interactuar con los equipos electrónicos.

REMODELACION CEREBRAL

Al nacer las conexiones de las neuronas que conforman la


estructura cerebral, en un principio están determinadas genéticamente,
pero luego van siendo modificadas por la interacción de la persona con

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su medio ambiente y entorno social, para establecer circuitos
neuronales que conforman una distribución y conexiones únicas para
cada persona. Por eso, incluso los gemelos homocigotos aun cuando son
genética y físicamente idénticos, tienen rasgos de la personalidad
distintos. Para reforzar este cambio de concepto de un camino del
neurodesarrollo predeterminado y estático, a uno dinámico, único e
irrepetible, se usan ahora los términos de neurodiversidad y más
recientemente neurocinética.

La estimulación del medio hace que circuitos poco usados


pierdan su función y desaparezcan en favor de aquellos más utilizados,
reforzándolos, se llama remodelación cerebral, proceso que es muy
intenso en los primeros 6 años de vida, pues es la base del aprendizaje y
la adquisición de conocimientos, habilidades y hábitos nuevos. No
solamente la estimulación del entorno puede facilitar o limitar el
desarrollo de una función psicológica determinada en la persona,
también gracias al entrenamiento se puede impulsar la remodelación
cerebral. Es a través del uso de herramientas como la repetición y el
adiestramiento, ya sea de carácter físico, técnica o de conocimientos,
que se potencian algunas habilidades. Los niños en los primeros años
hacen uso intenso del aprendizaje a través en estas herramientas con la
imitación y la repetición, por eso es tan importante que jueguen y hagan
deportes.

En conjunto, esta capacidad del cerebro de hacer cambios


adaptativos a su estructura básica se denomina plasticidad neuronal;
capacidad que va disminuyendo con el aumento de la edad; mientras
que la remodelación cerebral va a perdurar toda la vida, de tal manera
que permite un reordenamiento funcional a través de la formación de
nuevas conexiones neuronales en el aprendizaje además de permitir al
cerebro recuperarse y reestructurase cuando hay una lesión. Esto
denota la extraordinaria flexibilidad del cerebro en cuanto a los cambios
necesarios para la adaptación y supervivencia a lo largo de la vida.

El sistema nervioso no sólo está formado de neuronas. También


encontramos las células gliales, que conforman varios tipos (microglía,
astrocitos, oligodendrocitos), son tres veces más numerosas que las
neuronas. Sus funciones se pueden resumir en dar mantenimiento al
sistema nervioso; soporte nutricional y estructural de las neuronas,
formación de mielina, igualmente participan en la remodelación
cerebral por medio de la eliminación de neuronas poco funcionales o
muertas. Adicionalmente protege al sistema nervioso con la eliminación
de virus, bacterias o sustancias dañinas que entren al cerebro.

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Posterior al nacimiento el crecimiento está dado por la calidad
de la interacción y la relación con el entorno físico y social. Los niños
universalmente siguen un patrón de desarrollo y de adquisición de
habilidades claras. La sobrecarga sensorial (luz, ruido), estimulación
social inadecuada (excesiva manipulación o falta de ella), estados de
deprivación (sueño deficiente, hambre), impactan negativamente el
sistema neurológico y desorganizan la integración armónica del cerebro
desacelerando el desarrollo físico, motor y emocional.

Existen tablas sencillas que valoran el patrón normal de


desarrollo físico y neuronal. El crecimiento se puede evaluar a través de
las tablas de percentil de talla, peso, circunferencia cefálica, e índice de
masa corporal, nos indican cuando se está desviando del valor esperado
del desarrollo para la edad cronológica del niño.

También en el neurodesarrollo se han diseñados tablas (como el


test de Denver o la escala Haizea-Llevant) que evalúan el
comportamiento y el progreso de las destrezas físicas, que son
observadas en la población infantil. Distinguir entre un retraso del
desarrollo, donde hay la adquisición de habilidades normal pero lento, y
una alteración discreta o moderada del desarrollo no es fácil.

PRIMEROS 6 MESES. En los primeros 6 meses de vida la conducta


es el modo de comunicación en el niño. Al nacer, persiste un predominio
de la respuesta a los estímulos en forma automática e inconsciente:
frecuencia cardiaca, respiratoria, digestión, evacuación, sudoración,
salivación, que permiten el equilibrio u homeostasis del organismo.
Luego va adaptando los ciclos biológicos a los nuevos cambios para
sobrevivir, dispone al organismo para anticiparse a los acontecimientos,
por ejemplo, salivar ante el estímulo del alimento para preparar la
digestión.

También depende de los órganos de los sentidos para


relacionarse (ojos, nariz, piel, oído y lengua). Los bebés abren los ojos a
los pocos minutos de nacidos y pueden ver. Esto se puede exaltar en el
recién nacido cuando al alzarlos en forma erguida abren más los ojos en
forma refleja (se llama “ojos de muñeca”). Aun cuando establecen
contacto visual este es por intervalos cortos por el esfuerzo, pues no
enfocan correctamente ni ven en colores antes de los 3 meses. Ven en
primer plano siendo borroso el entorno, esto entre otras cosas los
protege de la sobrecarga visual.

22
El primero hito o acontecimiento fundamental en el desarrollo,
es a los 2-3 meses, con el cambio de conductas automáticas a
voluntarias. Al mejorar la visión ve los detalles de los rostros de la cara
de mamá y otras personas a su alrededor. Socialmente el niño aprende
a mostrar interés al fijar la mirada y por el contrario desinterés, al no
mirar más allá de 2 segundos. Así mismo esta mirada es acompañada
con expresiones faciales que muestran las emociones básicas. Explora
objetos cercanos y le gusta el contraste de luz y movimiento de los
objetos, los cuales sigue con la vista.

Con la nueva percepción de movimiento y profundidad del


campo visual, también le permite desarrollar el razonamiento intuitivo,
pues como conducta social, ante la presencia de un objeto o persona
conocida, se emociona pues intuye que se va a acercar e interactuar con
él, de lo contrario se molesta. Esto se llama conducta anticipatoria, que
es parte de la intuición o razonamiento intuitivo. También la sonrisa
automática a estímulos agradables se hace más compleja con la risa
voluntaria, y aparece la imitación de los gestos.

La piel también es uno de los principales órganos de la


comunicación a esta edad. Incluso algunos autores especulan que la piel
es la parte externa del cerebro, dado que ambos tienen un origen común
en el embrión. Aparte de sus funciones como protección externa del
cuerpo y regulador de la temperatura y los líquidos del organismo, tiene
una gran cantidad de terminaciones nerviosas que le dan su capacidad
como interfaz de comunicación entre el sistema nervioso y el medio
ambiente, pero una de las cualidades extraordinarias de la piel es que el
contacto “piel con piel” provoca la liberación de una hormona llamada
oxitocina. La oxitocina a nivel cerebral induce la vinculación afectiva
intensa o apego, también llamado amor filial, que influye sobre el
comportamiento social, crea una sensación de confianza con la persona
que contacta, también en el bebé, disminuye la respuesta al miedo y la
liberación de hormonas del estrés como el cortisol.

El vínculo emocional y conductual más importante de la primera


infancia es el apego, la relación con las figuras de apego en este periodo
posibilita el desarrollo cognitivo y afectivo que permite la integración de
la relación emocional del niño con su entorno. También el apego tiene
que ver con el manejo del miedo y la necesidad de seguridad, que le
posibilita el poder actuar, comprender la realidad, anticipar el futuro y
establecerse metas. El niño se resiste a separarse o alejarse de los seres
queridos, sintiendo ansiedad, desolación y temor de abandono. Por lo

23
tanto, para los neurofisiólogos, uno de los primeros frenos al apego es
la ropa que evita el contacto físico directo.

También en el bebé el abrazo y el balbuceo son conductas de


felicidad y apego. Las situaciones adversas al apego generan
mecanismos defensivos, hay llanto, el bebé bajo estrés se queda inmóvil
con los brazos flexionados y rechazo a las personas desconocidas. Con
estímulos aversivos repetitivos desarrolla un tipo de apego aversivo,
evitativo o inseguro, son indiferentes, se desconectan emocionalmente,
son menos cooperativos y más agresivos.

Cabe destacar que siempre ha existido la discusión si en este


periodo, este tipo de asimilación de información es innata o adquirida,
lo cual no solo es una discusión semántica, sino que algunos
profesionales asumen que el niño aprende independientemente del
estímulo. En realidad, el aprendizaje y el comportamiento de todos los
individuos posee componentes innatos y adquiridos. Lo que sí está claro
es que algunas áreas del aprendizaje están programadas genéticamente,
de tal manera que sin el estímulo adecuado no se puede aprender fuera
de ese periodo del desarrollo, y el apego es uno de ellos.

Paralelamente a estos cambios conductuales, se desarrollan las


habilidades motoras que permiten que ese recién nacido que esta
acostado y solo tiene movimientos reflejos involuntarios de los
miembros, adquiera movimientos complejos. Ya a los 3 meses hay la
coordinación voluntaria: prension-succion, donde puede llevar objetos
a la boca y chuparlos. Vision-prension, ubica visualmente los objetos, los
toma, los acerca, golpea y tira los mismos. Visión-audición donde puede
seguir con la vista un objeto con sonido o identifica y voltea con la voz
de su madre o persona conocida.

Es importante en este periodo la valoración de los hitos o


acontecimientos cruciales del desarrollo neurológico de acuerdo a la
edad cronológica del bebe. Son tres los parámetros dentro de esta
medición: los test que miden la motricidad gruesa (locomoción y
desarrollo postural), que se refiere a la capacidad de control que se tiene
sobre la cabeza, sentarse sin apoyo, etc. La motricidad fina o prensión
(uso del pulgar, agarra con los dedos) que permite la manipulación de
objetos. También están aquellos test que miden la comunicación
comprensiva y la expresiva a través de las conductas sociales no verbal
o “lenguaje corporal”, pues este niño aun no habla. Se valora la empatía,
percepción y respuesta emocional (mirada, sonrisa, estira los brazos a
las personas conocidas, gestos guturales de imitación, etc.).

24
Retardo en la adquisición de habilidades. Esta categoría incluye
a preescolares menores de 6 meses con desarrollo lento de habilidades,
aun son demasiado pequeños para aplicar las pruebas cognitivas
estandarizadas. En muchos casos el retardo en el desarrollo puede ser
causado por condiciones de poca duración, de hecho, puede ser
reversible. No necesariamente hay un retardo global sino comúnmente
solo en algunas áreas. Un niño con este diagnóstico debe ser evaluado
periódicamente pues muchas veces al cesar la condición causal puede
equipararse rápidamente.

Los factores de riesgo para un retardo en el desarrollo suelen


englobarse en tres categorías:

1. Complicaciones al nacer. Son comunes la prematuridad, bajo peso


al nacer, exposición prenatal a alcohol o drogas.
2. Condiciones médicas. Son causal común problemas: metabólicos,
oculares, auditivos, las infecciones, déficit hormonal y
traumatismos, entre otros.
3. Condiciones ambientales. Nutrición deficiente, exposición a
metales tóxicos y químicos, situaciones familiares difíciles o
traumáticas, periodos de hospitalización larga.

El desarrollo motor involucra la adquisición progresiva de


habilidades motoras que permiten mantener un adecuado control
postural, desplazamiento y destreza manual, con la desaparición
progresiva de los reflejos involuntarios y una respuesta motora
voluntaria. El lactante que no alcanza los hitos en esta etapa se le
denominan señales de alarma, lo cual debe llamar la atención para su
seguimiento de cerca.

En el primer mes de vida, es significativo evidenciar que no fije la


mirada momentáneamente, sobre todo a fuentes de luz y al rostro de la
madre, así como la poca o nula respuesta ante los sonidos de su entorno.
Puede haber problemas con el reflejo de la succión, que dificulta la
alimentación. Es irritable y difícil de consolar. Recuerde que
básicamente en la etapa de lactante la comunicación es a través de la
interacción social.

En el segundo mes no siguen los objetos con la mirada, y al


interactuar hay ausencia de la sonrisa automática o social. Sobresalta
con los sonidos a su alrededor, pero a pesar de ello muestra una
respuesta muy escasa, no parece interesado en los sonido o voces
conocidas. Persiste la irritabilidad y es arduo de consolar porque rechaza
el contacto físico, el llanto es difícil de interpretar por la madre. En el

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tercer mes no sostiene adecuadamente la cabeza, y puede haber
asimetría en la actividad con las manos que denota una lateralidad
precoz.

Hacia el final de los 6 meses tampoco hay risa voluntaria ni


balbuceo o sonidos guturales. Presenta rigidez o hipertonía de los
miembros con las manos cerradas, y flacidez o hipotonía del tronco y
cuello. Muchos no se rotan al estar acostados, ni mantienen la posición
sentada con apoyo. Puede haber ausencia de prensión voluntaria. Él
bebe parece abstraído como si no le importara nada, es menos exigente
y activo que sus coetáneos. El sobresalto con el ruido puede aún
persistir, este es un reflejo innato que debe ir desapareciendo
precozmente.

7 MESES A 2 AÑOS. Pasado este primer maratón del desarrollo


de los primeros 6 meses, el bebé entrará hasta los 2 años en una etapa
de desarrollo más pausado, que se caracteriza por una mayor
independencia, afianzando sus recién adquiridas habilidades en las
áreas: social, comunicacional, cognitiva (aprendizaje, razonamiento y
resolución de problemas) y desarrollo motor y físico, siendo este último
también de gran trascendencia. En el primer año el aumento en la talla,
peso y circunferencia cefálica, tendrán el índice de desarrollo más rápido
de toda su vida.

Con el desarrollo motor grueso el niño se sienta, luego gatea,


bípedesta y por último marcha a los 18 meses. Para el final de los 2 años
corre, arrastra objetos al caminar, patea balones y sube escaleras con
apoyo. Irónicamente esta mayor independencia para explorar también
aumenta su sentido de apego, por lo que no se aleja más allá de una
distancia “segura”, y cuando quiere explorar más allá se hace
acompañar por una persona conocida.

Con el progreso del desarrollo motor fino manipula los objetos,


abre cajones, come con una cuchara. Hacia los 15 meses inicia la pinza
pulgar-índice que les permite apilar objetos, dibuja garabatos y aplaude.
Puede hacer tareas complejas como desvestirse y se viste con ayuda.
Estas habilidades lo hacen menos dependiente de su cuidador o padres.
Hacia el final de los 2 años empieza la lateralización, con preferencia de
una mano sobre la otra para hacer algunas tareas. Descubre su cuerpo y
los genitales, que lo puede llevar a manipularlos por curiosidad, sin
buscar placer.

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El lenguaje se desarrolla de manera natural, alrededor de los 12
meses hay un hito en la comunicación, dice sus primeras palabras. A los
18 meses puede combinar 2 palabras y al final de los 2 años el lenguaje
se convierte en la herramienta de comunicación más eficiente, maneja
alrededor de 60 palabras bisílabas. Si no sabe expresar algo que quiere
con palabras, se hace entender por otros medios ya sea señalando o
llevando al adulto hacia lo que quiere. Como en esta etapa aun el
aprendizaje es por imitación, el que el adulto imite su lenguaje retrasa
la pronunciación correcta, así como el corregirlo constantemente puede
agobiarlo.

Dentro de su desarrollo social y emocional obedece instrucciones


sencillas, como “toma” o “siéntate”. Comienza su etapa de actor, imita
lo que hacen los adultos o niños mayores “hablar por teléfono o tirar
besos con la mano”, y se divierte interactuando con ellos. Descubre
jugar con otros niños, pero aún persisten conductas egoístas y posesivas.
Afloran los sentimientos de celos, sobre todo cuando está involucrada
mamá.

Desde el punto de vista cognitivo (aprendizaje, razonamiento,


resolución de problemas) es una etapa rica en creatividad e imaginación.
Les da comida a los muñecos, maneja naves imaginarias, busca objetos
escondidos debajo de otros objetos que los cubren, puede imitar el
sonido que hacen los animales al señalarlos en un dibujo. Al cantar
puede completar las frases de una canción conocida, así sea
pronunciando fonéticamente en un lenguaje ininteligible.

Memoria. Puede mantener la atención y concentración en una


tarea por periodos más largos aumentando su aprendizaje. Como los
expresó el filósofo y psicólogo Hermann Ebbinghaus a principios del siglo
XX en sus teorías del aprendizaje y el olvido, la capacidad de que una
tarea pueda dejar huella en la memoria depende directamente del
tiempo dedicado a dicha tarea. Una vez que se capta la información la
memoria tiene tres etapas: codificación, almacenamiento y evocación o
recuperación de la información.

En este período de niño “explorador e independiente”,


desarrolla con mayor intensidad la memoria episódica, que es lo que
denominamos experiencia o recuerdos personales. Está compuesta por
la información central y los elementos perceptivos de los sentidos que
la acompañan (sensaciones intensas, emociones, relación espacio-
tiempo). Esta memoria no se almacena tal cual se percibe, sino que sufre
un proceso de selección e interpretación de los hechos relevante que le

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dan significado, de acuerdo a experiencias previas. La evocación de la
memoria episódica puede activar varios recuerdos conectados en una
misma estructura.

Alternativamente se va formando la memoria semántica, son


nuestros conocimientos. Es impersonal, trabaja con referencias sobre
hechos cotidianos, sucesos genéricos y con información conceptual. La
repetición de la información, o la incorporación de información similar,
permite una mayor recodificación y que la huella en la memoria
permanezca a largo plazo, permitiendo la posibilidad de la recuperación
intencional de la información original.

También se puede dar la integración sinérgica de las memorias


semántica con la episódica, haciendo que el recuerdo de la información
pueda ser tanto en forma intencional como espontaneo. En los niños
esto es bastante común cuando repiten incansablemente la misma
película, cuento o juego, pues con cada repetición les permite ir
entendiéndolo cada vez más, inferir actitudes y conductas, mejorando
el pensamiento lógico. De hecho, la Dra. Karyn Purvis del Texas Christian
University afirma que para crear una sinapsis nueva se necesitan 400
repeticiones, y si se hace jugando se crea con solo 12 repeticiones.

Todo está por explorarse, poner a prueba las nuevas habilidades,


demostrar su autonomía, por eso siempre toma la iniciativa, sin que
necesariamente entienda el riesgo de algunos actos como trepar a las
alturas o manipular objetos peligrosos. Toda esta adquisición de nuevas
herramientas, experiencias e independencia tiene su máxima expresión
a los 2 años en lo que se denomina la etapa del “No” o crisis de
“oposición”. Aumenta la conducta desafiante, la temeridad, la
terquedad y el voluntarismo donde el niño quiere hacer todo él mismo,
también las disputas pueden venir a la hora de vestirse, de la comida o
del baño. Aun cuando parezca una maniobra en contra de los padres es
una parte importante del desarrollo psicológico de la personalidad, está
intentando diferenciarse de sus padres a través de la oposición del otro.

En esta primera etapa de la vida es muy importante para ese niño


saber quién es. Pero dado que es muy difícil este tipo de introspección a
esta edad, es suficiente con saber quién no se es. Por lo tanto, el niño
intenta diferenciarse del resto a través de la negación, es decir; no hace
algo que se le pide simplemente porque no se siente parte de eso, hasta
que paulatinamente va identificándose con el entorno y finalmente se
siente parte de él. Esta conducta tiene elementos en común con la
desobediencia de los 7 años y la rebeldía de la adolescencia.

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A pesar de esta actitud siguen siendo muy dependientes e
inestables emocionalmente, por lo que manejan inadecuadamente las
frustraciones y la confusión al negárseles algo. Aun no tienen las
herramientas psicológicas para controlar las emociones, la frustración o
el disgusto, y como no comprenden plenamente lo que es una norma,
ante la desaprobación de los padres muchas veces termina en ira con
“berrinches o pataletas”. Al final termina por aceptar lo que hacen mal
a través del sentimiento de culpa.

En esta etapa también afloran otros nuevos sentimientos. Son


excesivamente susceptibles a la crítica o a la desaprobación de los
demás, en la que ven reflejado su propio conflicto interno. El logro físico
de sus metas les permite medir y valorar el propio poder y desempeño,
aumentando la autoestima. La frustración ante niños más grandes o con
mayor destreza les genera vergüenza. Frente al error propio o ajeno, en
el varón hay más tendencia a que surja el enojo y la crítica hacia el otro,
que a ellos les parece lógico y natural. Las niñas en cambio como
estrategia para protegerse de la crítica ante el más mínimo error
cometido, son más perfeccionistas y autocriticas.

El incremento de la capacidad imaginativa del niño a partir de los


2 años también aumenta la cantidad de cosas que pueden asustarlos. A
veces le es difícil desligar la imaginación de la realidad. En esta etapa
aparecen las pesadillas. Es el sueño con contenido terrorífico, en él se
puede detectar vestigios de impulsos, emociones y temores que afloran
a la consciencia a través del sueño. Sucede en la fase más superficial del
sueño, donde precisamente hay más ensoñación. Genera miedo en el
niño, el cual luego de despertarse le cuesta dormir, y en la mañana
generalmente hay recuerdo de la experiencia onírica.

Hay que diferenciarlos de los terrores nocturnos. Estos suelen


ocurrir en la fase más profunda del sueño donde el niño puede llorar,
gritar, hay gran activación autonómica (taquicardia, hiperventilación,
sudoración, etc.), puede sentarse en la cama y verse asustado, con los
ojos abiertos, y luego se duerme pues realmente no estaba despierto.
En casos raros puede llevarlo al sonambulismo. Se atribuye a factores
como tensión emocional, sucesos traumáticos, ansiedad, fatiga,
horarios irregulares del sueño, fiebre o la toma de algún medicamento.

Las pesadillas y el terror nocturno tienen connotaciones


diferentes. La primera genera un alto nivel de miedo pues el niño no
sabe al principio diferenciar el mundo onírico del real. Al ir madurando
entenderá que solo son sueños. Enfrentando y superando ese miedo

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nocturno lo prepara psicológicamente para su desarrollo futuro al
confrontar dificultades y superar sus miedos cotidianos.

Los terrores nocturnos a ciencia cierta no se saben que significan,


parecen una expresión del desequilibrio neuroquímico sin mayor
trascendencia, a menos que se hagan muy frecuentes o interfieran con
el descanso al dormir. El niño suele no recordar el episodio en la
mañana, el cual genera ansiedad más en los padres que en el niño.

Como nos tiene acostumbrado la productora cinematográfica


Pixar Animation, a temas controversiales, este tema del temor nocturno
infantil, fue llevada espléndidamente a la pantalla en el 2012, en la
película animada “Monsters Inc.”. Donde los monstruos viven en la
ciudad de Monstruópolis y a través de la compañía Monsters Inc.
obtienen energía para abastecer la ciudad, a partir de los gritos
asustando los niños de noche. La trama se desarrolla con una niña “Boo”
que se mete a través de la puerta al mundo de los monstruos, se hace
amiga del mejor asustador “Sully” y al final supera sus miedos y ya no
les teme a los monstruos.

En esta etapa en el niño que no se observa la


intencionalidad de las acciones y la consolidación de las conductas
aprendidas, se denomina “retraso en la adquisición de habilidades”.
Alrededor de los 9 meses persiste la hipotonía del tronco, no se
mantiene sentado y aún no demuestra desplazamiento autónomo.
Presenta una deficiencia en la motricidad fina y aún no pronuncia
palabras bisílabas, ni hay expresión gestual al comunicarse. Para los
primeros 12 meses persisten los reflejos innatos que a esa edad son
anormales, no hay bipedestación, ni tampoco arroja objetos. No
entiende órdenes sencillas, ni tampoco hay conducta anticipatoria, toda
repetición parece un aprendizaje nuevo.

En este punto es importante determinar la presencia de


hipermovilidad o hiperlaxitud articular, que se caracteriza por la
presencia de articulaciones con rango de movilidad aumentada,
asociada a debilidad muscular. El déficit de los aminoácidos que
participan en la conformación del colágeno, como son la glicina y la
cisteína, junto a la presencia de algunos metales tóxicos están asociado
a este trastorno.

Al año y medio todavía persiste un retraso en la motricidad, no


sube escaleras, se le dificulta hacer una torre con cubos, no garabatea
ni bebe de un vaso. El vocabulario es inferior a 10 palabras, no conoce
las partes del cuerpo. Se le dificulta el asociar varias acciones

30
mentalmente a fin de resolver un problema, no hay experimentación
activa. El juego es repetitivo y los juguetes no les dan un uso imaginativo,
los alinea o apila mecánicamente.

Para los 2 años puede caminar con cierta torpeza y no correr. Por
lo general, suele ser muy poco competitivo y no se relaciona con sus
coetáneos. El niño se muestra incapaz de utilizar la mirada, la postura y
el lenguaje para comunicarse. No es recíproco con los gestos de afecto
que le profesan los demás y, solo en raras ocasiones, interactúa con
quienes le rodean pues casi siempre está encerrado en su propio
mundo.

Otro problema que se agudiza es el retraso en el lenguaje,


aparecen las estereotipias verbales con palabras o sonidos repetitivos
sin ningún sentido, y no asocia palabras, ni usa la palabra “no”. De
hecho, cualquier cambio en su rutina diaria es mal tolerado, genera
ansiedad, por lo que es muy común las rabietas y el llanto, que no deben
confundirse con los “berrinches o pataletas” de frustración comunes a
esta edad en la “conducta de oposición” en niños neurotípicos. Son tan
evidentes los signos de déficit del desarrollo que normalmente ya se
puede hacer un diagnóstico.

Cuando se hace el diagnostico de “trastorno del


neurodesarrollo” en algunas de sus categorías, generalmente tiene un
efecto devastador sobre los padres. En un principio porque les preocupa
la posibilidad de que sea de origen genético, que pudiese estar ligado a
la herencia de uno de los progenitores, o haber contribuido a la
condición de su hijo, por lo difícil de la relación afectiva. Generalmente
suposiciones que son infundadas.

Muchas veces estos síntomas pueden estar presentes en el


período de desarrollo temprano, los cuales no se hacen evidentes hasta
que las demandas del entorno excedan las capacidades del niño. En
otros casos pueden verse enmascaradas por las habilidades
compensatorias aprendidas, lo cual puede causar confusión en los
padres en percibir la magnitud real del trastorno.

Una vez reconocido el problema, se debe emplear un enfoque


multidisciplinario, para precisar los criterios diagnósticos con el
concurso de pediatras, psicólogos, neurólogos, toxicólogos,
inmunólogos, foniatras y terapistas ocupacionales. Las pruebas
psicométricas pueden con precisión señalar las áreas y magnitud del
déficit. Pero para precisar el origen y dar tratamiento al déficit, se ha de
evaluar y atender: las complicaciones al nacer, las condiciones médicas

31
asociadas, así como las condiciones de exposición ambientales adversas,
tema que se profundizara en el capítulo 2.

También se debe atender y orientar en forma interdisciplinaria a


la familia, con comunicación asertiva entre los médicos tratantes,
psicólogos, psicoterapeutas y maestros, para evitar que esta condición,
derive en la generación al núcleo familiar de pugnas y sentimientos de
culpa, lo cual se puede convertir en factor de saboteo y retraso en el
inicio de las terapias. Así como evitar buscar soluciones rápidas,
instantáneas, que hasta la fecha no existen, y que muchas veces
terminan en pérdida de tiempo valioso y gastos innecesarios en
exámenes y terapias controvertidas.

2 a 6 AÑOS. La etapa preescolar que va de los 2 a 6 años, es un


periodo donde se avanza mucho en la motricidad, el lenguaje y la
interacción social. Al final del periodo se completa la asimetría cerebral
que se refiere a las diferencias en la especialización de las funciones de
los dos hemisferios. Algunas áreas cerebrales finalizan la mielinización,
lo que significa que las neuronas pueden alcanzar su funcionamiento
completo y eficiente, también significa el final del periodo de
aprendizaje en muchos ámbitos y disminución de la plasticidad
neuronal.

Queda establecida la lateralización diestra o zurda, y la capacidad


de orientación espacial, pero la lateralidad no solo es de la mano, sino
que también es del ojo, oído y pie. Hay la lateralidad homogénea o
completa cuando hay un predominio claro de la mano, ojo, oído y pie
del mismo lado. Existe la lateralidad cruzada o disarmonica cuando el
predominio motor (mano, pie) no están del mismo lado del cuerpo que
los sentidos (vista, oído). También puede existir la lateralidad mixta o
incompleta cuando el predominio manual no es constante como en el
caso de los ambidiestros.

Hoy en día se le está dando mucho énfasis al estudio y


tratamiento de la lateralidad cruzada o incompleta, pues se define como
un trastorno neurofisiológico que afecta al desarrollo cognitivo de la
persona ocasionándole muchos problemas de aprendizaje, lectura,
escritura, orientación espaciotemporal, razonamiento lógica y
equilibrio.

La predominancia derecha es superior al 70% en la población


general, pero estos números son difíciles de precisar, por los zurdos

32
reeducados, lo cual todavía persiste por razones culturales en muchas
sociedades pues se considera un estigma “maligno”. La lateralidad bien
definida es esencial para el desarrollo correcto del esquema corporal del
niño, y la integración adecuada de la percepción del entorno,
orientación espacial persona-objetos y del tiempo.

En el desarrollo motor hay un perfeccionamiento en forma


progresiva y para los 6 años ya tiene la mayoría de las capacidades
motoras, similares a un adulto. Se da cuenta de sus limitaciones, y en la
motricidad gruesa hay muy buena coordinación, mayor precisión,
agilidad y velocidad de movimientos. La motricidad fina le permite
recortar, pegar y pintar sobre las líneas sin salirse. Hace figuras cada vez
más pequeñas, esto marca el inicio del aprendizaje en la escritura.

Perfecciona la coordinación ojo-mano. La visión también se


agudiza hasta alcanzar la del adulto. Aprende a amarrarse los cordones
de los zapatos. Manipula bien los cubiertos al comer y bebe de un vaso
solo. Inicia el control de esfínteres y avisa cuando quiere ir al baño. Estos
aprendizajes permitirán al niño ser cada vez más autónomo. También
muchos comienzan la escolaridad ya sea en guardería o colegio, que
junto con la socialización aumentada potencia este progreso.

El desarrollo del lenguaje después de los 2 años es vertiginoso,


ya para los 6 años maneja más de 200 palabras, conjuga los verbos, usa
apropiadamente los adjetivos y puede construir frases completas. Debe
hablar correctamente incluso sin dificultad de articular las palabras
(dislalia). El desarrollo del lenguaje no constituye un proceso aislado,
sino dentro de la plasticidad neuronal, se encuentra estrechamente
ligado al progreso físico, psicológico y social del niño.

Desarrollo cognoscitivo. Los procedimientos intelectuales y las


conductas se hacen más complejos. Cognitivamente comienza a
comprender conceptos abstractos como moralidad y existencialidad,
que le permite aceptar normas y reglas, pero aún no comprende el
significado de la muerte. Aparece el concepto de amistad, y juega con
otros niños, la figura de la mamá pierde relevancia. Muestra
sentimientos de gratitud, solidaridad, satisfacción y admiración.
Socialmente es egocéntrico y se considera autosuficiente.

Se establece un hito en la sexualidad, reconoce su sexo


masculino o femenino, manipula sus genitales para obtener placer y
puede demostrar interés en los genitales de otros niños y el de sus
padres. Intentan comprender el mundo a su alrededor, pregunta mucho,

33
el ¿Por qué? viene seguido de preguntas más elaboradas. Aprende el
concepto de cantidad, los números y progresivamente a contar.

Es el período del pensamiento mágico, el niño cree firmemente


que es capaz de hacer que sucedan cosas con la sola fuerza de su deseo.
Desde esta perspectiva los hechos los toma en forma literal, los
considera inalterables, y cree en una justicia inminente "cosas malas le
ocurren a la gente mala" y será castigado. Esta combinación de
pensamientos (mágico, autosuficiente, literal e inalterable), crean en
esta etapa algunas distorsiones de la percepción de la realidad.

Los tipos de pensamientos más comunes son cuatro:


Generalización, supone que la experiencia de un evento predice el
desenlace de otro, por eso usan mucho el término “siempre” o “nunca”.
Saltar a conclusiones, asume que conoce los hechos o instrucciones y
salta a conclusiones. Magnificación, en una cadena de eventos, con un
error, ven toda la experiencia como negativa. Pensamiento catastrófico,
donde estas distorsiones de percepción aunado al estrés anticipatorio,
puede hacer que una simple decisión, se vea con un final fatalista.

Desarrollan las funciones ejecutivas, que se refieren al conjunto


de habilidades cognoscitivas (destreza para planear, organizar la
información y la capacidad para controlar impulsos), que permiten la
flexibilidad del pensamiento para el logro de metas específicas. Este
desarrollo marca el final de una época, va prevaleciendo la función
ejecutiva, siendo cada vez menos efectivo el aprendizaje por imitación,
que también permite que la experiencia module las distorsiones en la
percepción del pensamiento del niño.

A partir de este punto se emprende el desarrollo de la


inteligencia (capacidad dirigida hacia la resolución de problemas), que
de acuerdo a la teoría de las inteligencias múltiples del psicólogo
estadounidense Howard Gardner son ocho: inteligencia lingüística,
lógico-matemática, visual-espacial, musical, kinestésica, naturista,
intrapersonal e interpersonal. Aunque cada persona destaca más en
unas que en otras, ninguna de las inteligencias es más importantes o
valiosas que las demás. Generalmente, se requiere dominar gran parte
de ellas para enfrentarnos a la vida.

Un niño con un neurodesarrollo “normal” que tiene una pérdida


de habilidades previamente adquiridas se denomina “regresión”. Hay
que resaltar que adquirir una habilidad a la edad típica no predice que
el resto del desarrollo vaya a ser necesariamente normal. Puede
aparecer de varias maneras: como la perdida de habilidades adquiridas

34
en una sola área del neurodesarrollo; comunicación verbal y no verbal
(lenguaje gestual), relaciones sociales, comportamiento adaptativo,
juego, control de esfínteres o habilidades motoras; la perdida dramática
de habilidades en varias áreas, o un niño neurotípico en el cual
repentinamente se detiene la adquisición de nuevos aprendizajes. Ello
no se debe desestimar, siempre implica una alerta para que el niño sea
inmediatamente evaluado.

En la regresión los factores más estudiados están ligados a la


epilepsia, fenómenos autoinmunes, tóxicos y nutricionales carenciales
(sobre todo de vitamina B12 en familias vegetarianas), pero también hay
que descartar enfermedades metabólicas, degenerativas, infecciosas,
inflamatorias, neoplásicas y vasculares. Hay factores etiológicos
genéticos poco frecuentes, como los síndromes X frágil, de Rett, de Di
George, de West, enfermedad de Alexander, entre otros; que pueden
dar en un principio desarrollo normal y luego síntomas neurológicos y
orgánicos de aparición progresivo, por lo cual no es tan evidente su
sospecha a temprana edad.

Entre los muchos factores esgrimidos, es la exposición ambiental


la que mayor peso tiene, lo cual hace patente, en todo protocolo
diagnóstico de regresión la necesidad de incluir la evaluación de los
factores tanto ambientales tóxicos como sociales negativos, que
permiten en muchos casos un tratamiento y abordaje adecuado, para
modificar la evolución e incluso permitir la recuperación del niño.

El psicólogo y biólogo Jean Piaget en los años 80 teorizó que la


capacidad cognitiva y el conocimiento era variable en cada edad, que no
se hacía en peldaños sino en ondas o curvas en U, siendo en muchos
aspectos la edad de 7 años la parte más baja de una de esas curvas de
aprendizaje. No resulta difícil comprender esta curva pues con los
cambios en la asimetría cerebral, la lateralidad, el pensamiento y el
desarrollo de las funciones ejecutivas, el aprendizaje de las funciones
básicas de socialización, lenguaje y motricidad, progresivamente se van
haciendo más difícil y compleja.

Resulta, entonces, fundamental que los docentes, pediatras, y


todo profesional de la salud, que atiende niños, conozca a profundidad
las características propias del neurodesarrollo en las diferentes etapas
de la vida, para tomar los correctivos a tiempo, cuando no se alcance el
desarrollo o hitos del progreso, propio de cada fase (Cuadro 1). Como
hemos expresado aun cuando la plasticidad cerebral perdura toda la

35
vida, hay ventanas para la adquisición del conocimiento en ciertas áreas,
fuera de las cuales el aprendizaje se hace más difícil e incompleto.

Cuadro 1.
SEÑALES DE TRASTORNO DEL NEURODESARROLLO

3 MESES 6 MESES 9 MESES 12


MESES
No fija la mirada x
Poca reacción al entorno x
Sonrisa social no correspondida x
Irritable x
Dificultad motora x x
Sin risa voluntaria x
Sobresalto a los sonidos x
Balbuceo x
Mas interés por objetos que x
personas
No se desplaza solo x
Dificultad en agarrar objetos x
No pronuncia palabras x x
Se le dificulta estar de pie o x
caminar
No entiende ordenes sencillas x

36
TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA

Aunque existan muchas preguntas sin respuesta en el estudio de


los trastornos del neurodesarrollo, actualmente no cabe ninguna duda
que son trastornos neurobiológicos, en el cual influyen no solo factores
biológicos, sino que también tienen un gran peso los factores
ambientales que determinan la variabilidad en las manifestaciones
clínicas de cada individuo. La presencia de contaminantes ambientales
altera las condiciones bioquímicas normales, interfiriendo y
desorganizando los mecanismos reguladores celulares, crea neuro-
retardo en edades tempranas, la predisposición genética tiene su peso
en la capacidad de resistir o en magnificar los cambios.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la


prevalencia del trastorno del espectro autista (TEA) está en aumento. En
respuesta a ello, en mayo del 2014 la 57ª Asamblea Mundial de la Salud
aprobó la resolución titulada “Medidas integrales y coordinadas para
gestionar los trastornos del espectro autista”, que fue apoyada por más
de 60 países; la resolución insta a la OMS a colaborar con los estados
miembros y organismos asociados en el fortalecimiento de las
capacidades nacionales para abordar los problemas del neurodesarrollo
infantil.

Las pruebas cognitivas que estudian los procesos mentales de


percepción, la memoria o el lenguaje, permiten evaluar el grado de
deterioro del neurodesarrollo, sean déficits globales o limitaciones en
áreas específicas. Estos déficits se clasifican en ocho grupos de
trastornos del neurodesarrollo: discapacidad Intelectual, trastornos por
déficit de la atención con hiperactividad, trastornos motores, trastorno
específico del aprendizaje, trastornos de la comunicación, trastornos
alimentarios y de la ingestión de alimentos, trastorno de la eliminación
y trastorno del espectro autista (Diagrama 1). Siendo este últimos uno
de los más complejos por poder involucrar varios trastornos
simultáneamente.

37
Diagrama 1
TRASTORNOS DEL NEURODESARROLLO, CLASIFICACIÓN DSM V.

Discapacidad Intelectual

Trastornos por déficit de la


atención con hiperactividad

Trastornos motores

Trastorno específico del


aprendizaje
Trastorno del espectro autista

Trastornos de la
comunicación

Trastornos alimentarios y de
la ingestión de alimentos

Trastorno de la eliminación

Es importante aclarar que se denominan trastornos y no


enfermedad, porque no hay una correlación directa causa-efecto de los
factores que condicionan la alteración de la salud. Este término médico
usado frecuentemente en los problemas del neurodesarrollo, aunque
adecuado desde el punto de vista semántico, no implica que las
complicaciones médicas sean de menor importancia, de hecho, cada
uno de los ochos trastornos del neurodesarrollo en la clasificación DSM
tienen diferentes grados de severidad, donde el compromiso
neurológico y de adaptabilidad del paciente pueden estar muy
comprometido.

El TEA se define (CIE 10 y DSM V) como un trastorno con


dificultades en la interacción y la comunicación social, e intereses
restringidos y conductas repetitivas. Estos criterios diagnósticos hacen
que, en el trastorno del espectro autista puedan confluir algunos
síntomas con las otras subcategorías del Trastorno del Neurodesarrollo,

38
se puede apreciar que el autismo no es una entidad aislada, lo cual
dificulta su precisión diagnostica.

Estadísticamente de acuerdo a las cifras del 2019 de la OMS, la


prevalencia del TEA es de 1 en cada 160 niños, predomina en los
varones, cinco niños por cada niña. Esta diferencia aun cuando algunos
investigadores esgrimen diferencias genéticas, la Dra. Wendy Moyal,
psiquiatra de niños y adolescentes en el Child Mind Institute de New
York, afirma que se debe en parte a que, en los casos menos severos,
por la conducta “perfeccionistas” de las niñas, de alguna manera son
capaces de imitar y seguir adelante, pasando muchas veces
desapercibidas lo cual hace más difícil el diagnóstico precoz de TEA en
ellas.

UN POCO DE HISTORIA

Para entender un poco del tema, hay que revisar la historia del
origen y la evolución del Autismo. Este trastorno como lo conocemos
modernamente fue descrito por primera vez por el psiquiatra Leo
Kanner en un artículo titulado «Alteraciones autistas del contacto
afectivo», publicado en 1943. Un año después el pediatra Hans Asperger
describió niños con síntomas similares y publico un artículo «Psicopatía
autista en la infancia».

A pesar de que esta entidad médica fue reconocida en tiempos


modernos, hay antecedentes antropológicos e históricos que indican
que el autismo existió mucho antes del siglo XX. Personas con autismo
con habilidades excepcionales (mayor percepción sensorial de la visión,
el gusto y el olfato), eran individuos que, con estas habilidades, habrían
desempeñado en sus comunidades un papel vital en la supervivencia del
grupo.

Las personas con rasgos autistas que mostraban mayor habilidad


artística natural, o una memoria notable, habilidades mejoradas en
ingeniería o matemáticas, o un mayor enfoque en los detalles, jugaron
un papel importante en el desarrollo de especialistas en distintos oficios,
sobre todo en la era preindustrial. Los artesanos fueron valorados como
verdaderos creadores, capaces de transformar las materias primas en
infinidad de objetos únicos. Formaban una clase social respetada. Bajo
la protección de los distintos gremios, sus miembros eran personas que
gozaban de prestigio y socialmente aceptados, los secretos de cada

39
oficio estaban envueltos en un aura de misterio que los artesanos debían
proteger.

La revolución industrial que se inició en 1800 en Inglaterra


cambiaria definitivamente esta dinámica social, donde el sector
industrial absorbió a los artesanos convirtiéndolos en obreros
especializados, e iniciando un proceso de globalización industrial.

En su origen etimológico la palabra Autismo, un neologismo del


griego “Autos” e “Ismos” fue acuñada por primera vez por el psiquiatra
sueco Eugen Bleuler en 1908 para describir pacientes esquizofrénicos
seriamente aislados. Luego de 1943 con los trabajos de Kanner y
Asperger se generaron diversidad de criterios entre los especialistas,
aquellos que mantenían que era una patología del adulto y los que
proponían que era un trastorno del niño.

A pesar de esta disparidad de criterios, en las primeras ediciones


de la Clasificación Internacional de las Enfermedades y Problemas de
Salud (CIE), publicada por la Organización Mundial de la Salud después
de la segunda guerra mundial, el autismo sólo encontraba su lugar
dentro del capítulo dedicado a las psicosis esquizofrénicas del adulto.
Así mismo en los años 50 la sociedad de psiquiatría en su primera edición
del Manual Diagnostico y Estadístico de las Enfermedades Psiquiátricas
y Enfermedades Mentales (DSM), tampoco la incluía en el capítulo
específico consagrado a la psicopatología propia de las diferentes
edades de la infancia.

No es sino hasta los años 70 que el autismo vino a ser reconocido


como una entidad propia de la infancia, donde se tomó en cuenta los
criterios en las áreas social y del neurodesarrollo para incluirlo como una
entidad más, dentro de los Trastornos Generalizados del Desarrollo, esto
ocurrió simultáneamente en las dos guías de criterios diagnósticos a
nivel internacional (Clasificación Internacional de Enfermedades y el
Manual Diagnóstico de Enfermedades Mentales).

En sus versiones más recientes el CIE versión 11 y el DSM versión


5, coinciden en que el autismo es una entidad diagnostica propia, que
forma parte de los trastornos del neurodesarrollo, con afectación en tres
áreas: trastornos de la interacción social, de la forma de comunicación y
anomalías generalizadas del comportamiento. El CIE 11 lo clasifica en 5
categorías basadas en la severidad de las manifestaciones, y el DSM 5
crea una sola categoría que agrupa como Trastorno del Espectro Autista,
con 3 niveles de severidad basado en los criterios del déficit en las
diferentes áreas.

40
Socialmente también el autismo se debate entre diferentes
posiciones. Los profesores de Psiquiatría y Genética de la universidad de
Yale, Renato Polimanti y Joel Gelernter plantean la hipotesis de que este
trastorno está bajo selección positiva de la evolución humana. «Algunas
de las variantes genéticas asociadas con el autismo también se
relacionan significativamente con alta inteligencia, siendo ventajosos
desde un punto de vista evolutivo, por lo que persistirán en el tiempo»,
pero la OMS plantea que aunque algunas personas con autismo pueden
vivir de manera independiente con altas capacidades, hay otras con
discapacidades graves que necesitan constante atención y apoyo
durante toda su vida, lo cual puede limitar de manera significativa la
capacidad para sus actividades diarias y su participación en la sociedad.

“Muchas veces el TEA supone una carga emocional y económica


para las personas que lo padecen y para sus familiares. El cuidado puede
ser exigente, especialmente allí donde el acceso a los servicios y apoyo
son inadecuados. A menudo influye negativamente en los logros
educativos, sociales y en las oportunidades de empleo” (Trastorno del
Espectro Autista. Datos y cifras. Organización Mundial de la Salud,
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/autism-spectrum-disorders).

A la luz de estas posiciones sociales el trastorno del espectro


autista abre otras interrogantes. Desde el punto de vista de la psicología
moderna todos tenemos rasgos autistas que matizan la personalidad,
los cuales nos dan talentos o habilidades únicas. Sin embargo, a pesar
de que todos tenemos estos rasgos hay que afinar los criterios
diagnósticos para saber dónde poner el límite que separa lo normal de
lo patológico.

El autismo hoy en día a pesar de que hay mayor conocimiento


del trastorno, tiene una amplia difusión en medios, campañas de
concienciación y una muy alta prevalencia en la población mundial que
no distingue estatus social, sigue siendo un trastorno “estigmatizante” y
poco aceptable socialmente. Genera en los padres desconcierto y
muchas veces desesperanza, por las limitaciones que presenta el
paciente a nivel personal, social, académico y laboral, y por el
señalamiento de su conducta por allegados, docentes y especialistas.

Es a través de la investigación clínica y epidemiológica que se ha


logrado avances importantes en el diagnóstico y tratamiento de las
diferentes etapas del TEA, donde cada área tiene una importancia
diferente y además el enfoque terapéutico cambia de acuerdo al
especialista que evalúa e interviene. De manera que probablemente en

41
un futuro no muy lejano tengamos que hablar de "autismos" en lugar de
"autismo".

Muchos síntomas del trastorno del espectro autista, por lo


general son evidentes entre los 14 y los 24 meses de edad, contrario a
lo que se piensa el diagnóstico se realiza tardíamente, cuatro o cinco
años después de que los padres observan los primeros síntomas o
señales de alarma, lo cual priva al niño de una atención temprana, que
quizás en tiempo no parecerá mucho, pero en neurodesarrollo es un
tiempo valioso que puede hacer la diferencia en alcanzar o no un hito
para su vida futura.

Las manifestaciones de este trastorno varían de un niño a otro,


tanto en las alteraciones de inicio como en la severidad de las mismas.
Muy a menudo debido a la cautela de los especialistas en no
sobrevalorar rasgos autistas en los niños, por lo difícil a corta edad de
distinguir entre una alteración y un “retardo en la adquisición de
habilidades”, hacen un diagnostico tardío. Las razones para este
reconocimiento tardío son diversas; primero que no hay pruebas de
laboratorio, radiológicas o genéticas diagnósticas en el TEA, por lo que
su identificación se basa en la observación de síntomas clínicos claves y
pruebas psicométricas subjetivas que dependen de la experiencia del
examinador.

Otro motivo es que el manejo de los instrumentos o pruebas de


despistaje del TEA utilizados en el proceso diagnóstico por parte de los
profesionales primarios como maestros, pediatras y médicos familiares
son poco conocidos, quienes son los primeros en escuchar las
preocupaciones de los padres. Incluso en contextos más especializados
(psicólogos, psiquiatras y neurólogos) estas pruebas también son poco
conocidas pues su adquisición y aplicación es un proceso complejo de
subespecialización, costoso que a menudo debe costear el profesional
por su cuenta.

Dado que las personas con TEA procesan la información de forma


distinta, el neurodesarrollo no transcurre uniformemente, es en
tiempos disparejos para cada área: comunicación verbal y gestual,
motora, de interacción social y del comportamiento, de allí que la
evolución y la adquisición de habilidades varía en el tiempo, se ve
influenciado por factores como el grado de capacidad intelectual,
asociada a la calidad del apoyo especializado.

Hay factores intervinientes comunes que a la hora del diagnóstico


deben ser evaluados en forma multidisciplinaria; exposición de la madre

42
a factores ambientales tóxicas (metales, químicos, medicamentos),
estado nutricional del niño, respuesta inmune alterada, infecciones
virales, vacunas y factores genéticos. El desconocimiento puede llevar a
conclusiones erróneas, como ejemplo, en una época se llegó a atribuir a
los cambios de conducta, sobre todo en el autismo, a la actitud “fría y
distante” de algunas madres, afortunadamente teoría ya olvidada desde
hace tiempo. La intervención se basa en corregir los factores
predisponentes identificados, tanto médicos como ambientales, y
estimular las habilidades dentro de las propias capacidades y
limitaciones del niño. La intervención terapéutica inadecuada al final
tiene costos muy elevados tanto emociónales como económicos, para el
niño, la familia, los servicios de salud y la educación.

Esta realidad debe ser conocida y entendida pues muchas veces


la medicación, así como las terapias parciales para estos niños, sin una
intervención a los factores médicos predisponentes, una desintoxicación
adecuada, intervención dietética y estimulación neuroconductual
asertiva, tienen alcances muy limitados. Existen evidencias que las
intervenciones tempranas adecuadas, antes de los 2 años de edad, son
más eficaces, recuerde que en sus inicios estamos hablando de una
condición potencialmente reversible.

DETECCION PRECOZ EN EL AUTISMO

Mientras más temprano se diagnostique el déficit del


neurodesarrollo, y la intervención sea precoz, podrá darse una
recuperación del niño. Actualmente cuando se habla del diagnóstico
precoz, se habla de un diagnostico e intervención antes del segundo año
de vida obsrvando las conductas del niño, la familia y la relación entre
ambos.

Sin embargo, hay autores que plantean la intervención desde el


periodo fetal, disminuyendo la exposición a factores adversos de la
madre gestante: factores emocionales y nutricionales, exposición
ambiental a contaminantes conocidos, para corregir los déficits en el
periodo de gestación, como medida preventiva. Por lo tanto, durante
esta primera etapa del desarrollo no se trata tanto de hacer un
diagnóstico precoz, sino de detectar un conjunto de signos que pueden
comprometer su desarrollo.

43
EVALUACION DEL TRASTORNO DEL NEURODESARROLLO POR EDADES.

Preocupación sobre el desarrollo o conducta del niño.

Menor de 6 meses 6 a 12 meses 12 meses – 2 años > 2 años

Detección de señales de Retraso en Retraso en alcanzar Regresión de


alarma en hitos del alcanzar hitos del hitos del habilidades
desarrollo neurodesarrollo neurodesarrollo alcanzadas

Prueba despistaje Prueba despistaje


Observación

CSBS DP M-CHAT / PEDS


Evaluación de
factores prenatales. Positivo Positivo

Diagnóstico de TEA

Evaluación de Evaluación de factores


complicaciones médicas ambientales

Menor 6 meses. Posterior al nacimiento y hasta los


Evaluación de
factores prenatales.
6 meses, el lactante que no alcance los hitos del
desarrollo en esta etapa, no se puede hablar aun de
retraso del desarrollo pues es muy temprano, solo se denominan
señales de alarma en las diferentes áreas: motor, van desapareciendo
los movimientos reflejos involuntarios, y aparece la intencionalidad del
movimiento. Surgen las conductas de apego emocional, mirada y
sonrisa, como expresión de la interacción social.

En esta etapa se debe descartar y corregir factores


contribuyentes como las complicaciones al nacer: prematuridad, bajo
peso al nacer, trauma durante el parto, infecciones, exposición prenatal
a drogas. Es importante evaluar si hacia el final de los seis meses, el

44
proceso de adquisición de habilidades ha sido lento durante todo el
periodo, pues esto puede estar señalando un problema más profundo.

6 meses a 2 años. Al acercarse al primer año de vida los signos


del autismo suelen ser más evidentes, por lo que muchos padres se dan
cuenta de que algo no va bien. El niño se comunica muy poco con el
resto de las personas y prácticamente no da señales de afecto.
Asimismo, suele mostrar poco interés por relacionarse con otros niños y
aunque a veces puede expresar cierta simpatía hacia sus padres,
prefiere pasar solo la mayor parte del tiempo. A diferencia de sus
coetáneos, este niño tiene muy poca curiosidad por conocer su entorno
y a menudo utiliza los juguetes de manera inadecuada porque no
comprende el simbolismo del juego. De hecho, mientras que la mayoría
de los pequeños comienzan a adentrarse en los juegos imaginativos y de
roles, el niño autista prefiere los juegos manipulativos, sobre todo los
que le permiten realizar movimientos repetitivos.

A esta edad su capacidad lingüística también se queda


rezagada pues, aunque puede repetir algunas frases, no tiene un
lenguaje creativo y casi siempre utiliza combinaciones de palabras sin
ningún significado. Además, no hace gestos o expresiones que le ayuden
a comunicarse y no comprende el significado de los castigos, por lo que
generalmente estos generan es rabia y no un cambio de conducta.

Como lo mencionamos, el trastorno de la regresión también se


da en este periodo. Anteriormente se denominaba “Trastorno
Desintegrativo Infantil”, pero con los cambios de la clasificación
diagnostica del DSM V, paso a ser parte del Trastorno del Espectro
Autista (TEA). Si bien la patogenia de la regresión se comprende poco,
raramente ocurre antes del primer año de vida, sucediendo
normalmente entre el primer y segundo año de vida y en menor
proporción entre el segundo y tercer año de vida. Se estima que un 30
% de los casos de autismo diagnosticados son por regresión, sin
embargo, la prevalencia de esta modalidad del TEA es la que ha tenido
el mayor aumento porcentual en los estudios de los últimos 10 años.

Hay pruebas psicométricas que se realizan entre los seis meses y


los dos años, cuando se sospecha un retraso en alcanzar los hitos del
desarrollo. Estos instrumentos de despistaje, aun cuando su positividad
no es diagnóstica, señala la probabilidad de un problema del
neurodesarrollo, ellos dan una pauta para que se recomiende una
consulta especializada, para la evaluación en forma más pormenorizada.

45
Sobre todo, con puntuaciones bajas en comunicación y lenguaje
simbólico, habilidades que deben ser alcanzados antes de aprender a
hablar.

Estas pruebas por su naturaleza son breves, de fácil aplicación, y


fundamentalmente diseñadas para identificar problemas generales en
el neurodesarrollo, las cuales son especialmente útiles para
profesionales no especializados en estos trastornos (pediatras y médicos
generales).

Las más usadas son: Cuestionario del Bebé y Niño Pequeño (CSBS
DP), que se realiza entre los seis meses y los dos años. Este cuestionario
fue diseñado para identificar signos de alarma en el desarrollo
temprano, en tres áreas: comunicación, lenguaje expresivo y simbólico.
El mismo consta de 24 preguntas que debe ser contestado por un padre,
cuidador o persona en contacto frecuente con el menor.

Cuestionario del desarrollo comunicativo y social en la infancia


(M-CHAT), es un cuestionario de 23 preguntas que también contestan
los padres, de niños entre 16 y 48 meses con el objetivo de detectar
trastornos generalizados del desarrollo. Con la positividad de las
pruebas se considera que el pequeño tiene un retraso comunicativo,
social o motor.

Evaluación del Estatus del Desarrollo (PEDS), consta de una serie


de 10 preguntas que contestan los padres, referidas al desarrollo motor
y cognitivo del niño. En una prueba positiva hay una alta probabilidades
de que el niño vaya a necesitar educación especial.

Dado la alta prevalencia del TEA en estos tiempos, diversas


sociedades científicas, entre ellas la Academia Americana de Pediatría,
recomiendan hacer pruebas psicométricas de despistaje para trastornos
del neurodesarrollo a intervalos regulares (9, 18 y 24 meses) y vigilar
hasta los 5 años.

3 a 6 años. Entre los 3 y 6 años los signos del autismo infantil son
tan evidentes que normalmente ya se puede hacer un diagnóstico en
toda regla. En la edad preescolar este niño se muestra incapaz de utilizar
la mirada, la postura y la expresión para comunicarse. No es recíproco
con los gestos de afecto que le profesan los demás y, solo en raras
ocasiones, interactúa con quienes le rodean pues casi siempre está
encerrado en su propio mundo. Por lo general, suele ser muy poco
competitivo y no se relaciona con sus coetáneos.

46
A pesar de llegar a los hitos del neurodesarrollo y adquirir
algunas habilidades, así sea con retraso, a los 6 años el niño autista no
logra comprender los gestos de los demás y los conceptos abstractos,
por lo que casi nunca hace preguntas. De hecho, otro problema que se
agudiza en esta etapa es la comunicación, pues aunque puede decir
algunas frases, casi siempre utiliza de manera incorrecta los pronombres
y no comprende el significado de muchas de las palabras, por lo que no
puede mantener una conversación como cualquier otro niño de su edad.

Además, en este período también se suelen exacerbar algunos


signos motrices: camina con cierta torpeza y mueve las manos de forma
repetitiva, imitando un aleteo. Aparece un apego inusual a
determinadas rutinas que no tienen un significado o una función
importante y a menudo, se suele preocupar de forma persistente por
objetos que no tienen ningún valor afectivo. De hecho, cualquier cambio
en su rutina diaria es muy mal tolerado, por lo que a esta edad la
frustración y los cambios de humor es pan cotidiano.

DIAGNOSTICO EN EL AUTISMO

El siguiente paso es la participación de un profesional de la salud


mental especializado en psicología infantil o autismo, donde también
existen pruebas psicométricas objetivas que permiten realizar una
evaluación más exhaustiva y extensa, para el diagnóstico y clasificación
de los diferentes trastornos del neurodesarrollo. Las pruebas
psicométricas diagnosticas en el autismo si bien señalan con bastante
precisión el grado de déficit y el área específica del mismo, no dan luces
hacia el origen de dicho déficit, lo cual aunado a que no hay pruebas
biológicas diagnosticas en el TEA, conlleva a que deben evaluarse todos
los factores predisponentes por sistemas. (Diagrama 3).

Cuando examinamos a estos pacientes en la clínica, encontramos


que además de padecer trastornos neurológicos, también están
físicamente enfermos. Muchos padecen de problemas digestivos,
anemia, renales, alergias, asma y dermatitis. Estas condiciones
representan una parte típica del cuadro clínico. Por lo cual
adicionalmente debe evaluarse de acuerdo al trastorno específico del
neurodesarrollo, las complicaciones médicas en forma
multidisciplinaria: problemas neurológicos, oculares, auditivos y déficit
hormonal. Así como condiciones ambientales adversas: nutrición
inadecuada particularmente en niños muy selectivos en lo que comen;
exposición a metales y químicos, problemas renales sobre todo en la

47
intoxicación por ciertos metales neurotóxicos; en el área motora
descartar problemas articulares, hiperflexibilidad, dispraxia y
socialmente identificar situaciones familiares difíciles.

Hacemos énfasis en este punto porque muchas veces vemos en


la práctica clínica que los padres se enfocan en las terapias, y luego de
varias semanas o meses donde el paciente no avanza entonces se decide
buscar otros factores predisponentes. Por ejemplo, un niño con
trastorno de la comunicación se le debe evaluar el oído, el aparato
fonador y las funciones motoras o praxia, para determinar en cual área
está el problema y en consecuencia trabajar en paralelo en las terapias
de estimulación neurosensorial y del lenguaje. Pero si además este niño
tiene un retraso en el área motor, hay que descartar problemas del
aparato locomotor, intoxicación por metales y las funciones de
integración neurosensorial. Todo ello a fin de poder lograr un avance
armónico y adecuado a la edad del joven.

Diagrama 3
EVALUACION DEL AUTISMO EN SUS DIFERENTES ASPECTOS.

Equipo diagnóstico de TEA. Evaluación de retraso en


alcanzar hitos del neurodesarrollo o regresión.

Psicólogo infantil Neuropediatra Toxicólogo Foniatra

Evaluación por Evaluación de Evaluación de Evaluación de


especialista en salud complicaciones factores complicaciones
mental médicos ambientales médicos

Déficit en la Trastornos Exposición a Alteraciones


interacción social neurológicos metales del lenguaje

Retardo en la Defectos
Trastornos del
comunicación genéticos
sistema
digestivos

Trastorno del Trastorno de la


Nutricionista
comportamiento movilidad,
dispraxia Alteraciones
inmunológicas

Psiquiatra infanto- Terapista


Inmunólogo
juvenil Ocupacion
al

48
Usualmente los psicólogos especialistas en
Evaluación por
Autismo comienzan por una prueba que se
especialista en salud
mental denomina Escala de Observación para el
Diagnóstico del Autismo (ADOS-2). Esta prueba consta de varios
módulos de pruebas, de los cuales solo se aplica el que resulta
adecuado, por edad y nivel comunicativo. Hay una versión que se basa
en juegos para niños menores (de 12 a 30 meses). El examinador evalúa
durante la realización de la prueba, el comportamiento y las habilidades
del niño en cuanto a destrezas sociales y conductas, y le asigna una
puntuación subjetiva en base a la observación.

La Dra. Catherine Lord, directora del Centro de Autismo del New


York Presbyterian Hospital, quien desarrolló el ADOS, explica que es
importante considerar la motivación para la conducta. Un niño que tiene
trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH), podría evitar
la mirada de un adulto porque piensa que ha hecho algo malo y no
debido al déficit social, o la cara de una niña podría ser inexpresiva
porque está aburrida o distraída, y no porque es menos expresiva en
general. Así mismo, la Dra. Susan Epstein, neuropsicóloga en el Child
Mind Institute, dice que no es lo mismo el escaso contacto ocular que
tiene un paciente autista a aquel de un niño tímido, error común al
aplicar la prueba ADOS. Por su parte la Dra. Rebecca Grzadzinski de la
Universidad de North Carolina, en una investigación clínica reportó que
en un 30% de los casos de TDAH, fue erróneamente confundido con un
trastorno del espectro autista. De allí como habíamos señalado la
cautela de muchos especialistas en no dar un diagnostico a priori de
trastorno del espectro autista.

Otra prueba ampliamente usada es la Escala de Valoración del


Autismo Infantil (CARS). Está estructurada para ser usada en niños
mayores de 24 meses, se usa con menor frecuencia porque se ha
constatado la limitación de la escala al aplicarla a niños pequeños. Se
realiza la valoración de 15 ítems con posterioridad a la observación del
comportamiento en una situación de juego libre del niño de
aproximadamente 30 a 45 minutos, a partir de lo cual se da una
calificación total.

También está la Entrevista para el Diagnóstico de Autismo (ADI-


R), es una entrevista clínica que explora tres grandes áreas
(lenguaje/comunicación, interacciones sociales y conductas e intereses
restringidos, repetitivos y estereotipados) a través de 93 preguntas que
se le hacen al progenitor, cuidador o al propio individuo mayor de 2
años. Esta prueba permite una evaluación a fondo del sujeto cuando ya

49
se sospecha un Trastorno del Espectro Autista. Ha demostrado ser muy
útil para orientar el diagnostico hacia los planes educativos y de
tratamiento.

Estas herramientas psicométricas son una ayuda diagnostica en


la toma de decisión, pues es la experiencia en la evaluación clínica lo que
permite discriminar las sutilezas de la observación de las pruebas, que
en definitiva es lo que condiciona el diagnóstico final. Es importante
tener en cuenta que las pruebas mencionadas no son todas las que
existen, sino solo algunas de las más representativas de las más de
cincuenta y tres pruebas que se usan tanto para el diagnóstico como la
evaluación de la severidad del TEA, pues ellas se complementan con
pruebas de personalidad o déficit para áreas específicas, entre ellas
podemos mencionar:

Sistema de Evaluación de la Conducta Adaptativa (ABAS-II).


Instrumento que evalúa la conducta adaptativa desde el
nacimiento hasta el adulto mayor. Evalúa las áreas de
comunicación, utilización de recursos psicológicos, habilidades
académicas, en la vida en el hogar, en la escuela, vida social,
salud, ocio, autocuidados y empleo. Si bien no es únicamente
para el autismo, permite evaluar las principales áreas afectadas
por este trastorno. Son los padres, profesores o allegados
quienes generalmente dan respuesta y completan el test, si el
propio sujeto no puede responderlo.

Inventario del Espectro Autista (IDEA). Más que una prueba de


detección, esta prueba se centra en la evaluación de la gravedad
de las características propias de los pacientes con TEA y otros
trastornos del neurodesarrollo.

Escala de Conners revisada (EDAH). Es una de las pruebas más


utilizadas cuando hay sospecha de un trastorno por déficit de
atención e hiperactividad, y de problemas de conducta en la
infancia. Es una prueba breve y tiene excelentes propiedades
psicométricas con escalas para déficit de atención,
hiperactividad y trastorno de conducta.

Hay otras pruebas para jóvenes mayores de 6 años hasta la


adolescencia, diseñadas para detectar individuos con capacidad
intelectual alta y trastorno del espectro autista. Sin embargo, este tema
lo abordaremos con el tema de TEA en el adulto, pues con las
herramientas diagnosticas que existen hoy en día no se justifica que un

50
joven a partir de la edad escolar, y menos adolescente, tenga un
trastorno del neurodesarrollo sin un diagnostico adecuado.

COMPLICACIONES MEDICAS Y AMBIENTALES.


Alteraciones del lenguaje

Evaluación de A la hora de evaluar el retraso del lenguaje


complicaciones médicas.en un niño, o la perdida de la habilidad ya
adquirida, se toman en cuenta dos
componentes básicos: problemas para entender lo que dicen otras
personas o lenguaje receptivo, y problemas para comunicar los
pensamientos utilizando el lenguaje, es decir lenguaje expresivo. El
primero generalmente se debe a pérdida auditiva, no escucha, por lo
cual se debe evaluar la integridad del oído, tarea que debe realizar un
foniatra, dado que a veces no es tan sencillo evaluarlo en los niños más
pequeños.

Generalmente nos referimos al lenguaje como la capacidad de


hablar, pero dentro de un contexto más amplio el lenguaje es parte de
la comunicación verbal, donde participan además elementos como el
tono, la fluidez, el contexto, y componentes no verbales como la
postura, los gestos y la mímica. En el proceso de comunicarnos, la
palabra es un elemento clave en la estructuración del pensamiento y la
acción, actuando como factor regulador de la conducta social.

La evaluación y atención a los problemas de lenguaje deben


realizarse tempranamente, pues es más factible la adquisición o
recuperación del lenguaje en el niño en los primeros 6 años de edad.
Recuerde que ello se facilita a esta edad, por la enorme plasticidad
cerebral, y que en este cerebro joven aún no se ha consolidado la
lateralización de funciones, por lo que el hemisferio derecho puede
tomar el comando de estas funciones lingüísticas, que originalmente le
corresponden al hemisferio izquierdo.

Para los niños de 6 meses a 2 años se usa la audiometría de juego


con reforzamiento visual, donde se condiciona al niño a girar la cabeza
al escuchar sonidos. En niños de 2 a 4 años se usa también la
audiometría de juego, donde se le enseña al niño a colocar un objeto
(como una pelota en un recipiente) cuando escucha un tono. La
variación en la intensidad y frecuencia de los tonos da una indicación del
rango de pérdida auditiva. Para los más grandes la audiometría clásica,
donde se da un estímulo sonoro en frecuencias y potencia (decibeles)
51
predeterminados, que permite medir el rango y magnitud de la pérdida
auditiva. También se puede realizar audiometrías más complejas; de
potenciales evocados, donde se da un estímulo sonoro, y con electrodos
a nivel del cráneo, se registran estas ondas o potenciales eléctricos que
transmiten los diferentes componentes del cerebro por el sistema
nervioso, por lo que se puede evaluar su integridad.

La evaluación del lenguaje expresivo es compleja. En algunos


casos el niño es incapaz de interpretar el lenguaje recibido, y no
compensa para comunicarse mediante elementos no verbales (dibujos,
gestos, etc.). Esta disfunción lingüística se denomina agnosia auditiva
verbal, suele ser la más grave. Hay que aclarar que no se considera como
comunicación el que un niño utilice a un adulto, para dirigirlo para
satisfacer un fin o deseos, pues no hay la intencionalidad de
comunicarse. También debe evaluarse el contexto familiar, donde
algunos niños pasan muchas horas solos sin una estimulación afectiva
adecuada.

En otros casos puede haber verbalización, pero fuera de


contexto, donde se sustituye la palabra por una jerga muy elaborada sin
ningún sentido. En la ecolalia, se repiten palabras o frases desordenadas,
carente de significado. En el discurso vacío de contenido, es un parloteo
ininteligible, que incluso puede tener una entonación cuidada como si
fuera elaborada. En otros casos existe una sintaxis del lenguaje
inadecuado, con pobreza gramatical y la incapacidad de colocar las
palabras adecuadas al concepto que se quiere expresar. En estos tipos
de lenguaje suele no haber gesticulación o expresión facial.

También puede haber una vocalización deficiente o dislalia, no


puede emitir correctamente determinados sonidos, y suelen hacer
sustituciones, transformaciones y omisiones de palabras, haciendo del
lenguaje algo poco comprensible. En este aspecto es importante
examinar que el impedimento no sea por factores físicos, por ejemplo,
como un frenillo lingual corto, que no permite la movilidad adecuada de
la lengua al hablar, y por ende una buena pronunciación. Así mismo debe
descartarse en estos casos problemas en la integración y coordinación
motora o dispraxia.

En niños sobre todo de mayor funcionamiento neurológico, que


no tienen problemas en la comprensión ni emisión del pensamiento,
incluso con un lenguaje cualitativamente rico, pueden tener
alteraciones del uso social o pragmático de la comunicación. El discurso
puede tener alteraciones en la intensidad, las pausas, la cadencia y la

52
entonación de las palabras, elementos esenciales del intercambio de
ideas durante la conversación, que muchas veces están carentes o
alterados en el TEA. Lo cual dificulta en el receptor, durante la
conversación la percepción emocional y confunda la intención del
discurso.

Es habitual que estos niños no capten cual es el uso adecuado del


lenguaje en determinados contextos; puede haber dificultad en respetar
el turno de la palabra correctamente, tendiendo a ser el único hablador.
Así como saber cuándo iniciar una conversación o cambiar de tema,
pues esto requiere de ciertas habilidades sociales, contacto visual e
intuición para saber si el receptor está interesado en la conversación.
Otra característica social de la comunicación, es el lenguaje figurado,
frases de dobles sentidos, significados implícitos, formas de cortesía,
metáforas, giros gramaticales, etc. que le cuesta captar al joven con TEA,
pues ellos tienen un uso literal del lenguaje.

Un niño con un trastorno del lenguaje va a tener serias


dificultades para comunicarse, por lo tanto, al no comprender en ese
intercambio de ideas el pensamiento del otro, tiende a desconectarse, a
aislarse, pues se encuentra totalmente desbordado. Por otra parte,
aquellos con problemas pragmáticos del lenguaje, tienden a no
preguntar o pedir que le aclaren dudas, términos o conceptos, pues
muchas veces pueden interpretar que el problema reside en su
incapacidad para hacerse entender. En otros casos pueden optar por un
mutismo selectivo, donde deciden no utilizar el lenguaje, suele ocurrir
en situaciones de estrés.

EPILEPSIA

Evaluación de
La epilepsia es un grupo de alteraciones
complicaciones médicas.cerebrales en donde las descargas y el
patrón normal de actividad neuronal está
alterado, que dependiendo del área del cerebro involucrado, pueden
dar trastornos del aprendizaje, de la memoria, inestabilidad emocional
y de la conducta, y en algunos casos convulsiones y pérdida de la
conciencia. Es el trastorno más frecuente del cerebro en la niñez, y en el
TEA hay una alta prevalencia de niños que cursan con epilepsia, lo que
da lugar a un diagnóstico doble.

No todas las crisis epilépticas son del tipo tónico-clónico con


pérdida de la conciencia, dependiendo de la edad, en algunos niños

53
puede ser de inicio sutil, con pocas anormalidades
electroencefalográficas, lo cual hace del cuadro clínico difícil de
diagnosticar por parte del neurólogo, debiéndose también explorar la
integridad de sistema nervioso periférico y de los sentidos. Un
porcentaje altos de estos niños superan sus crisis cuando llegan a la
adolescencia.

Las descargas epilépticas pueden estar desencadenadas por


diversas etiologías, de las cuales muchas tienen tratamiento. La mayor
causa es por encefalitis o inflamación del cerebro, de origen infeccioso
viral o bacteriano. También por causas inmunológicas con
autoanticuerpos contra el tejido cerebral, produciendo alteraciones
funcionales de las estructuras cerebrales y los receptores de
neurotransmisores. Existe un aumento importante de reportes de casos
de este tipo de síndrome inflamatorio autoinmunes en los últimos 10
años.

La corteza prefrontal es la última en madurar, y, por lo tanto,


especialmente vulnerable al daño ambiental. Las encefalopatías ligadas
a la exposición aguda a metales están ampliamente estudiadas, sobre
todo aquellas relacionadas al mercurio, plomo y arsénico, por lo que en
muchos casos no se ve un daño a temprana edad, sino que hay
manifestaciones tardías como en la regresión, trastorno del que
hablamos anteriormente. Como lo venimos señalando, la presencia en
el ambiente de metales tóxicos, es hoy en día uno de los problemas más
serios y universales, pues casi son inexistentes los ecosistemas tanto en
las grandes como pequeñas urbes, que no tengan su dosis de
contaminación por metales industriales, lo cual hace imperativo su
valoración.

VARIABLIDAD GENETICA

La información genética heredable o


Evaluación de
complicaciones médicas. genotipo, está en su totalidad en el núcleo
de la célula en unas unidades o genes
conformadas por Ácido Desoxirribonucleico o simplemente ADN, que
aun cuando están presentes no necesariamente se expresan o activan
todos los genes. Las características que sí se expresan, llamadas
fenotipo, dictan cómo va a ser el individuo, características fisionómicas,
e incluso hay fenotipáis conductuales que van a dictar cuales conductas
y reacciones básicas va a poseer. Existe una compleja interrelación entre
genotipo y fenotipo que se denomina características recesivas y

54
dominantes, que la usan los genetistas para ver los factores heredables
familiares. Esta información varía entre los miembros de una misma
especie, a través de un proceso llamado recombinación genética, que
modifica la estructura básica del ADN y es transmitida a la próxima
generación de padres a hijos.

También los cambios se pueden dar por errores genéticos o


mutaciones influenciados por el ambiente, que pueden ser específicas,
como por ejemplo en la trisomía en el Síndrome de Down, donde se
puede hacer la correlación directa defecto-enfermedad, o poligénicas,
que involucra muchos cambios genéticos, donde es más difícil hacer una
correlación entre las mutaciones y una enfermedad, estando el
trastorno del espectro autista dentro de esta categoría, por lo cual
pierda cada vez más fuerza la teoría del origen genético del autismo.

El Dr. Mark Daly, codirector del Programa del Instituto Broad de


Medicina y Genética de Poblaciones de la universidad de Bristol
Inglaterra, afirmó en el 2016, posterior a los últimos estudios de
genética en la secuenciación y los análisis del genoma en el TEA, “se
puede decir en forma irrefutable de que el riesgo genético que contribuye
al autismo es riesgo genético que existe en todos nosotros, no ligada a
la herencia de los padres”.

Desde las teorías clásicas de la evolución y herencia de Lamarck,


Darwin y Mendel, en el siglo pasado, se estableció que los organismos
van cambiando a lo largo de las generaciones, los cambios que favorecen
la supervivencia son transmitidos a las futuras generaciones. Los
organismos que no se adaptan a las condiciones del ambiente, perecen,
y aquellos que si se adaptan permanecen y se multiplican, se llama
selección natural. Ejemplo sencillo a esto es la resistencia bacteriana a
los antibióticos modernos.

Pero también puede haber variaciones de la expresión genética


sin que haya cambios de la información del ADN, se llama herencia
epigenética. Lo que define la epigenética, es que los cambios fenotípicos
no son debido a modificaciones estructurales de la base del ADN, sino
por cambios en la expresión de los genes, por un proceso bioquímico
llamado metilación, que es influenciable por la interacción de la persona
con su hábitat. Frecuentemente la herencia epigenética es individual y
reversible, perdiéndose en las generaciones subsiguientes al cesar los
factores ambientales o sociales que la propiciaron. Este tema lo veremos
en mayor profundidad más adelante.

55
La epigenética completo el elemento faltante del rompecabezas
de la teoría de la evolución iniciado por Darwin “nuestra naturaleza no
solamente es herencia sino también influencia del entorno”. Tomando
en cuenta la teoría de Darwin, muchos de los pacientes con autismo por
problemas en el área social no tienen hijos, por lo cual por selección
natural esa “genética” debería ir desapareciendo, cosa contraria a la
realidad epidemiológica, donde este trastorno va en aumento, lo cual si
se explica por alteraciones epigenéticas derivadas de la influencia del
ambiente.

En un principio se afirmaba que la aparición del TEA lo


determinaba causas que habían sido heredados de los padres.
Probablemente uno de los factores que más peso le dio al origen
genético del Autismo, fueron el síndrome X frágil y el síndrome de Rett,
que son las primeras causas de discapacidad intelectual hereditaria, por
una mutación en el cromosoma X. Producen en los niños inicialmente
normales, pérdida progresiva del habla y la capacidad cognitiva,
teniendo ambos síndromes elementos similares con el autismo en el
área de trastornos del comportamiento y retraso cognitivo.

Esta confusión ha sido aclarada, de hecho, el Síndrome de Rett


que estaba incluido como causal de autismo, fue cambiado, y en las
recientes clasificaciones del DSM y CIE, hoy en día forma parte de los
“Trastornos y anomalías cromosómicas”. A pesar de ello aún se discute
en los foros la transmisión genética del autismo. Por lo tanto, antes de
hacer a su hijo un mapeo genético, para que le sea útil este estudio,
busque asesoramiento profesional pues no es fácil, ni la interpretación
ni el diagnóstico clínico, pues implica además afectaciones que van más
allá de lo meramente neurológico.

EXPRESION EPIGENÉTICA, LA METILACIÓN.

Retomando el tema de la epigenética, una de las conclusiones


del proyecto ENCODE (Enciclopedia de los Elementos del ADN, la
investigación internacional de mayor alcance en el campo genético),
determinó que un gen se puede expresar o no, dependiendo de la
regulación por el proceso bioquímico de la metilación. El código genético
en reposo está enrollado en la formación clásica de doble hélix. Una vez
“abierto” o desenrollado es leído y copiado para la formación de
proteínas y otros elementos para las células, luego el sistema de
metiltransferasas lo metila para que cese la transcripción.

56
También cuando hay daño genético, la metilación sirve para
aislar las partes del ADN que son dañados, lo cual permite el aumentar
la producción de antioxidantes para una rápida reparación, y garantiza
que la célula siga funcionando óptimamente. Caso contrario por el daño
genético aumenta el riesgo de malfuncionamiento celular, produciendo
enfermedades degenerativas, envejecimiento prematuro y cáncer.

Hay procesos que pueden afectar la metilación, uno de los más


importantes en la generación de radicales libres. El organismo durante
su proceso normal de producir energía para funcionar, utiliza oxigeno
dentro de la célula (metabolismo de azucares, grasas, formación de
proteínas, etc.), siendo el resultado final la producción de metabolitos
altamente reactivos u oxidantes llamados radicales libres, los cuales
deben ser neutralizados, pues si permanecen dentro de las células
inactivan sistemas enzimáticos como el de la metilación, y dañan
proteínas de estructuras vitales de la célula incluyendo el ADN.

Por lo tanto, aquellos procesos medioambientales


(contaminación, alimentación y emocionales) que logren aumentar los
radicales libres, en una cadena de eventos; alteran la bioquímica del
sistema de metilación, modificar la expresión genética y producen
enfermedades. Aun cuando estos cambios no alteran el código genético,
no producen mutaciones, tampoco permiten que los genes se expresen
cuando y donde deben (regulación epigenética), creando trastornos de
diferente índole. Esta es la importancia de porque en los trastornos del
neurodesarrollo hay que investigar a fondo los factores contaminantes
del entorno del paciente.

ESTRÉS OXIDATIVO.

Hay factores del día a día que cuando se hacen crónicos se


convierten en altos productores de radicales libres; estamos hablando
del estrés, el hambre, la sed, el insomnio, la fatiga, el sedentarismo, que
además muchas veces están asociados entre sí. En principio el
organismo tiene los mecanismos para neutralizar estos factores, pero al
hacerse crónicos, y sumarse factores medioambientales como la
exposición a agentes contaminantes y dietas pobres, hay alteraciones
más profundas: de los ciclos circadianos, trastornos metabólicos y
enfermedades degenerativas e inflamatorias.

De allí que estilos de vida que propicien estos estados sean poco
saludables, pero aquí hay que hacer una aclaratoria, el estrés en sí no es

57
malo, es un estímulo que permite crecer. Pero estrés “bueno”, es decir
que reta, crea apasionamiento, es limitado en el tiempo, y permite crear
una cadena de éxitos por metas alcanzadas. Por ejemplo, el tiempo de
espera antes de un evento, competencia o examen, ayuda a generar los
recursos físicos, psíquicos y emocionales para afrontar el reto. De otra
manera es un estrés de desgaste, cuando no tiene sentido ni propósito.
Volviendo al ejemplo del tiempo, cuando la espera es por aburrimiento,
o sin una intención definida, se conecta con emociones negativas y
desgaste físico, que altera los ritmos biológicos y crónicamente genera
enfermedades.

Existe un balance entre la producción de radicales libres y la


neutralización de los mismos por un arsenal de antioxidantes que usa el
organismo. Pero cuando se da este exceso de radicales libres y la
neutralización por parte de los antioxidantes es insuficiente se produce
un fenómeno biológico muy dañino llamado estrés oxidativo, que
favorece la muerte celular. Son muy vulnerables al estrés oxidativo los
niños menores de 6 años pues los principales órganos productores de
antioxidantes como el hígado, riñones y el cerebro, están en proceso de
maduración.

Como los antioxidantes son de vital importancia para el


desarrollo y mantenimiento de la salud, existe todo un conjunto de
antioxidantes que el organismo usa para neutralizar y eliminar los
radicales libres. El cuerpo lo obtiene de dos formas: los no enzimáticos,
principalmente procedentes de la dieta y los antioxidantes enzimáticos,
que los produce el propio organismo.

Los principales antioxidantes dietéticos son las vitaminas A, C y


E, los licopenos derivados de los vegetales y frutos rojos (tomate, uvas,
lechosa, entre otras) y los flavonoides derivado de algunas plantas
(Ginkgo biloba, Cúrcuma, Garcinia cambogia, Cacao, etc.), por eso sus
propiedades curativas y su utilidad en la medicina tradicional. Una dieta
pobre en antioxidantes es una causa común de estrés oxidativo. Así
como dietas altas en azucares y/o grasas, estimulan un metabolismo
rápido muy energético que aumenta la sobreproducción de radicales
libres. Pero el organismo no solo depende de la dieta, también produce
los antioxidantes enzimáticos, los cuales se sintetizan en muchas células,
siendo la producción más importante en el hígado, riñones y cerebro, y
no solo protegen de los radicales libres, sino que activan mecanismos de
reparación celular cuando ocurre un daño. Hay muchos complejos
enzimáticos significativos como el superóxido dismutasa y la catalasa,
pero el más importante de ellos es el Glutatión (GSH).

58
Sin embargo, el GSH no se almacena, sino que tiene que ser
producido constantemente por el organismo. Es un complejo enzimático
que necesita el aporte constante de los aminoácidos cisteína, glicina y
glutamato, y los minerales magnesio y manganeso como cofactores. En
los menores de 6 años por su estado de rápido crecimiento, el aporte
inadecuado de los cofactores en la regeneración del sistema de
metilación y glutatión, puede hacer que el organismo caiga en un
proceso de deterioro y desgaste. Por eso cuando en el siglo pasado el
famoso filósofo alemán Ludwig Feuerbach, acuño la frase “somos lo que
comemos”, no le falto la razón.

De hecho, en situaciones de alto estrés, que generalmente están


asociado al insomnio y la depresión, hay hiperestimulación de las
neuronas excitatorias, con el consecuente desbalance entre los
aminoácidos glicina y glutamato, que recordaremos son
neurotransmisores antagónicos, favoreciéndose este último. Esto afecta
la producción de GSH, y en consecuencia aumenta el estrés oxidativo.
Por lo tanto, no se puede subestimar la importancia de una dieta
adecuada cuando se está ante una situación de estrés crónico. Tema de
suma importancia pues los niños también se estresan.

El estrés oxidativo cuando ocurre no se puede percibir, no hay


una alerta que indique la falta de antioxidantes. La primera advertencia
es cuando sobreviene una condición médica como un trastorno del
neurodesarrollo. Su manifestación, la intensidad y extensión del daño
van a depender de los mecanismos de defensa de acuerdo a la edad y
estado de salud de la persona. Una de las consecuencias más severas de
esta afección es el enlentecimiento del funcionamiento del cerebro que
puede dar lugar a afecciones degenerativas afectando la
neuroplasticidad, aprendizaje y conducta, tanto en niños como adultos.

OXIDO NITRICO.

Uno de los mecanismos de autorregulación del cuerpo, que se le


está dando gran importancia por los efectos del estrés oxidativo es al
sistema de Óxido Nítrico. A partir de 1980 los premios nobel Robert
Furchgott, Louis J. Ignarro y Ferid Murad, describieron esta molécula que
la produce y libera el endotelio (capa interna que recubre los vasos
sanguíneos y el corazón) con efecto vasodilatador, normalizando la
tensión y flujo sanguíneo arterial y cardiaco. Actúa también a nivel del
musculo liso regulando la digestión, el sistema respiratorio y urinario
que afecta el balance de oxígeno, hídrico y de minerales.

59
Hoy en día se sabe que no solo se sintetiza en el endotelio
vascular, sino en el cerebro, modulando la neurotransmisión en los
circuitos de la memoria, los procesos de aprendizaje, los mecanismos
del sueño y la neuroplasticidad. Interviene activando el funcionamiento
del sistema inmunológico en procesos inflamatorios. Aun cuando no es
estrictamente un antioxidante, su reactividad le permite jugar ese rol
durante el estrés oxidativo, lo cual limita su función reguladora.

El óxido nítrico se produce constantemente y en cantidades


pequeñas por la enzima óxido nítrico sintetasa, en un sistema con una
regulación delicada que responde a las demandas fisiológicas del
organismo. Generalmente el estímulo que hace que se exprese la
enzima es de tipo mecánico; pulso, presión sanguínea, tono muscular.
Pero también se puede inducir su síntesis por factores químicos como
respuesta a estímulos intensos como infecciones bacterianas, hipoxia,
procesos inflamatorios y estímulos dolorosos.

Sin embargo, se ha demostrado que la inducción de la síntesis del


óxido nítrico también se puede lograr por agentes contaminantes
atmosféricos como metales tóxicos, el humo del cigarrillo, de incendios
y de las emanaciones de los motores vehiculares. Su producción es
cientos de veces superior a la fisiológica, alterando el flujo sanguíneo
arterial. Como ya se había mencionado, por su alta reactividad se une a
los radicales libres, y en exceso produce toxicidad, que trastorna la
neurotransmisión, originando neurodegeneración y muerte cerebral.
Activa el sistema inmunológico, siendo el mayor mediador de
desórdenes autoinmunes.

La interferencia de los mecanismos reguladores del óxido nítrico


por exposición a metales tóxicos o humo, puede condicionar que la
persona afectada caiga en dos condiciones: en un extremo, disminución
rápida de la concentración de óxido nítrico como mecanismo
compensatorio, esto altera el flujo sanguíneo cerebral en forma
localizada dando microisquemias (microinfartos) e inflamación cerebral,
que compromete la remodelación y limita el aprendizaje en ciertas
áreas. En el otro extremo la inflamación producida por el proceso
isquémico descrito previamente, estimula la sobreproducción de óxido
nítrico generando daño directo cerebral. Este aumento también
incrementa drásticamente la liberación del neurotransmisor glutamato,
sobreestimulando la actividad de los circuitos excitatorio cerebrales,
produciendo excitotoxicidad que como vimos en la sección de los
neurotransmisores produce muerte neuronal.

60
También el óxido nítrico se une a los radicales libres siendo
tóxico, alterando la estructura y función celular, interfiriendo con los
mecanismos de producción energética, favoreciendo la muerte
neuronal. Este proceso de estrés oxidativo con producción excesiva de
radicales libres, convierte al óxido nítrico y el glutamato en neurotóxicos
a concentraciones que ordinariamente no producen daño.

PROBLEMAS DE LA MOVILIDAD

Otro de los aspectos importante en la


Evaluación de
complicaciones médicas.evaluación por parte de un neurólogo
infantil es valorar los trastornos en el
retraso en las habilidades motoras, que comprende: destrezas motoras
gruesas o marcha, motoras finas que se refiere a la manipulación, y la
praxia o coordinación, que implica la secuencia de movimientos para
ejecutar una acción. En base a los estudios existentes los niños con TEA
tienen trastornos motores a edades tempranas, sin embargo, no todos
presentan todos los trastornos motores aquí descritos.

Una de las principales manifestaciones y motivo de alarma en los


padres es el trastorno de la marcha. Tienden a separar las piernas para
incrementar la base de sustentación, y reducen la longitud del paso al
caminar, todo ello a fin de mejorar la estabilidad. También al caminar
aumentan el tiempo de apoyo del pie en el suelo, lo cual incrementa el
cansancio y por ende tienden a participar menos en actividades
cotidianas como jugar, correr, o hacer deportes. En otros casos hay
tendencia a caminar de puntillas, lo cual puede hacer más rápida la
marcha, pero menos estable con mayor propensión a las caídas.

En niños menores de 2 años también se debe evaluar la presencia


de movilidad exagerada de las articulaciones con poco desarrollo
muscular (síndrome de hiperlaxitud articular). Ello no implica en general
una enfermedad, pero en estas edades tempranas, es un factor que no
permite que se alcance los hitos del desarrollo motor adecuadamente,
posteriormente impide el desarrollo apropiado de la escritura en el
escolar. Durante la marcha aumentan el ángulo de flexión del pie al
apoyarlo, alterando significativamente el ritmo al caminar o correr.

La hiperlaxitud articular aun cuando en diferentes estudios tiene


una prevalencia alrededor del 25% en la población general de escolares,
en la literatura médica son muy escasos los trabajos que la evalúan en
el TEA. En nuestra experiencia clínica, hemos encontrado que los niños

61
con intoxicación por metales (aluminio, vanadio y cadmio) presentan en
un alto porcentaje, síndrome de hiperlaxitud articular. Hay que hacer la
salvedad que este cuadro clínico benigno en los autistas, es diferente a
la hiperlaxitud de origen genético como son el síndrome de Ehlers-
Danlos o el de Marfan, que si tienen implicaciones médicas significativas.

Por último, el otro aspecto a evaluar es la dificultad o trastorno


en la coordinación de movimientos o dispraxia. La dispraxia provoca
dificultad para realizar las actividades diarias que están relacionadas con
la ejecución de movimientos automatizados. Son niños generalmente
torpes, tienen dificultades para esquivar objetos al caminar, chocan con
las paredes, con otros niños e incluso les cuesta mantener el equilibrio.
Tienen problemas con la motricidad fina, les es complicado coordinar
sus movimientos al utilizar las tijeras, colorear, o usar lápices, etc.

El niño que desde temprana edad no logra durante el juego ser


capaz de desarrollar las mismas habilidades que otros niños, pierde la
autoconfianza, deja de intentar nuevas actividades y se aísla, lo que
afecta su desarrollo de habilidades intelectuales, sociales y emocionales.

La dispraxia puede manifestarse de diversas formas, en función


del tipo de acción que al niño le resulta difícil llevar a cabo. Como ya
vimos la más común es la dispraxia motora, pero también existe la
dispraxia verbal (también llamada apraxia verbal) que provoca dificultad
en el habla, en la formación correcta de las oraciones o al expresar
conceptos. Por otra parte, está la denominada dispraxia ocular,
vinculada a la disminución de la capacidad para controlar los
movimientos de los ojos, los niños tienen dificultades para leer
moviendo solo los ojos y tienen que mover toda la cabeza.

Algunos autores pioneros en este campo como la Dra. Jean


Ayres, psicólogo clínico, en sus investigaciones, concluyeron que en la
dispraxia, la dificultad está en la integración y organización de la
información sensorial que recibe tanto de su cuerpo (tacto, olfato, vista,
oído y sentido propioceptivo) como del medio ambiente. La integración
sensoromotor es esencial para dar un significado a lo que sentimos, que
permite desarrollar planes mentales de acción para interactuar con el
entorno, ya sea moviéndonos, comunicándonos o socializando.

Las causas de esta dificultad en la coordinación de los


movimientos o dispraxia, es variada. Se relaciona con inmadurez
neuronal durante el desarrollo fetal; exposición a metales, drogas y
alcohol, algunos medicamentos, prematuridad, parto traumático y
sufrimiento fetal. Así mismo las manifestaciones varían de acuerdo a la

62
edad: en los menores de 1 año, alteraciones del sueño, dificultad en la
alimentación, retraso en gatear y en el desarrollo psicomotor, cambios
de comportamiento como irritabilidad y llanto inconsolable, poca
expresividad gestual.

De 1 a 5 años: mostrarse inquieto, hiperactivo, dificultad para


prestar atención y concentrarse durante mucho tiempo, sobre todo
cuando están sentados en sillas o pupitres inadecuados para la edad,
que entorpece la postura adecuada. Hay dificultad para subir escaleras,
para realizar juegos como saltar o patear un balón, y un vocabulario
limitado.

Hoy en día se le está dando mucho énfasis en la valoración y


estimulación temprana de las dificultades sensoriales y de la praxia por
parte de los terapeutas ocupacionales, como parte fundamental de todo
proceso de diagnóstico y tratamiento no solo del TEA, sino de la
ansiedad, TDAH y trastornos del comportamiento infantil. La evaluación
objetiva se realiza a través de pruebas de integración sensorial y praxia,
siendo la más usada la SIPT (Sensory Integration and Praxis Test), que
evalúa en detalle 17 ítems de las habilidades prácticas y procesamiento
sensorial del paciente, pero hay otras como la TSI (DeGangi-Berk Test of
Sensory Integration) y TSFI (Test of Sensory Functions in Infants), pues
sin la integración neurosensorial adecuada difícilmente el niño va a
progresar apropiadamente en las terapias subsecuentes.

DEFECTO DE LA VISION

Evaluación de
No existen patología visual propia del
complicaciones médicas. autismo, sin embargo, los problemas
oculares: la miopía, el astigmatismo y la
hipermetropía que son muy comunes en la niñez, también afectan a
muchos niños autistas. La corrección visual de estos defectos de
refracción, son de difícil evaluación clínica pues hay limitaciones en la
comunicación por parte de muchos niños con TEA.

Otro aspecto importante es el que pueden tener trastornos de


la motilidad ocular o dispraxia ocular. Este es un sistema complejo que
involucra diversidad de estructuras cerebrales para el control del
movimiento de la mirada, el procesamiento de la información y la
interacción con información propioceptiva y del laberinto. Como
menciona el Dr. Melvin Kaplan, director del “Center for Visual
Management” de Nueva York, son los problemas de convergencia visual

63
y de desalineamiento de los ojos, como el estrabismo; las alteraciones
visuales que pueden llegar a afectar hasta el 20% de los pacientes con
TEA contra el 4% de la población general.

La dispraxia ocular afecta también los movimientos oculares


rápidos o sacádicos, es lo que permite seguir un objeto cuando se
desplaza, pues está directamente relacionado con el procesamiento
sensorial y la coordinación del movimiento. Esto hace que al observar no
puedan seguir un objeto en movimiento y dan prioridad al aspecto focal,
el detalle de lo que ven y carecen de visión global. Esto les impide, por
ejemplo, hacer un barrido del espacio circundante cuando entran en una
habitación, lo cual no permite ver la “escena completa” por lo cual ni la
entienden ni la procesan.

Hay algunos autores que especulan que es por esta


característica peculiar de ver el mundo, que los niños con TEA tienen
escaso contacto visual, no observan al rostro cuando se les habla, sino
un punto focal en la cara, lo cual no les permite la socialización, empatía
e imitación, con la mirada. Por otro lado, algunos estudios muestran, que
en las pruebas de ciertas habilidades espaciales y destrezas visuales de
detalle, las personas con autismo salen mejor que el promedio, son
capaces de detectar información que para la mayoría pasa
desapercibida.

La revisión sistemática de la vista de un niño debe ser incluido


en los chequeos periódicos. Se inicia con la revisión de la integridad de la
visión en el recién nacido en la sala del hospital, y luego durante sus
evaluaciones medicas generales en el primer año. La Asociación
Americana de Oftalmología recomienda que al llegar a los 3 y luego a los
5 años de edad el niño se le realice una exploración de agudeza visual y
alineación ocular, donde si se encuentran problemas deberá ser
evaluado por un neuroftalmólogo, sin embargo, a veces se puede inferir
que algo ocurre cuando; hay una mala alineación de los ojos, los ojos no
se mueven a la vez hacia la misma dirección, el niño inclina la cabeza
hacia un lado para mirar a puntos concretos o guiña los ojos o se los frota
habitualmente. Síntomas a los cuales debemos estar atentos pues la
mayoría de las terapias con los niños autistas utilizan ejercicios y
estímulos visuales donde se requiere una buena visión dinámica, donde
un niño con problemas visuales, que posiblemente no los comunica va a
tener un desempeño pobre, o que la terapia no funcione.

64
SISTEMA DIGESTIVO

Hay varios factores dentro de las


Evaluación de
complicaciones médicas que tienen una
complicaciones ambientales.
estrecha relación entre sí y son
interdependientes con la salud mental: son los trastornos alimentarios,
microbiota intestinal y los problemas dentales. Para garantizar una
correcta nutrición deben ser evaluadas en conjunto, pues algunos de
estos factores no son tan evidentes.

Existe un conjunto de neuronas que están en el tracto


gastrointestinal, formado por fibras nerviosas provenientes del sistema
nervioso central (nervio vago o neumogástrico) que intercomunica: el
bulbo raquídeo en el cerebro con la faringe, el esófago, la laringe, la
tráquea, los bronquios, el corazón, el estómago, el páncreas, el hígado y
termina en unos grupos neuronales propios del intestino, llamados
plexos de Auerbach y de Meissner, en conjunto conforman el sistema
nervioso entérico o intestinal.

Aun cuando este circuito no es tan complejo como el cerebro, es


el cumulo neuronal más importante fuera del sistema nervioso central,
comprende unos 600 millones de neuronas que tienen la tarea de
coordinar los diferentes componentes del sistema digestivo. A pesar de
ser el sistema nervioso entérico autónomo, responde a la influencia del
cerebro a través del sistema parasimpático, a su vez este puede enviar
información al cerebro, por medio de los neurotransmisores que
produce: acetilcolina, dopamina, GABA y serotonina, además de óxido
nítrico y algunas hormonas.

Esta interconexión cerebro-sistema digestivo pueden


influenciarse mutuamente. El alimentarnos es una interacción social
compleja, donde lo que comemos puede modificar el estado de ánimo:
felicidad, sensación de satisfacción, asco, e incluso sorpresa e ira,
dependiendo del contexto donde se desarrolle. A su vez las emociones
pueden alterar la función digestiva: hambre y “antojos” con situaciones
de ansiedad. Indigestión, nausea o secreción ácida con emociones
intensas como el miedo o ira. Sensación de “mariposas” en el estómago
con la alegría.

También el sistema digestivo se relaciona con el entorno a través


del sentido del gusto. Tiene un papel preponderante en la existencia del
individuo, pues no solo interesa para sobrevivir, sino que está
estrechamente relacionado con las emociones, principalmente con la
felicidad y el asco.

65
Existen cuatro tipos de receptores o papilas gustativas en la
lengua que distinguen los sabores básicos: dulce, salado, ácido, amargo
y umami. Hoy se reconoce este último gracias a las investigaciones a
principios del siglo XX del científico Kikunae Ikeda de la Universidad
Imperial de Tokio, el nombre de este quinto gusto, el umami, proviene
de una palabra de origen japonés que significa “sabroso-delicioso”. Una
de las sustancias que fundamentalmente estimula este sabor es el
glutamato de sodio, hecho que aprovechan las procesadoras de
alimentos para añadírselo, sobre todo a los pasapalos o “snacks”.

La alimentación comienza por el sentido del gusto, que participa


en la conformación de la memoria episódica, por lo cual se habla de
memoria gustativa. Tiene un vínculo directo con el espacio tiempo-lugar
lo cual hace que inconscientemente la memoria sea mucho más fuerte
si probamos un alimento en un lugar conocido, que, si llegamos a probar
el mismo sabor en un lugar totalmente diferente. Esencialmente esto es
importante para la supervivencia, por lo cual es significativo, sobre todo
en los niños que la variedad culinaria y hábitos alimentarios se inicien en
el hogar.

El procesamiento de la información gustativa es multisensorial,


pues la naturaleza química del alimento la discrimina primordialmente
el olfato, de hecho, los matices de los alimentos que llamamos sabor lo
perciben es la nariz al momento de ingerir los alimentos, a través del
olfato retronasal. Estos dos sistemas gusto y olfato, tiene una gran
neuroplasticidad, las neuronas que los componen se renuevan
periódicamente durante toda la vida, siendo de las pocas poblaciones
neurales que lo hacen.

Las paredes estomacales y del intestino también están


recubiertas con células especializadas que detectan químicamente los
alimentos que ingerimos, para la secreción de las enzimas apropiadas
durante las diferentes fases del delicado proceso de la digestión: ácido
clorhídrico, tripsina, sales biliares, bicarbonato, etc., a fin de
descomponer y absorber los nutrientes adecuadamente.

APORTE ALIMENTICIO.

El primer alimento que adquieren los bebes es la leche, teniendo


unas características de digestibilidad y una gran cantidad de nutrientes
que están formuladas para las necesidades de su desarrollo. La
producción de leche o lactogénesis va modificándose de acuerdo a los

66
cambios de requerimientos funcionales del crecimiento del niño:
calostro, leche de transición y leche madura. Perdiendo su importancia
nutricional alrededor de los 12 meses. Es un mito creer que solo la leche
aporta algunos de los compuestos básicos como el calcio, para el
crecimiento infantil después del destete.

El amamantamiento materno es necesario pues no solo aporta


nutrientes, sino es una fuente
primordial de inmunoglobulinas A, Las inmunoglobulinas (Ig) son
proteínas producidas por el sistema
que como veremos estimula el inmunitario, como defensa, en
crecimiento bactriano intestinal respuesta a la presencia de
sustancias extrañas al organismo.
saludable. Así como otros Se subdividen en cinco clases,
componentes bioactivos como denominadas IgG, IgM, IgA, IgD e
IgE, dependiendo de su función y en
hormona de crecimiento, otras cual parte del cuerpo se ubican.
hormonas y enzimas. También desde
el punto de vista funcional el contacto físico durante el
amamantamiento estimula: el apego, la organización sensorial de la
alerta y gratificación armónica, establecimiento de los ciclos circadianos
y la succión-deglución-respiración adecuada en los primeros meses. Sin
embargo, cada vez está más cuestionado el prolongar estos “beneficios”
con la leche de vaca ya sea en fórmulas maternizadas o derivados lácteos
diversos, que hoy en día llenan los anaqueles de los supermercados y
refrigeradores de las casas.

La composición proteica de leche de vaca está constituida


primordialmente por la proteína caseína, pero del tipo beta-caseína A1,
inexistente en la leche humana. Cada vez hay más evidencias sobre la
relación entre el consumo de derivados lácteos y enfermedades diversas
como alergias e intolerancia alimentaria, anemia, inflamación intestinal,
obesidad y distintos tipos de cáncer, entre otras.

A partir de los seis meses aparecen los primeros dientes de un


bebé. Con la aparición de los dientes termina fisiológicamente el periodo
de amamantamiento, y comienza la sustitución a alimentos sólidos. Los
dientes no solo tienen una función masticatoria dependiendo de su
forma y su localización en la mandíbula, sino que ayudan a hablar,
sonreír y dan la forma y estructura de la cara.

Con la variedad culinaria existente, siempre se ha buscado la


dieta “adecuada”. Hace casi tres décadas, se creó un icono: la pirámide
de alimentos. Este simple diagrama ilustraba en un instante lo que debía
tener una dieta saludable. Se le dio una amplia difusión en las escuelas
y centros de salud mundialmente. Sin embargo, lo que demostró las

67
investigaciones posteriores en el campo de la nutrición, es que la
pirámide no señalaba el camino hacia una alimentación sana.

En el 2008 la Escuela de Salud Pública de la Universidad de


Harvard actualizó y creó la “Pirámide de Alimentación Saludable” y unos
años después una variante, “el plato de alimentación saludable” para
dar una guía de dieta saludable.

En la base de esta nueva pirámide está el ejercicio y control de


peso. Le sigue las verduras, frutas, granos y los aceites saludables. Luego
más arriba están las nueces, semillas, pescado y huevos. Y finalmente en
el vértice están las carnes rojas, las papas (ya no cuentan como
verduras), panes, los productos lácteos, alimentos refinados y la sal. Esta
dieta garantiza el aporte de aminoácidos, ácidos grasos, vitaminas y
minerales esenciales en cantidades adecuadas, además de un control
del consumo y gasto calórico.

Además, la pirámide incluye el uso regular de suplementos de


vitaminas y minerales, concepto que también es cuestionado hoy en día,
pues es poco usual que llevando una dieta adecuada se presente un
déficit vitamínico y de minerales. La persona que se le detecta bajo algún
mineral por medio del mineralograma, este se le debe suplementar
exclusivamente, pues los compuestos multivitamínicos con minerales no
solo no aportan las cantidades requeridas en estos casos, sino que en
estas mezclas los diferentes componentes interfieren entre sí en su
absorción.

El valor energético que puede aportar un alimento se denomina


calorías. Existen dos categorías: alimentos densos en nutrientes y
aquellos con poco aporte nutricional, llamados también calorías vacías.
Estos últimos aportan al organismo un potencial energético alto, pero
muy bajo en macro y micronutrientes en forma de vitaminas, minerales
o fibras. En esta categoría están la mayoría de los azucares, grasas,
harinas refinadas, bebidas gaseosas y alcohólicas. Y hay que aclarar que
un alimento denso no necesariamente es bajo en calorías, ejemplo el
pan blanco y pan integral, ambos tienen un promedio de 260 Kcal por
100 gramos de pan, solo que este último tiene mayor valor nutritivo.
También a la hora de escoger un alimento debe tomarse en cuenta el
índice glicémico, es decir la capacidad de elevar la glicemia “azúcar” en
sangre durante la digestión, lo cual les da su gran potencial en consumo
crónico, de generar diabetes. Como estará sospechando la mayoría de
los alimentos con calorías vacías también son de índice glicémico alto.

68
Como innovación la industria alimentaria ante este cumulo de
información sobre la compleja interrelación del sistema digestivo-salud,
además del aumento de la preocupación de las personas por elevar la
calidad de los alimentos de la vida “moderna”, cambio de concepto de
“alimento sano”, como aquel alimento libre de riesgo para la salud, a
otro concepto más actual de “alimento funcional”. Se define como aquel
producto, alimento modificado o ingrediente alimentario, que además
de sus propiedades nutritivas pueda proveer beneficios en la prevención
de enfermedades.

Es un requisito de los alimentos funcionales que sigan siendo un


alimento, de modo que, si se consumen por ejemplo en forma de
píldoras, cápsulas o polvos, no se pueden llamar así. Los suplementos
alimentarios o dietéticos se consideran que están más próximo a la
farmacología que a la nutrición. El efecto positivo de un alimento
funcional puede ser tanto en el mantenimiento del estado de salud,
como en la reducción del riesgo de padecer una enfermedad. Estos
incluyen los prebióticos y probióticos, y alimentos que se le adicionan:
grasas omegas, vitaminas, fibras, antioxidantes y fitoquímicos que
pueden modificar el metabolismo.

Los componentes que hacen que un alimento sea calificado


como funcional han estado siempre presentes en la naturaleza, solo
que, al ser procesados o empacados, muchas veces se pierden algunas
propiedades. La fibra alimentaria y vitaminas, se encuentra de forma
natural en granos, verduras o frutas frescas; los ácidos grasos
insaturados, en algunos aceites, los frutos secos y productos del mar; los
aminoácidos, en huevos, carnes, pescado y quesos; los fitoesteroles y
antioxidantes en los vegetales frescos; los minerales, en la sal marina,
agua de manantial y en alimentos crudos.

Por otra parte, en las redes sociales hay muchas tendencias


culinarias “sanas”, que, dado que este tema no está adecuadamente
definido, es una idealización de algunos estilos de vida. Solo para
mencionar la más popular actualmente es la dieta mediterránea. Este
patrón dietético emula la alimentación cotidiana de los países
mediterráneos, especialmente: España, Portugal, Italia, Grecia y
Marruecos. Incluso en el 2013 fue declarada Patrimonio Cultural
Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO.

También hay otras tendencias más controversiales y no exenta


de riesgos a la salud por el aporte insuficiente de nutrientes esenciales.
El vegetarianismo y los veganos, que no consumen productos de origen

69
animal, tienden a tener déficit de aminoácidos esenciales y vitaminas del
complejo B. La dieta cetogénica, o dieta keto (por “ketogenic” en inglés),
es una dieta muy baja en carbohidratos y elevada en grasas. Su aporte
de vitaminas, minerales y fibra es muy bajo, dado que limita en gran
medida la ingesta de frutas y verduras.

Por otra parte, como respuesta a la industrialización de la


producción agrícola, también hay una tendencia creciente de “vuelta a
lo natural”, con el consumo de alimentos de origen orgánicos. Los
alimentos orgánicos o ecológicos no es que están libres de químicos,
sino que los productores están obligados por una legislación especial a
usar únicamente ciertos agroquímicos autorizados, y criar los animales
sin estrés en granjas ecológicas. Tampoco está permitido utilizar semillas
o plantas transgénicas, ya sea para la siembra o en la alimentación de
los animales.

Es importante estar alerta ante los cambios por parte de la


industria agrícola de las bases de nuestros alimentos. Los efectos de los
organismos genéticamente modificados (transgénicos o GMO),
contrario a lo que se pensaba en un inicio, pueden tener implicaciones
epigenéticas profundas. Incluso algunos tienen factores insertados
como inhibidores del RNA, que es la proteína que codifica y transcribe la
información genética, y aun cuando son de plantas, se absorben y
ejercen efectos en el organismo alterando la genética, y generando
problemas de salud.

Otro aspecto complejo de ciertos alimentos es el aporte al


organismo de aminoácidos con conformación quiral, esto es,
compuestos que tienen la misma fórmula molecular, pero se diferencian
en que uno es la imagen espejo del otro (L-aminoácidos y D-
aminoácidos). El efecto de estos D-aminoácidos en la salud es
complicado puesto que nuestro aparato digestivo tan sólo puede digerir
aminoácidos L. Pero en general al ser absorbido e insertarse en las
proteínas que forma el organismo, estas pierden sus propiedades
pudiendo deteriorar la salud. En otros casos aun cuando no hacen daño
al organismo disminuyen la calidad nutritiva del alimento.

Las proteínas quirales existe en la naturaleza pues las producen


algunas baterías y virus, se consiguen en pequeñas concentraciones en
la leche de vaca y mariscos. Pero la mayor parte de las proteínas quirales
no vienen naturalmente, sino por el procesado de la comida. El calor
combinado con un pH alto tiende a convertir L-aminoácidos en D-

70
aminoácidos sobre todo en los lácteos pasteurizados, el pan, las salsas y
algunos productos marinos.

En la sociedad actual con el internet y las redes sociales, ya no


hay espacio para la diversidad y diferencias culturas, esta tecnología se
está encargando de crear un ente artificial muy complejo y uniforme que
sesga y censura de manera cruda la cultura, la vida y la pluralidad. La
dieta se está convirtiendo en una búsqueda de secretos de longevidad,
control del peso óptimo y “coaching en salud”.

Una parte esencial de la comida, como es su carácter social,


integrador de la familia, se está perdiendo. Ya no hay la transmisión de
los secretos de la culinaria familiar, y la herencia cultural de
generaciones está dando paso a una forma de comer artificial, muy
complejo y uniforme, que la mayoría de las veces nada tiene que ver con
nuestra idiosincrasia, cultura y formas de vida, la cual gran parte de las
veces se riñe con la calidad de vida del individuo.

MICROBIOTA INTESTINAL.

Esta interrelación no termina con el eje intestino-cerebro, de


hecho, los estudios de los últimos 15 años han demostrado que los
microorganismos que residen en el intestino no son simplemente
“comensales” que viven en simbiosis con su huésped, sino que
participan en el mantenimiento de la salud en general. Esto incluso ha
impulsado el cambiar su nombre de “flora bacteriana intestinal” como
un ente estático a “microbiota intestinal” como un cuerpo de
microrganismos funcionales, propios de cada persona.

En los humanos habitan más de 1000 especies de bacterias, a


pesar de que colonizan la piel, cavidad nasal, oral y urogenital es el
intestino la más densamente poblada. De hecho, existen más colonias
de bacterias por centímetro cubico en el colon que células de nuestro
cuerpo 1010 a 1012, el 70% del peso de las heces la componen las
bacterias. Al nacer el sistema digestivo es estéril, es decir está libre de
bacterias, la cual se va poblando con una diversidad ecológica
microbiana durante los 2 primeros años de vida, estabilizándose
alrededor de los 4 años para parecerse a la del adulto.

Esta colonización no es azarosa sino dirigido por las


inmunoglobulinas A (IgA) de acuerdo a factores genéticos. Los
microorganismos intestinales están adaptados a su hábitat, interactúan
ente ellos y conviven en armonía con el huésped, ayudan en la digestión

71
de proteínas, degradan azucares complejos, producen vitaminas, ácidos
grasos esenciales, entre otros. Estos factores nutricionales cardinales a
veces deficitario en la dieta, pueden ser suplidos por una microbiota
sana.

Bajo condiciones normales, la microbiota intestinal es bastante


estable a lo largo de la vida. Inicialmente lo coloniza la bacteria
Lactobacilos por una alimentación exclusivamente láctea en el bebé,
luego va aumentando la diversidad de los microorganismos presentes
por la alimentación más compleja. Al final predominan las bacterias de
dos familias Firmicutes (gram positiva) y en menor proporción
Bacteroides (gram negativas), que además de sus funciones metabólicas
de digestión de elementos complejos y producción de factores
nutricionales esenciales, regulan la presencia de hongos y levaduras en
el intestino.

Numerosos factores tan obvios como el estrés, los cambios de


hábitos alimentarios, ingesta de alcohol, así como la presencia de
medicamentos y sobre todo los tratamientos antibióticos, pueden influir
en el delicado equilibrio microbiano y provocar que se introduzcan
especies nuevas en el intestino, o estimular el crecimiento excesivo de
especies nocivas, generando una microbiota modificada que se
denomina disbiosis o disbacteriosis.

Sin embargo, hay factores menos aparentes como es la


exposición a químicos y particularmente a metales tóxicos (mercurio,
cadmio, aluminio, plomo, así como a los derivados del arsénico y del
cromo), que al ser bioacumulables, las bacterias no escapan a sus
efectos dañinos. Principalmente hacen modificaciones enzimáticas o
bioquímicas que conlleva a mutaciones y el desarrollo de cepas con
alteraciones indeseables que resultan dañinas.

Esta masa bacteriana alterada sobre todo Enterobacteriácea, de


las cuales muchas veces hemos oído; como la Escherichia coli,
Helicobacter pylori, Pseudomonas, Clostridium, entre otras, producen
toxinas que al ser absorbidas en el intestino originan reacciones
inmunológicas exageradas dando alteración de la digestión,
produciendo inflamación, diarreas o estreñimiento, cólico, acidez e
intolerancia alimentaria. Teniendo una gran influencia sobre muchas
enfermedades: desnutrición, síndrome inflamatorio intestinal, fatiga
crónica, incluso la obesidad y distintos cánceres. También por la
disbiosis, favorece la sobreproducción de hongos y levaduras tipo
Cándidas que aumentan la producción de aldehídos y alcohol, por

72
fermentación intestinal del azúcar de la dieta, afectando
primordialmente el comportamiento de la población más susceptible
como es el niño y el adulto mayor.

Además, la alteración de la función digestiva favorece la


absorción de proteínas parcialmente digeridas que son neurotóxicas. En
los años 70 el Dr. Paul Shatock de la escuela de salud pública de la
universidad Drexel en Filadelfia, descubrió que en pacientes con Trastorno
del Espectro Autista “las proteínas no digeridas de la dieta, al llegar al
cerebro se depositaban en las neuronas alterando el sistema sensorial”,
él describió dos proteínas caseomorfina en los lácteos y gluteomorfina
en el trigo, alimentos muy abundantes en la dieta moderna. Ejercen una
influencia negativa en el agravamiento de ciertas enfermedades
mentales y el autismo.

ALERGIA Vs INTOLERANCIA ALIMENTARIA

Hay dos conceptos importantes a la hora de hablar de trastornos


de la alimentación como son: las alergias y la intolerancia alimentaria.
Aun cuando sus síntomas y el origen son diferentes, hoy en día
parecieran ser utilizados equivocado e indistintamente. A la hora de
evaluar al niño, es importante entender ambos conceptos, pues la
interpretación de los test de alergias e intolerancia alimentaria tienen
fundamentos distintos, y es necesario ser analizados correctamente a
fin de no privarlo de elementos esenciales de su dieta.

La alergia alimentaria es una reacción que se origina al reaccionar un


alimento que normalmente es inofensivo con las inmunoglobulinas E
(IgE), desarrollándose casi inmediatamente prurito en piel, cara y
cuerpo, hinchazón de cara, labios y ojos, enrojecimiento, dolor
abdominal, que en casos extremos puede llegar a una reacción alérgica
intensa con náuseas, vómitos, tos y dificultad respiratoria
convirtiéndose en una emergencia médica.

Usualmente las alergias alimentarias se descartan con una


prueba específicas de IgE en sangre o en piel del alimento sospechoso.
Los inmunólogos realizan primero una prueba inespecífica de
provocación o exposición, colocando alérgenos de las sustancias
sospechosas bajo la piel con un pinchazo. Luego de un tiempo variable
de horas, examinan el tipo de reacción que hubo en la zona.
Generalmente con una prueba en piel positiva realizan pruebas
específicas de IgE en sangre para confirmar la prueba en piel.

73
En cambio, la intolerancia alimentaria, que es más común que las
alergias, tiene variadas etiologías, no necesariamente involucra al
sistema inmunológico. Las intolerancias más comunes son por
deficiencias enzimáticas al metabolismo de azucares; la lactosa de la
leche, la fructosa de las frutas e incluso al sorbitol, un edulcorante
común en los alimentos procesados. También hay intolerancia a
proteínas: caseína de la leche, gluten de algunos cereales y proteínas
transgénicas de algunos cultivos. Además, existen toxinas naturales
como la escombrotoxina del pescado y mariscos, aflatoxina de algunos
cereales y granos. Así como por condiciones propias de los alimentos;
descompuestos por bacterias dañinas, contaminación por agroquímicos
como el glifosato que actúa como un antibiótico en el intestino,
organofosforados y pesticidas a base de metales tóxicos.

Otra fuente de intolerancia más difícil de identificar es a la


variedad de un mismo alimento, por ejemplo, se puede ser intolerante
al trigo blando o panadero, y tolerar el trigo duro que se usa para
elaborar pastas, pues difieren en sus cualidades alimenticias y
funcionales. Así como los niños les puede caer bien y prefieran el banano
de la variedad guineo Cavendish y pueden no tolerar el tipo oro Titiaro.

Los síntomas de la intolerancia alimentaria son


gastrointestinales: inflamación, náuseas, dolor abdominal, gases,
diarrea, estreñimiento, etc. son más difíciles de conseguir la causa-
efecto, pues después de la exposición al alimento pueden aparecer
hasta 48 horas después, además muchos pacientes pueden pasar varios
días con síntomas porque la intolerancia altera la microbiota intestinal
la cual tarda un tiempo en reestablecerse. Pero rara vez da prurito y piel
roja, propio de las alergias. Descartar las intolerancias es laborioso pues
implica un proceso de observación y dieta selectiva, que hoy hay la
tendencia a obviar, sobre todo por la influencia de multitud de artículos
y la facilidad de adquirir pruebas rápidas por internet, para medir la
presencia de inmunoglobulinas G (IgG), para determinar “intolerancia a
los alimentos”, con test en sangre, piel y cabello como si fuese un cuadro
alérgico.

Sobre todo, para muchos padres preocupados por este aspecto


de la alimentación de los hijos, hay que señalar que sin la consulta o
interpretación adecuada de los resultados de pruebas de intolerancia u
alergia por un profesional especialistas (toxicólogo, gastroenterólogo,
inmunólogo o nutricionista), con experiencia en el manejo de este tipo
de pacientes, los posibles cambios dietéticos puede llevar a someter a
los hijos a dietas altamente restrictivas, desnutrición por déficit de

74
nutrientes esenciales, y empeoramiento del trastorno del
neurodesarrollo.

DENTICIÓN.

La mayoría de los niños con TEA no presentan anomalías


dentales, su morfología es normal. En el periodo prescolar a partir de los
seis meses aparecen los primeros dientes temporales de un bebé, y para
el final de este periodo el niño tiene 20 dientes, siendo sustituido luego
a los seis años por la dentadura permanente. La secuencia de aparición
de los dientes está determinada genéticamente.

Sus patologías dentales se relacionan más con erupción de la


dentadura tardía y mal posicionamiento dental, por la alimentación
deficiente sobre todo en niños muy selectivos en la dieta. También hay
una alta relación de la pobre mineralización de los dientes con formación
de esmalte deficiente, por el desbalance mineral como consecuencia de
la intoxicación por metales sobre todo plomo, aluminio y estaño. Este
defecto del desarrollo de los dientes permanentes predispone al niño a
caries dentales.

También hay una alta incidencia de daño sobre el esmalte y la


dentina por lesiones orales traumáticas, por caídas frecuentes. Así como
problemas por desgaste temprano por rechinar o apretar los dientes
(bruxismo), por mal manejo del estrés o durante crisis convulsivas. Otro
de los problemas con los que podemos encontrarnos, es un mal nivel de
masticación, lo cual genera una mala digestión. Además del esmalte
débil, otros factores que facilitan la aparición de caries es una higiene
dental deficiente debido a su capacidad disminuida de entender y
participar en el cepillado diario, y una baja producción de saliva,
relacionada con las infecciones frecuentes y el uso recurrente de
antibióticos, sobre todo en la edad prescolar.

Debe establecerse una consulta de odontopediatría temprana


para familiarizar al niño con la misma, y crear una rutina en la higiene
oral. Aquí no hay lugar para la improvisación y se debe recurrir a un plan
de desensibilización, para que el niño se acostumbre a acudir a la
consulta odontológica, y hacer una evaluación periódica de su desarrollo
para evitar tratamientos de emergencia.

75
INFECCIONES

Una de las preguntas que frecuentemente


Evaluación de
complicaciones médicas. surgen y ha sido motivo de extensos
estudios, es sobre la conexión entre la
exposición durante el embarazo a infecciones ya sean bacterianas o
virales y la posibilidad de desarrollar autismo en el recién nacido. Todas
las investigaciones han concluido que no hay riesgo aumentado de
trastornos del neurodesarrollo en estos niños. Esta polémica surgió en
relación con un estudio en los años 70 de la psiquiatra Estella Chess, que
vinculo el autismo a un brote de rubeola en los estados unidos en 1965.

Incluso las evidencias señalan que el esquema de vacunación que


se efectúa a las gestantes, tampoco aumenta el riesgo de trastornos del
neurodesarrollo en los recién nacidos. Caso muy distinto las infecciones
en los lactantes, pues está demostrado que el uso de antibióticos a esta
corta edad modifica la microbiota intestinal, que como vimos en la
sección anterior, esta población microbiana intestinal sana está ligada
íntimamente al neurodesarrollo, y su alteración a la severidad de los
síntomas autistas.

Actualmente el uso y abuso de los antibióticos es un tema global,


dado el desarrollo de resistencia de las bacterias a los mismos y las
consecuencias a la salud que esto implica. Como lo ha expresado
recientemente el presidente de la Sociedad Española de Enfermedades
infecciosas, “el mal uso de los antibióticos implica una responsabilidad
social por la trascendencia a la sociedad de diseminar inadvertidamente
estas bacterias resistentes”.

Dado su naturaleza ningún antibiótico es específico para un tipo


de bacteria, sino que ataca familias enteras de las mismas, diezmando
las poblaciones tanto patológicas como sanas. Por ejemplo, cuando se
toma un antibiótico de amplio espectro para una infección en piel, aun
cuando es más activo para esta población de bacterias, en la práctica
elimina también la población bacteriana similar del sistema respiratorio,
urogenital e intestinal. Esta eliminación indiscriminada de poblaciones
bacterianas que conviven en equilibrio, permite el desarrollo exagerado
de bacterias resistentes oportunistas que por lo general son nocivas,
generando o agravando problemas médicos de variada índole.

Es por eso que la Organización Mundial de la Salud ha señalado


por segunda vez -la primera fue en el 2014- a las resistencias antibióticas
como una de las mayores amenazas para la salud pública mundial. De
ninguna manera estamos diciendo que los antibióticos son innecesarios,

76
sino que se debe prescribir con mucho cuidado, sobre todo en pacientes
menores de 2 años pues en esa edad temprana es cuando se está
consolidando la microbiota estable que va a colonizar y perdurar en el
organismo para toda la vida adulta.

METALES TOXICOS

Cuando se habla de contaminación


Evaluación de
ambiental, a veces se percibe como algo
complicaciones ambientales.
lejano, en parte porque la contaminación es
un proceso lento y gradual. Muchos de los tóxicos generan cambios que
al principio son imperceptibles, por lo cual no se le da la importancia
necesaria. El organismo va adaptándose, agotando las reservas
operativas, alterando no solo la bioquímica celular sino generando
cambios de la expresión genética, para luego entrar en un daño
profundo, esta huella toxica en muchos casos se le puede hacer la
trazabilidad para disminuir la exposición y dar tratamiento.

En el mundo actual la toxicidad por exposición ambiental se ha


modificado, principalmente por el aumento y variabilidad de los agentes
presentes industrialmente. Principalmente los metales, que son
sustancias corrosivas que lesionan directamente diferentes estructuras
de las células, sobre todo de los órganos más vulnerables: piel, corazón,
órganos de los sentidos y cerebro, particularmente en los casos que nos
atañe, como son los trastornos del neurodesarrollo y el autismo.

El organismo utiliza y acumula unos 32 metales para su


funcionamiento normal, los cuales se denominan minerales. Aquellos
que se consideran minerales esenciales, están en concentraciones
grandes y forman parte de las diferentes estructuras del organismo. Hay
otro grupo que está en concentraciones muy reducidas denominados
minerales trazas u oligoelementos, actúan como catalizadores en
procesos enzimáticos. Esta clasificación es un poco arbitraria pues la
mayoría de los minerales, sean esenciales o trazas son fundamentales
para la buena salud.

Se pudiese pensar que el resto de los 119 elementos metálicos


conocidos en la tabla periódica por no tener valor nutricional o biológico
son tóxicos, pero la realidad es que solo se denominan así a un grupo
reducidos de metales de uso industrial a los cuales se les conoce su
mecanismo por el cual son dañinos, y tienen límites de exposición

77
establecidos: Aluminio, Antimonio, Arsénico, Berilio, Cadmio, Mercurio,
Plomo y Uranio.

La historia este llena de casos de metales que en un principio se


creían “seguros” sustituyendo industrialmente uno más toxico, pero en
realidad era solo que se desconocía su mecanismo de acción. Después
de la 2da guerra mundial se popularizaron las baterías secas de óxido de
mercurio, sobre todo para la industria fotográfica. Pero debido a su
toxicidad fue sustituido en los años 70 por sales de cadmio (níquel-
cadmio) por ser este último poco tóxico. Resultando que el cadmio es un
metal tan reactivo y tóxico como el mercurio. Ahora están siendo
sustituidas por baterías de níquel metal hidruro (NiMh).

Igual sucedió con el aluminio, que siendo uno de los metales más
abundantes de la corteza terrestre, se usa ampliamente en la vida diaria;
en la medicina como antiácido, excipiente en los medicamentos,
coadyuvante en las vacunas, antitranspirante en los desodorantes y en
cosmética, clarificante para el agua potable, aditivo como
antiaglomerante en las harinas y la sal refinada, para envasar los
alimentos y en utensilios de cocina. Hoy en día está cuestionado su uso.

Algunos autores como el profesor Christopher Exley, bioquímico


de la Universidad de Keele en Inglaterra, y Alfred Bernard, toxicólogo de
la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica, opinan que el aluminio
carece de utilidad funcional en el organismo, y es un neurotóxico
asociado a trastornos como el déficit de atención con hiperactividad,
Alzheimer, demencia y otras patologías neurodegenerativas.

También el conocimiento de la toxicidad de algunos metales, ha


permitido el uso de algunos altamente tóxicos como agroquímicos, para
el control de plagas perjudiciales en la agricultura. Pero su uso se debe
a una dinámica económica; por cada $1 invertido en insecticidas
“baratos”, el agricultor rentabiliza un aproximado de $4 por aumento de
cosechas. Sin embargo, esta ecuación no incluye los costos sociales y
ecológicos de tales prácticas, asociados a la limpieza ambiental y la
restitución de la salud. Aun hoy persiste el uso de sales de mercurio,
cadmio y arsénico como insecticida en la agricultura de gran cantidad de
países.

Pero tampoco los minerales están exentos de riesgos a la salud,


algunos tienen rangos máximos de ingesta diaria, por encima del cual la
exposición excesiva puede causar daño al organismo o ser muy toxico
(hierro, fosforo, cromo, entre otros). Así mismo algunos oligoelementos
cuando exceden su rango de seguridad actúan como tóxicos,

78
particularmente interfiriendo funciones metabólicas críticas (litio
produce hipotiroidismo, vanadio da neurotoxicidad, estaño produce
descalcificación de huesos, etc.).

Con respecto a los límites de exposición de muchos metales y


minerales, hay un consenso basado en estudios de toxicidad que indican
que muchas de las normas y límites de las actuales guías de la
Organización Mundial de la Salud son muy altas, y plantean la necesidad
de reevaluar los valores límites ajustándolos y además diferenciando
entre adultos y niños.

Si bien la metalurgia ha permitido los mayores avances


industriales de la historia de la humanidad, nos tiene sumergido en un
ambiente tóxico del cual nuestros organismos no se adaptan. Muchos
metales no se degradan con el tiempo, sino por el contrario recirculan,
y al entrar en la cadena alimentaria implican una grave amenaza,
sobrecargando a muchos ecosistemas y afectando la salud humana, y
aquellos que se degradan pueden persistir en el organismo hasta 20
años.

Por otra parte, en el último siglo la actividad industrial no


solamente ha aumentado la emisión del CO2, sino que ha acidificado
distintos ecosistemas. Lo cual ha permitido que muchos metales que
estaban en estado de equilibrio en forma de sales, ahora estén libres
aumentando su solubilidad y concentración en las fuentes de agua
potable, y entran en el ciclo del agua a través de las lluvias, exponiendo
a sus efectos a plantas y animales. Caso específico el del aluminio, por lo
que algunos científicos han querido dejar esto patente, cambiando la
denominación de esta era, de la metalurgia a la del “aluminio”.

ALUMINIO: Una vez que la exposición al aluminio exceda la


capacidad natural del cuerpo de eliminarlo este se acumula actuando
como un radical libre, depositándose en los pulmones, hígado, glándula
tiroides, cerebro y huesos. La principal afección neurológica que
produce, sobre todo en los niños es hiperactividad e hipersensibilidad
(sensibilidad anormal a los cambios de temperatura, aversión al ruido,
tacto y olores). Se cree que afecta la glicina, un aminoácido que actúa
como el principal neurotransmisor inhibidor en el procesamiento de la
información sensorial.

79
El aluminio en los últimos tiempos
An antigen is an animal
también ha estado en la polémica medica por protein, virus, bacterium or
los daños que puede ocasionar. En las chemical, which triggers the
activation of the immune
vacunas se coloca hidróxido de aluminio system, which produces in
como adyuvante para potenciar y prolongar response immunoglobulins for
the body's defense.
la reacción del sistema inmunológico al
antígeno vacunal. Sin embargo, desde el 2011
se han venido publicando una serie de trabajos clínicos que describen
un síndrome inflamatorio autoinmune por adyuvantes (ASIA), que
provocan la formación de inmunoglobulinas hacia las proteínas del
propio organismo, generando encefalitis infantil, lupus, hepatitis,
pancreatitis, vasculitis y neuropatías autoinmunes.

Hasta ahora se esgrime una predisposición genética en la


aparición de este síndrome, sin embargo no se sabe a ciencia cierta
cómo afecta en la predisposición de este síndrome los niveles de
aluminio que se acumulan crónicamente, por una ingesta diaria
aumentada en los aditivos a los alimentos y los excipientes de ciertos
medicamentos. Por lo tanto es recomendable en situaciones de
exposición aumentada al aluminio hacer un despistaje a través de un
mineralograma en cabello, sobre todo en embarazadas y niños en edad
de vacunación.

ARSENICO: Desde la antigüedad se sabe que el arsénico es un


veneno para el ser humano, que lleva a problemas gastrointestinales,
cardiovasculares, disfunción del sistema nervioso, y en altas dosis
finalmente a la muerte. A pesar de que muchas legislaciones limitan o
prohíben el uso de los compuestos de arsénico en la agricultura, los
compuestos orgánicos de arsénico aún se usan ampliamente como
plaguicidas; principalmente en frutas, tomate, papa, algodón, tabaco y
en el control de maleza.

BERILIO: Este metal entra al ambiente producto de la quema de


carbón y petróleo, así como de la actividad de las plantas nucleares,
también como contaminante de la actividad industrial en la fabricación
de componentes electrónicos y automovilísticos. El síntoma principal de
la beriliosis o intoxicación crónica es la hipersensibilidad en la piel. En los
casos graves, puede generar insuficiencia cardíaca, fatiga, pérdida de
peso y cáncer de varios tipos: de piel, pulmón, vejiga, riñón e hígado.

CADMIO: La exposición al cadmio procede de los alimentos, pues


se trata de un elemento común en los fertilizantes. Interfiere con la
absorción y funcionamiento de algunos minerales como; zinc, hierro,

80
cobre y manganeso. Tiene una afinidad a acumularse principalmente en
los riñones, el hígado, las gónadas y en los huesos. Puede contribuir a
trastornos como artritis, osteoporosis, insuficiencia renal, cáncer de
mama, próstata y pulmonar. Otros problemas incluyen anemia,
infertilidad en la mujer y puede contribuir a un desequilibrio en el
sistema digestivo con aumento de la candidiasis intestinal y problemas
de disbiosis en niños.

MERCURIO: Las formas más toxicas del mercurio son sus sales,
siendo una de ellas, el metilmercurio, que de acuerdo al Programa
Internacional de Seguridad Química de las Naciones Unidas, es uno de
los seis peores contaminantes del planeta. Su efecto como neurotóxico
está ampliamente documentado. Puede producir trastornos motores:
temblores, incoordinación muscular, cansancio y cambios en la visión.
También puede generar perdida de la memoria, confusión, depresión,
disminución de la capacidad cognitiva, agresividad y trastornos del
sueño, y en los niños cambios del comportamiento, conductas
repetitivas, pérdida del habla, apatía, desinterés social y rechazo del
alimento.

A pesar de ello aún se usan las sales de mercurio ampliamente


en la industria metalmecánica, electrónica, y en la elaboración de
vacunas infantiles y de adultos. Principalmente se usa el Timerosal
(etilmercurio), como bactericida para mantener estériles las vacunas
multidosis. Se supone que tiene una menor toxicidad y una mayor
excreción por parte del organismo, en comparación con el
metilmercurio. Sin embargo, no hay límites de exposición establecido
para este compuesto mercurial, ni tampoco se conoce si las
administraciones continuada del mismo, como es el caso del esquema
de vacunación en niños, comportan un mayor riesgo de toxicidad por
acumulación.

PLOMO: Es un metal carente de valor biológico que desplaza a


los minerales esenciales como el calcio, hierro y zinc, lo que le permite
entrar en procesos biológicos, con resultados desastrosos y de difícil
eliminación. Hoy se considera que la exposición a dosis mucho más bajas
de las que hasta ahora se consideraban peligrosas, generan problemas
médicos. Al principio aparecen síntomas inespecíficos: insomnio, dolor
de cabeza, fatiga, malestar estomacal e inapetencia. Crónicamente
produce anemia, osteoporosis, retardo del crecimiento en niños,
nefrotoxicidad y neurotoxicidad, con reducción de las habilidades
cognitivas y desordenes del comportamiento en los hijos.

81
URANIO: Para la mayoría de la gente, las principales fuentes de
exposición de uranio natural son en los alimentos a través de los
fertilizantes sintéticos y el agua potable. Además de ser débilmente
radiactivo es un metal altamente tóxico incluso en pequeñas cantidades.
En la exposición a largo plazo se acumula en los huesos y los riñones,
aumentando la eliminación del calcio y fosforo en la orina, produciendo
osteoporosis y daño renal. También otros sistemas pueden verse
afectados por la exposición al uranio como el hígado, corazón y cerebro,
con disminución del rendimiento neurocognitivo.

Más de tres décadas de análisis toxicológico cada vez vinculan


más la presencia de metales tóxicos y su comportamiento en el
organismo como radicales libres en la predisposición a malformaciones
fetales en el periodo de gestación, y como hemos visto se asocian a las
alteraciones epigenéticas, neurodegenerativas y al daño inmunológico.

EXPOSICION A QUIMICOS

La vinculación entre la exposición a diversos


Evaluación de
químicos y trastornos del neurodesarrollo y
complicaciones ambientales.
el autismo, está menos claro que con los
metales tóxicos. Como expresan muchos expertos en autismo y
medicina ambiental, “convivimos con más de 80.000 sustancias
químicas, de las cuales al menos 200 son neurotóxicas reconocidas”.

Se ha encontrado un paralelismo entre la exposición ambiental a


pesticidas (herbicidas, fungicidas, insecticidas y algunas otras sustancias
utilizadas para controlar plagas) y el daño neurológico, principalmente
durante la gestación. La exposición a los organofosforados, carbamatos,
piretroides y el glifosato, particularmente en el segundo y tercer
trimestre del embarazo, se asocian con retraso del desarrollo fetal y un
riesgo elevado de TEA.

En los estudios se evidencia que hay una mayor exposición por


fumigación inadecuada que por la ingesta de alimentos contaminados,
donde muchas veces se da por una violación a las normas sanitarias
establecidas sobre el uso seguro de estos agroquímicos, en otros casos
por el uso de productos prohibidos por las leyes como el DDT, Clordano,
y mezclas con metales como el Paration etílico con sales de mercurio, o
el arsenianato de plomo considerados altamente tóxicos.

Cada vez está más claro quien genera una respuesta a la


exposición a nivel cerebral a químicos o metales tóxicos, son las células

82
gliales del sistema nervioso, o más específicamente la microglía, que en
realidad es la parte del sistema inmunológico en el cerebro.
Dependiendo de la intensidad y tiempo de la respuesta, va a determinar
muchas veces inflamación crónica, neurodegeneración e
hipersensibilidad.

Como habíamos visto en la sección del neurodesarrollo, las


células gliales participan en la remodelación y plasticidad cerebral
eliminando neuronas poco funcionales, pero como se encargan también
de la eliminación de los metales y otras sustancias tóxicas que llegan al
cerebro, este complejo doble proceso conlleva a la poda o remodelación
anormal de sinapsis, que durante el periodo crítico del desarrollo como
es el fetal y los primeros años de vida, es una de las causas de peso en
los trastornos del neurodesarrollo en la infancia.

ALTERACIONES INMUNOLOGICAS

Evaluación de
El sistema inmunitario protege al cuerpo de
las infecciones tanto bacterianas como
complicaciones ambientales.
virales, así como elimina celular dañadas o
muertas. Pero cuando el sistema se desarregla crea inmunoglobulinas
que atacan células sanas y aparece una enfermedad denominada
autoinmune. Hoy en día se estima que un 20% de la población tiene una
de estas enfermedades.

Como expresa el Dr. Yehuda Shoenfeld, destacada figura en este


campo (profesor de la facultad de medicina de la universidad de Tel Aviv
y fundador del Centro Zabludowics para las Enfermedades
Autoinmunes), “hoy en día la autoinmunidad se define como un mosaico
de enfermedades”, es la mejor manera de definir las múltiples formas
como se manifiestan estas enfermedades: lupus, psoriasis, artritis,
asma, vitíligo, entre muchos otros. Prácticamente, cualquier órgano del
cuerpo puede afectarse por una autoinmunidad, y el espectro de
manifestaciones clínicas cubre casi toda la medicina. Hay más de 80
enfermedades autoinmune descritas, por lo tanto, todas las
especialidades y subespecialidades médicas pueden tener relación con
una de ellas.

Dentro de esta patología, sobre todo está teniendo mayor


relevancia las encefalitis o inflamación de las estructuras cerebrales por
agresión del sistema inmunológico. Generalmente los anticuerpos van
dirigidos a los receptores de los neurotransmisores del cerebro,

83
principalmente GABA, serotonina y glutamato, alterando la respuesta en
la neurotransmisión y de allí la variabilidad en los síntomas: cefalea,
alteraciones conductuales, ansiedad, insomnio, y en algunos casos crisis
epilépticas.

Dentro de los distintos factores desencadenantes, hay factores


involucrados propios de la persona: la predisposición genética, y la
deficiencia de las IgA en el intestino y sistema respiratorio, que permite
la entrada de sustancias extrañas al cuerpo. El otro factor de peso es el
ambiental, donde ya hemos visto que pueden estar involucrados
metales tóxicos, sustancias químicas diversas e incluso el estrés
oxidativo, por lo cual es muy complejo a la hora de estudiar estas
enfermedades.

Actualmente el rol del inmunólogo al hacer la sospecha de una


enfermedad autoinmune, es detectar por pruebas de laboratorio los
diferentes anticuerpos marcadores de diagnóstico, para hacer los
correctivos necesarios y así evitar que el sistema inmunológico genere
problemas médicos graves, como en la esclerosis múltiple, el autismo y
otras enfermedades neurodegenerativas.

84
AUTISMO EN EL ADOLESCENTE Y EL ADULTO JOVEN.

También hay que abordar un aspecto muy importante como es


el autismo en el adolescente y el adulto. Este es un tema
tremendamente preocupante pues los niños con TEA de hoy, van a ser
adolescentes y adultos, y es muy poco lo que se ha avanzado en el
acompañamiento adecuado a las necesidades de estos jóvenes, cuando
ya no estén bajo la tutela de los padres. Lo que se ha convertido en un
reto grande para las distintas autoridades gubernamentales y la
comunidad científica.

Existen muchos jóvenes con trastornos del neurodesarrollo con


un buen nivel cognitivo, pero sin diagnóstico, a quienes no se les realizó
una evaluación adecuado en su momento. En estos casos los
especialistas usan pruebas adecuadas a la edad; como el Cuestionario
de Exploración del Espectro del Autismo de Alto Funcionamiento (ASSQ),
en otras circunstancias se usan escalas para calcular la edad mental
como el test de Bender y el test de Karen Machover, o más conocido
como de figura humana.

La adolescencia es la etapa final del desarrollo del niño hacia el


adulto joven, que se inicia típicamente con los cambios hormonales
propios de la pubertad, aunque no son sinónimos. Hay un crecimiento
general de la estatura, con aumento de la masa muscular, la grasa
corporal, y desarrollo de la dentición completa. Aparición de los
caracteres sexuales secundarios en forma secuencial: aumento del vello
pubiano, axilar y en piernas, y en el varón barba y bigote, cambio del
tono de voz y aumento de los testículos. En las hembras crecimiento de
las mamás y aparición de la menarquia.

La pubertad universalmente comienza entre los 10 y 12 años en


las niñas y los 11 a 14 años en el varón, terminando alrededor de los 18
años. Estos cambios están determinados genéticamente y son variables
en diferentes grupos sociales y orígenes étnicos. En cambio, hay un
consenso más generalizado, que psicológicamente se habla de adulto
joven a partir de los 21 años de edad.

Estos cambios en principio no son fáciles de sobrellevar pues


implican una remodelación cerebral del esquema corporal que tenía el
niño de sí mismo, haciendo muchas veces a estos jóvenes torpes e
inseguros. Además, los cambios físicos se acompañan de la
consolidación de la personalidad; a través de la identidad sexual,

85
fortalecimiento de las amistades, autoafirmación de la identidad y
desarrollo del pensamiento abstracto.

La adolescencia es un período en el que se busca una mayor


autonomía, decidir y actuar por sí mismo, “salirse de la zona de confort”,
es lo que el psicólogo Carl Jung definió como “el dolor necesario”. Los
cambios psicológicos de autoafirmación hacia la “independencia”, van
acompañados de una buena dosis de conductas oposicionistas, de
rebeldía y resistencia a las normas establecidas, pues permite la
aceptación de los hechos, reconocer los límites y estar en contacto con
nuestros sentimientos.

Uno de los primeros cambios que notan los padres, es un


distanciamiento afectivo y la oposición sobre todo a la figura materna.
Esto de ninguna manera es un complot, sino que es un paso necesario
para desarrollar una identidad personal más definida, al mantener una
cierta distancia de los padres, principalmente de la figura omnipresente
y protectora del cuidador primario, que la mayoría de las veces lo
desempeña mamá.

Como recordaremos en la primera sección del libro, el primer


vínculo afectivo del bebé es el apego, esta proximidad a la madre
permite aprender a regular las emociones; a través de los sentimientos
positivos de seguridad, afecto y confianza. En esta nueva etapa de
autonomía adolescente, también hay un componente emocional
importante. En la exploración afectiva se necesita este distanciamiento
para que se crean nuevos apegos, que adquieren una nueva dimensión
con fluctuación y sentimientos ambivalentes: confianza-seguridad,
miedos-inseguridad. Por otra parte, hay que diferenciarlo del sufrimiento,
este va un paso más allá, surge cuando son incapaces de aceptar la
realidad, una consecuencia no necesaria del cambio adolescente.

Se podría decir que en la adolescencia es cuando se usa en su


máxima expresión el lenguaje gestual, y la afectividad aprendida
durante la primera infancia. Una mirada sostenida, un roce casual, una
expresión de doble sentido, son todos elementos sutiles que juegan un
papel importante en esta etapa de la socialización. Las fluctuaciones
emocionales, están influenciadas por elementos tomados de
sensaciones o situacionales pasadas; anticipar conductas en función del
contexto en que se producen de acuerdo a la experiencia acumulada.

El adolescente con TEA no difiere mucho del neurotípico, pues su


condición autista de ningún modo va a detener los cambios físicos de la
pubertad y la transformación psicológica de esta etapa del desarrollo. La

86
diferencia está en la dificultad en la adaptación en aquellos aspectos
donde los hitos del neurodesarrollo no fueron alcanzados. Caso crítico
el de la socialización, pues en esta nueva etapa empieza a exponerse
como nunca antes lo hizo, sin comprender o entender mucho de la
interacción social, pues le falta información para inferir conductas,
comprender emociones y responder en forma adecuada. Para la
persona con TEA la interacción social puede tornarse estresante,
justamente por no comprender el contexto social y temer que su
respuesta sea inapropiada.

En muchos casos estas conductas fuera de lugar, “sin filtros”, son


parte de un aprendizaje, pues cuando niños se tomaban a chiste, y no se
hacia la orientación pertinente, pero ya una vez que se hace
adolescente, las acciones se tornan inadecuadas e inaceptables,
confundiendo mucho a este joven pues es una conducta aprendida.

Una madre que estaba acompañada con su hijo TEA de 15 años


se encontró con una amiga en un centro comercial, la amiga estaba
vestida con un escote amplio que dejaba ver un tatuaje en las mamas.
El joven al verla le increpó porque estaba vestida tan “indecente” y
además comento lo feo del tatuaje, y queriendo señalarlo toco el pecho
de la amiga. El incidente no paso a mayores pues la amiga conocía la
condición TEA del joven, pero la mama llego a la consulta escandalizada
pues comentaba que si no hubiese sido su “gran amiga” probablemente
ese joven hubiese sido arrestado por conducta obscena hacia una mujer.

Casos como el anterior tomado de nuestra consulta diaria, es


patente del drama que viven los padres de adolescentes con TEA, y
además ejemplifica porque tienden a irse paulatinamente aislando del
contacto social, donde muchos entran en crisis llevando una vida muy
solitaria. Por lo cual también se refugian en las redes, porque poner un
pensamiento en un mensaje de texto puede ser más sencillo y ofrece
una forma menos estresante de tener una conversación.

Esta dificultad en tener amigos, ser popular, admirado, puede


hacerlo asumir otro enfoque conductual, que es el de mantener la
conducta de imitación para mimetizarse con un grupo social para ser
aceptado, lo cual lo pone en riesgo de asociarse con ciertos grupos
inadecuados, y ser presionado para tener conductas antisociales o
delictivas, contacto con drogas, exponer su vida con actos arriesgados,
así como el mal uso del tiempo libre con bajo rendimiento escolar. Este
adolescente con TEA no es plenamente capaz de comprender conceptos

87
complejos, ni de entender la relación entre una conducta y sus
consecuencias.

Recuerde que la supervisión parental en este periodo es difícil


pues el joven no la desea y la rechaza. Independientemente de las áreas
de déficit, este joven va a tener necesidades y deseos cambiantes (más
allá de lo relacionado con la comunicación y socialización), las cuales
deben ser detectadas y atendidas oportunamente. Esta es la etapa para
empezar a planificar la transición de atención médica del hijo a
profesionales de la salud para adultos, pues a veces es difícil
conseguirlos en algunos ámbitos, ya sea en atención primaria como
especialistas, con experiencia con pacientes con trastornos del
neurodesarrollo.

Para estos jóvenes en el campo de la terapéutica está teniendo


mucha relevancia la terapia cognitiva conductual (TCC), que ayuda a
lidiar con la ansiedad y depresión, cambiando la forma en que piensan y
manejan los conflictos. Esta técnica de psicoterapia está basada en el
concepto de que los pensamientos, sentimientos, sensaciones y las
acciones están interconectadas, y que los pensamientos y sentimientos
negativos te pueden atrapar en conductas recurrentes inadecuadas. El
analizar las conductas en pequeñas partes ayuda a identifica y modificar
patrones negativos.

Aun cuando la TCC no puede curar los problemas subyacentes de


esta condición, estas intervenciones cortas, permiten a los jóvenes lidiar
mejor con sus sentimientos, en una forma práctica y dinámica, no
enfocado en las experiencias pasadas, sino en buscar modificar la
dirección más apropiado a las conductas habituales de la vida diaria.

También se debe intervenir tempranamente con programas de


socialización en actividades extraescolares, con sus pares e
incluyéndolos en grupos de personas con comportamientos típicos y
funcionales (música, deportes, iglesia, artes escénicas, canto, oratoria,
boy scouts, etc.). Otro aspecto a tomar en cuenta es el enseñar
habilidades cotidianas (tomar un transporte público, usar un cajero
automático, comprar sus artículos personales, lavar su ropa, cocinar,
etc.) para que pueda alcanzar mayor independencia para la vida diaria.

En el paciente con TEA nada debe ser improvisado, la


planificación a mediano y largo plazo puede garantizar, y hacer más
viable la tan anhelada independencia e integración de este joven a la
vida diaria. El apoyo familiar es esencial (la familia sigue siendo el
colchón de seguridad), principalmente en los casos más graves, en que

88
el autista va a depender de los familiares y de las personas que lo cuidan
para atender sus necesidades sociales y financieras.

INTERACCIÓN CON UNA PERSONA AUTISTA.

Comprender el autismo incluye diferentes ámbitos: clínico,


epidemiológico, psicológico, pero también es importante un
entendimiento más cercano, más humano del trastorno a fin que se
pueda dar una mejor interacción social. Es significativo conocer cómo
piensa, cómo ve el mundo, para entender algunas actitudes. Por último,
comentaremos sobre algunas ideas que escribió la autora británica con
Síndrome de Asperger, Alis Rowe, para tomar en cuenta al interactuar
con una persona con trastorno del espectro autista:

-. Son personas diferentes con desafíos similares.

Mucha de la información que recibimos, la damos por sentada


pues fue un aprendizaje innato; expresión facial, modismos en el
lenguaje, significado del contacto físico, percepción del contexto social,
etc.

A pesar de que el desafío es el mismo; poder interactuar, ser


reconocido como individuo, relacionarse, comunicar emociones y ser
feliz, la persona con autismo es muy particular. Tiene mal manejo del
ruido de fondo, luz excesiva, visión de detalle, exclusión del entorno, lo
cual hace que muchas veces su percepción de la realidad sea diferente.
Con esta hipersensibilidad, lo que puede es rehuir de una situación o
contacto físico, no como una forma de rechazo a la persona, sino porque
la situación es fatigosa e inaguantable.

Entendiendo estas particularidades podemos no solamente


ayudarlo a lograr sus metas, sino disfrutar la interacción con este niño al
ir superando pequeños retos. Pues muchos de los síntomas del autismo,
van a ir mejorando con el desarrollo de conductas compensatorias que
le permiten ser competentes en algunas áreas del neurodesarrollo, a
pesar del déficit.

89
-. Comunicar ideas no siempre es fácil, pero si eres autista, la tarea
puede ser aún más difícil.

Al hablar el cerebro automáticamente anula muchos aspectos


del entorno (ruidos, música, otras personas hablando, etc.) para
concentrarnos en el interlocutor. Estos “filtros” muchas veces se le
dificultan implementar al autista, siendo difícil concentrarse en lo que
escucha, por lo que se sobresatura y muchas veces termina aislándose.
Averigua qué es lo que le interesa al niño, hablar sobre sus intereses te
facilitará mucho más establecer una conversación.

Otro factor importante del lenguaje es la expresión gestual o no


verbal. Dependiendo del contexto, muchas veces la expresión comunica
más que las palabras, la cual el autista no entiende. El interactuar
durante una conversación depende de interpretar señales sociales
obvias, que para ellos no son tan claras, por lo que muchas veces
también es necesario enfatizar lo importante para que comprenda.

Quizás sea importante que hagas pausas con mayor frecuencia


que en la conversación promedio, para darle tiempo para procesar la
información que acabas de darle. También debemos dejar espacios para
que hable la persona autista, o durante la conversación hacerle
directamente preguntas para que participe. Si sus respuestas son cortas,
háblele igual corto, claro y preciso pues así lo puede comprender mejor.

Al escucharlo esté atento a lo que dice pues las palabras tienen


un sentido literal, no subjetivo, y muchas veces carentes de carga
emocional, por lo que puede interpretarse mal lo que dicen. En niños
mayores, el irlos incorporando en las conversaciones cotidianas también
consigue sacarlo de la rigidez de la comprensión literal del lenguaje,
pudiendo entender matices y doble sentido como el del humor.

No olvides que esta es una cuestión de procesamiento, que


pueden tener dificultades para procesar la palabra hablada, no debes
asumir de inmediato que el niño no tiene habilidades intelectuales y
excluirlo. Recuerda que también muchas veces funciona mejor la
palabra escrita.

-. Socializar es más difícil, no es una cualidad tan natural para todos.

La socialización es otro aspecto complejo de la integración


neurosensorial; interpretación de emociones, intuir y predecir la
conducta de otros y actuar en consecuencia. Lo cual para alguien que no

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ha desarrollado adecuadamente la intuición y expresión gestual no es
nada fácil.

Puedes preguntarle al niño que quiere hacer, porque podría


querer unirse a un juego con otros niños, pero quizás considere que es
demasiado ruidoso y prefiera jugar solo, con tranquilidad. No debes
obligar demasiado a un niño reticente.

También el contacto visual tiene una connotación social muy


importante, dependiendo del contexto en el cual “sostenemos la
mirada”, puede transmitir desafío, interés, amor, o por el contrario su
ausencia puede interpretarse como desinterés. Lo que no
necesariamente está expresando este joven con TEA. Enséñale sobre lo
importante que es el contacto visual teniendo mucha paciencia y
sensibilidad.

Algunas personas con autismo pueden llegar a ser muy buenos


para imitar habilidades sociales comunes, sobre todo las niñas en edad
escolar. Aunque parezcan socializar felizmente, a menudo es un trabajo
increíblemente difícil, que se complica al ir avanzando en edad. Cuando
notes un problema es momento de hacer una pausa y tratar de entender
el contexto y explicárselo al niño.

Sobre todo es importante no sobreproteger al niño, y exponerlo


al roce con sus coetáneos, para que así aprenda también durante el
juego por imitación y repetición, las conductas apropiadas a su edad
ante diferentes circunstancias. Los adultos solo debemos intervenir para
regular la intensidad de esa interacción y que se mantenga dentro de las
normas sociales aceptables.

-. Un universo de emociones.

Lo que para una persona puede ser motivo de felicidad, para un


autista puede ser motivo de preocupación. Como ya habíamos visto en
la sección de las emociones, estas nos permiten la toma de decisiones,
una respuesta conductual adecuada a las circunstancias, porque son
filtros que modifican la percepción de la realidad. Por lo tanto, cuando
este aprendizaje intuitivo no se adquiere adecuadamente, dificulta el
gestionar una respuesta, que muchas veces en las personas con autismo
se percibe inadecuada.

Por otro lado, cuando se tiene una emoción fuerte, no solo se


expresa gestualmente, sino que también se verbaliza, lo cual puede

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generar ansiedad en las personas con autismo pues muchas veces se les
dificulta encontrar las palabras que expresen lo que sienten, generando
una conducta ambivalente ante los ojos de los demás, pues no
comprenden el conflicto de emociones.

En estos casos puede ayudar hacerle las preguntas claras, usar


imágenes o instarlo a escribir lo que siente. Los cambios radicales de
humor suceden porque uno o varios de sus sentidos se han
sobresaturado, por lo que ayuda poder identificar los factores
detonantes.

-. Repetición, una manera de expresarse.

¿Por qué repiten tantas veces una palabra o frase?, si ya se


entendió lo que expresó. Una de las principales razones para ello es
porque las personas con autismo, muchas veces no están seguros que
se expresaron con suficiente claridad, pues la mayoría de las veces la
respuesta del que está escuchando es gestual. También con esta técnica
quieren mostrarle a la otra persona que entendieron lo que acaba de
decir, también cuando no pueden responder de inmediato; es una
táctica para ganar tiempo para pensar.

Es útil explicar claramente el contexto de las respuestas sociales,


para un entrenamiento adecuado de este niño. Así mismo hay que irlo
enseñando en la comunicación expresiva tanto directa como indirecta
adecuada, pues en esta temprana edad aprende por imitación, y
permite el entrenarse por repetición en las áreas deficitarias.

En los escenarios donde la comunicación es indirecta, como en


las redes, las personas autistas se sienten más a gusto, pues no hay
expresiones gestuales que interpretar y tienen tiempo para pensar qué
decir, pues no se requiere de una reacción inmediata. Pero hay que
aclarar que la conversación telefónica también puede ser motivo de
estrés, pues en ella se espera una respuesta inmediata, y la inflexión y
entonación de la voz le da carácter a lo que estamos expresando.

DUELO DE LOS PADRES.

Un aspecto prioritario como ya lo habíamos expresado, es


atender y orientar en forma interdisciplinaria a la familia, para que
pueda ser un factor de apoyo real al paciente. La primera reacción con
el diagnóstico de un trastorno del espectro autista, es un shock en la

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familia, en donde se derrumban planes, expectativas y sueños que se
crearon desde un principio con el nacimiento de los hijos. Sin importar
edad, clase social o económica, este conflicto de emociones en los
padres refleja una realidad que no se esperaban, y la avalancha de
información en un principio es difícil de asimilar, y que entre otras cosas
causa temor.

La respuesta natural de la familia posterior al diagnóstico,


necesariamente es pasar por un proceso de duelo: negación, rabia,
depresión y finalmente la aceptación con resolución y atención
proactiva de su hijo. Las dos primeras etapas negación e ira, dejan a los
padres varados en la idea de un diagnostico errado, así como culparse
mutuamente por la discapacidad, que puede desatar la agresión hacia
los médicos, la religión, la familia, la vida o el propio hijo. Adicionalmente
se generan sentimientos de culpa que al principio terminan aislando
socialmente a la familia.

Aun cuando esta dinámica familiar disruptiva ha sido poco


documentada, en un estudio en el 2017, de la Dra. Noris Moreno de
Flagge del Servicio de Neurología Pediátrica del Hospital de Niños de
Calidonia, Panamá, consiguió que el 37% de los hogares de estos jóvenes
eran familias monoparentales, donde muchas veces abandona el hogar
el padre, pese a continuar siendo proveedor de apoyo económico,
quedando la madre a cargo de la familia.

También muchas veces nos encontramos con padres, aun


cuando tengan tiempo recorriendo el mundo del autismo de la mano de
sus hijos, siguen “anclados” en una de las etapas iniciales del duelo, pues
en el fondo nunca han aceptado la condición del hijo, y no cesan de
buscar una solución milagrosa al trastorno. La importancia en superar el
duelo es que mientras más rápido suceda, mejor será la atención que se
les brinde.

Otra variante es, si la deficiencia no es muy marcada, los padres


suelen minimizarla y no darle mucha importancia, siendo esta una
reacción también negativa para la superación del trastorno. En este
grupo están muchos jóvenes con TEA de alto funcionamiento, la cual es
una clasificación diagnostica que no se traduce en que tienen menores
necesidades de intervención terapéutica, sino que son funcionales en las
áreas cognitivas. Por otra parte, en casos con aceptación parcial del
trastorno del hijo, se puede responder con sobreprotección o una
aceptación basada en la resignación y la piedad, que no ayuda tampoco.

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Al duelo de los padres se suma además un aspecto negativo que
pudiese bien llamarse: la “estigmatización socialmente aceptada”,
veamos de qué se trata. En 1963, Gerald Gasson, un miembro del Comité
de la Sociedad Nacional de Autismo de Estados Unidos, utilizó la
simbología del rompecabezas multicolor para indicar, la diversidad de
factores que coexisten en el autismo: el paciente, la familia, la
comunidad, los profesionales, así como la diversidad de presentaciones
clínicas que tienen este trastorno. Esto ayudó mucho para reconocer al
trastorno del espectro autista en un tiempo donde se conocía muy poco
de ello.

Para el año 2010, la organización “Autism Speaks” usó el color


azul como color corporativo para una campaña de concienciación del
autismo, esta campaña la cual en sus inicios fue efectiva, no se ha
profundizado avanzando en nuevas formas de concienciación, sino más
bien se ha banalizado con expresiones como “mi príncipe/o princesa
azul”, y mas recientemente “orgullo TEA”, creando un nuevo estigma
social que poco ayuda en la integración, y que usan muchos padres para
refugiarse en una aceptación parcial del trastorno, dando paso a la
resignación y la piedad, que como expresamos no ayuda en la
superación del paciente. Una mente abierta acepta que existe lo
diferente y lo respeta, sin la necesidad de sentirse identificado para
presumir de ello.

Muestra de esto, es lo expresado por la multifacética escritora y


bloguera autista Max Sparrows (Sparrow Rose Jones) quien en 2013,
criticó duramente estos símbolos por considerarlos que no son
“simpáticos”, que presentan a la persona con este trastorno como
enigmático, fragmentada y “difícil de entender”, planteamiento
incorrecto desde su perspectiva. Otros especialistas como la Psicólogo
clínico Sofía Barahona, prefiere simbolizar el autismo como un cubo de
Rubik, porque cada cara representa las distintas facetas del autismo, y
las múltiples combinaciones terapéuticas, que como en el juego, en
conjunto deben llevar al mismo fin, la resolución del trastorno con
inclusión de la persona en un todo con su entorno.

¿Cuál actitud es la correcta? Un padre asertivo va a entender


que su hijo va a tener un neurodesarrollo típico con alta potencialidad
en unas áreas, y un retraso en otras, en las cuales hay que dar énfasis y
creatividad en el aprendizaje para superarlas, situación que no es muy
diferente de cualquier niño, pues muchas veces surgen dificultades en
algún área del aprendizaje. En fin, acciones que permitan a los padres y
familiares entender a sus hijos, actuar con firmeza, conocer a fondo las

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intervenciones farmacológicas y no farmacológicas existentes,
poniéndose en manos de profesionales que tengan experiencia en el
manejo del trastorno del espectro autista.

También es conveniente que la familia se documente en los aspectos


del desarrollo neurotípico (por eso este libro comienza allí), pues en el
TEA también se va a pasar por esas etapas del desarrollo (crisis de
oposición, terrores nocturnos, lateralización cerebral, adolescencia,
entre otros) con sus particularidades. Por lo que es importante una
orientación terapéutica adecuada en las diferentes etapas del
desarrollo, pues de lo contario se puede llegar al agotamiento tanto
físico como mental de los padres, que termina por deprimirlos, lo cual
condiciona que muchas veces hagan una regresión a las etapas iniciales
del duelo y busquen ofertas terapéuticas, diagnósticas y coaching en el
TEA, que les prometen milagros, soluciones fáciles y caras, tan de moda
en un mercado poco regulado como es el internet.

Vale la pena recordar unas pautas para papás, que publicó hace
algún tiempo, por las redes sociales la organización “Madres Azules,
movimiento de TEA”:

1. No mantengas a tu hijo encerrado en casa. Todos sabemos lo


complicado que resulta salir de viaje, compras, paseos, cumpleaños
y otros eventos sociales. A menudo nuestros peques, tienden a
correr sin rumbo fijo, no saben esperar y no se sienten cómodos con
la cantidad de estímulos del entorno.
Pero la mejor forma de enseñarles a comportarse y tolerar este
exceso de estímulos es exponiéndolos paulatinamente.

2. No tengas miedo a cambiar de terapeuta o médico. Por mucho que


queramos mantener una cierta distancia con los profesionales que
atienden a nuestros peques, acabamos involucrándonos, y cuando
observamos que el abordaje no está funcionando nos sentimos
culpables por pensar en cambiar de profesional.
Pero esto es parte de la vida, si las terapias no funcionan, o si en
unos meses no notan ningún progreso tangible, puede ser el
momento de cambiar de enfoque, de reemplazar por un tiempo.

3. Procura tener contacto con padres en la misma condición. Al recibir


el diagnóstico de nuestros peques, es normal sentirse abrumado y
desorientado. Aun cuando confiamos plenamente en el profesional
que nos informará sobre los objetivos y dirección del tratamiento,
también podemos apoyarnos en las familias que después de largos

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años de experiencia exitosa, tienen gran conocimiento acerca de los
distintos tratamientos y abordajes.

4. Cuestiona todo y pregunta de todo. ¿El médico sugirió un


medicamento? Pregunta la razón, trate de entender el por qué, si
es indispensable y las alternativas. ¿La terapia ocurre a puertas
cerradas y no sabe lo que sucede durante la sesión? Solicita un
reporte de seguimiento.
Es tu derecho como padre, es la vida de tu hijo de lo que estamos
hablando.

5. Cree firmemente en tu peque. Si el niño siente que sus padres no le


creen capaz de superar sus propios retos ¿progresará? Cree en tu
hijo y veras avances.

6. Repetirás, persistirás y serás constantes, siempre. A menudo los


niños con dificultades del aprendizaje necesitan de mucha
repetición para modificar comportamientos o desarrollar
habilidades.
Aun cuando esto pueda resultar estresante y agotador, insiste, un
día te sorprenderá el avance.

7. No hables de tu hijo como si no estuviese presente. Algunas personas


con TEA no pueden hablar, pero entienden todo. Por ningún motivo
debemos hablar de ellos como si no estuviesen presentes y mucho
menos compáralos con otra persona.
Imagina lo que se debe sentir, escuchar a otra persona hablar de ti
y no poder expresar tu opinión.

8. No perderás el sueño pensando en el futuro. Por difícil que parezca,


nadie sabe lo que depara el futuro, la ciencia ha hecho y está
haciendo grandes progresos. Las intervenciones terapéuticas son
cada vez más efectivas. Preguntarse ¿Qué pasaría sí...? sólo trae
angustia, ansiedad y tristeza.

9. Aprende a ser tolerante, incluso con aquellos que no lo merecen. La


falta de tacto social hacia nuestros peques, a veces provocan
situaciones realmente incómodas y discriminatorias que pueden
sacarnos de nuestras casillas. Debemos mostrar un
comportamiento educado, evitando caer en el nivel de las personas
que ofenden y discriminan.

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No podemos cambiar la actitud de los demás, pero podemos elegir
no entrar en su juego.

10. No te avergüences de pedir ayuda cuando la necesites. Vives


corriendo un maratón, esta vida no es fácil. Parece que ni siquiera
podemos darnos el lujo de enfermarse. Si te envuelve el cansancio,
no ves luz al final del túnel o estas con síntomas de depresión y te
sientes incapaz de cuidar a tu hijo, ¡PIDE AYUDA!

MENSAJE FINAL

El diagnóstico actual de autismo se basa en pruebas


psicométricas de la tríada de problemas: interacción social,
comunicación y conductas, sin embargo no da ninguna indicación de las
causas subyacentes de los problemas que se encuentran en el
neurodesarrollo. Dos personas con exactamente la misma clasificación
diagnóstica pueden tener afecciones completamente diferentes y, de
manera similar, dos personas con la misma afección pueden recibir
clasificaciones diagnósticas diferentes. Esto hace que toda intervención
sea individualizada en función de las necesidades del paciente.

Por lo tanto, es importante entender que en el TEA la


clasificación de la severidad del diagnóstico, no es determinante, que
por el contrario hay factores que pueden ser intervenidos
terapéuticamente que van a modificar sustancialmente la evolución del
trastorno, el pronóstico y el avance o la recuperación. Por lo tanto, para
la correcta orientación terapéutica e implementación de terapias, debe
haber un diagnóstico multidisciplinario asertivo, descartando factores
médicos y ambientales los cuales, al modificarse, repercutirá en mejorar
y revertir el retraso en muchos aspectos del trastorno del
neurodesarrollo.

Las personas autistas, tienen intereses muy limitados, por lo que


suelen enfrascarse en determinadas actividades, además se apegan a las
rutinas. Por ello concéntrese en lo que puede hacer, en vez de mirar lo
que no puede. Hay que tratar de acostumbrarlos al cambio de manera
progresiva, evitando frecuentar siempre los mismos lugares, llevándolos
por rutas diferentes y comiendo alimentos distintos. La idea es hacerlo
poco a poco, con paciencia, pero con mucha determinación, evitando
los cambios bruscos y el exceso de nueva información.

Como mensaje final recuerde que el autismo representa sólo un


aspecto de la personalidad del niño, y no lo define como persona.

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Desecha los estereotipos de la personalidad del autismo, tu hijo es
único, con fortalezas, debilidades y desafíos, como cualquier ser
humano. Conócelo, disfrútalo, celebra sus triunfos y apóyalo a superar
los desafíos. Hay que involucrarse en las actividades de los hijos,
asegurándose que otros adultos que frecuentemente interactúen con él
comprendan la situación (abuelos, tíos, maestros, profesores de
actividades extracurriculares, etc.).

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SOBRE EL AUTOR

César Rengifo González es Médico Cirujano egresado de la


Facultad de Medicina de la
Universidad Central de
Venezuela; Médico
Toxicólogo del Centro
Nacional de Referencias
Toxicológicas del Hospital de
Emergencias Médico
Quirúrgicas Dr. Leopoldo
Manrique Terrero en Caracas;
Profesor de Farmacología de
la Facultad de Medicina de la
Universidad Nacional
Experimental Francisco de
Miranda; Adjunto al Centro Autor: Abraham Castro, 8 años.
Boceto con bolígrafo durante la consulta médica.
Médico Cardón en Maraven
Punto Fijo, Edo Falcón. Desde el año 2006 como adjunto al Servicio de
Toxicología del Centro Médico Cardón, tomo gran interés en el estudio,
diagnóstico y tratamiento de los daños generados por la contaminación por
Metales Tóxicos tanto en el personal referido del área laboral petrolera, como
la población infantil afectada por causas ambientales. Actualmente realiza
apoyo asistencial, diagnóstico y tratamiento en diferentes centros de atención
a niños del Espectro Autista del occidente del país. Y ha incorporado esta
experiencia en la docencia a sus alumnos, futuros médicos, como una manera
de concientizar y resaltar la importancia de los factores de la contaminación
ambiental en los trastornos del neurodesarrollo.

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